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REPORTE
EDITOR: Diego Salazar COEDITOR: Juan Martínez DE TODO COMO EN BOTICA... En el Mercado de Sonora hay curanderos, brujos, chamanes y adivinos, que ofrecen infinidad de servicios, como la lectura de cartas o las populares “limpias” con hierbas.
La necesidad de creer en algo Esoterismo: ¿poder oculto, brujería o charlatanería?
Políticos, artistas, deportistas y profesionistas de todo tipo acuden al Mercado de Sonora, entre otros sitios, en busca de la “sanación”, el amor eterno y la abundancia
<< Pedro Hernández Müeller
El esoterismo, llamado también ocultismo, representa uno de los grandes enigmas para la humanidad toda vez que se encuentra relacionado con lo desconocido, alejado de la lógica y la razón, o al menos, eso es lo que pregonan aquellos que creen en sus “poderes mágicos”.
A unos días de celebrar el año nuevo, el Mercado de Sonora, conocido inmueble ubicado en el poniente de la ciudad, se convierte en verdadero hormiguero con la presencia de miles de personas quienes ávidas de encontrar la buena suerte, el amor y la abundancia, acuden en busca del amuleto, “el amarre”, las limpias, el talismán y las veladoras o, ¿por qué no?, una lectura de cartas para conocer qué les depara el destino.
A lo largo de varios pasillos de este famoso mercado podemos encontrar, hierbas, veladoras, ramos de limpias, piedras, amuletos o santos, que mezclados entre el olor a lavanda, veladoras, pirul, almizcle, rosas y jengibre te transportan a un mágico mundo, inexplicable para muchos, fuente de inspiración para varios.
Es precisamente en este lugar donde nacen las ideas del poder oculto que te proporciona la sanación y el amor para toda la vida, a través de sus múltiples “trabajos”.
El ocultismo tiene mucho que ver con la mentalidad de las personas, pues la mayoría de ellas pregonan “si no crees, no funciona”, desde ese momento, se da la disculpa anticipada por lo que llegue a fallar, pues varias ocasiones que se les ha reclamado a los supuestos espiritistas, brujos, chamanes o santeros, por los malos resultados de algún “trabajo”, enseguida culpan al cliente, por lo haberlo hecho con verdadera fe, es por ello que en estas prácticas se maneja el fraude y el engaño como hechos cotidianos.
Lo cierto es que México es un país lleno de esoterismo, no es necesario ir a Veracruz, a

Guerrero, a Tabasco ni a Oaxaca, basta darse una vuelta por cualquier calle concurrida de nuestra ciudad y podrás encontrar al menos un local con venta de artículos espirituales, de protección, para el amor, para las ventas, la astrología y demás situaciones de vida.
De hecho en México se realizan festivales de brujas, tarot y esoterismo para todos aquellos interesados y creyentes, en las supuestas artes ocultas.
RELACIÓN POLÍTICA-BRUJERÍA Brujos, santeros y chamanes trabajan en el Mercado de Sonora, al cual acuden personajes de todos los estratos sociales, al grado que hay artistas y políticos más famosos por sus creencias en el esoterismo, que por las obras realizadas a lo largo de su carrera.
La relación política-brujería se ha dado en México en todos los tiempos, incluso se habla de las sesiones espitiristas de Francisco I. Madero, así como los magos prehispánicos de Catemaco, y qué decir de los linajes oaxaqueños de hechiceros y curanderas.
Durante el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, Catemaco, Veracruz cobró gran auge como tierra de brujos y santeros, debido a la gran influencia que tenían con los políticos de la época. Hubo varios brujos a quienes se les consideró asesores presidenciales. Tal es el caso del llamado “Brujo Mayor”, quien en varias ocasiones fue invitado a reuniones con políticos y figuras empresariales muy importantes del país, teniendo tal influencia que su fortuna creció de forma considerable.
Sin concederles el supuesto poder divino que tienen, lo cierto es que estos personajes cobran altísimas sumas por sus servicios, debido al interés que despiertan en sus creyentes y sobre todo, las “garantías” que ofrecen por los “trabajos”, que en la mayoría de los casos terminan siendo un fraude.
LA PACA Mención aparte, merece el caso de La Paca, cuando en 1996, durante la presidencia de Ernesto Zedillo, el entonces procurador Antonio Lozano Gracia y el subprocurador Pablo Chapa Bezanilla, contrataron los servicios de una “vidente”, Francisca Zetina Chávez, alias La Paca, para encontrar al entonces desaparecido Manuel Muñoz Rocha (acusado de ordenar el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu) de manera que, gracias a “una visión”, La Paca “encontró” los supuestos restos del diputado, enterrados en una finca cuyo propietario era Raúl Salinas de Gortari.
El montaje de esta farsa fue espectacular, se invitó a medios de comunicación y se contó con cámaras de televisión transmitiendo el supuesto hallazgo de los restos de Manuel Muñoz Rocha. Posteriormente se dio a conocer que el cráneo no pertenecía al priísta mencionado y que todo había sido un montaje de Chapa Bezanilla, mismo que le costó al país cuatro millones de pesos.
Por lo anterior, Chapa Bezanilla y Lozano Gracia fueron cesados y La Paca, encarcelada.
¿CREENCIA O NECESIDAD? La otra parte de la moneda se encuentra en la descalificación hacia estas prácticas.
De acuerdo con expertos, la inseguridad personal es uno de los aspectos más importantes para caer en los fraudes esotéricos, debido a la necesidad que tienen algunas personas (sobre todo aquellas que han vivido alguna situación traumática) por conocer su futuro y asegurar que nada malo les vuelva a ocurrir.
A nivel mundial, el esoterismo es un negocio que mueve millones de dólares, sobre todo en los casos que la dependencia a esta práctica se vuelve vital.
En su momento, el escritor Umberto Eco advirtió sobre el esoterismo, calificándolo como un engaño visible a todas luces, al preguntar “¿acaso existe alguien que no haya pasado por un amor desgraciado o por una situación desagradable?”. ▪
