Cristina Mesas – El misterio de la chimenea

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El misterio de la chimenea

Cristina Mesas

El misterio de la chimenea

Cristina Mesas

Projecte integrat, 2019

Cicle Formatiu de Grau Superior d’Il·lustració

M.Josep Forcadell, tutora de Projecte Integrat

Georgina Aspa, professora de Suport d’enquadernació

Violant Cebrià, professora de Suport digital

Escola d’Art La Industrial Comte d’Urgell, 187 08036 Barcelona

C F Grau Superior d Il•lustraci

Albus Dumbledore, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

«No sientas pena de los muertos, sino de los vivos, y sobre todo de aquellos que viven sin amor.»

Hoy he decidido finalmente escribir este diario.

Mi nombre es Damien y junto a mis amigos Vicky, Scott, Clara, Yeray y Charlotte formamos hace unos meses un grupo de investigación.

Lo que sucedió para que creáramos este grupo fue lo que me hizo decidir a escribir todo esto. Así que para que todo quede más claro, voy a explicar en qué momento empezó todo.

Todo comenzó con un sueño de Vicky.

Antes de que mis amigos y yo formáramos el grupo, una mañana de febrero Vicky me llamó por teléfono para pedirme si podíamos vernos antes de ir a clase. Me preocupé al escuchar lo nerviosa que estaba, así que nada más terminar la llamada fui a verla a su casa.

Allí me explicó que la noche anterior tuvo un sueño un tanto peculiar: vio cómo «algo» arrastraba y se llevaba a un hombre por una especie de pasadizos subterráneos.

Ella no podía dejar de darle vueltas al asunto, estaba muy asustada, y yo traté de tranquilizarla diciéndole que aquello había sido solo una pesadilla, pero Vicky estaba convencida de que no había sido un simple sueño.

No fue hasta unas semanas después, cuando todo el grupo de amigos quedamos en mi casa, que Charlotte y Yeray resolvieron gran parte de nuestras dudas: nos explicaron que la noche en la que Vicky tuvo aquel sueño, al guardia de seguridad del recinto de La Industrial –donde Scott, Yeray y yo estudiamos bachillerato –

Martes, 23 de mayo

que había desaparecido, por fin lo habían encontrado.

Encontraron su cadáver en los pasadizos subterráneos de la chimenea de la que fue la antigua fábrica textil Can Batlló. Según lo que pudieron escuchar Charlotte y Yeray, a escondidas, mientras Pedro – el padre de ambos, también guardia de seguridad del recinto – hablaba con un compañero de trabajo, es que los forenses estaban convencidos de que había sido una muerte en extrañas circunstancias, y que no era la primera vez que algo así ocurría en aquel lugar.

Ahora era mi turno de no poder dejar de darle vueltas al asunto. ¿Y si Vicky estaba en lo cierto? ¿Y si había tenido aquel sueño por alguna razón? No podía dejar de pensar en ello y en todo lo que Charlotte y Yeray nos habían explicado.

Así que una tarde en la que todo el grupo de amigos quedamos y comentamos lo sucedido, sugerí formar el grupo de investigación. Les pareció una buena idea, ya que también creían que todo aquello no era una simple casualidad.

Todos podíamos aportar algo a la causa: Vicky sería nuestra «médium». Clara sería la fotógrafa del grupo, mientras que Charlotte y Yeray serían los investigadores, los que contrastarían la información que fuéramos encontrando – a veces, sonsacando información a su padre, que le encanta explicar batallitas de su trabajo – . Scott sería el ilustrador del grupo (cuando no encontráramos fotografías relacionadas con las visiones de Vicky,

él las ilustraría) y yo sería el redactor de todo lo que fuéramos investigando y recopilando.

Pero quien más importancia tiene en este grupo, y quien me inspiró a escribir este diario es Vicky. Unas semanas después de que formásemos el grupo de investigación, Vicky comenzó a tener sueños extraños, ella los describe como estar viendo una película, solo que lo vives todo en primera persona. Y no solo eso, empezó a escuchar la voz de una mujer en su cabeza. Al principio pensó que se estaba volviendo loca, pero al final se dio cuenta de que tenía una conexión mental con alguien … con alguien que, precisamente, no pertenecía a este mundo. Aquella mujer le explicó que era una viuda que vivió en los terrenos donde después se edificó la fábrica textil Can Batlló – sí, alguien que vivió durante el s. XIX – , y que su alma había vuelto a este mundo para proteger a la gente que se acercaba al recinto; que los protegía de algo despiadadamente malvado.

Así que acabamos refiriéndonos a ella como «La Viuda». Era más cómodo que estar llamándola todo el tiempo «la mujer que Vicky escucha en su cabeza».

Aunque bueno, dicho así, si no crees lo que Vicky ve y oye, puedes pensar que un poco mal de la cabeza sí está. Yo, personalmente, no dudé de ella en ningún momento. Decidimos probar suerte, cada vez que ella tenía un sueño o aquella mujer le explicaba algo, Charlotte y Yeray investigaban si aquello había ocurrido realmente, y no creo

que esto sea una sorpresa a estas alturas, pero sí, todo lo que Vicky soñaba, eran cosas que habían ocurrido en el pasado.

Así que acabamos llamando «visiones» a aquellos sueños. Es por eso que nombramos a Vicky la médium del grupo, y creo que sin ella no habríamos podido conseguir ni una cuarta parte de toda la información que ahora poseemos, ya que sin su ayuda seguiríamos dando palos de ciego.

Esta es toda la información que hemos recopilado:

- En las visiones el protagonista es un chico no muy mayor, por lo que Vicky ha podido ver.

- No sabemos la fecha exacta de los sucesos, pero creemos que puede ser sobre 1890 en adelante.

- Algo ocurrió en el recinto durante la época de la guerra de Cuba en la que el edificio del reloj fue un hospital militar.

- Todas las desapariciones y muertes posteriores ocurren después de que este chico muera en el hospital. De momento es lo único que hemos podido comprobar de alguna manera, ya que la prensa solo habla de desapariciones, pues nunca encontraron los cuerpos. Pero La Viuda nos ha asegurado que todo lo que Vicky ha visto es real. Y lo más alarmante de todo es que desde la última semana, Vicky no ha dejado de tener sueños en los que Scott desaparece en esos pasadizos subterráneos.

Solo nos queda esperar que sean solo pesadillas y nada le pase a nuestro amigo.

Vicky me ha telefoneado hace unas horas en medio de un ataque de ansiedad para explicarme que había visto en un sueño cómo Scott estaba atrapado en los pasadizos subterráneos y le pedía ayuda para que fuéramos a buscarle.

He intentado tranquilizarla diciéndole que seguramente sería una pesadilla, pero ella estaba convencida de que no lo era, que era una visión de lo que realmente le estaba ocurriendo a Scott – y no ayudaba el hecho de que La Viuda le daba la razón a Vicky – . Le he dicho que intentara tranquilizarse y que descansara un poco mientras yo trataba de ponerme en contacto con él.

El problema es que no lo he conseguido.

Sábado, 27 de mayo

Primero le he enviado un whatsapp, pero el mensaje ni siquiera parecía que le llegaba al móvil, así que al esperar unos minutos en los que se me comían los nervios he decidido llamarlo directamente, pero parece ser que tiene el móvil apagado.

Tampoco es tan raro, ¿no?, al fin y al cabo son solo las 9 de la mañana de un sábado y seguro que Scott simplemente sigue durmiendo.

Quizá eso es lo que quiero creer para no caer en las garras del pánico. Pero cuanto más indago, más rápido caigo en sus garras.

Yeray, al igual que yo, se habría despedido de él el viernes por el mediodía después de clase. Clara y Charlotte habían hablado con él esa tarde porque por lo visto había perdido su carpeta. Quizá volvió al recinto por la tarde para buscarla.

Tengo que quedar con el grupo de investigaciones y ver qué podemos hacer, porque a estas alturas creo que lo más sensato es creer a Vicky, y esta vez no podemos quedarnos de brazos cruzados, tenemos que ayudar a Scott.

Ayer nos reunimos y hemos decidido bajar a los pasadizos subterráneos. No sabemos cómo está Scott; probamos que Vicky durmiera para ver si tenía alguna visión, pero se sentía demasiado agobiada con nosotros allí y no conseguía dormirse. La Viuda nos había asegurado que haría lo posible para que pudiéramos entrar al recinto sin ser descubiertos, y no es que desconfíe de ella pero … ¿a quién quiero engañar?, claro que no me fío de ella, ¿quién me puede asegurar que no está compinchada con esa cosa que vive en los pasadizos de la chimenea y no nos hagan daño? Confío en lo que Vicky nos dice, pero tengo miedo de que nos estén utilizando.

Hemos quedado a las 23.00 en la entrada del recinto que da a la calle Comte d’Urgell. No las tengo todas con eso de que podamos entrar fácilmente, pero estoy dispuesto a correr cualquier riesgo si así conseguimos rescatar a Scott.

Vicky ha llegado cargada con una bolsa llena de velas negras, porque La Viuda le ha dicho que las íbamos a necesitar para rescatar a Scott.

Aquello me olía a chamusquina, y que tuviéramos que hacer un ritual para rescatar a Scott me hacía desconfiar cada vez más de La Viuda, por mucho que Vicky diga que es de fiar.

Vicky nos ha asegurado que La Viuda había planeado algo, y aunque me hubiera gustado saber en qué consistía ese plan, nos hemos plantado delante de la verja de hierro, esperando que se abriera milagrosamente – cosa que obviamente, no ha sucedido –.

Domingo, 28 de mayo

Casi me da un infarto al ver que alguien se acercaba a nosotros desde el otro lado de la verja, y cuando estaba a punto de decirles a todos que corriéramos para escondernos, Vicky nos ha tranquilizado diciendo que esto formaba parte del plan, así que, con el corazón martilleando como loco contra mi pecho y la ansiedad apoderándose de mi cuerpo, he mantenido la calma.

Era un guardia de seguridad, mientras nos abría la verja para que pasáramos, he mirado a Vicky pensando en que todo esto quizá era una mala idea, pero ella le ha dado las gracias al guardia, y cuando él ha respondido, lo ha hecho con voz de mujer; era La Viuda hablando a través de él. Sus ojos eran de color blanco, resplandeciendo en la oscuridad de la noche.

La Viuda nos ha explicado que había poseído al guardia de seguridad que aquella noche debía quedarse vigilando, y que antes de que dieran las 23.00 ha apagado las cámaras de seguridad para que no quedasen evidencias de cómo nos paseábamos por el recinto.

Yo iba decidido en dirección a la entrada de la chimenea, pero La Viuda, a través del guardia de seguridad, me ha parado, diciéndonos que aún no podíamos bajar, porque antes de hacerlo teníamos que saber a qué nos enfrentábamos.

A mí me parecía más lógico que fuera ella quien nos lo explicase todo directamente, pero, por lo visto, si comentaba «eso» a lo que nos íbamos a enfrentar en voz alta, haría que su espíritu se manifestara y perderíamos el «factor sorpresa», por eso nos contó que había dejado escondida toda la información que necesitábamos. Ya podría haberlo dejado más a la vista, o haberle dicho a Vicky dónde estaba aquello que había escondido, pero supongo que si lo dejaba a la vista cualquiera podría haberlo encontrado, aunque el hecho de que no se lo haya explicado a Vicky hace que no termine de fiarme de ella. No lo hacía antes, pero ahora menos.

Antes de retirarse, nos ha entregado una linterna de rayos ultravioleta, diciéndonos que siguiéramos las indicaciones que había dejado por todo el recinto, señalándonos por dónde debíamos comenzar y entregándonos las llaves de la chimenea para cuando estuviéramos preparados para bajar a los pasadizos.

Pensaba que nos lo iba a poner más difícil, pero solo hemos tenido que seguir unas flechas que estaban marcadas con tinta invisible por las paredes de diversos edificios. Las flechas nos han llevado hasta una zona con césped y hemos supuesto que eso quería decir que algo estaba enterrado allí. Estábamos en lo cierto. Excavando con nuestras manos hemos dado con una pequeña caja enterrada que contenía la fotografía de un chico – bastante atractivo a decir verdad – vestido con uniforme militar y una carta. La carta era de parte de La Viuda, donde nos explicaba todo lo que necesitábamos saber:

«El chico que veis en la fotografía se llama Álex.

Murió en este recinto cuando el edi fi cio del reloj era un hospital militar, justo a las tres de la madrugada, aunque él nunca supo que había fallecido, pues murió mientras dormía. Muchos entes se quedan atrapados en este mundo cuando, por ejemplo como Álex, no son conscientes de su propia muerte.

Su alma se quedó atrapada en este mundo; dentro de este recinto. Por algún motivo no podía salir de aquí, y por una extraña razón, su espíritu siempre se manifestaba a la hora en que falleció, eso hizo que cada vez estuviera más confuso y más enfadado, ya que no podía comunicarse con nadie; no podía saber que había muerto, y el tic-tac del reloj era lo único que recordaba de sus últimas horas en este mundo, haciendo que poco a poco aquel sonido le enloqueciera un poco más.

Su ira hizo que comenzase a transformarse en un ente maligno, fue entonces cuando mi alma volvió a este mundo; justo en el lugar donde yo había vivido antes de que se convirtiera en una fábrica.

Entendí que había vuelto por un motivo: para ayudar a Álex. Pero no fue tan sencillo. Él ya era completamente perverso, lleno de maldad, y cuando intenté explicarle que el problema que tenía era que no había sido consciente durante todo este tiempo de que su alma hacía mucho que se había alejado de su cuerpo, no quiso escuchar nada más, no me dejó ayudarlo a deshacerse de toda esa maldad.

Al no recordar cómo había muerto, siempre creyó que lo habían asesinado.

Juró que se vengaría por haberlo condenado a pasar la eternidad en aquel lugar. Yo no pude hacer nada más, su poder ya entonces era extraordinario, yo sola no podía derrotarlo.

Es por eso que he intentado daros todas las pistas posibles de quién era Álex, pero sé que no os lo he puesto fácil, y os diré por qué:

Como he dicho anteriormente, su poder es extraordinario, tenía miedo de que si le explicaba directamente a Vicky algo sobre él, se pudiera manifestar a través de nuestra conexión y le acabase haciendo daño. Era muy arriesgado.

Hacía muchos años que esto no pasaba, había conseguido proteger a todo el mundo en el recinto; les había protegido de caer en las garras de Álex. Pero hace unos meses, su poder comenzó a crecer, y los asesinatos volvieron a empezar. Antes de que el guardia de seguridad muriera en los pasadizos de la chimenea, sentí cómo esa conexión con Vicky nacía. No sabía por qué, pero tuve el presentimiento de que debía advertirla de alguna manera de todo lo que estaba ocurriendo, y lo que estaba por llegar. Y entonces vuestro amigo Scott desapareció. No creo que haya sido casualidad, creo que de alguna manera ha descubierto que me estaba comunicando con vosotros. Es por eso que he querido explicaros todo a través de esta carta, así me aseguro de que no puede saber nada de lo que os estoy contando, y además, no tendrá manera de averiguar que sabéis cómo derrotarlo. Yo os ayudaré, pero sin vosotros, sin vuestra ayuda, será imposible acabar con él.

Tiene a Scott oculto en los pasadizos, abajo os he dejado escondida la manera de encontrarlo. Al hacerlo, estoy segura de que será el momento en que Álex se manifestará. Yo lo paralizaré –o al menos, lo intentaré– y vosotros vais a tener que seguir las siguientes instrucciones:

• Tenéis que dibujar un pentagrama en el suelo.

• Colocar las velas negras en cada punta de la estrella.

• Meter a Álex dentro del pentagrama.

Yo me encargaré del resto. Pero si logramos realizar sin problemas el ritual, conseguiremos liberar a Álex; conseguiremos que toda la maldad que lo ha consumido desaparezca.

Eso es todo, ahora podéis bajar a los pasadizos.»

Después de que todos leyéramos la carta nos miramos decididos a seguir el plan, esta vez sin ningún tipo de desconfianza.

Fuimos a la entrada de la chimenea donde La Viuda ya nos estaba esperando, mientras nos metíamos dentro y sacábamos las linternas que había guardado en mi mochila nos deseó suerte cerrando la puerta de la chimenea tras nosotros. Una vez dentro nos callamos intentando percibir todos los sonidos posibles para ver si alguien más se encontraba ahí abajo, pero lo único que pude oír era mi propia respiración.

Con las linternas alumbrando todo el lugar, nos pusimos en fila, yo en cabeza seguido de Vicky, Yeray, Clara y Charlotte y empezamos a recorrer los pasadizos de arriba a abajo, pero no había rastro de Scott ni de nada inusual. Lo único que veíamos eran más y más ladrillos a nuestro alrededor. Volvimos a la zona central de la chimenea para pensar en qué hacer. No podía ser que Vicky y La Viuda se equivocaran, ¿no? Pero entonces … ¿dónde estaba Scott?

Fue entonces cuando Clara me pidió que usara la linterna de rayos ultravioleta para enfocar el cuello de la chimenea, al hacerlo, ella enfocó el visor de la cámara hacia lo alto de la chimenea y vimos algo en una de las paredes.

Lunes, 29 de mayo.

Lo que habíamos visto gracias a la linterna era una flecha que señalaba un pequeño agujero en la pared, el mismo tipo de flecha que nos había llevado hasta la información sobre Álex, así que me subí por la escalerilla de la chimenea hasta poder llegar al agujero. Dentro había un papel doblado, bajé y junto a los demás lo desplegué para ver qué era.

Charlotte y Yeray fueron los primeros en percatarse. Era un mapa de los pasadizos en los que nos encontrábamos, y descubrimos que había una especie de laberinto que estaba adyacente a estos, parecía como si estuvieran ocultos. Pero … eso no era posible, ¿no?

Nunca habíamos encontrado nada al respecto al investigar sobre la chimenea, aunque quizá fuera nuestra última esperanza de saber dónde estaba Scott.

Con el mapa en mano, volvimos a adentrarnos en los pasadizos en busca de la entrada de los que estaban ocultos.

Parecía que había seis que conectaban con los que ya conocíamos, pero no veíamos nada, solo ladrillos. Y dudaba de que fuera como en las películas que al empujar uno de ellos se abriera una puerta secreta.

Aunque quizá no estaba del todo equivocado.

Vicky vio que en una de las paredes donde debería conectar con una de las entradas había una zona en que los ladrillos sobresalían un poco. ¿Y si era la entrada de verdad? Empujé con todas mis fuerzas, y aunque noté cómo la pared cedía un poco, yo solo no pude hacer nada, así que los cinco empujamos a la vez hasta que conseguimos apartar aquel trozo de pared, que cayó al otro lado haciendo un estrepitoso ruido y revelándonos la entrada hacia los pasadizos ocultos.

Eran unos pasadizos no mucho más grandes que los de la chimenea, pero que parecían mucho más antiguos y sucios que los que acabábamos de recorrer. Aquello era un laberinto, y empecé a agobiarme un poco.

Nos movimos despacio, intentando apreciar todos los detalles de aquellos túneles ocultos, tratando de ver cualquier detalle que pudiera darnos una pista de dónde estaba Scott.

Estábamos tan nerviosos que cuando llegamos a un callejón sin salida, nos dimos cuenta de que nos habíamos perdido. Tratamos de no perder la calma, volvimos hacia atrás y después de girar a la izquierda y luego a la derecha, encontramos una puerta. ¿Sería allí donde había llevado a Scott?

La puerta no tenía cerradura, pero cuando intenté abrirla estaba atascada. Parecía que hacía mucho tiempo que no la abrían.

Yeray y yo nos pusimos a empujar con todas nuestras fuerzas hasta que finalmente se abrió. Lo hicimos con tanta fuerza que los dos acabamos cayendo al suelo. Después de recuperarme del porrazo, Vicky me ayudó a levantarme y cuando me recompuse, el horror al contemplar lo que había allí se apoderó de mí paralizándome durante unos segundos.

Era una cámara, y estaba llena de esqueletos. Al no haber ventilación en la estancia, el olor que durante tantos años se había acumulado entre aquellas paredes era horroroso, tan nauseabundo que me revolvió el estómago.

Vicky reconoció la ropa de alguno de ellos, les había visto morir y ser arrastrados hasta aquí en sus visiones.

Clara fotografió todo lo que había en aquella cámara y después salimos, cerrando la puerta tras nosotros, y sabiendo que nunca podríamos borrar de nuestra mente aquella horripilante imagen de esqueletos amontonados.

Ahora que por fin nos habíamos vuelto a ubicar sobre el mapa, decidimos ir hasta la siguiente cámara que salía indicada, la que estaba más alejada de los pasadizos originales y en la que esperábamos que Scott se encontrara. Giramos a la derecha, después a la izquierda tres veces más y finalmente dimos con una puerta que era mucho más grande que la anterior. Parecía la puerta de un refugio.

Todos dudamos un momento antes de abrirla, pero cuando fui a hacerlo, esta se abrió sin ningún impedimento, nuestras linternas enfocaron hasta el interior de la estancia y entonces vimos a Scott. Lo primero que sentí al verlo allí inconsciente fue la imperiosa necesidad de salir corriendo hacia él y sacarlo de allí. Hice el intento de empezar a correr, pero un aura rojiza comenzó a manifestarse en la cámara y paré mis pasos en seco.

El cuerpo de Álex – o más bien su espíritu – se plantó delante de nosotros impidiéndonos acercarnos a Scott. El verlo con una bata de hospital y no con su uniforme militar – con el que le vimos en la fotografía – me impactó un poco al principio, pero después pensé en que aquella bata sería lo que llevaba en el momento en que murió.

El atractivo que reflejaba su fotografía casi había desaparecido, dejando paso solamente a un rostro y cuerpo demacrados con la piel amarillenta. Pero sus ojos eran totalmente diferentes, azules, tan azules como el cielo en un día despejado. Parecían conservar vida todavía, aunque tal vez era el deseo de recuperar la poca humanidad que le quedaba en aquel cuerpo corrompido por la maldad.

No sabíamos qué hacer; cómo debíamos poner en marcha el plan que La Viuda nos había encomendado. El aura rojiza de Álex comenzó a desprender más y más luz, como si su poder se estuviera fortaleciendo de alguna manera. Decir que me estaba poniendo nervioso era quedarse corto, estaba a punto de entrar en pánico. Vicky me cogió de la mano haciendo que toda mi atención se centrara en ella, y entonces ella me sonrió. ¿Por qué iba a sonreír en un momento así? Sentía que estábamos a punto de morir todos, que aquello había sido una trampa de La Viuda. Pero Vicky estaba sonriendo.

Y cuando pensaba que ese iba a ser nuestro final, La Viuda apareció en la cámara, esta vez con su aspecto real, con su vestido de época del s. XIX y una confiada sonrisa, como si ya supiera que íbamos a ganar, cuando yo aún ni siquiera sabía si íbamos a salir vivos de allí.

Al igual que Álex, ella también estaba rodeada por un aura, pero de un color amarillo tan claro que parecía blanco, era casi tranquilizador. Cuando nos miró, pude apreciar que sus ojos eran blancos, del mismo color que los del guardia de seguridad que había poseído hacía unas horas.

Álex al ver a La Viuda junto a nosotros parecía … asustado; era curioso, pues hacía un momento su rostro expresaba confianza y determinación. Aquello me dio esperanzas. Quizá sí teníamos la oportunidad de derrotarlo y salir de allí con vida. El aura rojiza de Álex comenzó a apagarse poco a poco al mismo tiempo que el aura amarilla de La Viuda empezaba a fortalecerse. Fue entonces cuando nos miró una última vez para después centrar toda su atención en Álex, paralizándolo.

Ahora era nuestro momento para actuar, teníamos que realizar el ritual antes de que Álex pudiera liberarse de lo que fuera que La Viuda estaba haciendo para retenerlo.

Yeray corrió y con una piedra dibujó un pentagrama en el suelo. Vicky colocó las velas en cada punta de la estrella mientras Charlotte y Clara la ayudaban a encenderlas. Una vez encendidas me acerqué a Álex, temeroso de que su cuerpo no fuera corpóreo, mis manos se posaron en sus hombros y sentí su fría piel, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Lo empujé hasta que llegó al centro del pentagrama y entonces La Viuda exclamó unas palabras en lo que supuse que era latín, aunque estaba demasiado nervioso y asustado como para pensar en si las entendía.

Y entonces todo quedó en silencio, sentía como si de repente me hubiera quedado sordo, pero aquella sensación no duró mucho, pues Álex emitió un grito escalofriante, inhumano, y de su boca y ojos salió una sustancia de un color tan negro como la noche más oscura, como

si estuviera drenando algo de su interior y toda su maldad estuviera desapareciendo de alguna manera por fin.

Cuando dejó de expulsar toda aquella sustancia, Álex se desplomó en el suelo. No me atrevía a mover ni un músculo, nadie se atrevía a hacerlo. Pero La Viuda parecía que no tenía miedo alguno, se acercó hasta el cuerpo de Álex y se agachó junto a él, esperando a que se recuperase. Cuando Álex finalmente volvió a incorporarse, ella lo ayudó a levantarse.

Álex nos miró perplejo, como si no supiera qué estaba pasando, y quizá fuera así, quizá no había sido consciente de lo que había estado haciendo durante todo este tiempo, cegado por la maldad.

Mientras La Viuda ayudaba a Álex, nosotros finalmente fuimos hasta donde Scott se encontraba inconsciente, lo incorporamos, sentándolo y apoyándolo contra una pared, hasta que por fin recuperó el conocimiento. Después ya nos encargaríamos de explicarle todo lo que había ocurrido, en ese momento debía de estar la mar de confuso.

En cuanto conseguimos ayudar a Scott a que pudiera levantarse, todos le rodeamos en un fuerte abrazo, felices de que nuestro amigo siguiera con vida.

Al volvernos La Viuda y Álex desprendían la misma aura amarilla, como si ahora fueran dos almas que pertenecían al mismo lugar. Álex parecía una persona diferente, quizá era porque toda la maldad que lo había consumido por fin había desaparecido, ahora parecía un poco más vivo – aunque sabía que aquello era imposible – . Los dos nos dieron las gracias por ayudar a liberarlo de las cadenas que lo mantenían aquí atrapado.

Salimos de la cámara y volvimos a los pasadizos originales de la chimenea para poder salir de allí. Al abrir la puerta al exterior, el mismo guardia de seguridad nos estaba esperando, otra vez poseído por La Viuda.

Nos abrió la verja y salimos para después poder cerrarla de nuevo; él se volvió y se marchó hacia uno de los edificios del recinto. Nos apoyamos contra la verja durante unos minutos, recuperando el aliento y consiguiendo que poco a poco todos los nervios y el miedo que habíamos sentido empezasen a esfumarse.

Poco después pudimos ver a lo lejos los espíritus de La Viuda y Álex caminando codo con codo y alejándose hasta, literalmente, desaparecer.

Quiero agradecer a todo el mundo que me ha acompañado en este corto pero intenso camino y que me ha ayudado a no rendirme en ningún momento: a mis profesores, por su dedicación y paciencia; a mi madre, por creer siempre en mí y ayudarme a alcanzar mis sueños; a mis amigos y mi pareja, por recordarme que a veces también necesito ver más allá de mi trabajo y descansar un poco. Gracias por hacer que este proyecto haya sido mucho más ameno con toda vuestra ayuda.

Ilustraciones realizadas en papel de acuarela Canson de 250gr • Técnica utilizada: acuarela y tinta china

• Ilustraciones digitalizadas y posteriormente editadas con el programa Photoshop en la Escola d’Art La Industrial • Maquetación del libro con el programa InDesign en la Escola

d’Art La Industrial • Se terminó de imprimir el viernes 12 de abril de 2019 en la imprenta MediaActive de Barcelona • Impresión realizada en papel Fabriano Edición de 130gr • Ecuadernado a mano en el taller de encuadernación de la Escola d’Art La Industrial • Ejemplar único

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