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Redes sociales, la plaza pública en nuestro teléfono celular

Gerardo Domínguez /Agencia EFE

Al mismo tiempo han tejido su propia “red” en la que corremos el riesgo de quedar atrapados si no las usamos con la suficiente responsabilidad y conocimiento. Celebrar lo bueno que nos han traído y advertir al mismo tiempo de sus peligros, es el mejor modo de celebrar cada 30 de junio el Día Mundial de las redes sociales.

En 1997, internet era todavía un territorio por conquistar, un mundo por desarrollar donde las conocidas como empresas “puntocom” pujaban por hacerse un hueco en el incipiente negocio digital y el hoy desaparecido Netscape reinaba entre los buscadores.

Un informe de la empresa Global WebIndex, señala que en abril de 2023 el 60% de la población mundial (alrededor de 4 mil 800 millones de personas), utilizaba las redes sociales con una media de uso diario de 2 horas y 24 minutos

En este contexto, Andrew Weinreich fundó SixDegrees, considerada como la primera “estructura social formada por personas o entidades conectadas y unidas entre sí por algún tipo de relación o interés común”. La definición de red social formulada por los antropólogos británicos Alfred R. RadcliffeBrown y John Barnes.

El principio de SixDegrees es sencillo. Se trata de conectar a personas que ya se conocen y vincularlas con los conocidos del resto. Con ello los usuarios consiguen una agenda de contactos multiplicada de manera exponencial.

Aunque cerró en 2000, Sixdegrees, llamada así por los seis conocidos que supuestamente vinculan a todos los seres humanos entre sí, plantó las bases de lo que hoy conocemos como redes sociales.

La Especializaci N Como Ventaja

Las redes dieron un importante paso adelante con la popularización de la fotografía y el video digital facilitado por las capacidades de los nuevos teléfonos inteligentes. En 2003 apareció Linkedln, una red centrada en los negocios y el empleo. Un año después son lanzadas Myspace y Facebook, la red más utilizada en nuestros días.

Los años siguientes aparecen redes sociales que buscan la especialización como modo de destacarse frente a la competencia. En 2005, YouTube ofreció la posibilidad de compartir videos y Twitter se fundó en 2006 como un servicio de microblogging, textos cortos a caballo entre el blog y la mensajería instantánea. Sector este último ocupado actualmente por WhatsApp (2009) y Telegram (2013).

Por su parte, Twich (2009) se especializó en la retransmisión de eventos en directo e Instagram (2010) en la fotografía y los videos. Estos últimos se publican con caducidad y desaparecen en la red Snapchat (2011), mientras que en la china TikTok (2016) adoptan el formato vertical y se convierten en pequeños videos musicales.

TikTok ha superado los mil millones de usuarios en un tiempo récord y se ha convertido en la red social con un crecimiento más rápido

Algunas Cifras Sobre Las Redes Sociales

Un informe de la empresa Global WebIndex señala que en abril de 2023 el 60% de la población mundial (alrededor de 4 mil 800 millones de personas) utilizaba las redes sociales con una media de uso diario de 2 horas y 24 minutos. Este número representa el 78% de los mayores de 18 años y el 92,7% de los usuarios de internet. En cuanto al sexo, el 53,5% de los hombres las utilizan frente al 46,5% de las mujeres.

La plataforma más utilizada es Facebook, con 2 mil 963 millones, seguida de YouTube con

La plataforma más utilizada es Facebook, con 2.963 millones, seguida de YouTube con 2.527 millones y WhatsApp e Instagram con 2 mil millones

2 mil 527 millones y WhatsApp e Instagram con 2 mil millones. TikTok superó los mil millones en un tiempo récord y se ha convertido en la red social con un crecimiento más rápido.

ATRAPADOS EN LA “RED” DE LAS REDES SOCIALES

Junto a su capacidad para mantener contactos y relaciones con familiares y amigos, influir en el debate público, dar voz a minorías silenciadas o las posibilidades que abren a negocios, empresas o profesionales, estas plataformas también tienen un lado oscuro.

Su uso compulsivo puede provocar problemas psicológicos como adicción y ansiedad, potenciando la cultura del narcisismo atrapando a los usuarios en el espejismo de su condición virtual. A esto se puede sumar la pérdida de privacidad y la recolección de datos que las compañías han convertido en su negocio principal.

Entre los más jóvenes, sus consecuencias negativas tienen su más dramático reflejo en el bullying o acoso, que en los casos más extremos puede acabar en el suicidio de los que lo sufren.

Tampoco conviene olvidar el papel de las redes sociales como altavoz de teorías conspirativas y noticias falsas, que pueden propagarse a la velocidad de un simple clic en el botón enviar.

C Mo Utilizar De Manera Apropiada Las Redes Sociales

La celebración del Día de las Redes Sociales es un buen momento para dar algunos consejos sobre buenas prácticas en el uso de las redes. Evitar compartir información delicada y los datos personales que hacemos públicos, es el mejor modo de aumentar la privacidad.

Para evitar la adicción y otros problemas psicológicos es importante limitar el tiempo frente a la pantalla y separar la vida profesional de la personal. Al mismo tiempo como usuarios tenemos la responsabilidad de verificar lo que compartimos, para evitar la desinformación y la propagación de bulos que tanto dañan la convivencia social.

Con estas recomendaciones el Día de las Redes Sociales puede servir para devolverles su condición de plaza pública, el ágora donde ser escuchados y ejercer como ciudadanos, al tiempo que tejemos nuestra propia red de relaciones personales. <<

Siempre recuerdo un caso de mi programa “Quién tiene la razón”, que demuestra cómo los hijos reciclan nuestra conducta. La madre no paraba de llorar porque su hija estaba enamorada de un hombre “igualito a su papá”. Me rogaba que la “convenza” de dejar ese novio, que es un delincuente, según su percepción. Es el retrato de su exmarido, quien también estuvo preso y fue finalmente deportado del país.

La madre se siente angustiada al pensar que su adorada hija pudiera pasar por todo lo que ella pasó. Lo real es que pasamos los conflictos no resueltos de nuestras familias de origen, o sea, mamá y papá, a nuestra relación de pareja. Reciclamos la conducta, las disfunciones, las reglas y los códigos de una familia a la siguiente.

Lo hemos dicho muchas veces: amor = hogar. Queramos o no, lo que hemos vivido en el hogar define nuestra relación de pareja, a menos que vayamos a terapia y trabajemos los temas no resueltos de la niñez. Esa señora, en el afán de ayudar a su hija, la está alejando. Y, por ende, la acerca más al novio.

Después de ese caso, nos llegó un padre, desesperado porque su hija se negaba a dirigirle la palabra y no se cansaba de decir que ella no tiene padre. Cuando la joven tenía tres añitos, estando el padre preso en Cuba por motivos políticos, su esposa se la llevó a Miami. Tan pronto llegaron allí, no supo más de ninguna de las dos. Él no le había dado su apellido, precisamente para evitar la persecución política contra ella.

Al salir de la cárcel, muchos años después, llegó a Miami en balsa, enfrentando el mar y sus peligros. Las buscó como loco, pero se enteró de que la madre había muerto y su hija lo odiaba. Fue bien difícil lograr que por lo menos aceptara escucharlo y empezar un proceso de perdón. Era realmente desgarrador ver cómo lloraba y repetía: “yo no tengo padre”. Su mamá le había dicho que la había abandonado y se había negado a darle su apellido.

Así como ya sabemos que amor = hogar, también sabemos que las figuras paternas son intocables. Si usted quiere desgraciarle la vida a un niño, solo tiene que destruir la imagen de uno de sus padres. No solo somos el resultado biológico de la unión de un espermatozoide y un óvulo, sino también el resultado psicológico de la imagen paterna y materna.

Los heredamos biológicamente, pero también psicológicamente, emocionalmente, familiarmente, sexualmente y un gran etcétera. Nadie tiene derecho a marcar o dañar a un ser humano para siempre. Estoy segura de que un 90% de los padres lo hacen por ignorancia, o porque reciclan conductas y conflictos que arrastran. Basta ya de tanto dolor e irresponsabilidad.

Nos somos culpables de reciclar la conducta, pero sí debemos buscar ayuda para detener la bola de nieve. Por eso, no es cierto que al psicólogo solo van los locos. Locos, irresponsables y miedosos son lo que evaden resolver sus asuntos pendientes y le pasan el lío —y no de ropa—, a sus hijos y nietos. <<

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