Jornadas de Historia de Marmolejo. Años 2014 y 2015

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Jornadas de Historia de Sábado, 12 de julio de 2014 Sábado, 30 de mayo de 2015

MARMOLEJO

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Primera edición, 2020 Diseño y maquetación: Gráficas La Paz de Torredonjimeno

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Saluda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Manuel Lozano Garrido

Saluda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Rafael Valdivia Blánquez

Saluda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

José Manuel Pérez Torres

Presentación Jornadas Históricas de Marmolejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Francisco Javier Murillo Perales

Eduardo Leon y Llerena y el balneario de Marmolejo 17 Manuel Perales Solís

Agua y tinta . Historia del balneario de Marmolejo a través de la prensa . . . . . . . 55

Jose María Robles

Los jardines del balneario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97

Francisco Carlos Lozano Merino

Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo . . . . . . . . . . 139

Antonio Manuel Herrera Casado

Surgencias de agua en el entorno de Marmolejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

Francisco Javier Murillo Perales

El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017) . Estudio históricoartístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211

Gaspar Aranda Pastor

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ÍNDICE
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SALUDA

del Excmo. Ayuntamiento de Marmolejo

La cultura condiciona la personalidad de un colectivo que convive en un espacio común. La cultura es ampliar fronteras en el plano de lo íntimo, pero que tiene consecuencias positivas directas en el exterior del conjunto. Es por eso que las Administraciones Públicas deben poner en valor los aspectos culturales de los pueblos, promover las manifestaciones culturales de toda índole y acoger aquellas otras iniciativas de colectivos o particulares que vengan a enriquecer nuestro patrimonio cultural. Y este libro es el resultado de una de ellas, que pretende fijar para la posteridad lo expuesto e investigado en las primeras y segundas Jornadas de Historia de Marmolejo, con el fin de que el trabajo y la investigación realizada no se queden en el fondo del olvido.

Sólo me queda agradecer, a quienes han hecho posible que hoy por hoy conozcamos un poco más de nuestro pasado más reciente y que con forma nuestra actual personalidad y actitud como marmolejeños y mar molejeñas.

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SALUDA

Concejal de Cultura y Patrimonio Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Marmolejo

Por las calles voy dejando algo que voy recogiendo: pedazos de vida mía venidos desde muy lejos. Miguel Hernández

Como decía el poeta, pedazos de vida mía que voy recogiendo, así vamos haciendo historia con la suma de momentos y acciones propias de la vida, y ahora las recogemos en forma de testimonios escritos. Por las calles hemos dejado huellas de vidas que han escrito renglones sueltos en la historia de Marmolejo y en la de su Balneario, es hora de apropiarse de ellos, regalarles un contexto y contar la historia de forma ordenada, veraz y contrastada. Sin duda, este libro será un elemento más para el pa trimonio cultural de nuestro pueblo, pues lo que se ha fijado con palabras escritas, no habrá nada que las haga desaparecer.

Mi más sincera enhorabuena por esta iniciativa y a sus implicados e implicadas, el agradecimiento eterno de un pueblo al que habéis hecho más grande.

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SALUDA

Cuando Francisco Javier Murillo Perales puso en mi conocimiento la idea de poner en marcha unas jornadas de historia de nuestro munici pio, no dude en apoyar esta iniciativa desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Marmolejo a la que representaba.

Un proyecto ilusionante para dar a conocer a nuestros vecinos/as la historia de Marmolejo como antes no se había contado, de una manera cercana y con la participación en su desarrollo de marmolejeños que han dado a conocer sus investigaciones sobre nuestra localidad a lo largo de los años. Estos dos primeros años han recogido la vida de nuestro Balnea rio y sus aguas, recogidas ahora en esta edición escrita de las jornadas. Y esperando que continúen por muchos años, ánimo a las diferentes admi nistraciones al apoyo de este tipo de iniciativas culturales e históricas de los municipios así como a la participación de todas las personas relaciona das con la historia de nuestro pueblo. Un fuerte abrazo.

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PRESENTACIÓN JORNADAS HISTÓRICAS DE MARMOLEJO

“Solo se quiere aquello que se conoce y al conocerlo se valora y se defiende . ” Fernando Jiménez de Gregrorio

En esta frase se concentra el fin principal por el cual, un servidor, ini ció este complejo y largo “camino” que a la vez es enriquecedor y apasio nante. Una manera en forma de jornadas sobre historia, donde se conozca el pasado de Marmolejo, mi pueblo. Un proyecto ilusionante y valiente pero puedo decir que nada fácil, al que están invitados todos aquellos que tienen interés por conocer la historia de Marmolejo. Un “camino” que se inicia con el absoluto protagonismo de nuestro Balneario, tema escogido para las I Jornadas de Historia, como no podía ser de otra manera. Prota gonismo que se trasladó al año siguiente a uno de sus grandes compañe ros de viaje como es el Río Guadalquivir.

Historia, ciencia que estudia las acciones en el pasado de las socieda des humanas. Es por ello que las Jornadas Históricas de Marmolejo tienen como finalidad ser una herramienta y un escaparate para: acercar y dar a conocer la historia de Marmolejo a la población en general, visualizar y reflexionar sobre nuestro pasado para así comprender mejor el presente y por último ser un espacio de encuentro entre las personas que muestran su cariño por dicha ciencia. Estudio de los acontecimientos del pasado que debemos de tener muy en cuenta en nuestro presente ya que nos ayuda a comprenderlo, sin olvidar que nos da a conocer nuestras señas de iden tidad. La publicación de las conferencias es de vital importancia ya que cualquier persona puede acceder a la información que se dieron en las mismas por parte de los ponentes. Verdadero triunfo de todos y para to

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dos que los conocimientos queden impresos en papel porque como siem pre he dicho el verdadero ganador, el que se beneficia con todo esto es el pueblo de Marmolejo.

Mi agradecimiento, en primer lugar, al Ayuntamiento de Marmolejo, personificada en la figura del Concejal de Cultura, tanto de José Manuel Pérez Torres (por creer en mi proyecto, confiar en mí absolutamente e ini ciar juntos este “camino allá por el año 2014), como de Rafael Valdivia Blánquez (por la libertad y el apoyo para continuar “haciendo camino” dos años después), en segundo a Red Eléctrica Española por el patrocinio de las mismas que hará posible esta publicación y en tercer lugar a toda persona que ha destinado un segundo de su tiempo para que este pro yecto se llevara a cabo, a todos y cada uno ¡¡¡GRACIAS!!! Espero que dicha iniciativa se mantenga y sea un referente cada mes de mayo en Marmolejo.

Con el más profundo deseo de que quien lea dichas páginas disfrute de la lectura y se vaya “a la cama sabiendo un poco más sobre la Historia de Marmolejo” finalizo esta presentación.

Un cordial saludo.

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EDUARDO LEON Y LLERENA Y EL BALNEARIO DE MARMOLEJO

INTRODUCCIÓN

Creo que las Primeras Jornadas de Historia celebradas el 12 de julio de 2014, con la más absoluta humildad y economía de medios, sir vieron para exhibir con creces a los amantes de nuestra historia local una parte interesante del legado de nuestros antepasados. El tema sobre el que trató mi exposición fue el Balneario en tiempos de León y Llerena, con un análisis previo de la situación en que se encontraban las Aguas MineroMedicinales desde principios del XIX hasta la fecha en la que este político liberal, se hiciese cargo de ellas, tras adquirir los manantiales y un amplio entorno de protección, en 1882.

Luego centré mi atención en los aspectos biográficos del personaje para finalizar con un apartado dedicado a la labor tenaz y continuada del senador vitalicio para relanzar las Aguas de Marmolejo a todo el ámbito nacional y poner su Balneario a la altura y fama de los de mayor renombre de España. Complementé este estudio con un “Anexo de Personalidades” del mundo de la política, de la economía, de las letras y de las ciencias, que visitaron nuestra localidad atraídos por la fama de sus aguas y por el compromiso de amistad con León y Llerena y su mujer Luisa Serrano. Entre ellos, los ministros y presidentes del gobierno de la época, escritores, artistas, hombres de ciencia, de la empresa y un sin fin de personajes de la nobleza y burguesía del país así como de nuestro entorno provincial y regional.

Como dije en mi exposición hay que resaltar de este personaje, na cido en Málaga pero jiennense de adopción, casado con la arjonera Luisa

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

Serrano Serrano (sobrina del Francisco Serrano, primer duque de la Torre, Regente del Reino en 1869, varias veces presidente del gobierno y último presidente de la Primera República Española), su compromiso con nuestra localidad, desde que madurara la idea de adquirir los manantiales junto al Guadalquivir para rentabilizar, desde múltiples puntos de vista, las virtu des terapéuticas de nuestras aguas minero-medicinales. Contó a su favor con su poder de influencia en las altas esferas de la gobernación del país, de la que él mismo formaba parte, y con el largo periodo de estabilidad política y económica propiciado por la Restauración borbónica.

Eduardo León y Llerena perteneció a esa segunda generación de li berales que desde su juventud habían iniciado sus pasos junto a políticos madurados durante el siglo diecinueve al calor de las ideas liberales avan zadas, entre ellos su padrino y al mismo tiempo, tío político, el general Serrano, héroe de la Revolución de 1868.

A lo largo de su carrera como diputado y miembro de la alta admi nistración de Estado así como senador vitalicio, León y Llerena se caracterizará por su carácter afable y dialogante y por su compromiso con el progreso social de los pueblos y la defensa de los derechos básicos de las personas, entre ellos la abolición de la pena de muerte, pero sobre todo fue un defensor de los intereses de la circunscripción de Jaén, fomentando y apostando, en sus años más activos políticamente, por la mejora de los ferrocarriles y las carreteras, puntales básicos para afianzar el crecimiento económico experimentado en la región andaluza a finales del siglo XIX. Agradecido a su labor, la corporación municipal hacia principios del XX, le dedicó el nombre de una calle en su recuerdo que años más tarde, la ignorancia de algunos, volvería a denegar.

Es por ello que me ha resultado siempre incomprensible, y fuera de lugar, la deformación en negativo que a menudo ha sufrido este marmo lejeño de adopción, realizada por personas desconocedoras del pasado y/o proclives a tergiversar la historia en beneficio de extraños intereses espúreos.

Intentaré explicar en breves palabras, desde la conclusión a que me lleva el análisis de los datos históricos, el origen de esa mala prensa que consiguió calar en algunos sectores de la localidad, y que a veces consigue empañar el recuerdo de personajes que, como León y Llerena, consiguie ron rentabilizar con éxito unos recursos naturales hasta entonces infrau tilizados, pues no otra cosa podemos deducir de los magnos beneficios sociales de su empresa corroborados por la asistencia a su entierro de nu

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merosos marmolejeños tras su muerte inesperada, el 4 de agosto de 1900, en su domicilio familiar de la actual casa de “La Aviadora”.

La imagen de este liberal progresista se deformó, como digo, inte resadamente, cual consigue hacerlo la sala de espejos de feria, durante los años que se empeñaba en sacar adelante su proyecto balneario. Estos primeros detractores, fueron algunos miembros del Partido Conservador marmolejeño que apuntados al carro de los intereses económicos perse guidos por el dueño del manantial del Moyanico aprovecharon la ocasión para dirimir viejas rencillas políticas con él. No olvidemos que Eduardo fue durante varios años “Jefe político” de los liberales de la provincia de Jaén y que Marmolejo, donde gozó de gran ascendiente e influencia, fue siempre muy fiel a las votaciones hacia los candidatos liberales, entre ellos el extracto social de hortelanos y pequeños propietarios de la localidad pues los obreros aún no votaban) fieles al liberalismo avanzado que él representaba.

Por aquellos años (1883 a 1900) ya se le tachó a León y Llerena de “cacique escarchado”, por su canicie temprana, al pleitear con quienes perse guían hacer la competencia al naciente proyecto balneario, a través de la explotación de la fuente Moyanico que estaba dentro del perímetro prote gido del Balneario. León y Llerena se sintió en cierta manera traicionado y boicoteado, pues había invertido su patrimonio personal (solicitando incluso préstamos al Banco Hipotecario de España para reflotar la ima gen de las aguas), encontrándose, a cambio, con la incomprensión y una oposición despiadada, de naturaleza claramente política, dispuesta a obs taculizar el progreso de aquella empresa. No obstante he constatado que aquellas heridas se cerraron con los años, y finalmente los conservadores acabaron entendiendo el papel clave del Balneario para el progreso de la economía local, pero inevitablemente aquellos desencuentros dejaron algunas sombras sobre la memoria del senador.

Varios años después, treinta y dos desde su muerte en 1900, durante la Segunda República, volveremos a asistir a un desafortunado pleito entre la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales y el Centro Instructivo Obrero como consecuencia de otro manantial existente junto a la ribera del Guadalquivir descubierto por varios obreros afiliados al Partido So cialista y a la UGT, que pusieron en explotación en beneficio de los agüis tas más pobres que acudían anualmente a las Aguas de Marmolejo. La Sociedad de Aguas, gestionada en esos momentos por los herederos de Luisa Serrano (sus sobrinos, los hermanos Navarro Serrano), se precipita-

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Eduardo

Foto 1: Eduardo León y Llerena en sus años primeros años de diputado (1869-1872) Fuente: Diccionario biográfico de parlamentarios andaluces.

ron en reclamar la intervención de la Guardia Civil para impedir la aper tura de ese “balneario popular”, ubicado aguas abajo del Balneario, lo cual dio lugar al sellado de la fuente por parte del Gobierno Civil, y a unos desagradables incidentes que enfrentaron a los afiliados socialistas con las fuerzas de orden llegadas desde Andújar, con la detención de varios responsables políticos del Centro Instructivo Obrero, entre ellos Antonio García Martínez “Maqueano”, un histórico dirigente socialista, concejal en el Ayuntamiento Republicano. Aque llos hechos, en absoluto, deberíamos de concluir fueron responsabilidad de León y Llerena, pero de alguna manera, y sin saber por qué motivo, se volvió a asociar a la Sociedad de Aguas con cierto poder omnímodo caciquil y autoritario que, esta vez si, se proyectó contra la parte más débil de la pobla ción. Pero evidentemente, como digo, la responsabilidad de León y Llerena en aquellos sucesos fue nula, pues lle vaba ya 33 años muerto, y la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales sólo era la heredera de aquella primera empresa personal denominada “Establecimiento de Aguas y Baños Medicinales Natura les de Marmolejo” que había fundado el político liberal cincuenta años antes.

El trabajo que a continuación expongo centra su atención en la figura de León y Llerena, tantas veces enaltecida por unos y vilipendiada por otros, aunque finalmente debamos de concluir que la empresa en la que se empeñó a fondo en los últimos años de su vida, reportaría a los mar molejeños un nivel de progreso y bienestar económico, como nunca antes habían conocido. Por motivos de espacio he seleccionado los documentos fotográficos que formaron parte, en su día, del “Anexo de Personalida des” de esta ponencia y se han abreviado las referencias biográficas, por lo que remito a los posibles interesados/as al dominio de internet: issuu. com/cjmarmolejo/docs/exposicion_personalidades_balneario, donde podrán visualizar, íntegramente, los paneles gráficos diseñados acertada mente por Antonio Lara Perales expuestos, aquella jornada memorable, en el vestíbulo del Teatro Español.

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ANTECEDENTES DE LA EXPLOTACIÓN PRIVADA: MARMOLEJO Y SUS AGUAS MINERO-MEDICINALES ENTRE 1818 Y 1882

La explotación de las aguas minero-medicinales que fluían de unos manantiales en la orilla izquierda del Guadalquivir había corrido por cuenta del Ayuntamiento de Marmolejo entre 1818 y 1882, año en que, al parecer, por deficiencias presupuestarias para afrontar una serie de refor mas exigidas por las autoridades provinciales en la Fuente Agria acabaron por acelerar su venta mediante subasta a manos privadas. Desde entonces eran adquiridas por el diputado del partido liberal, Eduardo León y Lle rena, con el nombre de “Establecimiento de Aguas y Baños Medicinales Naturales de Marmolejo”.

A partir de ese momento la villa de Marmolejo conocerá su “edad de oro” en la que su economía empezó a depender fundamentalmente de la multitudinaria afluencia de agüistas, discurriendo por sus calles gentes de toda condición social venidas desde los más recónditos lugares de la geografía nacional.

Pero lo verdaderamente novedoso para esta pequeña localidad sería la afluencia a sus fondas y hoteles de un sinfín de personalidades signifi cadas en las diferentes actividades humanas dispuestas a mejorar de sus dolencias, unas veces, y a venderse socialmente, otras, aprovechando la supuestas bondades de las aguas y la amistad con el influyente León y Llerena, personaje de primera fila en la estructura político-administrativa de la gobernación del país, que había rehuido siempre ser ministro, pero con gran ascendiente y predicamento entre las élites gobernantes.

Según nos dice el doctor Juan Cruz y Vázquez en la obra “Análisis Químico y Memoria de las Aguas Alcalinas de Marmolejo”: “El conoci miento de las virtudes medicinales de las aguas de Marmolejo se debe a Juan de Dios de Ayuda, (médico titular de los cabildos de la ciudad de Guadix) quien en 1793 las describía ya en un tratado sobre las principales fuentes de Andalucía. Desde esa época hasta el año de 1818 no fueron conocidas oficialmente, quedando en poder del municipio de Marmolejo que dada su precaria economía, no pudo hacer nada para embellecer los alrededores del punto en que emergen ni levantar un establecimiento según prescribe la ley vigente de aguas minero-medicinales, ni hacer otras varias reformas que los adelantos de la hidrología reclaman”.

De todas formas era conocida ya la afluencia de agüistas forasteros que desde principios de siglo acudían a las aguas como lo corrobora el he cho ocurrido en 1823, referido por Santiago Gallardo en su trabajo “Mar

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

molejo y su Balneario: un estudio histórico, siglos XIX y XX”. Dice así: “La mañana del día 13 (no se precisa de que mes) el vigía de la torre avisó la venida por el camino del Calvario de una partida de Infantería como de 100 hom bres y al momento se armo el vecindario y se presentó al frente de la entrada pro clamando a viva voz al Señor D. Fernando Séptimo por Rey absoluto, con que se verificó se contuviesen y haciendo señales de querer entrar en conversaciones, se permitió que se llegase a la puerta al Comandante y un asistente, ambos desarmados, y llegados en estos términos, solicitó un pequeño refrigerio para su tropa que le habilitó la generosidad de los que estaban dispuestos a perecer en defensa de los legítimos derechos de S.M., retirándose (posteriormente) al punto que ocupaba la partida que era perteneciente al Regimiento de América. Todos estos hechos arran caron lágrimas de placer llenando de admiración a la multitud de forasteros que se hallaban en el pueblo con motivo de tomar las Aguas Minerales”. Debemos de suponer que dicha partida recorría los pueblos de la comarca durante el mes de abril, en apoyo al régimen constitucional de Cádiz, ante los inten tos de reinstauración del absolutismo por Fernando VII, en abril de 1823. Hemos de tener presente como nos indica Luis Alonso Álvarez en su estudio sobre el turismo termal en España que hacia finales de siglo XVIII y comienzos del XIX existía una demanda documentada que conformaban no sólo las élites sino también amplios grupos populares y campesinos que buscaban durante los meses de verano recuperar su salud por medio de los baños y la ingesta de aguas. A esas demandas pretendieron dar satisfacción algunos emprendedores de extracción aristocrática o eclesiás tica y en otros casos de clase burguesa, mediante la recuperación de los an tiguos establecimientos romanos y árabes o realizando nuevos balnearios.

Existían no obstante como apunta el citado autor “algunos obstáculos para que lo que era hasta entonces una práctica popular o culta se extendiese también al resto de grupos sociales. Entre los obstáculos más destacados, figuraba la ausencia de una regulación de la actividad que hacía que muchos centros de cu ración careciesen de las mínimas condiciones de higiene y bienestar. A esto se debe de añadir la inestabilidad política de España durante el periodo con frecuentes cambios de gobierno –entre absolutistas y liberales-, continuos golpes de Estado entre las distintas facciones del liberalismo y una amenaza constante de los rebel des carlistas, esa variante del absolutismo que contribuyó en gran medida a crear una inseguridad colectiva poco favorable a la práctica de los desplazamientos que exigía este primitivo turismo terapéutico. Además, la carencia de infraestructuras de transporte que los facilitasen, como vías férreas, y carreteras y servicios de correo y telégrafos, y la indefinición de los derechos de propiedad sobre las fuentes

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termales en un periodo de cambios radicales en la legislación, dificultaba en gran medida la inversión en el sector”.

Entre 1817 y 1867 estaríamos en una larga etapa de gestión municipal de los manantiales, en la que es preciso destacar la labor difusora de las virtudes de las aguas que lleva a cabo, con escasos recursos, el médico Vicente Orti y Criado en medio de una época turbulenta lastrada por las crisis agrarias y por episodios relacionados con la guerra carlista con la propagación de enfermedades y de epidemias como la del cólera morbo del verano de 1834, circunstancias que evidentemente debieron de retraer la visita de muchos agüistas.

Este cordobés nacido en Castro del Río obtenía en 1817 por oposición la plaza de director de las Aguas Minerales de Marmolejo, siendo nom brado por el rey Fernando VII para tal fin. Disfrutó por ley del goce del Fuero de Criados de la Casa Real, razón por la cual cuando fue propuesto el 22 de febrero de 1833 para desempeñar el cargo público de Síndico Per sonero, alegaría estar excusado para ejercer puestos de responsabilidad política, aunque años después le veremos ya plenamente comprometido en la gobernación del municipio y con la causa liberal moderada encar nada por la reina niña Isabel II en los difíciles años de la primera guerra carlista.

La figura de este humilde médico fue adquiriendo especial notorie dad entre los marmolejeños y la pequeña colonia de agüistas que venían por estos años, empezando a compaginar su función de médico-director con ciertas responsabilidades en el gobierno local. Así, como hemos dicho, en 1833 era propuesto para el cargo de Síndico Personero del Común; en enero de 1834 integró la Junta de Sanidad Municipal, ejerciendo de Secretario de la misma, debiendo de hacer frente a la terrible epidemia de cólera morbo que asoló la población desde principios del verano con un resultado de más de 200 personas fallecidas, circunstancias dramáticas agravadas aún más por la falta total de cosechas de granos y de aceituna que llevó el hambre y la miseria a casi toda la población. El informe del Alcalde Bartolomé Serrano Ruiz, dirigido al Gobernador Civil, hacía men ción a tan tristes circunstancias: “En una población como ésta de 2000 habitan tes, el cólera morbo podrá atacar ocasionando la muerte a 200 personas...El ham bre en la misma ataca, por lo menos, a 1950 personas, cuasi todos pertenecen a la clase de pobres, mendigos, jornaleros pobres, artesanos y propietarios en pequeño, que todos perecen por falta de recursos para cubrir sus principales atenciones... La cosecha de granos ha sido nula, encontrándose los ejidos donde se verifica la

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saca (del grano) tan limpios como a fines de septiembre en años abundantes. La cosecha de aceituna pendiente es también nula. Por todos estos hechos desgracia dos el hambre está a la vista y causando ya sus efectos. El hambre ha de ser causa que aumente los funestos progresos del cólera y en la proporción que aumente la miseria han de aumentar los hechos criminales”.

En septiembre de 1834 era elegido Regidor primero y en diciembre de 1835 se le nombraba Sindico Procurador para hacerse cargo de la Benefi cencia Municipal. Finalmente durante los años de 1837 y 1838 le vemos ocupar el cargo de Alcalde. Le tocó lidiar durante este periodo turbulento de la Regencia de María Cristina de Borbón, con los envites de las parti das carlistas comandadas por Orejita y Peñuelas, siendo Vicente Orti una víctima más de la violencia de estas partidas. En la madrugada del día 10 de febrero de 1838, fue secuestrado y posteriormente sometido a extorsión teniendo que obtener su liberación con bienes de su propio pecunio. Así narró la noticia el periódico “La Estafeta” de Madrid:

“En la madrugada del 10, las facciones de Orejita y Peñuelas con la fuerza de 400 hombres asaltaron la villa de Marmolejo, más los nacionales y paisanos que el primer Alcalde constitucional tenía ya preparados, les prestaron la más vigorosa resistencia. Lo débil de las fortificaciones, lo extenso del círculo del pueblo y la copiosa lluvia facilitó a los enemigos introducirse en las calles extremas robando y asolando cuanto encontraban, penetrando algunos grupos a lo interior hasta la línea de defensa establecida en la plaza desde la que se les hizo un fuego vivísimo que pudo contenerlos. El Alcalde Primero acudía a todas partes dando sus disposiciones con el mayor valor; y habiendo ido a reforzar un punto que trataban de flanquear los enemigos, tuvo la desgracia de caer prisionero. A pesar de este con tratiempo continuó vigorosamente la defensa, hasta que cansada la canalla, viendo el denuedo con que se les resistía, y que les era imposible penetrar en el centro del pueblo, se retiraron dejando tres muertos y varios heridos, y llevándose al citado Alcalde primero, Don Vicente Orti.

Tanto en la parte de la población que ocuparon, como en los inmediatos ca seríos, han destruido, robado y aniquilado cuanto hallaron. Caballerías, alhajas, ropas, dineros, nada ha escapado de su rapacidad. El Alcalde, después de mil pe ligros, consiguió rescatarse mediante una cantidad considerable. Se ha dispuesto que la Milicia Nacional y las partidas de tropas se sitúen en puntos convenientes para proteger a estos pueblos. La Milicia Nacional de Marmolejo ha cumplido su deber defendiendo sus hogares con el mayor denuedo. Es digna de elogio la con ducta del Alcalde primero constitucional a cuya acertada disposición y decisión se debe principalmente tan brillante suceso, y que sacrificando parte de su fortuna

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y exponiendo su vida ha sabido acreditar su patriotismo y su amor a la causa nacional”.

Ante tal panorama era difícil de alcanzarse el clima adecuado para la llegada de los enfermos desde los más distantes puntos de España y de Andalucía. Entre 1817 y 1867, Vicente Orti y Criado vivió en Marmo lejo, simultaneando la dirección facultativa de las Aguas Minerales con la plaza de médico titular de la villa, escribiendo durante esos años mul titud de memorias y dictámenes para darlas a conocer en el ámbito de la medicina y la ciencia. Anastasio Chinchilla, en su “Historia General de la Medicina Española” le dedicó tres páginas a su biografía médica y en la Bibliografía Hidrológica Médica Española se hace mención muy honorí fica de Vicente Orti y Criado.

En los años coincidentes con la Revolución liberal de la Gloriosa, la monarquía constitucional de Amadeo de Saboya y la 1ª República, nos dice Santiago Gallardo, que “asistimos a una serie de presiones por parte de las auto ridades provinciales sobre la Fuente Agria. La base de estas presiones debe de estar en la necesidad de realizar una serie de reformas en las instalaciones y la puesta en tela de juicio de la propiedad del Ayuntamiento sobre la Fuente Agria. Todo ello dio lugar a una serie de polémicas. Efectivamente los hechos demostraron las dificultades del Ayuntamiento y del municipio para poder realizar las infraestruc turas necesarias que la legislación del momento reclamaba. No olvidemos que los manantiales estaban a orillas del rio y eran frecuentes sus inundaciones durante las subidas del caudal en el mes de octubre consecuencia de las primeras lluvias otoñales difícilmente regulables por la inexistencia de pantanos en la cuenta alta del rio. A pesar de todo el Ayuntamiento intentaba por todos los medios mantener la propiedad de la fuente y de realizar las obras necesarias para la adecuación del lugar. Así en noviembre de 1872 se hacían los trámites para instruir expediente de posesión sobre la Fuente Agria y el terreno que se denomina Llano del Puente”.

Poco después, en enero de 1873, se abonaba por el Ayuntamiento la cantidad de 46 pesetas y 50 céntimos a D. Manuel Torres Riego, Escribano de Actuaciones y Secretario del Juzgado de Primera Instancia de Andújar por la formación del expediente de titularidad, y en febrero se abonaban a D. Manuel Galán Gómez, Registrador de la Propiedad, la cantidad de 10 pesetas y 25 céntimos por importe de los derechos de inscripción.

La afluencia por estos años a las aguas de Marmolejo, pues el balnea rio aún no existía como tal, seguía siendo escasa y la mayoría de los agüis tas eran gentes de nivel adquisitivo medio-alto. En su “Memoria de 1865”,

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

el nuevo director-médico Luis Góngora Joanicó la cifraba en 64 enfermos, dentro de la segunda temporada que solía ser la más numerosa, corres pondiente a los meses de septiembre-octubre-noviembre, si bien justifi caba esa escasa afluencia en la epidemia de cólera morbo declarado en la provincia de Sevilla, de donde procedían muchos de los agüistas. Real mente todavía estamos lejos de las cifras record alcanzadas en los años de León y Llerena (1883-1900) y los años iniciales del siglo XX, en que el Balneario lo visitaban por temporada hasta 4000 agüistas si incluimos las personas que acompañaban a los enfermos.

Este director-médico luchó contra la resignación que observó en los gobernantes locales y la desidia en que había caído la gestión municipal de los manantiales. En la “Memoria de 1872”, manifestó su queja a la Di rección General de Beneficencia y Sanidad por la decadencia en la afluen cia de enfermos a las Aguas de Marmolejo que año tras año veían frustra dos sus deseos de aliviar sus dolencias a consecuencia de las crecidas del río en los meses de octubre-noviembre.

Muchos enfermos tras venir de lugares lejanos, -nos dice el doctor-, debían de marcharse a sus pueblos al no poder tener acceso a las aguas. Esa circunstancia acababa minando la moral de los potenciales agüistas desanimándoles a venir. Así ocurrió por ejemplo en el otoño de 1872, en que de las 100 personas que tomaban las aguas en la 2ª temporada, en torno a 80, tuvieron que marcharse tras esperar más de tres días que bajase el caudal del río.

El doctor Góngora proponía resolver este problema ancestral para, de una vez por todas, relanzar la afluencia al balneario y para ello planteaba como soluciones, o bien la venta a manos privadas de las aguas, o la cesión exclusivamente del dominio público municipal de las aguas a favor del dominio privado “único que puede llevar a cabo las mejoras que el Ayunta miento no ha querido nunca realizar y que aún, con el mejor deseo, no está a su al cance por lo cuantioso de los desembolsos que reclama”. Se refería, lógicamente, a las costosas obras que habrían de realizarse en el lecho del río para poner a buen recaudo los manantiales minero-medicinales de las riadas.

Con el periodo de mayor estabilidad política y económica que supuso la Restauración Borbónica, a partir de 1875, se iba a producir un aumento de visitantes asociado a la finalización de acontecimientos violentos en nuestra zona generados años atrás por las escaramuzas de las partidas carlistas, y como no, gracias a la mayor estabilidad económica del nuevo

Manuel Perales Solís 26 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

ciclo político y al desarrollo de las comunicaciones con la inauguración del tramo del ferrocarril de Andalucía entre Andújar y Córdoba, con estación en Marmolejo, allá por las postrimerías de la década de los sesenta. Así por ejemplo, en 1877 -nos dice Santiago Gallardo- el total de enfermos au mentó considerablemente comparado con los años anteriores, siendo de 786, el de personas que acudieron. Metiendo los acompañantes estaría en torno a la cifra de 2000 personas.

Pero los problemas continuaron ante la necesidad de realizar grandes inversiones en los manantiales. Así en la Sesión Ordinaria de 3 de agosto de 1876 el primer teniente de alcalde dice que siendo el presupuesto de la obra a realizar de 104.880 pesetas, nadie mejor que el Sr. Alcalde sabe que el Ayuntamiento no puede disponer de la citada cantidad ni mucho me nos. De esta forma vemos como se veía un claro porvenir a la Fuente Agria pero los problemas de infraestructuras eran insalvables para el Ayunta miento que aunque hizo cuanto pudo en aspectos de arreglo de calles y plazas, sin embargo no pudo acometer definitivamente la obra decisiva que le era requerida por las autoridades gubernativas sobre los manan tiales.

LA ETAPA DE LEÓN Y LLERENA, 1882-1900

La venta del Balneario y más de 24 fanegas de terreno colindante, se produjo mediante subasta pública convocada para el diez de octubre de 1882 pero aplazada al 31, por negarse León y Llerena a hacerse cargo de unas cargas hipotecarias que gravaban algunas de las propiedades del perímetro de protección de los manantiales. En estos momentos León y Llerena es subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, per sona de máxima confianza del jefe del gobierno Práxedes Mateo Sagasta con quien mantiene una total sintonía. Puede decirse que forma parte del grupo cercano en el que Sagasta se apoya y en el que también se encuentra el ministro de Estado, Antonio Aguilar y Correa, marqués de la Vega de Armijo. Juntos, por ejemplo, acompañaban al rey Alfonso XII en el viaje realizado a Portugal en enero de 1882. Estamos pues en el momento en que estaba a punto de alcanzar el cenit en su carrera política.

En agosto de 1883 se determinaba por Real Orden del día tres, un perímetro de protección cercano a las 60 hectáreas. La venta se hizo por la cantidad de 83.500 duros que León y Llerena se comprometía a pagar en

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Eduardo

diez plazos y nueve años y que desconocemos si finalmente se pagaron tal como insinuaba el periódico “La Linterna” de Andújar, pues lamentable mente carecemos de las actas municipales de la década de los ochenta ya que las corporaciones de esos años, siquiera cumplieron con el requisito legal de redactarlas. Tampoco he tenido acceso a la documentación pri vada de Balneario, hoy día inexistente, o en lugar desconocido.

Para entender las claves de esta venta a manos privadas de unos ma nantiales que hasta entonces gestionaba el Ayuntamiento, hemos de considerar la situación de la estación balnearia que año tras año languidecía en el olvido por la falta de recursos económicos del propio Ayuntamiento y por la escasez del caudal que proporcionaba la llamada antigua Fuente del Padre, manantial que posteriormente fue mejorado por León y Llerena mediante tres nuevos sondeos: Fuente Agria, San Luis y Buena Esperanza, y embellecido su entorno original de taraes y juncias, con la edificación de una galería y edificios anexos así como un singular jardín de más de 9 hectáreas hasta entonces inexistente.

Lo ocurrido pues a partir de 1883 fue considerado por algunos con temporáneos como “el milagro” del político liberal Eduardo León y Lle rena, auténtico creador de la marca “Aguas de Marmolejo” y de su Bal neario. Pero si su proyecto alcanzó unas metas exitosas es porque también contó con el impulso de una mayoría de de marmolejeños que supieron estar, con su buen hacer e ilusión, a la altura de las circunstancias.

La razón por la que León y Llerena recala por Marmolejo, para em peñarse en la labor de hacer universales unas aguas que apenas un siglo antes, Juan de Dios Ayuda, sacaba del anonimato, pienso que hay que buscarla en la convergencia de un conjunto de factores. Por un lado León y Llerena ya era asiduo de las aguas hacia 1882, cuando era subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros. Es posible que para ese año ya tuviese madurada la operación de la compra de los manantiales. Por otro lado el tío de su mujer Luisa Serrano, el general Serrano, de quien León y Llerena era amigo y persona de confianza política, disponía de fincas en el entorno de Marmolejo: en Arjonilla, Escañuela y en la sierra de Montoro (finca del Socor donde organizaba grandes monterías); la cuñada de Luisa Serrano, Catalina Navarro Salcedo era la hermana del terrateniente local Domingo Navarro Salcedo igualmente con diversas fincas de olivar en el pago de Cerrada. A todo ello habría que sumar el perfecto conocimiento de los pueblos de la circunscripción de Jaén, por la que León y Llerena salió elegido diputado por el partido Constitucional en dos ocasiones, en

Manuel Perales Solís 28 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

1869 y 1879 y a la que Marmolejo pertenecía. Tampoco hemos de menos preciar la relación de amistad que León y Llerena hubo de mantener con los liberales marmolejeños entre los que nos encontramos a su amigo José García del Prado Jurado, alcalde liberal del final de la centuria, y el so brino de éste, el joven Lorenzo Romero García del Prado, relevo de su tío en el partido liberal marmolejeño a partir de 1899.

EDUARDO LEÓN Y LLERENA: ASPECTOS BIOGRÁFICOS

Eduardo nació en Málaga el 31 de mayo de 1839 del matrimonio en tre Esteban León Medina y Valentina Llerena de Reina. El matrimonio tuvo además una hija, María del Pilar que casó con el político y diputado liberal Juan García de Torres. A la personalidad del padre merece la pena que prestemos un momento de atención por la influencia que tuvo en la orientación posterior de León y Llerena. Esteban León había nacido en Antequera en 1812, en el seno de una familia de marcada tradición libe ral, pero de escasos recursos. Por este motivo se acogió a la protección de uno de los amigos de su padre, el primer conde de Peñafiel con el que se trasladó a Madrid donde hizo una bri llante carrera administrativa, llegando a ser un miembro destacado del par tido Unión Liberal.

Amigo personal de los gene rales liberales Francisco Serrano y Leopoldo O’Donell y del marqués de la Vega de Armijo (Antonio González de Aguilar y Correa, 8º marqués), fue nombrado subsecretario del Ministe rio de Hacienda durante el Bienio li beral progresista liderado por el gene ral Baldomero Espartero (1854-1856). Antes, ejerció de intendente en Jaén, Lérida y Baleares. En 1851 era nombrado Gobernador Civil de Córdoba y elegido diputado por la provincia de Córdoba y de Jaén en varias elecciones

Foto 2: Esteban León Medina (1812-1875), padre de Eduardo León y Llerena. Fuente: Diccionario biográfico de parlamentarios andaluces.

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

entre 1854 a 1872. Fue además senador por la provincia de Jaén en la legis latura de 1872. Casado en segundas nupcias con Eloísa Fernández Rivero, Esteban fallecía en Madrid en noviembre de 1875.

Pero volviendo a nuestro personaje, diremos que Eduardo recibió su educación elemental entre Córdoba y Jaén, ciudades en que hubo de vivir por motivos profesionales de su progenitor, hasta que en 1850 se trasla daba a Madrid para cursar la segunda enseñanza y estudiar leyes en la Universidad Central. Obtuvo el grado de licenciado en Derecho Administrativo en la Universidad Central y el de Derecho Civil y Canónico. Parte de su adolescencia y juventud transcurriría entre las ciudades de Lérida, Palma de Mallorca, Jaén y Córdoba, donde su padre había desempeñado los cargos de Gobernador Civil.

Ya en posesión del título de abogado entró como empleado en el Mi nisterio de Gracia y Justicia, siendo declarado cesante en agosto de 1866. Vinculado al partido Unión Liberal no tardaría en ponerse a las órdenes de su tío político el general Serrano, en los preparativos de la Gloriosa de 1868 estando a su lado en la batalla de Alcolea (28 de septiembre 1868) en calidad de persona de máxima confianza. Triunfante el pronunciamiento liberal para derrocar a Isabel II encabezado por los generales Juan Bautista Topete, Juan Prim y Francisco Serrano, una vez nombrado el general Se rrano presidente provisional del gobierno, y posteriormente Regente del Reino, Eduardo regresó a Madrid, ocupando el puesto de Secretario de su Audiencia Territorial, y más tarde secretario general del ministerio de la Gobernación y subsecretario de este Ministerio.

A partir de las elecciones de 1869 salía elegido diputado por la cir cunscripción de Jaén junto al duque de la Torre en la candidatura de signo monárquico-democrático. En las elecciones del 2 de abril de 1872 (reinado de Amadeo de Saboya) era elegido diputado por el distrito de Alcalá la Real dentro de las filas del Partido Constitucional que había fundado junto al general Serrano y Sagasta. Ya en plena restauración borbónica (reinado de Alfonso XII) y una vez disuelto el Partido Constitucional, vuelve a ser diputado en las filas del partido Liberal Fusionista de Sagasta (donde se integraron parte de sus miembros) por los distritos de Jaén y Martos, hasta el 14 de diciembre de 1883 en que fue nombrado senador vitalicio, escaño que ocupó hasta su fallecimiento el 4 de agosto de 1900.

Desde 1882 perteneció a Izquierda Dinástica, fracción incluida en el Partido Liberal de Sagasta, pero liderada por el duque de la Torre y en

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el que también se encuentra el general López Domínguez y José Posada Herrera. Este partido tuvo una corta vida quedando disuelto dos años más tarde en que prácticamente todos sus miembros se integraban en el Partido Liberal.

Curiosamente en la documentación que obra en el Congreso de los Diputados sobre sus datos personales consta como profesión principal la de terrateniente, presumiblemente debido al patrimonio que gestionaba procedente del capital agrícola de su mujer Luisa Serrano, pues en la declaración de bienes que presenta al Senado en 1883, según la certificación del Registro de la Propiedad de Madrid, y del Banco Hipotecario de Es paña, aparecían a su nombre una casa en la calle Serrano nº 35 de Madrid, con un solar adyacente al paseo de la Castellana; una casa en el número 39 de la misma calle con un solar agregado; otra en el número 41 de esa misma calle, con un solar agregado y otra casa en el número 37, igual mente con solares agregados hacia la actual avenida de La Castellana, lo que suponía un valor añadido por las posibilidades de futuro de esta zona del Ensanche madrileño. Fue en uno de estos domicilios donde mantuvo en los primeros años del Balneario la sede social de la empresa.

Pasados los años del Sexenio Democrático, (1868-1874) Eduardo León y Llerena volvió, como hemos apuntado, al primer plano de la política, esta vez en las filas del partido liberal de Sagasta del que sería su “jefe” en la provincia de Jaén y con el que volvería a ocupar cargos públicos. Fue, por ejemplo, Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros entre 1881 y 1882 y en el año 1883 era nombrado senador vitalicio y consejero de Estado. También fue nombrado consejero de varias empresas públicas, fundamentalmente las vinculadas al ferrocarril (1887) junto a primeras fi guras como el marqués de La Habana, (José Gutiérrez de la Concha) y Ta bacalera (marzo de 1894) siempre bajo gobiernos presididos por Práxedes Mateo Sagasta.

Pero hay un momento en la vida de Eduardo, coincidente con su nombramiento como senador vitalicio (1883) en que ralentiza su actividad política para dedicarse de lleno a su proyecto balneario. Es entonces cuando establece, junto a su esposa Luisa Serrano ( mujer natural de Ar jona, sobrina del general Serrano, e hija de Francisco Serrano Santaella y de Dolores Serrano Domínguez, hermana del Duque de la Torre) su resi dencia habitual en Marmolejo en la actual casa de “La Aviadora” a la que se le conoce por esos años como “La meca” y en donde abre sus puertas, además de a una nutrida prole de sobrinos/as que acuden por Marmolejo

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Eduardo

en las temporadas de verano, a un sin fin de personajes de la cultura, de la política y del mundo de la empresa. En esa misma casa fallecía Eduardo el 4 de agosto de 1900 a consecuencia de una dolencia repentina. Curio samente unos días antes, el 22 de julio, había acudido a Madrid junto a una amplia representación de los liberales de la provincia de Jaén para homenajear a Sagasta en un acto, con banquete incluido, celebrado en los jardines del Buen Retiro y que había sido organizado por el diputado liberal por la provincia de Jaén, Juan Montilla Adán. A dicho acto asistió igualmente el futuro líder de los liberales demócratas, José Canalejas.

La crónica de los actos fúnebres publicada por el “Pueblo Católico” del 9 de octubre de 1900, firmada por su corresponsal Santiago Gómez, deja traslucir el reconocimiento de las élites políticas y económicas locales a la labor desarrollada por León y Llerena así como el clima de entendi miento que presidió las relaciones de este liberal malagueño con las auto ridades de la localidad, máxime si tenemos en cuenta que el corresponsal Santiago Gómez, era cercano al partido conservador: “Grande ha sido la manifestación de duelo que el pueblo de Marmolejo ha dado hoy en la Casa de Dios al celebrarse los funerales que el Ayuntamiento de esta localidad, por iniciativa de su Presidente D. Lorenzo Romero García del Prado, ha costeado en sufragio del alma del que fue nuestro mejor y más cariñoso amigo Sr. León y Llerena.

El templo decorado lujosamente de negro y llenos sus altares de luces, estaba literalmente ocupado por propios y extraños y el religioso recogimiento de todos demostraba de modo evidente que en aquellos corazones se anida el recuerdo del que fue fiel y leal protector de este pueblo.

En el centro de la iglesia se elevaba majestuoso catafalco en donde ardían in finidad de hachones y partiendo del túmulo, salía un paño negro que llegaba hasta el final del templo, y á derecha é izquierda de dicho paño ardían también multitud de velas, formando un cuadro de luces de imponente seriedad. En el centro de este cuadro se hallaba la corona que el Ayuntamiento de Marmolejo dedicó al Sr. León y Llerena el día de su entierro. El oficio de difunto lo cantó el joven e ilustrado coadjutor de esta parroquia, mi amigo del alma y de la infancia, D. Pedro Perales Fernández, ayudado por sus compañeros señores Martínez y Solís. La misa de requiem ha sido hábilmente interpretada por la capilla que dirige el profesor Sr. J. Martí, distinguiéndose como siempre, el notable violinista Sr. Vizcaíno. Entre los concurrentes se hallaban el Duque de Almodóvar del Río (José Ramón Sánchez y Hoces, 9 duque y 12 marqués), el conde de Villaverde la Alta (Teodoro Tamariz Martel y Fernández de Córdoba), el médico Sr. Tello, los Sres. García del Prado (D. Antonio, D. José y D. Eduardo), Sr. García Malo de Molina, el padre político

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de éste D. Leandro Romero; los individuos todos de este Ayuntamiento, acompa ñados del elemento oficial, infinidad de forasteros que en la actualidad se hallaban usando estas aguas medicinales, todos los hijos de este pueblo, y el discreto perio dista Sr. Ciriaco Aguilar. El duelo estuvo representado por el Sr. Alcalde, Sr. Ro mero, sindico del Ayuntamiento, y presidía este duelo el sabio y virtuoso Ecónomo de esta parroquia D. Luis Soria y Ávila...Para rendir un tributo más de cariño a la virtuosa viuda de León y Llerena (Luisa Serrano Serrano), nos trasladamos á la casa de ésta, el expresado Párroco Sr. Soria y Ávila, el Alcalde D. Lorenzo Romero y el que escribe estos mal perjeñados renglones, recibiéndonos con la bondad, ca riño y cortesía que distingue á tan ilustre dama, y expresándonos con el profundo sentimiento de su alma dolorida, el recuerdo que constantemente guardaría en su corazón de los hijos de Marmolejo. Allí tuvimos el gusto de saludar a los distin guidos señores los Generales Ochando, y Muñoz Cobo, y a las encantadoras hijas del primero de éstos, María Luisa y Anita”.

Se refería el periodista al general Federico Ochando Chumilla casado con Paz Serrano Navarro, sobrina de Luisa Serrano, y a Diego Muñoz Cobo y Serrano, teniente general y ministro de la Guerra en 1919, casado con Dolores Serrano Navarro.

La noticia de la muerte de León y Llerena, el 4 de agosto, no pasó desapercibida en el mundo de la alta política nacional debido a sus ante riores responsabilidades en la administración estatal y por sus relaciones de amistad con la élite política nacional y de parentesco con la mujer del acaudalado periodista sevillano Torcuato Luca de Tena, fundador de la revista “Blanco y Negro” y del ABC (1903) convertido en uno de los prin cipales empresarios del momento en el sector de la comunicación.

Es por ello que en el “Blanco y Negro” del día 11 de agosto de 1900, (así como en multitud de periódicos de tirada nacional) se reproducía la siguiente semblanza del político liberal: “La familia de nuestro querido direc tor se halla en estos momentos bajo el peso de una gran desgracia: la muerte de D. Eduardo León y Llerena. Don Eduardo León y Llerena ha muerto en Marmolejo en pocas horas; solo una enfermedad rapidísima e inquebrantable podía dar en tierra con aquella naturaleza tan espléndida y poderosa, con aquel hombre tan generoso, para quien la caridad era el mejor oficio y el bien de los desheredados, su más entretenida ocupación, hasta el punto que si todas las personas ricas de la pro vincia de Jaén hubieran hecho por el alivio de los pobres lo que el caritativo León y Llerena no existirían pobres en aquella comarca. La muerte de León y Llerena la llorarán no sólo su entrañable familia, sino en toda la provincia de Jaén, y singu larmente el pueblo de Marmolejo, su residencia habitual: La Meca, como la llama-

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

ban sus amigos y correligionarios. Hombre de meridional imaginación, estudioso, comenzó apenas terminada su carrera de Leyes a significarse en la política liberal al lado del Duque de la Torre en un principio, y más tarde con Sagasta como Sub secretario del Ministerio de la Gobernación, Presidencia del Consejo de Ministros y Consejero de Estado, siendo nombrado senador vitalicio en 1883. Actualmente estaba retraído de la vida activa de la política en la que hubiera logrado más altos puestos si su excesiva modestia no hubiese sido la mayor traba. Era administrador y consejero de varias empresas importantes y estaba en posesión de la Gran Cruz de Isabel La Católica, Mérito Militar y Orden del Cristo de Portugal. Era jefe del Partido Liberal de la provincia de Jaén, y su política era tan amplia, tan expan siva, que a él acudían todos sin distinción de ideas ni matices, por estimar a León y Llerena como legítimo y único representante de los intereses de la provincia”.

Foto 3: Nota necrológica publicada en la revista “Blanco y Negro” con motivo de la muerte del senador Eduardo León y Llerena. Fuente: Blanco y Negro, del 11 de agosto de 1900, número 484).

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MARMOLEJO
DE HISTORIA DE

Actualmente sus restos reposan en el cementerio de Marmolejo junto a los de su esposa Luisa Serrano, fallecida el 16 de marzo de 1902, y la sirvienta que les acompañó en vida, en un nicho aún por significar, adqui rido por la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales. En la nota necrológica que publicó el periódico “El Imparcial” de Madrid tras el fallecimiento de Luisa se decía: “Esta virtuosa y respetable señora, emparentada con muy distinguidas familias, por ser sobrina del ilustre Duque de la Torre, era en Madrid y en Marmolejo, de cuyas aguas medicinales era dueña, el amparo de los pobres y la providencia de toda especie de desgraciados. El domingo se verificó el entierro de doña Luisa Serrano en Marmolejo. Acudió al acto fúnebre todo el vecindario de aquella población, rindiendo tributo de pésame a la respetable familia de la finada”.

EL BALNEARIO EN TIEMPOS DE LEÓN Y LLERENA

Desde el primer momento León y Llerena se pone a trabajar en la creación de unas instalaciones dignas para la clientela que está por llegar dándole a las aguas de Marmolejo una publicidad hasta entonces nunca vista con una operación de marketing que se apoya en los medios de comunicación y en los diversos premios que van obteniendo las aguas allá donde concurren en 1883 (Medalla de Oro en Amsterdam, en Boston y Diploma de Honor en el certamen de Minería y Aguas minerales de Madrid). Para ello despliega una gran actividad propagandística en casi todos los periódicos y semanarios, ya sean de tirada grande, mediana o pequeña; de ámbito local, provincial o nacional. La idea es que el nombre de Marmolejo aparezca casi a diario hasta en los rincones más apartados del país siendo la calidad de sus aguas minerales avaladas por distintos profesionales médicos que resaltan en artículos propagandísticos sus ex celentes propiedades curativas.

Por otro lado los cambios en la fisonomía del lugar en donde se en cuentran los manantiales también eran publicitados en la prensa con re señas como ésta: “Los nuevos dueños que han tomado a su cargo las aguas de Marmolejo llevarán a cabo, en breve plazo, grandes reformas, construyendo un establecimiento, a corta distancia de la fuente, que guarde cierta armonía con la grandísima importancia y nombradía de estas aguas y que contenga unas ins talaciones hidroterápicas de primer orden que hoy se echan de menos. Al efecto se han empezado las obras de hermosos parques y jardines, a las que seguirán las del balneario, que podrá competir, sin duda alguna, con los más renombra

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Eduardo

dos del extranjero. Las temporadas oficiales son del 15 de abril al 15 de junio y del 1º de Septiembre al 31 de octubre”, pero su clima convida a hacer una estancia de invierno en aquella hermosa región de Andalucía, en donde la temperatura es suave y primave ral”. Su mujer, Luisa Serrano, se encargaría igualmente de dotar a la villa de un hospital subvencionado, mantenido con fondos públicos de diversas administra ciones locales como provinciales, donde encontraron acogida los agüistas más pobres.

Foto 4: El gaditano José Luis Burlo Balde fue contratado por León y Llerena para encargarse de la administración de las Aguas MineroMedicinales de Marmolejo en 1883.

En su celo por hacer de Marmolejo una estación balnearia de primer orden parece estar claro que el senador vitali cio ejerció todo tipo de presiones para mejorar la higiene y el ornato de la villa hasta el punto que el ministro liberal de la Gobernación, Trinitario Ruiz Capdepón, a través del Gobierno Civil de Jaén, llegó a suspender en en 1889 de sus funciones a toda la Corporación Municipal, exceptuando al viejo al calde liberal y amigo personal, José García del Prado Jurado, por causas imputables a supuestas irregularidades en la gestión económica y administrativa y a la ausencia de medidas de policía urbana e higiene impres cindibles en las villas y ciudades balnearios. En ese sentido en el informe emitido por el Ministerio de Gobernación se hacía incapié en la situación denunciada por el médico-director del Balneario. En él se manifestaba “que las condiciones higiénicas del pueblo no podían ser más deplorables a causa de las aguas inmundas que tienen encenegadas las calles y de los depósitos de estiércol que se establecen junto a las tapias de la villa”. Se trataba pues de salvar a la “gallina de los huevos de oro” que suponía el Balneario antes de que la desidia y la falta de medidas, truncara el futuro prometedor que pretendía alcanzar León y Llerena con su proyecto hasta cierto punto filantrópico.

Otra cuestión con la que tropezó fue el tema del pretendido aprove chamiento de las aguas de la fuente Moyanico para utilidad pública por parte de su propietario Manuel Venceslada Torralbo, el cual logró atraer hacia su causa a varios de los conservadores marmolejeños y al exdipu tado republicano Juan Domingo Pinedo quien actuó de abogado defensor de la empresa emprendida por dicho propietario andujareño. La preten dida utilidad pública de las aguas del Moyanico, manantial ubicado en el

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perímetro de protección del Balneario, fue recurrida por León y Llerena, llegándose a prohibir el consumo de dichas aguas por parte del Gobierno Civil de Jaén con el correspondiente sellado de la fuente. Ello provocó el recurso de Juan Domingo Pinedo y la publicación de innumerables artí culos en la prensa comarcal denunciando los hechos y criticando lo que entendían era una actitud caciquil del senador vitalicio, dando, por tanto, lugar a un largo contencioso que duró desde 1883 hasta 1892 en que eran finalmente declaradas de utilidad pública las aguas del Moyanico. Defi nitivamente un nuevo recurso interpuesto por León y Llerena, defendido por su amigo personal, el político liberal Juan Montilla Adán, acababa dándole la razón al propietario del Balneario con lo que se confirmaba definitivamente la clausura de la fuente del Moyanico para uso público.

Foto 5: Fotografía realizada en la terraza de “Blanco y Negro” el 8 de julio de 1900. En ella podemos apreciar los siguientes personajes: De pie, de izquierda a derecha, los periodistas Luis Romea, José de Rouere, Luis Gabaldón, Torcuato Luca de Tena (propietario de “Blanco y Negro”), José Campo Moreno, Joaquín Xauradó (dibujante y caricaturista), Enrique Contreras y Camargo y el administrador Esteban Carrasco. Sentados, de izquierda a derecha: Eduardo León y Llerena, Juan Ignacio Luca de Tena (niño) con su abuela materna Pilar León y Llerena (hermana de Eduardo), Práxedes Mateo Sagasta, Luisa Serrano Serrano (esposa de León y Llerena), Esperanza Sagasta, y en primer término con vestido blanco, Esperanza García de Torres y León, sobrina de León y Llerena, casada con Torcuato Luca de Tena). Fuente: ABC Foto.

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

La capacidad de influencia de León y Llerena era tal que hizo que hasta Marmolejo llegasen, año tras año, un sin fin de personalidades desde prácticamente toda la geografía nacional del ámbito de la empresa, de la cultura y de la ciencia pero, fundamentalmente, de la política, a los que se agregarán un sin fin de profesionales liberales: notarios, médicos, jueces, abogados, catedráticos, religiosos, etc. y todo un contingente, cada vez más numeroso, de agüistas de clase pequeño-burguesa de procedencia urbana y rural, dispuestos a verificar por si mismos el fenómeno de moda en que se había convertido Marmolejo.

La fama de las aguas alcanzó cotas insospechadas. Así, en abril de 1894, el doctor de la Casa Real, participaba al primer farmacéutico de Cá mara y Jefe de la Real Botica, Don José de Pontes y Rosales, que Su Alteza Real, la Infanta Isabel, debería tomar en las comidas una botella de cuarto de litro de agua de Marmolejo, rogándole tratase de que las aguas fuesen lo más frescas posibles, para lo cual le indicaba se entrevistase con el propietario Sr. León y Llerena, informándole además que el depósito de esa agua se encontraba en la calle de Serrano número 35.

Dado que las aguas que se encontraban en el depósito de Madrid lle vaban a veces más de 25 ó 30 días embotelladas, se le encarga a Don San tiago Mesía, por cable telegráfico, que todos los martes tomase el agua di rectamente del manantial y enviase a gran velocidad con destino a la Real Botica, veinte botellas de cuarto de litro. Con gran asombro del primer farmacéutico real, se empieza a recibir en la Real Botica, 20 botellas diarias por lo que se enviaba un telegrama a D. José Luis Burlo Balde, administra dor de las Aguas de Marmolejo, ordenándole la suspensión de envíos por tener ya suficiente agua para el tratamiento de la Infanta.

En los años sucesivos nos consta la petición de varias remesas de bo tellas para el consumo de la Infanta por parte del médico de la Real Botica, debiendo de ser de tapón automático.

Para el tratamiento de la Infanta correspondiente a 1899, D. José de Pontes solicitaba al Sr. Burlo, 25 botellas de medio litro, y éste le enviaba con tapón de corcho; no pareciéndole adecuado al Farmacéutico Mayor este sistema de cierre, le escribía a Burlo rogando canjease esas botellas por otras de cuarto de litro con cierre automático; a lo que el Administra dor del Balneario le indicaba que era imposible complacerle haciéndose cargo de esas botellas, pues tenían muy difícil salida, solamente eran so licitadas por escasos consumidores, circunstancia por la que ni siquiera

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figuraban en la tarifa de precios. Sin embargo los sucesivos pedidos de este año fueron siempre botellas de cuarto de litro con cierre automático.

Suministros de aguas de Marmolejo se sucedieron a lo largo de los primeros años del siglo XX, siempre para la infanta Isabel; quedando ar chivadas en la Real Botica las notas de solicitud, el aviso de envio y los justificantes de los pagos realizados. La infanta Isabel de Borbón, hermana de Alfonso XIII, visitaría Marmolejo el 22 de octubre de 1915, en un viaje relámpago que quedó inmortalizado con una fotografía en los jardines del Balneario, con el objetivo de paladear “in situ”, las generosas aguas medicinales.

También entre los miembros de los gobiernos de turno se impuso como una moda el venir a Marmolejo. La mayoría de los ministros y presi dentes del gobierno eran asiduos visitantes a las aguas, teniendo en la casa de León y Llerena un sitio de encuentro y tertulia. La villa se convierte, fundamentalmente, en lugar de reunión de la familia liberal, sobre todo de los correligionarios del general Serrano, viejo líder del sexenio democrático, ahora coaligados con los liberales sagastinos en torno al partido de Izquierda Dinástica. Pero también fueron frecuentes las visitas de los conservadores que eligieron a Marmolejo como espacio de consenso y diá logo con los liberales, sobre todo gracias a la labor de mediación de León y Llerena y a su amistad con líderes como el propio Cánovas del Castillo, Francisco Silvela y Romero Robledo.

El día 5 de noviembre de 1884 tenía lugar un importante acto de Iz quierda Dinástica, partido liderado por el Duque de la Torre y el general López Domínguez (exministro de guerra en el gobierno presidido por José Posada Herrera) en el que eran homenajeados ambos líderes, pero funda mentalmente el viejo general liberal, que ya se encontraba retirado de toda actividad política por su mermada salud. Entre los concurrentes a este banquete, en número de más de 250 personas, se encontraban representa ciones de las ocho provincias andaluzas. En representación de Jaén estu vieron los comités de Izquierda Dinástica de todos los pueblos de la provincia, así como el comité provincial, al frente de los cuales estaba León y Llerena, el diputado Pedro Manuel Acuña y el ex-diputado señor Gallego Díaz; por la de Córdoba venía el conde de Robledo, antiguo demócrata e íntimo amigo del general Prim, y el duque de Hornachuelos, jefe del par tido Constitucional en dicha provincia; de Sevilla llegaron los señores Lea niz, Núñez de Prado, Sierra, González Nandín, etc; de Granada, Huelva, Cádiz y Almería igualmente hubo nutridas representaciones. “Bandas de

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Eduardo

música, iluminaciones, bengalas, fuegos artificiales y demás demostraciones de entusiasmo y cariño se ofrecieron al ilustre general, quien con el invicto señor Duque de la Torre ocupaban las dos presidencias de la mesa. El acto resultó el más solemne de cuantos registra la historia de nuestro partido, desde la restauración a la fecha, como lo demuestran los importantísimos discursos pronunciados por dichos señores. Cita el periodista del “Constitucional de Gerona” (diario de tendencia Liberal) que era imposible de describir las ovaciones al duque de la Torre. “Los vivas a este respetable jefe del partido liberal en España se prolongaron durante mucho tiempo, y cuando se concluyó el banquete, los 250 comensales, y el pueblo de Marmolejo en masa, le acompañaron a su domicilio”. Finalmente y para concluir mi exposición quiero apuntar que un ras treo por la prensa de la época del periodo comprendido entre 1882 a 1900, me ha permitido confirmar cuales fueron algunos de los visitantes ilustres asiduos a la villa, atraídos por la fama de sus aguas y también por el am biente distendido y acogedor que encontraron siempre en la casa de León y Llerena. Entre ellos hay una clientela variopinta procedente del mundo de la empresa, de los negocios, de la nobleza, del clero, del ejército, de la literatura y de las artes y, cómo no, de la política. Hay que decir que estas eran solamente las visitas que tuvieron eco en la prensa del periodo anali zado, porque también hubo personas, igualmente de la alta sociedad, que pasaron por los hoteles y fondas de la villa en el más completo anonimato y sin que haya trascendido su presencia en documentación escrita. En cualquier caso, creo que es un buen botón de muestra de lo que empezó a significar Marmolejo desde que León y Llerena se hizo cargo de las Aguas Minero-Medicinales.

Muchos de los que se relacionan a continuación, siguiendo un crite rio cronológico, vinieron hasta aquí, en un primer momento, gracias a su compromiso de amistad con la familia de León y Llerena pero sus testi monios de lo aquí vivido y experimentado actuaron finalmente de alta voz a cerca de las bondades de las aguas minero medicinales y acabaron arrastrando a todo un elenco de personajes vinculados a las diferentes oligarquías de ámbito nacional, regional y provincial que mantuvieron su fidelidad a Marmolejo hasta bien entrado el siglo XX, cuando los here deros de León y Llerena y de su esposa Luisa Serrano se hicieron cargo de la empresa convirtiéndola en 1903, en Sociedad Anónima de carácter básicamente familiar.

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ANEXO DE PERSONALIDADES QUE VISITARON MARMOLEJO DURANTE LOS AÑOS DE LEÓN Y LLERENA.

Año de 1882:

-“El obispo de Córdoba, Fray Zeferino González y Díaz Tuñón” (n. Villoria-Asturias, 1821-Madrid, 1894). Fue un sacerdote dominico que llegó a cardenal, así como a Arzobispo de Sevilla y de Toledo. Unos días después de estar en Marmolejo tomando las aguas era nombrado Arzobispo de Se villa. Estuvo considerado como uno de los filósofos católicos españoles más importantes del siglo XIX. (Fuente: Diario Córdoba 8-2-1882).

-Fallece en Marmolejo cuando se encontraba tomando las aguas Eduardo Carondelet y Donado, tercer duque de Bailén. (Fuente: “La Co rrespondencia de España”, nº 8796, de 22 de abril de 1882).

Año de 1883:

-En enero se difunde la noticia en varios medios de comunicación de que la reina Isabel II podría marchar a Marmolejo para tomar las aguas por prescripción facultativa. (Fuente: “El Guadalete”, 25-3-83).

-El exministro de ultramar Venancio González Fernández visitaba Marmolejo a final de marzo para tomar las aguas. (Fuente: “El Guada lete”, 28-3-83).

-Se celebra una reunión en Marmolejo a final de abril entre los dos exministros liberales Fernando León y Castillo, exministro de Ultramar, y Venancio González Fernández, exministro de gobernación con gobiernos de Sagasta, para acercar posturas con los demócratas progresistas de Cris tino Martos. (Fuente: “Diario Córdoba”, 24-4-83).

Adolfo Márquez Sterling, afamado periodista cubano, fallece en Marmolejo a donde había viajado para reponerse de una enfermedad pul monar. Nacido en Puerto Príncipe se graduó de abogado en España y de regreso a la Habana fundó el quincenario “La Habana”. En 1879 comenzó a publicar “La Discusión”, uno de los periódicos más famosos de la época. (Fuente: “Revista de Las Antillas, periódico de los intereses económicospolíticos-sociales de las islas de Cuba y Puerto Rico”, 8-5-1883).

-El Obispo de Málaga visita Marmolejo en junio. Se trataba de D. Manuel Gómez-Salazar y Lucio-Villegas (Arija 1824-Burgos 1893). Como obispo de Málaga apoyó a la futura Madre Petra de San José de la Mon taña en su obra social, sobre todo durante el terremoto de Andalucía de 1884. (Fuente: “Diario Córdoba” de 13-6-83).

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José Pastor y Magán, Gobernador Civil de Córdoba, viaja a Marmo lejo para tomar las Aguas. (Fuente: “Diario Córdoba”, 19-10-83).

Año de 1884:

-Fallece en Marmolejo, el 13 de mayo, el magistrado del Tribunal Su premo Juan Fernández Palma, mientras se encontraba tomando las aguas. Se alojaba en la fonda La Española (calle Arroyo) regida por Antonio Do marco, a quien en la prensa se le reconocía el excelente comportamiento observado con el magistrado. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 20-05-1984).

-El 5 de noviembre se celebraba un banquete de los comités provincia les del partido Izquierda Dinástica, en homenaje al general liberal José López Domínguez, ministro de la Guerra en 1883 en un gobierno presidido por Posada Herrera, y Presidente del Gobierno en 1906. Este banquete era presidido por el general Serrano. (Fuente: “Diario Córdoba”, 31-10-1984).

Año de 1885:

-El político liberal José Luis Albareda y Sezde (Puerto de Santa María 1828-Madrid, 1897) se encuentra tomando las aguas. Fue ministro de Fo mento entre 1881 y 1883, y de Gobernación entre 1887-1888, con gobiernos presididos por Sagasta. (Fuente: “El Guadalete”, 12-04-1885).

-Se encontraba enfermo en Marmolejo el Duque de la Torre, en la casa de su sobrina Luisa Serrano. Sería la última de sus visitas pues fallecía en Madrid el 25 de noviembre de 1885. (Fuentes: “El Guadalete” de 19-4-1885 y “La Crónica”, de 6-6-1885).

Camilo García Polavieja, (Madrid 1838-1914) capitán general de An dalucía. (Fuente: “El Guadalete”, 24-06-1885). El general Polavieja era con servador regeneracionista, de creencias cristianas. Fue capitán general de Cuba y de Las Filipinas. El 20 de agosto de 1890 fue nombrado goberna dor general de Cuba y ministro de Guerra por Francisco Silvela en marzo de 1899, puesto al que renunció.

Año de 1886:

-El ministro de la gobernación José Luis Albareda y Sezde. (Fuente: “El Guadalete” de 16-04-1886).

Venancio González Fernández, ministro de Gobernación. Político liberal, ministro de Gobernación en los gobiernos presididos por Sagasta entre 1881-1883; 1885-1886 y 1892-1893. (Fuente:“El Áncora” de Baleares, 14-4-86).

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El general marqués de San Román, presidente de la Junta Suprema Consultiva de Guerra, se encontraba bastante restablecido en Marmo lejo”. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 10-11-86). Se trataba de Eduardo Fernández San Román (1818-1887), militar que ya intervino en la primera guerra carlista. Fue brigadier (1847), Mariscal de Campo (1853) y teniente general en 1866. Director de la Revista Militar, subsecretario en el Ministerio de Guerra, Director General de Infantería, etc. Emigró a Francia al proclamarse la 1ª República, consiguiendo la rehabilitación de sus cargos con la Restauración. En las Cortes de 1853, fue nombrado se nador vitalicio. En 1879 se le concedía el título de marqués de San Román. Bibliófilo y coleccionista su familia legó a la Real Academia de la Historia su importante biblioteca.

Año 1887: -El general Eduardo Bermúdez Reina (Sevilla, 1831-1899). Fue un militar y político español, artillero sevillano, ministro de la Guerra con Sagasta entre enero a julio de 1890. Después fue senador por la provincia de Logroño entre 1891-1893 y senador vitalicio. (Fuente: “La Correspon dencia de España”, 8-03-1887).

El marqués de San Román, el general Sanz y Obregón y el brigadier Máximo Cánovas del Castillo marchaban para Madrid después de haber tomado las aguas de Marmolejo. Máximo era hermano de Antonio Cánovas del Castillo. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 1-5-1887). Máximo nació en Málaga en 1830, fue diputado conservador por la pro vincia de Murcia, distrito de Cieza, en las elecciones del 20 de enero de 1876 y las del 24 de abril de 1884.

-El poeta Gaspar Núñez de Arce (Valladolid 1834-Madrid 1903) visitaba Marmolejo en el mes de mayo. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 22-5-1887). Además de poeta fue gobernador civil de Barcelona, diputado por Valladolid en 1865, y ministro de Ultramar, de Interior y de Educación con Sagasta.

José Maestre Vera (Elda, 1849-1926). Presidente de la Diputación Provincial de Alicante y Gobernador Civil. Pertenecía a una acomodada familia y su tío José Amat Sempere fue Diputado en Cortes entre 1871 y 1876. Estudió en los Escolapios de Yecla y luego Derecho en Murcia, donde se licenció en 1869. Ejerció como abogado en el Alto Vinalopó. Su tío le cedió el control del Partido Conservador en la comarca en 1876, año en que fue elegido diputado provincial y vicepresidente de la corpora ción. En la sesión del Pleno de 4 de noviembre de 1884, siendo diputado

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por el distrito de Novelda, fue nombrado mediante votación Presidente de Diputación, cargo que ostentará hasta 1888. Su presencia casi ininte rrumpida en la Diputación Provincial entre 1877 y 1892 le convirtió en el hombre fuerte en esa institución, que controló con métodos caciquiles. Siguió en 1885 la escisión protagonizada por Romero Robledo. En 1891 se presentó sin éxito a las Cortes por la circunscripción. Cuando el Conde de Buñol, siguiendo a Romero Robledo, se reintegró en el partido de Cánovas, Maestre fue nombrado Gobernador Civil en Jaén (1892) y después, entre esa fecha y 1920, lo fue de otras muchas provincias: Alicante (1895), Vizcaya, Córdoba, Tarragona (1915), Lugo, Huelva y Málaga. En 1894 era vicepresidente del Partido Conservador en la circunscripción de Alicante y presidente de la ejecutiva local de Elda, y en 1901 todavía era presidente honorario de la junta alicantina del Partido Conservador afín a Romero Robledo, facción en la que continuaba en 1903. Finalmente, se retiró de la política activa y regresó a Elda, donde falleció. (Fuente: “El liberal de Ali cante”, 28-10-1887, y Pedro Díaz Marín en: “Presidentes de la Diputación de Alicante”).

Año 1888: -El general López Domínguez se propone pasar en Marmolejo los días de la Semana Santa. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 153-1888).

-“Hoy salen para Marmolejo los señores López Domínguez, León y Llerena, García Torres, y Montilla Adán”. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 24-3-1888). Juan García Torres era el cuñado de Eduardo León y Llerena. Nacido en Madrid fue diputado a Cortes por la provincia de Córdoba entre 1858 a 1865, siendo más tarde también diputado por Cana rias en 1872 y en 1881. Estaba casado con María del Pilar León y Llerena de cuya unión nació Esperanza García Torres León y Llerena, quien en 1890 contrajo matrimonio con el empresario sevillano, fundador del “Blanco y Negro” y del “ABC”, Torcuato Luca de Tena y Álvarez Ossorio. -Reunión en Marmolejo entre el general López Domínguez y Francisco Romero Robledo: “Ni los más íntimos amigos del general López Domín guez, como tampoco los del Sr. Romero Robledo, conocen los pormenores de la en trevista que dichos señores celebraron en Marmolejo” (Fuente: “El Guadalete”, 5-4-1888). Francisco Romero Robledo (Antequera, 1838-Madrid, 1906), abogado y político fue ministro de Fomento en 1872, afiliado al partido Constitucional liderado por Serrano y Sagasta. Luego se afilia al partido Conservador de Cánovas y fue ministro de Gobernación entre 1874-1879,

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1879 a 1881 y 1884 a 1885. Fue también ministro de Ultramar entre 18911892, y de Gracia y Justicia en 1897.

Emilio Carreño, presidente de la cámara oficial de comercio e indus tria de Córdoba (Fuente: “Diario Córdoba”, 29-10-1888).

-El vicealmirante Juan Bautista Antequera y Bobadilla (n. San Cris tóbal de la Laguna-Tenerife en 1823-Alhama de Murcia, 1890). Fue minis tro de Marina durante la regencia del general Serrano entre 1870-1871 y con Cánovas del Castillo entre 1876-1877 y 1884-1885. (Fuente: “La Corres pondencia de España”, 5-11-1888).

-El Director General de la Guardia Civil el general Chinchilla (Fuente: “La Correspondencia de España”, 22-11-1888). José Chinchilla y Díez de Oñate (Marbella, 1839-Madrid, 1899). Ingresó en el ejército en 1855, como subteniente de infantería, al año siguiente, durante los sucesos acaecidos por la crisis de la coalición entre Espartero y O´Donell se distinguió por su arrojo combatiendo a los sublevados. En 1857 acompañó a Cuba al general Serrano como ayudante, tomando parte en la campaña de Santo Domingo y alcanzando por sus méritos el grado de comandante. Se trasladó a Mé xico en 1862, donde intervino, bajo el mando del general Juan Prim en la expedición a México, provocada por la suspensión de pagos del gobierno de Benito Juárez. En la legislatura de 1887-88 es elegido senador por la provincia de la Habana y el 11 de diciembre de 1888 fue nombrado minis tro de la Guerra en el gabinete presidido por Sagasta, cargo que ejerció hasta el 21 de enero de 1890. Fue nombrado, el 25 de febrero de 1890, Gobernador General y Capitán General de la Isla de Cuba y finalmente en la legislatura 1893-94 es nombrado senador vitalicio. En 1898 ocupaba el cargo de comandante en jefe del primer cuerpo de ejército de Castilla la Nueva y Extremadura.

Año 1889:

-“Don Manuel Ibañez, jefe de una de las primeras casas de comercio de la República Mejicana, a quien nuestro Gobierno acaba de conceder las gran cruz de Isabel la Católica por los importantes servicios prestados a aquella República al constituirse en ella una Junta de la cual fue presidente para allegar recursos para los perjudicados con motivo del terremoto de Andalucía” (Fuente: “Diario Córdoba”, 30-04-89).

-Los señores marqueses de la Casa Loring. Se trataba de Jorge Loring y Oyarzábal (Málaga, 1822-1900), empresario, ingeniero y político liberal, primer marqués y de su esposa Amalia Heredia Livermore (Málaga, 18301902). Los acompañaban su hija Concepción Loring Heredia. La amistad

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de los Loring con León y Llerena era antigua; se remonta a la época en que se está construyendo el ferrocarril Linares-Puente Genil, concesión cuyo beneficiario era Jorge Loring. En diciembre de 1881, León y Llerena presentaba ante el Parlamento un propuesta de subvención para este fe rrocarril cuyo primer tramo entre Espeluy-Jaén había sido inaugurado en agosto de ese mismo año. En lo que atañe a Amalia, fue mecenas, colec cionista, investigadora y filántropa de las artes y de la cultura en España. (Fuente: “Diario Córdoba”, 28-4-1889). En cuanto a Concepción Loring Heredia (Málaga 1868-Madrid 1935), marquesa viuda de la Rambla, casó en Málaga con Bernardo Orozco y Loring, grande España y diputado a Cortes por Úbeda. Ella fue diputada en la Asamblea Nacional Consultiva creada en la dictadura de Primo de Rivera, siendo la primera diputada en España que tomó la palabra en el Congreso de los Diputados (Fuente: “La Correspondencia de España”, 22-4-1889).

Segundo Palazuelos, registrador de la propiedad que falleció en Marmolejo tomando las aguas el 26 de abril de 1889 (Fuente: “El Guada lete”, de 25-4-1890).

Mariano Catalina y Cobo (Cuenca, 1842-Madrid, 1913), poeta, dra maturgo y senador conservador (Fuente: “La Correspondencia de Es paña”, 24-05-1889).

Florencio Montojo y Trillo, capitán general del departamento ma rítimo de Cádiz (Ferrol, 1824-Madrid, 1896), militar, marino y político, en 1879 era ascendido a contralmirante. En 1886 se le nombró capitán general del departamento marítimo de Cádiz. Fue senador por Cáceres y ministro de Marina en un gobierno conservador entre 1891-1892. (Fuente: “Diario Córdoba”, de 15-10-89).

José Ramón Hoces Losada, hijo del duque de Hornachuelos. Era el conde viudo del Cazal por haber estado casado con María Luisa González Carvajal y de la Puente con la que no tuvo descendencia. (Fuente: “Diario Córdoba”, 18-10-1889).

-Duque de Hornachuelos, José Ramón de Hoces y González de Ca nales (1825-1895). Este título fue creado durante el gobierno provisional (Regencia) del General Serrano (1868-1870) en recompensa por su apoyo en el alzamiento liberal que puso fin al reinado de Isabel II y preparó el advenimiento de Amadeo de Saboya. Fue alcalde de Córdoba en varias épocas entre 1852 y 1865; diputado el 2 de abril de 1872 y de enero de 1876 a 1879 por el Partido Liberal. (Fuente: “Diario Córdoba”, 18-10-1889).

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-El escritor y poeta cordobés Enrique Llacer y Gosálvez (Fuente: “Diario Córdoba”, 10-11-1889)

Año 1890: “Se encuentran en Marmolejo la distinguida señora viuda del senador García-Torres acompañada de su hija Esperanza, quien los primeros días del próximo Julio se unirán en eternos lazos con el opulento comerciante sevillano señor Tena” (Fuente: “Diario Córdoba”, 26-4-1890). Se trataba de Pilar León y Llerena, mujer culta colaboradora en la prensa bajo el pseudónimo de Aldara, y de su hija Esperanza García Torres que estaba en vísperas de contraer matrimonio con el fundador del ABC, Torcuato Luca de Tena. Eduardo estaba muy unido a su única hermana y a su sobrina Es peranza. Cuenta Esperanza García de Torres León en sus “Memorias de Villa Esperanza” que casi todos los años, su tío Eduardo y Luisa Serrano, iban a pasar una temporada a esta villa de descanso veraniego, ubicada en las cercanías del balneario de Santa Águeda en Mondragón (Guipúz cua), propiedad del cuñado de Eduardo, Juan García de Torres. Nos refiere igualmente como el matrimonio León-Serrano iban siempre acompañados (años 1884 a 1889) de las sobrinas de Luisa, las jóvenes Trinidad y Luisa Serrano a las que el matrimonio tenían como ahijadas, y de como la fami lia entera (excepto Juan García de Torres que había fallecido en enero de 1889) se trasladó a París en el verano de 1889, donde León y Llerena era operado de oído por el doctor Pfeiffer. Relata también como en el verano de 1900 el nacimiento de su hija, “colmó la felicidad de su padrino, el bondadoso don Eduardo León y Llerena, que privado de hijos en su vida conyugal, vio al fin realizada la ilusión de tener una Valentina, nombre que había llevado su madre, a la que adoraba”.

-“El rico propietario montillano Juan Mariano Algaba y Pineda” (Fuente: “Diario Córdoba”, 6-5-1890).

-El notario sevillano y profesor de la Escuela de Comercio, Eduardo Badía y Ortiz de Zúñiga (Fuente: “El Guadalete”, 13-9-1890).

-“El cardenal Fray Zeferino González que rigió la diócesis de Sevilla, se encuentra en Marmolejo” (Fuente: “El Guadalete”, 22-10-1890).

Año 1891: Francisco Silvela y de Le Vielleuze (Madrid, 1843-1905), casado con Amalia Loring Heredia, hija de los marqueses de la Casa Loriong, ocupó diversos ministerios y fue presidente del gobierno entre 1899-1900 y 1902 a 1903. (Fuente: “El isleño” de Las Baleares, 6-4-1891). Colaboró junto al

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doctor Thebussem y el conde de Liniers, Santiago de Liniers y Gallo de Alcántara, en el librito “Vida del aguanoso”, pequeña obra de poesía en clave de humor, publicada en 1893 y escrita, al parecer por Mariano Pardo de Figueroa (doctor Thebussem) en su cuarto de la fonda de Los Leones.

-El exministro de Hacienda entre 1888 y 1890 Venancio González Fernández. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 6-4-1891).

-Se encuentran en Marmolejo las hijas del duque del Infantado (An drés Avelino de Arteaga Carvajal y Téllez Girón, 16 duque), Petra (18721895) y María Teresa Arteaga y Echague (1873-1907), 14 marquesa de Al menara ( Fuente: “Diario Córdoba”, 14-5-1891).

Francisco Romero Robledo (Antequera 1838-Madrid 1906) fue mi nistro de Fomento en 1872 y de Gobernación entre 1874 a 1885; ministro de Ultramar entre 1891-1892 y de Gracia y Justicia en 1895. (Fuente: “La Crónica” 29-04-1891). El ministro iba acompañado en un viaje realizado a mediados de mayo por el marqués de Nerva, Manuel Martín de Oliva y Romero, senador y diputado conservador. (Fuente: “La Libertad”, 16-51891).

-Duque de Hornachuelos, José Ramón de Hoces y González de Canales (Fuente: “Diario Córdoba”, 16-9-1891).

Sagasta, acompaña a León y Llerena a una montería en la finca del general Serrano, El Socor (Fuente: “Diario Córdoba”, 23-10-1891). Mateo Práxedes Sagata (Torrecilla de Cameros, 1825-Madrid, 1903) fue presi dente del Gobierno de España alternativamente entre 1871 a 1902).

En “La Libertad” se daba la misma noticia: “Ha llegado a Santisteban el jefe del partido liberal señor Sagasta (en ese momento no era presidente del gobierno), acompañado del señor León y Llerena. En dicho pueblo le esperaban sus hijos con los cuales permanecerá hasta el miércoles, deteniéndose media hora en Marmolejo a instancias del señor Llerena” . (Fuente: “La Libertad” de Salamanca, 24-10-1891).

-Antonio Cánovas del Castillo: no está confirmada su presencia aun que se anunció en la prensa su posible venida a Marmolejo. Ministro con Isabel II y presidente del gobierno con Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo-Lorena. Fuente: “La Correspondencia de España”, 12-8-1891).

Año 1892:

-El diputado a Cortes García Alix. Antonio García Alix (Murcia, 1852-Madrid, 1911) era del partido conservador; abogado. En 1900 fue nombrado por Francisco Silvela, ministro de Instrucción Pública y Bellas

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Artes, más tarde fue ministro de Gobernación y de Hacienda. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 16-5-1892).

Mariano Pardo de Figueroa “Doctor Thebussem” (Medina Sidonia, 1828-1918), escritor, cervantista, gastrónomo. Fue nombrado Cartero Ho norario de España en 1880 por su amor a la filatelia. Estudió Derecho en Madrid y se doctoró en 1854. (Fuente: La Correspondencia de España 255-1892). Fue un asiduo a las aguas de Marmolejo e invitado de confianza en la casa del León y Llerena. Continuó viniendo por Marmolejo tras la muerte de León y Llerena. Iñigo Ybarra Mencos en su obra biográfica so bre el doctor Thebussem, nos dice que “al llegar la primavera el doctor The bussem se tomaba un respiro en sus ocupaciones para descansar en Marmolejo..... Marmolejo era, con la excusa de sus aguas medicinales, uno de los lugares elegidos por la alta sociedad para su esparcimiento en el último tercio del siglo XIX; y al llegar la primavera, el pequeño y bonito pueblo de la sierra de Jaén quedaba desbordado de visitantes. Su estación de ferrocarril quedaba a cinco kilómetros, un recorrido salvado por Thebussem en la tartana que le enviaban desde la Fonda de los Leones, su alojamiento habitual....En Marmolejo formalizados los diferentes permisos necesarios para entrar en el parque, tomar las aguas o hacerse socio del casino, Thebussem se dedicaba a lo que quizás más le divierta del lugar: conocer gente. Ministros, generales, banqueros, grandes propietarios o bellas señoras, van tratándolo y entregándole tarjetas de visita que él se encargará, una vez de regreso en Medina Sidonia, de encuadernar junto a facturas y los distintos carnés utiliza dos en sus vacaciones. Entre las amistades surgidas en la idílica calma del pueblo, hay dos que, por motivos muy diferentes, influirán en él: Zorrilla (se refiere a José Zorrilla, poeta y dramaturgo) y el marqués de Laurencin (Francisco Rafael Uhagón y Guardamino, senador desde 1905, Secretario 3º del Senado y Presidente de la Real Academia de la Historia); el primero en su vertiente literaria, el segundo, en la social, y ambos por el extremo afecto que le profesarán el resto de sus vidas....”.

Sabas Marín, Inspector general de Caballería (Fuente: “Diario Cór doba2, 9-6-1892).

Isabel Gutiérrez Castro, madre del duque consorte de Almodóvar del Rio, Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro. La duquesa era Ge noveva de Hoces y Fernández de Córdoba (Córdoba 1852-1906) (Fuente: “Diario Córdoba”, 21-6-1892).

Los condes de Cárdenas (Fuente: “Diario Córdoba”, 12-11-1892)

Año 1893: -Francisco Silvela (Fuente: “El liberal” de Menorca, 16-5-1893).

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-El alcalde de Almería, Sr. Bustos y el rico comerciante D. Guillermo Verdejo (Fuente: La Crónica Meridional de Almería, 20-5-1893). Hemos de reseñar la afluencia por estos años al Balneario de muchas familias de clase acomodada almeriense.

-El duque de Almodóvar del Río (Fuente: “El Guadalete2, de 3-101893). El duque de Almodóvar del Rio, era Juan Manuel Sánchez y Gu tiérrez de Castro (Jerez de la Frontera 1850-1906). Era el duque consorte casado con Genoveva de Hoces y Fernández de Córdoba, VIII duquesa de Almodóvar del Rio.

Año 1894:

-Ha regresado de Marmolejo el catedrático del Instituto Provincial y primer teniente de alcalde Francisco Laínez Leal de Ibarra (Fuente: “La Crónica Meridional” de Almería, 9-5-1894).

-El exministro de Fomento Santos Isasa (La Correspondencia de Es paña, 18-5-1894). Santos Isasa Valseca (Montoro,1822-Madrid, 1907) fue abogado y político, ministro de Fomento entre 1890-1891 con Cánovas del Castillo y Presidente del Tribunal Supremo entre 1895-1901.

-El padre José Antonio Ramón Lerchundi (Orio-Guipúzcua, 1836-Tánger, 1896). Fue misionero franciscano, diplomático y arabista. “En el vapor correo Piélago sale desde Tánger el padre Lerchundi para tomar las aguas, se dice que el sabio franciscano va a Madrid a conferen ciar con el Sr. Moret, ministro de Estado. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 23-6-1894).

-El señor Fernández de Rodas, gobernador militar de Cádiz (Fuente: “El Guadalete”, 21-10-1894)

Año 1895:

-El marqués de Santo Domingo de Guzmán. Era Juan Maroto y Polo, mayordomo de semana del rey Alfonso XIII. (Fuente: “Diario Córdoba”, de 5-6-1895).

-El ganadero y agricultor Eduardo Miura. (Fuente. “Diario Córdoba”, 16-6-1895)

-El capitán general del departamento de Cádiz, el general Florencio Montojo (Fuente: “La Correspondencia de España”, 10-9-1895).

Juan Gutiérrez de la Cámara, gobernador militar de Granada (Fuente: “Diario Córdoba”, 9-10-1895).

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-La marquesa de Monteolivar, María del Rosario Diez de Bulnes y Espinosa de los Monteros, IV marquesa (Fuente: “Diario Córdoba”, 1911-1895).

Los condes de Cárdenas (Fuente: “Diario Córdoba”, 23-11-1895).

Año 1896:

-Francisco Silvela (Fuente: “Diario Córdoba”, 4-5-1896).

-El subsecretario de Gracia y Justicia, el diputado, Antonio García Alix (Fuente: “La Correspondencia de España”, 3-5-1896).

Año 1897:

-El gobernador civil de Guadalajara, José Hierro y Alarcón (Fuente: “Flores y Abejas”, 19-9-1897).

-Francisco Silvela (Fuente: “Diario del Comercio” de Tarragona, 1-051897).

-El ex-alcalde de Almería y concejal liberal, Guillermo Verdejo. (Fuente: “La Provincia”, 2-6-1897-Almería)

-El periodista Fernando Soldevilla (n. Escalona de Alberche, Toledo, 1854-Madrid, 1931) Escritor y político español. Liberal moderado, fue di putado y gobernador civil en distintas provincias, además de alto funcio nario de los ministerios de Gobernación y Trabajo. Redactor y colaborador de varios periódicos (El Día, El Imparcial) (Fuente: 2La Correspondencia de España, 13-9-1897).

-El general Federico Ochando Chumilla. Nacido en 1848, en Fuen tealbilla (Albacete), estaba casado con Paz Serrano Navarro, sobrina de Luisa Serrano con la que tuvo a María Luisa, Matilde, María de la Paz y Catalina. En 1896 con el rango de teniente general fue destinado a la guerra de Cuba con el cargo de Jefe de Estado Mayor. En 1898 estaba des tinado en Sevilla ocupando la jefatura del segundo cuerpo de ejército de Andalucía. Fue varias veces diputado por la provincia de Albacete desde 1879 por el partido Liberal fusionista; senador por la provincia de La Ha bana y senador vitalicio desde 1905 a 1922. También fue vicepresidente del Senado entre 1902 a 1911. En septiembre de 1903, al constituirse la Socie dad Anónima de Aguas Minero Medicinales de Marmolejo, tras la muerte de Luisa Serrano, fue nombrado presidente de dicha entidad. Durante va rios años dispuso de casa en Marmolejo en la plaza del Coso, frente al que fue domicilio de León y Llerena, actual casa de “La Aviadora”. (Fuente: La Correspondencia de Alicante, 6-10-1897; revista “Blanco y Negro”, del 30

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

de julio de 1898 y “Diario ABC”, del 3-2-1929). Fallecía en Madrid el dos de febrero de 1929 a los ochenta años de edad.

Duque de Almodóvar (Fuente: “Diario Córdoba2, 4-10-1897)

-El jefe del Partido Conservador de Almería, José González Canet (Fuente: “Cronica Meridional”, 1-11-1897). Se trataba del banquero alme riense, José González Canet, jefe del Partido Conservador almeriense, di putado y senador entre 1891-1893. Intervino en la Compañía de Ferroca rriles del Sur, también en la construcción de la plaza de toros de Almería; disponía de fábrica de empacar esparto.(Fuente: “Crónica Meridional” ,111-1897 y “Aportes para una historia de la banca en Andalucía”, en bancaandalucia.blogspot.com).

Año 1898:

-Se encuentran en Marmolejo los condes de Ardales del Rio, Martín de La Bastida Herrea y María Magdalena Careaga y Rodríguez del Manzano (Fuente: “Diario Córdoba”, 2-4-1898).

José Acosta Oliver, alcalde de Almería en 1890. Fue carlista ayu dante del general Dorregaray; se exilió a Francia y a su vuelta montó una tertulia carlista en Almería, ciudad de la que fue alcalde. (Fuentes: “El Ferrocarril”, 4-6-1898 y Sánchez Ramos, Valeriano, en www.dipalme.org).

-Francisco Silvela (Fuente: “La Opinión” de Tarragona, 8-10-1898). “En los círculos políticos se ha comentado mucho el discurso pronunciado por el señor Silvela en Marmolejo. Ha dicho que su partido es el llamado aocupar el poder muy pronto por contar con la confianza de las clases conserva doras” (Heraldo de Navarra, 4-10-1898). “72 representantes de los comités conservadores de Jaén han felicitado a Silvela durante su estancia en Mar molejo. Se hizo un banquete por el señor Prado, se destapó champaña. Acto seguido levantose don. Francisco Silvela entre aclamaciones de los concurrentes haciendo un elocuente discurso. Empezó tributando grandes elo gios al Sr. Prado y Palacio. El orador fue muy aplaudido. El importante acto terminó a las 5” (Fuente: “La Correspondencia Española”, 4-10-1898). Sil vela desautorizaba en un telegrama desde Marmolejo enviado al periódico “El Tiempo” unas declaraciones del ”Morning Post” de Londres atribuidas a él contra Sagasta. (Fuente: “Diario de Gerona”, 9-10-1898).

Año 1899:

-El diputado a cortes y senador durante varios años por el partido liberal, por la provincia de Almería, Pío Abdón Pérez García. (Fuente: “Crónica Meridional” de Almería, 17-5-1899).

Manuel Perales Solís 52 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

-Año 1900:

-Los duques de Granada de Ega (Fuente: “La Correspondencia de Es paña”, 16-5-1900). El duque era Francisco Javier Azlor de Aragón e Idiáquez.

-Fallece cuando tomaba las aguas el canónigo de la catedral de Jaén, José Aguilar Sánchez (Fuente: “El Estandarte”, diario católico de Tortosa, 28-5-1900).

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Gabriel de la Puerta: “Análisis químico y memoria de las aguas alcalinas de Mar molejo”. Madrid 1884.

Juan Domingo Pinedo: “El Moyanico: más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nombre en Marmolejo (Jaén)”. Madrid, Carrión Hermanos, impresores. Año 1882.

Diccionario biográfico de parlamentarios de Andalucía 1819-1869.

Sánchez Ferré, Josep: “Panorama actual de las Aguas Minerales-medicinales en España, Historia de los balnearios en España. Arquitectura, Patrimonio, So ciedad”.

Luis Alonso Álvarez: “Auge y declive del turismo termal en España, 1874-1936”.

María Ester Alegre Pérez: “Notas sobre algunos abastecimientos de aguas MineroMedicinales”.

Gastón Phoebus: “Una Montería en el Socor”. Revista de España de enero de 1872, nº 24, página 268.

José Santiago Gallardo: “Marmolejo y su Balneario. Un estudio histórico. Siglos XIX y XX”. En Actas del III Coloquio de Historia de Andalucía. Córdoba 1883.

Manuel Perales Solís: “La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII”. Mar molejo 2002.

Doctor Thebussem y el conde de Liniers: “Vida del Aguanoso”. Prólogo de Enri que Toral y Fernández de Peñaranda. Edita: Diputación de Jaén, 1991.

Iñigo Ybarra Mencos: “El doctor Thebussem, la realidad de la ficción”. Editorial Renacimiento, 2009.

Juan de Dios de la Rada y Delgado: “Viaje de SS.MM. los Reyes de España a Por tugal en el mes de enero de 1882”.

Esperanza García de Torres: “Memorias de Villa Esperanza”. Edita: Imprenta Prensa Española, S.A. Madrid, 1945.

Certificación Literal de la primera Inscripción de constitución de la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales de Marmolejo. Registro de la Propiedad nº 2 y Mercantil de Jaén.

Archivo del Senado Legajo 245, conteniendo documentación sobre el senador Eduardo León y Llerena.

Actas capitulares del Ayuntamiento de Marmolejo del periodo estudiado.

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Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo

Memorias anuales de los médicos-directores del Balneario de Marmolejo. Congreso de Los Diputados, Archivo Histórico de Diputados

Blanco y Negro del 11 de agosto de 1900, número 484. Madrid. Hemeroteca del ABC.

Boletín Oficial de la provincia de Logroño. Fecha 26-5-1883

El Constitucional de Gerona del 12-11-1884

El Imparcial de Madrid de 18-3-1902.

Del resto de prensa consultada se da cuenta en las reseñas biográfica de los dis tintos personales que visitaron Marmolejo a lo largo de la etapa de León y Llerena.

-Para las reseñas biográficas de muchos de los personajes que se mencionan se han utilizado, entre otras fuentes, los datos existentes en la wikipedia, cordo bapedia y geneall.net

Manuel Perales Solís 54 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

AGUA Y TINTA. HISTORIA DEL BALNEARIO DE

MARMOLEJO A TRAVÉS DE LA PRENSA

Excelentísimo Alcalde de Marmolejo Concejal de Cultura Compañeros de mesa Familiares, amigas y amigos

“Todo lo que olvida el hombre de su propia vida, en realidad ya mu cho antes había estado condenado al olvido por un instinto interior… Así que ¡hablad, recuerdos, elegid vosotros en lugar de mí y dad al menos un reflejo de mi vida antes de que me sumerja en la oscuri dad!” (prólogo de ‘El mundo de ayer’)

Sirvan estas melancólicas palabras del escritor austriaco Stefan Zweig, quien conoció de cerca el ‘boom’ balneario centroeuropeo, para lanzar una reflexión aquí y ahora: ¿en qué momento Marmolejo empezó a desin teresarse por su pasado? ¿quién decidió que había que convertir el relato local en un ejercicio colectivo de amnesia y por qué? ¿somos los marmole jeños del siglo XXI una especie de expatriados de nuestro propio pueblo?

Son preguntas que duelen, y cuyas respuestas hieren incluso más. 150 años pueden ser un instante, una eternidad o, en el caso de Marmolejo, las dos cosas a la vez. Un instante, porque todavía algún testimonio añoso nos trae el eco –cada vez más remoto, es verdad– de aquello que esta villa fue y ya nunca volverá a ser: una referencia del turismo termal cuando ni siquiera existía el concepto de veraneo; uno de los destinos predilectos de la burguesía y aristocracia españolas.

Pero también una eternidad, porque parece irreal que tan rico legado, tan envidiable patrimonio, tan tremenda presencia en la vida política, so

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa
Jose María Robles 56 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

cial y cultural del país, todo esto, apenas sea en la actualidad otra cosa que evocación y aire.

Consuélese quien quiera redescubriendo al menos el rastro del Bal neario de Marmolejo en los periódicos del último siglo y medio. Un repaso hemerográfico que ojalá ayude a entender el esplendor y decadencia del conocido en tiempos como ‘el Vichy español’, generador de la llamada ‘tercera cosecha’ (las otras dos eran la aceituna y los cereales) y verdadero escaparate al mundo de lo nuestro.

En la lectura de páginas y páginas de noticias variopintas y con diferente alarde tipográfico, tras el examen de ilustraciones, fotografías, anun cios e incluso caricaturas y chistes gráficos que reservo para el final de esta intervención, subyace el milagro de un pueblo campesino que disfrutó de los avances tecnológicos de una pequeña ciudad y a veces llegó a vivir al ritmo de la capital. Éste sería el titular de Portada. Pero hay más.

* Una primera fecha importante es el 28 de septiembre de 1816

‘La Gaceta de Madrid’, primi tivo periódico y antecedente del Boletín Oficial del Estado (el BOE), publicaba entonces la que proba blemente sea la primera referencia en prensa -que no bibliográfica- a los baños y aguas de Marmolejo. Llama la atención que en ningún momento se hable de balneario, aunque sí se reconoce que dichos baños y aguas se encuentran entre los 30 –y cito textualmente- “más principales” del reino y con “virtu des más conocidas”.

La Real Orden de la que se hace eco ‘La Gaceta’ ese día fija –abro comillas de nuevo– “el esta blecimiento de un médico en cada baño o agua mineral de los más acreditados de España”. Para ello, añade el texto con detalle, se realizará un concurso-oposición que durará seis meses.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

Destaco, por último y a modo de curiosidad, un párrafo de di cha información: “La dotación de estas plazas sobre los fondos de Propios y Arbitrios del pueblo in mediato a los baños, y de los cir cunvecinos, con la obligación de asistir gratuitamente a los pobres que acudieren a ellos, será según lo últimamente resuelto por el Rey (…) la de 80 reales anuales, pagados mensualmente por la tesorería de la provincia donde las aguas minerales existan, sin perjuicio del pago de las visitas de las personas acomodadas”. Insisto: no se habla de balneario, pero sí aparece ya una alusión -con cierto énfasis clasista- a esas gentes con posibles, se supone que venidas de fuera, que luego serán conocidas como agüistas.

* 14 de mayo de 1817

‘El Diario de Barcelona’ recoge el nombramiento de Vicente Ortí y Criado, médico de la villa de Castro del Río, como responsable de las aguas minerales de Marmolejo. Ortí y Criado, a quien Manuel Perales le dedica una semblanza en la web de referencia El Lugar de Marmolejo,

Jose María Robles 58 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

llegó a ser alcalde en una época especialmente convulsa. Otros destacados facultativo en el Balneario fueron Manuel Manzaneque, Clodomiro An drés, Juan Bautista Horques o Luis Góngora y Joanicó, autor de una ‘Guía del enfermo’ (1866) que saldría de la imprenta en 1866 como “homenaje de respeto y admiración” al propio Ortí y Criado.

* Avanzamos hasta el 8 de octubre de 1882

‘La Gaceta de Madrid’ informa de la subasta “del establecimiento balneario de la villa de Marmolejo”. Se inicia de la mano del político y empresario Eduardo León y Llerena el periodo de mayor esplendor de las instalaciones, necesitadas de una inversión que su propietario hasta entonces –el ayuntamiento– no podía llevar a cabo.

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Hace un rato mi com pañero Manuel Perales ya ha hablado largo y bien del promotor, malagueño de nacimiento y jienense de adopción. Como puede de ducirse de una figura capital en el tema que este sábado nos convoca, su presencia en los medios escritos de la época es más que frecuente y siempre revestida de un halo solemne. Lo volveremos a certificar en próximas apariciones.

* Como estamos comprobando, las noticias de finales del siglo XIX se despachaban casi como si fueran el prospecto de un medicamento: con el texto en bruto y desprovistas de cualquier elemento gráfico. Con ese formato vuelve a recoger la ‘Gaceta de Madrid’ el 3 de noviembre de 1883

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la Real Orden que determina las dos temporadas de baños en los manan tiales de Marmolejo.

De acuerdo con las autoridades, la de primavera comenzará el 1 de abril y terminará el 15 de junio. La de otoño se prolongará desde el 15 de septiembre hasta el 30 de noviembre. En años sucesivos estas fechas osci larán quincena arriba, quincena abajo.

* De gran despliegue se puede calificar la cobertura que dedica el se manario ‘Blanco y Negro’ al Balneario de Marmolejo el sábado 13 de octubre de 1894. Nada menos que 15 páginas dobles y una sencilla! salpicadas de ilustraciones, viñetas y un perfume literario del que jamás habían go zado las instalaciones, brinda la revista del diario ‘ABC’, fundado, como es de dominio público, por Torcuato Luca de Tena. Menos conocido es que el empresario sevillano era sobrino político de Eduardo León y Llerena tras su matrimonio en 1890 con la hija de María del Pilar, única hermana del entonces dueño del Balneario.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

Esa razón de parentesco seguramente ayude a explicar en buena parte tratamiento tan destacado, aunque es cierto que la labor de promoción y difusión de León y Llerena y, por supuesto, la excelente materia prima, iban consolidando la marca ‘Aguas de Marmolejo’ dentro y fuera de Es paña.

Poniéndolas en contexto, estas páginas de ‘Blanco y Negro’ tendrían el impacto de un monográfico en el dominical de ‘El País’ de hace una dé cada –el actual deja bastante que desear–. Luis Royo Villanova firma el ar tículo reportajeado de su viaje en tren a Marmolejo desde Madrid. Escrito en primera persona, el periodista se presenta como sufridor de una “obs tinada gastralgia”, por lo que se predispone a testar las “muy preciadas aguas de Marmolejo” en calidad no ya de testigo directo, sino de paciente.

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Comparto un fragmento introductorio de Royo Villanova que llama la atención por lo sugerente del contenido: “De hoy más, a la bebida me dedico, y si otros evocan a su musa entre los vapores del alcohol, las hu maredas del opio o los arrobos del haschis, yo, entre sorbo y sorbo de agua bicarbonatada, aguardaré a que venga por el correo de Andalucía mi musa de vidrio, ancha de caderas, esbelta de cuello, tocada de precintos y alambres y cubierta la cabeza por un bonetillo de porcelana, donde leo: ‘Aguas de Marmolejo’”.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

El texto, descriptivo y verdaderamente laudatorio, contiene otros pa sajes memorables, como el descenso a las fuentes. Leo: “Todo es anima ción y bullicio en la esbelta galería de hierro, que viene a ser algo así como el claustro de aquel santuario de la salud, la sala ‘de pasos perdidos’ o el salón de conferencias, donde se charla, se pasea y se descansa entre vaso y vaso”.

En otro momento el periodista hace un guiño al lector de Madrid para ilustrar la demanda de la Fuente Agria. “Tiene una cola de gente que ya la quisieran para sí muchas tardes las taquillas del Jai-Alai (el famoso fron tón de la capital) y la Plaza de Toros”.

Ya por último, y en relación al Parque del Balneario, que Royo Vi llanova considera “la verdadera joya de Marmolejo”, rescato un mínimo apunte a la espera de escuchar en unos minutos a Francisco Carlos Lo zano: “Es, en suma, un verdadero paraíso, pero sin serpientes ni manza nas mordidas”.

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* 30 de septiembre de 1900

La ‘Gaceta Balneológica’ había incluido en su número de agosto una nota necrológica de León y Llerena tras su fallecimiento el día 4 del mismo mes. Pues bien, el número de septiembre de esta publicación que hoy lla maríamos sectorial está consagrado precisamente a la memoria y la heren cia de León y Llerena. Siete páginas llevan el membrete de Balneario de Marmolejo, algunas con grabados del establecimiento en una primerísima fase de desarrollo.

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Especialmente emotiva es la publicación de una carta que el distin guido médico-director Luis de Góngora y Joanicó había remitido a León y Llerena 16 años antes, en el que le auguraba a las instalaciones un reco nocimiento del que él también acabó siendo partícipe. En la carta el facul tativo escribe:

“Las aguas de Marmolejo no pertenecen a esa, hoy numerosa, falange de náyades advenedizas que, a falta de verdadero mérito, se exhiben al público en ampulosos análisis, notables sólo por la larga serie de cifras decimales (…)

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Marmolejo, lo repito, no es una de estas novedades de última hora; tiene su historia secular; su reputación está abonada por la sanción del tiempo, por el testimonio de hombres ilustres y por la prueba elocuente de los hechos”.

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Que no pase desapercibido un detalle: en la última página de este mini suplemento puede observarse un mapa de la línea férrea que une –o mejor dicho, unía– Marmolejo y Madrid. La buena conexión por tren y carretera fue, desde luego, uno de los factores que contribuyó al éxito del Balneario.

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* Al hablar del transporte, necesariamente hay que deternerse en el 28 de diciembre de 1912, Día de los Inocentes, cuando ‘La Gaceta de Madrid’ publicaba la petición para obtener la concesión de un tranvía con motor de sangre (es decir, con tracción animal) hasta el Balneario.

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Que no era una inocentada –a pesar de tratarse de la solicitud de una sociedad que operaba en un pueblo de escasos miles de habitantes– y muestra del progreso aparejado al desarrollo del Balneario -el 8 de sep tiembre de 1888 había abierto la estación telegráfica de Marmolejo- lo corrobora otro anuncio: el de la subasta pública del servicio de tranvía, fechado el 17 de febrero de 1915

Del pliego de condiciones publicado también en ‘La Gaceta’ extraigo algunas perlas:

1) La fianza que se exige a los interesados es de 7.890 pesetas y 80 céntimos, cantidad que representa –especifica la nota– el 5% del presupuesto de la instalación del tranvía.

2) El plazo de la concesión será de 60 años, plazo que no llegó a cum plirse por diferentes motivos, como la pérdida de visitantes del Balneario y sobre todo el estallido de la Guerra Civil.

y 3) El “material móvil” que como mínimo tendrá el tranvía será de seis coches. “Para la tracción tendrá siempre disponibles 16 mulas”.

El tranvía se inauguró finalmente en 1916 con el siguiente recorrido: Plaza de la Constitución, Plaza del Amparo, calle Arroyo, Jesús y Calvario hasta llegar al Balneario. La línea se ampliaría pocos años después con un

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nuevo punto de partida: el Hotel Los Leones. El precio del billete: 30 cén timos la ida y 40 ida y vuelta.

* Un vistazo al ‘ABC’ del 17 de septiembre de 1914 –apenas dos me ses después del comienzo de la I Guerra Mundial– ofrece pistas de la ex celencia de las Aguas de Marmolejo. Un pequeño recuadro informa de la obtención del Gran Premio y Medalla de Oro en la Exposición Internacio nal de Londres de ese año. Unas acreditadas aguas que ya en 1883 habían recibido esa medalla de oro en Ámsterdam y Boston, así como el Diploma de Honor en la Exposición Nacional de Minería celebrada en Madrid.

La breve pieza, situada bajo el epígrafe ‘Publicidad recomendada’, detalla cuando empieza y acaba la temporada oficial del Balneario y, al mismo tiempo, indica que las Aguas de Marmolejo “se expenden embo telladas en todas las farmacias y droguerías”. En Madrid llegó a disponer de cuatro depósitos o puntos de venta: en la calle de Serrano, número 35; en Fernando VI, número 3, en Sagasta, 14 y en Barquillo, 8.

* En ‘El Imparcial’ del 23 de octubre de 1915 queda constancia de la llegada de la infanta Isabel, hija primogénita de la reina Isabel II. Leo el pequeño suelto, que más bien parece un telegrama: “Marmolejo, 22 (7,10 de la tarde) Ha llegado la infanta doña Isabel para visitar este balneario. Almorzó en Arjonilla, pueblo natal de su secretario, Sr. Coello. Después de recorrer el pintoresco balneario y su parque vino al Ayuntamiento, donde le fueron presentadas las autoridades y distinguidas señoras, y tomó un ‘lunch’”.

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Al margen de la infanta, que se convirtiría en consumidora habitual de estas aguas mineromedicinales, fueron muchas las personalidades que vinieron a la villa durante la edad de oro de su Balneario. Dirigentes como el general Serrano, último presidente de la Primera República y tío de la esposa de León y Llerena; los presidentes del Consejo de ministro Silvela, Sagasta y los titulares de Ultramar (Romero Robledo) y Marina (Montojo) con Cánovas del Castillo, juntos los tres en esta caricatura publicada en ‘Blanco y Negro’ el 10 de enero de 1892.

Científicos como el premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Ca jal, que al volver por la tarde de los manantiales se sentaba en la terraza del bar a tomarse un café mientras dibujaba en el mármol blanco de la mesa conexiones neuronales para fastidio del camarero de turno.

O escritores como los hermanos Álvarez Quintero y Armando Palacio Valdés, que situó aquí los primeros capítulos de su novela ‘La hermana San Sulpicio’, buen conocedor de las localizaciones en tanto que fue aquí donde él mismo se trató de afecciones intestinales. En innumerables pá

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ginas dedicadas al literato asturiano pueden encontrarse alusiones al Bal neario. Nombrado hijo predilecto de esta localidad en 2008, llegó a decir que “en Marmolejo las siestas son tan higiénicas como las aguas”, según publicó el ‘ABC’ de Sevilla el 16 de julio de 1990.

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En el centro de una fotonoticia de la revista popular ilustrada ‘Mundo Gráfico’ fechada el 18 de junio de 1924 se aprecia al dos veces nominado para el Premio Nobel de Literatura “leyendo unas cuartillas de gratitud” en el homenaje que se le rinde en Marmolejo.

El ‘ABC’ publicaría el 27 de abril de 1930 una ‘Evocación de la her mana San Sulpicio, en Marmolejo’ firmada por Muñoz San Román en la que se ve la fachada del Hotel Central (donde se supone que vivió la monja que da nombre a la novela). Dicho reportaje, que se encuentra en el límite de lo políticamente correcto, por no decir que lo traspasa con insinuacio nes sobre la falta de higiene y las precarias infraestructuras de Marmolejo, mereció días después en el mismo medio una réplica por parte del alcalde y una contra réplica del citado periodista.

* En el efervescente ambiente propiciado por las aguas del Balneario tenían lugar tertulias como la retratada el 10 de octubre de 1923 en ‘ABC’ en una pieza opinativa y costumbrista titulada ‘De cómo se aprecian los problemas actuales en un pueblo pequeño’. La reunión, conocida como ‘La aduana’, convocaba en la antigua botica situada en la casa de Don Julio Vizcaíno a terratenientes, médicos, jóvenes locales espabilados y algunos forasteros. El periodista Alfredo Ramírez Tomé aprovechó una estancia en Marmolejo para, centrándose en dicha tertulia, ilustrar el cambio de régimen que supuso la dictadura de Primo de Rivera. “La noticia se propaló rápidamente (…), corrió hasta el Balneario y algunos de los agüistas, con cejales en diferentes pueblos, y el alcalde de una capital no muy lejana, se

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apresuraron a coger el tren, dejando en suspenso el tratamiento”, redactó Ramírez Tomé, conocido como ‘el novelista del Madrid castizo’.

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Con un tono similar se había empleado antes incluso, el 24 de julio de 1910, el semanario satírico ‘Gedeón’, que acuñaba el término “diputados termales” y reproducía, curiosamente, la silueta de un pavo real, animal tan asociado al Balneario, junto al titular de la pieza.

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Leo: “Un establecimiento termal no adquiere importancia hasta que es visitado por un ‘padre de la patria’, sea de la facción que sea (…) Ape nas un personaje con acta y con atrofia del hígado cae por aquel balneario, la vida del establecimiento está asegurada y la ‘reclame’ conseguida, pues no dejarán los periódicos de ocuparse de lo que hace el diputado, de lo que dice, de los ‘cortadillos’ de agua que toma y del efecto intestinal que le producen”.

El texto termina poniendo el foco en el diputado carlista Dalmacio Iglesias, para rematar con una pregunta: “¿Hay un hombre más a propó sito para alegrar un Sobrón, un Panticosa o un Marmolejo”?

* Otra fecha que hay que tener en cuenta es el 11 de mayo de 1923, cuando ‘La Crónica Meridional’ difundía en sus páginas la inauguración del Hotel Balneario. Promovida por el director gerente de la Sociedad de Aguas Medicinales de Marmolejo, Eduardo Serrano, fue obra del ar quitecto Lorenzo Gallego y respondía “a una verdadera necesidad hace tiempo sentido”, según anota el corresponsal del diario. “Puede conside-

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rarse como un modelo entre los de su clase y acredita una vez más a su constructor”, subraya el periodista sobre unas instalaciones que fueron bendecidas por el párroco local, momento que recoge la imagen de la parte superior, sacada de un folleto promocional. Abajo, puede verse la fachada, bien distinta de la que luego se construyó, del Gran Hotel de La Paz, que era como originalmente iba a llamarse. La imagen ilustra la portada de un análisis químico de las aguas del Balneario publicado en 1884.

* Podría decirse que hasta aquí llegan los días de gloria del Balneario. El próspero presente y el halagüeño futuro empiezan a hacerse definitiva mente intangibles en el momento en el que se precipita la Guerra Civil. ‘La Vanguardia’ informa el 23 de abril de 1937 de un ataque franquista fallido sobre las instalaciones en el contexto del asedio al Santuario de la Virgen de la Cabeza. Leo: “La aviación facciosa bombardeó la población de An dújar y lanzó dos bombas de gran calibre sobre Marmolejo, buscando el Balneario, sin que produjera víctimas ni desperfectos”.

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* Seguimos: ‘ABC’ informa el 21 de septiembre de 1960 del ‘Salto de Marmolejo’. O lo que es lo mismo: de la construcción de la cen tral eléctrica en las inmediaciones del Balneario. Una presa que con el paso de los años y las sucesivas crecidas del Guadalquivir se convertirá –como por desgracia hemos comprobado– en el peor enemigo de unas instalaciones centenarias.

* También en ‘ABC’ encontramos el 12 de abril de 1989 noticia de unos incidentes en el Balneario. Leo: “Bajo la vigilancia de agentes de una empresa de seguridad, ayer pudo celebrarse la junta general de accionis tas de la empresa Aguas de Marmolejo SA, que no pudo celebrarse el día anterior tras una violenta riña entre los propietarios, en la que al menos 10 hubieron de recibir asistencia médica”. La información se comenta sola: pasamos del orgullo al esperpento.

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A ello contribuyó también el incendio provocado que la noche del 26 al 27 de noviembre del año 2000 arrasó la planta de embotellado de Aguas de Marmolejo. Como se resume con acierto en otra muy recomendable web, Villa de Marmolejo, “de esta manera cesa toda actividad comercial relacionada con el Balneario y las Aguas de Marmolejo, que con la única interrupción de la Guerra Civil venían siendo explotadas desde hace 185 años”.

* En fin, todavía hubo un intento por negarse a aceptar esa realidad, al casi inevitable ocaso. ‘Marmolejo recupera su Balneario’, informaba espe ranzadoramente ‘El País’ el 24 de junio de 2002. “Tras un infructuoso pe riodo en manos privadas, el Balneario ha sido recuperado por la iniciativa pública, que proyecta una ambiciosa inversión para relanzar una instala ción que, a principios del siglo XX se convirtió en uno de los principales referentes turísticos de Andalucía”.

El corresponsal Ginés Donaire habla de un desembolso municipal de 200 millones de pesetas y de los 450.000 y 120.000 euros que se compro meten a aportar el Ministerio de Fomento y la Diputación Provincial, res

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DE MARMOLEJO
DE HISTORIA

pectivamente. Cantidades importantes para una actuación que a la larga se demostró cuando menos controvertida (caso de la construcción de la cúpula de cristal) y que el río acabó llevándose por delante.

* Como un espejismo en mitad del desierto, el ‘Ideal’ de Jaén afirma el 23 de febrero de 2007 que ‘El Balneario de Marmolejo tendrá una zona de baños y un hotel de cuatro estrellas’. Dichos proyectos iban a ser construi dos con iniciativa privada tras una revisión del Plan General de Ordena ción Urbana que ha acabado siendo un verdadero quebradero de cabeza para el municipio. Y lo dejo aquí para evitar valoraciones políticas que no tienen cabida en este encuentro.

* También en el ‘Ideal’ encontramos el 30 de abril de 2011 noticia del enésimo intento de resucitación, a través de una partida de Diputación de 150.000 euros. En la fotografía pueden las verse las instalaciones ane gadas, una situación que dejaría de ser extraordinaria con el paso de los inviernos.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

* El ‘Ideal’, por último, traía el 20 de octubre de 2011 un canto de es peranza: el inicio del proceso para inscribir como Bien de Interés Cultural (BIC) al Balneario en la categoría de Sitio Histórico.

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Desde entonces, inundaciones, barro y lamentos, sin apenas actua ciones para paliar los efectos de las riadas y con la presa en el centro de la polémica. El Balneario de Marmolejo se fue muriendo con el estallido de la Guerra Civil, entró en coma con el cambio de modelo de vacaciones y pasó a peor vida con los sucesivos desbordamientos, víctima, en definitiva, de una inercia negativa de la que no ha podido escapar. Hasta la fecha.

Para no dejar al público asistente con mal sabor de boca he pensado que sería buena idea hacer un rápido repaso de la publicidad del Balneario aparecida en prensa y de los chistes gráficos y caricaturas relacionados con el mismo que he rastreado en diferentes archivos.

* En esta primera página, del ‘Blanco y Negro’ de 26 de julio de 1891, no puede verse exactamente un anuncio, sino algo parecido a la receta de un cóctel redactada con clara intención promocional. La reproduzco íntegra, aunque creo que puede leerse bien: “Cuando el termómetro marca 35 grados, cuando os sentís próximos a la asfixia, no teméis nada helado.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

Pedid medio limón, unos terrones de azúcar que desharéis en su jugo, y sobre la pasta que se forma en el fondo del vaso, verted desde bastante altura agua de Marmolejo, que estará fresquísima si han tenido la botella envuelta en un paño mojado durante media hora”.

* También en ‘Blanco y Negro’ y en ese mismo año de 1891 –con fecha 11 de octubre encontramos un anuncio que presenta varias curiosidades: en él el producto, las aguas, son promocionadas como “el mejor medi camento” para “combatir todos los padecimientos del estómago, hígado, bazo, riñones y vías urinarias” y como las únicas “envasadas en botellas especiales con tapón mecánico para su mejor conservación y mayor econo mía de los enfermos”. De ahí la pequeña ilustración de la parte izquierda.

* Se trata del mismo recurso de este otro anuncio publicado el 26 de junio de 1893 en ‘La Ilustración Nacional’. La etiqueta de la botella es una reproducción exacta del original.

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* Se aprecia con más nitidez en la media página del ‘Blanco y Negro’ del 16 de mayo de 1896.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

* El 25 de noviembre de 1899, de nuevo en la misma cabecera pero en la sección de ‘Anuncios Telegráficos’ y por tanto, suponemos que en un formato más económico, más Aguas de Marmolejo, “incomparables para el tratamiento de las enfermedades del estómago”.

* En esta categoría de anuncios por palabras que aparecen recuadra dos como si fueran esquelas mortuorias –de hecho, vamos a verlos entre mezclados en algunas páginas– localizamos estos anuncios de principios de siglo XX en ‘El Imparcial’

* ‘ABC’ 9 de octubre de 1909

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* Y ‘El Día de Toledo’ 12 de julio de 1913. Aquí lo particular es que se presenta como credencial el número de personas que vienen a tratarse: “Más de 2.000 enfermos (estadística oficial) acuden cada temporada a este antiguo Balneario a recuperar la salud perdida”, puede leerse.

* Seguimos con ‘La Esfera’ 27 de septiembre de 1919

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

* Otra vez ‘ABC’, con una guía de balnearios el 6 de julio de 1922, en la que se ve a Marmolejo codeándose con aguas tan reconocibles en la actualidad como las de Mondariz, Cabreiroá y Solares.

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* En ‘La Crónica Meridional’ del 30 de junio de 1923 ya se incluye la oferta del Hotel del Balneario: “Todo confort, cocina francesa, mesas de régimen”.

* En ‘La Vanguardia’ del 3 de septiembre de 1925 el Balneario se pre senta al lector como “el establecimiento de aguas alcalinas más concurrido de España” y el hotel, frente a las muchas casas de huéspedes y fondas, como “el único oficial y de primer orden; con capilla, baños privados, jar dín, garajes y mesas de régimen. Pensión de primera clase, desde 15 pese tas; segunda clases, desde ocho”. También se menciona la conexión en tren con Madrid y Sevilla.

* ‘Marmolejo, cobijo de bienestar y alegría’ lleva por título la media página reportajeada incluida en ‘La Esfera’ el 15 de mayo de 1926. En ella Enrique Pastor, que es quien firma el texto, se refiere a “las prodigio sas aguas de Marmolejo, que han cooperado a esparcir su preponderante fama a través de España y del extranjero”. Su recorrido por el Balneario y su trayecto en tranvía hasta el hotel, donde “lindas y distinguidas seño ritas se entretienen en jugar al tenis y al croquet”, ofrece una postal casi bucólica de las instalaciones y el entorno.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

* El Balneario (con “las aguas de mayor abolengo de España”) y su hotel son los protagonistas de otra media página publicada en el ‘ABC de Sevilla’ el 2 de abril de 1955. A diferencia de otros encartes publicitarios que acabamos de ver, en este se aprecia cierta solidaridad vecinal al rese ñar que “además existen en la población hoteles y pensiones de todas las categorías”.

Jose María Robles 90 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

* Ese fue, tal vez, el último gran re clamo del Balneario y el Hotel. El 14 de agosto de 1964 el ‘ABC de Sevilla’ anun ciaba que a partir del mes siguiente se cedían en explotación los servicios del hotel.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

* El último estertor lo viviría después la planta embotelladora, como se deduce de este anuncio por palabras publicado en mayo de 1995 en el ‘ABC de Madrid’. “Se necesita distribuidor con infraestructura suficiente para la distribución de agua del Balneario de Marmolejo en Madrid y pro vincia. Imprescindible estar introducido en Hostelería”.

Y finalmente, momento para unas cuantas caricaturas y chistes:

* Volvamos al macro despliegue dedicado en octubre de 1894 por ‘Blanco y Negro’ al Bal neario. En él nos sorprende un simpático retrato del médico Luis Góngora y Joanicó, director del incipiente Balneario al que el humorista gráfico madrileño Eduardo Sáenz Hermúa, alias Meca chis, representa con cuerpo de botella de Aguas de Marmolejo y cabeza a modo de tapón.

Jose María Robles 92 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Mecachis también deja su sello en tres ocasiones más en el reportaje de Luis Royo Villanova. En la primera representa en cuatro viñetas cómo un agüista va engordando vaso a vaso en el propio manantial.

En la segunda sitúa dos filas bajo la galería de hierro del Balneario; una de filas, la que se dispone a tomar el agua de la Fuente Agria, está formada por ancianos, algunos de ellos con bastón y se supone que con achaques varios; en la de la izquierda, la que ya abandona las instalacio nes, se ve a un niño, a varios jóvenes y a hombres maduros, alegoría del proceso de rejuvenecimiento producido por la visita.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

La última aportación de Mecachis consta de tres viñetas. Lleva por título ‘De fotografías remitidas por un fondista de Marmolejo’ y en la se cuencia se distingue a un comensal sin apetito antes de tomar las aguas, al mismo cliente devorando varios platos mientras toma las aguas y a punto de hincar el diente al camarero que le sirve después de tomar las aguas.

Tiene su gracia que Mecachis, que murió con apenas 37 años según recoge Wikipedia, fuese estudiante de Medicina antes de comenzar su carrera como ilustrador.

* Quién sabe si fue precisamente porque lo relacionado con el Balnea rio tenía que ver con la medicina y la salud, pero el caso es que Mecachis regresó a la galería de las fuentes en una viñeta publicada el 20 de marzo de 1897 titulada ‘El Gobierno en Marmolejo’.

En el texto que lo acompaña se habla del traslado temporal a nuestra localidad de la Presidencia del Consejo de Ministros, lo que hace suponer que el personaje de la izquierda es el presidente del Gobierno, Cánovas del Castillo, y el de la derecha, su ministro de Guerra, Marcelo Azcárraga.

Jose María Robles 94 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Por último, el Balneario vuelve a ser mencionado en el ‘Blanco y Ne gro’ del 9 de julio de 1904, en la historieta ‘Aeroterapia práctica’. Que, por cierto, no he podido conseguirla sin marca de agua, mis disculpas.

“Las aguas… las aguas… ¿De qué sirve tomar las aguas si no se to man aires? Los aires son los que curan?”, subraya un médico dirigiéndose al lector. “¿Padece usted del estómago? Pues allá van unos aires de Mar molejo”, comenta un par de viñetas después, para terminar de enfatizar.

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Agua y tinta. Historia del Balneario de Marmolejo a través de la prensa

Y hasta aquí llega esta revisión de papeles que contextualizan la his toria reciente de Marmolejo y explican una parte de nuestra identidad co lectiva. Escribió en 1962 el dramaturgo Alfonso Paso en 1962 un relato a cuenta de su colega Enrique García Álvarez en el que decía: “Y se marchó a Marmolejo porque, completamente en serio, aseguraba que tenía que aburrirse un poco”.

Espero no haberles aburrido yo a ustedes con esta intervención.

Muchas gracias.

Jose María Robles 96 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

LOS JARDINES DEL BALNEARIO

Los jardines del Balneario de Marmolejo

tardes a todos y a todas. Señores concejales, señor Alcalde..., antes de nada agradecer a Francisco Javier Murillo, ideólogo y orga nizador de estas I Jornadas Históricas de Marmolejo, el ofrecimiento para dar esta conferencia sobre los jardines del Balneario de Marmolejo y a to das las personas que me han facilitado fotografías, planos e información necesaria para redactarla.

Buenas

Les pido perdón de antemano por los posibles errores a la hora de datar cronológicamente las imágenes que vamos a ver a continuación, o si algún dato no se ajusta exactamente a la realidad.

Éste es un tema que realmente me apasiona. Espero estar a la altura de las circunstancias para contarles cómo era este lugar tan bello que engran deció a nuestro pueblo en el pasado.

Balnearios, hoteles, paseos, parques, quioscos, galerías de baños, ma nantiales...., han sido durante muchos años, los escenarios de una forma

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 97 Los jardines del balneario

de entender la vida. Edificios y lugares en los que se hace historia y en los que se albergaban las esperanzas de curación a través del agua. Parece útil y oportuno, ahora que se percibe la necesidad de transformación de estos establecimientos, estudiar su evolución, historia, arquitectura y en esta oca sión el paisaje. En definitiva, sus características diferenciales aportando da tos fundamentales para comprender su pasado y plantear mejor su futuro

Cómo expresar el sentimiento de quien con tan buen gusto los di señó. Será una tarea complicada para este conferenciante, pero todo este esfuerzo será siempre con un objetivo, recuperar en vuestra conciencia este emblemático lugar para nuestro pueblo.

La medicina siempre se sirvió de las aguas minerales como remedio para el tratamiento de enfermedades crónicas. Es sabido el escaso arse nal terapéutico disponible en tiempos pasados, por lo que la práctica de la balneoterapia sirvió, de forma eficaz, como alivio de dolencias que no eran posibles remediarlas por ningún otro método.

La segunda mitad del S.XIX se considera la época dorada de los tra tamientos en los balnearios. Esto fue posible fundamentalmente por el protagonismo que estaba asumiendo una nueva clase social emergente desde el punto de vista económico y social, la burguesía. Esta clase social en nuestro país, como ya venía ocurriendo antes en Europa, impulsa la curación a través de los balnearios no sólo por motivos relacionados con la salud, sino que también por la necesidad que tenía de mantener y/o po tenciar durante sus estancias en los balnearios su vida social y cultural. De esta manera el veraneo en los balnearios, al igual que ocurría en los países europeos, termina siendo considerada una práctica que otorga prestigio a quien la realiza.

Espero con esta conferencia dar respuesta a estas dos preguntas:

La primera, ¿qué persiguió Manuel Méndez, abuelo de nuestro querido paisano, cuando Eduardo León y Llerena le encargó el diseño de estos jardines del balneario?

- Y la segunda, ¿qué tenía el de Marmolejo, existiendo en esa época balnearios playa como el de Jerez ó con aguas termales como el de Caldas ó de similares características al nuestro como el de Solán de Cabras; para convertirse en uno de los lugares de moda de España?

La verdad que ambos acertaron. Estoy totalmente convencido que parte de esta respuesta la ofrecía la creación y el diseño de los jardines del

Francisco Carlos Lozano Merino 98 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Balneario, ya que de otro modo no sería difícil explicar cómo a Marmolejo acudían tantos agüistas y acompañantes en una época del año en la que saben ustedes no precisamente hace “fresquito”.

De esta forma Eduardo León y Llerena, del cual ha hablado mi com pañero Manuel Perales, encargó la creación de un gran jardín con una ex tensión de más de 9 hectáreas a este artista de la jardinería que buscando su inspiración en los jardines islámicos cordobeses diseñó la verdadera joya del Balneario.

Para poder contar esto debemos intentar explicar a los oyentes en qué ambiente están inspirados los jardines hispano árabes cordobeses.

Todos estos jardines buscan el ofrecer placer a los cinco sentidos. El amor por el agua y la vegetación, algo que en sus desiertos no tenían al al cance, fue una constante en todo el mundo islámico, ocupando el jardín un lugar privilegiado en el imaginario musulmán. Su predilección por estos lugares tiene su origen en el Corán, que aporta más de medio centenar de referencias al Paraíso como jardín. La imagen evocada en sus numerosos pasajes es tan precisa y deliciosa que llegó a ser fuente de inspiración para los creadores de jardines.

Estos jardines se caracterizaban por:

- Tener numerosos paseos en forma de andenes elevados que per miten recorrer el perímetro y las sendas del jardín, de tal forma

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 99
Los jardines del balneario Grabado final s. XIX

que lo acercan al caminante, pudiendo éste disfrutar mejor de sus detalles y en definitiva de su esencia.

- Se usa el agua como espejo para reflejar el cielo e introducir luz en espacios pequeños. Agua y vegetación forman un binomio inse parable, de tal modo que el paseante puede tener al alcance de la mano las copas de árboles y sus frutos para degustarlos, mientras el agua aparece, sólo perturbada ligeramente por pequeños surti dores, generalmente en los extremos de los estanques o canales.

- El agua circula por pequeños canales que acompañan a los cami nos, uniendo a su faceta útil de agua de riego, el beneficio de refrescar la atmósfera y producir un sonido agradable. El agua no fluye a chorros como en otros tipos de jardines, sino transcurre sutilmente por los canales de tal forma que cuando emerge de las fuentes produce un placentero gorgoteo.

- Además es notable la conjunción de los aspectos olfativo y vi sual. El jardín tiene plantas aromáticas y hermosísimas flores que impregnan el ambiente de sutiles perfumes durante el día o la noche.

Francisco Carlos Lozano Merino 100 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Arroyo

Lilos 2014

La tradición de jardín-huerto se extendió por todo Al-Andalus. Era huerto y jardín a la vez, así como un campo de experiencias botánicas, en el que se adaptaban aquellas especies traídas de Oriente, como la granada o la palmera datilera. Se aclimataban también sabrosas especias y condi mentos. Los agradables aromas de la albahaca, tomillo y romero crecían junto a la sombra de las sóforas, plataneros y lilos.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 101
Los jardines del balneario Grabado finales XIX

Señoras y señores con estas simples palabras tomadas de cualquier tratado de historia de la jardinería he intentado describir de una forma resumida todo el espíritu que Méndez trató de infundir en el diseño de los jardines de nuestro balneario. Intentó, y lo consiguió dar placer a los cinco sentidos.

A lo largo de esta conferencia trataré de explicar a ustedes como fue ron diseñados dichos jardines y cómo fueron evolucionando a lo largo del tiempo.

Intentaré dividir la conferencia en tres bloques. El primero hará referencia a la evolución de los jardines desde su diseño hasta tiempos recien tes, el segundo tratará sobre el uso social de este espacio y el tercero sobre el presente y las posibles propuestas de futuro.

1. JARDINES DEL BALNEARIO: EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Anterior a 1885

Los primeros planos, bocetos y grabados datan de un año después de la adquisición del Balneario por parte de León y Llerena, es decir de 1894, aunque el siguiente mapa es anterior.

Francisco Carlos Lozano Merino 102 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Plano de 1884

Es sólo un boceto de lo que sería luego el jardín del balneario.

Boceto de 1902

En el boceto de 1902 que aparece en el libro de Manuel Méndez titu lado Balneario de Marmolejo Siglos XIX y XX, Engrandecimiento y Deca dencia, se puede observar parte de la distribución de los parterres.

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Los jardines del balneario

Vista general hacia 1885

En ésta y en la siguiente, prácticamente no han comenzado a ejecu tarse las obras de instalación de los jardines:

Desde la carretera en 1885

En la siguiente si se observan al menos parte de las obras en ejecución.

Francisco Carlos Lozano Merino 104 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

En 1895 se inauguró el Balneario y su entorno. El jardín se diseñó iniciando su recorrido por el viaducto, lo que llamamos escalinatas, que bajaba desde la curva de la carretera del Balneario y permitía a los agua nosos llegar hasta la Galería de los Manantiales.

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Los jardines del balneario Hacia 1890
106 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 1904 2012
Francisco Carlos Lozano Merino

Escalinatas en 2012

Sirva este plano de 1929 para explicar lo que vamos a decir a conti nuación:

En 1929

Antes de la instalación del jardín, sobre estos terrenos próximos al río se desarrollaba la típica vegetación de ribera próxima al río compuesta por fresnos, olmos, álamos y tarajes. Dicha vegetación conforme nos íbamos aproximando a la carretera era sustituida por el bosque mediterráneo de

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Los jardines del balneario

la encina y el acebuche, aunque el arroyo de las Garillas volvía a traernos de nuevo el bosque de galería.

Méndez realizó algunas terrazas en el terreno para crear diferentes espacios y diseñó unos jardines que tenían un camino principal y varios senderos, lo que unido a las distintas fuentes y puentecillos que salvaban el arroyo que recorría el Parque del Balneario como era conocido, mostra ban el encanto que aparece reflejado en las crónicas de la época.

Hacia 1905

Nada mejor para conocer este jardín que la descripción que hizo de él el periodista del ABC Luis Royo Villanova para el semanario Blanco y Negro en 1894 ensalzándo poéticamente los jardines del Balneario.

Para que se hagan ustedes una idea, en los jardines crecían los plá tanos de sombra de una forma desmesurada, álamos blancos junto al río y acacias agrupadas en bosquetes vivían junto a los cinamomos, fresnos, sóforas, majestuosos castaños de indias, purificantes eucaliptos, naranjos,

Francisco Carlos Lozano Merino 108 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

almendros, nísperos, lilos, aligustres, moreras de papel, almeces, sabrosos madroños, acebuches, coloridas adelfas, lentiscos, brezos, enebros y cien tos de especies más.

Plantas aromáticas como Espliego, romeros, tomillos, aladiernos.

La riqueza botánica de los jardines del balneario fue impresionante. Y no crecía una sola de cada especie como si se tratara de un jardín botánico sino “por cientos de cada clase” como decía en el artículo.

Primer tercio s. XX

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 109
Los jardines del balneario Marmolejo. Paseo Central del Parque. Primer tercio s. XX

Todas las plantas unidas en perfecta armonía agrupadas en parterres o bosquetes. Y rodeadas o no de setos de tuyas y bojes.

Todo esto ayudado por la calidad del terreno, logró crear un ambiente en el que se mezclaban la luz con las sombras y como no, rodeado de una red de acequias y pequeños canales, que no solo proporcionaban riego a los vegetales, sino que ofrecían al paseante un ambiente placentero que invitaba a caminar por ellos incluso a esas horas en las que el calor del verano hacía imposible hacerlo fuera de este entorno.

Galerías de árboles

Como decía, una calle magnífica central y un paseo de circunvalación forman las vías principales del Parque, cruzado por doquier de sendas y caminos, sencillos bancos pintados de verde ofrecían descanso al paseante. Y tal como cuentan las crónicas existía incluso una pajarera natu ral. Decían así: “cientos de gorriones cantan a la vez en la pajarera… ¡La pajarera! No se trataba de ninguna jaula, sino de un grupo de frondosos árboles donde acostumbran a posarse… Años después se construiría el palomar.

D. Manuel Méndez González en su libro BALNEARIO DE MARMO

LEJO siglos XIX y XX. Engrandecimiento y decadencia, decía: “Plantó un amplio y hermoso parque, expresión de habilidad y buen gusto en quien lo dirigió y esplendidez valiente en quien proporcionó los medios para construirlo, en clara alusión a León y Llerena. Contaba que en los arriates

Francisco Carlos Lozano Merino 110 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Palomar Rosaledas segunda mitad s. XX

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Los
jardines
del balneario
y setos había: boneteros, tuyas, abrótano, romero y gran variedad de ro sales, tanto de pie como trepadores, así como enredaderas. Huerta de na ranjos, dulces y agrios, granados, nísperos, madroños y caquis. Todo ello regado con el agua del pilar de la carretera, que por tubería era conducida hasta la alberca junto al camino de la Seña, y de allí distribuida por todo el parque y huerta por una extensa red de canalillos, sifones y conductos, En 2013

Segunda mitad s. XX

parecidos a los que hay en el patio de la Mezquita de Córdoba y en la Al hambra de Granada.

Principios del siglo XX

Francisco Carlos Lozano Merino 112 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Primer tercio del siglo XX

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 113
Los jardines del balneario

Mitad siglo XX

Principios siglo XX

Estoy convencido de que ustedes ahora sí, se están haciendo una idea de lo que esto fue.

De esta forma Méndez daba respuesta al jardín árabe de los cinco sen tidos:

- La vista: los diferentes matices del verdor de las plantas ó los va riados colores de las flores ó el juego de luces entre las sombras

Francisco Carlos Lozano Merino 114 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

de la vegetación, o el reflejo del agua en las acequias. Todo ello ayudado por los numerosos caminos.

- El oído: el sonido de las hojas de los árboles, el piar de los pájaros ó fluir del agua por los canales y fuentes.

- El gusto: el sabor de los frutos de los árboles.

El tacto: el cambio de temperatura respecto al exterior en verano, creado por el bosque de galería. La sombra.

- El olfato: el fragante aroma de las plantas.

Inicios siglo XX

Si a este Edén le sumamos lo que apareció en la prensa a finales del s. XIX, con permiso de mi compañero ponente, José María Robles, que decía sí:

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 115
Los jardines del balneario

H.Balneario años 20

En 1923 comienza la construcción del hotel Balneario. La construcción de este Hotel estuvo rodeada de mucha polémica, su emplazamiento original estaba pensado frente a las escalinatas que dan acceso a los jardines del balneario, aún hoy puede verse la mole de la cimentación a base de ladrillos y cascotes que se empezó a construir, y su nombre iba a ser Hotel de la Paz, sin embargo, por razones higiénicas, se decidió alejarlo del río e integrarlo en el casco urbano.

Francisco Carlos Lozano Merino 116 JORNADAS DE
DE MARMOLEJO
HISTORIA
¿Entienden ahora ustedes el porqué, entre otros muchos motivos, el Balneario de Marmolejo se convirtió en uno de los lugares de moda de España?
Hotel La Paz

(Se puede observar un grabado realizado en 1911 y su cimentación en la actualidad).

Acequia y vivero 2014

En el jardín del Balneario en la zona que llamamos hoy “Llano del Palomar”, se instaló un pequeño vivero, con semilleros y una pequeña alberca. En esta zona se desarrolló un pequeño huerto que proporcionaba productos frescos a los clientes del Hotel Balneario.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 117
Los jardines del balneario Marmolejo. Parada de tranvías del Parque. Hacia 1920

Como he dicho, los jardines a principios del siglo XX sirvieron como atrayente para visitar el balneario. Y para facilitar el acceso a los mismos en 1916 se inaugura un peculiar tranvía tirado por mulas que desde el cen tro del pueblo hasta los jardines del balneario transportaba a los agüistas.

Tranvía años 20-30

Tranvía años 30

Francisco Carlos Lozano Merino 118 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Taxi años 20

Con posterioridad, un servicio de taxis iniciado por un señor argen tino y la posterior línea de autobús también ayudó al desarrollo del mismo.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 119
jardines
Los
del balneario
Marmolejo Calle Central

Autobús años 50

Se imprimieron, con el objeto de relanzar el Balneario en los años cua renta del siglo XX, folletos publicitarios con las siguientes imágenes de los jardines.

Publicidad años 50

Francisco Carlos Lozano Merino 120 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Publicidad años 50

Los años finales de la década de los 50 marcan el comienzo de la de cadencia del Balneario. Los motivos podrían ser muchos: crisis económica de la postguerra, cambio de usos de los veraneantes, poco interés de los propietarios.

Observen el cuidado de los parterres en una y otra diapositiva

En lo que a los jardines se refiere, la zona del bosque del Balneario comenzó a abandonarse. Ya solo se consideraba jardines como tales, los de alrededor de la casa Administración y los próximos a los manantiales.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 121
Los jardines del balneario

Clara de eucaliptos

En los llanos frente a las escalinatas, comenzó a cultivarse eucaliptos que servía para hacer las cajas que contenía las botellas de la fábrica de envasado.

2. JARDINES DEL BALNEARIO COMO USO SOCIAL

Isabel de Borbón, 1915

Pero también el balneario y sus jardines cumplieron un aspecto so cial no solo para los “forasteros” (como decíamos antaño) que lo visitaban sino, para la sociedad marmolejeña.

Francisco Carlos Lozano Merino 122 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Los jardines del balneario

Fue punto de reunión de domingos y días festivos. Lugar de ocio y esparcimiento y disfrute a lo largo de todo el siglo XX.

Barquillero años 20-30. (Los barquillos de Juan Peña)

Parque y jardines del Balnario

¿Quien no recuerda esas tardes de domingo paseando por las sendas del bosque del Balneario?

Los más mayores recordarán esta fuente inundada ahora por el río…

O de niños jugando en el parque infantil que había frente a la casa Administración?

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 123

Fuente perdida

Parque del Balneario años 70

Francisco Carlos Lozano Merino 124 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

U observando impávidos a la cierva, como lo hace en la siguiente ima gen Augusto o a los pavos reales?

O el recuerdo de los trabajadores y trabajadoras del Balneario. Desde las limpiadoras de botellas, de los aseos, aguadoras, carpinteros para fa bricar cajas de botellas, camioneros repartidores de agua y ayudantes, al bañiles, personal de administración y cómo no los jardineros: Simón Vi caria Vergara (el perlito) y su hijo Juan, Antonio Lozano García (Parrón),

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 125
Los jardines del balneario “El Perlito”, 1955

Blas Carmona Sánchez, Luis González Calzado y otros muchos que contri buyeron con su trabajo a realzar el recinto ajardinado del balneario.

Y como no iba a existir un bar en los jardines del Balneario.

años 60 Bar años 30-40

El ambiente, el frescor invitaban a sentarse y tomar algo rodeado de estos jardines.

Francisco Carlos Lozano Merino 126 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Trabajadores

Bar años 30

3. JARDINES DEL BALNEARIO: PRESENTE Y FUTURO

Muchos son los intentos de restauración que ha habido en los últimos 25 años.

Proyecto 2003

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 127
Los jardines del balneario

En 2003 cuando fue adquirido de nuevo por el pueblo de Marmolejo se desarrolló un proyecto de Adecuación ambiental del entorno del Bal neario de Marmolejo

Así mismo años más tarde se proyectó un centro termal que fuese reclamo, dadas las nuevas costumbres de los visitantes de los balnearios.

Así en el mes de Mayo del año 2004, tras una completa remodelación de la zona de los manantiales, el Balneario de Marmolejo vuelve abrir sus puertas a los agüistas.

Entrada 2008

Jardines 2011

Francisco Carlos Lozano Merino 128 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Escuelas taller de forja y jardinería permitieron reacondicionar la en trada y reparar los jardines próximos a los manantiales.

En verano de 2010 los profesores del Departamento de Actividades Agrarias del Instituto de Enseñanza Secundaria Virgen de la Cabeza, pro pusimos al Ayuntamiento iniciar la restauración de los jardines del balnea rio a la vez que nuestros alumnos hacían parte de sus prácticas académicas.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 129
Los jardines del balneario Paseo Central 2012

Fruto de estas conversaciones se firmó un convenio de colaboración entre la Consejería de Educación y el Ayuntamiento de Marmolejo que entre otros objetivos abordaba este tema.

Así mismo redactamos un proyecto el cual ordenaba todas las actua ciones a realizar en el bosque del balneario.

Recientemente se restauraron las escalinatas tal como eran original mente y se ha construído un mirador en la zona de la curva para disfrutar de la perspectiva de los jardines.

De esta forma, hemos eliminado basuras, aún estamos en la erradica ción de las numerosísimas plantas invasoras, además de desbroces, podas, quemas controladas, y sobre todo la plantación de árboles, arbustos y de más especies que contribuyan a la recuperación de este entorno.

Francisco Carlos Lozano Merino 130 JORNADAS
DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Mirador 2013

Este proceso, dado la cantidad de alumnos que tenemos de otras lo calidades de Andalucía, ha contribuido a que poco a poco el nombre del Balneario de Marmolejo se vaya introduciendo de nuevo en el sentir de los más jóvenes de Andalucía.

Diciembre 2010 Enero 2013

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 131
Los jardines del balneario

Octubre 2013 Noviembre 2013

Hemos diseñado un circuito de cross en colaboración con el Club de Atletismo Ave Fenix de Marmolejo….. y sus senderos son atravesados por diferentes competiciones deportivas como el Triatlon villa del agua o el duatlón Balneario de Marmolejo.

Francisco Carlos Lozano Merino 132 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Nos hacemos eco del aliento y apoyo que recibimos no solo en el pue blo sino también a través de las redes sociales que siguen nuestro trabajo de restauración. En esta tarea apasionante andamos todos.

Esta en tramitación el procedimiento de inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Sitio Histórico, además de haber sido registrado el Bal neario y su entorno como “Patrimonio Inmueble de Andalucía”.

Que todas estas acciones sirvan para que entre todos y por el bien de nuestro pueblo, recuperar esta joya del pasado y que a buen seguro vol verá a ser del futuro.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 133
Los
jardines
del balneario Duatlon 2013
134 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Francisco Carlos Lozano Merino Octubre 2013
JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 135
Los jardines del balneario Escalinatas

Que todos somos capaces de remar en la misma dirección, haciendo nuestro balneario atractivo para que las iniciativas públicas o privadas nos devuelvan el Balneario, si no a ser lo que fue, sí algo de lo que los mar molejeños nos volvamos a sentirnos orgullosos. A mí que soy un hombre por naturaleza, no me cabe ninguna duda.

Muchas gracias.

Francisco Carlos Lozano Merino 136 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 137
Antonio Manuel Herrera Casado 138 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

APROVECHAMIENTOS DEL RÍO GUADALQUIVIR A SU PASO POR MARMOLEJO

“Dijimos que este pueblo está llamado a sufrir una transformación beneficiosa a los intereses de todos. Efectivamente hay dos empresas para la explotación de fuerza hidráulica y generación de energía eléctrica y ambas empresas no tienen el asunto en proyecto sino que cada una está construyendo su corres pondiente presa canal y casa de máquinas. Se proponen dar luz eléctrica a una porción de pueblos de la comarca y a Marmolejo luz y agua. No sería extraño que una de las empresas se decida a construir un tranvía eléctrico desde el pueblo al parque, cosas de consecuencias sumas y de gran comodidad para los concurrentes. Como quiera que el ayuntamiento está decidido a construir el alcantarillado en cuanto esté surtido de aguas, el pueblo ha de ser segura mente un modelo de limpieza e higiene.

No sería extraño y aun creo que pensado está el construir una fábrica que seguramente emplearía muchos jornales siendo un nuevo elemento de bien estar.

Si la muerte no hubiera sorprendido a Don Eduardo León y Llerena cuando se ocupaba con toda la energía que le caracterizaba de impulsar todos estos asuntos, veríamos seguramente implantadas todas las reformas de que hemos hablado, confiamos sin embargo en que empezadas ya las obras y siendo un negocio seguramente bueno no cesarán.”

(Clodomiro Andrés Quesada, Médico de las Aguas de Marmolejo. Memoria anual 1900. Biblioteca Universidad Complutense de Madrid.)

(Se refiere a los aprovechamientos nº 4 y nº 6 de esta ponencia)

Comienzo esta ponencia haciendo un guiño a la expuesta en las I Jor nadas sobre historia de Marmolejo celebradas el pasado año 2014 por don Manuel Perales Solís, sobre la denostada persona de Eduardo León y Llerena y la importancia que tuvo para el desarrollo de nuestro pueblo como referente nacional por sus aguas minero-medicinales y cómo no cejó en este empeño hasta que le sorprendió la muerte en 1900.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 139 Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

Por otro lado, quiero hacer mención, inicialmente también, a la coin cidencia entre el título de estas jornadas “Luz y agua para el desarrollo”, con motivo del Año Internacional de Luz 2015, y la cita del médico del balneario a propósito de las obras de sendos aprovechamientos hidroeléc tricos que en aquellos años se estaban llevando a cabo.

Marmolejo lleva unas décadas viviendo de espaldas al gran río an daluz que baña nuestro término. Pero no siempre ha sido así. Durante siglos ha sido referencia y motor económico de nuestro antepasados, por los múltiples aprovechamientos existentes en él. También por los que se quedaron en proyecto dentro de nuestro término, alguno de ellos muy ambiciosos, como veremos más adelante.

Aceñas (aprovechamientos hidráulicos de rueda vertical) y molinos (de rueda horizontal) existen desde hace unos 2.000 años. En Marmolejo, si se hiciera un estudio riguroso, probablemente veríamos como alguno de estos aprovechamientos tendría su origen en esta época. También batanes para enfurtir paños o norias para elevar el agua se han utilizado desde antiguo.

Para dar un sentido lógico a la exposición se hará siguiendo el curso del río desde su entrada en el término hasta su salida, 25 km. aguas abajo. Por lo tanto comenzaremos por el aprovechamiento más al este de nuestro término municipal.

1. APROVECHAMIENTO DE VILLALBA.

Coordenadas 38º 3’ 33,99”N, 4º 7’ 32,6”W

Tenemos constancia, gracias a documentos existentes en el archivo de los Duques de Baena (AHN), de la existencia de unas aceñas de “pan moler” en el sitio de Villalba, por una venta realizada el 14 de octubre de 1433, además de un batán. (foto 1)

Actualmente el Guadalquivir discurre unos 400 metros más al norte de lo que lo hacía hace 60 años debido a la colmatación del cauce, por lo que el aprovechamiento de Villalba queda en el margen de un sotobosque alejado del río, como se aprecia en la imagen 1.

Podemos apreciar que, cuan punta de iceberg, lo que aflora del an tiguo cauce es una estructura de ladrillo de barro y piedra sin sentido aparente hasta que observamos detalladamente la construcción. (foto 2)

Antonio Manuel Herrera Casado 140 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Fotografía 1. Villalba comparativa.

Fotografía 2. Estructura Villalba.

Una vez apreciado el canal que discurre por la parte superior lo que más llama la atención son las marcas dejadas en ambas paredes de la es tructura que revelan que aquello no era ni más ni menos que el soporte de

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 141
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

una gran noria de unos 10 metros de diámetro utilizada para la eleva ción del agua del río con el fin de regar las decenas de hectáreas que desde inmemorial se vienen culti vando en Villalba. (foto 3)

Es más. Gracias a una antigua fotografía del aprovechamiento de los años 50 y por analogía a otras construcciones como por ejem plo la Noria de la Albolafia, en Córdoba, podemos concluir que el aprovechamiento no solo tenía como fin elevar el agua sino tam bién aprovechar esta fuerza para moler trigo con el movimiento de la propia rueda de la noria. (foto 4)

La existencia de un molino ha rinero queda más patente si cabe por la presencia de cinco grandes ruedas de molino en la puerta del cortijo de Villalba que con toda seguridad eran las que se utilizaban en su arte facto hidráulico. (foto 5)

Antonio Manuel Herrera Casado 142 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Fotografía 3. Marcas Estructura Villalba. Fotografía 4. Villalba antigua.

Fotografía 5. Villalba. Ruedas de molino.

El 14 de abril de 1948, el propietario de la finca por entonces, don An tonio de la Fuente González, recibe autorización de la Dirección General de Obras Hidráulicas para ampliar y reformar el Salto de Villalba y con vertirlo en aprovechamiento Hidroeléctrico. (BOE nº 105, 1948) Cosa que hizo, según testimonio de un trabajador de la finca, aprovechando una rueda vertical de menores dimensiones a la existente como noria pero que, mediante un sistema de engranajes, proveía de movimiento al generador eléctrico a bastantes revoluciones.

Fotografía 6. Villalba. Cultivo de arroz.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 143
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

No cabe duda que esta generación gratuita de energía propició la im plantación del cultivo del arroz en Villalba durante algunas temporadas en los años 50. (foto 6)

El complejo que existía en Villalba quedará bajo las aguas a partir de principios de los 60 con la construcción de la presa de Marmolejo y más adelante, con la colmatación del pantano, bajo el barro y cubierto por un sotobosque.

2. APROVECHAMIENTO DEL BATÁN DE VILLALBA

Coordenadas 38º 4’ 0,55”N, 4º 8’ 54,42”W

Según el ingeniero Rafael de la Escosura en su trabajo “Estadística de los aprovechamientos hidráulicos existentes en la actualidad en el río Guadalquivir” Delegación de Servicios Hidráulicos del Guadalquivir, 1933, al que haremos referencia en varias ocasiones, en el azud del apro vechamiento hidroeléctrico de Batanes, existía antiguamente un batán. Como hemos visto en el primer aprovechamiento, existen documentos del s. XV que citan, vinculado a Villalba, un batán que por cercanía no puede ser otro que el recogido en el estudio de Rafael de la Escosura.

3. APROVECHAMIENTO DEL MOLINO AL FINAL DEL CAMINO DE LA FUENTE OLID

Coordenadas 38º 3’ 45,32”N, 4º 9’22,34”W

Conocemos la existencia de este molino gracias a la referencia que sobre él se hace en el trabajo anteriormente citado de Rafael de Escosura. Habría estado situado donde se construyó la sala de máquinas de la central hidroeléctrica de Batanes. No se tiene ninguna otra referencia sobre él.

4. APROVECHAMIENTO DE LA CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE BATANES

Coordenadas 38º 3’ 45,32”N, 4º 9’22,34”W (foto 7)

En el año 1900, una de las innumerables empresas hidroeléctricas que surgieron en la época, la Hidroeléctrica Vega de Armijo (político liberal como León y Llerena) construye esta central aprovechando, como hemos visto, otras construcciones existentes.

Las personas que estaban detrás de estas iniciativas empresariales de generación eléctrica eran unos auténticos emprendedores ya que el ne

Antonio Manuel Herrera Casado 144 JORNADAS DE
DE MARMOLEJO
HISTORIA

Fotografía 7. Batanes comparativa.

gocio de la electricidad estaba todavía en pañales. Tenían que generar la energía, buscar clientes, construir los tendi dos tanto en los pueblos como las líneas de transporte desde la central, etcétera. (Foto 8)

La central de Batanes te nía un azud de 3,7 metros de altura y un canal de deriva ción de mampostería de 800 metros de longitud hasta la sala de máquinas. Poseía tres turbinas tipo Francis y sumi nistraba energía para alum brado y fuerza a Marmolejo, Villa del Río y Montoro. (Foto 9 y 10)

Fotografía 8. Ilustración esquemática Batanes 1933.

Con motivo de la cons trucción de la central hidroeléctrica de Marmolejo, a finales de los años de 1950, Batanes queda inundada y oculta para siempre. La compañía eléctrica MENGEMOR, que inicia la construcción de la nueva central, ya poseía la de Batanes en los años 30. Todavía pueden observarse en la ubi cación de Batanes dos postes, uno en cada margen del Guadalquivir.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 145
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

Fotografía 9. Presa-vertedero y toma del canal de conducción de Batanes 1933.

Fotografía 10. Central y compuertas de entrada a las turbinas de Batanes 1933.

5. APROVECHAMIENTO MOLINOS HARINEROS DE MARMOLEJO. Coordenadas 38º 3’ 45,32”N, 4º 9’22,34”W

Constaba este aprovechamiento de dos edificios separados por unos metros. El más pequeño, que actualmente se conserva en pie, funcionaba con una rueda de molino, mientras que el otro, algo mayor poseía dos. De este último solo quedan restos de los cimientos y parte de los muros.

Antonio Manuel Herrera Casado 146 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Estos molinos aprovechaban un pequeño azud con un canal de de rivación excavado en la pizarra del río que se dividía en dos para hacer llegar el agua a los dos edificios. (Foto 11)

Fotografía 11. Molinos balneario.

Su construcción podría remontarse a finales del s XVIII o comienzos del XIX y estuvo en servicio hasta los años 20 del siglo XX, ya que el azud se compartió con la primitiva central hidroeléctrica de Marmolejo hasta que fue adquirida por la compañía Mengemor, momento en el cual deja de fun cionar el molino harinero, pasando los trabajadores y dueños del molino (familia Palomares) a prestar servicio para la compañía eléctrica. (Foto 12)

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 147
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo Fotografía 12. Vista dos molinos balneario año 2004.

6º. APROVECHAMIENTO CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE MARMOLEJO

Coordenadas 38º 3’ 32,41” N, 4º 11’ 14,75”W

El proyecto de la Central de Marmolejo es de 1900 y fue ejecutado en por Electra del Guadalquivir, empresa de capital iliturgitano. El proyecto fue firmado por el ingeniero Víctor Allende, Ingeniero de Caminos de la Diputación de Vizcaya.

La construcción se realizó aprovechando el azud de los molinillos que se encontraban en explotación en ese lugar del Guadalquivir, que acabamos de describir. Se construyó en el margen derecho de este azud un canal de mampostería que conduciría el agua hasta el edificio de máquinas, con una longitud de unos 350 metros. La central se proyectó para albergar tres grupos pero siempre funcionó solo con dos. También construyeron un edificio para vivienda de los trabajadores. (Foto 13).

Fotografía 13. Valhondillo año 1911.

En el año 1928 la construcción se amplía y mejoran sus instalaciones tras una riada. Ese mismo año Electra del Guadalquivir es absorbida por la compañía Mengemor. Inicialmente suministraba energía para ilumina ción y fuerza motriz a Marmolejo y otras poblaciones de la comarca, lle gando hasta Bailén y Baños de la Encina. (Fotos 14 y 15)

Para su construcción se abrió en 1900 el camino que va desde el puente hasta la central y desde entonces también es utilizado como principal vía de acceso a la sierra de Marmolejo.

Antonio Manuel Herrera Casado 148 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Fotografía 15. Cuadro mandos Valhondillo año 1933.

Estuvo en funcionamiento hasta que el azud y canal del que tomaba el agua se inutilizó a finales de los años 50 del siglo XX para la construcción de la actual central hidroeléctrica de Marmolejo. (Foto 16)

A la fecha de la celebración de estas Jornadas aún resiste en pie, pero sin cubierta, el edificio de la central hidroeléctrica, totalmente desman telado y expoliado; parte del canal de conducción del agua con una de las compuertas de aliviadero, relleno y con eucaliptos plantados en él. La

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 149
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo Fotografía 14. Valhondillo año 1933.

casa de los trabajadores fue derruida en el año 2010 dentro de un plan de “mejora paisajística” suscrito entre la Consejería de Medio Ambiente y la empresa propietaria.

7º. APROVECHAMIENTO MODERNA CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE MARMOLEJO

Coordenadas 38º 3’ 35,33” N, 4º 11’ 7,86”W

El 30 de noviembre de 1916, Alfonso XIII inaugura en Mengíbar la central hidroeléctrica que allí construyó la compañía Mengemor. Apro vecharon la ocasión los ingenieros propietarios de la compañía, para con vencer al Rey de España de la idoneidad y oportunidad que supondría llevar a cabo el gran sueño ilustrado de hacer navegable el Guadalquivir desde Sevilla hasta Córdoba. La idea entusiasmó tanto al monarca como a empresarios y la elite dirigente ya que supondría una oportunidad de desarrollo para la región sin precedentes. (Foto 17)

El proyecto se planteó mediante la construcción de once presas-es clusa. De estas, algunas de ellas llevaban aparejadas la incorporación de centrales hidroeléctricas que darían servicio a la creciente demanda que se esperaba de energía eléctrica y que ya empezaba a ser patente en toda España. A los problemas técnicos surgidos en la ejecución del proyecto se sumó la Guerra Civil, que paralizó cualquier proyecto de esta enver gadura. Tras la guerra se retoma el proyecto pero finalmente de las once presas solo se construyen tres. Sin embargo la demanda de energía seguía

Antonio Manuel Herrera Casado 150 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Fotografía 16. Valhondillo 2004.

creciendo, siendo ya una realidad a la que las autoridades tenían que dar respuesta. Se autoriza entonces a Mengemor, como compensación a esas centrales hidroléctricas aguas debajo de Córdoba que no se construyeron, a construir la nueva presa de Marmolejo. El proyecto, firmado a finales de los años 50, comienza a ejecutarlo Mengemor pero justo durante las obras la empresa es absorbida por la compañía Sevilla de Electricidad. (Foto 18)

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 151
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo Fotografía 17. Construcción presa. Fotografía 18. Marmolejo en contrucción.

Su construcción supuso todo un acontecimiento para nuestra locali dad durante los años de su construcción dando mucho trabajo y gene rando importantes ingresos y desarrollo para nuestro pueblo.

En los último años existe la voluntad de demoler esta construcción por parte de algunos colectivos del municipio de Andújar que hacen res ponsable a la presa del peligro de inundación de tierras de cultivo y un polígono industrial en esta zona.

Actualmente pertenece al área de ENDESA Generación, de la empresa ENDESA. (Foto 19), (Foto 19-2)

Fotografía 19. Perspectiva centrales.

Fotografía 19-2. Aérea tres ap. Marmolejo.

Antonio Manuel Herrera Casado 152 JORNADAS
DE MARMOLEJO
DE HISTORIA

8º. APROVECHAMIENTO HIDROELÉCTRICO EN EL SALTO DEL LOBO

Coordenadas 38º2’30,41” N, 4º12’18,24”W

El Salto del Lobo es un paraje marmolejeño en el río Guadalquivir. Es conocido por ser una especie de rápido con afloramiento de conglomerados en mitad del río que rompe su silencioso discurrir al estrechar su cauce.

No cabe duda de que la oro grafía el y afloramiento rocoso hicieron al paraje candidato para albergar un aprovechamiento hidroeléctrico. Fue la misma em presa que construyó la Central de Marmolejo en 1900, Electra del Guadalquivir, la que ese mismo año presenta un proyecto para la construcción de una presa y su co rrespondiente sala de máquinas y canal de derivación de las aguas, metros abajo en la orilla izquierda del Guadalquivir. (Foto 20) Años más tarde, en 1913 vuelve a presentar el proyecto al Ministerio de Fomento a través de don Luis del Mármol y Aguado, gerente de la Sociedad Electra del Guadalquivir, realizando el correspondiente depósito por el 1% del coste total del proyecto. Finalmente este proyecto decayó a favor del de Casas Nuevas, por lo que en el año 1917 remiten escrito solicitando la devolución del depósito del Salto del Lobo. (Foto 21)

Fotografía 20. Salto del Lobo 1900.

En realidad, sospecho que el Salto del Lobo encierra mucha más his toria que este intento de construir allí una “fábrica de luz”, el paraje se

Fotografía 21. Salto del Lobo 1913.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 153
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

encuentra al final del camino medieval de Recoche y los conglomerados en mitad del río tienen evidente signos de ser de origen humano, lo que hace sospechar que, debido a la poca distancia a salvar entre bloques, que aquel ha sido la ubicación de un sen cillo puente anterior al re nacentista de San Bartolomé que todos conocemos. Antes de su construcción, en el s. XVI tendría que existir una infraestructura para cruzar desde la sierra a la campiña en esta parte del río y me in clino a pensar, conociendo el río, que es éste el lugar más evidente para tal fin. Siendo una simple hipótesis, ahí queda para quien esté interesado en investigar sobre ella. (Foto 22)

9º.

Fotografía 22. Salto del Lobo actual.

APROVECHAMIENTO MOLINOS DE ROPERO

Coordenadas 38º0’49,47” N, 4º10’26,32”W

Existe poca información sobre este aprovechamiento más allá de la existencia de un molino harinero. Éste aparece reflejado en el plano de 1740 realizado con motivo del pleito por la propiedad de La Aragonesa existente en el Archivo Histórico de Andújar. (Foto 23) Se desconoce si los tres arcos con los que aparece en el plano pertenecen a tres bóvedas de tres piedras para moler o es sólo una representación.

Un siglo más tarde aparece en el proyecto del ferrocarril a su paso por Marmolejo como “molino antiguo” (Foto 24)

Ya a principios de la segunda década del s. XX aparece en otra repre sentación como “aceña abandonada” (Foto 25)

Hoy, gracias a la bajada del nivel del río por la rotura de las compuertas de Casas Nuevas, podemos observar los restos de los molinos de Ropero. (Foto 26)

Antonio Manuel Herrera Casado 154 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

Fotografía 23. Ropero 12.

Fotografía 24. Ropero FC.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 155

Fotografía 25. Ropero 1914.

Fotografía 26. Ropero 2014.

Antonio Manuel Herrera Casado 156 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

10º. APROVECHAMIENTO ACEÑA PERDIDA

Coordenadas 38º0’36,86” N, 4º11’34,48”W

Gracias a varias referencias documentales se conoce la existencia de unos molinos entre los de Ropero y Casas Nuevas. Aparecen representa dos en el plano anteriormente citado de 1740. (Foto 27) Ya en él, la leyenda correspondiente al número 14 se refiere a ellos como “Molinos perdidos”. Para hallar su ubicación me he servido de la siguiente cita existente en el Archivo Histórico Provincial de Jaén.

Leg. 7596, fol. 659. Catastro de Ensenada. 28-VI-1752.

DOÑA MARIA

BEATRIZ DE PIÉDROLA

ACUÑA Y SERRANO, ve cina a la c/ Hospitales, de 72 años. -fol. 667.

“Vnos molinos de pan moler en el sitio del Ejido / de San Julián, ca mino de Córdoua, termino de esta / ziudad, 50 baras distantes de la orilla de el Río / de Guadalquivir por el sur, y dos leguas de ella / inmediatas a la hermita de San Julián, hoy está perdidos, e imposibilitado / su vso por auerlos dexado el río y allarse / alimados y sin ningunos pertrechos”.

Sabemos que la venta de San Julián y su ermita se encontraban donde está actualmente la Estación de Servicio Tamoil. Con estos datos y la ima gen de un plano de principios de los años 20 del s.XX. (Foto 28) se puede ubicar perfectamente estos molinos en el lugar donde estaba la huerta de “El Gabrielico” y posteriormente la cuadra del toro semental de la Vaque ría de San Julián. (Foto 29)

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 157
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo
Fotografía 27. Perdida.

Fotografía 28. Perdida dos.

Fotografía 29. Perdida tres.

Antonio Manuel Herrera Casado 158 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

11º. APROVECHAMIENTO MOLINOS DE CASAS NUEVAS

Coordenadas 38º1’22,3” N, 4º12’56,76”W

Casas Nuevas por sí solo, su historia e importancia dentro de la comarca, daría para un monográ fico, pero se presenta aquí, den tro del contexto de los diferentes aprovechamientos, a grandes pinceladas. (Foto 30)

En la representación más an tigua que tenemos, la de 1740, aparece un complejo de grandes dimensiones junto a un gran cor tijo también que desapareció con la gran riada que se sufrió en 1924.

Lo molinos constan de dos edificios independientes pero intercomunicados mediante un puente. El complejo constaba de 6 piedras de moler, tres en cada edificio, al menos desde principios del s. XVII.

La estratigrafía muraria de los edificios presenta numerosas repara ciones, refuerzos y ampliaciones, por lo que no se puede establecer con certeza la antigüedad de las construcciones. Por los lienzos interiores se podría tratar de una construcción del s. XI, pero la base podría ser anterior. (Foto 31)

La importancia que para la comarca han tenido estos molinos como centro de transformación del trigo en harina para un alimento tan básico como el pan, lo demuestran varios acontecimientos documentados que han llegado hasta nuestros días.

El más antiguo data de septiembre de 1463. En aquellos años anda ban enfrentados el Marqués de Villena y el Condestable Lucas Iranzo. Los hombres de éste último asaltaron y atacaron los molinos de Casanueva, que tenía en aquella época una torre de defensa y soldados allí destacados, rompiendo las piedras y llevándose la harina al castillo de Marmolejo. (“Relación de los Hechos del muy Magnífico e más Virtuoso Señor, el Se ñor don Miguel Lucas, Muy Digno Condestable de Castilla”. Juan Cue

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 159
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo
Fotografía 30. Molinos Casas Nuevas.

vas

2001)

En febrero de 1626, tras un par de meses de lluvias incesantes que había provocado grandes destrozos en edificios, murallas y puentes, no era posible moler trigo por la gran cantidad de agua que llevaba el Gua dalquivir. Los únicos que molían eran los de Casas Nuevas y por orden el cabildo de Andújar se ordenó que cuatro de sus piedras se dedicaran a moler el trigo de los lugareños y el resto para los forasteros. (Actas Capi tulares de Andújar).

Más tarde, en mayo de 1863 a la vista de que la construcción del ferro carril no incluía un paso a nivel en el camino de los moledores de Porcuna, desde el ayuntamiento de Marmolejo se pide a la empresa que se cons truya un paso a nivel para que se siga utilizando el camino que “desde inmemorial vienen usando los vecinos de Lopera y Porcuna para moler en Casas Nuevas” (Foto 32).

Los molinos estuvieron funcionando como tales hasta los primeros años del s.XX, fecha en los que fueron adquiridos por Electra del Guadal quivir. Hasta esos años los molineros o aceñeros que por allí pasaron tra bajando dejaron su impronta a través de grafitis en las paredes de los mo linos, bien con su nombre o con símbolos de su creencia particular como cruces o estrellas de David, lo cual supone una prueba de la antigüedad y cantidad de gentes que debieron pasar por este lugar. (Foto 33)

Antonio Manuel Herrera Casado 160 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Mata, Juan del Arco Moya, José del Arco Moya. Universidad de Jaén, Ayuntamiento de Jaén. Fotografía 31. Casas Nuevas interior.

Fotografía 32. Casas Nuevas antigua.

Fotografía 33. Casas Nuevas grafitis.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 161
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

12º. APROVECHAMIENTO CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE CASAS NUEVAS

Coordenadas 38º1’21,65” N, 4º12’57,26”W

Con la revolución que supuso la introducción de la energía eléctrica en los procesos de transformación del grano en harina, las instalaciones se alejan de los ríos y se construyen grandes molinos con unos rendimientos incomparables a los obtenidos con la energía hidráulica. Cientos de mo linos harineros se abandonan y Casas Nuevas fue uno de ellos, tras, probablemente, 800 años de funcionamiento. La industria desaparece pero el aprovechamiento e infraestructura están ahí.

En los primeros años del s.XX las instalaciones y derechos son adquiridos por Electra del Guadal quivir que para el año 1903 ya estaba realizando trabajos para la construcción de una gran central Hidroeléctrica.

Como anécdota o revelación de la importancia del lugar, incluyo en este punto la noticia publicada en la revista Don Lope de Sosa nº 51, marzo de 1917. (Foto 34) “…al hacer excavaciones para asentar los cimientos de otra fábrica de energía eléctrica entre Marmolejo y Villa del Río. El hallazgo se diferencia del de la espada de Mengíbar, en que el arma, si bien fue encontrada en el lecho del río, estaba me tida dentro de una roca volada por un barreno que, de ese modo, la puso al descubierto, a un metro de bajo del fondo del río, cuyo curso probablemente se desviaba, en época lejana, del que traza actual mente.”

A diferencia de la construida junto al arroyo Valhondillo y la proyectada en el Salto del Lobo, que ambas incluían un canal de derivación cap tando el agua en un pequeño azud, en Casas Nuevas se planeaba construir un salto de más de 6 metros de labio fijo, situando la casa de máquinas en un extremo del azud, en el margen izquierdo. Aunque las obras comenzaron mucho antes, el proyecto se presentó el 14 de febrero de 1914 al Ministerio de Fomento realizando un depósito de 2.119,7 pesetas, equivalentes al 1% del presupuesto de ejecución de las obras. (Foto 35 y 36)

Fotografía 34. Espada íbera.

Antonio Manuel Herrera Casado 162 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Fotografía 35. Proyecto original.

Fotografía 36. Imagen genérica.

En aquellos años los molinos tenían un aprovechamiento de 6.000 m3/sg. Con la construcción de la central se solicitó una ampliación a 12.000 m3/sg.

En el año 1924 el Guadalquivir sufrió una crecida que si bien no fue de las mayores, sí fue bastante dañina en la zona de San Julián. Literalmente

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 163
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

el río se comió 5 Ha de terreno de cultivo, el cortijo de Casas Nuevas y las viviendas de los trabajadores de la central, dejando además la central hidroeléctrica construida en el margen izquierdo, en el centro del nuevo lecho del río. Según testimonio de personas que vivieron aquel suceso, los trabajadores y sus familias viendo que el nivel del río estaba subiendo, fueron a pasar la noche a los cortijos cercanos que estaban más elevados. Ya por la mañana vieron desolados cómo el Guadalquivir se había llevado todo lo que tenían. Hubo que presentar un proyecto de ampliación para volver a poner en funcionamiento el aprovechamiento. (Foto 37).

Fotografía 37. Proyecto 1926.

Esta circunstancia fue aprovechada por Electra del Guadalquivir para solicitar una segunda ampliación del caudal hasta los 24.000 m3/sg., apro vechado para generar energía eléctrica mediante la construcción de una segunda central junto a la ya existente. Se construyó una pasarela y los cimientos de la nueva central a la espera de la ampliación de la concesión. También se construyó en una zona elevada un edificio de viviendas para los trabajadores que incluía una escuela donde todos los niños de los cor tijos cercanos iban a aprender a leer y escribir. (Foto 38)

La ampliación de caudal nunca fue autorizada y la segunda central y sus cimientos se quedaron esperando. El 28 de diciembre de 1928, las

Antonio Manuel Herrera Casado 164 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

explotaciones de la Sociedad Electra del Guadalquivir son adquiridas por la Compañía Mengemor. (Foto 39)

Fotografía 39. Nueva Casas Nuevas.

Justo cuando se construía la nueva central hidroeléctrica de Marmo lejo, la de Casas Nuevas cesó su producción debido a la antigüedad de los equipos, siendo desmantelada toda la maquinaria por un chatarrero a principios de los años 70. Desde entonces está abandonada sufriendo el paso del tiempo y los rigores de encontrarse en el cauce del Guadalquivir. En los próximos años si no se interviene, ni los centenarios molinos ni la central aguantarán más envestidas del río que las alberga y acabarán arra

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 165
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo Fotografía 38. Casa Casas Nuevas años 50.

sadas, perdiéndose este importante patrimonio para siempre. Estamos a tiempo.

En la riada del año 2010 sus compuertas de traviesas de madera no resistieron más y reventaron perdiéndose desde entonces el nivel del re manso casi 100 años después.

Su actuales propietarios, ENDESA, están a la espera de una amplia ción del caudal (como en los años 20) para explotar de nuevo el salto cons truyendo una minicentral hidroeléctrica en el margen izquierdo del salto de 300 metros de longitud. (Foto 40)

13º. APROVECHAMIENTO PROYECTO DE CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE TRAFALGAR

El singular paraje de Trafalgar es un recóndito y poco accesible zona del Guadalquivir donde existe un salto natural. Esta circunstancia iba a ser aprovechada a principios del s.XX. en 1907 para construir una central hidroeléctrica. Este proyecto nunca se ejecutó y simplemente quedan al gunas marcas de los técnicos que anduvieron por allí tomando datos para levantar los planos. (Foto 41 y 42)

Como la central de Batanes y Marmolejo, y la proyectada en el Salto del Lobo, iba a ejecutarse el aprovechamiento mediante un azud apro vechando el desnivel natural del río, un canal de derivación y la casa de máquinas, aguas abajo. (Foto 43)

Antonio Manuel Herrera Casado 166 JORNADAS
DE MARMOLEJO
DE HISTORIA
Coordenadas 38º2’14,03” N, 4º14’27,18”W
Fotografía 40. Casa Casas Nuevas complejo.

Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

Fotografía 41. Proyecto Trafalgar

Fotografía 42. Proyecto Trafalgar II.

Fotografía 43. Salto Trafalgar.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 167

14º. APROVECHAMIENTO PROYECTO DE CENTRAL DE DERIVACIÓN

DEL PANTANO DEL RÍO YEGUAS

Coordenadas 38º1’21,65” N, 4º12’57,26”W

El Pantano del Yeguas era un proyecto pendiente de ejecutarse en Marmolejo desde el año 1902 para regular el cauce del Guadalquivir y poner en riego una parte importante del vega alta de Córdoba. El primer emplazamiento de este pantano era la Cerrada del Valquemado, 20 kiló metros río Yeguas arriba de su ubicación definitiva.

Años adelante, en el contexto de la Reforma Agraria de la II República en 1935, se plantea construir el pantano donde se construyó en los años 80, pero con una presa de derivación que serviría para captar el agua utilizán dose a la vez como central hidroeléctrica. (Foto 44 y 45)

La central de derivación era una mole de 20 metros de alto que tenía el aprovechamiento y captación del agua para riego en la orilla de Marmo lejo pero su acceso en la orilla de Montoro. (Foto 46, 47 y 48)

Fotografía 44. Ubicación presa derivación.

Antonio Manuel Herrera Casado 168 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Fotografía 45. Ubicación presa derivación.

Fotografía 46. Representación presa derivación.

Fotografía 47. Alzado presa derivación.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 169
Aprovechamientos del Río Guadalquivir a su paso por Marmolejo

Fotografía 48. Planta presa derivación.

Como otros proyectos, este tampoco vio la luz, aunque en este caso podríamos decir que solo a medias ya que el pantano del Yeguas, como todos sabemos, sí se acabó ejecutando en la zona de la Herradura.

BIBLIOGRAFÍA Y ARCHIVOS CONSULTADOS

Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares.

Archivo del Ministerio de Fomento. Madrid. Archivo Histórico Municipal de Andújar. Archivo de los Duques de Baena. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacio nal. Portal PARES. Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Archivo de la Fundación de Ferrocarriles Españoles. Madrid. Biblioteca digital. Universidad Complutense de Madrid. “Estadística de los aprovechamientos hidráulicos existentes en la actualidad en el río Guadalquivir” Delegación de Servicios Hidráulicos del Guadalquivir. Rafael de la Escosura.1933

Compañía Sevillana de Electricidad 100 años de historia. Fundación Sevillana de Electricidad. 1994.

El Guadalquivir: Canalización y Electricidad. Fundación ENDESA. 2013. Evolución y tipos de Molinos Harineros. José Miguel Reyes. 2001. Catálogo digital de cartografía histórica. Instituto de Cartografía y Estadística de Andalucía. Consejería de Economía y Conocimiento.

Antonio Manuel Herrera Casado 170 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

SURGENCIAS DE AGUA EN EL ENTORNO DE MARMOLEJO

Francisco Javier Murillo Perales

1. INTRODUCCIÓN

Buenos días, excelentísimo Señor Alcalde de Marmolejo, Señor Conce jal de Cultura, compañeros ponentes, familiares, amigos y amigas.

La sombra se ha dormido en la pradera. Los manantiales cantan.

Frente al ancho crepúsculo de invierno mi corazón soñaba.

¿Quién pudiera entender los manantiales, el secreto del agua recién nacida, ese cantar oculto a todas las miradas del espíritu, dulce melodía más allá de las almas?

Luchando bajo el peso de la sombra, un manantial cantaba. Yo me acerqué para escuchar su canto, Pero mi corazón no entiende nada. FragMento de Manantial (Federico garcía lorca)

Sírvame este fragmento del Libro de Poemas titulado Manantial de Federico García Lorca para resaltar la importancia que tiene el agua, en nuestra vida, ya que el cuerpo humano está compuesto de un 70 por ciento de agua. Los manantiales además de ser principio de vida, generan a su alrededor un secretismo, un ambiente misterioso donde nos preguntamos ¿qué tiene el agua que aflora como arte de magia? Digo magia, para los que no tenemos muchos conocimientos sobre el tema, pero para los inge

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 171
Surgencias de agua en el entorno de Marmolejo

nieros y estudiosos seguro que no hay nada de magia, sino que tiene unas causas y explicaciones. ¿Cómo el hombre, tan inteligente como es, que fabrica toda clase de objetos, no puede fabricar agua cuya composición molecular es la más sencilla? Todo lo que envuelve al líquido elemento es algo misterioso.

Si lanzara a los asistentes la pregunta ¿qué es un manantial?, seguro que todos sabrían explicarlo. Un manantial es, según Morell Evangelista, “como una surgencia (brote) de agua natural subterránea”, sin entrar a hablar de la calidad o el origen de sus aguas. Pero, si preguntara ¿sabrían decirme si es lo mismo un manantial que una fuente? posiblemente en nuestra mente aparezca una problemática ya que normalmente tanto ma nantial como fuente lo usamos de igual manera. Se pueden, por tanto, usar como sinónimos, pero los manantiales son nacimientos de agua, es decir, agua subterránea que brota (donde distinguimos los naturales y ar tificiales) y esos manantiales, adecuados por el hombre para su mejor y fácil aprovechamiento, son los que llamamos fuentes.

La situación geográfica y la constitución del subsuelo hacen que el término de Marmolejo sea rico en surgencias de agua, siendo múltiples los ejemplos. Quién no ha escuchado o ha estado en la Fuente Conejito, la Fuente la Vía, la Fuente la Teja, la Fuente del Laurel, la Fuente los Perros… Todas estas surgencias de agua tienen unas características en común, pri mero porque brotan de forma natural de las capas interiores de la tierra y segundo porque tienen el agua natural de mejor calidad, que le viene dada por su amplio recorrido por debajo de la tierra que actúa como filtro, a modo de depuradora natural, eliminando todos los contaminantes.

Tenemos la suerte de que nos atraviesa un gran río, el Guadalquivir. Lo voy a tomar como referencia en este texto para hablar de aquellos que se encuentran a lo largo de su curso, menos uno, el cual, aunque no está en la cercanía de su curso, no podía dejar pasar hablar de él. Todos los pueblos, en cierta medida, tienen una historia ligada a los manantiales, ya que estos forman parte de su cultura y de su tiempo pasado, presente o futuro, por eso, lo que me propongo con esta exposición es dar a conocer la historia de las mismas o relacionarlas con algún acontecimiento histó rico donde tuviera un cierto protagonismo; dicho de otra manera, conocer la historia social y económica de Marmolejo a través del estudio de las fuentes.

De los alrededor de cuarenta manantiales o surgencias de agua localizados en el término de Marmolejo, aquí voy a analizar los seis más signi

Francisco Javier Murillo Perales 172 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Surgencias de agua en el entorno de Marmolejo

ficativos: la Fuente Olid, la Fuente Moyanico, la Fuente de los Socialistas, la Fuente de la Paz, La Campana y la Fuente de la Zarza, como se puede observar en la fotografía aérea (fotografía 1).

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 173
Fotografía 1. Localización de los manantiales.

2. FUENTE OLID.

En lo que conocemos comúnmente como “Las Torrecillas” se ubica nuestra primera parada. En dicho entorno, cerca del río Guadalquivir, se encontraba situado un molino harinero, a un kilómetro aguas arriba se ha llaba un batán (artilugio para curtir la piel), que trae consigo que exista un acceso al público que quiere ir al batán y un accidente geográfico en forma de una gran pared vertical de la cual parece ser escurría una laminita de agua. La fuente se ubica en dicho lugar, donde se va a percibir en la tierra un pequeño encharcamiento (chortal) o humedad por lo que se deciden a realizar las pertinentes obras para poder poner en uso su aprovecha miento. Por tanto es de naturaleza artificial. ¿Saben ya de que fuente estoy hablando? De la Fuente Olid, como pueden ver en la imagen. (fotografía 2)

Fotografía 2. Localización de la Fuente Olid.

En el año 1751, en nuestro catastro, ya aparece la fuente con ese nom bre, teniendo que destacar que el apellido Olid había existido desde la Edad Media en la ciudad de Andújar, teniendo algunos ejemplos como D. Pedro de Lucena Olid, María de Olid o D. Manuel Salcedo Olid. Cerca de la fuente se encontraba situado un molino (arrendado a Juan Mateo de Serna, natural de Andújar pero residente en Marmolejo), cuya existen-

Francisco Javier Murillo Perales 174 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

cia se relaciona con el hecho de que se hable también de un Camino de las Aceñas de Olid. Muy importante es la toponimia, ya que a través de la misma sabemos aspectos sobre diferentes lugares como por ejemplo si están relacionados con una persona, la actividad que se realizaba o algún otro rasgo característico que hubiera en la zona. En este caso, aparte de la fuente se nombra también una Cruz de Olid (información que me propor cionó Eloy Jiménez Jiménez)

Entre sus características técnicas podemos señalar que pertenece a la cuenca del Guadalquivir, de surgencia forzada (excavan y acondicionan) y ubicada en “las Torrecillas” situada a 195 metros sobre el nivel del mar, de agua potable y lo que todos estáis pensando que no he dicho, pero que sí voy a decir, el venero no se “venía abajo”, no se agotaba, por lo que podemos estar hablando de que tenía un caudal de aproximadamente entre 0-10 l/sg.

¿Qué características arquitectónicas tenía dicha fuente? La fuente en principio, era un pozo al cual se le acondicionó con una alcobilla y como nos da a conocer Manuel Perales Solís1, en 1923 se le proviene de dos cu bos de madera, con cadena y polea impidiéndose así que en dicha fuente penetren otras vasijas. A ella se llegaba a través de un camino tradicional que comunicaba Marmolejo con Batanes.

El referente arquitectónico (fotografía 3 y 4), es una fuente de característi cas parecidas a la fuente del Ciprés, que se encuentra en la parte derecha del camino “entre dos cerros”, según se sube aproximadamente un poco más a la mitad del mismo (información que me proporcionó Alfonso Perales Torralbo).

1

Fotografía

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 175
Perales Solís, M., La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII: 1900-1931, Marmolejo, 2002, pg 262. Fotografía 3. La fuente del Ciprés. Fotografía cedida por Alfonso Perales Torralbo. 4. Detalle de la fuente del Ciprés. Fotografía cedida por Alfonso Perales Torralbo.

¿Cómo llegaba el agua a los vecinos-as de Marmolejo? Las personas de este tiempo (hasta aproximadamente mediados del siglo XX), eran abastecidas de agua por unos carros-cuba de tracción animal donde un mulo o burro, tiraba de un carro donde se ubicaba una cuba llena de agua, que iba por las calles de Marmolejo, repartiendo el agua (fotografía 5). Lle naban el agua en su mayoría de la Fuente los Carros, donde el espacio estaba acondicionado para que sin muchas maniobras el carro quedara acoplado para poder cargar el líquido elemento.

Fotografía 5. El carro-cuba por las calles de Marmolejo.

Esta Fuente los Carros, tenía un problema muy serio que no era otro sino que era de caudal corto, por lo que se agotaba. Ante tal obstáculo, es cuando aparece la importancia de la Fuente Olid, conocida como “la llave del pueblo”, que supongo será porque sin ella a Marmolejo le hubiera sido muy complicado ese abastecimiento de agua de calidad, ya que va a ser la que surta de agua a Marmolejo cuando la Fuente los Carros se agotaba y cuyo caudal, quiero incidir, no se agotaba.

Otro ejemplo de carro-cuba lo vemos (fotografía 6) cargando agua en el pozo del Paseo. No solo cargaban los carros sino que también iban a por agua las personas con sus vasijas. Según se observa la fotografía, tene mos un primer cuerpo, es decir, hasta la cornisa; el segundo cuerpo sería un depósito, al cual ya en ese tiempo un motor eléctrico subiría el agua arriba, que almacenaría el agua para cuando los carros llenaran. Se puede

Francisco Javier Murillo Perales 176 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

ver la serie de tuberías puestas para hacer esa actividad de llenar la cuba mucho más cómoda. Ahora ya no tenían que desplazarse a la Fuente los Carros o la Fuente Olid para cargar el agua. También es muy significativo que en dos esquinas del edificio se encuentran dos farolas para el alum brado. Hoy se sitúa la fuente ornamental del paseo, que es donde acababa el primer trayecto del paseo. Una segunda ampliación llegaba hasta lo que conocemos como la Pista Roja y la última ampliación que iba desde esa Pista Roja hasta la conocida Torre de Copa. Si se observa con detenimiento la fotografía incluso se puede ver que el acerado es el mismo que tenemos hoy y el bordillo creo que es el de los jardines centrales.

Al fondo vemos, que se estaba edificando el depósito conocido como La Torre de Copa, cuya función era que por la propia gravedad el agua lle gara a cada casa de la localidad. Se realizaba una captación en el Jándula, que subía el agua a unos depósitos situados en un lugar conocido como “El Rincón” que a través de unos grandes motores subirán el agua a la Torre. Es curioso que la tubería atravesara el Guadalquivir aprovechando la presa de Batanes.

En la segunda mitad del siglo XX, el uso de las fuentes en general va a decaer y como es lógico a la Fuente Olid no le fue indiferente. ¿Qué hace que ya no se vaya a la fuente a por agua de manera tan asidua? Pues si no tienes que ir a por agua, es que ya la tienes mucho más afable, lo

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Fotografía 6. El pozo del Paseo. Al fondo, la Torre de Copa en construcción. Año 1942.

que nos quiere decir que ese motivo es la existen cia del agua potable ya en las casas de Marmolejo. A partir de ahora, en las ca sas había un grifo donde ya caía agua por lo que no eran necesarios los carroscuba que la traían del ma nantial al pueblo y decae su uso.

Por tanto, la impor tancia histórica le viene dada por su agua pota ble, su cercanía al pueblo y porque está vinculada a la empresa de Batanes, que cuando en el año 1900 se comienza a construir la central en ese enclave la Fuente Olid estaba vincu lada a la empresa eléctrica Vega de Armijo, que pre tendía con la construc ción de la Central hidroeléctrica llevar luz y agua al pueblo de Marmolejo, pero el proyecto2 no se llegó a realizar. Por eso se puede pensar que el mantenimiento de dicha fuente era llevado a cabo por los trabajadores de la empresa afincada allí, pasando en años posteriores a ser una labor del Ayuntamiento de Marmolejo.

Fotografía 7. La fuente Olid en la actualidad.

En la actualidad su estado es de dejadez y totalmente cegada por el sedimento depositado por las crecidas del río como pueden ver en la ima gen. (fotografía 7)

2 Proyecto que se encuentra en la Memoria del Médico del Balneario de Marmolejo de 1900.

Francisco Javier Murillo Perales 178 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

3. LA FUENTE MOYANICO

Descendemos río abajo, por el curso del Guadalquivir dejando atrás la central eléctrica de Valhondillo, con sus molinos harineros y su casa de máquinas, avistando ya a pocos metros nuestro Balneario y el puente renacentista, observando que una vez pasado, en el margen derecho nos encontramos con el conocido como arroyo Seco. Pasando el puente que tiene dicho arroyo, a la derecha sale un camino que nos va a llevar a la siguiente parada, la conocida Fuente Moyanico, cuya situación es la que pueden observar. (fotografía 8)

Una fuente, situada a 220 metros sobre el nivel del mar, perteneciente a la cuenca del Guadalquivir, no se agota por lo que su caudal es de 1-10 l/sg y es de surgencia natural. Situada en una finca de olivos, en el sitio denominado arroyo Ana Perales, cuyas aguas brotan por las grietas de una roca arenisca, son medicinales y propiedad de la familia Benceslada. Unas aguas recogidas en un pilón labrado en la misma roca donde brotan (fotografía 9), que ya eran conocidas desde tiempos inmemoriales, y de las que pronto se demostró que tenían unas excelencias o virtud medicinal, apoyada en la publicación periódica de estadísticas, en las que aparecían gran cantidad de enfermos que recobraban la salud o que consiguen una notable mejoría de sus dolencias. Los análisis de dichas aguas se encon-

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 179
Surgencias de agua en el entorno de Marmolejo
Fotografía 8. Localización Fuente Moyanico.

Fotografía 9. Detalle del brote del agua en la fuente Moyanico.

traban en la Memoria publicada en abril de 18853.Unas aguas recogidas en un pilón labrado en la misma roca donde brotan, por tanto de propiedad y uso exclusivo de sus dueños.

Junto a esta fuente, no debemos de olvidar que nos encontramos en un tiempo donde ya existía una fuente agria, en el cauce del río Guadal quivir (margen izquierdo), cuya calidad de las aguas era extraordinaria y bien conocida por todos. El Ayuntamiento de Marmolejo, en dicha época, no contaba ni con la capacidad económica necesaria para ponerlo en ex plotación, ni con las personas con unos conocimientos adecuados para que llevaran la gestión de tal fuente. La situación económica de la casa consistorial era delicadísima, saliendo a subasta el manantial. Al salir a la venta pública, fue comprado por Eduardo León y Llerena, una perso nalidad muy influyente en la época, destacando que a la Fuente Agria le salieron más “novias”, es decir, otras personas que se interesaron por su adquisición.

Ahora es aquí donde lanzo una pregunta, ¿lo compró mal o bien? ¿Positiva o negativa fue dicha compra? ¿Se puedo hacer de otra forma?

3 Dos palabras sobre las aguas del Moyanico en Marmolejo. Julio de 1888. Página 6.

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Cada cual tendrá su propia opinión, que seguro daría para varias horas de debate, pero lo que está claro es que Eduardo León y Llerena compra la Fuente Agria una vez que sale a subasta, ya que dicha compra está dentro del periodo de la desamortización de Madoz (1885), pudiéndose comprar ya bienes de los ayuntamientos. Lo cierto es que hizo efectiva su compra y viendo que existía una atmósfera muy favorable y en auge en torno a los Balnearios, decide invertir, adaptándolo con éxito. En un principio, las aguas de la Fuente Moyanico eran tomadas por todas las personas que se acercaban al manantial, de manera gratuita, siendo tomadas por gran cantidad de personas con menor poder adquisitivo. Los propietarios del Moyanico, van a ir viendo que sus aguas tienen éxito. Incluso Juan de Pi nedo, arrendatario de Juan Benceslada, afirma que las aguas del Moyanico “por su situación gozan merecida y predilecta consideración sobre sus si milares en el mismo término”4, por lo que van a poner en marcha todos los procedimientos para poner en explotación dicho manantial, poniendo gran énfasis que en principio las aguas se dan de manera gratuita.

La Fuente Moyanico contaba con todo a favor para que sus aguas llegaran a tener un éxito sin precedentes por varios motivos, entre los que se encuentran: la demostrada bondad y virtud medicinal de sus aguas y la ventajosa situación donde se encuentra que hace que no se mezclen o se contaminen con las aguas del Guadalquivir. En dicho lugar, nunca se pensó en construir ningún establecimiento, solo se quería una autoriza ción para vender las aguas al igual que habían conseguido otros lugares como las aguas de Carabaña, las de la Aliseda en Jaén, las de la Inesperada en Ciudad Real y así una larga lista que se extiende por todo el territorio peninsular.

Se suplica por activa y pasiva que se realice ese trámite burocrático, con arreglo a la Ley de Sanidad, para la Fuente Moyanico, pero nada más lejos de la realidad, dicha autorización no llega por más que insisten los dueños de la fuente. Como he dicho anteriormente, las aguas eran de dación gratuita, hasta aquí todo normal, pero en el momento en que los dueños van a pedir permiso para su venta y sean declaradas de utilidad pública, van a topar con un escollo, una persona que no está para nada de acuerdo con eso, ya que eso supondría un serio peligro y una clara

4 Dos palabras sobre las aguas del Moyanico en Marmolejo. Julio de 1888. Página 13. Informe de los médicos, señores García Coronado, Cabello y Espinosa, titulares y de la Junta de Sanidad de Andújar, R O. de 3 de Noviembre de 1883, Gaceta núm. 307.) Y exposición del vecindario de Marmolejo al Ministerio de la Gobernación en 28 de Abril último, pág. 34

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 181

competencia para las aguas que él regenta, haciendo lo propio para que eso no se lleve a cabo. El señor director de Beneficencia y Sanidad, al calor de una notificación, ordena y leo de manera literal: “que se impida por los medios más eficaces, cesen de beberlas5” basándose en que no estaban de claradas de utilidad pública. Los vecinos de la localidad, al ser un recinto abierto, siguen acercándose a tomar las aguas, existiendo varias personas denunciadas por el alcalde de Marmolejo, imponiendo en este caso una multa de 125 pesetas. Hasta qué punto se puso énfasis para que no se pu diera beber agua del Moyanico, que había dos guardias municipales para impedirlo, incluso hasta por la noche. Por mucho que están vigilando los guardias municipales, las personas siguen acercándose al Moyanico para tomar sus aguas, lo que desemboca, en una multitud de denuncias hacía Juan Benceslada, que ante la posibilidad de quedarse arruinado por tanta denuncia, escribe un comunicado que decía así:

“En mi deseo de alejar toda presunción de que pueda autorizar o autorice la extracción de agua minero medicinal de la fuente o manantial titulado Moya nico, en terrenos de mi propiedad en esta villa, alejando a la vez todo pretexto a quejas y reclamaciones sobre la extracción de dichas aguas, he dispuesto cerrar y con esta fecha quede cerrado con mampostería, el pocito, pilón o pequeño depósito donde brotan y se recogen6.” Abril de 1887.

Situados en el último cuarto del año 1888, aún no se podía envasar ni una gota del Moyanico. Tanto es así, que desde el Hospital Militar querían que se le facilitaran 100 botellas del agua mineral, pero no se pudieron re mitir ya que la guardia civil impedía que se llenara ni una sola botella. En compensación, Juan de Pinedo, reitera que regalará mil o dos mil botellas a dicho Hospital Militar para que se realicen los ensayos con los pacientes, cuando esté todo en orden y puedan envasar esa cantidad de botellas, ya que aún no tenían permiso.

La causa y motivo de que no se llegara a dar luz verde a la explotación de dichas aguas es principalmente que Eduardo León y Llerena observa que dicho manantial es una seria competencia pudiendo poner en peli gro la inversión que realizó en el Balneario. Por ello, pide la expropiación forzosa de los terrenos donde se encuentra la citada fuente, alegando que dicho terreno lo necesita para realizar una serie de obras de ampliación y de mejora del Balneario de Marmolejo, cuya dimensión sería de 600.000 metros. Si bien es cierto, que en 1885, Juan Benceslada tenía solicitada la

5 Dos palabras sobre las aguas del Moyanico en Marmolejo. Julio de 1888. Página 28.

6 Dos palabras sobre las aguas del Moyanico en Marmolejo. Julio de 1888. Página 50.

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declaración de utilidad pública de las aguas minero medicinales, es cierto también, que León y Llerena tenía una solicitud, no otorgada una conce sión de 600.000 metros para la defensa del manantial, quedando la Fuente Moyanico dentro del nuevo perímetro de protección del Balneario y anu lando cualquier tipo de competencia.

La prensa, se hace eco de todo lo que va sucediendo, así por ejemplo en “La Linterna”, se nos cuentan que cómo puede ser que se permita por orden del alcalde que la guardia civil de dicho puesto prohíba y amenace a cualquier descuidado enfermo, a que tome agua del Moyanico para cui darse de su dolencia o que la fuente que es gratuita tiene unas aguas más medicinales que las que tiene a medio pagar al estado León y Llerena. Por último me gustaría resaltar también algunos poemas de corte satírico de la época donde se nos muestran las bondades de las aguas del Moyanico y el conflicto que existió entre sus propietarios y Eduardo León y Llerena que forzó su expropiación. Como digo algunos ejemplos son:

“Aunque lluevan querellas, yo no me achico: todo sea por la fuente de Moyanico7”

“Turismundo vino al mundo cojo, manco, sordo y bizco: ¡Y sanó bebiendo el agua de la fuente Moyanico8!”

“Teudís, que era viejo y sopo, le dijo a un doctor morisco, que volvería a ser mozo con beber de Moyanico9”

Se podría decir que lo ocurrido en la Fuente Moyanico es el prece dente de lo que va a suceder en nuestra próxima parada unos años más tarde. Actualmente, es gran cantidad vecinos de Marmolejo, los que se

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El Moyanico: más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nom bre en Marmolejo (Jaén). Documentos y providencias citadas en el presente escrito. Madrid, 1894.Página 158.

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El Moyanico: más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nombre en Marmolejo (Jaén). Documentos y providencias citadas en el presente escrito. Madrid, 1894.Página 154.

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El Moyanico: más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nombre en Marmolejo (Jaén). Documentos y providencias citadas en el presente escrito. Madrid, 1894. Página 157.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 183

acercan a dicho aljibe (fotografía 10) a coger agua para su consumo. Así mismo, a unos 200 metros más arriba se encuentra la caseta donde encon tramos dos chorros de agua que brotan de la roca como podemos observar (fotografía 11). Las personas que van a por agua a la Fuente Moyanico10 , lo hacen indiferente en ambos enclaves. Sabido es que el Balneario cogió agua de dicho manantial para envasar.

Fotografía 10. El aljibe de la fuente Moyanico.

10 Mucha información sobre la fuente Moyanico, la encontramos en una especie de fascículos o pequeños libritos, aunque hay veces que el librito tiene 90 páginas, donde se explica lo que sucede con dicha fuente, a lo largo de los años, ya que ese librito salía cada cierto tiempo. Esos fascículos tienen títulos tan sugerentes como: “Dos palabras sobre las aguas medicinales del Moyanico en Marmolejo” de Juan Domingo Pinedo” impreso en Madrid en 1888; “Voto particular del Consejero de Estado, excelentísimo Señor Don Juan Magaz al que se adhirió el Consejero Excelentísimo Señor Conde de la casa de Sedano en el expediente de expropiación de Marmolejo”, año 1892; “El Moyanico, escándalo administrativo del siglo XIX o inicuo despojo de una propiedad susceptible de producir anualmente 700.800 pesetas, por el precio vil de 47 pesetas y 69 céntimos”, año 1893; “El Moyanico, más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nombre en Marmolejo, Jaén, año 1894 y por último, “El Moyanico, refutación de la sentencia de 24 de febrero de 1897, en la demanda contenciosa número 1636”, del año 1899.

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4. LA FUENTE LOS SOCIALISTAS.

Volvemos de nuevo al puente del arroyo Seco y una vez pasado, como hemos dicho, a la derecha aparece el camino que va a Moyanico, pero unos pocos metros adelante, a la izquierda sale un camino que nos lleva a nuestra próxima parada, a unos 420 metros del manantial del Balneario,

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Surgencias de agua en el entorno de Marmolejo Fotografía 11. Interior de la fuente Moyanico. Fotografía 12. Localización Fuentes los Socialistas.

en el margen derecho del Guadalquivir, hablamos de la Fuente los Socia listas (fotografía 12). Se encuentra a 190 metros sobre el nivel del mar, per tenece a la cuenca del Guadalquivir, su caudal es de 1-10 l/sg, no se agota y no es de surgencia natural, si no artificial, se excava y adecua.

Quiero que prestéis mucha atención a este plano (fotografía 13) donde ya se deja constancia de trabajos e incluso de aprovechamiento de dicha fuente, como se puede ver, en el año 1929 (Dictadura de Primo Rivera). Dicho plano se realiza cuando se desarrolla el proyecto de ampliación del perímetro de protección de las aguas del Balneario. Como pueden obser var, la línea discontinua es el perímetro de protección del Balneario anti guo y la línea continua muestra esa ampliación, para que quede dentro la fuente. Una fuente de naturaleza también artificial, ya que la mano del

Fotografía 13. Fuente de los Socialistas. Plano del perímetro de protección, junio 1929.

Francisco
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Javier Murillo Perales

hombre está detrás de su aparición. Aunque no lo pueden observar con claridad, en la parte inferior, más o menos por el centro aparece un punto donde pone excavación, por lo que se puede decir que ya había realizado algún tipo de trabajo en ese punto.

Pero no es ésta, la primera noticia que tenemos sobre dicha fuente11 , ya que en 1922, fue sonado el pleito que mantuvo Francisco Díaz Merino junto con Antonio Briones y García Abadillo con la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales. Los primeros deseaban poner en marcha un pro yecto basado en explotar unos manantiales que habían surgido como consecuencia de las labores de exploración de dos yacimientos mineros llamados “El Notario” y “San Francisco” (antigua mina “San José”), que como bien explica Manuel Perales Solís coincide con el lugar que actual mente ocupa la Fuente los Socialistas. Una vez que la Administración de Minas estudia con detenimiento los recursos interpuestos por la Socie dad de Aguas Minero-Medicinales, fueron unas exigencias muy altas las que propone no quedando al alcance de los interesados la posibilidad de poner en marcha dicho proyecto. Como no se perseguía la explotación minera sino el estudio y posterior explotación de unos manantiales que tenían unas características muy parecidas a las aguas del Balneario, ello va a desembocar en un conflicto entre el Balneario y aquellos que quería poner en explotación dicho manantial.

Las obras de adecuación, adecentamiento y su uso más popular se va a desarrollar a partir de 1932, entrando ya en época republicana (ahora podemos decir que se le conoce como Fuente de los Socialistas). Se inician los trabajos de adecentamiento por parte de una serie de marmolejeños, para ponerla en funcionamiento, por lo que conforme los trabajos van avanzando era cuestión de tiempo que se produjera un “encontronazo” entre la empresa que explotaba los manantiales del Balneario, Aguas de Marmolejo S.A., con su director a la cabeza, Carlos Orti Serrano, y las per sonas que decidieron adecuar dichos alumbramientos de agua que por otra parte contaban con el permiso del alcalde de Marmolejo, D. Andrés Velasco. Comienza, por tanto, un tiempo donde la Jefatura del Distrito Minero de Jaén debe de atender los diferentes escritos que se realizan, con testando a cada uno de ellos en pos de dar solución a dicho desencuentro. ¿Cuáles pueden ser los motivos de ese desencuentro? Posiblemente sean sociales y económicos, entre otros.

11 Perales Solís, M., La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII: 1900-1931, Marmolejo, 2002, Pg 163.

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Fotografía 14. Escrito de Carlos Orti al Gobernador Civil, octubre 1932 (I).

Fotografía 15. Escrito de Carlos Orti al Gobernador Civil, octubre 1932 (II).

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El 6 de octubre de 1932, Carlos Orti Serrano, mediante un escrito al gobernador Civil, advierte12 que se están realizando excavaciones ilícitas e ilegales (hablo en plural, porque no solo en estos momentos se realizan trabajos en lo que será la Fuente los Socialistas, sino que se conoce la exis tencia de otro bajo el ojo número cinco del puente de la carretera que une Andújar con Villanueva del Duque, a 20 metros del Balneario y que estaba siendo explotado como se refleja en los documentos que vemos en las fo tografías 14 y 15), alegando para utilizar esos adjetivos, por un lado que no contaban con las medidas de protección sanitarias cuando se produjera una crecida del río, cuyas aguas entrarían en las fuentes contaminando dichas aguas y como consecuencia las de los manantiales del Balneario y por otro lado que se encuentran dentro del perímetro de protección del Balneario, entre ellas la Fuente de los Socialistas.

¿Qué es el perímetro de protección? Es una zona de seguridad (foto grafía 16) que se establece en torno a una captación de agua, en la cual está prohibido realizar cualquier tipo de excavación para salvaguardar la cali dad y cantidad de dicha captación, en este caso concreto, salvaguardar los manantiales del Balneario. Debemos recordar que ya con León y Llerena el perímetro de protección del Balneario estaba en torno a 600.000 metros cuadrados.

Fotografía 16. Plano del perímetro de protección del Balneario. Año 1932.

12 Gobierno Civil de Jaén. Sección de agricultura, minas y montes.

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El 31 de octubre de 1932, Francisco García López, domiciliado en la ca lle Alcalá Zamora, 25, administrador de la Sociedad “Aguas Minero Medi cinales” de Marmolejo, requiere al notario-abogado de la villa, Humberto Montesinos para que visite la zona donde los obreros estaban realizando los trabajos y, como he dicho antes, eran dos, por un lado, una excavación en el quinto ojo del puente y por otro lado la excavación o trabajos en lo que conocemos como la Fuente de los Socialistas propiamente dicha. Ese mismo día, el notario-abogado, a las 16.30 horas, se persona en el lugar, levantando un acta (fotografías 17, 18 y 19) que muestro completa porque creo que describe con todo lujo de detalles lo que se encuentra y no hay descripción mejor, en mi opinión:

Después de poner por escrito que lo requerían, comienza describiendo la primera excavación de la cual dice:

“Yo el notario me constituyo en el sitio conocido por Balneario de Marmolejo, junto al ojo quinto del Puente Romano que existe sobre el Río Guadalquivir, en la carretera que une Andújar a Villanueva del Duque, siendo las dieciséis horas y diez minutos de hoy, día del requerimiento. Y observo que en el in mediato punto existe una excavación con una ligera obra de mampostería constituyendo una fosa rectangular, al fondo de la cual, mana una fuente de aguas y donde se halla colocado un individuo que con un jarro de hoja de lata con un mango de unos 25 centímetros llena de agua de la expresada fuente unos vasos y bombonas de diferentes tamaños que al efecto le entregan personas de ambos sexos y de las más diversas edades que a intervalos se aproximan a dicha fosa, vertiendo muchas de estas, en un cubo allí colocado, algunas monedas.

Interrogado por mí, el Notario, el individuo que en la fosa de cemento se encuentra por su nombre y por cuenta de quien realiza aquella explotación, contesta, que se llama Diego Ruiz Gallardo y que dicha explotación la realiza por su cuenta mediante permiso verbal que tiene del alcalde, y que se limita a servir el agua a quien se la pide sin exigencia de derecho alguno sino lo que voluntariamente le dan los que utilizan dicho servicio13”.

Terminada la visita, a ese primer punto, se dirige a la Fuente los Socia listas, visita que describe de la siguiente manera:

“Seguidamente y siendo las dieciséis horas y treinta minutos del mismo día, me traslado unos 400 metros del punto anterior, por la margen derecha del Río Guadalquivir, donde me encuentro muy próximo a la orilla de este una excavación también en obra de mampostería que al parecer es más profunda 13

Acta notarial. Página 2 y 3.

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Fotografía 17. Acta levantada por el notario, octrubre 1932 (I).

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Fotografía 18a. Acta levanta por el notario, octubre 1932 (II).

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Fotografía 18b. Acta levanta por el notario, octubre 1932 (II).

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Fotografía 19. Acta levantada por el nortario, octubre 1932 (III).

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que el nivel del Río, junto a la cual se halla una camioneta-tanque del servicio municipal y en cuya excavación y obras trabajan algunos obreros dirigidos por quien dice llamarse Antonio Molina Torralbo, al que pregunto por cuenta de quien realiza dichos trabajos contestándome que por cuenta del ayunta miento de dicha villa14”.

Todo lo descrito por el notario, a fecha de 31 de octubre de 1932, cuenta minuciosamente lo que vieron unos días antes dos ingenieros que visitaron el Balneario por mandato del ingeniero jefe del Distrito Minero de Jaén, Don Enrique Arias, que basándose en el informe de D. Silverio Mestre, la Ley reguladora de Baños y el informe sobre el perímetro de protección del Balneario aprobado en B.O.P. el 30 de noviembre de 1930, con un total de 104 hectáreas (que tenía los siguientes límites: 50 metros dirección este 30º N, primera estaca: de 1ª a 2ª 600 metros en dirección N 30ª O; de 2ª a 3ª, 1300 metros en dirección O 30º S; de 3ª a 4ª, 800 metros en dirección S 30º E; de 4ª a 5ª, 200 metros en dirección N 30º O), hizo que se ordenara el cierre y taponamiento de la obras que se estaban realizando con mortero y cemento.

El alcalde de Marmolejo, Andrés Velasco, estando al tanto de todo, afirma que por parte del Ayuntamiento se tenía solicitado permiso a la Mancomunidad Hidrográfica del Guadalquivir, para realizar las obras necesarias para poner a salvo de las crecidas del río el manantial. Aún con este permiso, el gobernador civil ordena su taponamiento. La Manco munidad Hidrográfica del Guadalquivir lo que hace es pedir información al Distrito Minero de Jaén, para informarse de la situación, por lo que, temporalmente se suspende la orden de taparse. Al conocerse dicha no ticia por parte de Carlos Orti, interpone el pertinente recurso, explicando claramente que no se explica ese cambio de criterio, cuando de todas las maneras posibles se ha demostrado que existen excavaciones dentro del perímetro de protección del Balneario que ponen en peligro los manan tiales.

No será hasta 1935 cuando el gobernador civil remita un escrito a Car los Sánchez Solís,15 (fotografías 20 y 21) Alcalde-Presidente de Marmolejo, donde de manera tajante ya ordena que se tape dicho manantial, basán dose en la resolución de octubre de 1932 y el dictamen de la Dirección General de Sanidad. A lo que responde el alcalde, con un escrito donde

14 Acta notarial. Página 4.

15 Gobierno Civil de Jaén. Sección de agricultura, minas y montes. Jefatura de minas. Marzo, 1935.

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Fotografía 20. Exposición de motivos para que no se lleve acabo el taponamiento por parte de Carlos Sánchez Solís, Alcalde-Presidente de Marmolejo (I).

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Fotografía 21. Exposición de motivos para que no se lleve acabo el taponamiento por parte de Carlos Sánchez Solís, Alcalde-Presidente de Marmolejo (II).

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hace ver claramente que aceptará la resolución por parte del gobernador Civil pero que en él quiere justificar una serie de motivos, en base a la rea lidad, para que no sea taponada y que son: asume los trabajos por cuenta del ayuntamiento, que tenía como objetivo que no perdiera el venero que era de aguas medicinales y para ellos se gastaron en su acondicionamiento 12.000 pesetas; la gratuidad de las aguas para vecinos y forasteros sin po sibles económicos; la negativa del cierre por parte del pueblo, donde para calmar los ánimos se tuvo que personar la Guardia Civil; que los manan tiales del Balneario no habían bajado su caudal, causando solo perjuicio económico y reconoce que la fuente está dentro del perímetro de protec ción del Balneario y que quiere llegar a un acuerdo amistoso con la Socie dad de Aguas del Balneario antes de llevar a cabo su taponamiento.

El día 7 de septiembre, la Jefatura de Minas de Jaén ordena que se tape inmediatamente. Permaneció así hasta que en ya en años de la demo cracia (1980-1981), bajo el patrocinio del gobierno salido de las elecciones de 1979, se va a proceder a su redescubrimiento, con la ayuda de viejos militantes socialistas (viéndose de nuevo la importancia de la toponimia en los nombres de los lugares), como Manuel González Roncero (secreta rio general del PSOE), Jerónimo Cano Vicaria (primer alcalde socialista), Manuel Lozano o José Gómez Ruiz. A dichas personas se unen muchas más y comienzan la construcción de una caseta en dicha fuente contando con la ayuda del Ayuntamiento, ya que dichas obra estaban encaminadas a una labor de utilidad pública. En la actualidad dicha fuente se encuentra también cegada por la crecida del río, pero durante muchos años ha sido un lugar de encuentro entre muchas personas de Marmolejo.

Quiero dejar claro que en la exposición sigue un orden, en torno al cauce del río Guadalquivir, que en el caso de esta fuente y la anterior he alterado por un motivo histórico, que no es otro que la Fuente Moyanico podríamos decir que es el antecedente de lo que después va a ocurrir en la Fuente los Socialistas, pero siguiendo el cauce del Río Guadalquivir, el orden sería primero la Fuente de los Socialistas y después la Fuente Mo yanico.

5. EL ECIJANO Y EL MANANTIAL DE LA PAZ

¿Conocen lo que están viendo en la imagen (fotografía número 22) y el lugar donde se encuentra? Estamos pasando el Arroyo el Agua, cuando comienza la cuesta Polo, justo en frente del antiguo vertedero de Marmo

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lejo, adentrados unos escasos 25-30 metros en el olivar del margen dere cho. Ahí se ubica esta especie de agujero (fotografías 23 y 24) en el terreno, que para unos parece ser que son las ruinas de una antigua casilla o in cluso los que tenemos muchas más imaginación como el que os habla que la primera vez que lo vi (ingenuo de mi) dije está claro, es una “palera”. Para todos aquellos que no sepan lo que es una “palera”, es un lugar que se adecua para guardar la leña proveniente de la poda del olivar, que se excavaba en el suelo y se tapaba luego con tierra. Pero después de obser

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Fotografía 22. Depósito de la terma romana vista desde la A-432. Fotografía 23. Detalle del interior de la terma romana.

varla con detenimiento y ver que estaba realizada con piedra, argamasa, tierra entre otros materiales me di cuenta de que mi apreciación era total mente errónea.

Lo que están viendo, es una terma de época romana. Recintos públi cos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balnea o balneum y si eran públicos thermae o therma. Espacio que también tenía una función social, ya que era un lugar de conversación, de recreo y de relajación. Los romanos toman esta costumbre de darse baños de los griegos, lo único que ellos como ex celentes precursores de obras de ingeniería, van a perfeccionar la forma de darse esos baños, siendo los romanos los primeros en aprovechar el agua en las termas para curar enfermedades. Sobre el terreno se pueden ver diferentes materiales de dicha construcción e incluso se pueden percibir grandes piedras que seguro no están colocadas al azar. Vemos claramente que al hacer la carretera, en el corte del terreno unos materiales como son piedra y argamasa que se diferencian totalmente de la tierra de al lado. ¿Cuántas veces hemos pasado por ahí y cuantos nos hemos preguntado que serán esas piedras? Y yo el primero.

Por tanto, si existió una terma, esta idea la tenemos que vincular en que en ese emplazamiento se asentó una villa romana. Pero claro, esa terma debería de contar con unos recursos hidráulicos, para poder cumplir su función. Nos surge por tanto una pregunta, ¿de dónde provenía el

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Fotografía 24. Detalle del exterior de la terma romana.

agua y cómo llegaba? Las obras realizadas en la carretera16 demuestran la captación de aguas de la Fuente de La Paz y su distribución por complejos sistemas de tuberías aisladas hasta balsas de almacenamiento y termas de la villa.

El manantial situado como pueden ver en el mapa (fotografía 25), se caracteriza por estar dentro de la cuenca del Guadalquivir y ser una sur gencia natural de agua.

En la primera mitad del siglo XX, era de uso doméstico, de ahí se co gía el agua para el día a día de las personas que hacían vida en el cortijo, que no eran pocas. Estas personas mantenían y regaban con agua de ese manantial un pequeño huertecillo situado en aquella época, más o menos donde se encontraba el pilón donde tantas veces hemos ido a llenar agua, no solo los vecinos del pueblo sino personas de toda la provincia o co marca. Desde donde se encuentra ubicado el manantial hasta el cortijo hay una distancia considerable con un gran desnivel, entonces ¿cómo subían el agua? En un principio, serían las bestias las que transportaran el agua en cántaros y vasijas al cortijo, hasta que pasado el tiempo, se realizan unas obras donde se instalan unas tuberías que conectan el manantial con el cortijo. Para propulsar el agua, se utilizaba esta bomba que ven (foto

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16 www.villademarmolejo.es
Fotografía 25. Localización Manantial de La Paz.

grafía 26). Parece que es pe queña, pero es engañosa, ya que debía de tener gran potencia, porque el desni vel desde el manantial al cortijo es pronunciado.

Como he dicho, el uso era doméstico, pero un in geniero se va a dedicar a denunciar los manantiales de la zona, estando entre ellos el manantial de la Paz, lo que hacía que la denun cia hiciera que el futuro del manantial fuera un poco incierto. Ante tal aconteci miento, Don José Perales Jurado, conocido por todos como el Médico Perales (que contaba ya con una avanzada edad, lo cual, no era un impedimento), se va a poner manos a la obra para preparar los recursos y todo lo necesario para que la denuncia no prosperara. El Tri bunal Supremo dictó sentencia, dando como un ultimátum al propietario del manantial, que debía de ponerlo en explotación en un breve espacio de tiempo, aspecto que si no cumplía, haría que saliera a subasta, ya que fue catalogado de utilidad pública. En el BOE de 20 de abril de 1966, se muestra la declaración de minero-medicinales de las aguas surgentes del manantial situado en la finca El Ecijano, sito en el término municipal de Marmolejo, solicitado por D. Rafael González Medina, en nombre y repre sentación de “Industrial y Minera Trinidad S.A”.

Ya en los años 70, se comienzan a construir las naves y se engancha la luz de la línea que está al lado de la Casería de San Luis. Llegó la pri mera máquina, de pequeñas dimensiones, de agua sin gas y que estuvo en funcionamiento hasta el 1977-78. Será en los años 80 cuando se ponga en funcionamiento una nueva máquina, ya automática. A día de hoy el manantial sigue en plena producción, llegando su agua a muchas partes de España.

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Fotografía 26. Bomba que subia el agua del Manantial de La Paz al cortijo El Ecijano.

6. MANANTIAL DE LA CAMPANA

Separándonos un poco ahora de la línea por donde discurre el curso del río Guadalquivir, y cogiendo la A-432, poco antes de ver el pantano del río Yeguas, a la derecha, nos sale un desvío que nos conduce a otro manantial, el cual en la actualidad está dentro de lo que es el perímetro de dicho pantano, es decir, la fuente está sumergida en las aguas del pantano del Yeguas (fotografía 27) como pueden observar en el plano aéreo. Como ya imaginan, nos referimos al manantial de La Campana, situado a 250 metros sobre el nivel del mar, caudal de 0-10 l/sg que no se agota y de surgencia natural.

Fotografía 27. Localización manantial de La Campana.

Dicho manantial se encontraba cerca de una típica construcción andaluza, como son los cortijos, que eran abundantes en Marmolejo, como el de Santa Isabel, El Ecijano o el de La Campana, que seguramente daba nombre al manantial que hacemos alusión por su cercanía. Al hablar de cortijos, es más que sabido la situación de deterioro de muchos de ellos en Marmo lejo, cuando deberían de estar cuidados por su gran importancia no solo material sino también histórica, ya que en ellos se ha llevado a cabo la vida familiar de muchos de nuestros antepasados. Eran centros de vida social,

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de trabajo, de tertulia, de ocio, de relaciones entre las personas, e incluso de fiestas, ya que las personas de un cortijo se iban a otro de noche para diver tirse y pasarlo bien, diciendo que se iban “de lagareo”, y la consecuencia fue, que de ahí salieron muchos noviazgos. El cortijo de la Campana, si lo han visitado, tiene en su fachada unas grandes piedras, lo que nos puede hacer pensar que antes fue una especie de fortificación, como una especie de aduana, ya que toda la mercancía que se transportaba debía de pasar por ahí. En algunos mapas, se ve como existe un estrechamiento del camino cuando este pasa por el cortijo de la Campana, por eso se piensa que era una fortificación, que dejó de usarse como tal cuando encontraron una alterna tiva a dicho camino, que era mucho más asequible.

Situados en el cortijo de la Campana, a su izquierda hay un camino, que adecuaron los “Gabrielicos”, el cual llegaba al manantial. Hacia los años 50, nos encontramos la caseta de obra comida por la vegetación y las zarzas, donde se encontraban unas pilas. Como era lógico, el agua se envasaba con un embudo y un jarro, existiendo una máquina de pie para poner tapones de chapa a las botellas. Desde ese punto, se enviaban por ferrocarril y todo tipo de transporte las botellas de agua que iban en cajas de madera y que así llegaban a farmacias, comercios o domicilios.

Pasado el tiempo, esa ca seta donde se encontraba el ma nantial, comida de vegetación, fue adquirida por un grupo de personas, constituyéndose una Sociedad para la explotación de dichas aguas, que fueron oficialmente declaradas aguas minero-medicinales.

De ahí salían botellas17 como esta que pueden ver en la imagen (fotografía 28). La eti queta no se conserva del todo bien, pero se puede observar claramente el dibujo que hay impresa en ella, que es una campana y las características

Fotografía 28. Botellas de La Campana.

17 Botellas propiedad de José Luis Bonilla Venceslada.

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o composición de las aguas. Como todo en la vida, se van a dar evolucio nes, adecuándose el lugar para el mejor aprovechamiento de las aguas, por lo que se va crear una planta de embotellado, dotada de entre otros elementos de una lavadora de botellas, máquina de llenado y otra de ra yos ultravioletas que se encarga de eliminar las bacterias, porque al igual que todas las empresas de la época pasaban unas revisiones periódicas de sanidad. Aún recuerdo, de niño, esa pared de azulejos blancos de la cual salía el agua por un pequeño tubito de la planta de embotellado.

El género se iba vendiendo, pero como en muchas empresas, el princi pal problema que se va a encontrar era el de la financiación, con lo que se iba funcionando con problemas pero que cada vez se hacían más graves. En este ambiente, tan complicado, va a aparecer en escena el proyecto del pantano del Yeguas, el cual se aprobó, lo que supuso la expropiación de los terrenos y por tanto el fin de la sociedad Aguas de la Campana Mar molejo S. A.

7. LA FUENTE DE LA ZARZA

Por último, vamos de nuevo a retomar el cauce del río Guadalquivir, a su paso por el Poblado de San Julián, más concretamente en las cer canías de la Central Hidroeléc trica de Casas Nuevas. Por el camino que nos lleva a la cen tral, cuando estamos situados a la altura de la misma, a la iz quierda se encuentra un carril que nos lleva a la Fuente de la Zarza.

Como pueden observar (fotografía 29) en la panorámica del Poblado San Julián ya se incluye la ermita situada en el Cerro Pimiento, que contaba por esos años con una gran masa forestal. Pues bien, si mi

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Fotografía 29. El Poblado de San Julián. Año 1952. Fotografía cecida por Antonio Manuel Herrea Casado.

ran la fotografía, donde la vía hace la curva, un poco más arriba sobresale como una mancha oscura que son árboles. Pues detrás de ese espigón se encuentra situada la Fuente de la Zarza, situada a 190 metros sobre el ni vel del mar y con un caudal de 0-10 l/sg, que sí se agotaba (fotografía 30 localización Fuente de la Zarza).

Fotografía 30. Localización Fuente de la Zarza.

En este plano18 (fotografía 31), vemos la situación de nuevo de la Fuente de la Zarza, donde la línea que ven por debajo del símbolo de la rosa de los vientos es el río Guadalquivir, así que vamos bajando hasta llegar a las líneas discontinuas que es la central de Casas Nuevas. Cruzamos el camino y a unos cuantos metros se ubica la fuente. Vemos ahora un detalle de dicho plano19 (fotografía 32) para ver más clara su ubicación.

Tomando de nuevo la toponimia, la cual nos ayuda mucho, está claro que la fuente recibe ese nombre porque se encontraba o tenía al lado una zarza, la cual se ve que desapareció hace tiempo. Anteriormente he dicho que se situaba en el margen derecho de un carril, pues bien, ese carril era el antiguo camino que cogían para transportar el trigo de los pueblos cer canos para que fuera molido en los molinos harineros de Casas Nuevas, por lo que imagínense el tránsito que tenía porque ha sido mucho trigo el

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Consejería de empleo, empresa y comercio.

Consejería de empleo, empresa y comercio.

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Fotografía 31. Plano de la ubiación de la Fuente de la Zarza.

Fotografía 32. Detalle del plano donde se ubica la Fuente de la Zarza. que se ha molido en los molinos harineros de Casas Nuevas. Pues bien, la importancia de la Fuente de la Zarza no es otra que la de ser el punto de agua de donde se abastecía todo el pago de San Julián, y cuando hablo de pago me refiero a las personas que pasaban por el camino transportando trigo o harina, las personas que vivían en el poblado de Casas Nuevas, los que cuidaban las bestias… todo el mundo que se encontraba en el pago de San Julián iba a dicha fuente a coger agua. En la actualidad dicha fuente se encuentra cegada y muy descuidado su mantenimiento. (fotografía 33) Así mismo, observamos su aspecto en la actualidad, contando con unas pequeñas escaleras en la parte izquierda.

8. CONCLUSIONES

Hablando de surgencias de agua, se me quedan muchos manantiales o fuentes sin nombrar, teniendo que decir que en Marmolejo existen en torno a unas 40 fuentes. Hace ya unos cuantos años, se creó lo que co nocemos la Ruta de las Fuentes. Un proyecto promovido por el Área de Turismo del Ayuntamiento de Marmolejo en colaboración con la Asocia

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Fotografía 33. Fuente de La Zarza, mayo 2015.

ción Cultural y Turística``6 Sinlú´´. La idea inicial era crear unos productos turísticos aprovechando los recursos endógenos del municipio como eran las fuentes existentes en la localidad, por lo que se crearon cuatro rutas de las Fuentes en torno al término municipal de Marmolejo: sierra, campiña, vega del Guadalquivir y olivar.

En cada una de las cuatro rutas se contaba con un mínimo de 5-6 fuen tes, pero la que primero y únicamente se desarrolló fue la de la sierra que estaba compuesta por once fuentes: el Pilar, la fuente de los Socialistas, la de los Perros, de los Carros, de Valparroso, del Morcillo, la Pizarrilla, el Laurel, la Jara, la Bóveda y del Camino. Una ruta circular donde muchas de ellas están ubicadas en caminos principales y otros anexos y que dos de ellas, la Jara y el Laurel, están más alejadas de dichos caminos. Cuando se aprobó el proyecto, se procedió a la adecuación y la señalización de dicha ruta de las Fuentes. Se trataba por tanto de conocer la situación de las di ferentes fuentes mediante una ruta, que englobaría todos los aspectos tu rísticos importantes del municipio que se encontraran en dicho recorrido. Las fuentes han sufrido un gran deterioro por el paso del tiempo y por no tener un mantenimiento adecuado, por lo que con esta ponencia quiero expresar y dar a conocer la gran importancia de dichas surgencias de agua y que no sean olvidadas.

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Surgencias de agua en el entorno de Marmolejo

9. BIBLIOGRAFÍA

Perales Solís, M., La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII: 1900-1931, Mar molejo, 2002.

Domingo Pinedo, J., El Moyanico: más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nombre en Marmolejo (Jaén)”, Madrid, Carrión Hermanos impresores, 1882.

Domingo Pinedo, J., Dos palabras sobre las aguas medicinales del Moyanico en Mar molejo, Establecimiento tipográfico de Ubaldo Montegrifo núm.26, Madrid, 1888.

Gobierno Civil de Jaén. Sección de agricultura, minas y montes.

Consejería de empleo, empresa y comercio.

Página web Villa de Marmolejo.

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EL PUENTE DE SAN BARTOLOMÉ DE MARMOLEJO (1573-2017) ESTUDIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

1. CONSIDERACIONES PREVIAS

El 10 de marzo de 1573, el lugar de Marmolejo lograba la «licencia y fa cultad» para arrendar una dehesa con cuya renta poder construir este puente sobre el río Guadalquivir. A los cinco años, se culmina el volteado de la bóveda de mayor tamaño y sus autores parece que quisieron dejar constancia del momento grabando en uno de sus sillares centrales el año 1578 y una gran cruz; quizá satisfechos de su hazaña de cubrir veinticuatro metros de luz sobre el histórico «río grande». Asimismo, en las bases de las dos enormes pilas que sustentan esa bóveda se epigrafiaron dos cartelas: en una, «IHS - MARIA» (el monograma de Jesucristo junto al nombre de la Vir gen), y en la otra, «SAN BARTOLOME»; a los cuales debió de consagrarse el puente para su protección. El nombre de san Bartolomé se grabaría acaso por coincidir con el día 24 de agosto que se celebra su santoral.

Han transcurrido desde entonces cuatrocientos cuarenta y cuatro años cargados de historia. Una larga historia compuesta de historias per sonales, vividas por personas algunas reconocidas –a quienes resaltamos en este estudio–, y la gran mayoría anónimas. Todas ellas, con sus sueños, esfuerzos, frustraciones, tragedias y gloriosas victorias, nos han legado este monumento patrimonial que es el puente de San Bartolomé de Mar molejo, y es a ellas a quienes les debemos su dedicación y la deferencia de ahora cada uno de nosotros conservarlo, disfrutarlo y transmitirlo a las generaciones venideras en su completa autenticidad histórica, ¡sin añadi dos innecesarios!

«Sin conocer bien la realidad no podemos tomar decisiones sobre la misma», dice el escritor y académico Antonio Muñoz Molina. En efecto,

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de San
de
(1573-2017)
El Puente
Bartolomé
Marmolejo

hemos de ser conscientes de que sin conocer bien la realidad del puente nadie debería tomar decisiones que afectaran al mismo, por muy bien in tencionadas que pretendan ser, porque sus consecuencias pueden ser irre parables, como lamentablemente ya ha ocurrido en no pocas ocasiones. Con este estudio aspiramos a contribuir al mejor y más completo conoci miento de la realidad histórica, la realidad física y la realidad simbólica del puente. Y lo afrontamos en un texto suficientemente claro y sistemático, nunca definitivo, desde el ámbito particular de la Historia del Arte. Trata mos de acercar al lector el monumento a través de sus características pro pias y las compartidas con otros puentes. En primer lugar, hemos creado un riguroso marco cronológico que abarca los cinco siglos de historia del puente y que secuenciamos en períodos de centurias, del XVI al XXI. A cada período le hemos añadido un título breve, a modo de resumen, que alude al hecho más significativo acaecido en ese siglo en el puente. Den tro de cada período tratamos de desentrañar los recursos materiales y los medios técnicos con los que fue construido y restaurado. De este modo veremos el concepto variable que del puente se ha tenido en sucesivos momentos de la historia.

Este acercamiento al puente de Marmolejo somos conscientes de que no puede ser completo y exhaustivo, pues para eso requeriría abordarse mediante un amplio proyecto interdisciplinar compuesto, además, por un equipo de especialistas tales como geólogos, arqueólogos, ingenieros y arquitectos, entre otros. No obstante, en nuestro trabajo, desde el punto de vista del historiador del arte, hemos tratado de tener en cuenta, hu mildemente, esas otras disciplinas. Un punto de partida ha sido superar las apreciaciones subjetivas por medio de la autentificación documental de las obras realizadas en el puente. Para ello hemos llevado a cabo una labor de consulta de documentos en archivos y bibliotecas, tales como el Archivo Histórico Nacional, el Archivo General de Simancas, el Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Archivo Histó rico Provincial de Jaén, el Archivo de la Delegación Provincial de Obras Públicas y Transportes de Jaén, el Archivo Histórico de la Diputación Pro vincial de Jaén, el Archivo Histórico Municipal de Andújar, la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca de Andalucía, en Granada, la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid y la Biblioteca de la Univer sidad de Granada. Otra fuente básica la constituye el archivo fotográfico del buen amigo Sebastián Pastor Lozano, a quien desde aquí le damos la enhorabuena por su perspicaz e impagable afán recopilatorio de imágenes de Marmolejo, y por su ayuda prestada en este estudio del puente.

Gaspar Aranda Pastor 212 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

A la par de la consulta archivística y de la oportuna revisión bibliográ fica, hemos inspeccionado minuciosamente la fábrica del puente tratando de contrastar la información documental y de unirla con la realidad cons truida, lo que no siempre es posible resolver satisfactoriamente. Sin lugar a dudas, el examen meticuloso de su fábrica se ha llevado la inmensa parte del tiempo dedicado al estudio del puente: desde arriba, desde abajo, junto a él y “dentro” de él. En cientos de fotografías hemos captado todas las perspectivas posibles, los más mínimos detalles y la amplia gama de tonalidades de sus sillares con la cambiante luz de la mañana, del medio día y del atardecer; con lluvia, con niebla y con sol intenso; durante las tremendas riadas y en las épocas de estiaje.

Este estudio se lo quiero dedicar, en homenaje póstumo, a don José Pérez Casado, maestro de cantería marmolejeño. Sus empíricas enseñan zas acerca del difícil trabajo de la piedra, de la importancia de la cantería en Marmolejo y, en particular, del valor de la obra del puente «romano del Balneario», como él lo llamaba, fueron el principal estímulo para afrontar una investigación del puente desde el punto de vista de la historia del arte. También a don José le debo la primera referencia de la existencia de la fecha labrada en la bóveda mayor del puente. Aprovecho esta oportu nidad para volver a dar las gracias, ahora por escrito, por su inestimable ayuda a mis compañeros y amigos Eloy Jiménez Jiménez, Antonio Manuel Herrera Casado, Francisco Javier Murillo Perales y Manuel Perales Solís, y a mi querido sobrino Adrián Ruiz Aranda.

1.1. Valores universales y valores locales del puente

Como Bien público que es, el puente de Marmolejo representa en su materialidad física y en su significación simbólica una serie de valores uni versales y locales y, en virtud de ello, de oportunidades culturales, sociales y económicas que a todos deberían beneficiar. Entendemos aquí «valores» en el sentido de los méritos y las utilidades de las cosas para satisfacer las necesidades de los ciudadanos y proporcionarles bienestar y deleite. Ahora bien, para valorar adecuadamente nuestro puente –y aprender a disfrutarlo–, insistimos, es preciso conocerlo y, al mismo tiempo, garanti zar su preservación para el futuro.

Nadie como el ingeniero, historiador y escritor estadounidense David Steinman (1886-1960) ha razonado con tanta amplitud de miras acerca de los valores universales de los puentes. Traemos a colación un extracto de una de sus tan aleccionadoras y estimulantes disertaciones:

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 213

«Queremos que vean los puentes como objetos útiles y económicos, y tam bién como algo más significante e inspirador: porque un puente es una obra material y también la concreción del esfuerzo de cabezas, corazones y manos humanas. Es una suma de pesos, fuerzas y tensiones; es una expresión del impulso creador de los hombres; un desafío y una oportunidad para crear belleza. Un puente es el símbolo del heroico esfuerzo hacia el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Es un monumento a la tenaz voluntad de conquista. Los puentes simbolizan ideales y aspiraciones de la humanidad. Salvan las ba rreras que nos separan y juntan pueblos, comunidades y naciones en unidades más íntimas. Acortan distancias, aceleran el transporte y facilitan el comercio. Soportan sus cargas para aligerar nuestras tareas. Abastecen las necesidades de débiles y poderosos. Son esfuerzos conjuntos de diseñadores y operarios, de ciencia y destreza. Conforman la visión e iniciativa de las comunidades en monumentos útiles, dedicados al bienestar de futuras generaciones. Son esla bones vitales en el camino hacia la deseada fraternidad universal del género humano. (“Tender puentes y estrechar lazos”, se dice).

Los puentes han inspirado a los poetas a través de los siglos y han estado en la literatura y la leyenda. Hay algo en los grandes arcos que inspira la ima ginación. Desde sus cimientos excavados en la roca hasta sus pilas y vanos abovedados, un puente tiene algo de prodigio y de poesía. Es una conjunción mística de resistencia y belleza, una mágica combinación de gracia, encum bradas líneas y desafiante poder»1

Lám. 1. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Plano del ingeniero Antonio Fortún en 1869. (Archivo Histórico Provincial de Jaén).

1

A Steinman se debe, por ejemplo, la dirección de las obras de consolidación y refuerzo del gran monumento de la ingeniería que es el puente de Brooklyn en Nueva York. David B. Steinman y Sara Ruth Watson, Puentes y sus constructores, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1979 (segunda edición, 2001, pp. 13 y 14).

Gaspar Aranda Pastor 214 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Junto a dichos valores universales nuestro puente posee sus propios valores, que lo distinguen de cualquier otro puente y, por consiguiente, lo hacen irrepetible e insustituible. Nos referimos a sus valores funcionales, valores histórico-artísticos y valores simbólicos. A analizar todos ellos de dicamos las siguientes páginas.

1.2. Análisis historiográfico

La perspectiva que da el tiempo nos permite hoy plantear un primer estado de la cuestión sobre las publicaciones y los autores que han tratado con cierto rigor histórico y artístico el puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir. Hay que remontarse al siglo XVIII, el de la Ilustración, para encontrar las primeras descripciones publicadas.

En 1794, Juan de Dios Ayuda incluye en su prolijo libro Examen de las aguas medicinales de más nombre que hay en las Andalucías un capítulo dedicado a la fuente de Marmolejo. Este médico ilustrado de la ciudad de Guadix describe la ubicación del manantial y, de paso, alude al puente, en los siguientes términos:

«Esta [la fuente] viene á estar cosa de un quarto de legua por el poniente del Pueblo, tan inmediata á la margen meridional del rio Guadalquivir, que fá cilmente la inunda; y algo más arriba del magnífico puente de seis arcos que se hizo á expensas de aquellos vecinos [de Marmolejo], habiéndolo comenzado el año de 1550, y concluido el de 1587, todo de piedra asperón encarnada como el de Anduxar, á el que no cede en hermosura y firme construcción»2 .

Concisa y clara descripción de cómo se encontraba el puente a finales del siglo XVIII. Ayuda incluye además varios datos históricos –que hemos resaltado en letra cursiva–, si bien no revela la referencia documental primigenia de la cual los tomó. Cabría suponer que a él, que vivía en tierras granadinas y que tuvo que examinar otros quince lugares más con fuentes medicinales de media Andalucía, le facilitara esa información un preboste de Marmolejo.

Tuvo éxito la frase «se hizo a expensas de aquellos vecinos, habién dolo comenzado el año de 1550, y concluido el de 1587», ya que más de medio siglo después, en 1848, el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, editado por el político y escritor

2 Juan de Dios Ayuda, Examen de las aguas medicinales de más nombre que hay en las Andalucías, en que se da noticia de la situación, contenidos, virtudes y método con que deben usarse las de cada fuente, tomo II, Madrid, Imprenta de la viuda de Ibarra, 1794, p. 144.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 215

Pascual Madoz, dentro de la entrada dedicada a Marmolejo, volvió a uti lizarla en la descripción del puente:

«Hay un puente de 6 arcos a ¼ de legua de la población, todo de piedra áspera encarnada, como el de Andújar, pero está cortado hace muchos años, y se pasa por unos tablones: dicho puente se empezó a construir en 1550 a expensas de los vecinos, y se concluyó en 1587»3.

Esta reseña ha sido repetida sistemáticamente desde entonces en casi todas las publicaciones donde se ha tratado nuestro puente. Cabe hacerles unas pertinentes apostillas a los textos de Juan de Dios Ayuda y de Pascual Madoz: 1.- Mencionan seis arcos construidos, el mismo número que en 1789 dibujaba y citaba en su informe el arquitecto académico Domingo Tomás (láms. 2 y 8). 2.- Denominan «piedra áspera encarnada» a la tan caracterís tica arenisca de color rojizo conocida como azucareña o molinaza en esta zona. 3.- Se especifica en 1848 que el puente estaba «cortado hace muchos años y se pasa por unos tablones», tal como veintiún años después el ingeniero Antonio Fortún mencionará y dibujará en el proyecto de reparación (lám. 10). 4.- No se expone el motivo de tal corte ni tampoco los pormenores del deterioro, si bien en 1847 en el mismo Diccionario de Madoz se precisaba al tratar de los ríos de Jaén que «el séptimo y último [puente] de esta provincia es el de la v. de Marmolejo, destruido en parte desde 1821 y poco notable»4 . Empero, como más adelante veremos en el apartado 5.1, el puente ya había sufrido supuestamente una parcial destrucción en 1808 por soldados fran ceses en los sucesos previos a la Batalla de Bailén. 5.- Ambos textos dan el año 1550 como el comienzo de la construcción del puente, sin citar la fuente documental de la que se tomó tal fecha. Hoy sabemos que es errónea, aun que tal vez sí hubiera por entonces un intento de construcción que no se llegó a materializar. 6.- Acertada es la idea de que a expensas de los vecinos de Marmolejo se levantó el puente, como demostraremos con documentos

3 Pascual Madoz, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, t. XI, Madrid, 1848, p. 241. Referente a las autorías de las entradas del Diccionario, el propio Madoz como editor declara por escrito el 11 de mayo de 1850 en el tomo 16, y último, página 683: “No soy yo el autor del Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico: esta gloria corresponde a tantos y tan distinguidos colaboradores que he tenido en todas las provincias y a los buenos amigos que han trabajado en las oficinas de mi redacción”.

4 Pascual Madoz, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, t. IX, Madrid, 1847, p. 505. Ciertamente en diciembre del año 1821 se registraron fuertes avenidas en el río Guadalquivir (D. Teodomiro Ramírez de Arellano y Gutiérrez, Paseos por córdoba, ó sean apuntes para su historia, tomo 3, Córdoba, Imprenta de d. Rafael Arroyo, 1877, p. 350). Vid. apartado 5.1.

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más abajo. 7.- Que en 1587 estaba concluido –aunque tampoco se explica aquí cómo se sabía–, parece cierto a tenor del Mapa del obispado de Jaén del Doctor Salzedo, datado en ese preciso año, donde se representa dibujado de forma esquemática el puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir entre los de Andújar y Montoro (lám. 3)5.

En 1878 y 1879, el ingeniero de Caminos Pedro Celestino Espinosa publicó en la Revista de Obras Públicas una serie de reseñas sobre puentes históricos construidos en España, entre las cuales dedicaba al puente de Marmolejo el siguiente texto:

«Por la inscripción que hay en uno de los sillares, aparece datar su construc ción de 1518 (sic), sin que se sepa quién lo costeó ni construyó; arruinado por una fuerte crecida a principios de este siglo, lo reedificaron a costa del pueblo y volvió a destruirse. Actualmente pertenece a la carretera de tercer orden en construcción de Andújar a Villanueva del Duque, reedificando los arcos destruidos y otras dos bóvedas en mal estado. Está situado sobre el Guadalquivir. Consta de un arco extremo sobre la parte que están encauzadas las aguas de 25m,92 de luz, de medio punto, otro lateral contiguo a éste de 9 metros, y al otro lado del arco grande, otros 6 arcos que tienen 6 metros cada uno de los tres extremos, uno de 11m,20, otro de 11m,30, y el contiguo al grande de 13m30; el ancho, de 8 metros entre paramentos»6 .

Aporta Celestino Espinosa nuevos datos interesantes, que pasamos a analizar: 1.- Por vez primera se publica la existencia de la inscripción en un sillar con una fecha, si bien el ingeniero confunde el año 1518 con el 1578 que es el que realmente está tallado (aunque parece difícil confundir el 7 claramente epigrafiado con un 1). 2.- Explica la causa de la ruina del puente, «por una fuerte crecida del río a principios de este siglo»; explica ción que ahora sabemos se quedaba corta. 3.- Indica que tuvo una reedi ficación sufragada por los marmolejeños –tal vez se refiriese al pontón de madera (vid. 5.1)–, y que volvió a destruirse. 4.- Informa de la construcción en ese momento (1878-1879) de la carretera de Andújar a Villanueva del Duque –la actual A-420–, así como de la reedificación de los arcos destrui dos (no dice cuántos) y de otros dos que estaban «en mal estado». 5.- Enu-

5 Geographia o description nueva del obispado de Jaen fecha en el 2º anno del Pontificado de N[uest]ro mui Sancto Padre Sixto V y del reinado del Rey do[n] Phillippe el 2º n[uest]ro señor en el anno de treinta y uno por orden del obispo de Jaen Fra[n]cisco en el anno. 7 de su Obispado y del nascimiento de N.S. Jesuchr[ist]o de 1587 con la industria y diligencia del Doctor Salzedo. Biblioteca Nacional de España.

6 Pedro Celestino Espinosa, “Reseña de varios puentes construidos en España desde la Antigüedad hasta principios del siglo XIX”, Revista de Obras Públicas, 1879, pp. 56-57. En letra cursiva hemos subrayado ciertos datos importantes.

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mera ocho «arcos» –dos más de los citados en el Diccionario de Madoz– con las correspondientes medidas de sus luces, permitiendo identificar cinco arcos desiguales y tres iguales de 6 metros; si bien, en sentido estricto, eran realmente cinco arcos y tres tramos cubiertos por tablones (lám. 10).

Hay que esperar hasta finales del siglo XX para volver a tener referen cias importantes publicadas sobre nuestro puente. En 1984, el historiador del arte ubetense Arsenio Moreno Mendoza, en la actualidad catedrático en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, da a conocer el nombre del autor del puente de Marmolejo: el maestro de cantería Benito del Cas tillo (1546-1600). Estudiando a la familia de los Castillo, reconocidos ar quitectos del renacimiento andaluz, descubre en el testamento de Benito, fechado en Jaén el año 1600, la contundente frase «Declaro que yo e fecho por salario la puente que esta en la villa de marmolexo sobre el rrio de Guadalquivir». Gracias a este documento testamentario sabemos también que Benito del Castillo se casó en Marmolejo con Marina Suárez7.

Lám. 2. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Detalle del plano del arquitecto académico Domingo Tomás, firmado en Granada el 27 de junio de 1789. (Archivo Histórico Nacional, Madrid).

7 Arsenio Moreno Mendoza, Francisco del Castillo y la arquitectura manierista andaluza, Jaén, Diputación Provincial de Jaén, 1984, pp. 197 y 506; Los Castillo, un siglo de arquitectura en el Renacimiento andaluz, Granada, Universidad de Granada, 1989, pp. 87-88. Una nueva lectura del testamento de Benito del Castillo ha sido publicada por Pedro A. Galera Andreu y Miguel Ruiz Calvente, Corpus documental para la historia del arte en Jaén. Arquitectura del s. XVI (I), Universidad de Jaén, 2006, p. 109.

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En 1990, Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera, hoy catedrático en el departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Univer sidad de Cantabria, con motivo de la realización de su tesis doctoral sobre el tema “Las obras públicas en la Corona de Castilla entre 1575-1650: los puentes”, saca a la luz un documento administrativo del Registro General del Sello, con fecha de 10 de marzo de 1573, del Archivo General de Si mancas, en el que se hacía constar que «el dicho lugar [Marmolejo] tenía nescesidad de hacer una puente en el rrío de Guadalquibir por ser muy grande y caudaloso y no aver puente por donde lo pasar...», por lo cual el Consejo de Castilla otorgaba licencia para arrendar una dehesa y obtener fondos con los que sufragar las obras de construcción del puente8. Esta información novedosa le ha permitido a Aramburu-Zabala dar por incorrecta la fecha de 1550, publicada desde el siglo XVIII, para el comienzo de las obras del puente y sugerir que tal vez hubiera en dicho año un intento fallido de construcción.

Fundamental ha sido el artículo del erudito historiador marmolejeño Manuel Perales Solís, en El Ideal de Jaén, en 1998, titulado “El puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir”, para conocer la definitiva repara ción del puente en el último tercio del siglo XIX9. Condensa en dos páginas –obligado por la limitación de la sección “Tesoros” del periódico– todo un trabajo de investigación documental en el Archivo Histórico Provincial de Jaén sobre los extensos proyectos de los ingenieros de la Dirección General de Obras Públicas. En el artículo dedica también un apartado al maestro de cantería Benito de Castillo, citando a Arsenio Moreno Mendoza. Más recientemente Manuel Perales ha actualizado y ampliado el artículo en su página web El lugar de Marmolejo con interesantes datos históricos, como los referentes a la propuesta de reparación del puente en 1784-1785 y al episodio de la Guerra de la Independencia donde se narra que el general Juan de la Cruz Mourgeón lo atravesó con sus tropas en julio de 180810 .

En 2002, el catedrático de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad de Cantabria y especialista en ingeniería hidráulica, Juan

8 Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera, Las obras públicas en la Corona de Castilla entre 1575-1650: los puentes, Tesis Doctoral (microforma), Universidad Complutense de Madrid, 1990, p. 683. A.G.S., R.G.S., signatura 10-III-1573.

9 Manuel Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir”, El Ideal de Jaén, domingo 22 de noviembre de 1998, pp. 50 y 51, con fotografías de Juan Vicente Córcoles.

10 Manuel Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir”, http:// lugardemarmolejo.wix.com/marmolejo, (consulta realizada el 15 de octubre de 2015).

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José Arenas, incluye el puente de Marmolejo dentro del capítulo dedicado a los principales puentes españoles de los siglos XV y XVI, en su volumi noso y admirable libro Caminos en el aire. Los puentes11. Eminente figura en el estudio de los puentes históricos y heredero de una larga tradición de ingenieros estructuralistas, J.J. Arenas describe nuestro puente con las siguientes palabras:

«El de Marmolejo es un puente que, a diferencia de Montoro, ha sufrido los embates del Guadalquivir y ha experimentado numerosas reconstrucciones. Situado en un valle claramente asimétrico, sus bóvedas se extienden en la margen izquierda donde existe una amplia llanura de inundación. [...] El puente de Marmolejo dispone en la base de sus pilas, en la buena línea hidráu lica, de tajamares que aguas arriba son de planta triangular y semicilíndricos aguas abajo. Coronados unos y otros por sombreretes de buena factura, res pectivamente piramidales y semicónicos. Su bóveda principal ofrece boquilla de doble rosca, con intradós de sillares que muestran numerosos huecos para el encaje de los maderos de la cimbra que sirvió a su construcción. Su alzado incluye un suave lomo de asno, centrado en la bóveda principal que, por tanto, resulta asimétrico en el conjunto del puente».

Debemos llamar la atención sobre el hecho de que los «numerosos huecos para el encaje de los maderos de la cimbra» han sido tapados en la última restauración del puente en 2006-2007. En ese mismo texto, el catedrático ingeniero no pierde la ocasión de hacer un juicio crítico del edificio de los manantiales próximo al histórico puente y escribe: «En esa misma margen [la izquierda], un balneario adosado al puente [en realidad no se tocan] –de escasa calidad arquitectónica y dudoso gusto–, ocupa el cauce, viene a restar protagonismo a una obra espléndida con un claro va lor histórico, y dificulta su contemplación desde aguas arriba»12. Si así de escandalizado quedó al ver el edificio antes de 2002, qué impresión no le causaría la actual imagen con una mole de hormigón armado cubierta por una cúpula de cristal anacrónica, caprichosa y sin fundamento histórico conocido.

En 2004, el profesor Francisco Javier Rubiato Lacambra, que impartió clases de Geografía e Historia en el I.E.S. Virgen de la Cabeza de Marmo lejo a principios de la década de 1990, incluye el puente de Marmolejo en el ambicioso estudio monográfico que dedica a los puentes del Guadalquivir

11 Juan José Arenas, Caminos en el aire. Los puentes, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, colección Ciencias, Humanidades e Ingeniería 57, vol. 1, 2002, pp. 316 y 317.

12 J. J. Arenas, Caminos en el aire, p. 316.

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a lo largo de la historia13. Aconsejamos la lectura de su capítulo introduc torio para ahondar en la necesidad de conocer, apreciar y preservar los puentes como valiosos bienes patrimoniales. La aportación principal que este trabajo hace al puente de Marmolejo es, desde nuestro punto de vista, precisamente esa acertada inserción histórica dentro del conjunto de los puentes, de diferentes estilos y épocas, que jalonan el Guadalquivir desde Jaén hasta Sevilla. Por otro lado, como puede comprenderse en un trabajo de esta índole con tan elevado número de obras tratadas, el análisis pre ciso del texto dedicado a nuestro puente manifiesta ciertos lapsus y caren cias. Estos radican básicamente en su desconocimiento de los precedentes estudios de Arsenio Moreno (sobre la autoría del puente, que F.J. Rubiato atribuye por error a Pedro Mazuecos) y de Miguel Ángel Aramburu (sobre los inicios de construcción del puente, que F.J. Rubiato remonta de forma imprecisa al siglo XV, a 1534, a 1537 y a 1518 –esta última fecha siguiendo a Celestino Espinosa–). Respecto a la restauración del puente en el siglo XIX, el profesor Rubiato analiza la versión del proyecto conservado en el Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares, no la del Archivo Histórico Provincial de Jaén. Acaba su estudio sobre el puente de Marmolejo con esta gratificante reflexión:

«Resulta una obra monumental y bella de la que los vecinos de la localidad se muestran orgullosos y que a los viajeros conocedores del balneario sorprende en sus visitas. Como casi todos los de esta época, sería interesante que fuera distinguido como Monumento, si no nacional, al menos de la Autonomía, pues representa el esfuerzo de un pueblo y sus gentes»14.

Por último, la contribución de Gaspar Aranda Pastor al conocimiento del puente de Marmolejo consiste en, por un lado, haber analizado y di fundido la existencia de las tres cartelas epigrafiadas del siglo XVI en su bóveda principal, como veremos a renglón seguido; y, por otro lado, haber estudiado el puente en el siglo XVIII a través de los informes del arqui tecto académico Domingo Tomás y del maestro de obras José María de Armenteros15 .

13

Este trabajo de investigación fue abordado como tesis doctoral en la Universidad de Córdoba y culminó en un voluminoso libro: Francisco Javier Rubiato, Los puente del Guadalquivir, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2004, pp. 71-77 y 372-374.

14 F. J. Rubiato, Los puente del Guadalquivir, p. 77.

15 Gaspar Aranda Pastor, “Inscripciones epigrafiadas del siglo XVI descubiertas en el puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir”, en Datos históricos sobre Marmolejo, Ayuntamiento de Marmolejo, 2004, s/p.; “El puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir: pasado, presente y futuro”, Libro de Feria de Marmolejo, Ayuntamiento

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No podemos terminar este apartado historiográfico sin aludir a un inventario y a dos catálogos en los que se ha incluido, por su reconocido mérito, el puente marmolejeño. Se trata del monumental Inventario his tórico de los puentes de Andalucía, cuyo volumen de la provincia de Jaén fue realizado, en 1985, nada menos que por José A. Fernández Ordóñez, Tomás Abad Balboa, Pilar Chías Navarro, José Díaz García y Juan Carlos Rofso López16. Y los dos catálogos, magnos, son Felipe II. Los ingenios y las máquinas. Ingeniería y obras públicas en la época de Felipe II (1998, p. 133) y Puentes de España: tránsitos de culturas (2009, p. 218).

Lám. 3. Detalle del Mapa del obispado de Jaén, con orientación Sur-Norte, del Doctor Gaspar Salcedo de Aguirre en 1587. El puente renacentista de San Bartolomé de Marmolejo está representado de forma esquemática entre los de Andújar y Montoro. (Biblioteca Nacional de España).

2. EL PUENTE EN EL SIGLO XVI: INGENIERÍA RENACENTISTA EN MARMOLEJO

En el mismo momento en que, gracias al desarrollo cultural, político y social derivado del nuevo Estado moderno y del Humanismo renacentista durante el gran siglo XVI, influyentes monarcas, nobles, órdenes milita de Marmolejo, 2015, pp. 92-94; “El puente de San Bartolomé del lugar de Marmolejo en el siglo XVIII”, Andújar. Estudios. III Encuentro de Investigadores, Congreso Homenaje a Carlos de Torres Laguna, Ayuntamiento de Andújar, Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler, 2016, pp. 25-39.

16 Puede consultarse en: http://infodigital.opandalucia.es/bvial/handle/ 10326/873 (páginas 136-138 y ficha de inventario).

Gaspar Aranda Pastor 222 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

res y prelados mecenas, así como las iniciativas municipales, auspiciaban la construcción de suntuosos palacios y castillos, grandiosas catedrales, monasterios, iglesias, capillas privadas, hospitales, universidades, casas consistoriales, plazas públicas, fuentes urbanas, prodigiosos puentes, et cétera, en el entorno de la pequeña población de Marmolejo, próxima al río Guadalquivir –el eje geográfico e histórico del sur de la Península–, se proyectaba y finalmente se erigía un monumental puente, obra de la inge niería del Renacimiento español.

2.1. El comienzo del proceso administrativo y de financiación de las obras del puente (año 1573)

El análisis del documento fechado el 10 de marzo de 1573 del Registro General del Sello (Archivo General de Simancas)17, que Aramburu-Zabala sacó a luz18, permite vislumbrar una parte muy importante del comienzo del proceso administrativo y de financiación de la construcción del puente. Asimismo proporciona datos históricos fundamentales, siendo el principal que no había puente de fábrica alguno en el sitio donde se planteaba construir el nuevo.

El documento, que ocupa algo menos de las dos caras de un folio, consiste en el oficio de respuesta enviado por el Consejo de Castilla al concejo, o municipalidad, del lugar de Marmolejo comunicando la apro bación de la solicitud que, previamente, el último había enviado (este pri mer oficio de la solicitud, desafortunadamente, permanece inédito hasta el momento). Desde principios del siglo XVI estaba regularizado que los proyectos de puentes nuevos debían formularse por persona competente y verse acompañados por la propuesta de financiación y un informe del corregidor correspondiente. Cada propuesta se había de enviar al Consejo de Castilla. Era el Consejo de Castilla la institución principal de poder de la estructura de gobierno de la monarquía y le correspondía aprobar la propuesta de la obra19. Los representantes del Consejo de Castilla que de liberaron positivamente la solicitud del lugar de Marmolejo y que firman el documento son el doctor Francisco Hernández de Liébana (presidente de la Real Chancillería de Valladolid, miembro del Consejo de Indias y de la Cámara de Castilla), el licenciado Rodrigo Vázquez de Arce (oidor de

17 Agradezco la ayuda en la consulta del documento a Dña. Isabel Aguirre Landa, jefa del departamento de Referencias del Archivo General de Simancas, y a la profesora Dra. Esther Galera Mendoza por su transcripción.

18 M. Á. Aramburu-Zabala Higuera, Las obras públicas en la Corona de Castilla, p. 683.

19 M. Á. Aramburu-Zabala, La arquitectura de puentes en Castilla y León, pp. 27-30.

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la Real Chancillería de Granada, miembro del Consejo de la Inquisición y embajador en Portugal), el doctor Luis de Molina (miembro del Consejo de Indias, fiscal del Consejo de Castilla y Contaduría Mayor de Hacienda), el licenciado Hernando de Chaves (colegial mayor de Cuenca y visitador del Consejo de Cruzada), Antonio de Aguilera (miembro del Consejo de Hacienda y de Indias)20, Jorge de Olaal de Vergara (chanciller), más los dos no identificados Pedro Falcón? y Diego? López? Segovia. La firma del escribano es ilegible, de momento. Va dirigido el oficio a un tal Pedro González, que representaría al concejo de Marmolejo.

A tenor del documento, el proceso administrativo debió de ser el si guiente:

1) En primer lugar, el concejo de Marmolejo envió al Consejo de Cas tilla una relación en la que se justificaba la necesidad de llevar a cabo la construcción del puente. La relación de los motivos especificaba:

«Al presente, el dicho Lugar [de Marmolejo] tenía necesidad de hacer una puente en el río de Guadalquivir por ser muy grande y caudaloso y no haber puente por donde lo pasar, perecía mucha gente y ganados porque dos barcas que en el dicho río había se habían quebrado y quebraban muchas veces; que demás de la gente y ganado se había perdido, había gastado en aderezarlas mucha cantidad de maravedís e con los dichos gastos y pérdidas el dicho Concejo y vecinos dél estaban en éste tenía necesidad».

Es decir, no había puente de fábrica construido y eran dos barcas, que «se habían quebrado y quebraban muchas veces», el medio que existía en ese momento para cruzar el «muy grande y caudaloso» río.

2) Como el Estado no asumía el coste de las obras públicas en esa época, que recaía en las poblaciones, para sufragar la construcción del puente pudo haberse empleado alguna de las tres fórmulas siguientes más habituales por entonces: organizar un repartimiento distribuyendo el coste entre todos los vecinos del lugar; repartirlo solo entre los comercian tes; o hacer recaer el repartimiento entre los pueblos que se encontraban dentro de un círculo determinado con centro en el lugar del puente21. Sin embargo, el concejo de Marmolejo propuso al Consejo de Castilla que la manera de financiación fuese mediante el arrendamiento de una dehesa

20 Sobre estos personajes, vid. José Antonio Escudero, Los hombres de la monarquía universal, Madrid, Real Academia de la Historia, 2011.

21 M. Á. Aramburu-Zabala, La arquitectura de puentes en Castilla y León, pp. 27-28.

Gaspar Aranda Pastor 224 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

–cuyo nombre no se cita en el documento22–, y con los fondos conseguidos poder pagar la obra:

«El dicho Lugar [Marmolejo] tenía una dehesa muy grande propia suya que no tenía árboles ni llevaba fruta ninguna [...] Y para hacer la dicha puente convenía os diésemos [el Consejo de Castilla] licencia y facultad para que pudiésedes romper la dicha dehesa y para la sembrar para que con la renta que de ella procediese se hiciese la dicha puente, suplicándonos vos la man dásemos y conceder para el dicho efecto o como la nuestra merced fuese».

3) El Consejo de Castilla, tras estudiar la propuesta y con información aportada por el corregidor de Andújar, comunicó su aprobación al concejo de Marmolejo, dada en Madrid el 10 de marzo de 1573. La «licencia y fa cultad» de arrendamiento era de ocho años, para que «en el dicho tiempo se pueda hacer y haga la dicha puente en el dicho río». Sabemos por la ins cripción de la bóveda mayor del puente que al menos ya en 1578 esa parte estaba culminada. El Consejo manda que se haga un libro de «cuenta y razón» donde llevar el registro de las rentas y que esté custodiado por una persona de Marmolejo «lega, llana y abonada» que controle que se gaste el dinero solo en «en el edificio y obra de la dicha puente y no en otra cosa alguna». He aquí completa esta parte final del documento:

«Lo cual visto por los del nuestro Consejo y cierta información sobre ello he cha por nuestro mandado por el nuestro corregidor de la ciudad de Andújar fue acordado debíamos mandar dar esta nuestra carta para vos en la dicha razón. Y nos tuvimos por bien y por la presente vos damos licencia y facultad para por tiempo de ocho años primeros siguientes podáis arrendar y arren déis la dicha dehesa que de suso se hace mención [¿a labor sin que?] por ello incurráis [¿en culpabilidad?], para que con [¿los fondos?] de ella procediere en el dicho tiempo se pueda hacer y haga la dicha puente en el dicho río con tanto que se gaste en ello y no en otra cosa alguna. Y mandamos que haya libro, cuenta y razón de lo que así rentare la dicha dehesa en el dicho tiempo y se deposite en poder de una persona lega, llana y abonada, vecina de dicho lugar para que allí se gasten en el edificio y obra de la dicha puente y no en otra cosa alguna. De lo cual mandamos dar y damos esta nuestra carta sellada con nuestro sello y librada de los del nuestro Consejo. Dada en Madrid a diez días del mes de marzo de mil quinientos y setenta y tres años. Diego? López? Segovia, y el licenciado Pedro Falcón, el doctor Francisco Hernández de Liébana, el licen ciado Rodrigo Vázquez, el licenciado Hernando de Chaves, el doctor Luis de

22 Es muy probable que se trate de la Dehesa Cerrada, pues en documento de 1608 se menciona esa dehesa con el mismo fin de financiación de las obras del puente (vid. apartado 3); o, quizá, de la Dehesa del Hormazal.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 225

Molina, el doctor Aguilera. Por orden? Jorge de Olaal de Vergara (firmado). La firma del escribano (ilegible)».

2.2. Benito del Castillo, el maestro de cantería autor del puente

Declaro que yo e fecho por salario la puente que está en la villa de Marmolexo sobre el rrio de Guadalquibir y está por aberiguar la quenta. Mando se averigue y se cobre lo que me debe el Concejo23 .

Con esta declaración testamentaria de Benito del Castillo, fechada en Jaén el día 21 de mayo de 1600, el propio maestro de cantería dejaba cons tancia directa de ser el autor del puente. Asimismo se confirma que el con cejo de Marmolejo fue el contratante de la construcción, la cual se había realizado por salario, no a destajo, que aún no se habían formalizado las cuentas y, por tanto, que no se le habían pagado los trabajos efectuados. Benito debió de trazar la obra entre poco después del 10 de marzo de 1573, cuando el lugar de Marmolejo había obtenido la licencia del Consejo de Castilla para arrendar una dehesa con cuyos fondos poder pagar la cons trucción, y 1578, que es la fecha grabada en la bóveda mayor del puente (lám. 6). Tendría en esos momentos entre 27 y 32 años de edad. Sabemos que hacia 1586 trabajaba en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Paz de Marmolejo24 y que en esta población se casó con Marina Suárez, sin des cendencia familiar:

«Y declaro, que al tiempo que me casé con doña Marina Suárez, my muger, en la villa de Marmolexo, rresçibi con ella en docte dos myll ducados en un olivar en sitio de el Marmolejo, que oy poseemos, y en ajuar»25 .

23

A.H.P.J., leg. 587, fol. 685r.

24 P. A. Galera Andreu y M. Ruiz Calvente, Corpus documental, p. 234, donde se detalla: «Más se le descargan seys myll maravedís que dio e pagó a Benyto del Castillo, maestro de cantería, por las piedras que quedaron labradas fuera de la tasaçión que se hiço de la dicha yglesia» (Archivo Histórico Diocesano de Jaén, sección Pueblos, cuentas de fábrica, con fecha 25 de noviembre de 1586).

25 Por su parte Benito declaraba también en su testamento haber llevado como dote «las casas en que bibo en la Calancha en el arrabal de Santo Elifº e las casas e tiendas de la puntezuela de Santo Ylefº y en dinero e bestidos e una yegua que baldría doçientos ducados poco más o menos» (A.H.P.J., leg. 587, fol. 685r). Estos bienes unidos a otros adquiridos ya en matrimonio, como un cortijo y tierras de labranza en el término de Porcuna, así como las propias rentas de su trabajo situaban económicamente a este maestro en posición más que aceptable. Esta holgura económica es la que, sin lugar a dudas, le permite –junto a su hermano Lope– salir fiador de varias obras que su hermano Francisco dejaba inacabadas, Torredonjimeno, Torredelcampo, Alcaudete, en el momento de su muerte (A. Moreno Mendoza, Los Castillo, pp. 86-87).

Gaspar Aranda Pastor 226 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

El examen del testamento de Benito del Castillo y de otros documen tos relacionados con su acreditada familia de maestros canteros le ha per mitido trazar a Arsenio Moreno Mendoza un primer perfil biográfico y profesional26. Nació en Jaén en el año 1546 y murió con 54 años27. Era el hijo menor varón de Francisco del Castillo «el Viejo» (c. 1500-1568) y die ciocho años más joven que el mayor de sus hermanos, Francisco (c. 15281586). Debió iniciarse desde muy joven en el arte de la cantería bajo el magisterio de su padre y, fundamentalmente, de su hermano Francisco. Recordemos que Francisco del Castillo «el Mozo» se formó y trabajó en Italia durante nueve años a la sombra de los grandes artistas del Cinque cento, como Vignola, Vasari o Ammanatti. Colaboró con Andrés de Van delvira, fue maestro visitador de las obras del Obispado de Jaén, realizó «muchos edificios de templos y fortalezas y casas de consistorios, puentes, fuentes y otra mucha diversidad de edificios públicos y privados», según sus propias palabras, en lugares como Jaén, Huelma, Alcaudete, Martos, Andújar, Priego de Córdoba o Granada (fachada de la Real Chancillería)28 . Ya en 1572, Benito se ve facultado por su hermano para desempeñar res ponsabilidades constructivas, otorgándole todo su poder a fin de prose guir y terminar la iglesia de Bedmar. Según Arsenio Moreno, llegó a ser el más significativo y genuino de los seguidores inmediatos de Francisco, en la línea de la arquitectura manierista.

La labor profesional de Benito del Castillo como maestro de cantería que aparece recogida en su testamento queda circunscrita, fundamental mente, a las Encomiendas de Calatrava, siguiendo la vinculación familiar. En primer lugar conocemos que concluyó obras inacabadas por su her mano, como los templos de Santa María de la Villa de Martos y de Jami lena. En Porcuna, tuvo a su cargo las obras de una torre de reloj, de una portada para la puerta de la villa, ambas hoy desaparecidas, y de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Santa María, de la que se conserva la sacristía. En la Higuera de Santiago (actual Higuera de Calatrava), una de las pe queñas villas de los calatravos, declaró haber hecho la obra de la iglesia: «la cual hize a tasacion y esta por tasar»29.

26

A. Moreno Mendoza, Los Castillo, pp. 86-88.

27 La fecha de nacimiento la ha deducido Arsenio Moreno de forma indirecta al encontrar un documento en el que se explicita que en 1590 Benito del Castillo tenía 44 años de edad (A. Moreno Mendoza, Los Castillo, p. 89).

28

29

A. Moreno Mendoza, Los Castillo, p. 45-51.

A.H.P.J., leg. 587, fol. 684v; A. Moreno Mendoza, Los Castillo, p. 88.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 227

En cuanto a puentes, el de Marmolejo no es el único que realiza Be nito del Castillo, pues afirma en su testamento ser autor del puente del Rumblar (en Zocueca): «Declaro que yo tengo a mi cargo [en 1600] una obra de una puente en el Herrumblal ternº de Bailén la qual tengo a mi cargo por destajo y se me rrestan deviendo noventa mill mrs y esta cierta parte de la dha obra por acabar y mando que cobrandose se acabe la obra y lo que sobrare sea pa mi ermano»30. Está situado en la antigua carre tera N-IV de Madrid-Cádiz (kms. 301-302) y permite el paso sobre el río Rumblar. Con reparaciones evidentes, hoy presenta tres arcos de medio punto, mayor el central que los laterales, dos tajamares aguas arriba en el arco principal, amplios tímpanos, boquillas de dovelas radiales, plata forma horizontal y los mechinales para las cimbras. Si bien su configuración general es distinta a la del puente de San Bartolomé de Marmolejo, en gran medida condicionada por el particular emplazamiento natural, hay determinados elementos que ciertamente recuerdan a nuestro puente: el principal, el material constructivo básico usado que son los sillares de piedra azucareña o molinaza rojiza, pero también la ordenación del aparejo en las bóvedas y los tímpanos, las grandes dovelas radiales y los tajamares de planta triangular con sombrerete piramidal. Existían importantes antecedentes familiares relacionados con los puentes, puesto que Francisco del Castillo «el Mozo» trazó, junto a Andrés de Vandelvira, el de Mazuecos en Baeza, y también recibió el encargo de reformar el gran puente romano de Mérida31.

Esas son las realizaciones mencionadas en el testamento de Benito del Castillo; sin embargo, habida cuenta de que ahí solo parece que se reflejan trabajos adeudados o pendientes de una clarificación económica32, sabe mos que intervino en otras obras más. El caso de la iglesia parroquial de Marmolejo es el ejemplo más cercano; pero también en la iglesia parro quial de San Bartolomé de Andújar y en el Santuario de la Virgen de la Cabeza se ha documentado su presencia, junto a su padre Francisco del Castillo «el Viejo» y su hermano Francisco del Castillo «el Mozo»33

30

31

32

A. Moreno Mendoza, Francisco del Castillo, p. 504; A.H.P.J., leg. 587, fol. 683v.

A. Moreno Mendoza, Francisco del Castillo, p. 197.

A. Moreno Mendoza, Los Castillo, p. 88.

33 José Domínguez Cubero, Monumentalidad religiosa de Andújar en la Modernidad, 1985, pp. 79-83. María Soledad Lázaro Damas, “El santuario de la Virgen de la Cabeza en el siglo XVI. Historia de un proyecto artístico”, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 162, tomo II, pp. 1437-1468, especial. p. 1460.

Gaspar Aranda Pastor 228 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Lám. 4. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Cartela 1: inscripción renacentista «San Bartolomé», con su mitad inferior tapada por una capa de hormigón hidráulico en el siglo XX. Se halla en la base de la pila-tajamar izquierdo de la bóveda mayor. (Foto, Gaspar A. P., 1999).

2.3. Las tres cartelas epigráficas del puente

El propio puente, como si de un documento escrito se tratara, ha con servado información importante sobre su historia constructiva inscrita en sus sillares. Las tres cartelas que analizamos aquí se colocaron en el arco principal, que es el de mayor tamaño y por donde discurre la madre del río. Dos de ellas aluden a Jesucristo, a la virgen María y a San Bartolomé, que es quienes se consagró la construcción para protegerla. Y la tercera muestra la fecha 1578, que debió ser el año de culminación de la bóveda mayor.

La cartela epigráfica es un elemento decorativo típicamente renacen tista italiano, que fue popularizado por el artista Ammanati y que Fran cisco del Castillo «el Mozo» adoptó en su estancia romana y empleó en sus obras andaluzas34. En la ciudad de Martos subsisten dos excepcionales ejemplos suyos: uno es la portada de la antigua cárcel y cabildo, de 1577 (hoy Ayuntamiento), y el otro, la llamada Fuente Nueva (1580-1586)35. Ambas obras están decoradas ampliamente con inscripciones cuyas carac terísticas epigráficas son similares a las de las cartelas de nuestro puente: las letras son del tipo romano –o clásico–, capitales, proporcionadas, equi

34 Recordemos que ambos artistas trabajaron juntos en las obras de la Villa Giulia. A. Moreno Mendoza, Los Castillo, p. 45-51; Rafael López Guzmán, “Arquitectura civil de Francisco del Castillo en Martos”, Cuadernos de Arte, nº XVI, 1984, pp. 173-181, especial, p. 178.

35 En la fachada de la Chancillería de Granada (1584-1586) también utilizó Francisco del Castillo «el Mozo» la cartela epigráfica como elemento ornamental.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 229
El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017)

libradas entre sus palos gruesos y delgados, con ensanchamientos en las cabezas y en las bases, con letras recostadas sobre las contiguas, otras pe gadas entre ellas, algunas reducidas de tamaño y con palabras abreviadas.

2.3.1. Cartela 1: San Bartolomé (lám. 4). Está en la base del ángulo de unión de la pila izquierda con el tajamar, visto siempre el puente desde aguas arriba. Se grabó en un gran sillar rectangular (tiene unos 136 cm de largo y 50 cm de alto), dispuesto en horizontal, con la cara no recta sino angular, lógicamente, por el sitio en ángulo que ocupa. Corresponde a la primera fila de sillares que se colocó sobre la roca de pizarra y las piedras de cimentación de la pila y del tajamar. Por consiguiente, es un sillar fundacional, como también lo es el de la cartela 2, y solo queda a la vista cuando el caudal discurre a un nivel bajo. En la actualidad una capa de hormigón, colocada como cadena de refuerzo de la pila en el siglo XX, tapa más de la mitad inferior del sillar.

Con las limitaciones de solo quedar a la vista la porción alta del sillar y de que el fango y el verdín incrustados recubren parte de la superficie, hemos tratado de analizar la inscripción mediante la ayuda comparativa de la cartela 2, que sí se observa completa, y de las inscripciones en los edificios de Martos. Se halla grabada con grandes letras (conjeturamos que de unos 15 ó 20 cm de altura), distribuida por toda la superficie de la cara del sillar, centrada y dejando un margen con respecto a los cuatro bordes. La superficie completa del sillar presenta también el característico abujardado, o labrado, de cortas rayas oblicuas. En el lado izquierdo de la arista angular, se ven las cabezas de cuatro letras (S-B-A-R) y en el dere cho, otras cuatro (T-L-M-E). Los caracteres son de tipo romano, en mayús cula, proporcionados en lo que se puede percibir, con ensanchamientos en las cabezas (y seguramente en las bases), con la letra A recostada sobre la R, con la M pegada a la E; con la letra O creemos que reducida de tamaño, ya que no se ve (o quizá pudo no grabarse); y con la abreviatura S de la palabra SAN (lám. 4).

Como es sabido, San Bartolomé, uno de los doce apóstoles de Jesús, es el patrón de los curtidores y modistas y de multitud de pueblos de Es paña, cuya festividad tiene lugar el 24 de agosto. Esta fecha, quizá, coin cidiera con la del comienzo de las obras de fundación de esa parte del puente, pues era frecuente llevarlas a cabo en verano.

Gaspar Aranda Pastor 230 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Lám. 5. Puente de San Bartolomé

Cartela 2: inscripción renacentista «IHS·MARIA». Se halla en la base de la pila-espolón derecho de la bóveda mayor. (Foto, Gaspar A. P. 1999).

2.3.2. Cartela 2: IHS-MARIA (lám. 5). La encontramos en la base de la unión de la pila derecha con su espolón, por tanto, en diagonal con res pecto a la cartela 1. Está grabada en un sillar rectangular, dispuesto en horizontal, con la cara recta y de menor largo que el de la cartela 1 (ig noramos las dimensiones por la imposibilidad de acceder al sitio sin em barcación). En la fotografía se ve muy bien que es un sillar fundacional, correspondiente a la primera fila de sillares que se colocó sobre la roca de pizarra y las piedras de cimentación de la pila y del espolón.

A pesar de la costra que recubre su superficie, que también está abu jardada, se puede analizar su doble inscripción al completo. Está grabada con grandes letras (estimamos que aproximadamente de las mismas di mensiones que la cartela 1), distribuidas por toda la superficie de la cara del sillar, centrada, y con un margen dejado respecto a los cuatro bordes. De izquierda a derecha se lee IHS; a continuación hay un punto y sigue MARIA. Muestra las mismas características epigráficas vistas en la cartela 1: los caracteres de tipo romano, capitales, proporcionados, equilibrados entre sus palos, con ensanchamientos en las cabezas y en las bases, y con las dos letras A recostadas sobre la M y la I respectivamente (lám. 5).

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 231
El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017) de Marmolejo.

IHS era interpretado en el siglo XVI como el acrónimo de Iesus Homi num Salvator, esto es, Jesús Salvador de los Hombres; y en origen parece que fue el monograma del nombre de Jesucristo a partir del nombre griego de Jesús36. MARÍA alude al nombre de la madre de Jesús. Por tanto, ambos son los pilares básicos del cristianismo y sus nombres se colocaron en los sillares de fundación de la bóveda mayor del puente para protegerlo.

Lám. 6. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Cartela 3: cruz central y fecha 1578. Se halla en la clave de la bóveda mayor. En la restauración de 2006-2007, los amplios y superficiales encintados de mortero blanco en las juntas de los sillares han tapado los bordes del sillar y parte del número 1. (Foto, Adrián Ruiz Aranda 2016).

2.3.3. Cartela 3: la cruz y 1578 (lám. 6). En el momento de la culminación del volteado de la bóveda principal, debió de colocarse el sillar rectangu lar que hay en el punto más alto de su centro, en la clave, y que tiene la cara que mira hacia abajo grabada con la cruz y la fecha 1578. Destaca la cruz por su tamaño y por su buena calidad de ejecución. Ocupa casi toda la superficie central del sillar: los dos brazos verticales llegan a tocar los bordes largos, mientras que los horizontales no alcanzan los bordes cortos y dejan sendos espacios entre medias, donde está la fecha. Es una cruz del tipo griega llamada ensanchada o patada, es decir, con los cuatro brazos iguales terminados en forma curvo-convexa, los cuales están grabados mediante un perfecto huecorrelieve. La fecha se grabó con los dos prime ros dígitos (15) a la izquierda de la cruz y los otros dos (78) a su derecha,

36 Según Wikipedia (consulta 8/02/2016).

Gaspar Aranda Pastor 232 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

parece que de manera algo más torpe y tosca que la cruz. Tal como está co locada solo puede ser leída correctamente, a pesar de la enorme distancia desde el suelo, situándose el observador en la orilla izquierda.

En cuanto al significado de esta cruz, si bien su forma concreta no se ajusta, podría pensarse, como hipótesis de base, que estuviera asociada con el priorato de San Benito, que tuvo posesiones en Jaén y asentamiento en la cercana Porcuna, o con la orden militar de Calatrava, que tenía ju risdicción en ese territorio. Hay que tener en cuenta que la saga de los Castillo, uno de cuyos miembros, Benito, era el autor del puente, fueron siempre los maestros de cantería de la orden de Calatrava en Jaén, y el priorato de San Benito pertenecía a la Orden37 .

2.4. Análisis constructivo del puente renacentista

La realización de una obra de ingeniería hidráulica de la envergadura de la de nuestro puente hubo de suponer una compleja y dificultosa em presa, a la que no obstante supieron hacer frente valerosamente sus artífi ces, desde el maestro de cantería Benito del Castillo hasta el último obrero, con mejores y peores aciertos. De inicio, como era lo normal, tratarían de prever los no pocos problemas consuetudinarios e ineludibles planteando la redacción del proyecto, con detallados informes explicativos ilustrados con planos de plantas y alzados del puente y de su entorno.

Ese proyecto original, desafortunadamente, aún permanece inédito. Por tanto, para analizar el proceso de construcción del puente hemos te nido que ceñirnos al plano e informe de 1789 del arquitecto académico Do mingo Tomás (LÁMS. 2 y 8) y, fundamentalmente, al examen minucioso de la fábrica de los tres arcos originales que se han conservado. Asimismo hemos consultado los estudios publicados sobre otros puentes históricos38

37 Agradezco esta información a los profesores Pedro A. Galera Andreu, catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Jaén, y Arsenio Moreno Mendoza, catedrático de Historia del Arte en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

38 Los constructores de puentes del Renacimiento no solo partían de la experiencia acumulada por la tradición medieval, sino que también disponían de modelos de época romana. Ejemplos claros de esta realidad pueden verse en: M. Á. AramburuZabala Higuera, La arquitectura de puentes, pp. 45-49; y Manuel Durán Fuentes, La construcción de puentes romanos en Hispania, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, Consellería de Cultura e Deporte, 2005, pp. 126-131. Este último autor recoge (página 126) que en el siglo XVI Bustamante de Herrera, que era inspector general de obras del reino de España, visitó el puente del río Salado en Villa del Río y con ayuda de canteros «sacó la traça y medidas y la llevó».

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 233

y sobre los tratados teóricos italianos y españoles de arquitectura e inge niería que han atendido a los puentes39 .

No planteamos aquí un estudio de la construcción exhaustivo, ni mu cho menos, pues eso solo debería abordarse, como dijimos en las conside raciones previas, por un equipo interdisciplinar (de geólogos, arqueólo gos, ingenieros, arquitectos, entre otros). Nuestro objetivo es un modesto análisis de tanteo en el que hemos ordenado en seis partes o fases la obra del puente para comprender mejor las soluciones dadas por Benito del Castillo y sus ayudantes a los problemas constructivos: 1.- La elección del emplazamiento y la planificación de la obra. 2.- Los materiales construc tivos y las posibles canteras. 3.- La cimentación. 4.- Los estribos, las pilas, los tajamares y los espolones. 5.- Las cimbras, los mechinales, las bóvedas y los tímpanos. 6.- La plataforma, la calzada y las manguardias.

2.4.1. La elección del emplazamiento y la planificación de la obra. La teo ría general dice que antes de proceder a la cimentación y levantamiento de un puente hay que meditar, inspeccionar y escoger el lugar más apropiado para el emplazamiento, y hacer el riguroso planteamiento de la obra40. En el caso de nuestro puente debieron de tenerse en cuenta unos condicio nantes previos, como son:

a) Las necesidades de comunicación de ambas orillas. Era este un paso obligado desde la campiña y el valle hacia grandes dehesas y el resto de Sierra Morena, y viceversa. También se accedía a la zona norte de la provincia de Córdoba y, por extensión, a Extremadura.

39 El tratado De Architectura libri decem, de Vitrubio (s. I a.C.), se convierte en un libro fundamental para la arquitectura renacentista y posterior, al tratar de reglas prácticas, materiales, dimensiones, módulos y proporciones. Es en el Renacimiento cuando se publican las primeras recomendaciones prácticas sobre la disposición y construcción de puentes, como las recogidas en la obra de León Battista Alberti, “De Re Aedificatoria”, sobre la ubicación, la composición, la construcción de los cimientos, las pilas y bóvedas, con unas dimensiones proporcionales. Otros tratadistas que estudian los puentes son Sebastiano Serlio, Andrea Palladio, Filarete o Pedro Juan de Lastanosa. Véase al respecto, Fernando Marías y Agustín Bustamante, “Un tratado inédito de arquitectura de hacia 1550”, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, XIII, 1983, pp. 4157; Nicolás García Tapia, Técnica y poder en Castilla durante los siglos XVI y XVII, Junta de Castilla y León, 1989, 2ª edición 2003, pp. 24-34; M. Á. Aramburu-Zabala Higuera, La arquitectura de puentes, pp. 49-60; M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, pp. 23, 53, 64, 328.

40 J.J. Arenas, Caminos en el aire, pp. 69-112; M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 48-49; N. García Tapia, Técnica y poder, p. 29.

Gaspar Aranda Pastor 234 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

b) El trazado de la vía existente. Por el documento de 10 de marzo de 1573, sabemos que la comunicación de las dos orillas en esta zona del Gua dalquivir –aguas más arriba o más abajo– se hacía cruzándolo mediante dos barcas.

c) La morfología del valle, sus características geológicas, la anchura y la profundidad del cauce del río. El emplazamiento natural escogido es un amplio valle fluvial, enmarcado por las estribaciones bajas de Sierra Morena al norte y por el borde de la vasta campiña al sur, que está pro visto de vados, o fondos más o menos firmes, llanos y poco profundos. El río traza aquí un tramo algo recto entre dos meandros, con dirección noreste-suroeste, donde desembocan pequeños arroyos de caudales irre gulares. La configuración del valle es asimétrica al tener la vaguada, o lecho más hondo, no en su centro axial sino en la parte derecha, por donde discurre el cauce ordinario del río; mientras que en la parte izquierda del valle se extienden unos llanos escalonados de periódica inundación. Tal configuración asimétrica del valle fluvial condicionó la construcción tam bién asimétrica del puente, al tener que situar el arco mayor desplazado hacia la margen derecha para salvar el cauce ordinario.

El lecho del valle fluvial está predominantemente constituido por ro cas de pizarra, del período Carbonífero (h. 359-299 millones de años)41, que confirieron un suelo firme, duro y resistente a la erosión, idóneo para cimentar la obra del puente. Llama poderosamente la atención, como ad virtieron los ingenieros del siglo XIX, la gran profundidad (más de 8 m) del lecho del río justo en la zona de debajo del arco principal. Ellos sospe charon que no fuera una hondonada natural, sino que se hubiese profun dizado cavando en la roca para darle mayor hondura al cauce (LÁMS. 1, 2, 8 y 10).

d) Los niveles de las máximas crecidas conocidas del Guadalquivir en esta zona. El objetivo principal era preverlas para intentar evitar, o al menos minimizar, sus dañinas consecuencias en la fábrica. Había que tra tar de alejar la plataforma, o tablero, del puente con respecto al cauce dán dole altura suficiente a sus pilas y, de este modo, proporcionar un desagüe suficiente a las bóvedas. Conocemos que los ingenieros de los siglos XVIII y XIX sí tuvieron muy presentes esas máximas crecidas conocidas para sus respectivos proyectos de reparación del puente y las marcaron con líneas

41 International Commission on Stratigraphy, según revisión de 2013. (http://www. stratigraphy.org/icschart/chronostratchart2013-01spanish.pdf).

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 235

horizontales en los planos (LÁMS. 1, 2, 8 y 10). El plano de Antonio Fortún del estado del puente en 1869 muestra con esas marcas horizontales que los tramos de la margen izquierda quedaban por debajo del nivel de las máximas crecidas conocidas entonces, por ello sus continuos deterioros (lám. 10).

e) Las posibilidades de cimentación de las pilas y los estribos. Como se ha visto, el lecho del cauce del río es de roca de pizarra, dura y resis tente, e idónea para las cimentaciones del puente. Con la erección del gran arco se intentó algo que ha sido común en la mayoría de los diseños de puentes históricos: que «el cauce principal del río por donde circulan las aguas bajas de estiaje quedara siempre libre, o bien que la construcción de las pilas no interfiriera excesivamente en aquellos casos en los que las aguas de estiaje alcanzaban un calado pequeño por la amplitud del cauce» (vid. el apartado 2.4.3 dedicado a la cimentación)42

f) La naturaleza del terreno de las orillas para que pudieran resistir los empujes laterales de las bóvedas. Hay una diferencia de cota muy pronunciada entre las dos orillas, pues la derecha está mucho más ele vada que la izquierda. Esto influyó –junto a las casuísticas anteriores– en la configuración de las diferentes alturas de los estribos y las pilas y las luces de los arcos. Por consiguiente hubo que dar más altura a la plata forma en la parte derecha y trazar el acceso en ese lado mediante rampa pronunciada. Así se ve bien en el plano del siglo XVIII y se aprecia algo en la fábrica actual. A partir del arco mayor la plataforma desciende hacia la orilla izquierda. El resultado era un puente con perfil ligeramente alo mado (LÁMS. 2, 8 y 10).

g) El coste económico. Siempre ha sido, huelga decirlo, un factor bá sico que tener en cuenta en la construcción del puente. Había que pagar a un elevado número de trabajadores: el maestro de cantería, los maestros de obras, los canteros, los carpinteros, los peones y los transportistas, entre otros. En el documento testamentario de Benito del Castillo se dice que había realizado la obra «por salario». Asimismo había que pagar los mate riales de la construcción.

En resumen, el número de arcos y sus luces es posible que fueran determinados por las condiciones de la cimentación, y que la rasante de la plataforma fuese fijada por la topografía de las orillas y sobre todo el establecimiento del desagüe. Para la altura de la plataforma sobre el río

42

58.

Gaspar Aranda Pastor 236 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p.

parece razonable pensar que fuesen determinantes los niveles máximos alcanzados por las avenidas del Guadalquivir. El sistema constructivo se elegiría en función de la mano de obra, los medios auxiliares y los materia les disponibles, utilizando procedimientos constructivos conocidos, expe rimentados, sencillos y económicos que procuraban la materialización útil y duradera del proyecto43. No obstante, a tenor de los continuos deterioros y definitivo arruinamiento sufrido en el siglo XIX en la parte izquierda del puente con las perpetuas avenidas, como más adelante veremos, parece evidente que ni el sitio escogido ni su diseño fueron los óptimos, en par ticular si se compara con otros puentes, como el de Montoro, cuya mejor situación y configuración le han librado de tantos problemas. En cualquier caso, a pesar de sus limitaciones, el hecho incuestionable es que la parte mejor lograda del puente renacentista, la derecha, se ha conservado en pie y está en pleno uso hasta nuestros días.

2.4.2. Los materiales constructivos y las posibles canteras. El puente fue construido con sillares de piedra arenisca, cantos rodados, arena y cal, más la madera para la cimbra. Los sillares de piedra arenisca rojiza (la azuca reña o molinaza) definen con su distribución y orden en la obra la imagen general del puente, creando un lenguaje propio que expresa de forma par ticular el comportamiento estructural. Conviene recordar que los materia les pétreos empleados en los puentes históricos españoles fueron elegidos, casi siempre, entre los que ofrecía la naturaleza más cercana: en el norte y oeste peninsular, el granito y el esquisto; en el sur y el este, la caliza y la arenisca. Los estudios analíticos realizados por Julio A. Clementson, Julia Barrios y Luis Montealegre identifican la piedra arenisca usada en nuestro puente como una roca del tipo arcosa con óxidos de hierro44 .

De los materiales de construcción empleados en la construcción de un puente, es la sillería la que requiere unos sistemas de transporte más com

43

M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 48.

44 Julio A. Clementson Lope, Julia Barrios Neira y Luis Montealegre Contreras, “Determinación de la mineralogía, composición química y textura del material pétreo empleado en los monumentos de Montoro (Córdoba)”, Macla, Revista de la Sociedad Española de Mineralogía, nº 11, septiembre 2009, pp. 59-60. Donde se observa que la composición mineralógica de esta piedra arenisca rojiza es cuarzo, feldespatos, micas, entre otros, con un cemento silíceo, ferruginoso (que da el pigmento rojo) y arcilloso. Se formó durante los períodos Permo-Trías (298-201), una época convulsa de la historia de la Tierra, cuando lo que hoy es la península Ibérica se encontraba situada en zona tropical y en el Este del supercontinente Pangea, a orillas del Mar de Tethys y bajo unas condiciones climáticas cálidas y áridas, con lluvias torrenciales ocasionales. (International Commission on Stratigraphy, según revisión de 2013).

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 237

plicados desde su lugar de extracción hasta la obra. Es lógico pensar que por economía y rapidez procedería del lugar más cercano que cumpliese las condiciones adecuadas. En el término de Marmolejo ha habido históri camente canteras de piedra azucareña, por ser un material abundantísimo en la zona45. Los ingenieros que en el siglo XIX reparaban el puente citaban tres canteras: del Pico de las Angosturas (próxima a las actuales escalina tas del Balneario), del arroyo de las Gradillas (zona del Pilar) y de Majadas Altas (o Majartas, en la zona del Camino del Barco). Otras canteras de períodos desiguales son las de la dehesa Cerrada, de la fuente la Paz, de la finca La Aragonesa, de la finca Santa Inés y del arroyo Andújar46. Cabe citar aquí el episodio que se recoge en un documento de 1788 donde se narra el trasporte con carros y carretas de «piedra de sillería» cruzando el puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir para la reparación de la torre de la iglesia parroquial de San Miguel de Andújar (vid. apartado 4).

La extracción de los bloques en la cantera se realizaría por medio de cuñas de hierro o de madera. Los sillares se transportaban en bruto, me dio labrados o ya labrados, dependía. Predominan en nuestro puente los colocados a soga, es decir, con la cara más larga vista al exterior, aunque también los hay dispuestos a tizón, viéndose la cara más corta. Hay silla res que alcanzan los 140 cm de largo. El aparejo es regular, con hiladas de sillares bien niveladas y organizadas (salvo algunas irregularidades debi das a los avatares del tiempo). Las superficies exteriores de los sillares no están lisas, sino abujardadas con las características rayas cortas y oblicuas. Hemos identificado hasta seis tipos distintos de marcas de canteros talla das en los sillares, a saber: A, X, +, C, L, 7 (las dos últimas marcas quizá sean la misma colocada unas veces boca arriba y otras boca abajo).

2.4.3. La cimentación. Siempre ha sido preciso cuidar en extremo las ci mentaciones de los puentes. Como se ha visto más arriba, en el nuestro se procuró cimentar en puntos estables del lecho del río y con la menor profundidad de agua posible. El lecho de rocas de pizarra confirió dureza y resistencia a la cimentación y minimizó, aunque no eliminó, el riesgo de

45 A lo largo de la historia la piedra azucareña ha sido muy utilizada en la comarca para la construcción de castillos, molinos, iglesias, casas consistoriales, viviendas, cortijos, aljibes, brocales de pozos, abrevaderos, etc. Julio Alejandro Clementson Lope, Caracterización de las propiedades de la arenisca roja de Montoro, sus alteraciones y su aplicabilidad para la construcción, tesis doctoral, Córdoba, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba, 2012, pp. 243-300.

46 Julio Alejandro Clementson Lope, Caracterización de las propiedades de la arenisca roja, pp. 27-30.

Gaspar Aranda Pastor 238 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Lám. 7. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Pila-tajamar-espolón izquierdo de la bóveda mayor. 7.1. Cimentación sobre el lecho rocoso de pizarras y gruesos cantos rodados con mortero. 7.2. Hilada de sillares fundacionales donde está la cartela 1, que tiene tapada su parte baja por la cadena de hormigón hidráulico. 7.3. Dos hileras de mechinales de la cimbra renacentista. (Foto, Gaspar A. P. 1999).

socavaciones, que ha sido uno de los temores para las pilas de los puentes a lo largo de la historia (LÁMS. 5 y 7). Cabe imaginar que durante el tra bajo de cimentación de las dos pilas del arco mayor –si bien se planificaron intentando que dejaran libre la corriente de las aguas bajas de estiaje o que no interfirieran excesivamente–, pudieron desviar el cauce, tal vez con una presa provisional, o utilizando ataguías, es decir, recintos cerrados con estacas de madera, para dejar secas esas zonas. Otra opción empleada en los puentes era profundizar en el lecho rocoso cavando para bajar lo ne cesario el nivel del cauce; situación esta que pudo darse en nuestro puente si se comprueba que los más de ocho metros de profundidad que hay debajo del arco mayor no son una hondonada natural (LÁMS. 1, 2, 8 y 10).

Al observar de cerca las bases del estribo derecho y las de las tres pilas primigenias con sus tajamares y espolones, se constata lo siguiente: en pri mer lugar, que las primeras hiladas de sillares, las de fundación (entre las que se hallan los dos sillares con las cartelas epigráficas) están asentadas directamente sobre las rocas de pizarra. Estas aparecen unas veces labra das en plano horizontal o escalonado y otras, sin ni siquiera desbastar, o

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El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017)

muy poco; igual ocurre en ciertas zonas sobre los gruesos cantos rodados con mortero bien apisonados que rellenan los huecos de las pizarras, los refuerzan y forman plataformas (LÁMS. 5 y 7). Además, se introdujeron pequeñas cuñas de ripio para conseguir la estabilidad deseada en las pri meras hiladas de sillares (en la restauración de 2007 se taparon) (LÁMS. 4 y 5). A mediados del siglo XX, se reforzó la base de la pila izquierda del arco mayor con una cadena de hormigón hidráulico (LÁMS. 4 y 7).

Las cimentaciones debían recibir las fuerzas transmitidas por los es tribos y las pilas a través de sus fábricas47. Que la parte original del puente haya subsistido durante más de cuatrocientos años a pesar de las fuertes riadas padecidas se ha debido, en buena medida, a que sus cimentaciones se obraron sólidas, robustas y estables. El plano del puente del siglo XVIII muestra una planta y sección del lecho rocoso del río con la mencionada hondonada debajo del arco mayor (LÁMS. 2 y 8). Se representan construi dos dos estribos (aunque el izquierdo parece que está rehecho, y tiene di bujado, curiosamente, un espolón), cinco pilas reforzadas con tajamares y espolones, y seis arcos desiguales. Parece que en nuestro puente se aplicó esa regla general de los puentes renacentistas que dice que «cada arco solo puede estar en su sitio, pues a cada lugar le corresponde un tamaño de luz y de flecha diferente; cada elemento ocupa un lugar determinado, y desde ahí se relaciona con la totalidad»48 .

2.4.4. Los estribos, las pilas, los tajamares y los espolones. El puente pudo ser construido «bóveda a bóveda» progresando desde una orilla a la otra, o desde ambas a la vez, con ayuda de las cimbras de madera. Es sabido que durante el proceso, las pilas pasaban por una situación de des equilibrio mientras recibían el empuje descompensado de una bóveda, lo que exigía la gran anchura de las pilas y la robustez de los estribos49. Por tanto, la función de los estribos es, como macizos de fábrica que son, for talecer los extremos del puente, sostener las bóvedas primera y última y contrarrestar sus empujes. El estribo original del extremo derecho se cons truyó unido a los muros que abren en V, es decir, a las manguardias, y no sobresale nada, cumpliendo así la regla general de que deben ser «cortos de profundidad para de este modo no estrechar la sección del cauce»50

47

48

49

M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 63.

M. Á. Aramburu-Zabala Higuera, Las obras públicas en la Corona de Castilla, p. 324.

J.J. Arenas, Caminos en el aire, p. 110; M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 112; M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 94.

50 M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 65.

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También dice la regla general que «cuando se tenían las manguardias, se optaba por construir un arco de menor luz a modo de desaguadero», como en efecto se presenta en nuestro puente. La elevada altura de este estribo vino dada por el nivel calculado de las avenidas máximas y por la rasante de la calzada (LÁMS. 1, 2, 8 y 10).

El aparejo de estos muros se muestra en las superficies menos rehe chas mediante bien organizadas y niveladas hiladas de sillares regulares, dispuestos a soga. El estribo izquierdo original no se ha conservado y el que se representa en el plano del siglo XVIII, que parece estar recons truido, se unía igualmente a las manguardias, y, cosa anómala, muestra un espolón adosado al muro. En cualquier caso, este estribo izquierdo fue sin duda bastante menos alto que el del lado derecho.

Las tres gruesas pilas primitivas conservadas, que cumplen digna mente la función de transmitir al terreno las cargas de las bóvedas y las sobrecargas que pasan por la calzada, tienen planta rectangular, con un es pesor que es igual al de las bóvedas –y al de la calzada–, esto es, alrededor de siete metros. Sus anchuras son, de derecha a izquierda, 8,19 m, 8,25 m y 5,22 m, según las mediciones tomadas por los ingenieros del siglo XIX. Las alturas están determinadas por la topografía del terreno y el perfil alomado de la plataforma. La relación entre las dimensiones del ancho de las pilas y de la luz de los arcos es un parámetro habitual empleado en el diseño y construcción de puentes desde al menos época romana, y oscila entre la mitad y la tercera parte51. Si se aplica esa regla a nuestro puente, tenemos que el ancho de cada pila del arco principal es la tercera parte de la luz de ese arco (que mide unos 24 m).

Para enfrentarse a la fuerza de las corrientes del río, las pilas aguas arriba están reforzadas mediante tajamares, o parteaguas, de planta trian gular con sombreretes semipiramidales, y, aguas abajo, con espolones de planta semicircular con sombreretes semicónicos. Los tajamares hacen también que mejore el tránsito del río bajo el puente y ayudan a evitar los perniciosos remolinos que socavan las cimentaciones52. Se decía que «de ben cortar el agua como la proa de un barco» y, asimismo, se recomendaba reforzar la «popa», esto es, los espolones, para intentar impedir los remoli nos traseros53. Las alturas dadas a los espolones y los tajamares en nuestro

51 J.J. Arenas, Caminos en el aire, p. 110; M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, pp. 33-38 y 70-81.

52 M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 49.

53 N. García Tapia, Técnica y poder en Castilla, p. 31.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 241

puente varían como las de las pilas, pero nunca superan los niveles de las claves de los arcos. Destacan por su volumen los dos potentes tajamares y espolones del arco mayor; al tajamar izquierdo hubo que recomponerle su ángulo frontal con duro hormigón hidráulico a mediados del siglo XX, pues desde al menos finales del siglo XVIII permaneció destruido, según se señala en el plano de Domingo Tomás (LÁMS. 2 y 8). En este plano se representa el puente con cinco tajamares y seis espolones; el sexto, ado sado en el lado izquierdo al muro de la manguardia de aguas abajo, como se ha visto antes.

Hay que llamar la atención, especialmente en estas partes del puente –pilas, tajamares y espolones–, sobre la excelente factura y regularidad de sus aparejos, con las hiladas de sillares bien niveladas y organizadas, a pesar de los avatares del tiempo. Algunos sillares alcanzan aquí los 140 cm de largo. Su disposición es a soga en su mayor parte, aunque también los hay a tizón, como por ejemplo se ve en torno a los mechinales (lám. 7). Hemos encontrado en estas partes del puente las seis marcas de canteros siguientes: A, X, +, C, L, 7.

2.4.5. Las cimbras, los mechinales, las bóvedas y los tímpanos. Cuando los pilares habían alcanzado la altura adecuada, empezaron a construir las bóvedas. Al menos las tres originales que se conservan se voltearon utili zando cimbras de madera, como demuestra la existencia de los mechina les, o agujeros rectangulares, donde se introducían y apoyaban las vigas de madera horizontalmente (LÁMS. 7 y 11). Desde la restauración del puente en 2007, casi todos los mechinales han quedado tapados. Subsistían tam bién hasta esa fecha trozos de vigas dentro de algunos mechinales en la primera bóveda de la derecha. La cimbra que tuvieron que construir para voltear la bóveda principal del puente, de unos 24 metros de luz y 12 de fle cha, hubo de ser grandiosa. Se realizaron en la fábrica tres filas horizontales de mechinales a ambos lados. Cada fila cuenta con seis mechinales no muy profundos con forma de cuña vertical. La fila inferior se hizo a la mitad de la altura del interior de la pila; la siguiente, justo por debajo de la línea de impostas (o línea de arranque de la bóveda); y la superior, en los riñones de la bóveda (lám. 7). Como ejemplo de cimbra, en la lámina 11 reproducimos el dibujo de la que construyeron para voltear las cuatro bóvedas iguales nuevas en la restauración del puente en el siglo XIX.

Son todas bóvedas de medio cañón, construidas con sillares unidos entre sí mediante mortero de cal. Las medidas de sus luces son, de derecha

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a izquierda: 9,58 m, 23,92 m (según las mediciones del siglo XIX) y 14 m. En el plano del siglo XIX que representa el estado del puente en ese mo mento, se dan las medidas de las dos bóvedas siguientes que finalmente fueron demolidas: 11,30 m y 11,20 m (lám. 10). Por tanto, ninguna de las luces es igual, aunque las dos últimas sí se acercan mucho. Tampoco las flechas se repiten, porque cada bóveda arranca de un nivel distinto sobre las pilas, como bien observó F. J. Rubiato54. A una menor luz, la línea de arranque de las bóvedas se situó a un nivel más alto. Así pues, la que la tiene más arriba es la primera de la derecha: a escasa distancia ya de la pla taforma, como puede verse in situ (ni en el plano del siglo XVIII ni en los del XIX se representó correctamente). Hay que recordar que esta bóveda, con una flecha de 16,45 m, se concibió a modo de desaguadero en lugar de un estribo saliente. Y la que la tiene más baja es la bóveda principal, casi en las bases de las pilas, con aproximadamente 16 m de flecha, tenidas en cuenta las fluctuaciones del nivel del cauce. Según el plano del siglo XVIII, las flechas de las bóvedas iban decreciendo hasta llegar a la última de la izquierda.

El espesor de las bóvedas se ve materializado al exterior en las boquillas, esto es, las roscas que forman las dovelas de los arcos. En la bóveda principal, la boquilla está formada por dos roscas de dovelas superpuestas colocadas en posición vertical, siendo más largas las de la primera rosca55. Según J.J. Arenas, «la doble rosca supone la ventaja de sobrecargar la cim bra con solo la primera rosca, la cual en cuanto se cierra en la clave cons tituye ya una bóveda parcial que, junto a la cimbra, está en condiciones de soportar el peso de la segunda rosca de piedra. Consecuencia de esta doble rosca es una mayor seguridad de construcción»56; si bien, M. Durán escribe que «se desconoce si la doble capa se extiende al interior y si su finalidad era la de incrementar el espesor de la bóveda para mejorar su estabilidad; un ejemplo se ve en el puente de Alcántara»57. La bóveda a su izquierda presenta también doble rosca, pero la superior tiene las do velas en posición horizontal; además, curiosamente, la semirrosca de la

54 F. J. Rubiato, Los puentes del Guadalquivir, p. 75.

55 Solución similar de doble rosca ya presentaba la hoy desaparecida bóveda principal del puente de Mazuecos (1561-1568), con trazas de Andrés de Vandelvira y Francisco del Castillo «el Mozo», y muestra hoy el puente de Ariza, en cuyo diseño también intervino Andrés de Vandelvira hacia 1562. José Policarpo Cruz Cabrera, “Una obra desconocida de Andrés de Vandelvira y Francisco del Castillo: el puente de Mazuecos de Baeza”, Archivo Español de Arte, nº 272, 1995, p. 385, Láms. 3 y 4.

56 J.J. Arenas, Caminos en el aire, p. 112.

57 M. Durán Fuentes, La construcción de puentes, p. 75.

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derecha arranca desde más arriba que la de la izquierda. Por el contrario, la primera bóveda de la derecha muestra rosca única, con las dovelas dis puestas en vertical.

Los tímpanos son los paramentos verticales de sillería que quedan entre las bóvedas, con forma entre triangular y trapecial. En su parte baja están protegidos por los sombreretes de los tajamares y espolones. En la alta, se adapta a la plataforma de perfil alomado del puente. El aparejo se ordenó en hiladas de sillares dispuestos predominantemente a soga, aun que también los hay a tizón. En la restauración de 2007, se ha procurado corregir las desviaciones en las hiladas de sillares y rellenar las pérdidas de material; también se han aplicado amplios y superficiales encintados de mortero blanco en las juntas de los sillares, en vez de un rejuntado profundo que no ocultara ni unificara tan exageradamente el aparejo de la fábrica58

2.4.6. La plataforma, la calzada y las manguardias. La plataforma, o tablero, sobre la que se dispone la calzada tiene la rasante con rampas en los accesos sobre los estribos, al menos en el izquierdo que se conserva, y con una prolongada y suave pendiente. La calzada es amplia, 7,25 m sin los pretiles y 6,20 m con ellos. Su longitud total a día de hoy, con la restaura ción del siglo XIX, es de 128 m, de los cuales 66,60 m corresponden apro ximadamente al tramo de calzada del siglo XVI. Desconocemos la clase de enlosado que pudo tener la calzada en origen, si es que lo tuvo. En el siglo XVIII se decía que era camino «para herradura y no para ruedas», y que era necesario reparar el empedrado de la calzada sobreponiendo encima del mismo «media vara (unos 40 cm) de cascajo» en todo el ancho de su paso desde la entrada a la salida del puente para evitar los golpes que todo carruaje ocasionaba al pasar por los empedrados (vid. apartado 4).

En los extremos de la calzada sobresalen del terreno las partes altas de las manguardias, esto es, los dos muros abiertos en V que refuerzan los estribos. Las del lado derecho parecen ser las originales, con evidentes reparaciones. La manguardia de aguas abajo tiene 19,85 m de longitud y su compañera, 36,50 m. Los pretiles actuales (75-80 cm de altura y 50 cm de anchura) fueron colocados en la calzada durante la restauración del puente en el siglo XIX.

58 Manuel Durán Fuentes, “Experiencias en la restauración de puentes y caminos históricos”, Revista Ingeniería y Territorio, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2011, nº 92, pp. 32, 36 y Láms. 6 y 7.

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3. EL PUENTE EN EL SIGLO XVII: «QUE SE ACABASE LA PUENTE»

El siglo XVII es el período más escaso en referencias relevantes con servadas sobre el puente. Aun así, a través de las Actas capitulares de la ciudad de Andújar, de cuya jurisdicción dependía Marmolejo, se pueden extraer algunos datos dignos de mención.

Sin duda, la noticia de más interés y al mismo tiempo llamativa se encuentra en el Acta capitular nº 2 del año 1608, donde se hace referencia a una petición del concejo del lugar de Marmolejo, con fecha de 11 de sep tiembre, para «que se acabase la puente del río de Guadalquivir por ser de tanta importancia para los trajinantes y pasajeros así vecinos de esta ciu dad y del dicho lugar y su comarca como de los demás que suben a Cas tilla y bajan a el Andalucía»; y más adelante se detalla que «este concejo tiene por casi acabado un puente en el río de Guadalquivir así para el ser vicio y paso de la dicha ciudad [Andújar] y de este lugar [Marmolejo] a los heredamientos de Cerrada y demás de ello para el paso a Castilla y Toledo así para los vecinos de esta tierra y comarca como de Andalucía y de todos los arrieros y tratantes que van y vienen del Andalucía a Castilla y de Cas tilla al Andalucía»59. Por tanto, las obras de construcción del puente de San Bartolomé no se habían terminado por completo, después de treinta años transcurridos desde la culminación de su bóveda principal. Hasta 1623, incluso, se sigue señalando en las Actas que «la puente de Marmolejo no se ha acabado aún de construir»60. Si bien en primera instancia puede pa recer sorprendente tal retraso en el remate de las obras, no lo es tanto si se tiene en cuenta que a finales del siglo XVI en las Cortes del Reino se denunciaba precisamente que «de trescientas puentes que se hazen por repartimiento ahora hay una acavada», porque las obras se llevaban lo más despacio posible «para que dure la granjería»; incluso hubo construc ciones que se desplomaron por los malos materiales en ellas empleados, originando estos fracasos nuevos repartimientos61. En las Actas de las Cor tes de Castilla se reflejaba que un problema principal en las obras de los

59 Archivo Histórico Provincial de Andújar, Acta capitular nº 2 del año 1608, signatura 3351, folios 168v y 169r. Enrique Gómez Martínez, “Vivir en Marmolejo en el siglo XVII”, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, núm. 162, t. III, 1996, pp. 16551667, especial. pp. 1660 y 1661.

60 Carlos de Torres Laguna, Historia de la ciudad de Andújar y de su patrona la Virgen de la Cabeza, libro quinto: Andújar a través de sus actas capitulares, Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 1981, p. 71.

61 Pablo de Alzola y Minondo, Las obras públicas en España. Estudio histórico, Madrid, 1899 (reedición, estudio preliminar Antonio Bonet Correa, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ediciones Turner, 1979, pp. 144-145).

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El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017)

puentes era la corrupción de maestros de obras y corregidores, conchaba dos para llevarse el mayor beneficio posible; los corregidores procuraban por todos los medios adjudicar las obras a determinados maestros y al más alto «remate» posible62. Son aspectos estos que confirman la situación de España en el siglo XVII, que se caracterizó por una generalizada crisis política, económica y social, debida a las epidemias, a otras catástrofes naturales, a las continuas y cruentas guerras internacionales, a la intrusión de la Iglesia en la vida pública y privada, y a gobernantes incompetentes63.

En el caso de nuestro puente, a falta de más indicios, la causa del re traso quizá podría deberse a la escasez de financiación para terminar las obras, pues en la misma Acta núm. 2 de 1608 el concejo de Marmolejo «su plicaba» a la ciudad de Andújar, para poder terminar las obras, «hubiese por bien de que se arrendase la dehesa de Cerrada por los años que fuese necesario». Es decir, como había hecho en 1573, Marmolejo ahora en 1608 solicitaba el arrendamiento de una dehesa para con esos fondos sufragar las obras; aunque entonces la petición iba dirigida al Consejo de Castilla y ahora a la ciudad de Andújar. Hay que recordar que el 4 de marzo de 1585 la ciudad de Andújar había adquirido el privilegio «para que ahora ni en ningún tiempo le puedan ser vendidos ni apartados de su jurisdicción los lugares de Villanueva [hoy, de la Reina] y Marmolejo, por 40.000 ducados con que sirve, privilegio que sin embargo hubo de confirmar, “para mayor corroboración de dicha venta y para que cesen consecuencias y se eviten pleitos”, en 1636, pagando otros 30.000 ducados»64. La mencionada De hesa Cerrada, así llamada por su difícil acceso al encontrarse encerrada entre los ríos Guadalquivir y Yeguas, fue siempre un pago muy impor

62 M.A. Aramburu-Zabala, La arquitectura de puentes, pp. 30-33. Para el retraso en la terminación de las obras de puentes en Castilla y León a finales del siglo XVI y principios del XVII, Aramburu-Zabala ha constatado tres casuísticas: que la obra se arruinara mientras se trabajaba en ella por sorprenderle riadas imprevistas (por ello se solía trabajar en verano), por resultar una traza inadecuada o por impericia o codicia de los artífices al ahorrar materiales (sobre todo en la mezcla de cal y arena) y en una mala cimentación.

63 Antonio Domínguez Ortiz, España, tres milenios de historia, Madrid, Marcial Pons, 2001, pp. 157-182.

64 Archivo General de Simancas, Mercedes y privilegios, leg. 258. (Alberto Marcos Martín, “Sobre desmembraciones, incorporaciones y ventas de señoríos eclesiásticos y de órdenes militares en Castilla durante el siglo XVI”, en Salustiano de Dios, Javier Infante, Ricardo Robledo, Eugenia Torijano (coords.), Historia de la propiedad: la expropiación: VII Encuentro Interdisciplinar, Universidad de Salamanca, 2010, pp. 51-82, especial. pp. 52 y 53, nota 11).

Gaspar Aranda Pastor 246 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

tante, cuyos aprovechamientos fueron motivo de pleitos repetidos entre Marmolejo y Andújar a lo largo de la centuria65.

Las Actas capitulares de Andújar recogen también las siguientes no ticias destacadas sobre nuestro puente en este siglo XVII66: martes 31 de marzo de 1609, «que se vean por los caballeros comisarios encargados ello las cuentas de la hacienda de la fábrica de la puente de Marmolejo»; lunes 19 de junio de 1623, «la puente de Marmolejo, de la jurisdicción de Andú jar, no se ha acabado aún de construir. Hay algunas opiniones adversas sobre los tres mil ducados que se entregaron al concejo de Marmolejo para ello y se toman acuerdos encaminados a resolver este asunto»; viernes 13 de febrero de 1626, «como consecuencia del intenso y prolongado tempo ral, cuyas “furiosas lluvias” han ocasionado muchos daños, se acuerda que se arreglen los puentes del Guadalquivir»; viernes 16 de abril de 1649, «se custodia el puente de Marmolejo, además del de Andújar, el Jándula y el barco de Villanueva, para exigir rigurosamente la sanidad a los que por ignorancia pretendan ir a la celebración de las fiestas de la Virgen de la Cabeza, por el peligro de contagio de la peste que existe en Andalucía».

Por el interés de los datos que se enumeran en el Acta capitular núm. 2 de 1608, la transcribimos íntegra a continuación67:

«Este día a este Cabildo se presenta una petición y acuerdo del lugar del Mar molejo que es del tenor siguiente:

El concejo, justicia y regimiento del lugar del Marmolejo, jurisdicción de esta ciudad, con su procurador des ciudad que en un acuerdo que en nuestro Cabildo se acordó en once días del presente mes se trató de suplicar a esta ciudad hubiese por bien de que se arrendase la dehesa de Cerrada por los años que fuese necesario para que se acabase la puente del Río de Guadalquivir por ser de tanta importancia para los trajinantes y pasajeros así vecinos de esta ciudad y del dicho lugar y su comarca como de los demás que suben a Castilla y bajan a el Andalucía. Y para que se hiciese de nuevo otra puente en el río de la Yegua hacia el sitio que dicen de los Membrillejos por ser así mismo camino muy frecuentado por donde se lleva y trae cantidad de aceite y mercadurías y desde esta ciudad y su jurisdicción reciben gran beneficio y para que no cese con las crecientes y avenidas del río la utilidad que del dicho pasaje y trajinación se sigue.

65 M. Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir”; E. Gómez Martínez, “Vivir en Marmolejo en el siglo XVII”, pp. 1662-1664.

66 Carlos de Torres Laguna, Historia de la ciudad de Andújar, pp. 47, 71, 76, 118 y 119.

67 A.H.P.A., Acta capitular núm. 2, signatura 3351, folios 168v y 169r. Agradezco a Eloy Jiménez Jiménez la corrección de la transcripción.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 247

Todo el dicho lugar del Marmolejo queremos exponer la utilidad particular que de la dicha dehesa se le sigue por acudir a el bien común y público que de fenecer y hacer la dicha fábrica de las dichas puentes se sigue alargando esta ciudad para el dicho efecto la cantidad con que se les suele acudir cuando se arrienda la dicha dehesa de conformidad de ambos concejos. Por tanto, pedimos y suplicamos a Vuesas Mercedes manden ver el acuerdo del dicho cabildo, de que hacemos presentación, y pues la causas en él puestas son jus tas, lo manden aprobar y que se ponga en efecto lo que por él se trata, pues es de tanta utilidad así a los vecinos de esta ciudad y del dicho lugar como de otras partes, que de más de ser cosa justa el concejo y el dicho lugar recibirá muy gran merced. Y para ello ¿es testigo? el Lcdo. Ramírez de Aguilera. En el lugar del Marmolejo, jurisdicción de la ciudad de Andújar, a once días del mes de septiembre de mil seiscientos y ocho, se juntaron en las casas del cabildo de este lugar, según lo han de uso y costumbre, es –a saber: Cristóbal López Pulido, alcalde ordinario; Antón Sánchez de Perales; Miguel Ruiz Polo; Manuel de Perales; Antón Cano Granados; Pedro Suárez Ruano, regidores y oficiales del cabildo, por presencia de mí, el escribano del cabildo, a tratar cosas convenientes al servicio de su Majestad. Y bien de esta ¿...? y en este cabildo se trató lo siguiente:

Dijeron que por cuanto este concejo tiene por casi acabado un puente en el Río de Gualdaquivir así para el servicio y paso de la dicha ciudad y de este lugar a los heredamientos de Cerrada y demás de ello para el paso a Castilla y Toledo así para los vecinos de esta tierra y comarca como de Andalucía y de todos los arrieros y tratantes que van y vienen del Andalucía a Castilla y de Castilla al Andalucía, y en los confines del término de la ciudad de Andújar pasa el río de la Yegua, el cual se atraviesa y pasa por el sitio de los Membri llejos; y lo atraviesan todos los pasajeros y tratantes de manera que ¿...? y de aguas por las avenidas y muchas aguas que dicho río lleva cesan los tratos y pasaje, de más de que este lugar y su comarca tienen muchos tratos y aprove chamientos de la otra parte del río de la Yegua y cesan por los dichos incon venientes, y así mismo de toda tierra de Trujillo, Extremadura y los Pedroches tienen muchos tratos, así en la ciudad de Andújar como en este lugar, y cesan y se van por otras partes los arrieros y tratantes, por no poder pasar por el dicho río de la Yegua; y todo esto tendría remedio si se hiciese un puente o un paso como de molinos, con sus alcantarillas en el dicho río para que porte así en tiempo de riadas como en los demás se pudiese pasar sin peligro el dicho río y este paso con esta otra puente de Guadalquivir sería de tanta utilidad // y provecho a la dicha ciudad y este lugar y aún a toda el Andalucía y Castilla, que vendrá a ser muy frecuentada esta dicha de bastimentos y los mercados de la dicha ciudad; y es muy nacido el hacer dicho paso y puente; para ello este lugar no es poderoso para hacerlo a solas aunque en ello por ser el primer lugar se harán y precisado como es y para tenga efecto ¿...? suplica a la ciudad de Andújar, justicia y regimiento de ella que cese en su ¿tº? y que en ¿...? más beneficio recibirá cesar la demanda la hace con la… que se puede y demande a que aproveche que para que se haga la dicha ¿...? pueda proceder a ello,

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desde luego se podrá remediar de toda la hierba y bellota de Cerrada y en sí de su parte ¿...? de este concejo. Y así suplican a la dicha ciudad mande ver lo susodicho y siendo como es tan útil y necesario, manden se haga el dicho paso en el dicho río de la Yegua ¿…? que la dicha ciudad mande vender la dicha hierba y bellota de la dehesa de Cerrada por este presente año y el venidero de mil seiscientos y nueve a quien más por ellos diere, con las condiciones que los años pasados este concejo ha prestado consentimiento y ¿...? haga el dicho paso y si menos fuere menester de los dichos dos años lo que sobra se ha de dar la mitad a este lugar como los años pasados y con esto se efectúe lo susodicho y mandan se lleve un traslado de este acuerdo a la dicha ciudad. Lo que se sirva de mandar se haga y efectúe lo susodicho y así lo mandaron y firmaron Cristóbal López Pulido, Antón Sánchez de Perales, Miguel Ruiz Polo, Manuel de Perales, Antón Cano Granados, Pedro Suárez, ante mí, Pedro Díaz de Salcedo, escribano del cabildo. Y yo, Pedro Díaz de Salcedo, escribano del Rey y ¿...? y escribano público de este lugar del Marmolejo doy fe de lo susodicho y en fe de ello hice mi signo a tal en testimonio de verdad. Pedro Díaz Salcedo, escribano público.

Y habiéndose entendido, la ciudad acordó que el aprovechamiento de la dicha dehesa se alargue y remita para que, juntamente con el que el dicho lugar tiene de la dicha dehesa, hierba y bellota de ella, y de todo juntamente se pueda hacer y haga la dicha puente del río La Yegua, según y como en el acuerdo del dicho lugar del Marmolejo se contiene, con que la liberación y carga que esta dicha ciudad hace para la dicha puente sea solo por dos años, para de marzo del año venidero de seiscientos y nueve y de marzo de diez; y si más tuviere de costa el obrar la dicha puente de lo que montare el aprovechamiento de los dichos dos años ha de ser por cuenta y acuerdo del dicho lugar, y se ha de acabar su costa o a lo de menos de su mitad de aprovechamiento de la dicha dehesa de los años venideros sin que el dicho lugar pueda alegar ni decir cosa en contrario; y se obligan aceptando este acuerdo según su tenor y forma para que esta ciudad les pueda apremiar al cumplimiento de ella. Y para que más bien se haga la dicha puente lo cometió la dicha ciudad a los Sres. D. Alonso de Piédrola y Manuel Pérez de Vargas, regidores».

4. EL PUENTE EN EL SIGLO XVIII: EL INFORME DE LA ACADEMIA

Debido a las avenidas del Guadalquivir en el año 1783 y al paso continuado de carros cargados de piedra para la reparación de la torre de la iglesia de San Miguel de Andújar, se habían advertido quebrantos en varios arcos del puente68. En 1788, el lugar de Marmolejo solicitó «que 68 Carlos de Torres Laguna anota que ya el lunes 3 de septiembre de 1691 «estaban empezadas las obras en la torre de la iglesia de San Miguel, pues se acordó prohibir, por el mucho daño que hacían también en el puente de Andújar, que pasaran por el mismo los carros cargados de piedra para dicha obra; la cual consistía al parecer en el revestimiento externo del cuerpo bajo de la torre, para su refuerzo y para intentar

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Lám. 8. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Plano del arquitecto académico Domingo Tomás, firmado en Granada el 27 de junio de 1789. (Archivo Histórico Nacional, Madrid).

se llevara a puro y debido efecto la reparación del puente por exigirlo la necesidad»69. Una serie de irregularidades, principalmente económicas, en la planificación de las reparaciones por parte de los maestros de obras locales, dio lugar a que recayera en la Real Academia de Bellas Artes la responsabilidad de controlar el proceso de reparación, por lo cual pro puso al arquitecto académico Domingo Tomás para que examinara la fábrica y emitiera un informe del estado real del puente con el coste de la reparación.

Precisamente, entre los años 1777 y 1792 las comunicaciones del país experimentaron un gran avance gracias al impulso ilustrado del secretario corregir así la inclinación grave que tenía la torre» (Carlos de Torres Laguna, Historia de la ciudad de Andújar y de su patrona la Virgen de la Cabeza, libro quinto: Andújar a través de sus actas capitulares, Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 1981, p. 191).

69 Archivo Histórico Nacional (A.H.N.), Consejos, legajo 1.362 (669); Inocencio Cadiñanos Bardeci, “Puentes de Jaén”, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 176, tomo II, julio-diciembre, 2000, pp. 671-715, especial. pp. 704-706.

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de Estado Floridablanca70. En estos momentos, el Consejo de Castilla y la Real Academia de Bellas Artes eran las máximas autoridades en las com petencias de los caminos y puentes de España. El primero se ocupaba de la aprobación de las obras públicas y a la segunda incumbía la aprobación de los diseños de los puentes. No obstante, ante cierta situación de desorden y de escasa eficacia en general en el conjunto de la actividad constructiva estatal en algunas zonas de España, en 1786 se constituye una comisión específica para examinar, dictaminar y poner “control efectivo de cuantas obras públicas de cierta importancia se hacían en el Reino”71. La autoridad de esta Comisión da fuerza a los académicos-arquitectos para imponer sus criterios.

4.1. El plano del puente realizado por Domingo Tomás en 1789 (LÁMS. 2 y 8)

A solicitud del intendente de la provincia de Jaén, Pedro López Ca ñedo, el arquitecto académico Domingo Tomás (Cervera, 1746 – Graena, 20 agosto 1800)72 emite el informe sobre el estado del puente, fechado en Granada el 27 de junio de 1789. Para ilustrar y complementar el escrito realizó un plano con la planta y el alzado del puente y de parte del en torno inmediato. El diseño está dibujado en negro-grisáceo y coloreado en turquesa para el agua, amarillo pajizo para el perfil del terreno y un poco de rosado para la reparación de un tajamar, como ya vimos. Representa, a escala en varas castellanas, el estado general del puente en ese momento, construido por completo de sillería, con disposición asimétrica, con seis arcos desiguales en luces y flechas, cinco pilas provistas de tajamares y espolones, perfil con doble inclinación y manguardias abiertas en V en los extremos. El examen de cerca de los detalles del aparejo de la fábrica detecta, al compararlos con la parte del puente original que ha llegado a nuestros días, sin embargo, que la representación de esos pormenores fue solo aproximativa y no del todo fiel a la realidad, pues se trazaron a mano alzada las dovelas y los sillares. En la parte superior del plano, Tomás escribió una interesante leyenda explicativa de las letras indicadas en el diseño, la cual trascribimos aquí para entender mejor el dibujo (lám. 8):

70 Juan José Arenas, Caminos en el aire, pp. 409-423.

71 Juan José Arenas, Caminos en el aire, pp. 423-426.

72 Relación general de académicos (1752-2015), Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Archivo-Biblioteca, Madrid, actualizado a 30 de enero de 2016. http://www. realacademiabellasartessanfernando.com/assets/docs/academicos/relacion_general_ de_academicos.pdf (consulta 8/02/2016).

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«Diseño del Puente del Marmolejo, sobre el río Guadalquivir, en que hoy el plan general se demuestra su situación, y con color de agua mar la regular corriente de agua que traía a primeros de marzo [de 1789] en que se practicó el reconocimiento y lo demás que corresponde se expresa en el informe que acompaña y en la siguiente explicación. (A.) Fachada del puente. (B.) Tajamar que tiene arruinada la parte que se demuestra con tinta de color rosado, cuyo remiendo, según informe de los naturales, se ha ejecutado repetidas veces, que como hasta de presente se contentaron con solo reparar el triángulo que hoy su punta se demuestra en la planta con el mismo color más bajo, con faci lidad lo han podido desprender los maderos de las remesas que pasan por allí todos los años de cuenta del Rey, por tanto para que pueda quedar con más seguridad se cajeará al muro el otro triángulo unido que en la misma planta se demuestra con el mismo color más subido, que con otras precauciones que se expresan en el Informe, se puede esperar el que quede firme y duradero. (C.) Altura regular de las aguas y de cuando se practicó el reconocimiento. (D&ac.) Color pajizo que demuestra el perfil del terreno con parte de altura de los cerros que tiene a uno y otro costado. (EE.) Altura de aguas de las mayores avenidas del año de 1783, que llegaron a zozobrar por encima del camino en el sitio F. (GG.) Terreno que en el Informe se propone desmontar para dar desahogo a las aguas del rio si llegaran a ser tan cuantiosas como las del otro año 83. (HH&ac.) Plan del río que es de piedra pizarra, que como va descendiendo con más profundidad hacia el canal del río, aun cuando en las avenidas grandes lleguen a zozobrar por encima del camino en minorando siempre volverán a su actual caja. (K.) Sitio de donde podrán sacar el guijo para rellenar la media vara que se propone sobreponer sobre el empedrado que tiene el paso del puente. Al costado del machón que señala la letra Y, hoy su medio debajo del arco, hay un foso, el que ha ocasionado algún reparo al machón, cuyo reparo está algo conmovido, y para asegurarle conviene que aquella hondura se rellene con mampostería hasta dos tercias, o una vara más bajo que los peñascos de pizarral que tiene en la demás superficie del plan del río. (L.) Dehesa del lugar del Marmolejo (MM.) Paso del puente. (NN.) Camino que viene del lugar del Marmolejo al puente».

4.2. Análisis del informe emitido por el arquitecto académico Domingo

Tomás en 1789

Lo hemos dividido en los diez puntos siguientes:

1. Empieza el informe criticando al autor del puente: «Hubo mucha falta de dirección en la construcción de sus arcos», «debe infe rirse que su director sería de escasa inteligencia, y que habiendo faltado a buena construcción en lo que está visible, también falta ría al cuidado que se requiere a la obtención de los lechos de las dovelas [quizás se refiera a los sillares en general]».

Gaspar Aranda Pastor 252 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

2. El arco mayor «no tiene lesión alguna».

3. Todos los arcos son de cantería y, por tanto, ninguno de mam postería, como luego en el siglo XIX sí lo serán las dos pilas de la margen izquierda, las del pontón (lám. 10).

4. Es visible en los cinco arcos, aparte del mayor, la falta de traba zón de los sillares y la falta de «la igualdad que debían guardar cada una de las hiladas de sus dovelas [quizás sillares]».

5. Se dice que las anomalías en los sillares eran «causas muy sufi cientes para que con los retemblidos y las grandes avenidas [que] han ocasionado al puente se ha motivado cierta conmoción que dichas dovelas [quizás sillares] manifiestan haber tenido, ha biéndose desprendido la cal con que debieron tomar sus juntas».

6. En el segundo arco de la margen izquierda «ha tenido algún mo vimiento el contorno de su semicircunferencia», es decir, la rosca o boquilla del arco.

7. Tomás afirma que parte de los citados defectos no son recien tes, sino que «habrá muchos años que los tiene, bien que con las exorbitantes avenidas del año de 1783 tomarían algún aumento».

8. Sin embargo, no cree que hubiera necesidad de reparar tales de terioros, porque habría que «deshacer y volver a construir aquellos arcos menores (tan solo se libraría el mayor), cuyos gastos serían de consideración, que contrapesados con los muchos años que aquel edificio puede subsistir en cuya forma está y con la resistencia que ha acreditado en las referidas avenidas de dicho año de 83, es mi sentir que de presente no hay necesidad de reparar dichos defectos».

9. Intervenciones que Tomas sí creía prioritarias llevar a cabo:

a. Reparar el empedrado de la calzada del puente, sobrepo niendo encima del mismo «media vara (unos 40 cm) de cascajo en todo el ancho de su paso desde la entrada a la salida del puente para evitar los golpes que todo carruaje ocasiona al pasar por los empedrados, y que allí son mayores a causa de estar construido con piedra crecida y tener la bajada (la pendiente inclinada) que demuestra el diseño, que habiendo el guijo, o cascajo, al extremo de las cortinas (es decir, las man

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guardias) del mismo puente, bien a poca costa se lograría este remedio». Por tanto, el guijo se traería de las laderas inmedia tas, como se indica en su plano (lám. 8).

b. Hacer un desmonte del terreno en la orilla izquierda, que es la más baja, para procurar restar extensión y altura a las grandes avenidas del río en el puente y que se extiendan por esta zona.

c. Reparar el tajamar izquierdo del arco mayor, «el reparo más urgente y de mayor necesidad que conviene ejecutarse», que se muestra pintado con color rosado en el plano. Consisti ría en reponer en el ángulo del tajamar los sillares perdidos, uniéndolos con mortero (mezcla de cal y arena) y grapas de hierro. «Los sillares serán labrados a escoda con sus tiradas, procurando el que no tengan faltas de piedra en sus lechos, juntas ni paramentos y que la piedra sea de la cualidad más dura que se halle en aquellos contornos aun cuando tenga algún más costo». En las primeras décadas del siglo XX esa parte del tajamar se veía fracturada, si bien hoy está recom puesta con duro hormigón.

d. Tapar con mampostería un foso entre los peñascos de pizarra debajo del segundo arco de la margen izquierda, «rematando con un fuerte empedrado bien ejecutado con mezcla de cal».

10. Respecto a la parte económica, las «obras bien ejecutadas po drán tener de costo la cantidad de veinte y nueve mil reales de vellón, y ejecutándose el desmonte propuesto para que tomen más ensanche y menos elevación las aguas del río en las raras y exorbitantes avenidas por éste, se regula su costo en diez y ocho mil reales, que a una suma las referidas obras ascenderán a la cantidad de 47.000 reales poco más o menos».

4.3. Informe del maestro de obras José María de Armenteros en 1796

Con fecha de 21 de noviembre de 1796 –hacía ya cinco años que Mar molejo era independiente de Andújar–, el maestro de obras José María de Armenteros presenta un informe a petición del superintendente de la provincia de Jaén, José Ventura Pérez de Lerma, del estado del puente sobre el Guadalquivir en «la villa del Marmolejo». Para esta inspección utilizó como guía el informe hecho previamente por el arquitecto acadé mico Domingo Tomás en 1789, que le fue mostrado por el entonces alcalde de Marmolejo Santiago Gómez Caviedes. En el plano del puente hecho

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por Tomás señaló Armenteros con números del 1 al 4 los sitios donde él proponía hacer reparaciones. Del informe redactado por José María de Armenteros cabe destacar los siguientes puntos:

1. En primer lugar, Armenteros manifiesta que no se habían «eje cutado los reparos que constan del diseño y declaración del refe rido arquitecto D. Domingo Tomás», después de siete años trans curridos, y que sería conveniente que se llevaran a cabo.

2. Indica que la calzada que pasa por el puente era «camino real para herradura y no para ruedas», es decir, para caballerías y no para carros, porque «su fábrica [del puente] no está construida con el arreglo y solidez que corresponde para resistir un conti nuo paso de carruajes».

3. Considera Armenteros que no deben quitarse los «marmolillos que hay puestos para evitar el paso de dichos carruajes» hasta que no se realicen las reparaciones que él propone en el puente.

4. Sobre estas reparaciones, él observa «cuarteos y quiebras que hoy tiene» a los que Domingo Tomás no hacía mención en su informe, e interpreta que quizás se deban a que se produjeron después de realizado el informe del arquitecto académico. Estas son las nuevas restauraciones que Armenteros propone para el puente (lám. 8):

a. La rosca del primer arco de la margen izquierda (no indica si de la cara de aguas arriba o de abajo, y que él señala con el nú mero 1 en el plano de Domingo Tomás) tiene cuarteos en sus dovelas y tronzada la clave. Por lo que considera «indispensa ble apear dicho tramo y volverlo a hacer de nuevo uniéndolo con toda solidez a la obra vieja. Igualmente se harán todas las juntas de dicho arco por estar escalfadas (es decir, no lisas sino como con vejigas), con mezcla fina de dos partes de cal y una de arena y cuñas de piedra viva». Así pues, se corrobora de nuevo que en 1796 el puente en su acceso desde Marmolejo aún conservaba este primer arco, así como el segundo, y no había todavía ningún pontón de madera (LÁMS. 2, 8 y 10).

b. El espolón de la segunda pila (señalado con el número 2 en el plano, LÁMS. 2 y 8) tenía escalfada su cimentación. A lo cual plantea el maestro de obras que «se acompañará su cepa forrándola de sillería, dándole su cimiento correspondiente y

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dos pies y medio de retiro del plomo de dicho cubo al que se recibirá formando escarpe la última hilada de unión de ambas sillerías».

c. En el arco tercero también observa cuarteos en las dovelas y propone, en vez de rehacer la rosca como en el arco primero, poner «unos ligadores a distancias en la quiebra (...) reapre tando por el interior y exterior de las dovelas que se hallan abolsadas, por ser obra mayor el desarmar dicho arco para su perfección, pudiendo permanecer mucho tiempo con dicho reparo igual».

d. «También se recalzarán los pedazos de cimientos que se mani fiestan colgados por diversos sitios, así en los machones como en manguardias o cortinas, haciendo todas las juntas que se miran escalfadas en todo el puente de la mezcla fina que llevo referida dejándolo todo con arreglo a arte y la solidez que corresponde».

e. De las reparaciones propuestas por Domingo Tomás, consi dera Armenteros que serían realizables las tres siguientes: rellenar de mampostería el «lago que va demostrado en la planta y anotado con el nº 4»73, «hacer el tajamar en la forma que tiene dicho» y «echar el casquijo encima de dicho em piedro» (LÁMS. 2 y 8). El costo de las mismas sería de 27.500 reales.

5. El costo de las reparaciones propuestas por Armenteros sería de 21.630 reales, que, unidos a los 27.500 reales de las realizables propuestos por Tomás alcanzaría un total de 49.130 reales.

5. EL PUENTE EN EL SIGLO XIX: LA DESTRUCCIÓN PARCIAL Y LA RESTAURACIÓN ECLECTICISTA

El siglo XIX presenció el desarrollo de técnicas tan novedosas en los puentes como los arcos de hierro fundido, los puentes colgados de cables formados por alambres, los tramos rectos de vigas de hierro y, más tarde,

73 Tal vez Armenteros confundiera en el texto de Tomás ese lago con el foso al pie de la pila segunda que este indicó con la letra Y, porque no consta en el informe escrito de este arquitecto académico ninguna mención a tal lago. En cualquier caso, no deja de sorprendernos que, ciertamente, todavía hoy existe activa una charca en ese sitio concreto señalado con el número 4, si bien ahora se encuentra, tras la reconstrucción decimonónica, anexa a la segunda pila del tercer arco nuevo.

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Lám. 9. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Tímpano entre el tercer arco renacentista (derecha) y el primero de la restauración eclecticista (izquierda). Obsérvese la diferencia de los sillares regulares y la mampostería concertada (Foto, Gaspar A.P 1999).

de acero y, en las postrimerías de la centuria, las obras de hormigón en masa y armado; todo lo cual no obstaba para que las obras clásicas de fábrica (es decir, hechas de piedra y de ladrillo) se siguieran construyendo de modo sistemático para el cruce de los ríos74. Esta última opción fue la empleada, con notable resultado, en la restauración decimonónica del puente de Marmolejo.

Restauración en la que se procuró que el tramo que iba a hacerse nuevo guardara cierta relación con el antiguo, según la idea del ingeniero encargado, Antonio Fortún, en su proyecto original de 1869. Esta idea la respetaron y mantuvieron los ingenieros que a posteriori intervinieron en la obra. Sin embargo, aunque Fortún decidió no introducir una creación radicalmente diferente en la restauración –pudiendo haberla hecho, ade más, con menor coste económico y de tiempo–, tampoco copió de forma mimética la fábrica primigenia. De esta manera incorporó algunas varia ciones en los materiales y en determinados aspectos técnicos. El efecto fi nal conseguido en la restauración fue la aparente reintegración de la imagen

74 J. J. Arenas, Caminos en el aire. Los puentes, vol. 2, p. 623.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 257
El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017)

de conjunto del puente al verlo de lejos, manifestando con claridad de cerca la diferencia entre lo antiguo y lo agregado (lám. 9)75.

Al mismo tiempo, la fusión de diferentes recursos materiales (la sille ría, la mampostería y el ladrillo), recursos técnicos (los desiguales apare jos, entre otros) y recursos estéticos (como las combinaciones de formas regulares e irregulares) dio como resultado una suerte de tramo nuevo del puente del estilo constructivo llamado eclecticista, propio de la época76 Y ello, con unas geometrías simples y depuradas, unos acabados que sor prenden por su cuidado, teniendo siempre presente una preocupación to tal por la economía, como se reitera en los proyectos. No olvidemos que este tipo de obras de fábrica, con sus boquillas y bóvedas bien trabajadas y tímpanos limpiamente ordenados, resultaban, ya entonces, construccio nes caras y los presupuestos disponibles para ellas eran escasos77 .

La oportunidad para esta definitiva reparación del puente vino al amparo del Plan general para la mejora de la red de carreteras, aprobado por Real Orden de 6 de septiembre de 1864, a iniciativa del Ministerio de Obras Públicas, que contemplaba la construcción de la línea entre Andújar y Vi llanueva del Duque por Villanueva de Córdoba y Pozoblanco, pasando por Marmolejo y su puente (la actual carretera C-420). Gracias a este plan, por el cual también se construyeron el puente sobre el río Yeguas y dos más pequeños sobre los arroyos Seco y del Agua (o del Ecijano), se contribuía «a hacer más cortas las comunicaciones de las provincias de Jaén y Córdoba con una parte de la de Ciudad Real», como el ingeniero Fortún apuntaba en su proyecto78 .

75 Recordemos como paradigmas del siglo XIX de esta técnica de restauración, denominada posteriormente reintegración de la imagen o restauración filológica o restauración arqueológica o restauración crítica, las intervenciones llevadas a cabo por los arquitectos Giuseppe Valadier y Raffaele Stern en dos monumentos emblemáticos de la Roma de fines del siglo I d.C., el Coliseo y el Arco de Tito. En ellas se ensaya esta técnica, desde 1807 a 1826, sustituyendo con un material diferente al original las partes perdidas o muy deterioradas, de manera que se recupera la forma inicial de modo simplificado, manifestando con claridad la diferencia entre lo antiguo y lo añadido. Véase al respecto, María José Martínez Justicia, Antología de textos sobre restauración. Selección, traducción y estudio crítico, Universidad de Jaén, 1996, pp. 11-21.

76 Este estilo estético, desarrollado en la segunda mitad del siglo XIX, consistía a grandes rasgos en la conciliación de modelos y recursos múltiples en un mismo proyecto. Véase al respecto, Ángel Isac, Eclecticismo y pensamiento arquitectónico en España. Discursos, revistas y congresos (1846-1919), Diputación Provincial de Granada, 1987, pp. 7, 29-31.

77 J. J. Arenas, Caminos en el aire. Los puentes, vol. 2, pp. 623 y 624.

78 Archivo Histórico Provincial de Jaén (A.H.P.J.), legajo nº 31645, años 1867-1880, “Memoria descriptiva”, en el Proyecto para la construcción de la carretera de tercer orden de

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5.1. Fechas y hechos principales en torno al puente

El siglo XIX se ha definido en términos generales como el del desa rrollo económico y social de las naciones del Occidente europeo, que en España se vio ensombrecido por guerras civiles y el ocaso del imperio ultramarino. El sexenio 1808-1814, decisivo en la historia de nuestro país, empezó con un levantamiento, seguido de una guerra contra el invasor francés y, simultáneamente, una revolución que alteró el orden políticosocial vigente desde hacía siglos79.

El puente de Marmolejo tuvo su papel en la historia de la Guerra de la Independencia española. El 10 de julio de 1808, soldados franceses bajo el mando del general Dupont, que estaba asentado con su ejército en Andú jar, destruyen dos arcos del puente, según la versión que de este episodio de la Batalla de Bailén proporciona el militar, estadista y escritor francés Maximilien-Sébastien Foy en su obra Histoire de la guerre de la Péninsule sous Napoléon (1827). Su relato dice así: «Dupont estaba en guardia. Puesto que los españoles se extendían por su izquierda hasta Aldea del Río [hoy Villa del Río], un oficial del cuerpo de ingenieros se dirige el [día] 10 [de julio de 1808] con un batallón por la orilla derecha del Guadalquivir al puente de Marmolejo, y destruye dos arcos a pesar de algunos disparos de fusil de los españoles para evitarlo»80

No obstante, unos días después (al parecer el 15 de julio), el coronel español Juan de la Cruz de Mourgeón, encargado de controlar el sector de Sierra Morena al norte de Andújar y del hostigamiento del ejército francés en aquella zona, cruza el Guadalquivir por nuestro puente, pues aunque cortado anteriormente ya estaba transitable, según refieren el mismo Foy81 y el historiador conde de Toreno en su Historia del levantamiento, guerra

Andújar a Villanueva del Duque. M. Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir”, pp. 50 y 51; “El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir”.

79 A. Domínguez Ortiz, España. Tres milenios de Historia, pp. 252-295.

80 Maximilien-Sébastien Foy, Histoire de la guerre de la Péninsule sous Napoléon, tomo 4, París, Baudouin Frères, 1827, p. 60. Agradecemos a Eloy Jiménez Jiménez habernos dado a conocer esta referencia y su traducción del francés.

81 «La acción se inició sobre toda la infantería en línea. A la derecha de los franceses, el teniente-coronel don Juan de la Cruz [de Mourgeón] cruzó con 1800 españoles [al parecer fueron 3189 hombres de la División de Montaña] el Guadalquivir por el puente de Marmolejo, que había sido reparado, y alcanzó los montes de la Sementera [quizá fuese la Centenera] a la derecha y algo detrás de la posición del general Dupont. El general de brigada Lefranc acudió con el sexto provisional, obligó al cuerpo del ejército de flanqueadores a replegarse y regresó a Andújar». Maximilien-Sébastien Foy, Histoire de la guerre de la Péninsule sous Napoléon, p. 65.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 259
El Puente de San Bartolomé de Marmolejo (1573-2017)

y revolución de España (1835)82. Por tanto, según los citados autores, el 10 de julio de 1808 los franceses cortaron el puente al destruir dos de sus arcos y, a las pocas jornadas, su paso se hizo otra vez transitable. Lo que no se explica es cómo se rehabilitó el paso. Los dos arcos destruidos debieron de ser del lado izquierdo del puente, pues es la parte que llegó, hasta el momento de su restauración en la segunda mitad del siglo XIX, suplida por un pontón de madera (lám. 10).

Bajo el reinado de Isabel II tuvieron lugar la desamortización ecle siástica de Mendizábal (1836-1837) y la desamortización civil de Madoz (1855). Este último político, Pascual Madoz, que llegó a ser ministro del Gobierno, era el editor del autorizado Diccionario geográfico (vid. apar tado 1.2), donde se reflejó que el puente de Marmolejo sobre el Guadal quivir estaba «destruido en parte desde 1821»83 y que «se pasa por unos tablones»84. Curiosamente no se alude a la supuesta destrucción parcial del año 1808, sino a la del 1821. Esta última se debió a la gran riada del Guadalquivir la noche del día 25 y el día 26 de diciembre de ese año, que en la ciudad de Córdoba, donde incluso se llegaron a registrar víctimas mortales, inundó la parroquia de San Nicolás de la Ajerquía y el Campo de la Verdad85. En Villa del Río, quedó registrada esa fuerte avenida del río en un azulejo cerámico que en la actualidad se conserva en el restaurante La Estrella86. Los tablones por los que se pasaba en el puente de Marmolejo

82 «Instando de todos lados para que se acometiese decididamente al enemigo, celebraron en Porcuna, el 11 de julio, los jefes españoles un consejo de guerra, en el que se acordó el plan de ataque. Conforme á lo convenido, debía D. Teodoro Reding cruzar el Guadalquivir por Mengíbar y dirigirse sobre Bailén, sosteniéndole el Marqués de Coupigny, que había de pasar el rio por Villanueva. Al mismo tiempo D. Francisco Javier Castaños quedó encargado de avanzar con la tercera división y la reserva, y atacar de frente al enemigo, cuyo flanco derecho debía ser molestado por las tropas ligeras y cuerpos francos de D. Juan de la Cruz [de Mourgeón], quien, atravesando por el puente de Marmolejo, que, aunque cortado anteriormente estaba ya transitable, se situó al efecto en las alturas de Sementera [quizá fuese la Centenera]». Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, tomo I, Madrid, imprenta de don Tomás Jordán, 1835, p. 390; citado por M. Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir”.

83 P. Madoz, Diccionario geográfico, t. IX, p. 505.

84 P. Madoz, Diccionario geográfico, t. XI, p. 241.

85 J. Cabrera, “Cuando el río se desborda”, El Día de Córdoba, 28 febrero 2010. Esta riada también la documentó D. Teodomiro Ramírez de Arellano y Gutiérrez en sus Paseos por córdoba, ó sean apuntes para su historia (tomo 3, Córdoba, Imprenta de d. Rafael Arroyo, 1877, p. 350), en los siguientes términos: «En 26 de diciembre de 1821 llegó el agua á la ventana de la sacristía de San Nicolás, y anduvieron barcos por la puerta del Puente, calle de Lineros y otros varios puntos».

86 La inscripción pintada en el azulejo dice así: «Nº2. ASTA AQVI LLEGO EL RIO

Gaspar Aranda Pastor 260 JORNADAS DE
DE MARMOLEJO
HISTORIA

en ese momento eran en realidad vigas de madera procedentes de la Sierra de Segura. El profesor de la Universidad de Jaén Eduardo Araque Jiménez ha relatado el episodio de la llegada de esas vigas al puente:

«A finales de 1821, mientras Pedro Fernández Martínez preparaba la con ducción a la que en su momento hicimos referencia [de vigas de madera por el río hasta Cádiz], un fuerte temporal provocó una crecida del Guadalimar en las inmediaciones de Siles, que acabó arrastrando las 1500 vigas que este proveedor tenía preparadas para abastecimiento del Arsenal de La Carraca [en Cádiz]. La fuerte crecida de este río y del Guadalquivir destruyeron el puente de Marmolejo, por lo que los vecinos de esta localidad, que en aquellos momentos procedían a la recolección de la aceituna, no encontraron mejor so lución para reconstruir provisionalmente el puente que utilizar las vigas de madera que habían escapado al control del maestro de río. Pasado el tiempo, Pedro Fernández Martínez reclamó una y otra vez al Ayuntamiento los 4500 reales que importaban las vigas utilizadas en la reparación del puente»87

El Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Jaén conserva una serie de documentos en los que se mencionan datos acerca del estado del puente de Marmolejo en la primera mitad del siglo XIX. Cabe destacarse, por ejemplo, que en 1842 el Ayuntamiento de Marmolejo remite para su aprobación el expediente para la reparación del puente, utilizando el so brante de la venta de la dehesa de la Cerrada y del Ormazal, de sus bienes de propios88. En 1859, varios hacendados solicitan se invierta el fondo so brante de propios en la reparación de los puentes sobre el Guadalquivir y el arroyo Salado, y otras obras89 .

El 20 de diciembre de 1849, la Gaceta de Madrid publicaba la noticia, tomada a su vez Del Avisador de Jaén del 15 de diciembre, de que había previsto en esas fechas un proyecto para el puente, quizá de restauración. La noticia dice así: «Sabemos que esta semana entrante pasa el Ingeniero del distrito á reconocer el puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir, á

LA NOCHE DEL DIA 25 DE DBRE [DICIEMBRE] DE 1821». Agradecemos a Antonio Manuel Herrera Casado habernos dado a conocer la existencia de este azulejo.

87 Eduardo Araque Jiménez, Los últimos pioneros. El transporte fluvial de madera desde las Sierras de Segura y Cazorla (1894-1950), Universidad de Jaén, p. 174. En la nota 139 de su texto indica la fuente documental utilizada: Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Jaén (A.H.D.P.J.), legajo 2869/57 titulado: «Pedro Fernández Martínez, vecino de Sílex, reclama del ayuntamiento de Marmolejo el importe de unas maderas de su propiedad utilizadas por aquél en la construcción de un puente».

88

A.H.D.P.J., legajo 3552/15. En 1825, el alcalde había emitido informe sobre incidencias en las reparaciones del puente (legajo 2826/11).

89

A.H.D.P.J., legajo 2867/11.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 261

fin de remitir antes de finalizado el año el proyecto que está haciendo de orden del Gobierno»90 .

Sin embargo, hasta 1869 no se redacta un proyecto de restauración del puente con visos de ser llevado a buen fin. El examen de los documentos conservados en el Archivo Histórico Provincial de Jaén sobre la reparación demuestra que su transcurso completo duró –como también lo había su puesto su proceso de construcción– demasiado tiempo. En total, diecisiete años, desde 1869 en que se redacta el primer proyecto hasta 1886 en que se dan por recibidas definitivamente las obras. El denominado Segundo período moderado en España (1856-1868) propició que se aprobara el Plan general para la mejora de la red de carreteras de 6 de septiembre de 1864, y por ende que se emprendiera la restauración de nuestro puente. Sin em bargo, los seis años siguientes, que corresponden al Sexenio revoluciona rio (1868-1874), estuvieron marcados por nada menos que cinco cambios de régimen –incluida la primera República–, lo que supuso para el caso concreto del puente que se ralentizara el proceso de restauración. El 15 de junio de 1869, el ingeniero encargado Antonio Fortún presenta el proyecto de reconstrucción parcial del puente91. En 1871, se subastan las obras y se adjudican a un contratista92. Pero pasan tres años y las aprobadas repara ciones permanecen estancadas.

El 25 de julio de 1874, el nuevo ingeniero encargado, José María Iturralde, presenta un proyecto reformado adicional al de 1869, que se aprueba casi dos años y medio después, el 21 de noviembre de 187693. Entre otras propuestas, incluía la construcción de un puente provisional de madera adosado en parte al de fábrica, para cruzar el río mientras se efectuaban las obras de reparación94; si bien, al final, tal puente no se llegó a hacer y fue sustituido por una barca, al ser más económica95

90 Gaceta de Madrid, núm. 5621, de 20/12/1849, p. 2.

91

A.H.P.J., legajos nº 31643 y 31645.

A.H.P.J., legajo nº 31650. Memoria de la liquidación de la obra hecha en la carretera de 3er. orden de Andújar a Villanueva del Duque, el ingeniero encargado Joaquín Zayas, 1 de diciembre de 1883.

92

93

A.H.P.J., legajos nº 31643 y 31650. Proyecta Iturralde construir un puente provisional de madera adosado al de fábrica para cruzar el río mientras se efectúan las obras de reparación; pero al final no se construye y se suple con una barca.

94

A.H.P.J., legajos nº 31643 y 31644. Un plano del puente con el dibujo del provisional de madera ha sido publicado por Francisco Javier Rubiato en su libro Los puentes del Guadalquivir, p. 74.

95 A.H.P.J., legajo nº 31644. Se decidió instalar una barca para permitir el tránsito público del río mientras durasen las obras del puente: el 30 de abril de 1878 se había aprobado el establecimiento de la barca, a unos 300 metros aguas abajo del puente,

Gaspar Aranda Pastor 262 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

El período de 1874 a 1885, el de la Restauración monárquica de Al fonso XII, se define en general como de cierta estabilidad institucional por la coyuntura económica favorable que atravesó Europa con la Segunda Revolución Industrial, de la que España participó en cierta medida. En Marmolejo, entre los días 4 y 7 de diciembre de 1876 un fuerte temporal provocaba riadas en el Guadalquivir. En sesión ordinaria de 7 de diciem bre, el Ayuntamiento acuerda el nombramiento de una comisión encar gada de los trabajos de reparación del pontón destruido96. El día 12, el contratista de las obras del puente presenta una instancia reclamando una indemnización por la pérdida de materiales acopiados para la reparación en la orilla izquierda, y que fueron arrastrados por los fuertes aluviones97 En enero de 1877, el Ayuntamiento da cuenta al gobernador civil de la provincia de los daños ocasionados en el puente por las maderas que des cendían por el Guadalquivir, causantes de destrozos en el pontón98.

El 10 de abril de 1877, se dan por recibidas, provisionalmente, las obras del primer tramo de la carretera de 3er orden de Andújar a Villanueva del Duque, entre el punto de empalme en la carretera de 1er orden de Madrid a Cádiz hasta la salida del puente de Marmolejo; y el 4 de agosto de 1879 se reciben de forma definitiva, pero sin haberse terminado la reparación del puente99, pues en agosto de 1880 consta que se derriba «la parte ruinosa» del puente para reconstruirla en mejores condiciones100. El 2 de septiembre de 1882, se dan por recibidas, provisionalmente, las obras de construcción del puente sobre el río Yeguas y de reparación del de Marmolejo sobre el río Guadalquivir101. El 1 de diciembre de 1883, el nuevo y último ingeniero encargado, Joaquín Zayas, presenta una Memoria de la liquidación y ajusta el presupuesto final102. El día 25 de mayo de 1886, se dan por recibidas definitivamente las obras de construcción del puente sobre el río Yeguas y de reparación del de Marmolejo sobre el río Guadalquivir, según quedó plasmado en el acta de recepción103:

es decir, por la zona de la actual Fuente de los Socialistas, en sustitución del puente provisional de madera.

96

M. Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir”, p. 51, según las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Marmolejo de los años 1876 y 1877.

97

A.H.P.J., legajo nº 31645.

M. Perales Solís, “El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir”, nota 4, según las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Marmolejo de los años 1876 y 1877.

98

99

100

101

102

103

A.H.P.J., legajos nº 31645 y 31646.

A.H.P.J., legajos nº 31645 y 31646.

A.H.P.J., legajo nº 31643.

A.H.P.J., legajo nº 31650.

A.H.P.J., legajo nº 31643.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 263

«Reunidos en la villa de Marmolejo, el veintidós de mayo del corriente año [1886], los señores D. José María Iturralde, ingeniero jefe de esta provincia, D. Joaquín Zayas, ingeniero encargado de la carretera de 3er. orden de Andújar a Villanueva del Duque y D. Rafael García Morillo, contratista de las obras nue vas de la misma, se procedió a un detenido reconocimiento de las ejecutadas para la construcción del puente sobre el río Yeguas y reparación del de Marmolejo, en el Guadalquivir, y habiendo sido llevadas a cabo con arreglo, en un todo, a las condiciones facultativas de la contrata, y encontrándose ambas obras en perfecto estado de conservación, se dieron por recibidas definitiva mente, sin perjuicio de que la Superioridad se digne disponer, extendiéndose por duplicado las presente acta que firmamos los expresados señores, en Jaén a veinticinco de mayo de mil ochocientos ochenta y seis».

5.2. Los artífices de la restauración del puente

A diferencia de las limitaciones que nos encontramos a la hora de estudiar el puente renacentista por la inexistencia de documentación gráfica y escrita del proyecto original, ahora sí contamos con abundante docu mentación de su proceso de reparación. Se encuentra formando parte del general y muy amplio Proyecto de carretera de 3er. orden de Andújar a Villa nueva del Duque en su sección comprendida entre Andújar y el límite de esta provincia con la de Córdoba, que consta de memorias descriptivas, planos, pliegos de condiciones facultativas, presupuestos e informes varios. En concreto, se elaboraron dos proyectos principales: el original redactado por el primer ingeniero encargado de las obras, Antonio Fortún (1869), y el posterior reformado por el segundo ingeniero encargado, José Ma ría Iturralde (1874-1876), si bien al final hubo notorias modificaciones con adiciones y supresiones. Por ello, es difícil a veces distinguir entre lo pro yectado y lo realizado de verdad, siendo la mejor solución la observación directa y atenta de la fábrica. En la Memoria de la liquidación, hecha por el tercer y último ingeniero encargado, Joaquín Zayas (1883), se constatan las diferencias entre las obras proyectadas para el puente el 21 de diciembre de 1876 y las finalmente ejecutadas, ajustando el presupuesto final104.

Hay que tener en cuenta que los ingenieros funcionarios solían rea lizar este tipo de obras públicas por administración, esto es, disponiendo de un contratista que obedecía sus órdenes y al que pagaban estrictamente los gastos de mano de obra, medios auxiliares y materiales. En palabras del catedrático de Ingeniería J.J. Arenas, esos ingenieros del siglo XIX fue 104

A.H.P.J., legajo nº 31650.

Gaspar Aranda Pastor 264 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

ron «auténticos emprendedores»105. Para el caso del puente de Marmolejo se dispuso también de ese modo: las obras fueron llevadas a cabo por contrata bajo la dirección y supervisión de los ingenieros de la Dirección General de Obras Públicas de Jaén. En el proyecto primigenio se indicaba que debían terminarse las obras en cuatro años, o como muy tarde el 16 de agosto de 1875, si bien las fechas previstas se incumplieron de largo. Durante los diecisiete años de duración del proceso hubo tres ingenieros de Caminos, Canales y Puertos jefes de la provincia: Luis Sainz, Antonio Molina y José María Iturralde; otros tres ingenieros de Caminos, Canales y Puertos encargados directamente de las obras: Antonio Fortún, José María Iturralde y Joaquín Zayas; más varios ingenieros inspectores, como José Barco y Manuel González Martí; dos contratistas, en primer lugar Juan Antonio de España y en la fase final Rafael García Morillo. Numerosos fueron los operarios entre canteros, peones de canteros, mamposteros, al bañiles, carpinteros, peones braceros (obreros no especializados) y peones menores o muchachos. Los medios de transporte con conductores eran carros de bueyes, carros de dos caballerías, carros de una caballería, caba llería mayor y caballería menor.

Según la Memoria de la liquidación de la obra hecha, redactada por el inge niero encargado Joaquín Zayas el 1 de diciembre de 1883, al presupuesto aprobado el 21 de noviembre de 1876 para la reparación del puente, que ascendía a la cantidad de 52286,052 escudos, hubo que sumarle un presu puesto adicional aprobado el 30 de octubre de 1881 de 12317,867 escudos, más otro presupuesto de 2941,363 derivado del aumento del precio del transporte del ladrillo, resultando un importe total de 67545,282 escudos. No obstante, tras cuantificarse la supresión de algunas obras previstas y algunos cambios, que ulteriormente no se consideraron imprescindibles, la valoración hecha de la obra quedó finalmente en 60970,658 escudos106.

5.3. El estado del puente en 1869 (lám. 10)

La mejor descripción formal y técnica del estado del puente en ese momento se encuentra en la Memoria descriptiva redactada por el ingeniero Antonio Fortún, con detalles y datos interesantes, así como en los ilustrati vos dibujos de los planos firmados por él, con plantas, alzados y medidas, que son como fotografías de la época (lám. 10). Para ser fieles a la narra

105 J. J. Arenas, Caminos en el aire. Los puentes, vol. 2, p. 624. 106 A.H.P.J., legajo nº 31650.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 265

Lám. 10. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Plano del ingeniero Antonio Fortún con el estado en que se hallaba en 1869, antes de su reparación. En la parte izquierda, el pontón de madera. (Archivo Histórico Provincial de Jaén).

ción del ingeniero, citamos en los siguientes párrafos sus propias palabras (entre corchetes añadimos algunas aclaraciones):

«El puente que existe sobre el Guadalquivir, que como hemos enunciado con viene aprovechar para paso de la carretera en estudio, se compone de dos partes distintas, una fábrica de cuya construcción no se conserva noticia [se refiere a la original renacentista] y otra de madera construida en época más reciente. La primera consta de cinco arcos de medio punto de distinta luz y cuyos arranques no se encuentran en el mismo plano horizontal. Las luces empezando por la margen derecha son respectivamente de 9,00 m, 23,92 m, 13,90 m, 11,30 m y 11,20 m. La parte moderna se compone de tres tramos de 6 metros de luz, formados cada uno de ellos de largueros de madera que se apoyan por sus extremidades sobre pilas de mampostería y se hallan sosteni dos en su punto medio por sopandas y jabalcones. El ancho entre los pretiles en la parte antigua es de 6 metros y de 3 en la parte moderna».

Fortún reconoce aquí la parte original del puente de cinco bóvedas de diferentes luces, aunque ignora por completo su historia, y el pontón o tramo formado por tres sencillas estructuras de madera que cruzaban tres vanos sobre dos pilas de mampostería (lám. 10). Dice de «mampostería» no de sillares, por lo que cabe deducir que esas dos pilas no eran de la fábrica original del puente, sino construcciones más recientes. En el co rrespondiente plano están dibujadas esas tres estructuras de madera, que se asemejan a una mesa con las patas abiertas, donde las sopandas son los maderos horizontales que soportan la plataforma de tablones y de largas vigas (los largueros), y los jabalcones son los maderos inclinados (como las

Gaspar Aranda Pastor 266 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

patas de la mesa) que, ensamblados a ambos extremos de las sopandas, las apoyan. Continúa la descripción:

«De lo que del estado actual del puente se desprende parece ser que en un principio estuvo formado de una serie de arcos cuya luz iba disminuyendo progresivamente, de modo que la rasante inclinada del puente iba a encontrar la línea del terreno próximo al punto donde terminan hoy los muros en ala [es decir, las manguardias] y que por consiguiente en la parte que hoy es de madera existían antes dos arcos de menor luz que los que han quedado en pie, los cuales debieron ser derruidos en una de las grandes avenidas del río».

Trata Fortún en este párrafo de la evidente disminución progresiva de las luces de los arcos y de la inclinación de la rasante del tablero del puente. Deduce que debió de haber dos arcos en la parte del pontón de madera, por tanto, siete en total; sin embargo, en el informe y el plano de 1789 del arquitecto académico Domingo Tomás se representa un solo arco en esa parte y un estribo saliente (que parece reconstruido).

5.4. Análisis de la restauración eclecticista del puente

Este apartado está fundamentado en la magnífica Memoria descriptiva hecha por el ingeniero Antonio Fortún en 1869, la cual hemos reordenado parcialmente según el esquema que propusimos para el análisis cons tructivo del puente renacentista en las seis partes o fases siguientes: 1.- El planteamiento de la obra. 2.- Los materiales constructivos y las canteras. 3.- La cimentación. 4.- Los estribos, las pilas, los tajamares y los espolones. 5.- La cimbra, las bóvedas y los tímpanos. 6.- La plataforma, la calzada, las manguardias y los pretiles.

5.4.1. El planteamiento de la obra de restauración. Una vez examinado con detenimiento el estado del puente, el ingeniero encargado Antonio Fortún planteó en su Memoria descriptiva que podían «aprovecharse para paso de la carretera los cuatro arcos de la margen derecha, cuyas pilas y bóvedas presentan la suficiente estabilidad y no exigen sino pequeñas reparaciones para hacer desaparecer los deterioros que han sufrido los tajamares y fren tes de aguas arriba a consecuencia del choque de las maderas arrastradas por el río en las grandes avenidas. En cuanto al quinto arco y tramos de madera se hallan en un estado completo de ruina y no es posible pensar en aprovecharlos». Sigue más adelante: «Se decidió derribar y reconstruir el estribo izquierdo y las dos pilas siguientes, así como también el arco que apoyaba en las pilas 3ª y 4ª. Pero al hacer la obra se vio que la pila 3ª se

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hallaba en malísimo estado y que convenía derribarla también». Por tanto, propuso una intervención bastante drástica, que implicaba el derribo total de la quinta bóveda renacentista, en vez de procurar consolidarla, labor que suele ser más costosa en esfuerzo, tiempo y dinero. Cinco años más tarde, el ingeniero encargado José María Iturralde propondrá en su Memo ria descriptiva destruir también la cuarta bóveda renacentista. No admite duda que el frágil pontón de madera sí era conveniente sustituirlo por una construcción más sólida que diera mayor estabilidad al puente, que es lo que se hizo (LÁMS. 1 y 10).

En cuanto a las dimensiones de las luces que habría que darle a las bóvedas nuevas, Fortún nos lo explica en una frase: «Hemos dado 11,20 metros de luz a los arcos con objeto de que la primera pila se asiente sobre el mismo cimiento en que descansa hoy la pila del quinto arco que como hemos dicho ya hay necesidad de derribar». Es decir, la luz de la bóveda que se iba a demoler fue la que se repitió en los siguientes arcos nuevos. Para proyectar las flechas y los desagües, desarrolla un plan que por el interés de sus datos transcribimos aquí:

«En los planos que se acompañan y que se refieren tanto al estado actual del puente como a las obras que se proponen hemos indicado la altura a que lle gan las aguas en el estiaje, en las avenidas ordinarias y en las extraordinarias. Los dos primeros datos ha sido posible marcarlos con completa seguridad, no así el tercero pues además de la dificultad de encontrar testigos presenciales, sabida es la exageración con que por lo general se dan esta clase de datos, mayor cuanto más aumenta el número de años transcurridos desde el aconte cimiento y mayores son las proporciones del fenómeno. Así pues la altura que se indica en los planos como la de las mayores avenidas y que está conforme con las noticias recogidas en la localidad nos parece sumamente exagerada y que lo mismo sucede con la altura asignada para las mayores avenidas en el puente de Andújar situado aguas arriba del que nos ocupa.

Partiendo de estos datos en nuestro concepto [inexactos?], hemos determi nado la sección de desagüe correspondiente a la altura de las mayores crecidas tanto en el puente que se proyecta como en el de Andújar, obteniendo para el primero una sección de desagüe de 1178,92 metros cuadrados y de 1105,66 para el segundo.

Si consideramos que dos [?] hechos en estiaje, uno junto al puente de Andújar y otro junto a Villa del Río han dado los siguientes resultados: Andújar, 22,41 m2 de sección; 0,75 de velocidad; 16,80 m3 de gasto; Villa del Río, 18,50 m2 de sección; 1,06 de velocidad; 19.61 m3 de gasto; se comprenderá el inmenso volumen de agua a que las secciones referidas podrán dar paso.

Gaspar Aranda Pastor 268 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO

Teniendo en cuenta la exageración que no puede menos de haber en los datos de que hemos partido, el volumen tan considerable de agua a que podría dar paso las secciones halladas, considerando además que la sección obte nida para el puente de Marmolejo es mayor que la correspondiente a la al tura máxima de la marcada para el puente de Andújar y al mismo tiempo la corta duración de estas crecidas y que el aumento de velocidad por la clase de terreno del emplazamiento y disposición de la obra no es muy de temer, creemos que la sección de desagüe que presenta es muy suficiente aun en las mayores crecidas».

5.4.2. Los materiales constructivos y las canteras. Como en la construc ción del puente en el siglo XVI, para su restauración se emplearon la lla mada piedra azucareña, la piedra de cantos rodados, la arena, la cal y la madera. La novedad ahora fue la utilización del ladrillo y del hormigón hidráulico. En los pliegos de condiciones facultativas se describen los ma teriales107

La piedra azucareña de color rojizo es ampliamente usada otra vez, si bien ahora hubo de labrarse con dos formas diferentes: la sillería regular y la mampostería irregular. Los sillares se emplean para las dovelas de los arcos, para los revestimientos de los tajamares y los espolones, para las líneas de impostas (esto es, la hilada horizontal de separación entre la bóveda y el paramento interior de la pila), para los dos ángulos o aristas verticales de unión del estribo con las manguardias, para la cornisa que recorre toda la parte alta del puente por debajo de los pretiles, y también para estos últimos. La mampostería concertada, cuyo aparejo irregular puede recordar de lejos al nido de las abejas, se utiliza para los tímpanos, para los zócalos interiores de las pilas y del estribo, así como para los pa ramentos de las manguardias.

En cuanto a las canteras de procedencia de la piedra, en el Proyecto de 1869 se especificaba que la azucareña, cuya composición «es la de una are nisca silícea de grano fino, color rojo y no gran resistencia», debía proceder de las canteras del Pico de la Angostura y del Arroyo de las Gradillas, ambas en las cercanías del puente; sin embargo, en el Proyecto reformado de 1876 se estimó que la piedra de esas canteras «no tenía condiciones acepta bles para tal obra» y se decidió cambiarla por otra de las canteras del lugar

107 Pliego de condiciones facultativas que, además de las generales aprobadas en 10 de julio de 1861, deberán regir en la ejecución de las obras de esta carretera, Capítulo 2: “Condiciones a que deberán satisfacer los materiales y su mano de obra”. Dentro del “Proyecto para la construcción de la carretera de tercer orden de Andújar a Villanueva del Duque”. (A.H.P.J., legajo nº 31645, años 1867-1880).

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 269

denominado Majadas Altas (o Majartas), situadas bastante más lejos, en la zona del Camino del Barco.

Los ladrillos, de tono ocre y unas dimensiones genéricas de 20,8 cm de largo, 4 cm de alto y 14 cm de ancho (según el Pliego), debían ser «en teros, duros, sonoros y no heladizos». Se emplean únicamente en el re cubrimiento de las bóvedas. Se dice en primer lugar que procederán «de los alfares que existen en la localidad, pero si al contratista le conviniese fabricarlos por su cuenta, podrá hacerlo con tal que ofrezcan las calidades requeridas», y al final se trajeron de Arjonilla. La madera sirvió para mon tar la cimbra, el andamiaje y para otras labores auxiliares, y, aunque no se especificaba su procedencia al principio, cuando se proyecta el puente provisional de madera sí se pide que sea de pino de la Sierra de Segura o de la de Cuenca, «de veta fina y dura, perfectamente seca y sin que pre sente defecto alguno». La piedra de cantos rodados, para los rellenos y el firme de la calzada, debía ser de naturaleza caliza dura, procedente de los terrenos inmediatos y del propio río. La arena, silícea, para el recebo y los morteros, se sacó del Guadalquivir y de «los llanos del Salado». El hormigón hidráulico se usó en una capa impermeable extendida sobre las bóvedas, de 10 cm de espesor, con mezcla hecha de cemento procedente «de la fábrica de Alcaudete».

Gracias a los informes hechos a raíz de los daños ocasionados por las avenidas del Guadalquivir en diciembre de 1876, conocemos que fueron arrastrados aguas abajo los materiales (ladrillo y piedra de mampostería) para la reparación del puente que se hallaban depositados en «la elevada margen izquierda, anegando además la inmediata casa de los baños de la fuente agria»108 .

5.4.3. La cimentación. En la Memoria, Fortún explica que «la cimentación de la obra no presentará en nuestro concepto dificultad alguna, puesto que hallándose en distintos puntos del emplazamiento la roca [de pizarra] al descubierto, tan solo habrá necesidad de levantar la capa de acarreos que existe sobre ella para poder asentar en seco y con toda comodidad los macizos sobre los que han de descansar las pilas y el estribo».

5.4.4. El estribo, las pilas, los tajamares y los espolones. Fortún planteó que se demoliera el estribo, que había llegado muy deteriorado, y se hi

108 Informes del ingeniero Manuel González Martí, con fechas 18 de mayo de 1877 y 12 de abril de 1878; e informe del ingeniero Antonio Molina, de 19 de febrero de 1880.

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ciera de nuevo: «Según se ve en los planos, proponemos un estribo es calonado por su parte interior y cuyo espesor medio es de 4,00 metros. Para hallar el espesor del estribo hemos usado la fórmula de Léveillé». Sus paramentos se construyeron de mampostería concertada, mientras que la sillería solo se empleó para los encintados.

Las tipologías de las pilas, los tajamares y los espolones son de diseño similar a las originales renacentistas: «La disposición de las pilas en su forma y dimensiones está en relación con las de los arcos que se conservan, y presentan como estos tajamares triangulares aguas arriba y circulares en los frentes de aguas abajo. Los sombreretes presentan también formas dis tintivas como las de los tajamares, es decir, que mientras en la cara de aguas arriba tienen la de pirámides triangulares, en la de aguas abajo se transfor man en conos circulares. El espesor dado a las pilas es de 4,40 metros».

Muy significativo nos parece el criterio práctico tenido en cuenta por Fortún en este aspecto: «Comprendemos que consideradas las pilas aisla damente, ni por sus dimensiones ni por sus formas satisfacen a las con diciones de belleza, economía y facilidad para el paso de las aguas, más la necesidad de armonía en todo cuanto sea posible la parte nueva con la ya cons truida nos ha hecho adoptar las formas y dimensiones indicadas, desechando las que si bien aisladamente podrían considerarse como tipo satisfactorio produciría un efecto sumamente desagradable al lado de los robustos apo yos del puente antiguo, cuyas dimensiones son las de pilas-estribos».

5.4.5. La cimbra, las bóvedas y los tímpanos. Para voltear las cuatro bó vedas nuevas, se construyó una cimbra de madera cuyo dibujo, que re producimos en la lámina 11, está firmado en Jaén el 1 de diciembre de 1883 por el ingeniero jefe José María Itirralde y por el ingeniero encar gado Joaquín Zaya109. El texto explicativo que acompaña al dibujo dice así: «Toda la madera de los 5 cuchillos o cerchas a excepción de las cepos es de 20 x 20 centímetro de escuadría. Los tablones que marcaban la superficie del intradós en el ladrillo del cañón tenían cuatro centímetros de grueso, pero como las dovelas de sillería de las boquillas retallan dos centímetros con respecto a aquel, resulta, y así se ha representado en el dibujo, que las caras superiores de los cuartones van sobre las cerchas, distando dos centímetros del intradós de las boquillas de sillería». Indica Fortún en su Memoria que se empleará madera para la cimbra y el andamiaje (132 m3), y hierro (1147,74 kg).

109 A.H.P.J., legajo nº 31650.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 271

Las cuatro bóvedas nuevas que se construyen son de medio cañón, como se observa en el dibujo de la cimbra. Ya hemos visto que las dimen siones de sus luces fueron iguales en todas porque se mantuvo la misma de la bóveda que se decidió demoler en un primer momento (11,20 m). Para determinar el espesor en las dovelas de los arcos, Fortún explica que «nos hemos valido de la fórmula de Léveillé, e=1+0,1D/3, sustituyendo en vez de D, 11,20 [metros] que es la luz o distancia entre las pilas se ob tiene e=0,706 [metros], que hemos aumentado hasta 0,80 para los frentes de sillería y hasta 0,84 para los cañones de ladrillo».

El revestimiento de las bóvedas es de ladrillo de tono ocre. Las boqui llas las componen dovelas de sillares en disposición radial y con número impar. Los tímpanos, o paramentos verticales que quedan entre las bóve das, muestran amplias superficies de mampostería concertada, magnífi camente trabada. En cuanto a los rellenos del interior de las bóvedas y de los tímpanos, Fortún propuso que fueran de mampostería ordinaria y de tierra; y que se aplicara «una capa impermeable de hormigón hidráulico en las bóvedas».

5.4.6. La plataforma, la calzada, las manguardias y los pretiles. De los 128 metros de longitud que tiene la plataforma completa de un extremo al otro del puente, sin contabilizar las manguardias, la parte restaurada es algo me nos de la mitad, 61,40 metros. Desde un principio, Fortún propuso que la plataforma sobre la que se iba a disponer la calzada de esta parte nueva del puente debía ser horizontal; sin embargo, no le satisfizo que no pudiera te ner mayor elevación ni que hubiese de tener triple rasante (lám. 1).

«Enumeradas las obras que deben ejecutarse en el puente de Marmolejo con objeto de dejarlo en estado de que pueda utilizarse para el paso de la carre tera, no es posible dejar de reconocer que las obras que se proponen no serán suficientes para darle un aspecto satisfactorio, debido tanto a la disposición y dimensiones de los arcos que conservamos como a las tres rasantes que existi rán en el puente, y que ha habido necesidad de admitir después de diferentes tanteos, en vista de que para reducirlas sería indispensable dejar de utilizar el tercero y cuarto arco que construidos en una arenisca bastante floja y no con el mayor esmero no permiten elevar la rasante [Iturralde sí los eliminó]. Más así las obras que se proponen no son de un aspecto satisfactorio bajo el punto de vista de la belleza, creemos que proporcionan de una manera bastante económica un paso sobre el Guadalquivir a la carretera en proyecto, lo cual ha sido nuestro principal objeto».

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Las manguardias, que se rehicieron sin la pendiente que antes tenían, refuerzan el nuevo estribo izquierdo, y abren sus muros en V para conec tar el camino que baja desde Marmolejo con la calzada del puente. Sus pa ramentos son de mampostería concertada, mientras que los dos ángulos o aristas verticales que los unen al estribo son de sillería, al igual que las hiladas de sus coronaciones.

Finalmente, «como quiera que la parte de pretil existente no se en cuentra en buen estado, se propone la construcción de un pretil [de 75-80 cm de alto y 50 cm de ancho] e imposta general [es una cornisa corrida, de 25 cm de alto] de sillería que comprenda tanto la parte antigua como la que debe construirse», según la propuesta de Antonio Fortún que, cierta mente, llegó a realizarse.

Lám. 11. Puente de San Bartolomé de Marmolejo. Dibujo de la cimbra de madera usada para voltear las cuatro bóvedas nuevas e iguales en la restauración del siglo XIX. (Archivo Histórico Provincial de Jaén).

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6. EL PUENTE DEL SIGLO XX A LA ACTUALIDAD: LA GUERRA CIVIL, LA RESTAURACIÓN DE 2006-2007 Y UN FUTURO DESEABLE PARA EL PUENTE

6.1. Los dos grandes huecos abiertos en el puente. El puente en la guerra civil, según Manuel Perales Solís

6.1.1. Los dos grandes huecos abiertos en el puente. La segunda pila del lado derecho del puente tiene dos grandes huecos en su paramento inte rior de debajo de la bóveda tercera. Estos huecos llaman la atención por sus considerables dimensiones y profundidad –puede meterse un niño agachado–, por ser iguales en forma y tamaño (rectangulares en vertical) y por su cuidada hechura. Ambos se encuentran en el mismo nivel hori zontal de la zona media de la pila, por tanto, a una altura elevada e inac cesible desde el suelo. Uno abre justo en el ángulo de unión de la pila con el tajamar y el otro, a su izquierda, cerca del espolón.

Hasta la restauración del año 2007 en que fueron superficialmente ta pados con ladrillos, se vislumbraban en sus profundidades los rellenos de piedras y mortero de la fábrica. Ambos mostraban recalzos de ladrillos en sus lados izquierdos. Quienes los abrieron no se limitaron a retirar los sillares, sino que también los cortaron. Para poder operar a esa altura ten drían que haber instalado algún tipo de andamiaje. De hecho, por debajo de ellos ha quedado una hilera de agujeros cuadrados más pequeños dis puestos en una misma horizontal, los cuales quizá sirvieron para apoyar las almojayas (maderos cuadrados) del andamio.

Por testimonios orales se conoce que estos grandes huecos se abrieron durante la guerra civil para colocar en su interior cargas de dinamita que hicieran volar el puente. Sin embargo, no hemos conseguido encontrar referencias documentales fidedignas que los confirmen. Las fotografías anti guas en las que aparece el puente podrían ayudar a fechar el momento de apertura de esos huecos. Nosotros hemos comprobado en una fotografía datada en el año 1910 que todavía no estaban hechos y en otras de hacia 1950-1960 que ya sí lo estaban.

En cualquier caso, sea o no cierta la relación de los grandes huecos con la colocación de las cargas de dinamita, es innegable su estratégica ubica ción en la pila clave que comparten las dos bóvedas mayores del puente.

Esta truculenta historia de hacer volar por los aires el puente renacentista nos recuerda una reflexión que el licenciado en Historia del Arte y re

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conocido escritor ubetense Antonio Muñoz Molina repite en su libro Todo lo que era sólido: «el ser humano ha creado cosas maravillosas que no han existido siempre y como no han existido siempre pueden dejar de existir. En nuestras manos está protegerlas».

6.1.2. El puente en la guerra civil, según Manuel Perales Solís. Buscando las referencias documentales que confirmaran la relación de los dos gran des huecos del puente con la colocación en ellos de cargas explosivas, vi mos que el erudito historiador marmolejeño Manuel Perales Solís recoge en su magnífico libro La memoria recuperada la siguiente frase: «En prevención de nuevos ataques por el flanco de la sierra montoreña de tropas nacionales, se prepararon los puentes del Yeguas y del Guadalquivir para ser volados con cargas de dinamita, aunque finalmente ninguno de los dos recursos defensivos hubieron de ser utilizados»110. Pero no menciona los dos grandes huecos en su texto, lo que nos sorprendió, sabedores de la rigurosidad que aplica en sus trabajos. Le escribimos para solicitar su ayuda y, con la amabilidad que en él es natural, nos relató en una carta por correo electrónico lo que conoce sobre esa historia.

Con el deseo de que esos testimonios relatados por Manuel Perales Solís, inéditos hasta ahora y de interés para la historia del puente, no se pierdan en el olvido los reproducimos aquí, con su consentimiento, junto a otro texto de La memoria recuperada. Lo hacemos como reconocimiento a su serio y meritorio trabajo intelectual.

«Recogí ese testimonio [la preparación para volar los puentes] de antiguos afiliados de la izquierda marmolejeña ya fallecidos. En general esos planes, afortunadamente truncados, eran también conocidos por mucha gente en Marmolejo. Mis padres mismos nos lo comentaban cuando éramos niños. No he llegado a encontrar nunca documento escrito sobre ello, pues pienso que eso tuvo que ser una medida pensada ‘in extremis’ en los últimos días de la contienda, pero que no dio tiempo a ejecutar, o ya no la consideraron útil, dado el repliegue apresurado de los efectivos republicanos hacia tierras levan tinas en los últimos días de marzo de 1939. Además el puente hasta el final de la guerra realmente le fue muy útil al ejército republicano para conectar con los frentes de guerra en la zona del valle de Los Pedroches, ya que esta carretera era más segura para ellos que la que sube por Villa del Río, a través del Charco del Novillo, cuyo puente de hierro había sido destruido (uno de sus arcos) en 1937, y se encontraba cortado»111 .

110

M. Perales Solís, La memoria recuperada, p. 131.

111 Correo electrónico recibido de Manuel Perales Solís el 9 de octubre de 2015.

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El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir tuvo gran importancia estratégica durante la guerra civil española. En 1937, la aviación “nacio nal” fijó en él sus objetivos. Perseguían inutilizarlo en un intento de as fixiar la economía agrícola local habida cuenta de que toda la producción agrícola de la sierra y de las colectividades de los Mártires y La Marquesa entraba por el puente. También por este puente se tomaba contacto con la línea de frentes del Valle de Los Pedroches (Villanueva de Córdoba y Pozoblanco). Fue sometido a fuertes bombardeos a lo largo de 1937 por la aviación franquista, en un intento de cortar la comunicación de los frentes republicanos del Valle de Los Pedroches con la retaguardia112 .

«La importancia estratégica del puente de Marmolejo para las tropas repu blicanas fue tal que la aviación franquista no paró de bombardear el puente y sus alrededores a lo largo de 1937 y 1938, según los testimonios de muchos marmolejeños, lo que pasa es que nunca dieron en el blanco, no sé si por in competencia o a propósito, pues me comentaron que uno de los pilotos que solía venir a bombardear tanto Marmolejo como sus inmediaciones era el co nocido Juan Díaz Criado, «El aviador», cuyas fincas y propiedades urbanas las tenía en Marmolejo. Por otro lado es obvio que después esta infraestructura le iba a ser muy útil a los “nacionales” para entrar en Marmolejo en su avance hacia Jaén desde el valle de Los Pedroches. Finalmente los republicanos vela ron siempre por la integridad del puente, además de las razones expresadas, porque por ahí entraban todos los productos agrícolas de las tierras colectivi zadas en la zona de la sierra»113.

6.2. La restauración del puente en 2006-2007. Análisis crítico de Manuel Durán Fuentes

6.2.1. La restauración del puente en 2006-2007. Desde el siglo XIX, es esta la última intervención importante llevada a cabo en el puente de San Bar tolomé. Todo cuanto se detalla en este punto proviene del proyecto “Re paración del puente sobre el río Guadalquivir en la A-420. Marmolejo. P.K. 8+000” (Documento 06-34), proporcionado por los técnicos del Servicio de Carreteras de la Delegación Provincial de Obras Públicas y Transportes de Jaén, a quienes les agradecemos su amabilidad y ayuda prestada en todo momento.

El proyecto original, elaborado por los ingenieros de Caminos, Cana les y Puertos Francisco Javier Sierra Carrillo de Albornoz y Antonio E. Or

112

M. Perales Solís, La memoria recuperada, pp. 137-138 y pie de foto p. 175.

113 Correo electrónico recibido de Manuel Perales Solís el 9 de octubre de 2015.

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tega Montoro, con fecha de julio de 2006, tenía como objeto «la adecuación de las condiciones de la carretera, mejorando la funcionalidad y la seguri dad vial de los tramos donde se prevé actuar». Tales obras se clasificaban como de «conservación y mantenimiento», a los efectos de lo dispuesto en el artículo 123 de la ley 2/2000, de Contratos de las administraciones pú blicas (LCAP), teniendo en cuenta el objeto y naturaleza de las actuaciones previstas. El plazo establecido de ejecución de las obras fue de doce meses, que en efecto se cumplió.

Nos ha faltado para completar este análisis conocer los detalles del criterio de restauración llevado a cabo por la empresa adjudicataria del contrato, que fue la que finalmente la ejecutó en 2007; pero su respuesta a nuestra consulta fue la siguiente: «Hemos estado intentando localizar la documentación de los trabajos que nos solicitan, pero dado el tiempo transcurrido desde que se realizó dicha restauración [8 años], y los cambios realizados en nuestra empresa [GEOCISA, GEOTÉCNICA Y CIMIENTOS, S.A. y GEOCAMINOS], no disponemos ya de esta información. Sentimos no poder serles de utilidad en el estudio que están llevando a cabo. Es peramos poder serles de utilidad en otro momento» (correo electrónico, 28-05-2015).

1) El estado del puente. El reconocimiento se hace en dos partes, pri mero el tramo del siglo XIX y luego el renacentista. Del primero se dice que se encontraba en buenas condiciones desde la plataforma hacia abajo, tanto las fábricas pétreas (sillería y mampostería) como las cerámicas (la drillos); aunque en las últimas se detectaban importantes humedades, a pesar de la existencia de orificios de aireación. También existía crecimiento de vegetación en los tajamares, especialmente en los sombreretes, dando lugar a humedades y pérdidas de rejuntado. Las aguas de lluvia caían entre los pretiles discontinuos de la parte de las manguardias y estaban provocando la socavación de la calzada y la inclinación de algún pretil.

En el resto del puente los deterioros eran más abundantes: 1.- Las fá bricas de las manguardias-estribos de entrada desde la derecha se encon traban en mal estado con pérdidas importantes de material y con creci miento de vegetación. 2.- En los tímpanos había presencia de vegetación y abundaba la arenización superficial de los sillares, con pérdidas de vo lumen (muy extendida, pero en general, poco significativa). Era genera lizada la pérdida de rejuntado, lo que daba lugar al deslizamiento de los sillares, detectándose la falta puntual de alguno de ellos. 3.- En la primera bóveda de la derecha, la boquilla hacia aguas abajo se había separado os

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tensiblemente del resto de la bóveda, formando una grieta de dimensio nes considerables. Sobre la zona agrietada se colocó una bionda (un tipo de barra de seguridad) que evitaba el tráfico por la zona afectada. 4.- En los tajamares y espolones, los problemas eran los mismos que en el resto del puente, pero más avanzados: vegetación, abundantes pérdidas de re juntados y de masa en algunos sillares. En determinados casos, la pérdida de rejuntado iba acompañada por la del mortero de asiento, lo que hacía que algunos sillares se encontraran en situación precaria. 5.- En las bó vedas existían filtraciones de agua importantes que producían manchas blancas y la pérdida generalizada del rejuntado. También aparecían por los mechinales, en algunos de los cuales las pérdidas de sillares se habían repuesto con fábrica de ladrillo. Al igual que en la primera bóveda, en la tercera, su boquilla hacia aguas abajo se había separado del resto de la bóveda formando una grieta, aunque de menor tamaño. Asimismo se ob servaba el anidamiento de aves, especialmente en la bóveda mayor. 6.- La calzada no disponía de cunetillas de desagüe ni de las correspondientes gárgolas, por lo que las aguas de lluvia discurrían en la superficie pegadas a los pretiles.

El informe concluía que la principal causa de los daños existentes en la fábrica era el agua, tanto de lluvia como del río, que provocaba la pérdida de aglomerante de los rellenos, arenización de las juntas, pérdi das de masa en los sillares (agravada por los ácidos producidos por los excrementos de las aves diluidas en agua) y la socavación en el terreno. Además, las raíces de la vegetación causaban roturas.

2) El objetivo y el plan del proyecto de intervención. Las obras con templadas en el proyecto de reparación del puente se resumían en las diez actuaciones siguientes: 1.- Eliminación de la vegetación sobre el puente, impregnando con herbicida de amplio espectro y arrancamiento cuando esté totalmente seca. 2.- Reparación de la pérdida de rejuntado, elimi nando las arenizaciones existentes y materias vegetales, para posterior mente inyectar un mortero o una lechada de cal (mezclada con una resina acrílica que la dote de resistencia inicial sin modificar sensiblemente su módulo de deformación), dependiendo del espesor. 3.- Consolidación de los sillares arenizados con mortero pétreo. 4.- Recrecido de sillares con pérdidas superiores al 30% de su espesor, mediante mortero pétreo con un mallazo inoxidable. 5.- Sustitución de los sillares perdidos con otros de las mismas características pétreas que los existentes, asentados sobre morte ros de cal adicionados con productos expansivos para ponerlos en carga.

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6.- Reparación de grietas, previa limpieza, por inyección de mortero, de cal con aditivos. En la grieta existente en la embocadura de la bóveda nº 1 desde Cardeña, una vez inyectado, se realizará un bulonado (introducción de grandes tornillos de cabeza redondeada) con empotramiento no infe rior a un metro. 7.- Inyección con hormigón en masa de las socavaciones existentes. 8.- Demolición del firme del puente, relleno en las zonas donde existan pérdidas y consolidación de los rellenos mediante inyecciones de microlechadas de cal aditivas, una vez ejecutadas las reparaciones en la sillería. 9.- Disposición de solera de hormigón HA-25 de 15 cm. de espe sor y armada con un doble mallazo, e impermeabilización del tablero con geotextil, membrana de PVC y membrana impermeabilizante de betún elastómero. 10.- Sistema de evacuación de agua por medio de cunetillas a ambos lados del puente, con sumideros conectados a gárgolas que descue llan suficientemente de los paramentos. 11.- Firme constituido por 3 cm de mezcla bituminosa en caliente discontinua M-10 sobre 5 cm de mezcla bituminosa en caliente en el puente, y en 100 m a ambos lados del puente 4 cm de mezcla bituminosa en caliente G-20. 12.- Señalización.

6.2.2. Análisis crítico de Manuel Durán Fuentes a determinados aspectos de la restauración del puente en 2007. La restauración de 2007 fue acertada en aspectos estructurales y de mantenimiento del puente, como acabamos de ver; sin embargo, en otros concretos muy visibles se erró estrepitosa mente. Aquí tratamos solo de los segundos, con el objeto positivo de que no vuelvan a repetirse, por ser inadecuados.

Manuel Durán Fuentes, profesor de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de La Coruña y especialista a nivel interna cional en restauración de puentes antiguos, comienza su reflexión sobre algunos de los criterios básicos que se están utilizando en las obras de intervención de puentes históricos con la siguiente frase: «Cuando sea demostrada la necesidad de restaurar un edificio, debe ser antes consoli dado que reparado, antes reparado que restaurado, evitando renovaciones y añadidos». La autoría de la frase se debe al «padre» de la «restauración científica», el arquitecto y teórico italiano Camilo Boito (1836-1914)114.

Entre los ejemplos de lo que debe no hacerse en restauración de puentes, incluye Manuel Durán en sus trabajos algunos aspectos de la restauración de 2007 en el puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir. La particular crítica es a la ejecución de amplios y superficiales encintados de mortero,

114 Camilo Boito, I restauratori, Florencia, 1884.

JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 279

coloreado con un blanco intenso, en las juntas de los sillares ocultando y unificando el aparejo de la fábrica (véase como ejemplo un detalle en la lám. 6)115. Porque ocultar y unificar el aparejo supone tapar la forma de disponer los elementos empleados en la construcción del puente; es en mascarar su fisonomía, lo cual nos trae a la mente las filtraciones de bótox en el rostro: aunque pretendan rejuvenecerlo, en realidad lo acartonan y desnaturalizan. ¿Acaso se admitiría hoy por la crítica especializada res taurar un cuadro de Velázquez o una escultura de Alonso Cano aplicando amplios y superficiales repintes o barnizados pastosos que tapasen las pinceladas originales de los artistas?

Durán también advierte de que si el motivo por el cual se ha realizado es el de retrasar el enraizamiento de vegetación en las juntas, más efectivo habría sido conseguirlo con un rejuntado más profundo –no superficial–que no oculte ni uniformice el aparejo del puente116. Poco acertada ha sido igualmente la ocultación de los mechinales (los huecos en forma de cuña donde apoyaban las cimbras de madera renacentistas), puesto que impide o dificulta bastante la reconstrucción del tipo de cimbra que pudo haberse utilizado; más aún teniendo en cuenta la importancia de las cimbras re nacentistas (lám. 7)117. Por suerte, de manera paulatina y natural el puente mismo está desprendiéndose de los añadidos superfluos.

6.3. Un futuro deseable para el puente

«Una ciudad que no se parece a ninguna otra sigue atrayendo visitantes du rante generaciones, y con ellos un flujo de prosperidad que no se agota y que es sostenible: la riqueza que se logró destruyendo para construir ya se ha terminado, y los daños son irreparables»118

115 Manuel Durán Fuentes, “Experiencias en la restauración de puentes y caminos históricos”, Ingeniería y Territorio, Revista del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, nº 92, 2011, pp. 32-41, especial. pp. 32 y 36, Láms. 6 y 7. Conferencia “Experiencias en torno a las intervenciones en obras de fábrica de la ingeniería histórica: puentes y caminos”, en el curso La restauración de la obra civil y el patrimonio industrial, del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, Almuñécar, julio de 2012 (http://issuu.com/juaneloturriano/docs/curso_verano_ponencia10).

116 Manuel Durán Fuentes, “Experiencias en la restauración de puentes y caminos históricos”, p. 36.

117 Esta última referencia a la ocultación de los mechinales del puente nos ha sido comunicada por Manuel Durán mediante correo electrónico el 2 de junio de 2015. Como ejemplo de cimbra renacentista similar, se conserva el diseño de la empleada en el puente construido sobre el río Tajo en Almaraz (Cáceres).

118 Antonio Muñoz Molina, Todo lo que era sólido, p. 165.

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El respeto al patrimonio histórico-artístico –y al patrimonio natu ral– es una característica de las sociedades más avanzadas. Como hemos visto en este estudio, nuestro histórico puente de San Bartolomé es único, es particular, es una creación renacentista y decimonónica en pleno fun cionamiento después de más de cuatrocientos años de subsistencia. Que debe ser referente del turismo cultural de Marmolejo y, por ende, un mo tor más del desarrollo económico y social de nuestro pueblo, creemos que ha quedado manifiesto en los valores histórico-artísticos que atesora, al igual que palacios, catedrales, castillos, esculturas o pinturas. Aglutina, además, valores técnico-científicos por cuanto supone la resolución de problemas físicos, matemáticos y geológicos; valores paisajísticos, por su integración con el entorno natural; y valores etnológico-antropológicos, por la evolución del pensamiento y las costumbres, y su vinculación a acontecimientos y prácticas sociales de los ciudadanos.

Pero paso previo debe ser que las administraciones competentes le concedan a nuestro puente, por fin, el máximo nivel de reconocimiento y protección: el de Bien de Interés Cultural (BIC). Como patrimonio cultu ral que pertenece a la Humanidad, debe poder ser transmitido a las gene raciones venideras en su completa autenticidad histórica (¡sin añadidos!). Y esas generaciones tienen todo el derecho a conocer, usar y deleitarse con este magnífico puente de San Bartolomé de Marmolejo.

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