
3 minute read
Cuentos clásicos de Salarrué
from Parcial III
Artista y escritor salvadoreño. También conocido por Salarrué, fue una de las voces fundamentales de la literatura hispanoamericana por su concisión y fuerza en la recreación de la realidad de su pueblo.
Su identificación con el mundo del campesino salvadoreño y sus exploraciones en los asuntos esotéricos orientales y de ciencia ficción han llevado a valorarlo como uno de los iniciadores de la nueva narrativa latinoamericana y como destacado exponente de la cultura de su país. Sus Cuentos de barro (1933), contribuyeron a forjar la estética del cuento hispanoamericano. Instalado con su familia en la capital salvadoreña desde los ocho años, a los diez años publicó ya sus primeros textos en el Diario de El Salvador. Formado en el Liceo Salvadoreño, el Instituto Nacional y la Academia de Comercio, estudió además pintura y dibujo con el maestro Spiro Rossolimo, y más tarde, gracias a una beca, en la Corcoran School of Art de Washington, donde con veinte años realizó su primera exposición individual en la Hisada’s Gallery. Luis Salvador en sus primeros años se interesó en la pintura, y junto a su primo Toño se inscribió en la escuela de Spiro Rossolimo de San Salvador. A pesar de que no pudo continuar costeándose los estudios, gracias a la influencia política de su familiar César Virgilio Miranda logró una beca del presidente Carlos Meléndez para formarse en los Estados Unidos, donde partió en 1916. En dicho país estudió en la escuela jesuita Rock Hill College,Posteriormente, y con ayuda del embajador salvadoreño en Washington, D.C., ingresó en una escuela de Danville, Virginia, donde mejoró el aprendizaje del idioma inglés.
Advertisement
En Nueva York donde sucedió un hecho trascendental en su vida artística, ya que tuvo un «encuentro» con la literatura de su país en la librería Brentano. En ese lugar conoció la obra costumbrista El libro del trópico de Arturo Ambrogi, la cual le llenó de nostalgia por su tierra. Años después, afirmaría que llegó a memorizar el índice del libro como si fuera un poema. Alrededor de los treinta años de edad, Salarrué comenzó a sentir el desdoblamiento extracorporal. La búsqueda de una explicación satisfactoria para dicha experiencia le llevó a estudiar la Teosofía, por medio de su amigo Guerra Trigueros.En este contexto, en 1929 la editorial de Patria empezó a publicar los relatos fantásticos de O-Yarkandal, y en 1932 se imprimió Remontando el Uluán de similares características.
En 1923, contrajo matrimonio con Zélie Lardé, también dedicada a la pintura. La pareja procreó tres hijas: Olga Teresa, María Teresa y Aída Estela. En esos años Salvador trabajaba como oficial de la Cruz Roja en San Marcos, departamento de San Salvador, población que había sido afectada por inundaciones en 1922. Allí decidió montar su estudio de pintura, y residía en un galerón prestado por esa misma organización. También comenzó a rodearse de artistas e intelectuales de la época, como Serafín Quiteño, Claudia Lars y Alberto Guerra Trigueros, quien se convertiría en su mejor amigo.
Miembro de la Sociedad de Amigos del Arte (1935-1939), durante varios años trabajó como agregado cultural de la delegación diplomática en Estados Unidos, y participó en la Conferencia de Educación organizada en julio de 1941 por la Universidad de Michigan. Alternó la literatura con la pintura; se recuerda especialmente el éxito de sus exposiciones en Nueva York y San Francisco (1947-49) y de algunas de las que realizó posteriormente en su país y de nuevo en Estados Unidos entre 1958 y 1963. Otra de sus facetas artísticas fue la de compositor: se le deben más de un centenar de canciones.
Salarrué publicó en el periódico Patria sus relatos “Cuentos de cipotes” como relleno para las páginas en blanco del periódico.
Recorrido literario
Salarrué escribió una serie de cuentos que se recogieron treinta años más tarde como Cuentos de Cipotes, Cuentos de Barro que se convirtió en la obra más popular y perdurable de Salarrué, lo que refleja una versión idealizada de la vida rural en El Salvador y haciendo de él uno de los fundadores de la nueva ola de América Latina narrativa folclórica (narrativa costumbrista).
El Cristo negro (novela, 1926)
El señor de La Burbuja (novela, 1927)
O’Yarkandal (cuento, 1929)
Remotando el Uluán (cuento, 1932)
Cuentos de barro (cuento, 1934)
El libro desnudo (relato, 1936)
Eso y más (cuento, 1940)
Cuentos de cipotes (1943 en edición parcial, 1961 en edición completa)

Trasmallo (cuento, 1954), La espada y otras narraciones (cuento, 1960)
La sed de Sling Bader (novela, 1971)
Mundo nomasito (poesía, 1975)
Reconocimientos
En sus años postreros, Salarrué se hizo acreedor a varios reconocimientos y distinciones: en 1962 recibió la Orden José Matías Delgado en grado de Comendador. La de grado de Gran Cruz de Plata, junto a su primo Toño Salazar y el poeta Raúl Contreras, la obtendría en 1973. En noviembre de 1967, fue reconocida su obra artística, junto a Claudia Lars y Vicente Rosales y Rosales, por parte de la Asamblea Legislativa. Con pocos días de diferencia, el gobierno mexicano le distinguió con el Premio Nacional
Benito Juárez junto a la folclorista María de Baratta. Dos años después recibió distinciones de la Academia Salvadoreña de la Lengua, junto a Claudia Lars. Se dice que rechazó eldoctorado honoris causa por parte de la Universidad de El Salvador