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Capítulo 1
Capítulo 1
Toñito y Suyapita jugaban a los exploradores en su jardín cuando de pronto… ¡TOC! La pala de Toñito golpeó algo. Excavaron rápido y encontraron un libro brillante cubierto de tierra.
—¡Es un tesoro! —gritó Suyapita emocionada. Al abrir el libro... ¡una luz dorada salió volando
De entre los rayos apareció una guacamaya con plumas rojas, amarillas y azules.
—Hola, niños. Soy Macao—dijo el ave parlante—. Este libro es mágico… ¿quieren vivir una gran aventura por Honduras?
En Tegucigalpa, Macao los condujo hasta la imponente Basílica Nuestra Señora de Suyapa. Al llegar, Suyapita abrió los ojos de asombro: ¡compartía su nombre con la patrona de Honduras!
Tegucigalpa está lleno de templos —como la emblemática iglesia Los Dolores—, lo que convierte a la capital en un destino ideal para quienes disfrutan del turismo religioso.
Volaron también sobre Cerro Juana Laínez donde disfrutaron una vista panorámica de la ciudad
Cuando la luz de libro mágico volvió a brillar, Toñito y Suyapita se encontraron en una amplia plaza empedrada. Habían llegado a Comayagua, una ciudad llena de encanto colonial. Frente a ellos se alzaba la Catedral de la Inmaculada Concepción.
“Bienvenidos a Comayagua, la antigua capital de Honduras” – anunció Macao mientras les indicaba como realizar unas coloridas alfombras de aserrin.
Este reloj alberga un preciso sistema de engranajes de hierro que acciona sus pesas y su péndulo. Gracias a este ingenioso mecanismo, sigue latiendo como una valiosa reliquia patrimonial de la región.
En Comayagua, cada Semana Santa, familias y vecinos convierten las calles coloniales en auténticos lienzos con las alfombras de aserrín teñido, flores y granos multicolores, adornando la ciudad con un aire pintoresco y devoto.
Suyapita se acercó al antiguo reloj de la catedral, fascinada por sus manecillas. Macao le explicó que ese reloj es muy especial: es uno de los relojes en funcionamiento más antiguos del mundo y el más viejo de América. “¡Tiene casi 900 años!” – exclamó la guacamaya.