TEMAS PARA REFLEXIONAR
¿CÓMO ME IMAGINO MI UNIVERSIDAD EN EL FUTURO? Sylvia Schmelkes
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Lo único claro respecto del futuro de la universidad es que no puede ser igual que antes de la pandemia. La pandemia nos ha cimbrado, nos ha eliminado nuestras certezas, nos ha hecho reconocer la fragilidad humana, y nos debe conducir a cuestionarnos profundamente lo que venimos haciendo y nuestro papel en el mundo actual. Cómo será diferente el futuro de nuestras universidades es borroso e indefinido, a pesar de lo cual resulta esencial tener algunas orientaciones claras de lo que exige y exigirá la realidad a las universidades. Intento enumerar algunas, pensadas a la luz de la filosofía ignaciana y de las preferencias apostólicas universales de la Compañía de Jesús. Algunas de ellas ya las hemos puesto en marcha.
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La formación No discurro sobre la necesaria calidad de la formación de nuestros estudiantes, que fundamentalmente estriba en una excelente formación en la disciplina, en la búsqueda continua de la criticidad y en la procuración de una formación integral: intelectual, emocional, social, artística, deportiva, espiritual. Esa es la condición que le otorga legitimidad para lo que planteo a continuación, que a su vez tiene la capacidad de fortalecer la calidad de nuestra oferta. 1. Cobra relevancia formar a estudiantes conocedores, conscientes y críticos de la realidad en la que viven, y comprometidos con su transformación. Retomamos las cuatro Ces de la pedagogía Ignaciana, señalando que la formación en la indignación que conduce al compromiso ha de ser vivencial. Esto lleva a romper las barreras de la Universidad con la realidad durante todo el proceso formativo y propiciar, mediante una pedagogía del compromiso,