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Ecología
Equilibrar productividad y sostenibilidad, el lema de la ganadería El Capricho
Por: Bryan González Analista de comunicaciones Asocebú L a hacienda El Capricho, administrada por Horacio Plata, está ubicada en el municipio de Guapotá (Santander), cuenta con una altura de 1.200 metros sobre el nivel del mar y una temperatura promedio de 22°C, allí crían ejemplares Brahman gris y desde el año 2009 están certificados por el ICA por sus buenas prácticas ganaderas. En el Capricho el ingreso a los terrenos está marcado por el canto de las aves y el viento que se cuela entre los árboles de las reservas con los caudales de agua allí, retornan la flora, las aves y varias especies silvestres, gracias al manejo de procesos productivos de calidad, manejo de los suelos, preservación de la fauna y reforestación, esto crea un equilibrio ambiental. Desde sus inicios, en el año 2004, tuvo la idea de emplear en su sistema productivo un concepto diferente de ganadería; por eso ha sido meticuloso en sus procesos administrativos y ambientales, donde ha primado la reforestación en sus terrenos y le ha dado valor al retorno de las especies, generando un equilibrio productivo para poder ver resultados como los de hoy.
Horacio continúa la tradición ganadera que heredó de su padre en la ganadería El Carmen, ubicada en El Socorro (Santander). Es una de las primeras vinculadas a la Asociación Cebú, donde comprendió que los procesos de equilibrio parten de una excelente planeación administrativa, en donde se debe tener en cuenta el proceso de amansar los animales, la reproducción, la alimentación, el suelo, entre otros que permitan una producción responsable y de calidad. Parte de la satisfacción para la administración de la hacienda El Capricho, está en reforestar terrenos que antes servían como cultivos de caña de azúcar, combinando en una relación de 60/40, la distribución del terreno, donde el 60% está destinado por el momento a la pradera: producción de pasturas sabana y Brachiaria, maní forrajero y demás nutrientes para la alimentación de su ganado, y el 40% está destinado a la conservación de un área protegida de árboles y caudal de agua, a donde retornaron las especies de aves, roedores, entre otros. Dicha zona ha venido creciendo con la siembra de nuevos árboles entre el que se destaca el yopo, quien, según expertos, es bastante útil en la implementación de cercas vivas o como árbol cultivado en líneas en sistemas silvopastoriles y agroforestales.
El 60% está destinado a pradera: producción de pasturas sabana y Brachiaria, maní forrajero y demás nutrientes para la alimentación del ganado, y el 40% está destinado a la conservación de árboles y caudal de agua



Para Horacio y su equipo de trabajo la aparición de nuevos árboles es un tema de sumo cuidado, realizan un manejo adecuado para que crezcan y, en un futuro, se conviertan en grandes proveedores de sombra y zonas frescas, disminuyendo el estrés calórico en tiempos de abundante sol; que ayuden a atraer más especies de aves y que continúen con su labor de reforestación por medio de sus frutos. De igual modo, cuando un árbol envejece y se seca, la orden es dejarlo en ese lugar, pues provee alimentación al suelo, nutrientes y la aparición de especies menores que enriquecen el ciclo, la producción y calidad de las pasturas.
Aparición de especies exóticas
Este fenómeno de reforestación y protección del 40% de las zonas de El Capricho, han permitido el avistamiento de serpientes, armadillos o hasta raras visitas de tigrillos. Esporádicamente se han avistado otras especies que han generado satisfacción a los empleados porque, según relatan, sienten que han devuelto al medio ambiente un poco de lo que la mano agresiva del hombre ha arrebatado mediante sus producciones masivas. Desde luego, también cuentan que estas especies han cobrado la vida de algunos de los ejemplares cebuinos cercanos a las zonas, pero son conscientes del proceso de la naturaleza y evitan irrupciones significativas al proceso porque entienden las consecuencias de albergar estas especies.
Trabajan implementando el sistema de pastoreo rotacional cada siete días, donde no manejan una carga excesiva de ejemplares por potrero, lo cual complementa los beneficios ambientales de forma adecuada, con una recuperación del terreno que evite al máximo la compactación y los problemas de contaminación; de esta forma, el equipo de trabajo puede implementar labores de regeneración

de los nutrientes del suelo, con el trabajo natural de las especies que cumplen su proceso en la tierra. Evitan al máximo el uso de medicamentos en los que el efecto secundario en la conformación de la bosta de vaca afecte el proceso de descomposición para evitar alterar a las especies encargadas del proceso de regeneración del suelo y las pasturas. Por esta razón, don Horacio describe que en El Capricho, se respeta el proceso que emplea una hormiga en términos de oxigenación del suelo, hasta el del maní forrajero, donde se presenta la filtración del nitrógeno a los suelos por medio de su raíz, lo que justamente le evita la utilización de fertilizantes nitrogenados y permite aportes nutricionales bastante buenos a los ejemplares, expresados en sobresalientes ganancias de peso diarias. Las zonas por donde pasa el agua presentan un clima ampliamente húmedo de percepción fresca, donde se ve otro tipo de vegetación y donde el caudal del agua continúa su camino natural.
Dentro de las proyecciones sostenibles que en la ganadería El Capricho están próximos a implementar, se encuentra la instalación de paneles de energía solar que permitan continuar con la línea amigable con el medio ambiente, cercando los lotes que componen la parte de pradera y, en un futuro, para la red de abastecimiento de agua a los animales. Otra de ellas es continuar permitiendo la reforestación de especies de árboles de guayaba, yopos, entre otros, sin que el concepto diferencial de sostenibilidad y rotación de pastos afecte sus producciones, bien referencian en que la clave del éxito en este ámbito está en cambiar el chip a la hora de pensar en el planeta.