


UN MOUNSTRO NO TAN MOUNSTRO
Textos, fotos e ilustraciones por Ana Paula Trinidad Harrigan
Primera edición en España: febrero de 2015
Primera edición en México: marzo de 2016
Impreso en México / Printed in Mexico
Tipografías
Sekate / Regular
Letters for Learners / Regular
Wilfredo era muy tímido y no tenía amigos ya que el se sentía un monstruo muy feo y por eso nunca salía de su casa, tenía mucho miedo de ser juzgado por los demás habitantes del pueblo ya que tenia unos grandes pies y un pelo muy crespo, dientes amarillos y unos picudos cuernos.


Wilfredo solo salía de su casa cuando surgía una emergencia como quedarse sin mermelada, usaba un gran sombrero y un gran abrigo que lograba taparle casi todo su enorme cuerpo, iba tan





Otra forma en la que Wilfredo salía de su casa era por las noches muy silenciosamente, cuando todo el pueblo ya estaba dormido.
La única compañía que Wilfredo tenía era un lindo conejo llamado Teodoro, era su mejor amigo y hacían de todo juntos, pasaban absolutamente todo el día disfrutando de su compañía.


Un día Wilfredo llego muy cansado de uno de sus recorridos nocturnos que olvido cerrar la puerta de su casa, mientras el dormía Teodoro decidió escaparse ya que tenía mucha curiosidad por explorar el pueblo que nunca había conocido.






Wilfredo no pudo de los nervios pues amaba a su conejo y sin pensarlo más salió corriendo por la puerta a toda velocidad gritando ¡Teodoro, Tedoro! con esperanza de encontrarlo.

De repente Wilfredo se freno en seco, ¿qué era lo que estaba viendo? A su alrededor había miles de monstruos de diferentes colores y tamaños, cada uno tenia una característica que lo hacia





Todos vieron a Wilfredo con asombro ya que nunca lo habían visto
- Hey ¿eres tu quien vive por la casa del lago? - Le preguntó uno
- Si....sii...si... soy yo - contestó Wilfredo

- ¡Hola mucho gusto Wilfredo, yo soy Dante! ¿Qué hizo que salieras de tu casa?
- Perdí a mi conejo, se llama Teodoro es blanco y con orejas muy grandes. - le respondió
- Creo que se donde puede estar, estoy seguro de que lo vi hace un rato ¡acompáñame! - dijo Dante y le dio unas palmadas en la espalda Wilfredo con mucho miedo pero con muchas ganas de encontrar a Teodoro siguio a Dante


Caminarion hasta llegar a un hermoso campo lleno de girsaoles fue ahí donde Wilfrido vio entre las flores a Teodoro dando brincos, corrió para abrazarlo, se sentía muy feliz de que estuviera sano y salvo.















Finalmente Wilfredo agradeció a Dante quien le recordó el gusto que le dio conocerlo y ahí se dio cuenta que en realidad era un monstruo no tan monstruo, pues no era tan diferente al resto y que solo tenia que tener más confianza en si mismo y aprender a apre

