ANGELICA RODRÍGUEZ

Título: KingBlood
Editor Original: Angelica Rodríguez
Traducción: Mack Cavalier
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Copyright © 2024 by Angelica Rodríguez Publicado en virtud de un acuerdo con Books Agency
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© de la traducción 2024 by Mack Cavalier
© 2024 by Fantasy Books Plaza la Arboleda, Edificio 5, piso 3- San Pedro. www.librosfantasia.com
ISBN: 123-456-789-101-5
© 2024 by Fantasy Books México, S.A. de C.V. Ave. Lazaro Cardenas 2211- 5 piso. Col. Terrestre Nuevo León- 010203, México. www.librosfantasiamexico.com
Impreso por: Artes Visuales, S.A. de. V.C.
Inpreso en México - Pinted in Mexico
Para quienes quieren vivir su vida de una manera diferente a la aburrida realidad.
Territorio del Clán Blur
Es uno de los más importantes
Catillo de los Reyes Vampiros Y Condes,
Aquí viven todos las especies que los humanos consideran malignas.
Bosque de los Lobos.
El Void
Laguna de Sirenas
Nunca salen de su territotio a menos que alguien las busque o necesite de ellas.
Río que divide los dos lados (esta hechizado)
Lado Mortal
Es donde viden los humanos desde hace siglos
Castillo de los Reyes
Solo pueden entrar gente de la alta sociedad o la guardia real.
Bosque
Prohibido
Pueblo Humano
— No te acerques al Void.
Eran las palabras que más le repetían sus padres y los residentes del pueblo. No es como si fuera ignorante al hecho de que cruzando esa gran línea de agua a la que el pueblo le llama Void se encuentran las criaturas más espantosas, asquerosas y horripilantes que existan, en la escuela siempre decían que las criaturas que habitaban en el lado oscuro eran seres sin piedad que tenían la cara deforme y solo pensaban en matar. Es por eso por lo que desde hace muchos siglos los re yes de esa eran decidieron encerrarlos en ese lado del país utilizando a una bruja que el rey tenía secuestrada para poder hechizar el río y convertirlo en una barrera protectora. Los seres del lado oscuro no pueden pasar la barrera porque morirían, pero los humanos si podían… aunque ninguno se atrevería a pasarla.
— ¿Me estas escuchando?.
La repentina pregunta hizo que dejara de pensar una vez más en el otro lado y prestara atención al chico al lado suyo.
— No, lo siento— le menciono notando como el semblante del chico comenzaba a suavizarse, pasando de estar enojado a parecer más tranquilo.
— Te decía que no te acerques al Void, hoy es luna llena…— repitió mientras tomaba su mochila y se disponía a salir del salón de clases.
— No es como si hubiera ido alguna vez— solto con suspiro pensando que estaba tan harto de que siempre repitieran lo mismo. Él nunca se ha acercado ni siquiera a diez metros del rio y nadie tampoco lo ha hecho, el último en hacerlo fue un caballero del rey que quiso ver cómo era estar del otro lado (aun cuando la barrera protectora es invisible) y después de unos días ya nadie volvió a saber de él.
Eso genero mucho pánico en el pueblo y más cuando los reyes no hacían ningún comentario al respecto.
Tiempo después las armaduras de los caballeros reales se dejaron ver por todo KingBlood repartiendo volantes donde volvían a decir las mismas cinco palabras de siempre.
Sky había recibido 7 de esas en un mismo día.
Tomo su mochila y se encamino hacia la salida de su escuela, afuera se veía a personas corriendo de un lado al otro. Comprando cosas que evidentemente no van a utilizar y es que ¿Por qué siguen comprando objetos filosos para protegerse si es sabido que las criaturas llevan muchos siglos sin salir de allá? Sky veía ilógico eso, pero no podía decir nada porque su familia también era así y aunque ya les ha dicho que no habría de que preocuparse no le hacían caso y seguían repitiendo lo mismo cada luna llena.
Con un suspiro cansado comenzó a dirigirse a su casa con la luz del sol pegándole directo en la cara y haciendo que tenga que subir sus manos para cubrirse los ojos.
En el camino no paro de pensar en su propia vida y es que Sky no era una persona que se consideraba sociable, solo tenía dos amigos y alguno que otro conocido que sabían de su existencia más que nada porque su madre era dueña de la única florería del pueblo. Lo llamaban “el chico de las flores” por lo mismo. No es como si su pueblo fuera muy grande, pero si él se lo proponía, podía fácilmente pasar desapercibido aun cuando su pelo era de un naranja hermoso y brilloso.
Al llegar a la florería pudo ver a su madre acomodando unos ramos de gardenias y tulipanes con tanto amor y cuidado, colocándole una tarjeta donde explicaba el significado de estas y abajo dejando una dedicatoria que supuso que era del cliente que estaba al lado de ella.
— Hola, mamá, ya llegué— vocifero pasando de lado y subiendo las escaleras hacia su habitación No es que odiara a su madre, pero sabía que si se quedaba ahí ella comenzaría a decirle el mismo discurso aburrido que le repetían cada que había luna llena y él estaba cansado, aparte que podía poner de excusa que tenía mucha tarea (lo cual no era mentira).
Se metió a bañar y se cambió por una ropa mucho más cómoda y se dispuso a seguir con sus deberes en la comodidad de su cama sin notar como la luz de sol cada vez iba desapareciendo hasta dejar un bonito atardecer adornando el cielo.
Se acerco a la ventana y pudo notar como su madre cerraba velozmente la florería y como sus vecinos comenzaban a hacer lo mismo, también cerrando las ventanas y colocando las cortinas. Rápidamente escucho unos pasos en las escaleras y justo cuando iba a voltear, su madre ya se encontraba abriendo la puerta de su habitación.
— Ya está oscureciendo, cierra la ventana y por favor duérmete temprano, cancelaron tus clases de mañana así que no pasa nada si te despiertas un poco tarde.
— Si mamá, no te preocupes— le respondió mientras mostraba una sonrisa característica que sabía que calmaba a su mamá cuando ella empezaba a ponerse nerviosa.
— La cena esta lista— devolvió la sonrisa y cerró la puerta.
Y justo cuando escucho el sonido de las trompetas de los caballeros sonando en las calles, fue cuando se planteó ¿Qué tan riesgoso era ir al Void? Si, todos se lo habían recalcado y parecían meterle miedo, pero Sky era una persona que pensaba con claridad la situación.
Había una barrera que ellos no podían pasar y por la que claramente él tampoco pensaba cruzar, no creía que esos seres fueran tan horripilantes, es verdad que probablemente mataban, pero no creía que tuvieran el rostro como todos en el pueblo decían. Supuso que había categorías de rango igual que las había en el lado mortal y eso es lo que él quería descubrir.
Siempre se preguntó ¿Qué tipos de creaturas habitaban allá? Se sabía que una de ellas eran los hombres lobo puesto que justo los días de luna llena las personas que habitaban medianamente cerca de la barrera escuchaban alguno que otro aullido en la madrugada, pero. ¿y los demás? No creía que solo habitara una especie y aunque no pensaba ver más allá de lo que su campo de visión le permitía, mínimo quería acercarse y ver si podía escuchar algún sonido que le ayudara a imaginarse alguna otra creatura.
Con eso en mente termino de cenar y le dedico las buenas noches a su madre mientras subía las escaleras y cerraba con seguro la puerta de su habitación. Tomo una mochila pequeña, metió lo que creyó que era necesario pues planeaba pasar un par de horas allá para regresarse a su casa antes de que amaneciera.
— Esto será suficiente— dijo orgulloso mientras observaba lo que contenía su mochila.
Una linterna, un diario junto dos lapices, dos botellas de agua, un abrigo por si le daba frio, unos panecillos 14
y por ultimo una bolsa de nueces que robo de la alacena.
Espero pacientemente a que se escucharan los ronquidos de su madre y salió por la puerta principal de su casa. No había problema si alguien lo veía poque todos estaban dentro de sus casas y el traía puesto un gorro negro que su madre le tejió la navidad pasada, usándolo para esconder su cabello naranja y así nadie pudiera reconocerlo.
Cruzo el bosque y después de mucho caminar pudo reconocer el sonido del agua fluyendo, camino unos metros más y al apartar una gran rama de árbol vio el grandioso Void. Muchos dicen que era un lugar seco donde solo se encontraba un rio, pero Sky confirmo que nada de eso era verdad.
— Esto no puede ser real, mierda— exclamo maravillado de la grandiosa vista que por muchos años creyó que era diferente.
El Void era en pocas palabras asombroso, estaba rodeado de bosque y montañas, el río corría suavemente y las flores resplandecían su color con alguna que otra luciérnaga volando entre ellas. Miro del otro lado y pudo observar que pequeñas cosas volaban mientras dejaban a su paso un raro polvo brillante. Sky sonrió porque no se había equivocado.
Había más creaturas que los hombres lobo. 15
Se acerco a una roca que había ahí y comenzó a dibujar en su diario a las pequeñas hadas, se sentía tan en paz y tranquilo que comenzó a pensar en ir más seguido ahí.
Después de unas horas dibujando tuvo que parar pues la luz del atardecer se había extinguido dejando a su paso el brillo de las estrellas y con mucha pesadez saco de su mochila los bocadillos que guardo, pero antes de darle un mordisco escucho una voz.
— ¿Piensas quedarte aquí toda la noche? — con un susto Sky se levantó de la roca donde estaba sentado y comenzó a voltear a todos los lados posibles. Fue ahí cuando lo vio.
Había alguien sentado detrás de un árbol.
Del otro lado
— Lo siento, no planeaba asustarte.
Sky no supo responder después de escuchar esa voz que claramente pertenece a un chico. Se empezó a poner nervioso mientras sentía como su corazón bombeaba demasiado rápido, pero sabía que no era por miedo, era lo más raro de todo. Sky no sentía ni una pizca de miedo, pero si nerviosismo porque... carajo.
¡ESTABA HABLANDO CON ALGUIEN DEL LADO OSCURO ¡.
— Tranquilo no te haré nada.
— ¿Cuánto tiempo llevas ahí? —interrumpió al chico.
— Desde mucho antes de que llegaras.
— ¿Has estado ahí desde hace más de dos horas —exclamó con una pizca de incredulidad.
— Si —fue todo lo que el chico dijo, después se reprodujo un silencio que en parte era un poco incomodo.
Sky no sabía que hacer ¿Debe de alejarse? ¿Seguir hablando con él? ¿Qué tipo de creatura era? Se escuchaba igual que algún adolescente normal, incluso se atrevía a decir que no pasaba de los diecinueve años.
— ¿Qué se supone que hacías? —volvió a preguntar aquel chico desconocido después del arduo silencio, haciendo que la tormenta de preguntas que Sky se empezaba a plantear desaparecieran para poner su atención a aquel árbol en el que solo se veía un poco de la espalda del chico. —escuchaba la raspadura de un papel.
¿Acaso había escuchado como su lápiz pasaba por el papel de su diario desde el otro lado del río?
Dios santo, eso era increíble pero no ayudaba a que su nerviosismo se calmara.
— Estaba dibujando a las hadas... nunca las había visto —respondió simple tratando de no hacer notar su nerviosismo en su voz.
— Son lindas pero muy quisquillosas, a veces me caen mal. —el desconocido se levanto comenzando a caminar hacia el bosque.
— ¡ESPERA ¡ —el chico se detuvo sin voltear. —¿Por qué te vas? —Sky se sentía estúpido, claro que el chico tenia cosas que hacer o simplemente ya se había cansado de estar ahí, pero por alguna razón sentía que aún no debía dejar que se fuera.
Seguiría su corazonada porque rara vez le fallaba.
— Creí que no querías que estuviera aquí —volvió a exclamar el chico —lo digo por la forma en la que late tu corazón.
— No es miedo si es lo que piensas... solo estoy un poco nervioso.
— ¿Por qué? — el silencio volvió a reinar entre ellos y antes de que el chico decidiera irse, Sky habló.
— Sinceramente no lo sé —bastó eso para que el desconocido volviera a su posición anterior, detrás del gran árbol de roble.
Sky no quiso preguntar qué era él, supuso que no era un hombre lobo porque ya estaba la luna llena en el cielo y según los libros que había leído alguna que otra vez en la biblioteca, los hombres lobo cuando hay luna llena se transforman y claramente el chico frente a él tiene la apariencia y voz de un humano.
Volvieron a quedarse en silencio y Sky no supo qué más hacer, estaba empezando a odiar los silencios repentinos que se creaban entre los dos, pero más odiaba la sensación de querer decir algo, pero no saber qué.
Y un foco dentro de su mente se prendió y supo que pregunta era la más fácil de hacer, sin saber que gracias a esa pregunta iba a empezar una plática que se quedaría guardada dentro de su corazón. 20
— ¿Cómo te llamas? —pregunto dejando completamente el nerviosismo y comenzando a creer que aquel chico podría volverse su amigo ¿no?
Unos segundos de silencio bastaron para que la voz volviera a escucharse en el lugar.
— Me llamo Moon... —Sky no pudo evitar sonreír.
— Como la luna. —escucho una suave risa y no pudo no pensar en que era una risa muy linda.
— ¿Y tú?
— Mi nombre es Sky.
— Es un nombre lindo. —el comentario hizo que volviera a sonreír.
Hace mucho que no sonreía tan seguido en el mismo día... no desde que él lo había dejado.
Pasaron más tiempo hablando sobre muchas cosas. Moon le preguntaba cómo era vivir en el lado mortal a lo que Sky le respondió con demasiadas cosas tanto buenas como malas, se atrevió a decirle que él no creía en nada de lo que su pueblo decía sobre el lado oscuro y eso, aunque él no lo sabría, hizo que Moon se sintiera más en calma porque por primera y tal vez única no se sentía juzgado por alguien del lado mortal.
Aunque nunca había hablado con alguien de ese lado, pero sabía que nadie lo querría allá por ser del otro lado.
Cuando Sky pensó que era tiempo de regresar a casa se atrevió a hacer la última pregunta de la noche.
— ¿Puedo ver tu rostro? —no planeaba hacerlo, pero después de hablar con Moon sintió la necesidad de ponerle un rostro a la voz que lo acompañó en el Void durante toda la noche y parte de la madrugada.
Moon se negaría, pero el también noto que durante todo el rato que estuvieron ahí, Sky nunca lo denigro ni le dijo palabras hirientes, ni siquiera le pregunto que era él o cómo eran las demás creaturas.
Solo le pregunto que le gustaba hacer o cuál era la comida que más odiaba.
Sky le cayó bien. Muy bien.
Se levantó del árbol y comenzó a caminar hacia la orilla del río, justo ahí pudo verlo. Un chico de unos 1.70 de alto, con el cabello escondido en una gorra de lana y un abrigo que le tapaba hasta las rodillas, con unos lindos lentes adornando sus ojos. Era muy lindo...
Sky aún no podía ver el rostro de Moon, pero si su silueta. Sabía que él sí podía verlo así que supuso que el otro lo estaba detallando, después de varios minutos se comenzó a impacientar mirando hacia todos los lados.
— Yo también quiero verte —Moon decidió que ya había pasado mucho tiempo así que con un deje de incertidumbre y miedo... avanzó hasta posarse en la orilla del río, justo en frente de él.
Por primera vez los dos estaban viéndose directamente a los ojos. Y lo que sintieron los dos eran distintos sentimientos, mientras que Moon detallaba la cara de Sky pensando en que parecía más a un tierno perrito.
Sky no podía apartar la mirada de Moon y su corazón comenzaba a latir fuertemente otra vez. Pero ahora era por algo mucho más diferente que los nervios.
— Tu corazón está latiendo muy rápido otra vez —Le dijo Moon mientras lo miraba a los ojos —¿Estás bien?
El pelinaranja solo pudo asentir mientras veía al chico frente a él. Moon era demasiado hermoso, una belleza tan linda de la que Sky nunca había visto antes, hasta cierto punto le empezaban a doler los ojos de tanto que lo estaba viendo.
Moon tenía el pelo negro con algunos mechones cayendo por su frente, una nariz perfilada y recta que
quedaba demasiado bien con su rostro, unos labios pomposos donde el superior estaba levemente más grande que el inferior, una mandíbula marcada vestía un abrigo junto con un pants negro, estaba descalzo y, por último, pero por lo que Sky no podía apartar la mirada. Sus ojos. Los ojos de Moon parecían contener una galaxia entera, no sabía si brillaban por la luz de la luna llena o porque así los tenía, pero creyó fielmente que no importaba porque jamás había visto unos ojos tan lindos como los que tenía Moon. Pensó que no podía ser real el chico frente a él.
Y antes de que siguiera en su momento de ensoñación con Moon, él habló.
— Soy un Vampiro.
Y fue ahí cuando pudo notar los leves colmillos que se asomaban por sus labios y el ligero tono pálido de su piel.
Estuvo hablando con un Vampiro por sabrá dios cuantas horas y aparte de eso, el vampiro era de los chicos más hermosos que podían existir.
Al momento en el que Sky tocó su cama por primera vez en toda la noche, se permitió enfrascarse en sus pensamientos sy hundirse en ellos lo que restaba de la madrugada.
Recuerda estar viendo a Moon antes de que un extraño sonido saliera de las profundidades del bosque, vio como el chico pálido frente a el se puso en alerta y sin siquiera despedirse salió corriendo, dejando solo a Sky parado frente al Void. No pudo hacer más que regresarse a su casa y hasta que pudo abrir la puerta de su habitación pudo pensar con claridad todo lo que ocurrió solo en el transcurso de unas cuantas horas.
Fue un día de locos
No fue hasta el Void hasta el siguiente viernes, estaba planeando ir los demás días de la semana, pero la escuela no lo soltaba y prácticamente se la metía en la biblioteca del pueblo terminando sus deberes antes de que el cielo oscureciera. Hoy por fin podía ir con tranquilidad por ser fin de semana.
Tenía la esperanza de encontrarse a Moon otra vez, pero sabía que no tenía que tener mucha fe, aun así, estaba demasiado emocionado y nervioso por volverlo a ver.
Llegó justo a la misma hora que la otra vez y se sentó en la misma roca, ahora podía ver un pequeño quokka en la orilla mientras volvía a sacar su diario y pensaba que dibujar.
Se quedó ahí esperando lo que parecieron largas horas... pero Moon no apareció. Un poco triste Sky recogió sus cosas y estaba preparándose para volver a casa cuando escuchó una rama rugir.
— ¿Hay alguien ahí?
De unos arbustos se asomo una cabellera negra y aunque Sky solo lo había visto una vez, no tardó ni dos segundos en poder saber a quién le pertenecía.
— Moon...
El nombrado salió de la oscuridad y se acercó a la orilla del Void, volvía a vestir ropa oscura y seguía
estando descalzo, solo que ahora su cabello parecía estar mejor peinado y la ropa era más elegante. Se parecía un poco a las prendas que usaba la realeza en las fiestas que ofrecían una vez al año a los de la alta sociedad.
Sky no supo si Moon pertenecía a la realeza en su mundo o simplemente las criaturas de allá se vestían así. Definitivamente esa duda lo iba a carcomer.
— Que curioso su cabello —habló el pelinegro viendo directamente esa mata de cabello desordenado de Sky, era la primera vez que lo veía puesto que en el encuentro pasado este llevaba un gorro que le cubría el cabello —es muy naranja...
Sky se lo toco con una reacción tímida pero rápidamente alejó su mano y cambió el rumbo de la conversación, no quería recordar quién fue la primera persona que le hizo un comentario así.
— ¿Su? ¿Me vas a hablar de usted? —respondió mientras inclinaba su cabeza hacia un lado con su ceño fruncido.
Moon enserio pensó que se parecía tanto a un cachorrito como los que veía en los libros humanos que se encontraban bajo llave en su reino.
— Claro, no se cuantos años tenga y fue muy descortés de mi parte hablarle en un terminó el cual le es informal puesto que no me conoce y era la primera vez que 28
nos veíamos. —se inclinó un poco, pareciendo más una reverencia —le pido mis disculpas.
Al pelinaranja le pareció un acto demasiado tierno que quiso reír, pero se podía notar que Moon hablaba muy enserio así que callo esos pensamientos y colocó sus manos atrás de su espalda para según el parecer un poco más formal.
— Mmmm... A decir verdad, acepto sus disculpas, aunque es un poco irónico que mencione mi edad sabiendo usted que concede los años de un vampiro. Según tengo entendido usted me debería de sacar unos cuantos miles de años.
Los dos se miraron y soltaron un par de risitas.
— En eso usted tiene razón.
Ese día marcaría muchas diferencias. Sin siquiera haberse imaginado ellos comenzarán a crear una amistad única, tan fuerte que nadie podía romperlas y al mismo tiempo empezarían a quererse de una manera que no era bien vista por la sociedad.
Sus corazones comenzarán a latir cada que cruzaban miradas, solo el pequeño río que los divide y los distintos animales rondando serían testigos de tan mágico amor que los dos individuos se transmitían.
Dos almas que no eran comprendidas en diferentes aspectos, uno quería tener a su otra mitad, alguien confiable que conociera todos los aspectos de su alma y el otro solo quería vivir feliz y en paz. Ninguno buscaba amor en sus inicios, claramente no eran sus planes iniciales pero ¿Que más se puede hacer? No es necesario explicar que por más que alguien lo intente, nadie va a poder separar sus almas porque estas ya estaban unidas mucho antes de que se conocieran. Ellos no lo sabían pero estaban destinados a encontrarse esa madrugada con la luna llena presente.
Claro que ninguno tiene pensado decirse al otro todo lo que sienten porque seamos sinceros ¿Qué harían si los descubren? Y más importante... nunca se podrían abrazar ni poder tomarse de las manos. Viendo todo eso ellos creyeron que era mejor reprimir lo que sentían y así nadie los podía dañar.
Solo ellos dos complementandose a si mismos en el mismo lugar, frecuentando cada dos días ¿Qué podría salir mal? Pues claro, no se esperaban que una guerra se aproximaría.
Los meses pasaron al igual que los años. Su amistad seguía intacta como el primer día, aunque empezaron a des frecuentar sus visitas puesto que los reinos habían declarado la guerra.
El rey vampiro Cristobal II estaba harto de que todos los seres del lado oscuro estuvieran en constante sufrimiento. Los humanos pensaban que lo único que no podían hacer era cruzar el Void pero la realidad era muy diferente.
Gracias a la maldición de la bruja que usó el Rey Faxio del lado mortal, los seres estaban comenzando a perder la vida, primero comenzó una pequeña manada de lobos donde uno a uno fue muriendo, después le siguieron unas cuantas sirenas, algunas hadas y dos vampiros. Esto alertó al rey Cristobal, llevaban siglos viviendo así pero nunca se había desatado una masacre tan grande en todos los siglos que llevaban encerrados y ya no podían más.
Es por eso que un aquelarre de brujas estuvo meses tratando de derribar la barrera y mientras tanto en el lado mortal estaban preparándose por cualquier cosa.
Sky estaba en su habitación, ni siquiera estaba preocupado por la situación si no por un vampiro pelinegro que no le había enviado ninguna carta desde la primera cuando comenzó toda la guerra. Porque sí, ni siquiera una guerra podía romper la tan linda conexión y cariño que se tenían.
Cuando se habían declarado los dos lados en guerra solo los búhos podían cruzar el void. Esto porque servían para que los reyes se mandaran mensajes a través de ellos, la gente pensaba que eran más que nada amenazas que se decían entre sí. Moon aprovechando eso mandó una carta a Sky por medio de una lechuza.
Sky sabía que era de él por el sobre amarillento con un sello donde se podía apreciar una B. Lo sabia por que esa letra era la inicial del clan al que pertenecía el pelinegro, el clan Blur uno de los más antiguos y sagrados del lado oscuro, aquel que se caracterizaba por su fuerza e inteligencia. En algo no se equivocó Sky... si pertenecían a la realeza, pero no eran en si parte de la corona.
“No se preocupe por mí, estaré bien usted es digno de juzgarme y se que me considera lo suficientemente fuerte para sobrevivir. Le pido una disculpa si no puedo corresponder a sus cartas por un tiempo, pero... quiero que tenga siempre presente que usted, mi lindo zanahoria es lo único en lo que me la paso pensando día y noche.
Esta maldita guerra solo me hizo darme cuenta del gran cariño que le tengo, usted es la única persona que me ve como soy y me aprecia tal cual, no puedo esperar para poder tenerlo en mis brazos, ver aquellas estrellas resplandecientes en el oscuro cielo y crearles un sinfín de historias mientras posa su linda cabeza en mi regazo.
Solo usted sabe cuánto lo deseo y lo quiero conmigo, no deje correr las gotas de lluvia que salen de su pozo, los impulsos rabiosos por querer más... yo solo soy suyo y eso esta pactado por nuestro hilo rojo.
Peleare con mi vida para poder vivir la vida que siempre quise, lucharé por usted y por mi. Nos merecemos un final feliz.
Esperando ver a mi lindo zanahoria... lo quiere su señor vampiro.”
Recuerda cada una de las palabras de esa carta y cuánto la había guardado en su corazón. Moon era todo para él, lo sacó de un infierno de amor en el que vivía por su expareja que lo daño. Estaba tan acostumbrado al lindo vampiro sarcástico y respetuoso que se lo arrebataron de un momento a otro. Él no quería que la guerra terminará por la paz de ambos lados.... El solo deseaba que todo se detenga para poder volver a verlo.
Es como aquella noche en la que Moon por fin se abrió con el y le contó que su clan lo detestaba, que lo trataran como si no valiera nada y sus padres ni siquiera intervenía para ayudar a su propio hijo.
Moon a pesar de ser un vampiro de más de 2,000 años, no era como el resto de su clan. Mientras los demás se mostraban altaneros, egoístas y trataban a sus víctimas de la manera más horrenda y despiadada posible, él se abstenía a beber sangre de la humana que fue contratada para donar su sangre a los vampiros de ese clan y a pesar de eso la trataba con respeto y no se alimentaba de ella todos los días. Moon es un vampiro tímido, que trata lo más posible en no meterse en conflictos lo cual causa que sus demás compañeros siempre lo estén molestando y haciéndole burla por no ser “un buen vampiro”.
Sky pensaba que era ridículo que lo trataran tan mal por el simple hecho de no seguir las horripilantes costumbres de ese clan, es una de las razones por las que lo ama con su ser, su Moon era tan bueno aun siendo 35
una especie que en su lado humano piensan que es aterradora.
Cartas mandaron, cartas llegaron, pero nunca pudieron verse a los ojos hasta después de tres años en los que la guerra dio a su fin. El pueblo del lado humano estaba completamente destrozado, había muchas personas fallecidas y otros que gritaban en agonía y sufrimiento por sus cuerpos adoloridos o quebrados.
Sky no podía respirar, se refugió en su hogar cuando en una noche comenzó a temblar la tierra y se escuchaban bombardeos tan fuertes que sus oídos pitaban, explosiones gigantes se podían ver por la ventana y de un momento a otro su casa se derrumbó sobre él, lo último que pudo ver antes de desmayarse fue la luna llena pintando el cielo, siendo presente de la masacre que ocurrió en aquel siglo.
Una masacre que dio fin a la rivalidad.
Con su ultimo aliento cerró sus ojos y dejó su alma y cuerpo en aquel mundo.
Una mano se posó en su rostro. A pesar de que esta se encontraba fría en la sentía tan cálida que poco a poco fue abriendo su visión para poder encontrar la fuente de dicha caricia.
Ahí estaba él.
Siempre está el.
En sus pensamientos, en sus sueños y ahora frente a él, por fin después de años.
Con parte de su ropa hecha trizas, un evidente cansancio en su cuerpo y ojos, múltiples heridas en su cara pero aún después de todo... él estaba parado junto a él.
— ¿Creyó que su señor vampiro le dejaría aquí? —le hablo esa voz, pudo ver una sonrisa demasiado hermosa. —Quiera o no, mi linda zanahoria. Usted es mío y llameme egoísta si así lo desea, pero no podía hacer que deje este mundo sin antes tener la oportunidad de poder tocarlo y robarle un beso. Concédame la felicidad que usted también se merece, bailemos juntos poniendo a la luna celosa de tan maravilloso amor, déjeme ser yo quien cuide de usted.
Ya no hay más peligro... todos los impedimentos de nuestro cariño cayeron en picada sobre un pozo sin fondo. No volverán a resurgir.
Y es ahí cuando Sky se da cuenta.
Moon lo convirtió en vampiro.
Por largas horas él había muerto, pero Moon lo salvó.
Frente a la luna llena. En la oscuridad y soledad de la noche. Solo ellos dos... como siempre ha sido.
— Nunca me deje ir, señor vampiro, soy la mejor pareja para usted.
— De ahora en adelante estaremos juntos por la eternidad. Y la luna seguirá siendo testigo.
Por que así es, ella estuvo presente en su primer encuentro aquella madrugada en el a pie y ahora está ahí arriba posada tan diosa con su luz resplandeciente presenciando su primer encuentro como almas iguales, como vampiros que se aman y estarán juntos durante siglos.
Nada los detuvo de vivir en un mundo donde solo vivían reyes y sangre.
Sky tenía una relación que lo daño mucho y hizo que sepultara sus sentimientos en lo más profundo de la tierra, decidiendo olvidar por completo a esa persona que tomo su corazón y lo hizo añicos, creyendo que ya nunca iba a poder volver a sentir el mismo amor y cariño por alguien más… estaba muy cansado de pensar en eso hasta que llego Moon a su vida y volvió a sentir eso que llaman amor, pero de una manera mucho más fuerte, poderosa y un tanto extraña ya que Moon no era un simple humano.
“No sabía lo que me esperaba, simplemente fui por curiosidad, pero terminé encontrándote a ti y créeme que fue lo mejor que me pudo pasar…. Aunque no lo supe hasta tiempo después.”
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