cultura. Los paradigmas corporales son nuestros hábitos corporales internalizados, muchas veces invisibilizados al vivirlos como ‘naturales’. Crecemos incorporando paradigmas corporales específicos. La hipótesis es que la expansión de los paradigmas corporales (en el movimiento, en la expresión, en la expansión de sus posibilidades) facilita, promueve la expansión de los paradigmas existenciales (simbólicos, lingüísticos); diversifica y enriquece nuestras posibilidades existenciales. O: así como ‘es’ en el cuerpo, ‘es’ en la existencia. En el cuerpo ‘habita’ nuestra existencia, habitan nuestras posibilidades (así como habitan en los lenguajes. Trascender los propios paradigmas corporales y existenciales es una posibilidad que la biodanza otorga a las personas que la practican con regularidad. Trascender el paradigma de sí misma. Trascender los paradigmas regala libertad expresiva y existencial. Bio baile de los paradigmas corporales. Gimnasia simbólica. Moverse en el cuerpo de los paradigmas. La biodanza permite actuar desde el lenguaje ccorpo/emocional en la performance del vínculo humano en particular y de la existencia en general. Interpreto al cuerpo (y con él a las emociones) como territorio, escenario y campo de posibilidades, claves en los procesos de aprendizaje y de transformación de nuestras vidas y comunidades. La propuesta es volver al cuerpo. Porque en nuestras interrelaciones humanas el campo de la conversación no cognitiva es muy amplio y merece mucha atención, no sólo por curiosidad intelectual, sino también por un asunto de sobrevivencia de la especie y del planeta. Volver al cuerpo como lenguaje desde una interpretación que enriquece y amplía nuestras posibilidades de convivencia y evolución. Partir del cuerpo, ir a las palabras, volver al cuerpo: la experiencia in corporada, in corpo narrada, el cuerpo historizado, la palabra hecha carne, el cuerpo hecho (de) palabras, el cuerpo (texto) sagrado, el cuerpo escenario/cultura. Partir del cuerpo, ir a los símbolos, volver al cuerpo, ir a las metáforas.
Elena Aguila Queremos hacer referencia aquí a las investigaciones de Maseru Emoto Del Japón acerca de las cuales muchos de ustedes ya han oido hablar. Emoto se interesó por la estructura molecular del agua y lo que la afecta puesto que el agua es el más receptivo de los cuatro elementos, entonces Emoto pensó que el agua tal vez respondía a hechos no físicos, así a través de una serie de estudio aplicó al agua estímulos mentales y fotografió con ultramicroscopios el agua del Dique Fusiwara por ejemplo, antes y después de recibir la bendición de un monje Budista Zen. Emoto también imprimió palabras y las pegó a diferentes botellas con agua destilada y las dejó a la intemperie toda la noche y fotografió después la estructura molecular del agua contenida en estas botellas que decían “el Chi del Amor” o “Gracias” o “ me das asco te mataré”. Emoto concluye que la fuerza impulsora del cambio esta en la intención contenida en las palabras o pensamientos o sentimientos expresados y que la ciencia de cómo es que esto afecta a las moléculas de agua es desconocida excepto por las moléculas de agua que evidentemente responden al mensaje expresado. si la expresión de nuestros