Misión católica de lengua española

Queridos hermanos, apenas hemos iniciado a transitar este Año Nuevo 2022, y no podemos no plantearnos la siguiente pregunta: ¿Es posible hablar del Dios de la vida en medio de esta pandemia que se sigue expandiendo en nuestro mundo? No solo es posible, debemos tener ojos para ver y agradecer cómo Jesús sale a nuestro encuentro en esta compleja situación que nos toca aún vivir. Es triste y angustiante lo que está pasando mundialmente, pero muestras de lo divino podemos apreciarlo por ejemplo a través de la gente que nos cuida en el área de la salud, del aseo y las personas que siguen trabajando a pesar de todo, sea desde sus lugares de trabajo o desde sus casas. Y en lo que concierne a la tarea propia de la Iglesia, se trata también de hacer frente a las distintas realidades tratando de ser particularmente solidarios con todos aquellos que necesitan sea del conforto espiritual como del material, viviendo de este modo el mandamiento de la caridad a la que todo cristiano está llamado.

Nos encontramos con situaciones difíciles que muchas veces pude parecer que escapan a nuestras fuerzas y capacidades, no obstante todo, Dios está en todas estas realidades y creo que hoy como nunca se nos abrieron los ojos para ver como El nos visita mediante personas y contextos que no esperábamos.

¿Un nuevo paradigma se nos abre mirando al futuro, de ahí que tengamos que preguntarnos que podemos aprender de todo esto? Aquí esta nuestro desafío como cristianos y hombres de fe, esperando que luego de que pase esta crisis seamos capaces de dar prioridad a los vínculos que tienen que reforzarnos como miembros de una comunidad de partencia, a la dignidad, al respeto mutuo y a la empatía que no tiene fronteras …

Tenemos la oportunidad de ser mas solidarios, y así ser parte de la belleza del Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios que apenas hemos celebrado.

Dios está con nosotros sufriendo, pero dándonos al mismo tiempo esperanza, y la fe no es otra cosa que seguir aún caminando cuando la noche está oscura, pero sabemos que el Dios de la Vida no nos abandona…