“Lucho sabe que el camino al abismo es quizá más breve, pero no menos intenso, si como sucede -y canta Horvilleur- queremos y buscamos el abismo. Y ese camino no está desprovisto de lestrigones y de cíclopes, como en el bellísimo poema de Kavafis, sino más bien infestado de la entraña del dragón, que nos invita a la guerra, al desgarro, a la violencia, pero también a la belleza y la conmoción” (Julio Arbizu).