LA MARCHA DE LAS CORDILLERAS
i. Y allí comenzaron a moverse las montañas
ii. Estremecidas y blancas ah sí blancas son las heladas cumbres de los Andes
iii. Desligándose unas de otras igual que heridas que se fueran abriendo poco a poco hasta que ni la nieve las curara
iv. Y entonces erguidas como si un pensamiento las moviese desde los mismos nevados desde las mismas piedras desde los mismos vacíos comenzaron su marcha sin ley las impresionantes cordilleras de Chile
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