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PRESIDENTIAL DAYS
LA INVESTIDURA PRESIDENCIAL EN ESTADOS UNIDOS ES UNO DE LOS ACTOS DE MAYOR RELEVANCIA EN LO QUE CONCIERNE AL TABLERO POLÍTICO INTERNACIONAL. EL PRÓXIMO VEINTE DE ENERO, COINCIDIENDO CON UNA DE LAS FESTIVIDADES MÁS IMPORTANTES EN SUELO AMERICANO COMO ES EL DÍA DE MARTIN LUTHER KING, EL CONTROVERTIDO PRESI- DENTE ELECTO DONALD TRUMP TOMARÁ POSESIÓN EN UN ACTO QUE ACAPARARÁ MIRADAS EN TODO EL MUNDO.
Este evento, que se celebra en el capitolio de Washington D.C. reúne a líderes políticos, miembros del Congreso, jueces de la Corte Suprema y ciudadanos. La jornada incluirá una serie de tradiciones como el juramento presidencial, el discurso inaugural o el desfile por la Avenida Pensilvania, todo ello como parte del protocolo de bienvenida al nuevo presidente que ocupará La Casa Blanca durante al menos cuatro años hasta el siguiente proceso electoral. Así, cada toma de posesión en Estados Unidos de los diferentes presidentes investidos a lo largo de su historia siempre ha dado para un buen capítulo de curiosidades que forman parte del devenir del mismo. Algunas de ellas son las que siguen.
El nombre de William Henry Harrison probablemente no suene a muchos debido a que fue uno de los primeros presidentes y a su corta estancia en La Casa Blanca, directamente ligado este hecho con su toma de posesión. Ahora bien, ostenta hasta la fecha el récord del discurso de toma de posesión más largo en Estados Unidos, con ocho mil quinientas palabras y un tiempo invertido en ello de aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos. Este hecho en su protocolaria toma de posesión se tornaría en tragedia, ya que esa mañana de 1841 era un día muy frío y lluvioso y Harrison se negó a usar un sombrero o un abrigo para protegerse de las inclemencias climatológicas. Esta decisión hizo que padeciera un resfriado que derivó en neumonía, causa directa de su fallecimiento solo un mes después de ser proclamado presidente.
Otra alude a Lincoln y su segunda toma de posesión en 1865, histórica ya que fue la primera vez que los ciudadanos estadounidenses de color participaban en el desfile. Rodeada de importantes medidas de seguridad como ya había ocurrido en su anterior cita cuatro años antes, cuando por vez primera se incluían protocolos de protección hacia el presidente y su comitiva. Este trabajo no hizo que, desgraciadamente, entre la multitud asistente al evento coincidiera con quien sería su asesino, un actor de teatro llamado John Wilkes Booth, que acabaría con su vida un mes después en el Teatro Ford en Washington D.C.
Teddy Roosevelt rindió su particular homenaje a Lincoln usando un anillo que contenía un mechón de su cabello para su segunda investidura en 1905. Su admiración por él comenzó temprano, ya que existe una imagen del mismo cuando era niño observando por la ventana de un segundo piso, con evidente semblante triste, la procesión fúnebre de Lincoln. Roosevelt se autodenominó
“heredero” de las políticas de Lincoln durante su presidencia, en especial en lo que concierne a su buena praxis en políticas vinculadas al bienestar de la comunidad negra del país. Por cierto, se dice que fue el secretario de estado John Hay, quien también fue ex secretario personal de Lincoln, el que dio el anillo a Roosevelt con el mencionado mechón de pelo del malogrado ex presidente.
Era 1829 y acababa de terminar una de las campañas presidenciales más desagradables de la historia de Estados Unidos, con dos contendientes, Andrew Jackson y John Quincy Adams, con victoria en los comicios para el primero. La Casa Blanca celebró una jornada de puertas abiertas tras la toma de posesión de Jackson, a la que cualquiera podía acudir para disfrutar y pasar el rato. El problema es que la preparación del acto no se adecuo a la multitud que en masa acudió al mismo. Las cifras de asistentes varían según las versiones de la época, aunque en lo que si todos coincidieron es en que un acto respetuoso y protocolario como debía ser la toma de posesión del nuevo presidente y el posterior acto de celebración del mismo, se vio enturbiado por una virulenta trifulca multitudinaria reflejada en una fiesta salvaje donde los muebles se destruyeron y la multitud acabo a puñetazo limpio, enturbiando de esta forma un día que debía ser histórico para el país. Tal fue la magnitud de lo acaecido que el nuevo presidente Jackson, según algunas versiones, tuvo que salir escoltado del edificio por una de las ventanas de La Casa Blanca.
En el acto de toma de posesión, también se han sucedido anécdotas que se ciernen en torno al importante momento de juramento del cargo. La Constitución Americana no establece nada respecto al uso de la Biblia en este proceso, pero casi todos los presidentes de este país han jurado el cargo con una mano sobre la misma. Las dos grandes excepciones son Teddy Roosevelt -en 1901- y John Quincy Adams -en 1825-, jurando este último el cargo con la mano encima de un libro de Derecho. Mas recientemente, Barack Obama juraría en 2013 con tres biblias distintas: una de la abuela de su esposa Michelle, una de Abraham Lincoln y otra de Martin Luther King. Hace ocho años en su primera toma de posesión, el reelegido próximo presidente americano Donald Trump, juró sobre la misma biblia de Lincoln y otra que le regaló su madre en 1959, cuando se graduó en educación primaria a los nueve años en Nueva York.