Arte en Cuarentena.

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ARTE EN CUARENTENA


Catálogo de la exposición digital: Arte en Cuarentena. 31 de mayo al 3 de agosto de 2020. Jurados de la convocatoria: Natalia Cardona, Yolanda Rivera y Alejandro Triana. Fotografías y textos: De cada uno de los artistas. Diseño y edición: Natalia Cardona y Alejandro Triana. Portada y contraportada: Juan González. Cuestión de hambre. Agradecimientos: A todos los y las artistas que enviaron sus propuestas, así mismo a las personas que contribuyeron a la divulgación de la convocatoria y la exposición digital con un like, compartiendo las publicaciones, etiquetando a sus amigos o simplemente hablando de la muestra.

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ARTE EN CUARENTENA


ARTE EN CUARENTENA A mediados de marzo de 2020 se anunció en Colombia que sus habitantes debían iniciar un tiempo de cuarentena. Con el paso de los días y tras la ampliación de dicho tiempo se comenzaron a evidenciar debilidades y abandonos, que gracias a muchos años de saqueo a los proyectos públicos en áreas de salud, inversión social, cultural, entre otros, no permitieron una atención adecuada a muchos ciudadanos. A pesar de este complicado escenario muchos artistas continuaron sus investigaciones y otros vieron en las situaciones que se estaban presentando, tanto en sus entornos más próximos como en escenarios del mundo, temas e historias que se podrían abordar a través de las artes plásticas y visuales, lo que convierte sus obras en testigos que se materializaron en un momento histórico de trascendencia internacional. Arte en Cuarentena surgió como un espacio que permitiera divulgar una pequeña fracción de las obras producidas entre el 20 de marzo y 11 de mayo de 2020; cabe aclarar, la convocatoria no requería que las propuestas tuvieran como eje temático la cuarentena o el Covid-19. Sin embargo estos temas si fueron muy citados, incluso se mezclaron con otros que estaban sobre la mesa, esto llevó a diversas interpretaciones y reflexiones frente a las nuevas maneras de interacción humana, el cuerpo, los usos de la tecnología, el paisaje, las medidas sanitarias, las acciones de gobierno, el trato a los diferentes grupos sociales y étnicos, las costumbres, entre muchos otros. Las 65 obras que fueron seleccionadas para la fase de exposición digital reflejan parte de los intereses y preocupaciones de los artistas, interpretados en una riqueza de técnicas como: performance, animación, fotografía, video, dibujo, pintura, escultura, bordado, instalación, ensamble, collage, serigrafía, linograbado y vidrio soplado. Para Arte y Conexión fue muy gratificante la acogida por parte de quienes, gracias a la fuerza de las herramientas digitales, escucharon el llamado y nos permitieron recibir 140 propuestas de 10 países, que hacen parte de 4 continentes: Argentina, Australia, Chile, Colombia España, Guatemala, México, Perú, Venezuela y Senegal. Así mismo importante resaltar el alcance nacional, que fue reflejado en propuestas de 29 municipios colombianos que tuvieron representantes en la fase de convocatoria: Acacías, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cajicá, Cali, Carmen de Viboral, Chía, Cúcuta, El Peñol, Manizales, Medellín, Paipa, Pasto, Pereira, Pitalito, Popayán, Ráquira, Rionegro, San Bernardo del Viento, Santa Sofía, Sincé, Sincelejo, Soacha, Tibasosa, Tuluá, Tunja, Villapinzón y Villavicencio. Esperamos que esta publicación sirva para recordar la importancia del pensamiento y el trabajo de los y las artistas; que este sea un espacio digital que permita reconocer la labor no solo de quienes participaron, también de aquellos que siguen trabajando desde sus hogares con propuestas desde diferentes ramas del arte y la cultura. Lo cierto es que en la medida que vayamos saliendo de esta situación nos encontraremos con una abundancia de propuestas artísticas enriquecidas con nuevas maneras de comprender la vida, la naturaleza, el ser, todo. Alejandro Triana L. Director. Arte y Conexión.


ARTISTAS Adriana Acero Aislinn Ross Alejandro Salazar Alfonso Bonilla Alirio Cristancho Andrea Aguía Anyelo López Camilo Torres Carlos Rincón Dadne Sánchez David Navarro Davinson Vera Diana Beltrán Diana Londoño Fabiola Alarcón Germán Sánchez Idaldo Bertel Iván Barajas Jairo Manzano Jairo Rueda Jeisson Castillo Jessica Zamora Jhon Muñoz Johan Galue Jonathan Camargo Jonathan Chaparro Jorge Rodríguez Juan Argote Juan González Julián Villamizar Katherine Cely Laura Gil Lorena Perdomo Lucas Gallego

Luis Julio Carvajal Luis Camargo Luis Cárdenas Manuela Saavedra María Paula Suárez Mario Orbes Marta Isabel Ramírez Martha Benavides Mauricio Moscoso Miguel Ángel González Milagros Chapilliquen Natalia Manzo Natalia Riveros Nathalia López Patricia Martínez Paula Senior Robert Vaz Samir Quintero Sandra Díaz Sandra Pertuz Santiago Chisino Santiago Maldonado Sara Corradine Sebastián Meléndez Sebastián Ramírez Sergio Castiblanco Sergio Galvis Sergio Mendoza Sergio Zapata Sofía Pirosanto Valentina Martínez Widy Ortiz Wilson Guerrero Xilote Ibarra


Marta Isabel Ramírez - Bogotá.

Corona in vitro. Vidrio pyrex soplado a boca. 10 cm de diámetro. 2020.

"Primera imagen microscópica de la involución del virus. Nótese cómo las pequeñas vesículas se van integrando nuevamente al cuerpo, perdiendo todo efecto virulento. Como por arte de magia se reabsorben. Va a pasar, pasará. Todo pasa."



Sandra Díaz - Bogotá.

Microbita / Microbiana. Fotografías de paisajes microscópicos, sembrados sobre cultivo agar. Variables. 2020.

Esta obra se materializó durante los primeros días de confinamiento obligatorio, se presentó como reflexión ante la vida microscópica que permanece invisible, que nos habita y habita nuestros hogares. La propuesta captura y aísla un ecosistema microscópico y lo lleva a la plástica por medio de prácticas de laboratorio de microbiología, a las que la artista recurrió de manera interdisciplinaria entre las artes y la biología, relación que se denomina Bioarte. El resultado del laboratorio experimental del lugar en el que la artista reside, es un autorretrato construido a partir de una serie de dibujos abstractos y paisajes aleatorios, creados con microorganismos, bacterias y hongos, provenientes de ambientes como la cocina,

el baño y la habitación, que junto a su saliva y piel, son sembrados dentro de cajas petri con cultivos de agar, sustancia gelatinosa de algas marinas, que proporciona una superficie sólida para que crezcan las colonias bacterianas. Después de la inoculación o siembra, por medio de hisopos y asas de laboratorio los microorganismos crecen siguiendo los patrones dibujados en el cultivo y se hacen visibles en periodos de uno a tres días completando su crecimiento, lo que permite un observación detallada de su comportamiento; en este momento se toman las fotografías que quedan como registro de la obra debido a su carácter efímero.


Microbita / Microbiana. FotografĂ­as de paisajes microscĂłpicos, sembrados sobre cultivo agar. Dimensiones variables. 2020.


Alirio Cristancho - Bogotá.

Acercamiento. Acrílico sobre placas de Petri. 50 x 38 cm. 2020.

A través de la pintura el artista nos brinda un acercamiento a las formas, texturas y colores que forman paisajes del mundo microscópico.



Fabiola Alarcón - Bogotá.

De los momentos grises #1. Óleo sobre lienzo. 70 x 50 cm. 2020.

El confinamiento es una condición hospitalaria, sin distingo de raza, edad, sexo, nacionalidad, condición de clase, que se ha hecho evidente y popularizado en estos tiempos de Covid-19. Pero es una realidad que se ha vivido históricamente en condiciones lamentables y de soledad; en un alto porcentaje de la población se atienden las urgencias en el suelo, sin habitaciones, sin insumos, sin condiciones, cuando son atendidas.



Milagros Chapilliquen - Piura, Perú.


Estado de emergencia. Acrílico sobre papel de 250 gr. 30 x 40 cm. 2020.

A través de su obra, Milagros busca retratar la realidad actual de los médicos, enfermeras y personal hospitalario. Aquellas personas en primera línea de lucha contra la pandemia; que exhaustos, diariamente ponen su vida en riesgo, muchas veces trabajando en jornadas extendidas y bajo condiciones que no son las ideales. Médicos han muerto luchando contra la epidemia y otros han resultado infectados.


Luis Cárdenas - Bogotá.

Medidas sanitarias en cuarentena. Rapidógrafo y colores sobre opalina. 20 x 24 cm c/u. 2020.

A través de algunos de los parámetros propuestos por el gobierno nacional a los humanos para la no propagación del virus Covid-19, Cárdenas plantea una analogía con algunos animales que en nuestra cotidianidad se ven en una cuarentena permanente; pero que dada nuestra “nueva cotidianidad”, es aprovechada por ellos para poder ir más allá de esas anteriores fronteras.





Julián Villamizar – Bucaramanga.


Forbidden Kisses 1-2-3. Mixta sobre celulosa prensada. 28 x 28 cm. 2020.

El Covid-19 ha cambiado nuestras vidas para siempre, incluso nuestras relaciones sentimentales. En tiempos de coronavirus, los besos se proporcionan con mascarilla y el contacto es restringido al latex. Forbidden Kisses busca concienciar a las personas en tiempos donde la preferencia se relega de la discusión, y se pasa a dialogar acerca de cómo debemos sobrellevar la vinculación afectiva para prevenir la propagación del virus a escalas imprevisibles.

algunas de ellas, como la fotografía que sirvió de portada para la revista Vogue Portugal, cuya edición especial Covid-19, retrata a dos modelos en un beso con mascarillas, aunque esta imagen no es novedosa, ya que en 1937, bajo el lema “Antiseptic Kisses in Hollywood”, la revista Look tomó a los actores Stanley Morton y Betty Furness, en un beso de similares características, para realizar una campaña que buscaba prevenir la rápida propagación de una epidemia de gripe en Estados Unidos.

La obra busca en lugares comunes, para mostrar a dos personas inmersas en gesto consuetudinario, aunque resguardados bajo mascarillas; los retratos han estado apoyados en imágenes cotidianas,

De esta forma, Julián Villamizar constituye una re-interpretación artística, de aquello que nos es tan natural y cotidiano, pero que a su vez debe tomarse como un fenómeno cada vez más inusual.


Sergio Zapata - Cali.

Memento Mori. Óleo sobre lienzo. 65 x 44 cm. 2020.

Memento Mori: -recuerda que has de morir-, es una frase del latín, cuyo origen probable está en la costumbre romana de decírselo a los generales que entraban victoriosos a Roma. El origen de la frase es probablemente Sabino y es uno de los conceptos principales de la filosofía estoica, recordándonos la finitud de nuestra existencia, como una manera de invitarnos a vivir activamente el presente sin ser presuntuosos, aprovechando nuestro tiempo, mostrándonos lo que es importante, lo que estás intentando hacer mientras estás en este planeta. El ser humano piensa siempre en la muerte del otro,

mas no reflexiona con regularidad acerca de su propio deceso, pensando siempre que es algo que le pasa a los demás y que el tiempo (por ende el espacio) son inmutables e infinitos. Esta sentencia, que podría entenderse como pesimista, en realidad no lo es, pues pensar en la muerte es ser coherente con la vida, es comprender la finitud de nuestra existencia, arrojarnos irremediablemente al presente, pues el pasado es efímero y no hay certezas de un mañana; por lo cual esta frase nos invita a habitar nuestro ahora hasta las últimas consecuencias, sin excusas, a pesar de lo que pase alrededor. (Resulta irónico y premonitorio que actualmente estemos enfrentando una Pandemia).



Anyelo López - Bogotá. Da Vinci. Lápices de color. 20 x 13 cm. 2020.

Van Gogh. Lápices de color. 20 x 13 cm. 2020.

Ante la inminente y preocupante situación en la que está sumergido el mundo y en especial nuestro país por culpa del coronavirus, el artista plástico Anyelo López ha querido generar una reflexión del cuidado y la prevención que los seres humanos debemos atender; así mismo, acerca de la inspiración y creatividad que debe emerger en estos tiempos de pandemia. Su serie “Autorretratos en tiempos de cuarentena” recurre a los autorretratos de artistas

Frida. Lápices de color. 20 x 13 cm. 2020.

icónicos en la historia del arte, a quienes les viste con máscaras de prevención respiratoria. Mientras López capta la esencia pictórica de cada uno de los artistas citados, su paleta de colores y estilo dibujístico con ilustraciones elaboradas en lápices de color, recontextualiza a los personajes a una época de pandemia, algo que permite desarrollar una introspección distinta.



Iván Barajas - Bogotá.

Historia de cuarentena. Sistema de gestión de archivos para web.

En medio del confinamiento, la práctica artística muta. Los mecanismos de supervivencia físicos y metafísicos se activan. La creación persiste, pero los métodos de representación-presentación se diluyen, ya no hay a quien mostrar, no hay galerías en donde exponer. Una forma de arte muere; pero al mismo tiempo nacen otros procesos de creación que reflejan la soledad, el ensimismamiento y la fragilidad de un mundo que se creía estable. Por su parte, los beneficios de la era digital se hacen evidentes, pues si bien estamos aislados físicamente, internet no conoce fronteras, este permite situarnos en un mundo paralelo que nos da una aparente consolación en medio del caos. Hoy nos damos cuenta de que el espacio virtual es más real que el “real”, la tecnología abre unas nuevas dimensiones, y es allí, en donde se activa la circulación de las imágenes. Entonces podemos

conformarnos con que el lugar del arte es ese espacio líquido, intangible, que existe en internet. El arte entonces solo puede existir dentro de las dinámicas de consumo de información en Instagram. Solo bastará observar una imagen por dos segundos y acto seguido dejar que el efecto scroll lea los algoritmos de nuestros gustos para bombardearnos de imágenes. Historia de cuarentena está diseñada bajo el efecto “scroll” presente en los algoritmos de las redes sociales; es decir que la imagen no tiene un final determinado, sino que por el contrario es un dibujo continuo que se sigue transformando todo el tiempo. La obra se somete así a las mismas dinámicas de consumo de la información de internet, y el usuario podrá ver día tras día las imágenes que se van anidando en la parte superior.


Si quieres conocer mรกs historias de cuarentena solo debes escanear el cรณdigo QR.


Sofía Pirosanto - Buenos Aires, Argentina.

Días son números. Mixta. 18 x 35 cm. 2020.

El encierro y los días se enumeran en fila para dar una sensación de continuidad. A pesar de que todos estamos viviendo esto, nos está pasando a todos los humanos, la pertenencia a un país se convierte en un romance en donde nos vemos reflejados.



Aislinn Ross - Bogotá.

Fragmentos sobre la cuarentena. Animación digital. 2´ 46´´ 2020.

Esta propuesta surge a partir de una preocupación de la artista por mantenerse ocupada; el resultado es una animación digital que apunta a representar una cotidianidad completamente nueva. Como una forma de diario, Ross se centra en dos aspectos: el tiempo, que no pasa pero a la vez pasa muy rápido, los días se unen y todos parecen ser el mismo; y una nueva realidad, en la que asumimos protocolos y maneras de relacionarnos completamente diferentes a las que estábamos acostumbrados.


Si quieres ver la animaciรณn digital solo debes escanear el cรณdigo QR.


Sandra Pertuz - Bogotá. Estando en cuarentena he pensado ¿Cómo se ve afectada mi cotidianidad dentro del confinamiento? y ¿Qué entendía yo que era la cotidianidad? Ahora viendo esto, gracias a las redes sociales y al trabajo en casa que se vivencia a través de una pantalla de computador, me doy cuenta que la cotidianidad se ha vuelto común, cuando se entiende a manera filosófica que la cotidianidad en sí, es un hecho que se contradice y que depende de los roles, objetos y vivencias de cada individuo; te das cuenta que los patrones de cierta manera se repiten: el comer, dormir, ir a la nevera, lavarse las manos, ir al baño. Ahora todos estamos haciéndolo en conjunto, de cierta manera, piensas que antes tú vivías o asumías una cotidianidad y hace que te preguntes si realmente eso que antes contemplabas como tal si lo era. En la perspectiva en la que vivimos ahora entiendo que no lo era, o creo que no lo era. En este trabajo

lo que he hecho es sacar un fragmento de entender actual de lo cotidiano, que como ya lo mencionaba es una realidad conjunta, ya no localmente, si no mundial. Insisto, el lavarnos las manos, conectarnos a un computador para realizar un trabajo, ver series, ir a dormir; son espacios en común, pero también me he fijado que dichas cotidianidades en conjunto se vuelven propias porque la realizo como individuo dentro de la temática de lo particular, mi baño, mi nevera, mi cama; es lo que nos queda. Tomé unas placas de Drywall para entender que estoy sacando fragmentos “mi cotidianidad” espacial, de lo que son estas cuatro paredes en las que ahorita me veo sometida, nos vemos sometidos, ya que esos hechos se vuelven particulares, y por eso dibujo cada acción, no tomo fotografía, porque el dibujo para mi es más personal, es más directo, me sirve para expresar los actos que se vuelven repetitivos día a día.


Quotidianus 1 - Techo cama. Grafito sobre Drywall. 91 x 60 cm. 2020.

Quotidianus 2 - Lรกvate las manos. Grafito sobre Drywall. 91 x 53 cm. 2020.


Johan Galue - Maracaibo, Venezuela.

Sensaciones vividas de la serie tótem. Óleo acrílico sobre liencillo doble. 210 x 190 cm. 2020.

Hojas que caen de los árboles y objetos cotidianos se complementan con personajes que caminan por las calles, situaciones del día a día que muchos extrañamos. Investigación y experimentación, Johan Galue asume riesgos con el objetivo de avanzar en la búsqueda constante de formas y colores, característica de su obra pictórica. La figuración acá representada es muy particular, personajes incompletos son partes de este mundo. La razón, jugar con esos personajes y a su vez darle otra representación, jugar con la mancha y el color.



Diana Londoño - Bogotá.

Apuntes para un nuevo falansterio. Lápiz sobre papel. 91 x 61 cm. 2020.

Apuntes para un nuevo falansterio, es una propuesta arquitectónica y urbanística, que desplaza algunos postulados de la “ciudad ideal” del siglo XVIII hacia la prometedora “nueva normalidad” que trae consigo esta segunda década del siglo XXI. La verticalidad de sus estructuras estará soportada por un modelo eficiente y seguro en tanto que mantiene una relación social adecuada y una interconexión virtual constante, sus dinámicas sociales encuentran sus pilares más inquebrantables en el consumo, la fé, los medios de comunicación y la industria. Tras la abolición de la vida privada, la familia el hogar y el contacto físico, sus habitantes se encontrarán acogidos por un sistema que les garantizará un poco de salud, seguridad y sobretodo un modelo económico sólido, por lo cual el nivel de satisfacción, agradecimiento y conformismo estandarizado hará posible la continuidad exitosa de este proyecto.



Lucas Gallego - Bogotá.

El paisaje del antropoceno. Construcción fotográfica, instalación. Medidas variables. 2020.

Desde pequeño me maravilló el oficio de mi padre, junto a él construía pequeños juguetes que cada vez fueron más complejos hasta terminar por convertirse en enormes y aparatosas estructuras que me resguardaban de avatares que ya no recuerdo; soy carpintero y de esa infancia en el taller sustraje tal aprecio por el valor plástico de la madera y sus posibilidades infinitas, que terminé convirtiéndome en arquitecto por el propio impulso de construir. El desarrollo de mi trabajo ha provocado que me enfrente al persistente contraste entre construir y destruir, pues la madera que uso para fabricar “cosas” implica un aporte en la desaparición de grandes extensiones de bosques que deberían ser encargados a servir de otra manera al sustento de nuestras necesidades básicas como seres vivos, en este sentido el mayor problema se halla en la madera de contrabando, pues no existen regulaciones efectivas para su comercialización y al tener un precio mucho menor que el de la madera licita, la demanda es más alta. Consciente de esto

me cuestiono sobre las implicaciones de mi oficio, pero también sobre nuestras bases como sociedad que, a consecuencia del consumo excesivo de recursos, arrasa con todo aquello que le sostiene generosamente. Sobre este tipo de reflexiones se desarrollan mis investigaciones plásticas y construcciones fotográficas, paisajes “fabricados” por las manos del hombre, evidencias de la necesidad de replantear nuestra relación con el entorno. Para esta serie emerge la misma idea, más la intensa añoranza que desde el encierro me produce la necesidad volver a aquello que es natural; al construir paisajes de aserrín como maquetas desérticas e inertes de eso que he fotografiado en el pasado, me cuestiono sobre el valor simbólico del material como huella, paisajes fotográficos elevados con el residuo que es constante testigo de mi quehacer como carpintero y que es a su vez una discreta huella de todo aquello que provocamos al intervenir y transformar el territorio a cuestas de nuestros pobres ideales.





Sebastián Ramírez - Bogotá.

Macondo. Pintura digital. 43 x 31,5 cm c/u. 2020.


La obra es una reflexión al “estar en casa”. Para mí el cuerpo es la primera casa que habitamos y la libertad está en nuestra mente, en la imaginación, en poder crear. Los elementos yuxtapuestos representan nuestras ideas, nuestras pasiones, las cuales son más grandes que nuestro cuerpo físico, rompen los límites e impregnan de su color el contexto. Uso como punto de partida la gran obra literaria “100 años de soledad” para hacer evidente que se puede cambiar el mundo quietos, sentados en un escritorio, con tan solo un lápiz, una hoja de papel y nuestra imaginación. Crear sin salir de casa Guiado de la mano de grandes maestros Poner a volar la imaginación. Leer es reencontrarme Es comprender que la realidad es mágica. En medio de mi sinestesia Olores, sonidos, sabores y texturas son colores. Página tras página lo veía más claro, Sentía en mi piel el sol, Me olía a cítricos y calles empolvadas, Me sabía la boca a frutas tropicales, Oía canarios cantarme al oído. Leyendo, surgió esa imagen en mi cabeza No tengo duda, Para mí... Macondo es Amarillo!!!




Patricia Martínez - Pasto.

Tres momentos. Dibujo digital. 1000 x 1414 px. 2020.

Esta serie de dibujos, realizados durante el tiempo de pandemia del Covid-19, pretenden mostrar los estilos de vida de la humanidad frente a tareas o aconteceres cotidianos como: la higiene, la alimentación y la convivencia con los otros seres. Pensados desde la conformación del virus hasta las medidas de formación, convivencia y prevención del mismo, también abordan los nuevos cambios que se avecinan, pues la era de lo digital parece determinar la nueva concepción y conformación del mundo.





Nathalia López - Bogotá.

Rapiditos en cuarentena, paisaje de la despensa. Nº 22, 24, 26. Bolígrafo sobre papel. 22 x 27 cm c/u. 2020.

Esta serie surge como un ejercicio que en medio de la pandemia da continuidad a mi trabajo plástico centrado en la ilustración botánica de la flora silvestre, pero esta vez como un proceso de registro de la naturaleza confinada que me acompaña de manera temporal y efímera, el paisaje que mi nevera y despensa contienen y ofrecen por tiempo limitado y en la medida que mis posibilidades precarias de abastecimiento lo permiten. Un diario de la comida, de la subsistencia, de la vida paralizada de una mujer soltera y sola en cuarentena.



Jonathan Chaparro - Bogotรก.


Soledad mediática. Fotografía digital. 30 x 44 cm c/u. 2020.

Valiéndose de un lenguaje fotográfico Jonathan Chaparro aborda las relaciones que actualmente se tienen con los dispositivos electrónicos en la intimidad y la sensación de soledad que de allí se desprende. Chaparro logra construir una atmósfera en la que comparten escena la luz de los exteriores y la fría luz de los equipos electrónicos, que contrastan con las texturas y los velos del calor del hogar; la escena se complementa con situaciones cercanas en las que, el mismo, ha observado cómo los aparatos electrónicos han llevado a amigos y familiares a experimentar relaciones sociales silenciosas y solitarias. “De adolescente era muy solitario, no tenía muchos amigos, soñaba con tenerlos en el futuro. Cuando la internet empezó a invadir mi vida, empecé a cimentar dicha esperanza en plataformas como Facebook que prometían conectarme con muchas personas. Hoy en día me he dado cuenta que los aparatos electrónicos que soportan dichas plataformas han invadido casi toda mi vida y que la sensación de soledad se ha potenciado aún más. Durante los días de cuarentena me di cuenta que mi casa mantenía una atmósfera silenciosa a pesar de estar con mi familia reunido. Llegué a creer que con el encierro llegaríamos a compartir más, sin embargo, el foco de nuestras miradas ha estado en los equipos que nos conectan con otros afuera”.




María Paula Suárez - Bogotá.

Amar. De la serie secuencias. Texto bordado. 12 x 19,1 cm. 2020.

Construir. De la serie secuencias. Texto bordado. 12 x 19,1 cm. 2020.

“He estado hurgando dos ejes, la catarsis y el amor propio, ambos conceptos desde la sanación como epicentro”. Esta obra es la primera pieza de una serie de poesía visual. A través de un ejercicio de bordado, que a lo largo de su trayectoria ha considerado como un medio para sanar, María Paula Suárez llegó a este resultado plástico que deviene en una búsqueda por encontrar frases/mantras en textos literarios, y a través de este ejercicio ponerlos en práctica.

Sanar. De la serie secuencias. Texto bordado. 12 x 19,1 cm. 2020.

“Todo proceso creativo lleva una carga emocional enorme y tuve la suerte de desarrollar uno que me permitirá ir soltando esa carga a medida que le iba dando vida a la obra”. Secuencias es una obra que viene de un hilo conductor que ha ido permitiendo que las obras florezcan y tomen forma solas, y en esa medida se han ido consolidando nuevos conceptos bajo los ejes inicialmente mencionados.





Andrea Aguía - Bogotá.

Huevos. Foto-performance. Dimensiones variables. 2020.

A través del tacto como sentido base de sentir mi propio cuerpo en el confinamiento que estoy haciendo sola, los huevos hacen parte de una imagen del inconsciente colectivo que lo asocia con la semilla, lo erótico, el origen, y que cuido a mis espaldas como una potencia relacionada con mi sexo y que viene de una mirada interior. La elección de las imágenes inconscientes que aparecen en la escena, no se realiza con ensayos previos, se basan en una serie de palabras que se asocian a objetos y planos corporales que acentúan una acción leve, moderada. Se disponen por primera vez cuando se registra la acción, que ocurre una sola vez detrás de la cámara que disparo yo misma con un control a distancia. En ese momento empieza una performance, que se relaciona con una imagen inconsciente y tiene un tiempo con los objetos que están dispuestos para cada escena. Las palabras imagen-inconsciente-objeto, es lo que define la acción, en el modo en que “Ya no sentimos una acción en las derivaciones gramaticales, en las

deducciones y en las inducciones. Los propios verbos se endurecen como si fueran sustantivos. Sólo las imágenes pueden volver a poner en movimientos los verbos.” (Bachelard,G. 2010 , p. 145) Al principio está la imagen, y su potencia prepara la acción. La imagen nace del tacto. Derrida dice que cuando está el tacto al frente del sujeto, en el centro de sus sensaciones, la piel expuesta (así sea de una piedra), es como si te dijera ¡ven, toca!: “Si se ruega al otro que acoja el don de una ofrenda y la reciba entonces haciéndose cargo de ella, guardándola dentro de sí o junto a sí, lo más cerca posible, dentro de sí o al alcance de la mano, es porque, como siempre, tendencia irresistible, se piensa primero y demasiado en las manos, en la manera, en la maniobra o en la manipulación: asimiento, comprehensión, prensión, captación, aceptación, recepción, ruego de recibir que empieza a parecerse a la orden: ten, toca. Este “tender”, por tanto, a veces puede transformarse en la violencia misma.” (Derrida. p. 145).



Lorena Perdomo - Ciudad de México.

Confinamiento en mi soledad. Fotografía. Ciudad de México. 2020.

La imagen representa emociones negativas y positivas que la artista ha tenido que experimentar. Un encuentro íntimo a raíz de la cuarentena, que le ha dado la oportunidad de conocer lo que lleva dentro de sí; eso que le es complejo expresar, el poder desarrollar una narrativa dentro de sí misma.



Juan Argote - Popayรกn.


Serie Estructuras Transitorias. Óleo sobre lienzo. 50 x 50 cm. 2020.

Estructuras transitorias es un proyecto que nace de una problemática esencial: “el tiempo”, y con ello, la mutabilidad de las formas a su paso. Mis pinturas poseen el síntoma, la caducidad, la ruina, como elementos simbólicos del carácter transitorio de la vida y como analogía del cambio, pues hemos sido muchos y la posibilidad de una introspectiva cronológica parece estar vinculada a una sola empresa, “la memoria”. Las obras se componen de autorretratos elaborados desde una integración temporal, -memoria-presente- y se proyectan como discursos del cambio y la muerte inherente al vivir.


Natalia Manzo - Bogotá.

Todas las posibilidades o ninguna. Óleo sobre cartón. 50 x 30 cm. 2020.

Existen infinitas posibilidades para tomar una decisión, para escoger un camino, pero al decidir solamente por una, nos arrebatamos la posibilidad de experimentar las otras posibilidades, tanto así que es posible que pasara por nuestra mente: ¿Qué hubiera pasado si...? De otra manera, cada decisión está condicionada a nuestro contexto, nuestra educación, a actos morales y éticos, en ese sentido nuestras decisiones o las posibilidades de esa decisión, se limitan al otro, cada acto debe re-pensarse para no cometer un error. Y ese posible error, esa decisión condicionada, me hace pensar en los límites que existen en la libertad sobre nuestra propia vida, así llegó a una conclusión que muchos filósofos y escritores han llegado, como por ejemplo el gato de Schrödinger, quien introduce un gato en una caja sellada, dentro coloca un veneno, después de un tiempo, el gato está al mismo tiempo vivo y muerto, hasta que abra la caja. De esta manera, considero que el único instante donde podemos ser sujetos libres es ese momento en el que podemos contemplar todas las posibilidades o ninguna, antes de tomar una decisión, antes de cometer un error, antes de abrir la caja. Por eso genero esta alegoría de la caja-vida, proyectando múltiples acciones que puedan realizarse o no con una caja, usando la pintura al óleo como una excusa de igual manera generar distintas posibilidades de mezclas y tonos de color.



Santiago Chisino - Tibasosa.

Mulato (Esperanza). Serigrafía de tres colores sobre lienzo pintado con tinta china. 50 x 50 cm. 2020.

Mulato es una obra que hace parte de la serie Historia Negra, la cual busca dar una mirada plástica a los hechos, sujetos y procesos de las comunidades afrodescendientes en la historia, que han sido usualmente omitidos. Mulato (Esperanza) se centra en los nuevos individuos originados por el proceso de mestizaje de las sociedades americanas: los mestizos. Estos nuevos sujetos significaron la ruptura de las diferencias tajantes entre grupos sociales por diferencias raciales. Se originaron individuos que comparten los rasgos y cualidades de africanos, nativos americanos y europeos. Pese a que hubo una categorización colonial de las mezclas, en un intento de controlar los cuerpos, el mestizaje logro ser y es un proceso totalmente independiente de esto, al formar la diversidad característica de América Latina.



Sara Corradine y Adriana Acero - Bogotá.

Mi otro yo. 30 x 30 x 2 cm c/u. Caseína, acrílicos sobre madera. 2020.


Esta obra representa la identidad. Los recuerdos, las personas, el hogar y las experiencias forman parte de lo que somos y a la vez generan sentido de pertenencia. Son propios de la identidad la infancia, los lugares y los objetos. Cuando nos toca un desplazamiento, forzado o no, se genera una distancia, una ruptura, al tiempo que nos vemos en la necesidad de crear nuevos vĂ­nculos, nuevos recuerdos, una nueva identidad.


Jessica Zamora - Chía.

Sin título. Óleo sobre lienzo. 50 x 40 cm. 2020.

La marca sobre la piel como una memoria física de una causa sin elección en el individuo, es una marca indeleble que narra, ciertamente en clave, una experiencia física y psicológica. Libro de un sólo lector pero varios intérpretes es la piel; cubrimos y ocultamos esas huellas que la vida ha dejado plasmadas en nuestra piel, pero que en esta pintura la artista logra exponer al desnudo, con plena naturalidad y libertad los escritos de la vida.



Katherine Cely - Bogotá.

Estudio de valores #1. Carboncillo sobre papel. 35 x 50 cm. 2020.

"Percibir requiere tiempo, lentitud, la libertad del ocio que permite detenerse en la reflexión de la luz" -Claudio Magris Antes del confinamiento, el ritmo de vida cotidiano era bastante rápido. Todos estábamos ocupados con cosas pendientes, que apenas podíamos tener cierta porción de nuestra mente para pensar en aquellas personas con las que convivimos. El tiempo que he tenido en esta cuarentena me ha permitido realmente observar a las personas que me rodean; ver más allá de la idea abstracta que tengo de ellos, percibir cada detalle de su cuerpo, cada gesto.



Alejandro Salazar - Acacías.

Belén. Fallecida 2020. Grafito sobre papel Durex. 25 x 35 cm. 2020.

Este año, Acacías cumplirá cien años. Allí existen muchas historias que no se han tenido en cuenta y que nunca se pensó llegar a esta celebración sin patrimonio material e inmaterial, pues al menos es lo que se observa. Este municipio del Meta fue fundado por foráneos desplazados de la guerra entre liberales y conservadores, por tal razón, es un municipio al que le ha costado obtener una identidad; pues aquellos cundinamarqueses, tolimenses, huilenses y santandereanos construyeron en Acacías su asentamiento, esto mezclado con llaneros de la época. Por lo siguiente, esta celebración la hago como oriundo de esta tierra por adopción, pues por problemas de la vía al llano en ese entonces, específicamente el derrumbe de quebrada blanca, el cual fue declarado como campo santo, me vi en la obligación de nacer en la capital colombiana; esto también me detuvo a pensar en la memoria histórica tanto individual como colectiva de Acacías. El recuerdo de mi infancia con aquellas personas

que por un instante cruce algunas palabras quizá comprándole una forcha, molestando al bobo del pueblo, o corriendo del parque principal por jugar pelota donde no era debido, y ser perseguido por el barrendero de aquel entonces para quitarme el balón; son recuerdos que marcaron mi infancia, pero al realizar el ejercicio de memoria colectiva, me di cuenta que todos los de mi generación y otros más obtuvieron el mismo recuerdo con estos personajes. Al ser llevadas estas imágenes a Facebook se viralizaron de forma instantánea, eso me hace pensar que la serie de dibujos que estoy construyendo es el legado de una construcción colectiva por medio de las redes sociales en estos tiempos de pandemia. Para lo anterior ha resultado fundamental el diálogo que he tenido con personas que quizás nunca he visto, pero que gracias a las redes han ayudado a construir una historia que nunca se ha perdido, y está en la memoria de cada habitante, esa historia que hemos vivido en este municipio por tantos años.



Pescadito, cuida el municipio con trajes del ejército o policía, aún vive. Grafito sobre papel Durex. 25 x 35 cm. 2020.


El Chato, barrió el parque durante 42 años, aún vive. Grafito sobre papel Durex. 25 x 35 cm. 2020.


Diana Beltrán - Bogotá.

Calavera. Ensamblaje de alfileres niquelados en caja acrílica transparente. 20 x 20 x 25 cm. 2020.

Esta obra perteneciente a la serie Catacresis hace alusión a la calavera, objeto simbólico expandido a través de la historia del arte, múltiples son sus interpretaciones y profundos sus significados como la muerte, el pensamiento, el morbo, la presencia, la pureza irreductible, la anatomía, la simpleza, el origen. Es lo que queda, es lo inmortal de lo mortal.



Davison Vera - Cali.

Don Santiago. Instalación: hilo negro, nylon y 2 placas de vinilo acrílico. Dimensiones variables. 2020.

El tejer tiene la magia de llevar a quien lo practica a tener momentos de catarsis e incluso, igual que en el arte, de construir una nueva mirada del mundo, una forma de ser ante sí y lo que le rodea. El acto de tejer se convirtió en una práctica que me ha ayudado en la reparación emocional, social y artística que parte de mi dimensión personal hacia la construcción consciente de la alteridad. El acto de tejer me ha llevado a ser consciente de mí ser social y político, de modificar mi lenguaje e interacción con los demás. El proyecto empezó siendo un ejercicio de darme cuenta paulatinamente de las personas que están a mí alrededor y que, sin saberlo, eran invisibles de mi realidad. Me confronte con los que consideraba otros, hecho que fui hilando para transformarlo. Punto a punto se fue bordando entonces, una postura ante el mundo, al reconocer el rostro del otro, cambiando mi postura ética, lenguaje y comportamiento. Uno no es consciente del otro, en sus dimensiones más profundas, hasta que se da cuenta de su existencia. Lo que considero invisible se enmarca en el actuar social de la indiferencia, la indolencia, el menosprecio, el rechazo, la exclusión social y la aporofobia. El hecho que se vacié de significado, desde el

lenguaje y desde el actuar social, a las personas por sus condiciones sociales de marginalidad, de pobreza monetaria y multidimensional me han llevado a concluir que existe una sociedad del desprecio que opera de manera estructural ante los que son considerados otros, a quienes se les puede adjudicar que son personas desechables, o como dice Rancière los sin parte o marginados; este conflicto se evidencia en el carácter diáfano de lo formal que adquiere los rostros de hilo, se necesita de un fondo que le dé contraste, existencia, para que uno se dé cuenta que están allí. Ante las instalaciones de los rostros volumétricos en hilo que levitan y se puede ver sus partes desde cualquier ángulo, utilizo el hilo para crear la capa exterior de las cabezas, evidenciando un interior vacío, en el que se nota la transparencia como elemento que enfatiza el carácter efímero de la escultura, permitiendo reconocer en ello a las personas invisibles y anodinas, que son olvidadas por esta indolente sociedad. Las instalaciones se disponen en el espacio a una altura promedio en la que los espectadores puedan estar ante un acto sumamente simbólico y humano, el de estar cara a cara con esos que son los otros.



Sergio Mendoza - BogotĂĄ.

En rojo cuarentena. Bloque de ladrillo intervenido y acrĂ­lico. 30 x 18 x 25 cm. 2020.

El color rojo se ha entendido durante el tiempo de la cuarentena y en nuestro contexto local como un silencioso llamado de ayuda de quienes se encuentran en condiciones de alta vulnerabilidad y necesidad; de esta forma y a su vez, la pieza se propone como un llamado a repensar nuestras estructuras sociales las cuales ya desde antes de la pandemia se encontraban en su propio colapso.



David Navarro - Bogotá. Atenidos (cuando se tiene todo, los demás son atenidos). Fotografía digital. 40 x 90 cm. 2020.

Durante la cuarentena se hizo evidente la necesidad de las familias colombianas, donde los menos favorecidos y que han vivido del diario, vieron como de la noche a la mañana su realidad cambió por culpa de una pandemia de nivel mundial, que los obligó a resguardarse durante un tiempo que se fue alargando día a día, encerrados y sin posibilidad de poder salir al rebusque.

Trapo rojo que reveló el grado de desigualdad en las clases sociales y la necesidad de miles de colombianos en espera de ayudas. Mientras el gobierno se gasta fuertes sumas en camionetas, armas, en bancos y aerolíneas extranjeras, el pan del día a día no es de harina sino de corrupción, falsos programas para ayudas, mercados a precios elevados y solamente para algunos.

La cruel realidad para miles de familias que de ninguna manera estaban listas para tal eventualidad. El rebusque se canceló, las neveras y despensas se fueron vaciando; el hambre ataca sin piedad, contagiados y encerrados por los que trajeron la enfermedad cerca de sus hogares, se ven abocados a la generosidad de vecinos, no queda más que revelar la necesidad y pedir ayuda por medio de un trapo rojo.

Lo que desangró a las familias ya no fué el hambre sino la indolencia de una clase acomodada; entre ellos la Vicepresidenta de Colombia, una señora que ha vivido de cargos públicos con elevados sueldos que ahora sale a decirle al pueblo “Atenidos”. Palabra que agrava el descontento general, pues alguien que ha vivido del erario público y que es cómplice de un gobierno indiferente, remata la pandemia con cinismo.



Juan González - Cali.

Cuestión de hambre. Acrílico sobre lienzo. 25 x 30 cm c/u. 2020.

“Más allá de otras reflexiones que he hecho durante estos días, me he preocupado por la realidad de otras personas, como las familias con bajos recursos económicos. El gobierno de Colombia no ha querido asignar las ayudas ni los apoyos financieros necesarios para atender la emergencia. Muchas familias en Colombia trabajan en la informalidad, muchas de ellas viven de lo que logran conseguir a diario, por lo tanto, en diferentes barrios, en muchas casas, las familias han colocado trapos rojos afuera, como un símbolo de la necesidad que requieren debido a la falta de sustento económico y alimenticio”.





Jhon Muñoz - Medellín.

C@sas de la memoria. Grafito, acuarela y lápiz de color. 25 x 25 cm. 2020.

El interés del artista por lo estético de la arquitectura informal lo ha llevado a dibujar casas de barrios populares o de estratos bajos donde la formación y construcción del mismo está claramente mediada por las capacidades y necesidades de quienes lo habitan. Teniendo en cuenta sus bajos recursos económicos y la amplia mano de obra que allí descansa; son el primo, el tío, el nieto, el abuelo, entre otros familiares, quienes siendo arquitectos, ingenieros y diseñadores sin conocimientos académicos montan y desmontan el barrio como pueden o como se les es permitido, haciendo cada casa única que se vuelve algo así como una huella digital familiar.

Actualmente John Muñoz retrata esas casas mediante el uso del dibujo a color y en blanco y negro, como una analogía a lo que difumina y decolora la presencia de estas en el tiempo. Dichas construcciones hacen parte del recuerdo de quienes allí habitaron, ya que en su mayoría han sido derrumbadas debido al precario estado de su estructura, desalojadas por el estado o grupos armados o en su defecto “compradas” y remplazadas por torres de apartamentos que ahora ocupan lo que era su espacio, dejando solo el recuerdo en la memoria de sus habitantes.



Sergio Castiblanco Villapinzón.

Fragmentos del alma. Final Abierto. Calligraffiti. 2020.

¿Qué es lo sacro? nos pasamos la vida adorando dioses, buscando la espiritualidad desde diferentes puntos, con la necesidad de encontrar algo que justifique la razón de la vida. La geometría sagrada y la caligrafía como una forma de perpetuar en la eternidad, la geometría como esa estructura que se encuentra en todo, por como justifican las asombrosas disposiciones que encontramos en la vida, los fractales, la proporción áurea, como dos ejemplos escuetos, de los muchos que hay. La caligrafía como un invento base que sirvió para el desarrollo de la humanidad, como un símbolo de basta trayectoria que permitiría rescatar tanto una trayectoria del conocimiento como de las humanidades.



Carlos Rincón - Tulúa.

Troper. Pintura digital. 108 x 145 cm. 2020.

La pintura representa lo negativo de crecer en la marginalidad. La paleta de colores terrosos y oscuros retrata la pobreza, la degradación social y sus consecuencias. En el rostro demacrado, los brochazos y los colores contrastantes se puede ver la adversidad. La flecha roja genera una ruptura que fragmenta la composición y brinda planos en los que se retratan elementos oníricos y los recuerdos de la agresión; la retina rota enmarcada en un fondo negro que atraviesa la pintura en sentido vertical simboliza lo perdido. La flecha en la mano de un contrincante refiere las agresiones que se viven en los entornos violentos y marginados. El ojo izquierdo aún atado al presente amargo, pero con destellos esperanzadores. La flecha que lleva en la retina representa el rompimiento del ciclo de violencia, su trayectoria horizontal enmarca una línea de escape para fugarse del presente saltando sobre sí mismo.



Wilson Guerrero - Bogotรก.


La naturaleza de lo simple. Dibujo sobre toldillo. 40 x 80 cm. 2020.

El proyecto "La naturaleza de lo simple" se fundamenta en el dibujo como herramienta para liberar imágenes provenientes del campo, está investigación confronta la cotidianidad del campesino y su permanente batalla para subsistir en medio de innumerables adversidades. La construcción de las imágenes plantea una reflexión en torno a la memoria, el espacio y la "resignificación" del toldillo como soporte metafórico de la obra.


Idaldo Bertel - Sincelejo.


Carrera de Caballos- La Caída. Acuarela sobre papel cansino. 35 x 50 cm. 2020.

Escena representativa de una carrera de caballos, propia de los pueblos de la Costa Caribe Colombiana, en el marco de fiestas patronales. En la parte central, un caballo que continúa, al galope, su carrera. El jinete y un segundo, a su espalda, que actúa como malabarista, están en una posición de caída, aferrándose a la silla y a los aperos del caballo, para no caer. Un tercer hombre, el otro jinete, aparece en el suelo, bajo las patas del caballo. Los jinetes se distinguen por el color azul de sus camisas. A la izquierda, en un segundo plano y en medio de una polvareda, el otro caballo un segundo malabarista, desdibujado, en su mayor parte, por el polvo que se levanta, en la caída. A la derecha y en el suelo también, un tercer malabarista con sus piernas levantadas, mostrando la suela de sus zapatos; viste de overol azul y camiseta blanca con mangas amarillas, colores que distinguen a los malabaristas, en esta composición. En un tercer plano, un fondo diluido por el polvo.


Camilo Torres - Bogotá.

Aristocracia Colombiana. Acrílico sobre lienzo. 27 x 36 cm. 2020.

En su trono presento ante el mundo a la única aristocracia beligerante para con su pueblo, los reyes más amados y conocidos de Colombia, justos y siempre presentes en la mayoría de los hogares de este reino que está dominado por el señor oscuro. God save the kings!



Laura Gil - Bogotá.

Fachos 2020. 43 x 48 cm. Ilustración digital. 2020.

En medio de esta pandemia hemos visto que los gobiernos de varios países de América han demostrado negligencia para mantener el bienestar del pueblo. Aunque la mortandad y el número de contagios sigan en aumento cada día, parece que su único interés es mantener a flote la economía neoliberal y el capitalismo salvaje, enviando al proletario a trabajar a las grandes empresas y bancos que ayudaron a que estos mandatarios llegaran en el poder. Esta ilustración es una crítica a los diferentes gobiernos que aprovechan esta pandemia para despilfarrar dinero y adquirir elementos de represión y control, con el fin de generar protección para sectores privilegiados de la sociedad. Mientras que para las personas de estratos bajos, la pandemia ha sido una pesadilla que al obligarlos a estar en cuarentena no les permite generar ingresos básicos para su sustento y el de sus familias.



Jorge RodrĂ­guez - Soacha.


Desgobierno. Instalación: acrílico dorado sobre papel higiénico, madera. 100 x 150 cm. 2020.

Desgobierno centra su mirada en la crítica social actual, desde allí cuestiona una serie de relaciones complejas que se despliegan en el espacio de la política colombiana, en situaciones de abuso de poder y desviación de recursos públicos. A partir de lo anterior, se reflexiona en dos conceptos: la fragilidad y el poder. Desde ese punto de vista, la pieza está pensada como un cuerpo de memoria, que alberga la frase “EL PAPEL DE LA POLÍTICA LO SOPORTA TODO”. Donde el papel higiénico como objeto y el texto, plantean o suscitan, una perspectiva sensible a la complejidad del panorama de la corrupción y su afectación a la dimensión socioeconómica de la población implícita en ello. En consecuencia, el objeto y el texto, funcionan como una metáfora y analogía de dichas problemáticas que irrumpen en la vida del individuo y de la colectividad del país.


Jonathan Camargo - Bogotรก.


Colombia dos punto cero dos punto cero. Grafito sobre papel y video. 14 x 18.5 cm. 2020.

Trabajo realizado con el fin de mostrar una realidad panorámica en el transcurso de los días del presente año, dos mil veinte, en Colombia. Desde donde su autor recalca la importancia de estar contextualizados y ser parte de un entorno social que afecta directamente nuestras posibilidades de creación. Todo está muy caro, pero también peligroso, violento e inestable; la realidad colombiana es mágica, acá por hablar de más lo pueden desaparecer, hay que pasar desapercibidos, según ellos, ¿quiénes? … ¡Ellos! ¡Los que hacen de las suyas con mi tiempo, con mi plata, con mi vida!

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Natalia Riveros y Germán Sánchez - Bogotá.

Teleperformance 270+... Videoarte. 10´37”. 2020.

Con la continuación de asesinatos de líderes y lideresas sociales, sobre todo en las zonas donde los actores de la guerra son renuentes a abandonar los territorios. 270+... es entonces, lo que hemos decidido llamar un "Tele-performance", una reflexión plástica, una denuncia y señalamiento, sobre un hecho repudiable y doloroso hacia los defensores y defensoras de y en los territorios.


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Miguel González - Santa Sofía. Grabado en Mármol. Video Performance. 2’ 22” Santa Sofía.

“ACUERDO s.m. Unión, armonía entre dos o más personas: vivir en perfecto acuerdo. 2. Resolución tomada por dos o más personas sobre algo, especialmente por una junta, asamblea o tribunal: llegar a un acuerdo. 3. Pacto, tratado: acuerdo comercial. 7. Colomb. y Mex. Reunión de una autoridad gubernativa con algunos de sus colaboradores o subalternos para tomar conjuntamente una decisión.” (Extraído de: El pequeño Larousse Ilustrado, Décimo séptima edición, 2011) Después de los desalentadores resultados del plebiscito del 2 de Octubre del 2016, finalmente se firman los acuerdos de Paz en Colombia, casi 4 años después, la guerra continúa, se agudizan los asesinatos a lideresas y líderes sociales, Colombia se cataloga como el país más corrupto del mundo, continua el atropello a indígenas, estudiantes, campesinos y minorías, pero estas injusticias han sido aplacadas por la pandemia. Sin embargo, se ponen en evidencia otros problemas sociales que aquejan a la población mundial, la precariedad y disminución de recursos a la salud y a la ciencia, las insuficientes de oportunidades laborales haciendo que muchas familias vivan del día a día, la ausencia de huertas urbanas. A pesar de esta cuarentena casi global, los medios de comunicación se han centrado en noticias referentes al Covid-19, dejando de un lado y minimizando todos los fenómenos

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sociopolíticos que recorren el mundo; las grandes protestas sociales en todos los continentes, las guerras, los asesinatos masivos a activistas, sindicalistas y líderes, la deforestación en las amazonas y futuras zonas mineras o ganaderas, entre muchos otros. Diferentes políticos colombianos han dicho la frase: “Le firmo sobre mármol”, queriendo dar buena fe de sus promesas al ser elegido, el ex presidente Santos afirmando: que no iba a ver aumento de impuestos, Petro en su candidatura, con el apoyo de Antanas Mockus y Claudia López, el subpresidente Duque decide no hacerlo, justificando con la frase: “El que firma en mármol no cumple”, a pesar de omitir está acción simbólica en campaña, las promesas que hizo, no las ha cumplido en su mandato. También la actual ministra de trabajo firmo en “mármol” que no aumentaría la edad de pensión ni semanas de cotización, al igual que Carrasquilla. Todo discurso político está acompañado de postverdad, su performatividad, actos políticos, se han vuelto común en los mandatarios para llamar más la atención. Acuerdo es un video-performance en el cual se destruye toda firma, acuerdo y promesas, frente a la falta de compromiso que tienen algunos los políticos y miembros de las ramas del poder, para salvaguardar la integridad de la nación. El mundo se manifiesta y se rebela, tras tantas injusticias, se sigue en pie de lucha, buscando un mundo mejor.



Mauricio Moscoso - Bogotá.

Poste noche, de la serie Iluminación. Óleo sobre papel Superfine Eggshel Reused. 32 x 24 cm. 2020.

La luz y el cómo afecta la percepción de los objetos siempre ha llamado la atención de Mauricio Moscoso. Esta serie de pinturas son una recopilación de luces particulares que él ha observado con delicadeza, a ellas y a su alrededor, intentando comprenderlas. Gracias a la oscuridad del contexto estas luces configuran y crean prácticamente un ambiente propio a su alrededor. Luces artificiales y naturales, que perturban los colores propios de las cosas y los transforman. Son luces que además se posicionan en contextos propios de Bogotá o Colombia, con elementos característicos de nuestro país o ciudad. Están: los postes y sus cables; un camión común que podría ser visto en cualquier noche, recorriendo alguna carretera intermunicipal; y finalmente, el fuego iluminando algunos objetos y a la que vez quemando otros.



Camiรณn en la noche, de la serie Iluminaciรณn. ร leo sobre papel Superfine Eggshel Reused. 24 x 32 cm. 2020.


Quemarlo todo, de la serie Iluminaciรณn. ร leo sobre papel Superfine Eggshel Reused. 24 x 32 cm. 2020.


Luis Camargo - Bogotรก.


Al final del túnel. Fotografía estenopeica. Cámara realizada a mano, papel fotográfico fotosensible ilford multigrado. 20 x 25 cm c/u. 2020.

El trabajo de Luis Camargo explora espacios cercanos y habituales que aparentemente no contienen un potencial a nivel artístico, pero que mediante la contemplación se comienzan a ver de otras formas y perspectivas. En este caso las fotografías son realizadas en interiores del complejo residencial donde reside el autor, siendo las fachadas, las escaleras, entre otros espacios, los protagonistas de la obra. Camargo propone, teniendo en cuenta la situación actual por la que atraviesa el mundo, mostrar contenidos y perspectivas que propongan desde el arte y la cultura el fortalecimiento personal y colectivo. En este caso ver la luz como símbolo de resistencia que siempre ilumina por difíciles que son los tiempos, esa luz que simboliza la esperanza de un futuro mejor.


Manuela Saavedra - Bogotá.

Vanitas I, II, III. Fotografía análoga de medio formato. 27 x 35 cm c/u. 2020.


Abril del 2020, Manuela se encuentra encerrada en su apartamento debido a la propagación del Covid-19 en el mundo. Comparte la angustia colectiva por lo que está sucediendo, un sentimiento que se intensificó en y con el encierro, su ansiedad crece. Se pregunta, ¿Qué puede hacer ahora que no puedo salir a la calle a tomar fotos? Pues bien, conmemorar al mundo exterior. Esta serie de fotografías son una mirada moderna inspirada en las pinturas holandesas de naturalezas muertas de los siglos XVI y XVII. Son una reflexión


acerca de la cuarentena y todos los sentimientos que surgen en el encierro transformados en altares.

con la finalidad de escenificar el acaparamiento y la ansiedad colectiva que se han vivido estos días.

A partir de las fotografías, la artista quiso crear un diálogo entre el mundo exterior e interior, en donde los objetos se convierten en el puente que conecta estos dos mundos aislados. Estas fotografías manifiestan el tema de las vanidades de las cosas, son una queja sobre la fugacidad de la vida simbolizada en los objetos. Además, son una reflexión acerca de la muerte, que triunfa sobre todas las cosas, y es una hipérbole visual

La fotografía que está tan íntimamente ligada al mundo exterior y depende en su mayoría de lo desconocido para contar historias, se ve enfrentada a la estaticidad del hogar, y el fotógrafo debe encontrar maneras de convertir esa quietud en una narración. Así, estas imágenes asumen el desafío de convertir al hogar en un espacio tan interesante y estimulante como el mundo de afuera, merecedor de ser fotografiado.


Dadne Sánchez y Martha Benavides - Bogotá.

Movimientos. Fotografía. Dimensiones variables. 2020.

Un cuerpo acostumbrado a explorar más allá de los límites de su refugio, se ve acaparado ante la eventualidad de la enfermedad; a resguardarse inesperadamente en la limitación o alternancia de su movimiento, de un mundo que ya no es, de viajes de un mundo desaparecido y gastado. Hasta el punto de agotar en forma desapacible los recursos predecibles y dar cabida, a una exploración del rincón, como decía Bachelard “una especie de semicaja, mitad muros, mitad puerta”, <<lo de

adentro>> y <<lo de afuera>> que emerge de una mirada conmocionada, cristalizada en la tristeza, en pesares, en nostalgias, de un cosmos cambiante e ilusorio, bajo objetos - recuerdos que conducen a recaer nuevamente el habitar íntimo, que habían sido desprovistas de atención. Las cosas dejan de ser meramente cosas y empiezan a ejercer una relevancia preponderante en la forma de dar sentido al espacio y a la memoria, las


manchas en las paredes adquieren un nuevo valor estético, se redescubren y dan aproximaciones a un mundo mediado por lo lírico. Entramando un juego, donde la quietud de las cosas aparentemente se vuelven móviles y lo móvil (El Cuerpo) se funde en un estado de quietud. Y es en esta resistencia a la quietud, donde el cuerpo como vehículo de nuestro ser en el mundo, queda en el limbo entre la libertad y la enfermedad. Ya no

es un cuerpo que actúa a las luces de la belleza y la eternidad; sino por el contrario se da cuenta, que es un ser vulnerable, expuesto al dolor, a la limitación, la vejez y hasta de lo que más huye, la muerte. Este desorden y alineación conducen a un nuevo modo de estar en el mundo, porque es una realidad distinta, que se atrapa y reduce a una espacialidad inmediata, donde la temporalidad se ralentiza, el tiempo retoma lo suyo, ahora hay tiempo. Para


mirarse conscientemente hacia el interior y hacia el exterior. Una gota resbaladiza en la ventana se convierte en un espectáculo sublime que danza con delicadeza, esbozando la sensualidad en su movimiento, que se desdibuja en sus pasos y se funde en su ciclo vital. Es precisamente aquí, donde el cuerpo vivido y el espacio sufren una metamorfosis que le cuestionan, sobre su corporalidad y existencia hasta entonces. Proponiendo posibles rutas itinerantes, abiertas a acciones y experiencias.

Donde cabe un yo puedo en la agudización máxima de los sentidos y también un no puedo, como punto de llegada de la rigidez de la cosa, aún <<yo no>>. Un yo que se desconoce.


Mario Orbes - Bogotá.

Serie “El rumor de mundo”. Pintura y objeto. 2 cubos de 12 cm cuadrados. 2020.

Un rumor que avista lo probable, lo inestable y etéreo, que demarca la creación de un espacio de posibilidades múltiples, de preguntas cruzadas de ruido palpitante. El proyecto es un murmullo, donde se cruza una cantidad de términos conceptos asociados al ordenamiento de la materia, la sociedad y el universo, donde lo abstracto como manera de representación universal de materia permite determinar en un juego de la percepción múltiple. Rizomas eclécticos que se potencian por medio de cualidades físicas de la materia como la aglomeración y la densidad, permiten alterar el campo visual y por medio del azar generar imágenes en el límite de la pintura, la escultura la instalación. Paisajes de la materia, volátiles y etéreos.



Valentina Martínez - Bogotá.

La silla en cuarentena. Fotografía. 92 x 133 cm. 2020.

Una silla vacía que parece normal en medio de la calle, pero en realidad lo importante es el hecho de que le pertenecía a alguien, pues por algún motivo está ahí, alguien la puso ahí. Entonces ¿Qué es el objeto sin la presencia de una persona o la función que le da alguien? ¿En que se convierte todo lo que dejamos de lado en esta cuarentena? ¿Simples objetos sin valor u objetos que nos distinguieron en el pasado y que cuando salgamos lo seguirán haciendo? ¿O ya quedaron como una huella de lo que fuimos antes del encierro? La silla en cuarentena es una obra que se basa en las preguntas sin respuesta como las que vivimos todos ahora, de no saber lo que va a pasar más adelante.



Widy Ortiz - Bogotá.

Tiempo memorable. Piedra, acrílico, betún, plástico. 10 x 18 x 17 cm 2020.

En el año 2010, la piedra encontrada en un río me fue obsequiada por mi madre (QEDP), porque ella la considero muy bella, en ese entonces la intervine con un árbol de plástico, jugando a construir una parodia miniatura de la naturaleza. En este año 2020, la retome de nuevo, para agregarle, pintura acrílica, parte pigmento mineral, parte resinas sintéticas solubles en agua; y betún, embolando una parte de la piedra, cubriéndola con un elemento protector, que es proviene del petróleo. Debido a lo que sucede por la crisis, me parece interesante como un virus pequeño nos sacudió como especie dominante, la naturaleza sigue su camino como si nada.



Santiago Maldonado - Melbourne Australia.

River stones #13, 14, Pintura digital. 30 x 42 cm. 2020.

Estudio de la forma de las piedras que se encuentran en los ríos del altiplano cundiboyacense, las cuales interpreto como objetos de belleza intrínseca analizando sus siluetas, contornos y sinuosidades. A través del juego de formas y contornos busco el balance y la uniformidad. Esta obra ve la piedra en sí misma como un objeto estético cuya morfogénesis reside en el tiempo y los elementos.



Jairo Manzano - Bogotá.

Los pavos reales. Escultura en papel, ilustración en puntillismo de tinta, 37.500 puntos. 10 x 10 x 10 cm. 2020.

Este el resultado de una compilación de elementos que son puestos sobre las fachadas de casas y locales comerciales de Chapinero en Bogotá, elementos que cumplen una función y que están muy alejados de cualquier criterio estético muy enfocados en suplir una necesidad. Estos mismos elementos son los testigos de avistamientos de animales salvajes, quienes, mientras las personas estamos en aislamiento, se pasean por los ámbitos urbanos haciéndolos una extensión de su territorio, ese que nunca dejó de pertenecerles.



El zorro. Escultura en papel, ilustraciรณn en puntillismo de tinta, 96.000 puntos. 10 x 10 x 10 cm. 2020.


El puma Escultura en papel, ilustraciรณn en puntillismo de tinta, 115.500 puntos. 10 x 10 x 10 cm. 2020.


Sebastián Meléndez - Bogotá.

Libertad - Falco peregrinus. Linograbado. 26 x 19 cm c/u. 2020.

Dos obras componen la serie, dos aves rapaces, una diurna, otra nocturna. Aves expresión de cautela y fuerza, potencia y paciencia, libertad y transgresión, naturaleza en su máxima expresión. Paciencia: un autillo espera en una rama, escucha, observa, se alista y espera el momento en que su presa se entregue en el incesante flujo vida/ muerte. Cultivar la paciencia en estos tiempos en que la incertidumbre es mayor de lo común. Libertad: En medio del encierro es imposible dejar de pensar en cómo ciertas fronteras son inútiles, constructos sociales que nos separan en razas, colores, lenguas, países; quisiera volar con el mundo como matria, por el mundo como hogar, surcando nubes, desdibujando fronteras para seguir volando, libres.


Paciencia - Tyto alba. Linograbado. 15 x 20 cm. 2020.


Sergio Galvis - Bogotá.

Sutileza. Bordado: hilo metálico (guaya de acero galvanizado de 0.45mm) y hojas de cuchillas de afeitar sobre tela. 50 x 50 cm. 2020.

A partir de la observación, tomo como ejemplo texturas que encuentro en lo habitual, principalmente me dedico a la escultura, experimentando con aceros como medio primordial, hallando en éste material distintas presentaciones que amplían los resultados. Desarrollo mi trabajo en un taller de metalmecánica, al estar aislado los insumos, herramientas y espacio cambian, siendo necesario quedarse en el hogar. La necesidad de hacer obra, me llevó a buscar materiales de acero dentro de mi casa, pensando en modos de ensamble distintos a la soldadura smaw (electrodo revestido). Al encontrar hilo metálico pienso en bordar, encuentro interesante usar técnicas que resten la rigidez que caracteriza al material, recurriendo a la figuración pienso en las avispas (un tema vigente en los medios) también porque en cuanto a textura el uso de hexágonos es un modo de composición natural perfecta. Añado al final hojas de cuchilla de afeitar por su tonalidad similar al hilo, dinamizar la composición y a la vez crear tensión en la obra.



Jeisson Castillo - Cali.

Mujer Jaguar. Óleo y polvo dorado sobre madera. 30 x 40 cm. 2020.

Me contó un tradicional que en su juventud, por cosas de la vida, un día se encontró con los Yurí, un pueblo indígena aislado de la selva amazónica. Él me decía que verlos a ellos, era como ver a los abuelos antiguos, los hombres altos, con guayuco, con cabello largo trenzado y las mujeres biringas con pinturas de carayuru y uito, con plumas en sus cuerpos, con collares y con brazaletes de hojas aromáticas. El tradicional me decía que así se les veía a las mujeres tigre en otros tiempos, en los tiempos en que ellas guardaban dietas, hacían baños de entrenamiento en las madrugadas, guiaban los rituales y direccionaban la vida de las comunidades. Esas mujeres eran pocas, era un tiempo muy lejano donde no había tanta gente. No sé por qué me ha interesado este tema de los hombres y mujeres jaguares, tal vez sea porque vengo de la ciudad donde la magia se ha perdido o

escondido, y al encontrarme con pueblos y territorios donde aún se guarda, vive y pervive ese saber, me hace siempre soñar con la magia de los territorios en nuestros lugares de origen. Así, dentro de los muchos trabajos en los que he tenido la fortuna de acompañar, preguntar por estos temas, siempre mueven fibras dentro de la gente o las comunidades, pues a pesar del gran conocimiento, existe una especie de machismo y patriarcado (claramente con unos valores diferentes a los de occidente) que muchas veces opaca el poderoso rol de las mujeres. Sin embargo la selva siempre tiene sus sorpresas, pues a pesar de estas situaciones, se desarrollan procesos de empoderamiento de las mujeres desde los diferentes ríos, cada uno a sus ritmos, como la maloca de mujeres de los BoraMiraña del medio Caquetá, o las asociaciones de mujeres del Mirití, Apaporis, Pira, Tiquié y otros ríos del gran macroterritorio Yuruparí.



Jairo Rueda - Bogotรก.


Exvoto bosque interior. Mixta sobre papel. 18 x 53 cm. 2020.

Adentrarse en el bosque conduce a una doble senda: la que perciben los sentidos y otra, que solo se puede recorrer a travĂŠs del espĂ­ritu, el bosque interior... allĂ­, donde animus reina y nos protege de la inmediatez.


Samir Quintero - Cúcuta.


De la serie Paisajes olvidados. Acrílico sobre lienzo. 50 x 70 cm. 2020.

El paisaje es una creación emocional, es memoria del territorio, es decir historia, porque puede entenderse como el orden simbólico y visual accesible a las experiencias actuales y cotidianas que expresa las claves biográficas de los individuos y sociedad, persigo una re-interpretación, una de-construcción del paisaje en el que recojo aspectos teóricos y plásticos, teniendo siempre la voluntad por recuperar la esencia de este mismo desde una posición romántica actualizada, en particular es un camino en el que juego con la figuración y la abstracción, al mismo tiempo siendo capaz de interpretar la realidad del paisaje observado de una manera personal y con una fuerte agudeza interpretativa a través del color. Por otra parte, quiero que estos paisajes sean eternos e infinitos, evocando una naturaleza amable y desconocida, es decir, que se pueda abrir nuestros espíritus a lo sublime.


Robert Vaz - Barranquilla.

La Excitación del Espacio. Lápiz de color, spray y balso, sobre papel de algodón. 70 x 50 cm. 2020.

El Espacio: ¿Cambia? ¿Se transforma? ¿Se altera? Yo digo que se excita, ante la mirada del observador. ¿Por qué? Porque la dimensionalidad del espacio está ligada a la dimensionalidad del espectador, que vibra según su entorno, haciendo sublimar lo que ve según su estado de consciencia. Y el espacio a su vez le ofrece al espectador un escenario de ilusión, que nunca cambió, ni se transformó, ni alteró, sólo se excito. Así, que invito al espectador a construir un sentimiento recíproco, al que nos ofrece ese espacio. Que sólo le interesa provocar cambios mentales y físicos, facilitando o preparando a la persona, para que se produzca una excitación dual.


La Excitación del Espacio Lápiz de color y grama sintética, sobre papel de algodón. 50 x 70 cm. 2020.


Xilote Ibarra - Guanajuato, México.

Cimardillo trepador, Cimargón volador y Jirafante saltarín. De la serie Quimeras. Collage análogo. 15 x 15 cm. 2020.

La serie Quimeras surge en plena cuarentena global, y parte de la ficción de un virus extraterrestre que llega a la tierra en un meteorito, este virus es tan resistente que sobrevive en el aire, lo cual le da ventaja al momento de encontrar huésped para replicarse, ya dentro de un organismo, copia el patrón genético del huésped, salen los nuevos virus replicados y buscan otros organismos que infectar, y es aquí donde se da el intercambio genético que provoca la fusión de varias especies y que deriva en el surgimiento de criaturas híbridas.



Luis Carvajal - Barranquilla. Beso, de la serie Cuarentena digital. Collage digital. 3840 x 1782 px. 2020.

¿Qué mejor forma de afrontar el absurdo que con el collage? Mi madre tiene celular nuevo, ahora puede comunicarse e interactuar con sus amigos y familiares en las redes sociales. Antes no le importaba o no era su prioridad, pero en una sociedad que te obliga a estar conectado a la tecnología, a la informática y a la web; de una u otra manera te comienzas a dar cuenta que debes caer en la redes pos modernas. Ahora se acuesta tarde chateando, como una adolecente enamorada habla con mi papá, y me envía memes, noticias e información sobre el Covid-19. Un día me envió un mensaje por Whatsapp sobre plagas y cuarentenas pasadas como la peste negra, el cólera y la gripe española, al leer eso recordé que el tiempo no es lineal, que en realidad es una telaraña de causas y efectos, la información venía acompañadas de imágenes de época; al ver esas escalas de grises, negros y blancos, mujeres y hombres con tapabocas y

Peste, de la serie Cuarentena digital. Collage digital. 1233 x 1778 px. 2020.

al verme a mí y a mi contexto, afiance el hecho que el tiempo, la historia y la naturaleza son como neuronas conectadas, nada es porque simplemente si y nada es porque simplemente no. Como el collage mismo la vida se reitera así misma, afianza la monotonía, se repite y reinventa a partir del caos, así que en tiempos de cuarentena posmoderna me di a la tarea de combinar imágenes que capturaran ese pensamiento; mostrando un universo de ventanas digitales donde se puede observar una serie de collages que con humor, farsa y carnaval busca mostrar claramente lo absurdo que puede ser la cuarentena 2020. Como leitmotiv visual que une a los más de cien diseños de la colección, la primera plana del periódico “El Diario Montañes” de 1918, que anuncia la llegada de la gripa española a Santander, lo utilizo para crear una analogía visual de la evolución de la información



Pulmón, de la serie Cuarentena digital. Collage digital. 1735 x 2160 px. 2020. a nivel global, amarillista, tecnológica, oportunista, caótica y desinformativa. Debido que el número de la pieza representa los días desde el 1 de enero, cuando fue cerrado el mercado mayorista de mariscos de Huanan-China, hasta el día en que se levante la cuarentena en Colombia, (debido a que los diseños siguen en creación hasta ser semejante al número exacto desde el primero de enero hasta el día en que se acabe el confinamiento en Colombia) al ver reiteradamente el “diario” en cada uno de los collage, hace ver a la colección como la representación de las páginas de un periódico poético, lo cual lo vuelve atractivo en contraste con las imágenes de irónicos memes, coloridas bacterias, ilustraciones medievales sobre la muerte y la peste, fotografías mías como persona y como mi alterego gatoqladra, de conocidos y amigos barranquilleros habitando las calles de la ciudad desolada. Trabajando con los hilos del tiempo, busco que el verdadero virus sea reconocido: nuestra mente, lucha entre la razón y la irracionalidad el bien y el mal, lo humano e inhumano, por ende la imagen de la bacteria que más sobresale y que infecta toda

la colección es de un rosado, parecido al color que tenemos como imaginario colectivo de un cerebro. Sus frutos ideológicos y conceptuales como lo religioso, lo dividido, la idolatría, la semana santa, la guerra, el sistema, la economía, la industria, el consumo, la vanidad, la conspiración, el márquetin, lo viral, lo tecnológico y la historia del arte acompañan a las ilustraciones que manejan modelos entre lo cuadrado y lo rectangular, que representa al sistema cuadriculado, las formas de nuestras casas o el metro cuadrado que ocupamos cada persona en la existencia y las nuevas condiciones sociales de no “cruzar la línea” del prójimo. Las líneas de igual forma recrean los marcos de nuestras ventanas, los barrotes de cárceles o el marco de una pintura, al colocar los cuadrados en diferentes tamaños en forma descendente desde el gran marco del contorno hasta el pequeño cuadro en el centro del diseño, recrean la ilusión de ondas que permiten profundidad y perspectivas como si fueran cajas, pasillos o portales abiertos a un universo abstractos como los televisores, los computadores, los portátiles, las tabletas o el celular de mi madre.


Paula Senior - Madrid, España.

Soñar no cuesta nada. Collage. 25 x 25 cm. 2020. Viajar a través de sueños, viajar despierto. A veces viajar solo implica recordar lugares o sensaciones específicas que hacen transportar la mente.

Una pequeña selección de 3 piezas de una serie de 40 collages análogos creados durante la cuarentena que muestran distintas percepciones, eventos o sentimientos de la misma crisis que estamos pasando durante la pandemia del Covid-19. Estas 3 piezas escogidas expresan el deseo de libertad, cómo los sueños se vuelven más vividos durante este tiempo y que para soñar solo cuesta transportarse a memorias o sensaciones.


Anhelo a Libertad. Collage. 15 x 30 cm. 2020. Y qué bonito será el día que podamos correr de nuevo libremente. Salir de casa, salir de la cama, del sillón.


Sueños Surreales. Collage. 20 x 24 cm. 2020. Deseos de habitar el exterior me invaden noche tras noche, cada vez son más vívidos.


Alfonso Bonilla - Bogotá. Son muchos los frentes que hoy por hoy un artista podría abordar en aras de ayudar a proteger el medio ambiente y a detener la inminente devastación de la cual está siendo víctima nuestro ecosistema. El pretexto de encontrar un nuevo planeta con las mismas condiciones, por ejemplo se convierte en la excusa perfecta para evadir nuestra responsabilidad. Lo cierto es que hemos venido abusando indiscriminadamente de los recursos naturales y parece evidente que el ecosistema no resiste más y está llegando a un punto de no retorno, es ahí cuando sentimos un llamado interior de tomar parte en la solución sin importar que tengamos que hacer para lograr restablecer el equilibrio y poder ofrecerle una amnistía al planeta tierra que tanto lo necesita.

RCA2103. De la Serie Recycling Art. Chromaluxe. 100 x 150 cm. 2020.

Los inicios de esta problemática en el manejo de residuos bien podría situarse a comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII con la famosa Revolución Industrial y la evidencia de la transformación de materias, aunque sus efectos


vendrían a ser evidentes en tiempos modernos, tan solo en los años 70, se aplicaría el concepto de gestión ambiental; la evolución de los enfoques ambientales ha venido desde el control de mitigación, estrategias preventivas, hasta la aplicación de la filosofía del desarrollo sostenible. El fotógrafo bogotano Alfonso Bonilla nos presenta Recycling Art o el arte de reciclar, un nuevo proyecto que deriva de sus ya conocidas narrativas espectrales. La propuesta de Bonilla nos invita a sumergirnos e imaginar por momentos las consecuencias devastadoras a futuro si no cambiamos nuestra manera de pensar, de igual manera nos presenta una visión diferente de la realidad actual con imágenes cargadas de drama y otras que cínicamente exhiben todo un esplendor estético. Con esto busca recordarnos que el colorido y armonía presente en algunas de sus obras está compuesto por residuos que a diario están contaminando y amenazando las especies de nuestro ecosistema.

RCA2114. De la Serie Recycling Art. Chromaluxe. 100 x 150 cm. 2020.



RCA2122. De la Serie Recycling Art. Chromaluxe. 100 x 150 cm. 2020.



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