Revista Volumen 3 N.3

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GRACIAS A MI EX -Acabé con la obesidad, pero no con la pesadilla

-Empezar la vida después de la muerte de mi hermano

-Empezar de cero, mamá feliz


PÁGINA 3 Editorial

PÁGINA 16-17-18 Gracias a mi ex

PÁGINA 4-5- 6 Acabé con la obesidad, pero no con la pesadilla

PÁGINA 19-20-2 1 Los dos pantalones que cambiaron mi vida

PÁGINA 7-8- 9 Desde la presidencia

PÁGINA 22-23-2 4 Párrafos fundadoras

PÁGINA 10-11-1 2 Empezar de cero, mamá feliz

PÁGINA 25-26 Por mi segunda carrera

PÁGINA 13-14-15 Empezar la vida después de la muerte de mi hermano

PÁGINA 27-28-29-30-3 1 Tanzania

PÁGINA 32-33 Equipo de Revista ALAS


Editorial

Junta Directiva para la Asociación para el Liderazgo y Ascenso Social (ALAS)

Empezar con lo que es necesario, continuar con lo que es posible y de pronto podremos hacer lo que creíamos imposible. ¿Cómo empezar a vivir, después de la muerte de un familiar cercano?, ¿cómo verle el lado positivo a una mala relación de pareja?, ¿cómo cambia la vida después de un nacimiento de un hijo o una hija?, empezar de cero es el tema que vamos a tratar en esta ocasión en nuestra revista. Un nuevo inicio, trae consigo nuevas oportunidades, un punto de quiebre, de cambio, un nuevo comienzo para decidir cómo quiero ser, si la situación me hará más fuerte, más sabia, una persona mejor. En todos los temas que tratamos hay un elemento en común: nuestra

Presidenta

Raquel Rochwerger

Vicepresidenta 1 Helena Baruch

Vicepresidenta 2 Andrea Álvarez

Tesorera

Sandra García

Secretaria

Patricia Ramírez

Prosecretaria Cristina Rojas

Vocal 1

Eugenia Fonseca

Vocal 2

Georgianela Carpio

Fiscal

Andrea Hulbert

Comunicación

Adriana Álvarez

Sitio Web

Jonathan Matamoros

RRSS

Pablo Santamaría

Diseño

Mariela Quirós

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actitud. Esa es la clave, si decidimos rendirnos, no dar más, no adaptarnos a la nueva situación, vamos a caer, sin poder iniciar, sin poder reinventarnos. Si en cambio decidimos verle lo positivo a la situación, si vemos que por cada muerte en el mundo, se nos enseña que la vida es muy valiosa y que el tiempo que tenemos es limitado por lo que debemos aprovecharlo, valorar a las personas que amamos, disfrutar el tiempo con ellas; si nos damos cuenta que por cada mala relación en pareja aprendemos lo que no estamos dispuestas a aceptar en nuestra próxima relación, si aprendemos que valemos mucho para aceptar poco; si decidimos por nosotras mismas iniciar de cero una nueva etapa, tener la valentía de salir de la zona de confort. “Mi consciencia en Costa Rica, después de 7 meses en Tanzania” es un artículo de Raquel Sáenz, quien junto a su familia tomaron la decisión de irse a África para ser voluntarios en una casa de niños y niñas que perdieron a sus papás y de personas con VIH-Sida, Raquel pensaba que su “empezar de cero” fue cuando vivió la etapa de llegar a Tanzania y ver las costumbres y la escasez de recursos básicos, como agua, ropa y transporte en que vivían, pero su nuevo inicio fue cuando regresó a Costa Rica y vio la opulencia en que vivimos en el país y su consciencia se lo hizo ver aún más claro. “Los dos pantalones que cambiaron mi vida”, una historia de la vida de Mayela Castillo que quiso compartir con nuestras lectoras para aceptar el cuerpo que tenemos y saber que todas somos hermosas. Empezar a aceptarnos. Una revista llena de inicios, de reflexión, de historias de vida, que nos ponen a pensar ¿qué inicios han marcado mi vida? ¿cuáles “comenzar de cero” van a transformarme?

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AcabĂŠ con la obesidad, pero no con la pesadilla. Por: Marcela Ayub Dobles https://www.facebook.com/metamorfosiscostarica


or años, lloré, justifiqué infidelidades, perdoné ofensas, aguanté desprecios, quise dormirme y no abrir los ojos nunca más, compré productos que prometían acabar con la pesadilla, me avergoncé, odié mi cuerpo y mi vida; todo por por la obesidad. Constantemente me decían cosas como: “Deje de comer y verá la diferencia”; “cierre el pico mamita”; “es así porque quiere”. Y cuando intentaba hacer un esfuerzo, me atacaban con el “otra vez, siempre lo mismo y no baja”, “cuidándose, no parece, ¡la veo igual!”. Fui dándole a la obesidad el manejo de mi vida, mi primer pensamiento al despertar, mi compañía en el día y mi razón para odiarme cada noche, la convertí, en la culpable y la fuente inagotable de mis males, desmotivaciones y fracasos. Fue fácil darle tanto poder a una condición que, de alguna manera, yo había elegido vivir. La comida era mi fuente de supervivencia emocional. Llorando, comía 16 slides de pizza, un paquete de galletas en cinco minutos, tomaba gaseosa, como si de ella dependiera mi respiración; odiaba la comida tanto como la amaba. Creí que mi vida siempre sería así: sintiéndome fea, infeliz, despreciable e incapaz de amarme; perdí el control de mis emociones y todo giraba alrededor del peso, lo que veía, sentía y pensaba. Estaba convencida que si lograba bajar de peso tendría paz, felicidad y todo iba a ser perfecto, me dispuse a intentar todo para acabar con ella: vomitar, no comer, pastillas, ejercicio, máquina, tratamiento, póngale nombre, precio y nivel de peligro, inclusive un sleeve gástrico. Había perdido 25 kilogramos y aún vivía atormentada. “Va bien, pero no vuelva a ganar peso”, “¿Cuánto ha bajado? Mi res-

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puesta: 20kg y aún así me decían: “pero aún le falta”. También los que decían: “cuidado baja mucho se va a ver enferma” (aún me faltaban 35 kilos para el peso saludable), “¡Ay! coma, está bien cuidarse pero no exagere” (la dicho por la persona que más insistía en que bajara); “empiece a ejercitarse, va a quedar floja, que feo una flaca aguada”. 50 kilos menos y los comentarios eran: “ay, no baje más, se veía mejor con un poquito más de peso”, “Ahora como juega de flaca no come”, “Si, te fui infiel” (según yo, la infidelidad pasaba por mi peso). Ahí estaba, sin obesidad, en mi peor momento, tocando fondo, descubriendo que el mundo siempre dice algo, que a la gente nunca se queda bien, que el peso no era lo que me impedía ser feliz. Había perdido el peso y nuevamente me habían sido infiel, seguían rechazándome, criticándome y lejos de ser el ideal de la sociedad. Ahí, cuando toqué fondo, por primera vez “con el cuerpo de pie y el alma de rodillas”, des-

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cubrí que tenía que robarme mi propia vida, adueñarme de ella, para empezar de cero. Acabé con la obesidad, pero no con la pesadilla, para iniciar una nueva oportunidad, tenía que cambiar mi estilo de vida. Decidí luchar por y para mí, complacerme, gustarme, motivarme, ejercitarme, retarme y enfrentarme, aprender a amarme, dejar de ser la piedra en mi camino, arrebatarle mis metas al miedo, negar la entrada a quien no sabe valorarme, alejar a quien no me hace crecer, exigir respeto, vivir el dolor, perder un amor, amigo o trabajo con la convicción de que lo mejor está por venir, si así lo decido. Soy dura conmigo misma, más que antes.

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Me esfuerzo para usar esa autoexigencia como motor para ser mejor. Tengo mi autoestima en desarrollo. De vez en cuando mi pasado me visita para decirme: “no lo vas a lograr”. A veces me levanto queriendo dejar de luchar, pero no me doy el lujo de rendirme, consciente de que no es la última vez, me esfuerzo todos los días.
 Ha sido un camino difícil, pero sobreviví a mi peor enemiga, yo misma y mientras tenga vida, la guerra no se termina, pero quiero ir de batalla en batalla ayudando a cambiar la pesadilla de los demás, para así un día de rodillas decir, “no tengo nada, usé todo lo que me diste” y fui feliz.

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Empezar desde cero: Inicio o Re-inicio? Raquel Rochwerger, Presidenta de ALAS


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n la última sesión de la Junta Directiva de ALAS, estábamos conversando acerca de las barreras a las que se enfrentan muchas profesionales recién graduadas o desempleadas, cuando al salir a buscar un espacio en el mercado laboral, quedan atrapadas en una paradoja. Si destinaron muchos años a prepararse lo mejor posible, dedicándose totalmente a los estudios, llegan con una gran debilidad, pues para todo puesto es contemplada la experiencia.

carreras u oficios. Y no dejan de existir otras, entre las que tenemos, insatisfacción en el puesto que ya tienen y que las lleva a renunciar, presiones y exigencias por parte de los empleadores, tanto específicamente del desempeño como de acoso u hostigamiento. En un escenario tan variado, al iniciar un proyecto ya sea personal o como parte de una empresa u organización, se necesita de una habilidad adicional: la capacidad de reinventarse, en realidad, no es empezar de cero, debemos verlo como un re-inicio, pues la experiencia vivida unida a la formación recibida, en el período anterior, dejan una huella, un activo, que será fundamental en la nueva etapa.

Si por el otro lado, tienen una gran práctica pero no tienen los grados académicos solicitados, no son valoradas para los puestos a los que aplican. La conclusión es que realmente se requiere una mezcla de educación formal y experiencia, desde el inicio de los estudios, para que tengan más oporLo medular en esta nueva fase será, partunidades cuando busquen empleo. tiendo de un proceso de revisión interna, de Estas consideraciones son válidas, tanto autoconocimiento y valoración real de para jóvenes que se inician en el trabajo las fortalezas y debilidades, poder idencomo mujeres que buscan reinsertarse des- tificar cuáles son las opciones y alternapués de haberse retirado por múltiples cir- tivas que hay en ese momento, que le dan la oportunidad para tomar el rumbo a secunstancias. guir y vigilar qué circunstancias pueden ser amenazantes. Y sucede que, muchas de esas mujeres, profesionales o no, que buscan emplearse, tienen que emprender un camino totalmente Retornando a la experiencia vivida, en la nuevo y desconocido. Ya sea por el exce- constitución de la Asociación para el Lideso de oferta en ciertos oficios o profesiones, razgo y Ascenso Social, nuestra querida por desactualización en cuanto a las habili- ALAS, es cierto que iniciamos un nuevo prodades solicitadas o por cualquier otra causa, yecto hace poco más de seis años, pero la se ven en el reto de empezar desde cero. experiencia y heterogeneidad en cuanto a la formación de cada una, nos permitió a las ¿Qué significa esto? Que incluso teniendo fundadoras, contribuir en la creación de un los requisitos solicitados, tanto de estudios proyecto que consideramos era necesario, como de experiencia, aparece una nueva para llenar un vacío en nuestra sociedad. variable: saturación en el mercado de esas Sí era un proyecto nuevo, pero todas veníaRevista ALAS

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mos con nuestro bagaje y cada una aportó con ideas y acciones, para concretar un anhelo y hacerlo realidad. Una nueva organización, que se iniciaba, con el aporte de la experiencia personal de todas sus integrantes y fundadoras. Nos propusimos impulsar cada día a un mayor número de mujeres a volar más alto, en una momento donde la desigualdad de oportunidades para las mujeres, la discriminación y la violencia, continúan siendo una indudable realidad. Tuvimos un sueño al que le pusimos metas y lo hicimos con mucha pasión. Pasión inyectada con compromiso y energía para impulsar el cambio. Un cambio en la vida de las mujeres, que permite alcanzar mejores oportunidades y condiciones de vida. Los sueños y aspiraciones pueden llegar a ser realidades. Solo requerimos de la voluntad para hacerlo y de la capacidad para identificar cómo hacerlo.

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Empezar desde Cero Mamรก Feliz


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odo empieza desde cero, la vida, el amor, una carrera universitaria, estas estas se alimentan de la toma de decisiones, organización personal y motivación para concluir exitosamente la meta. Desde los primeros años de vida, los niños se imaginan, que serán cuando sea adulto. Mi sueño desde niña fue algún día ser madre, claro a esa edad no tenía presente la responsabilidad que conllevaba, pero ese era mi sueño. A mis 26 años, aquella ilusión se hizo realidad, Isabella llegó en el momento en que más lo necesitaba. En algunos momentos de la vida, es primordial hacer cambios para tomar aire y continuar, pues mi bebé fue ese cambio, ese empezar de cero, para madurar como esposa, como mujer profesional, universitaria y emprendedora. Todo inició desde el primer momento en que tuve a mi hija junto a mí. Cuando mis brazos la enlazaron y tuvimos esa conexión perfecta,

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algo que es indescriptible. Entonces pensé, ese ser humano tan pequeñito me necesita al 100%; necesita escuchar el latido de mi corazón para sentir seguridad, necesita de mi calor, de mi alimento y fundamentalmente de mi amor, dedicación y tiempo. Todo lo teníamos que realizar sin dejar de lado nuestro diario vivir, la carrera universitaria, el trabajo y las metas a futuro que estaba idealizadas pero debíamos de sostenerlas y protégelas para poder hacerlas realidad. A partir de momento dije “necesitamos multiplicarnos por mil”, para poder cumplir en todas las facetas que queríamos alcanzar. Surgieron dos soluciones, organizarnos con las prioridades, sin dejar de lado a la bebé que consumía la mayor cantidad de tiempo y aprender a ser multifacéticos. Y no solamente fue un cambio para mi sino también para mi esposo, aprendimos a estudiar con ella en brazos, a cenar uno primero y luego el otro, a hacer relevos en todo y a provechar los ratitos libres para descansar la mente. Pero en organización y aprendizaje, apostamos por el aprendizaje, pensamos si aprendemos bien desde un inicio, enriqueceremos día a día esta carrera de ser padres. Hoy puedo visualizar hacia atrás, como un ejercicio de aprendizaje y entender de que antes de que Isabella llegara a nuestras vidas, todo lo que hacía en los campos en que estaba involucrada, no lo realizaba con tanta pasión como las hago hoy, ella es mi motivación fundamental en todo, es el sello de calidad de mis labores y que lo mejor de finalizar un día cansado, es volar para estar ver esa carita llena de emoción. Suena cansado y la realidad es que es así, pero la recompensa no tiene descripción, teRevista AL AS


ner un hijo es un motor en la vida, saber de qué todo lo que hagas y sacrificas será parte de esa vida, que tal vez no es reconocido en el momento, pero si será de orgullo para mi hija, cuando ella sea adulta. Isabella, ahora solo tengo muy claro que

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desde que llegaste a nuestras vidas, no imaginamos la vida sin ti, cuidarte, mirarte y besarte se han convertido en mí día a día y no hay nada que me haga más feliz y me satisfaga tanto que tener todo eso conmigo.

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Empezar la vida despuĂŠs de la muerte de mi hermano Por: Kimberly Vargas Morera, PsicĂłloga y fundadora de Creciendo a travĂŠs del Duelo


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o hay dolor más grande que el dolor de la ausencia. Empezar de cero nun ca ha sido un proceso fácil, pero empezar de cero tras la muerte de un ser querido ha sido en mi caso en particular, un proceso de recaídas, dolor, desesperanza, trasformación y renacimiento. Ante el peso de la muerte todo a nuestro alrededor pierde sentido: el trabajo, los estudios, tus pasatiempos, tus sueños o proyectos, todo pierde su color y su encanto; tu mundo en su amplitud de esferas (hija, hermana, amiga, pareja, profesional, etc.) pierde su equilibrio. Comienzas a cuestionar el sentido de la existencia, inclusive de tu propia existencia.

y confuso para mí, el asombro, la negación, el enojo contra Dios o la vida… emociones que disfrazaban de distinta manera la profunda tristeza y el dolor inexplicable de perder a quienes más amamos. Esta experiencia por difícil que haya sido para mí, trajo consigo múltiples regalos para mi propia existencia y para la de todos aquellos que experimentaron conmigo la despedida de nuestro ser querido, y que al principio no supimos reconocer. Regalos invaluables que trasformaron a partir de aquella fecha nuestras vidas; jamás volvimos a ser los mismos, no volvimos a mirar al mundo con los mismos ojos, ahora somos mejores personas, más humanas y más auténticas.

En nuestra rutina diaria nos creemos ajenas a la muerte propia o la de nuestros allegados más queridos, y vivimos evitando su tan sola mención o suposición, entonces cuando la muerte nos visita nos toma por entera sorpresa (aun sí conociéramos de su pronta llegada), nuestro mundo por completo se paraliza. No fuimos educadas para perder y no estamos dispuestas a hacerlo. Vivimos en una cultura negadora de la muerte y es por eso que pagamos un alto costo emocional, no estamos preparadas para morir o ver morir a quienes amamos.

Es hasta que sufres la pérdida física de un ser querido que replanteas si todo lo que has hecho hasta el momento tiene realmente sentido. Cuestionas cada decisión que has tomado en tu vida y rescatas lo verdaderamente importante, es un despertar a una nueva consciencia de vida, un proceso de transformación como el de una mariposa, la oruga despierta de su capullo siendo un nuevo ser, pero nunca olvidará que fue oruga… así resulta la muerte y así resulta la vida, un proceso de metamorfosis.

El 08 de agosto del 2012, hace tres años, despedí a sus 23 años a mi hermano mayor. Fue una muerte repentina, tomó por sorpresa a toda mi familia (incluyéndome), no parecía un proceso natural que una persona tan joven y con tanta pasión por la vida se marchara tan pronto. Recordar mis emociones en aquel momento es un proceso difícil

En nosotros reside el poder si decidimos que una experiencia adversa o de sufrimiento nos destruya y nos consuma en una experiencia de vida gris de sobrevivencia o nos transforme brindándonos una perspectiva de gratitud por su existencia. ¿Qué resulta más esperanzador, maldecir por su muerte o agradecer por su existencia?

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Lamentablemente la muerte en ocasiones, compartieron en vida. No se trata de con es quien nos enseña verdaderamente el quién pases más tiempo, sino con quién tiesignificado de la vida, resulta paradójico, sin nes los mejores recuerdos. embargo no existe en todo el mundo teoría más cierta. Podrás preguntarte ¿Cómo pude llegar a conceptualizar el proceso de muerte, de Ahora vivo más intensamente mi vida, soy vida o mi experiencia de duelo de esta mamucho más sensible a solidarizarme con el nera?, no existen recetas universales para dolor de otros, conozco con mucha más ex- la elaboración de un duelo e incluso lo que perticia la alegría y la felicidad por que he me funcionó a mí no significa que le funcioconocido con maestría la tristeza y el su- ne a otras personas. Lo cierto es que aún lo frimiento. Las preocupaciones o angustias extraño, tanto como la primera vez, todavía diarias de la vida son tomadas con ligereza hay y siempre habrá fechas difíciles de sopero con responsabilidad. brellevar, pero en mis momentos de dicha o aflicción siempre lo mantengo presente, eso El mundo material o el de la apariencia o me hace sentirlo todavía muy cerca. Soy caaprobación social pierde por completo su paz de sonreír por su existencia y recordar valor; descubres que los lazos afectivos que cada travesura, pelea, o grandes momentos conforme vas creciendo creas en tu expe- de dicha y hermandad que compartimos riencia de vida permanecen intactos aún juntos, sigue siendo mi hermano mayor, su bajo el peso de la muerte. La muerte jamás muerte no lo borra de mi historia. podrá llevarse tus recuerdos ni el amor que

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Gracias a mi ex Por: Priscilla Arias


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n el momento que vivimos una ruptura, no es fácil ver el lado positivo. Pue den pasar meses, inclusive años, para que podamos ver la película completa. Cada persona lo vive de manera diferente; sin embargo, quisiera decirles que enfocarse en tomar lo positivo para aplicarlo a nuestra vida puede quitarnos mucho de encima, nos permite perdonar y perdonarnos. Mi agradecimiento con la vida y las personas es infinito. Hoy tengo claro que solo puedo dar gracias desde el corazón porque no sería tan valiosa como lo soy hoy sin haber pasado por esta situación. A vos, con quien ya no tengo una relación te doy gracias porque:

todas las áreas de mi vida. 4. Aprendí el valor de la honestidad y que es posible engañar a una persona un momento determinado, a otra durante otro espacio pero que es imposible mantenerlo durante mucho tiempo. Por eso ahora cuido mis palabras y acciones.

1. Me obligaste a adentrarme en lo profundo de mi ser, no sabía lo importante que era conocerme a mí misma. Pasé mucho tiempo tratando de conocerte y entenderte, tiempo después entendí que la única persona que tenía que explorar y conocer era a 5. Entendí que una relación es tan solo mí misma. una parte de la vida de una persona y que 2. La palabra fidelidad dejó de ser ajena soy una mujer completa que necesita ala mi vida, y me fui tan fiel a mi misma que guien a mi ritmo, por lo que ya nunca más decidí no aceptarte más en mi vida, no cul- baje de mi piso para no hacer sentir mal a parme más y dejar atrás los malos recuer- alguien que no podía estar a mi nivel, dejé dos. Abrazarme de lo bueno, las risas y todo de jugar el papel de sacrificada y empática para ser exitosa y empoderada. el amor incondicional que di, eso iba a traer más luz a mi vida. 6. Cuando terminamos, enfoqué mis 3. Me partiste en mil pedazos, quedé energías en mi crecimiento personal, me tan herida que pasó mucho tiempo para po- permití conocerme más y descubrí un ser der recoger todas las piezas que quebras- humano maravilloso, hoy agradezco a esos te, pero por primera vez tuve la valentía de malos momentos porque fueron un trampoquedarme sola por mucho tiempo y eso me lín que me hicieron volar más alto y ser la llevo a definir qué iba a aceptar de ahora en mujer que siempre estaba destinada a ser. adelante, y cuál era el amor que me merecía y quería y hoy me da determinación en 7. Me enseñaste a alzar mi voz, a ser 17

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abierta y humana. Por mucho tiempo guardé silencio de lo que había pasado por vergüenza pero hoy entendí que fue tan solo una experiencia más común de lo que parece y cuando la compartí abiertamente encontré maravillosas personas que hicieron más liviana mi carga.

Hoy disfruto de un amor infinito pero mi corazón tenía que estar preparado para poder conservarlo por siempre.

8. Agradezco a ambos, fue un momento tan duro en mi vida que aprendí a salir completamente sola de una situación de dolor algo que nunca había hecho antes, ahí encontré que a una mujer que podía hacerlo todo y que tenía capacidad de lograr todo lo que soñara. 9. Finalmente cuando pude entender la lección que tenía mi relación, pude entender que sí tendría que pasar todo lo que pasamos para poder ser quien soy hoy, si te volvería a escoger por ese espacio de tiempo, solo para ser la gran mujer que soy hoy. Sin vos y ese mal rato no lo hubiera logrado. Mi ser y yo te lo agradecemos infinitamente. Una vez leí y cito a Elizabeth M. Gilbert: “la ruina es un regalo, La ruina es un regalo a la transformación.” El mayor regalo que recibí fue el desenlace que al inicio me pareció trágico pero después me llevo a desarrollar la mejor versión de mí, gracias a este proceso y porque ya estaba escrito en mi línea de vida encontré a ALAS; mi vida y perspectiva cambiaron por completo y me siento tan agradecida porque logré encontrar internamente lo que con el tiempo después apareció externamente manifestado en un amor que me hace sentir en el hogar que mi corazón siempre perteneció pero que hasta ahora apareció. Revista ALAS

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Los dos pantalones que cambiaron mi vida


engo 33 años, mido 164 centímetros vendedora, la muchacha me ofreció azules, de altura y peso 93 kilogramos. Estoy celestes y hasta uno blanco, pero yo lo quería negro. gorda. Y esta historia tiene un final feliz. En la segunda tienda tampoco encontré lo Yo tenía unos siete años cuando, estando que buscaba, de hecho hasta el momento de visita en la casa de mi papá, veíamos no había encontrado un solo pantalón que me quedara bien. unas fotografías que tenía en una caja de cartón, en una foto estaba una de sus hijas Tercera y cuarta tiendas fueron un fracaso mayores, le dije “qué bonita que es ella” y él total, pero a ese punto ya no me importaba procedió a contarme una historia que tengo el color, solo quería encontrar uno que me pasara de las caderas, que me cerrara sin tatuada en la memoria. • Sabés que una vez iba con mis tres estrangular mi cintura. La cara de frustrahijas y me encontré un amigo que me dijo ción de mi papá era más de lo que podía “don Miguel, sus hijas son muy bonitas ¿por soportar pero de verdad quería un pantalón nuevo. qué no las mete en un concurso de belleQuinta tienda. Nada. za?”, yo le contesté, “Mis hijas no necesitan Para el momento en que llegamos a la sexta ser bonitas, ellas son inteligentes”. Listo. Esa pequeñísima anécdota fue sufi- tienda de nuestro tour, yo ya me sentía deciente para que yo no tuviese que preocu- rrotada, elegí dos pantalones, el primero no parme por ser una niña linda, me bastó para cerró, se me escaparon las lágrimas de los poder jugar con mis barbies sin querer pa- ojos y mientras me probaba ese último panrecerme a ellas, para poder ver las revistas talón, el trigésimo octavo de la tarde, solo y la televisión sin sentir que había algo malo podía pensar: “si éste no me queda, no me compro nada”. Subió. Metí panza. Cerró. en mí. Y me duró unos buenos siete años. A partir de los 13 años empecé a subir de Esa tarde entendí el significado de ser impeso. Me di cuenta porque la gente a mi al- perfecta, de no ser atractiva y de sentirme rededor me lo decía, no me gustaba pensar en guerra contra mi cuerpo, empezaron las en eso, me distraía de lo realmente impor- dietas, las nutricionistas que me quitaban tante: superar mi primera mala nota en un grupos alimenticios completos, los incontables intentos de hacer ejercicio. examen de matemáticas. Yo quería verme bien, quería que me dijeran que era bonita, que los chicos podían enEl primer pantalón contrarme atractiva, que dejaran de decirme gorda. Faltaban 3 meses para cumplir 15 años, le pedí a mi papá un pantalón nuevo, quería Antes de ese pantalón nunca había pasado un jeans negro, me dijo que sí; a pesar que tanto tiempo pensando en mi cuerpo, desir de compras no era de sus actividades fa- pués de él no dejaba de hacerlo, y eso duró casi 10 años. voritas.

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Entramos a la primera tienda y no tenían pantalones negros de mi talla, como buena Revista AL AS

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El segundo pantalón 20


Tenía 24 años cuando fui por segunda vez a Estados Unidos, para ese momento mucho en mi vida había cambiado; había terminado mi primera carrera, mi mamá se había mudado a otro país y mi papá había fallecido. Sin embargo, algo seguía igual, yo continuaba haciendo dieta. Durante este viaje familiar, fuimos a una tienda de descuento, esta vez buscaba un pantalón formal, necesitaba uno ya que iba a empezar a tener entrevistas de trabajo. Fue entonces cuando vi la sección Plus Size, nunca había escuchado el término pero mi mamá me dijo que ahí iba a encontrar uno que me quedara. Vi un pantalón gris a cuadros, siempre me han gustado los cuadros, era grande, talla 16, pensé que era posible que me quedara así que me lo probé. Hacía 10 años había estado en un probador llorando porque 37 pantalones no me habían quedado, ese día el espejo de un probador fue el testigo de un nuevo inicio para mi. No sé si puedo explicar con palabras lo que sentí, una sensación de alivio, la comprensión de que mi cuerpo no era erróneo, de que estaba bien aceptarme tal y como me veía, inmediatamente vino a mi mente la frase: “No soy yo, el problema es que allá no hay tallas para mí”. Ese día no hubo lágrimas ni fuegos artificiales pero ese pantalón cambió mi vida. A partir de ese momento, empecé la tarea de amarme a mi misma tal y como soy, de entender que mi valor no estaba relacionado con mi apariencia, que había tanto en mi personalidad, en mi compasión, en mi autenticidad como para considerarme hermosa a pesar de no calzar en los cánones de 21

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belleza física que dicta la sociedad. Entendí que yo era suficiente. En los últimos 9 años mi peso ha fluctuado, mi actividad física ha variado de nada a demasiado, he pasado años en el gimnasio y lo dejé, descubrí el yoga y me enamoré de sentirme fuerte y saludable. Y puedo asegurar que todo lo he hecho por amor a mi misma, por poder disfrutar la vida, andar en bicicleta, jugar con mi hermano y caminar sin quedarme sin aliento, ir a la playa y pasarla bien sin acomplejarme por la celulitis o las estrías. Ya nunca estoy alerta de la percepción que otras personas tienen de mi. Salgo de mi casa sin verme en el espejo y sintiéndome cómoda en mi piel, puedo asegurar que no hay nada mejor que esa sensación. En cuanto al amor propio, soy una estudiante, pero algo he aprendido estos años y quiero compartírselo:

• No hable mal de su propio cuerpo ni del de las demás personas. • Rodéese de ejemplos positivos, busque cuerpos con los que pueda relacionarse. • Cuando le digan que se ve bien, créalo. • Concéntrese en sus fortalezas, eso que la hace valiosa y que no tiene nada que ver con cómo se ve.

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ALAS, empezar de cero

un sueño

Algunas de las fundadoras de ALAS nos comparten cómo fue que comenzó el sueño de lo que ahora es nuestra asociación. Raquel Rochwerger Rosenthal

Nuria Marín Raventós

Cuando hace seis años y medio, nos reunimos diez viejas amigas y otras no tanto, a compartir un sueño y atrevernos a iniciar desde cero, un proyecto para apoyar a las mujeres de nuestro país, nunca nos imaginamos que estábamos iniciando una organización como la que hoy es ALAS.

En el 2008 ALAS surge del sueño de 10 mujeres unidas y comprometidas por hacer la diferencia en la vida de otras mujeres. Ha sido un proceso hermoso, enriquecedor y de prolíferos réditos pero que demandó de mucho esfuerzo, pasión y compromiso de las fundadoras, asociadas y participantes que luego se nos unieron.

La desigualdad de oportunidades en las mujeres, tanto en los espacios públicos como privados fue nuestra motivación, y la necesidad de cambio y de asumir el compromiso, se convirtió en nuestra pasión. Ha sido un gran esfuerzo, pero el vuelo iniciado nos demuestra que es posible convertir los sueños en realidades.

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Han sido siete años de evolución y mejora continua, que nos han permitido desarrollar una amplia variedad de programas y propuestas, ser una organización con prestigio nacional y proyección internacional y una comunidad que supera las 60 mil integrantes. ¡Un sueño hecho realidad!

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Andrea Álvarez Marín

Elizabeth Umaña Solano

Al principio teníamos la idea de que las mujeres queríamos aprender de temas relacionados a las finanzas y los negocios y nuestra propuesta era hacer un centro de capacitaciones virtual. Después de un estudio de necesidades, comprendimos que las mujeres requerimos fortalecer nuestra autoestima primero, para luego fortalecer nuestras áreas de conocimiento. Esto implicó un alto grado de humildad, para cambiar nuestra visión original de lo que queríamos que fuera ALAS y adaptarnos a lo que las mujeres realmente necesitábamos. Estas decisiones han sido clave para que ALAS siga sumando mujeres seguras, empoderadas y líderes que cada día vuelan más alto.

ALAS se inició con un grupo muy entusiasta de mujeres soñadoras, realizando planes de trabajo para desarrollar entre otros, un centro de capacitación virtual para desarrollar acciones en temas claves de liderazgo femenino, abarcando todos los estratos de la sociedad, siendo abiertas y sensibles a las necesidades de las mujeres para que lograran superarse y un detalle importante y de visión, fue integrar a la asociación a mujeres jóvenes. Hoy veo que las metas han sobrepasado las expectativas que se plantearon en un inicio, la red de mujeres es enorme, se siente la fuerza de ALAS.

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Helena Baruch Goldberg

Francela Conejo Jiménez

Diez mujeres soñadoras. Nos conocímos, nos respetamos y nos apreciamos unas a las otras. No queriamos separarnos. Asi surgio la idea de crear una plataforma para que cada vez mas mujeres pudieran volar alto. Obsevamos a otras mujeres valiosisimas que por distintas circunstancias no lograban desarrollar su potencial y quedaban estancadas, poniendose techos imaginarios que no les permitian crècer. Desconocíamos el común denominador. Sin ningún recurso, mas que nosotras mismas le pusimos ALAS a nuestro sueño. Hoy ALAS, ha logrado contagiar a unas 60000 personas y esperamos seguir contagiando a muchas mas, para alcanzar la sociedad justa, inclusiva y feliz que queremos.

Unidas por un mismo sentir, así empezamos en ALAS. Con la clara convicción de que el aprendizaje no se mide por el cúmulo de conocimiento si no por la posibilidad de compartir con otras personas algo de nuestra experiencia.

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Así rescatamos el verdadero sentido de la sororidad y aunque vamos y venimos con las limitaciones del tiempo y la distancia, hay algo que nos mantiene unidas como grupo. Ese algo sin duda alguna es el deseo de seguir volando y apoyar a otras mujeres en su despegue.

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Por mi segunda carrera Por: Cristina Izquierdo Flores Periodista y estudiante de administraci贸n de negocios


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os charcos esconden los cráteres de las calles. Los cántaros de agua se deslizaban por el parabrisas. Estoy en media presa. La lluvia, el frío, la locura de estar afuera, me invita a una tentadora noche de comida casera, ver una película entre las cobijas y el calor de la casa. Un prolongado pitazo del educado conductor del carro que viene atrás del mío, me trae de nuevo a la realidad y me indica que la presa se movió un espacio. Pongo la marcha en primera, avanzo un par de metros y nos volvemos a detener. Atascada en la presa, veo por el retrovisor y reflexiono por qué después de un largo día de trabajo, voy de camino a la universidad y no a la casa, o salir con los amigos. Me pierdo en el pensamiento. Ya viví esto una vez, las presas, el estudio, los trabajos en grupo, ya esto lo pasé. Un bachillerato y una licenciatura en Ciencias de la Comunicación Colectiva, con énfasis en periodismo. Gran nombre para el título, pero muchos profesionales y poco mercado me llevaron a buscar una segunda opción. Empezar de cero una segunda carrera universitaria.

pupitre. Segunda fila, en el centro. Saco la calculadora del bolso. Hasta las teclas de los números están frías. Después de haber aprobado Contabilidad 1,2,3 y 4, Contabilidad de Costos, Matemática 1, Cálculo, Matemática Financiera, Finanzas 1, 2 y 3, me percaté que mi frustración por la matemática que se originó en el colegio, porque me parecía una materia aburrida, se había diluido al saber que es necesaria, y que si quería mejores oportunidades debía agarrarle el gusto. Y así ha sido. Ya empezó la clase. El profesor comienza a graficar una tabla de datos. De pronto ya no me importa el aguacero, el frío, las presas, el cansancio, la tentación del calorcito de la casa, la salida con los amigos. Es momento de prestar la atención a mi futuro. Eso se puede hacer hoy martes, en clases de estadística para tener los mejores pronósticos de trabajo y oportunidades de mi lado.

En este punto es donde doy gracias por mi trabajo, por el estudio, por la gente que apoya y por la salud; se me dibuja una sonrisa que el resto de compañeros probablemente no entiende. Aún me falta poco menos de la Llego a la Universidad. Es un martes, voy mitad de la carrera; aunque a veces hayan a clases de estadística. Me siento en un presas, lluvia o frío, continúo avanzando.

Mujer 360: Mujer de muchos sombreros a cargo de Nuria Marín


Mi consciencia en Costa Rica, después de 7 meses en Tanzania Por: Raquel Sáenz, voluntaria en Tanzania, África para The Olive Branch
for Children


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ntre un paisaje de montañas llenas de cultivos y pequeñas casas, la mayoría hechas de barro y con techos de zinc o paja, era como estar casi en una comarca. Niños en cada esquina, jugando, gente que viene y va. Sonrisas y saludos encerraban un intercambio. Un intercambio de respeto, confianza, y felicidad. Las casas se ubicaban en las faldas de las montañas las estrechas calles, eran de barro durante la época lluviosa y durante la época seca, se convertían en polvo. Esto es por lo que se vive, por ese cambio de estaciones. De lluviosa a seca, la gente se está preparando constantemente. Cultivando cuanto puedan ya que todo eso verde que envuelve las montañas desaparece cuando llega la época seca, a mediados de Junio y todo se vuelve escaso. El agua era de lo más difícil de conseguir en Tanzania.Nunca era potable, así que para tomar nos recomendaron tomar un buen té o chai. Si no, están las gaseosas. Sí, aunque no había agua, si habían gaseosas. Algo curioso es que eran sumamente difíciles de conseguir frías ya que por falta de electricidad, los refrigeradores casi que son inexistentes y por falta de agua o desconfianza de su procedencia, no existe hielo. La comida era sencilla, el “Ugali”, que se podría decir que es una especie de atol, está hecho a partir de la harina del maíz molido, una harina diferente a la de las tortillas o a cualquiera que se use de este lado del hemisferio, muy fina. La textura era como la de un puré de Yuca, y se cocinaba en la leña o en carbón. Sin sal ni algún sabor especial, solo la harina y el agua. Algunas veces se Revista ALAS

acompañaba por frijoles o por unos vegetales que consistían en hojas de calabaza cocinados con agua, sal, y jugo de tomate, bastante amargos, y carne, de qué tipo, sería difícil decir. Siete meses en una cultura y un lugar tan diferente al que estábamos acostumbrados, significaron siete meses de obstáculos y lecciones constantes. Cuando decidí devolverme a Costa Rica, me imaginaba poder ver a la gente de nuevo, poder seguir con lo que había dejado atrás. Pero algo en mí había cambiado.Una vez que salí de Tanzania, tuve varias escalas, de regreso a casa. Qatar, fue mi primera escala, fue tan contrastante que me hizo sentir un poco alienada. Un aeropuerto enorme, con tecnologías de punta para el uso de los pasajeros, joyerías con vitrinas que mostraban joyas que intimidaban. Cuando llegué de vuelta a Costa Rica, todo fue un proceso. Lo podría agrupar en cuatro sentimientos: culpa, frustración, aceptación y crecimiento. ¿Por qué culpa? Saber lo que significa bañarse en un chorro infinito de agua potable, darnos el lujo de la comprar ropa, tener transporte, tomar agua del tubo. Me sentí culpable; si muchas de las personas que conocí mientras estaba en Tanzania, supieran a lo que volví, seguro cambiaria mucho la forma en la que me veían. Cuanto me costó intentar sentirme “igual” a ellos, para darme cuenta que nuestros mundos son tan diferentes. Ahí es donde viene la frustración, siete meses de cero consumismo, de ver a personas cubrir sus cuerpos con los mismos pedazos de tela todos los días y venir y sentir que tendría que adoptar

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de nuevo la cultura de tener un vestido diferente para todos los días. Poder seleccionar y planear comidas distintas para cada día. Todo fue un gran cambio. Se volvió frustrante no tener a nadie que me entendiera, que supiera lo que ví, lo que conocí.

tiempo de estar un poco confundida respecto a mi posición y lo que pensaba de todo, alguien se acercó y me dijo lo más sabio que he escuchado durante mucho tiempo. Me dijo: “– Raque, uno no decide cuándo ni en dónde nace.” Esta frase se convirtió entre un amuleto y muletilla silenciosa en mi A mi lado en toda la experiencia que viví en cabeza, la cual me la repetí varias veces y Tanzania estuvieron mis papás, mis herma- poco a poco logré ir viendo la experiencia nos, pero así como tenemos esa esencia faen sí. miliar, tenemos un millón de cosas distintas y para cada uno de nosotros la experiencia significó algo muy diferente. Al cabo de un


Cerca de un año de haber vuelto a Costa Rica, puedo tener la certeza que soy afortunada por haber tenido esta experiencia. A mis 20 años, estoy segura de que realmente no tengo percepción de lo que es la vida y lo que se vive, pero al mismo tiempo espero con ansias cada cosa que venga, poder saber que no sé nada y que nada es lo que se cree hasta que se vive.


Puedo decir que en muchos sentidos me sentí más viva que nunca durante y después de mi experiencia en África, por aprender a ver no solo uno o el otro lado de la moneda sino un poliedro infinito dentro de otro, cuyo volumen se encuentra únicamente dentro de cada uno de nosotros.

El escritor uruguayo Benedetti usó esta frase: “no vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable.”

Aquí es donde me encuentro yo, aceptan- Y hoy la hago mía. Porque solo cuando una do y creciendo con cada experiencia.Pensé misma lo ve y lo vive, entiende que no se que volvía a casa y que iba a retomar mi puede seguir siendo la misma persona, la experiencia te marca, te despierta vida en Costa Rica donde la había dejado, la consciencia. antes de partir a Tanzania.


Andrea Álvarez Empresaria de banano, historiadora, salubrista pública, mujer de familia y fundadora de ALAS. De la actividad bananera aprendió de perseverancia. De la historia entendió el enorme potencial humano. De la política aprendió de humildad y la salud pública es su vocación. De su familia aprendió lo que conlleva construir una vida apasionada. Y en ALAS compartió la solidaridad entre mujeres.

Cristina Izquierdo Escribe desde que tiene memoria. Seguramente por eso se graduó de periodista en la UCR. Su primer libro se lo dedicó a su papá. Complementó su profesión con administración de negocios. Es ganadora del premio Armando Alfaro del COLPER. Cree en los superhéroes y después de entrar a ALAS cree en las superheroínas.

Georgianela Carpio Positiva y soñadora por naturaleza. Apasionada por lo que sucede en el mundo, tanto que eligió de profesión Relaciones Internacionales. Fiel creyente de que si cada persona se conoce a sí misma, se pueden lograr grandes cosas. Revista AL AS

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Priscilla Arias Sueña con viajar por el mundo. La mueve la música, la inspiran las personas y ama el amor. Nunca le dice no a un postre. Su pasión en invertir tiempo en otros. Nunca para de hablar. La fotografía es su vida, no es su trabajo, es un estilo de vida.

Mayela Castillo Productora audiovisual con un gusto obsesivo por el cine de horror, con ideas poco convencionales y pasión por aprender. Sueña con viajar por el mundo y dedicar su vida a sus amores: el audiovisual, la cocina y aprender… de todo.

“No es la calma de la vida, o el reposo de una estación pacífica, que las grandes personalidades se forman. Los hábitos de una mente vigorosa se forman cuando lidian con las dificultades.” Ana Laura Campos Aunque estudió relaciones públicas, su pasión es el mercadeo. Para ella, lo más importante es la familia, y sigue creyendo en cuentos de hadas. 33

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-Abigail Adams

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