Carlos Andrés Vanegas Lugo andresvanlugo@gmail.com 2023
Facultad de Arquitectura e Ingeniería
Arquitectura
Informe de Investigación
Asesores Temáticos:
Arq. Mg. Natalia Cardona Rodríguez
Arq. Mg. Catherine Preciado Santa
Arq. Mg. Diana María Bustamante Parra
Medellín, Noviembre 2023
Vanegas Lugo Carlos Andrés
Provenza: de barrio a hito urbano
Trabajo de Grado
Arquitectura
Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia
PROVENZA: DE BARRIO A HITO URBANO
Autor
Carlos Andrés Vanegas Lugo
Asesores
Arq. Mg. Natalia Cardona Rodríguez
Arq. Mg. Catherine Preciado Santa
Arq. Mg. Diana María Bustamante Parra
Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia
Facultad de Arquitectura e Ingeniería
Arquitectura
Medellín, 2023
1 CONTENIDO 2 3
Raíces de un barrio Metamorfósis Comercial Transformaciones bajo la lupa
18. Antecedentes históricos del barrio El Poblado
28. Consolidación de Provenza y una mirada a su arquitectura
42. Desarrollo de nuevas infraestructuras
56. Implementación del urbanismo táctico
62. Privatización del espacio público
65. Desmaterialización del paramento
68. Ruptura del perfil urbano
70. Conclusiones
74. Bibliografía
76. Listado de Imágenes
Al estudiar la historia de las ciudades y su evolución, encontramos que siempre se habla de la ciudad como un gran conjunto. Es decir; como si las transformaciones hubiesen sido simultáneas en cada rincón de la ciudad. Se ignora el hecho de que una ciudad está conformada por diversos sectores. Algunos industriales; otros residenciales o de entretenimiento. Cada uno con procesos de desarrollo diferentes que valdría la pena conocer.
En Medellín se presenta una gran particularidad; la ciudad se ha replanteado sobre ella misma; se destruyen ciertas edificaciones para dar paso a otras más modernas o acordes a las dinámicas sociales del momento. Un ejemplo podría ser la demolición del Teatro Junín para dar paso al Edificio Coltejer; o la desaparición de importantes viviendas patrimoniales aledañas a la Quebrada Santa Elena.
Este fenómeno se repite incontables veces y hoy, podemos ser testigos de él en nuestros barrios. Quizá uno de los ejemplos más importantes en la actualidad se encuentra en el sector Provenza del barrio El Poblado de Medellín.
“No sé si te convenza, nos damo’ un rocecito por Provenza” Karol G (2022). Provenza [Canción]. Mañana será bonito. UMG Recordings Inc. Provenza, la canción de Karol G que fue un éxito en Latinoamérica; hace obligatorio cuestionarse cuáles fueron los procesos de transformación que tuvo que afrontar el sector con el mismo nombre; para convertirse en una centralidad comercial que figura en canciones de diversos artistas, e incluso; en medios internacionales que lo catalogan como uno de los barrios “más cool del mundo” y un referente del entretenimiento en la ciudad. Provenza, es un sector del barrio El Poblado de Medellín que inicialmente fue pensado para cumplir un uso residencial.
“Durante sus primeros años Provenza era un barrio silencioso y tranquilo, de calles amplias y rodeado de fincas. Las familias que empezaron a poblarlo provenían de distintos sectores de Medellín, como el Centro, Laureles y Buenos Aires” (Vivir en EL Poblado, 2019).
Esta descripción puede resultar inverosímil para las personas que no conocieron dicho sector en su génesis, pues contrasta por completo con sus características actuales.
Este trabajo investigativo, surge del anhelo por comprender cómo el sector Provenza del barrio el Poblado de Medellín se ha adaptado para responder a las nuevas dinámicas comerciales que hoy convergen en el espacio. En estas páginas se propone; caracterizar las transformaciones arquitectónicas en Provenza, profundizando en la desmaterialización del paramento y en la ruptura del perfil urbano; examinando cómo la presión comercial ha llevado a adaptaciones estructurales y estéticas. Se pretende identificar qué viviendas han sido demolidas, modificadas o conservadas; ofreciendo una panorámica detallada de la evolución urbana del sector. Finalmente, se busca evidenciar la privatización del espacio público como respuesta a las nuevas dinámicas comerciales, subrayando la manera en que estos cambios han afectado la experiencia cotidiana de los residentes y visitantes.
En este proyecto investigativo se intentan responder algunas preguntas cruciales para entender las transformaciones que ha tenido el lugar de estudio. Por ejemplo, cómo se han modificado las fachadas de las unidades habitacionales, cuál ha sido la principal transformación en el espacio público y qué tipo de evolución ha tenido el perfil urbano del sector.
Para profundizar en la historia del sector de estudio se hizo necesario acudir a diferentes investigaciones que nutren conceptualmente este trabajo. Una de ellas, de Carolina Buitrago González “Los objetos: condicionantes del uso re-adaptativo del espacio. Un fenómeno evidenciado en el sector de Provenza del barrio El Poblado en Medellín.” (2017) Arroja información importante sobre la historia del sector.
El sector tiene unas condiciones especiales dadas históricamente por ser uno de los primeros barrios construidos de manera serializada, con casas diseñadas para familias grandes y con posibilidades económicas elevadas. Estas casas, con el tiempo y la llegada del mercado inmobiliario, empezaron a perder valor arquitectónico y a elevar su precio por metro cuadrado, siendo construcciones insostenibles para las familias actuales. (Gutiérrez, 2016, pág. 77).
Al hablar de barrios construidos de manera serializada se hace referencia a sectores con viviendas estandarizadas o construidas en masa que permiten agilizar el proceso de construcción e incluso reducir gastos en su ejecución. Esta clase de desarrollos urbanísticos se comenzaron a ejecutar en Europa después de la segunda guerra mundial para reconstruir las ciudades de una manera ágil y económica. Posteriormente estas ideas serían traídas a Latinoamérica para el desarrollo de viviendas que aportarían al paisaje urbano. Provenza fue desarrollado de manera serializada, cada vivienda era un espejo del vecino y compartían entre sí un lenguaje arquitectónico especial.
Actualmente numerosos comerciantes trabajan en consolidar la imagen que sus negocios proyectan; e incluso se han agrupado en sectores de la ciudad para aprovechar su potencial arquitectónico y turístico.
Esto puede significar la revitalización de la ciudad o, en el peor de los casos, el inicio de un proceso de expulsión para sus habitantes.
Una de las transformaciones urbanas que se aprecian en las últimas décadas son los procesos de sustitución de un sector de la población por otro de mayores ingresos, reconfigurando su espacio mediante inversión de capital y transformando las prácticas de consumo”. Y es que muchas personas se han visto obligadas a dejar sus viviendas por la presión inmobiliaria, por la incompatibilidad en los usos del suelo o por el incremento en los costos de vida desde que diversas actividades comerciales los han comenzado a rodear. Las renovaciones comerciales son la causa principal del cambio en la naturaleza y usos de una zona, por lo que las presiones que afectan la vida del vecindario son causadas por su transformación en un espacio de entretenimiento y consumo dirigido a usuarios pudientes (Cócola, 2015, p.9).
Figura 3. Calle en Provenza
Repasar el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín es muy importante para entender el uso del suelo existente en Provenza. En él se resalta que, además de estar inmerso en un tratamiento de consolidación y ser definido como un área de alta mixtura; Provenza también se encuentra acogido en la centralidad del barrio El Poblado. Según el Acuerdo n 48° del año 2014; “las centralidades son lugares del territorio con una fuerte capacidad de atracción de personas, donde se producen elevados intercambios de bienes y servicios que actúan como espacios multifuncionales de diferentes escalas.” En el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín existen 8 tipos de centralidades cada una con diferentes criterios de manejo. En este caso, la centralidad del barrio El Poblado es una centralidad “metropolitana y de ciudad” que convierte al sector en uno de los más significativos para Medellín.
Los criterios de manejo para las centralidades metropolitana y las de ciudad, apuntan a potenciar su fortaleza en las actividades económicas, particularmente actividades terciarias; estas centralidades contarán con alta accesibilidad, dada preferentemente a través de medios de transporte colectivo, que las consolide como zonas con un alto potencial de mercado, favoreciendo la explotación de las economías internas de escala por parte de actividades con altos costos fijos (como los servicios de salud ubicados en el centro metropolitano), y la explotación de las economías externas de escala para servicios o comercios que no necesariamente satisfacen necesidades de carácter cotidiano.
Para el desarrollo metodológico se plantearon tres fases de trabajo. Se comenzó con un diagnóstico que permitió recolectar información histórica sobre el origen del sector.
En esta fase se estudió la planimetría original del Banco Central Hipotecario y diversos documentos históricos e investigaciones que permitían conocer un poco más al sector de estudio. La fase de trabajo de campo consistió en identificar las condiciones actuales del espacio público y las unidades habitacionales. Se realizaron procesos de observación in situ, entrevistas, levantamientos planimétricos. y se elaboró un registro de las viviendas del sector que han sido modificadas, demolidas o conservadas.
Se finalizó con la fase de resultados, en esta se realizó una comparación de lo obtenido en las fases de diagnóstico y trabajo de campo. Pues es aquí en donde se podría estudiar a mayor profundidad las verdaderas transformaciones que ha atravesado el sector de estudio. En esta fase se realizaron paralelos de información y análisis de imágenes satelitales para determinar el cambio de la mancha urbana y las modificaciones que han enfrentado las viviendas y el espacio público. También se realizaron comparaciones entre la planimetría encontrada y los levantamientos planimétricos realizados. Se realizaron comparaciones con imágenes satelitales obtenidas en Google Earth, ya que esta herramienta cuenta con registros satelitales del sector desde el año 2005.
El proceso investigativo se presenta en tres capítulos, siendo el primero “Las raíces de un barrio” en donde vamos a repasar la historia reciente de El Poblado, se explorarán los antecedentes que han dado forma a su identidad, se hará énfasis en un sector de este barrio. Se estudiarán los elementos que han contribuido a la consolidación de esta zona y su arquitectura; que es un testamento visual de su historia.
En el segundo capítulo, nos adentraremos en la “Metamorfosis Comercial”. En donde se expondrá el dinamismo y la adaptabilidad del barrio, además de la manera en que las fuerzas comerciales y urbanísticas han esculpido su evolución. Abordaremos la infraestructura como la columna vertebral de esta transformación. Desde pequeñas discotecas hasta ostentosos hoteles, analizando cómo las nuevas infraestructuras han dado forma al perfil comercial del barrio, creando un entorno propicio para el florecimiento económico.
En el último capítulo “Transformaciones bajo la lupa” se evidencian las alteraciones fundamentales que han moldeado la identidad del barrio. Abrimos el expediente de la privatización del espacio público, un fenómeno que ha redefinido la dinámica social y urbana. ¿Cómo ha influido la apropiación privada en áreas que solían ser de acceso común? Se analizarán las ramificaciones de esta transformación en la interacción comunitaria y la naturaleza misma del espacio público.
El proceso de la desmaterialización del paramento toma gran relevancia en este capítulo. Desde la arquitectura hasta la percepción visual, se explorará cómo se ha alterado la forma en que percibimos y experimentamos los espacios. Cerramos este capítulo con una mirada crítica a la ruptura del perfil urbano. ¿Cómo han influido las intervenciones en la silueta característica de Provenza? Categorizando las transformaciones que desafían las construcciones tradicionales, dando forma a una nueva narrativa visual.
RAÍCES DE UN BARRIO
En una ciudad marcada por su constante evolución, emerge un barrio con una historia importante por compartir: El Poblado. Este capítulo nos sumergirá en la historia del barrio El Poblado; desde sus comienzos como un refugio campestre de recreación para la élite de la ciudad, hasta su actualidad como “zona rosa”. Se hará especial énfasis en la historia de Provenza, un sector del barrio caracterizado por sus amplias casas y generosas áreas verdes. Se expondrá la historia y transformación del sector, debido a que sus calles dieron la bienvenida a una multitud de establecimientos que gradualmente se multiplicaron; transformando los modos de vida y el paisaje urbano del sector.
01. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL BARRIO EL POBLADO
Para hablar de Provenza e incluso de Medellín, se hace necesario repasar la historia del barrio El Poblado. Pues allí sucedieron diversos hechos que marcaron para siempre el desarrollo de la ciudad.
Esta historia se remonta al siglo XVI, cuando Francisco de Herrera Campuzano, Visitador y Oídor de la Real Audiencia notó en sus expediciones que existían diversas naciones indígenas con culturas similares pero dispersas en el territorio. Un día tuvo la idea de fundar un resguardo para la protección de los nativos, reuniendo a aproximadamente 80 indígenas con sus familias. Así es como el 2 de marzo de 1616, al reunir en un mismo asentamiento a ebejicos, nutabes, brutos y maníes nace el Poblado de San Lorenzo de Aburrá.
Saltaremos aproximadamente 400 años en la historia de Medellín. La ciudad comenzó a adquirir cierta importancia económica y se vivió un auge en infraestructura. Se desarrollaron sistemas como tranvías, trenes y carreteras. La ciudad se consolidó como un centro artístico por excelencia. Atrayendo así a escritores, artistas plásticos y pensadores de renombre. Los principios y valores de la élite comenzaron a adquirir una forma institucional, generando influencias en la identidad y dirección de la ciudad. Este cambio coincidió con los procesos de industrialización que, al ganar impulso propiciaron un desarrollo económico rápido y sustancial. Como resultado; la ciudad se consolidó como un punto de referencia a nivel nacional.
Paralelamente en el Poblado de San Lorenzo se vivían procesos de crecimiento urbano. La zona ahora se conformaba de fincas ganaderas y de zona cultivables que aprovisionaban al resto de la Ciudad. El Poblado contaba con una pequeña capilla llamada San Lorenzo que fue demolida en 1720. A partir de este momento, el sector pasó a llamarse simplemente “El Poblado”. La capilla fue recuperada 125 años más tarde a petición de los aproximados 1930 habitantes de la zona. En 1876 fue erigida como parroquia y pasó a llamarse San José. Fue diseñada por el Arquitecto Horacio Rodríguez y tardó 35 años en ser construida. Para la fecha, la élite de la ciudad residía en el Barrio Prado, sin embargo fueron varios los procesos que llevaron a la migración de sus habitantes hacia otras zonas de la ciudad.
El impacto que tuvo en el barrio la construcción de diversas obras públicas como la Avenida Oriental (1970) y la consecuente separación entre Prado y el Parque de Bolívar, uno de los sitios más frecuentados por los habitantes del sector; el crecimiento poblacional de las comunas aledañas, que derivaría en el tránsito continuo de automotores por el barrio; la destinación de la carrera Bolívar como corredor del Metro y la construcción del Bazar de los Puentes -entre finales de los 80 y comienzos de los noventay la construcción de Barranquilla, una de las principales vías de acceso a la Universidad de Antioquia; así como la consolidación de otras zonas de la ciudad con los mismos ideales de exclusividad de Prado, como Laureles y El Poblado, marcaron la migración de muchos de sus pioneros y antiguos habitantes pero, sobre todo, su transformación funcional. (Memoria[s] y Patrimonio, 2020).
Según el la serie Ciudad Contada, de Telemedellín, los niños que residían en El Poblado debían bajar hasta la zona céntrica de la ciudad para desarrollar sus actividades académicas. E incluso los que vivían en las lomas no podían acceder a educación pues no se contaba con una escuela rural. Al inicio del 1920 el empresario Guillermo Echavarría Misas decidió poner en marcha un proyecto para dotar de escuela al sector. Así es como mediante la resolución 189 del 15 de noviembre de 1923 se inaugura la escuela Guillermo Echavarría Misas.
Anteriormente el parque de El Poblado era una “manga”. Afuera de la iglesia había un camino que servía para trasladar el ganado desde Envigado hasta la feria. Poco a poco dicha manga fue adquiriendo carácter de parque y se consolidaron los primeros establecimientos comerciales. Había una salsamentaria, una farmacia y dos tiendas; la primera era de la familia Posada y se encontraba en el parque, exactamente en donde hoy es el Edificio Aliadas. La segunda era de la familia Saldarriaga ubicada en lo que hoy es la esquina entre la Calle 10 y la Carrera 43b.
El barrio poseía un carácter recreativo. Los fines de semana y en época de vacaciones las fincas del sector recibían a las familias más prestantes de la ciudad que buscaban unos días de descanso. En el año 1924, Germán Olano, miembro de la Sociedad de Mejoras Públicas, junto a otros empresarios aficionados del golf y el tenis impulsaron la idea de fundar un club para el disfrute de estos deportes. El 24 de septiembre de 1924 en la finca de Alejandro Villa Latorre nace el Club El Campestre que inicia con 60 socios que pagaron 100 pesos por acción.
En la decada de los 30 y debido al progreso que se presenciaba en la ciudad, se vivió un nuevo fenómeno de migración. Personas de diversos pueblos de Antioquia se trasladaron a la ciudad en búsqueda de mejores condiciones de vida.
En un intento por solucionar la gran demanda de vivienda el estado a través del Banco Central Hipotecario crea el barrio Lleras, que por muchos es considerado como la primera urbanización de la ciudad. El barrio adquiere su nombre del gerente del BCH, Julio Eduardo Lleras. El barrio contaba con 45 viviendas que fueron vendidas entre 3.000 y 8.000 pesos.
Para el año 1980 con la modernización de las transversales y la construcción del Hotel Interocontinental el barrio se comenzó a consolidar como un nuevo lugar de residencia para la Élite de la ciudad. Poco a poco las fincas del sector se fueron convirtiendo en parcelaciones o unidades residenciales. Las lomas de El Poblado tomaron los nombres de las familia que una vez habitaron el sector. Como ejemplo tenemos a las lomas de Los Parra, Los González, Los Mangos o El Tesoro.
La Finca El Tesoro es el punto de referencia para nombrar este barrio. Como lo relatan distintas fuentes, este era el paso obligado de los arrieros que bajaban desde el oriente antioqueño con sus mulas cargadas de alimentos para la plaza de Cisneros, también conocida como El Pedrero. Actualmente aquí se ubica el condominio campestre San Gabriel, sin embargo, cuando existía la finca esta fue ocupada por la familia Echavarría, luego por un extranjero recordado como Mr. Son y finalmente por los hermanos de la Comunidad San Gabriel. Pero es que el nombre El Tesoro, se deriva popularmente por otras razones, pues según sus habitantes, en estas fincas debido a las incertidumbres causadas por la Guerra de los Mil Días, se guardaban ingeniosamente grandes sacos de monedas como una forma de salvaguardar la fortuna. Se dice que estos sacos han sido encontrados por algunos afortunados, pero que aun siguen enterrados varios de ellos. (Entre arrieros y tesoros escondidos - Biblioteca Pública Piloto, 2022).
El auge del narcotráfico en Colombia, particularmente en los 80, tuvo un gran impacto en la ciudad y en el Barrio El Poblado.
Figura 8. Juego de Polo. Club El Campestre
Figura 9. Parque Lleras - 1989
Encabezado en gran parte por Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, este fenómeno generó una serie de efectos perjudiciales en la sociedad y en la infraestructura urbana.
En primer lugar, el fantasma de la violencia está asociado a los cambios en estilos de vida que se dan en la metrópolis por efecto de la expansión de la violencia. Así, por ejemplo, el sentimiento difundido de inseguridad lleva a que las personas restrinjan su circulación en espacios públicos, eviten salir de noche o visitar ciertos barrios se recluyan puertas adentro y busquen el esparcimiento en espacios privados. Se reduce así la interacción con otros de diferente origen social y se desalienta la sociabilidad espontánea que surge de los encuentros en lugares públicos.
Los grupos y clases sociales se aíslan de sus propios pares y se generaliza un sentimiento de sospecha hacia los demás o los distintos... Todo esto va también acompañado de la sensación de inseguridad frente a los pobres e indigentes, sobre todo varones jóvenes, percibidos por el resto de la sociedad y por la policía como potenciales delincuentes. La violencia irradia así un cambio en diseño, vida cotidiana, percepción del otro y valoración de la seguridad. Por lo mismo, su presencia-ausencia circula por aquellos espacios que han debido reconstruirse asépticamente para conjurar la amenaza del otro. Condominios, malls, puertas reforzadas y segregación de la ciudad concurren en esta estética epidemiológica que privilegia la seguridad por sobre el contacto, el desborde y el placer cosmopolita de la errancia en la gran ciudad. (Martín Hopenhayn, 2002).
Otras formas en las que el narcotráfico afectó a Medellín fueron el aumento de la violencia, la corrupción, el lavado de dinero, y el desplazamiento forzado.
Entre los atentados más letales se recuerdan dos en particular. El primero ocurrió el 11 de enero de 2001 en el Centro Comercial El Tesoro, en donde un carro bomba causó la trágica pérdida de 5 vidas y dejó a 76 personas heridas. El segundo incidente tuvo lugar el 17 de mayo del mismo año cuando otro coche bomba cargado con 60 kilos de dinamita detonó en el Parque Lleras, cobrando la vida de 8 personas y dejando a 138 heridas. Los atentados afectaron la reputación del Barrio y a Medellín en términos de turismo y atractivo para la inversión. La ciudad comenzó un periodo de estigmatización y se percibió como un lugar peligroso para el turista.
En este capítulo de la ciudad resaltan algunos de los edificios que fueron construidos por y para el narcotráfico, se trataba de lujosas propiedades que sobresalían en el paisaje urbano. Una de ellas era la mansión Montecasino, que fue el centro de operaciones de los hermanos Castaño. Otro fue el edificio Dallas (Hoy hotel Viaggio).
Ubicado en la carrera 43 con calle 14, al igual que el Mónaco, el edificio Dallas se comenzó a construir sin inconvenientes en plena zona de la Milla de Oro de El Poblado, a sabiendas de los vecinos del sector sobre quién era su propietario: Pablo Emilio Escobar Gaviria. Así lo recoge en diferentes testimonios la prensa colombiana de abril de 1993. La idea de Pablo Escobar era hacer del Dallas su próximo gran centro de operaciones y por eso empezó su construcción. El proyecto quedó a medio camino cuando el edificio se sacudió en otro de tantos ataques que llenaron de terror a Medellín por la guerra entre carteles. El 20 de abril de 1993, una camioneta ingresó al edificio con seis hombres de los ‘Pepes’ a bordo y dejaron allí el automóvil cargado con 100 kilos de explosivos que estallaron pasadas las 3 de la mañana. Hacemos Memoria org (2019).
Figura 11. Carro Bomba. Barrio El Poblado
Figura 12. Edicio Mónaco
Figura 13. Edificio Mónaco - Ingreso
20 años más tarde, los índices de violencia en Medellín experimentaron una notoria y alentadora reducción. Esta transformación significó un impacto positivo en la ciudad al atraer a un creciente número de turistas y estimular significativamente la actividad económica. El poblado, en particular, ha sido testigo de múltiples transformaciones en su vida urbana, especialmente por el desarrollo de nuevos negocios y establecimientos comerciales.
El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Medellín para el año 2014, teniendo en cuenta estos cambios, ha identificado ciertos sectores de El Poblado como “corredores de alta mixtura” o “centralidades de ciudad” con una preponderante influencia económica. Esta designación refleja la evolución que ha experimentado la zona, donde la diversidad de actividades y la dinámica económica se han convertido en rasgos distintivos. Según el POT en estas centralidades económicas
Predomina el uso del suelo en función de las actividades económicas y la prestación de servicios públicos, con menores proporciones en el uso residencial; generan atracción de población y de actividades económicas de escala zonal, de ciudad y metropolitana (Acuerdo n 48°, 2014, página 341).
El Poblado inició como un área principalmente residencial, pero en el mismo POT, se redefinió como un sector clasificado en “ejes urbanos a lo largo de vías arterias y vías troncales de transporte público”. En estos lugares, se concentran actividades económicas de alta intensidad, contribuyendo a sistemas complejos que influyen en la metrópolis, la ciudad y las zonas circundantes.
Algo muy importante a resaltar es que además de estar inmersos en un tratamiento de consolidación y ser definido como un área de alta mixtura; el sector también se encuentran acogido en la centralidad del barrio El Poblado. Según el Acuerdo n 48° del año 2014; “las centralidades son lugares del territorio con una fuerte capacidad de atracción de personas, donde se producen elevados intercambios de bienes y servicios que actúan como espacios multifuncionales de diferentes escalas.” En el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín existen 8 tipos de centralidades cada una con diferentes criterios de manejo. En este caso, la centralidad del barrio El Poblado es una centralidad “metropolitana y de ciudad” que convierte al sector en uno de los más significativos para Medellín.
Los criterios de manejo para las centralidades Metropolitana y las de Ciudad, apuntan a potenciar su fortaleza en las actividades económicas, particularmente actividades terciarias; estas centralidades contarán con alta accesibilidad, dada preferentemente a través de medios de transporte colectivo, que las consolide como zonas con un alto potencial de mercado, favoreciendo la explotación de las economías internas de escala por parte de actividades con altos costos fijos (como los servicios de salud ubicados en el centro metropolitano), y la explotación de las economías externas de escala para servicios o comercios que no necesariamente satisfacen necesidades de carácter cotidiano. (POT, Medellín, 2014).
Para concluir con este apartado se decidió plasmar la historia del barrio El Poblado en una línea del tiempo que evidencia algunos de los momentos más importantes del sector, desde su consolidación hasta su periodo postpandemia.
Figura 15. Centralidad El Poblado
Figura 16. Áreas y corredores de alta mixtura
02. CONSOLIDACIÓN
DE PROVENZA Y SU ARQUITECTURA
Los primeros datos registrados de Provenza son los planos presentados por el Banco Central Hipotecario y dibujados por la firma
HM Rodríguez e hijos LTDA. En estos planos aprobados el 14 de junio del año 1954 se presentaba un proyecto llamado “Urbanización Provenza” que contaba con aproximadamente 177 unidades habitacionales distribuidas en 6 manzanas. Según el diario Vivir en el Poblado Cada vivienda tenía un precio de 47.600 pesos. El área total del proyecto consistía en 90.448 m² y un área vendible de 60.643 m².
En el año 1966 se finaliza la construcción de la Iglesia de la Divina Eucaristía y Provenza comienza a consolidarse. Oficialmente el sector no figura como barrio, de hecho la zona está incluida dentro de la delimitación territorial que el Municipio de Medellín identifica como barrio El Poblado, situado en la comuna 14. No obstante sus habitantes desarrollaron un gran sentido de pertenencia e identifican a Provenza como su barrio.
Este proyecto inmobiliario se desarrolló en ambas márgenes de la quebrada la Presidenta, en una finca llamada Provenza. Este se destacaba por ser un terreno de alta pendiente y vegetación exuberante. Dichas características jugaron un papel fundamental en la proyección del barrio. Los principales ejes estructurantes son, de oriente a occidente la quebrada La Presidenta y de sur a norte las carreras 33, 34, 35 y 36.
En el entorno existían extensas áreas verdes que se distribuían en los ante jardines de las unidades habitacionales y en el espacio público que corría en paralelo a la quebrada La Presidenta.
En esta cuenca se llevaron a cabo proyectos que incluyeron la creación de parques y áreas de esparcimiento para los residentes de la zona.
La configuración de la sección vial contempla la inclusión de ante jardines de 3 metros de ancho, aceras de 1.50 metros y una calle de doble carril con un ancho total de 6 metros. Esta disposición proporcionaba un entorno más amigable para peatones y vehículos, al tiempo que se fomentó el uso de áreas verdes en el paisaje del barrio.
Figura 35. Plano Provenza - Redibujado
La obra del BCH, relativamente poca si se compara con otras entidades como el ICT, tuvo un importante aporte e impacto por sus propuestas urbanas, experimentaciones formales y vida colectiva a través de lo que podría llamarse una arquitectura urbana, resultado de la experimentación proyectual a lo largo de su producción. Su obra, además de tener una calidad superior al promedio de la vivienda estatal construida para la época y ser concebida por arquitectos de alto reconocimiento profesional, puede leerse a partir de tres momentos claves institucionalmente, la crisis de 1929 que provocó su creación; en 1946 la muerte de Julio E. Lleras, fundador y gerente del Banco hasta ese momento; y la aprobación de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante (Upac) en 1972, que transformó los mecanismos de financiación y, por ende, la escala de producción de vivienda. Así, sus propuestas se comprenden en tres etapas distintas: 1935-1946, con una producción de vivienda unifamiliar a pequeña escala; 19471972, una época de transición y experimentación; y 1973-2001, con una producción de gran escala y fomento de la inversión privada. (Revista Credencial, 2015).
Se puede decir que Provenza fue concebido en el primer momento clave del BCH. Según la Arquitecta y docente Ana P. Montoya esta fase se caracterizó por la creación de vecindarios como unidades urbanas. Estos se construyeron a una escala pequeña, con una parcelación convencional, viviendas individuales de uno o dos niveles, con un diseño arquitectónico sencillo y funcional. Presentaron una disposición aislada, con un espacio delantero y un jardín trasero. Algunos ejemplos destacados incluyen los barrios Bosque Calderón Tejada (1935) con 30 unidades, El Restrepo (1936) con 26 unidades y Muequetá (1937) con 90.
Para el sector se presentaron dos tipologías de vivienda. Una de dos y otra de tres niveles. Al ser construido en un terreno con marcada pendiente, se diseñó un sistema de terrazas que funcionaba como un espacio previo a la entrada principal. Estas terrazas no solo brindaban un área al aire libre adyacente a la vivienda, sino también permitían disfrutar del exterior sin necesidad de abandonar la propiedad.
Al examinar archivos planimétricos se puede inferir que cada vivienda contaba con tres o cuatro habitaciones, además de dos cuartos de baño. Todas estas viviendas disponían de un jardín delantero, un patio trasero y espaciosos balcones que se abrían hacia el exterior.
Figura 37. Corte Esquemático 2
Figura 36. Corte Esquemático
Se realizó una búsqueda documental con el propósito de hallar archivos históricos y planimétricos que pudieran proporcionar información relevante sobre la arquitectura residencial en Provenza.
Siguiendo la recomendación de una docente, se examinó el libro “Arquitectura Moderna en Medellín 1947 - 1970”, escrito por Cristina Vélez, Diego Lopez, Mauricio Gaviria y Nathalie Montoya. Dicho trabajo investigativo dispone de alzados y reconstrucciones planimétricas
que ofrecen una imagen detallada de la configuración interior que ofrecen una imagen detallada de la configuración interior y el diseño original de las viviendas en cuestión.
Las viviendas en Provenza se caracterizaban por su enfoque en la funcionalidad. Estas casas no buscaban llamar la atención con ornamentos ostentosos, sino que abrazaban una estética más sobria y práctica. Uno de los elementos más distintivos de estas viviendas era el uso de hierro forjado en las rejas que decoraban
Figura 38. Planimetría Vivienda - Provenza
tanto las puertas como las ventanas. Las fachadas presentaban una marcada tendencia hacia la horizontalidad. Esta característica contribuía a crear una sensación de amplitud y armonía visual en el barrio. Los balcones y terrazas eran elementos que destacaban en la fachada, proporcionando espacios al aire libre donde los residentes podían disfrutar.
Otro elemento distintivo de las viviendas era su cubierta en tejas de barro. Además, las casas contaban con escaleras exteriores que permitían
acceder a las terrazas. Estas escaleras añadían carácter a la fachada y proporcionaban un acceso práctico a las áreas libres. Las residencias constaban de tres a cuatro habitaciones, dos baños y un amplio patio en la parte frontal.
En la primera mitad del siglo XIX, la vivienda seguía un patrón distintivo: la cocina se encontraba separada de la sala principal. Esta distribución hacia que dicho espacio fuera privado, mientras se reservaba un espacio específico (junto a la sala) para el comedor.
Figura 39. Planimetría Provenza
Según el diario Vivir en el Poblado, la rutina en provenza estaba alejada del aburrimiento. En sus calles se podía jugar futbol y montar bicicleta. Como el barrio fue desarrollado con la Quebrada La Presidenta atravesándolo, era normal ver a los vecinos bañándose e incluso pescando en sus aguas. Se podían recolectar pitayas, madroños, pomas y mandarinas. Una de las actividades preferidas era elevar globos en El Vergel o tirar llantas por la pendiente. Las personas del barrio participaban en las Olimpiadas del Poblado e incluso existen registros de persona que se lanzaban en ala delta desde Santa Elena y aterrizaban cerca a a Iglesia de la Divina Eucaristía.
Durante sus primeros años Provenza era un barrio silencioso y tranquilo, de calles amplias y rodeado de fincas. Las familias que empezaron a poblarlo provenían de distintos sectores de Medellín, como el Centro, Laureles y Buenos Aires. Como a tantos otros que decidieron trasladarse al sector sur de la ciudad, sus allegados los criticaron por “irse tan lejos”, pero como los nuevos habitantes eran en su mayoría profesionales jóvenes, recién casados o con hijos pequeños, vivir en un barrio semicampestre como lo era Provenza hacía parte de sus sueños. (Vivir en el Poblado. 2011)
El sector tenía una connotación residencial; a excepción de algunos establecimientos comerciales. Uno de ellos; el tradicional Granero el Social.
Para 1940, la calle 10 junto a los barrios Lalinde, Lleras y Manila era una tranquila zona residencial. Sin embargo, en la década de los 90 llegaron los primeros establecimientos comerciales al Parque Lleras.
Figura 41. Juego de Futbol en el Barrio
Figura 43. Granero Social
Figura 42. Alta Delta de Jenaro Breñón Vélez
Con el tiempo, diversos establecimientos comerciales comenzaron a instalarse en el área circundante al Parque Lleras. Tanto fue el éxito que su presencia se multiplicó rápidamente, dando lugar a una amplia variedad de servicios disponibles. Restaurantes, tiendas de ropa y decoración encontraron en el Barrio Lleras un entorno propicio para sus operaciones.
A medida que pasaba el tiempo, los establecimientos comerciales se expandieron por la Calle Diez, conquistando gradualmente nuevas áreas, como Provenza, Manila y Vizcaya. Para el año 1996, la zona ya albergaba un total de 115 establecimientos comerciales, consolidándose como un punto de referencia para el entretenimiento nocturno en la ciudad.
En la actualidad el sector de estudio dista mucho de la idea que tenían las personas que una vez lo trazaron. En sus viviendas hoy funcionan diversos establecimientos comerciales; como restaurantes y discotecas. Dichas viviendas pasaron de ser la residencia de familias medianas, a ser utilizadas por los consumidores como espacios de estancia temporal. Afectando así las dinámicas, el espacio público y la configuración original de las viviendas del barrio.
Hoy en Provenza conviven muchos sujetos, algunos trabajan, otros son dueños de pequeñas empresas; unos pocos aún viven allá, otros sólo lo ven como un lugar para disfrutar los fines de semana, y muchos otros son extranjeros que visitan la ciudad. Todos se relacionan de manera distinta con esta nueva propuesta de establecimientos, pero logran relacionarse según el discurso funcional del espacio.” (Iconofacto, 2017, pág. 77).
METAMORFÓSIS COMERCIAL
En este capítulo se realiza un análisis detallado de tres esferas fundamentales que configuran la vida urbana: la vivienda, el espacio público y el comercio. A través de la observación de estas categorías se busca comprender cómo influyen en la calidad de vida de los habitantes y en la identidad de un entorno urbano. Además, este capítulo explorará el desarrollo de nuevas infraestructuras, examinando su impacto en la configuración del tejido urbano. Se estudiará también la implementación del urbanismo táctico como estrategia que busca transformar y revitalizar el espacio urbano.
Antes de entrar en este capítulo se hace necesario hacer un breve repaso por algunos de los conceptos e investigaciones que sustentan esta investigación para interpretar de una manera más adecuada los términos que hacen posible este proyecto. Uno de los aspectos más importantes de esta investigación es que permite conocer la influencia de la arquitectura comercial sobre los sectores tradicionales de las ciudades.
Según Hernández (2012) la Arquitectura
Comercial “Reconoce las necesidades comerciales para efectuar, de forma eficiente, un intercambio de productos con el fin de obtener algún beneficio. Esta disciplina se puede definir como “el diseño de edificios y estructuras para uso de negocios”. Quizá el principal reto de esta disciplina es entregar al propietario un espacio funcional que refleje la identidad de su marca y le ofrezca al consumidor una experiencia amena que desee repetir.
Las grandes empresas desean tener sus sedes en edificios simbólicos y representativos que las diferencien del resto de las empresas competidoras y del resto de los edificios que las rodean. Conscientes de que la arquitectura de sus edificios supone un valor añadido en los elementos que componen su identidad corporativa, el sector textil de la moda y complementos apuesta por unos edificios que encabezan las listas de las construcciones de vanguardia. Singulares y reconocibles con las firmas que los poseen, los edificios que albergan sedes, oficinas o establecimientos de ventas de moda se están convirtiendo en protagonistas de la identidad corporativa de sus enseñas. (Marín y Caro, 2014, p.235)
El edificio o la estética de este ya no es algo sólo importa en el sector textil, en los últimos años hemos sido testigos de cómo hoteles, restaurantes e incluso discotecas apuestan por ideas arriesgadas para sus sedes. Al parecer hoy la experiencia prima sobre todos los servicios que podemos encontrar en un establecimiento.
Con cambios muy marcados en los últimos años, la arquitectura comercial ha cobrado una importancia relevante. La resolución de los espacios es tanto o más importante que el producto físico que se vende y que los mismos vendedores. Es más, esta novedad requerirá adaptar los conocimientos profesionales de la arquitectura a una situación en la que el vendedor ya es prácticamente inexistente; de ese modo va conformándose lo que hoy en día conocemos por merchandising, ciencia del marketing que otorga a la arquitectura y al diseño roles preponderantes en el ámbito de persuasión y estímulos psicológicos con fines comerciales. (Pérez, 2004, p.3).
En el párrafo anterior descubrimos un término que resulta de gran importancia para esta investigación. Al hablar de arquitectura comercial inevitablemente estamos hablando de merchandising; y es que estas dos herramientas son las principales causantes de las sensaciones que podría tener una persona al ingresar a un establecimiento comercial.
El merchandising desempeña un papel fundamental en la creación de espacios comerciales diseñados para crear una experiencia de compra memorable, que suscite el interés y el deseo de poseer los productos presentados en el punto de venta mediante estrategias de merchandising y marketing sensorial que permitan conformar una atmósfera comercial
potencialmente más atractiva y, por lo tanto, más vendedora. Ha demostrado ser una potente herramienta de apoyo para mejorar la gestión del comercio minorista, así como para conocer y comprender mejor esta apasionante disciplina de marketing aplicado al punto de venta, en el cual se basan las empresas de retail de más éxito del mercado para aumentar las ventas, obtener beneficios que rentabilicen la inversión y mejorar la experiencia de compra de los clientes. El merchandising estratégico se basa en el comportamiento de compra de los consumidores en función de los conceptos salir de compras o hacer la compra, que se ha convertido en una de las formas de ocio más importantes de nuestro tiempo. Influye directamente en las relaciones que se establecen entre los distribuidores y los consumidores, así como en los propios estilos de consumo. (Palomares, 2009; Contraportada).
En la actualidad numerosos comerciantes trabajan en consolidar la imagen que sus negocios proyectan al consumidor; e incluso se han agrupado en sectores de la ciudad para aprovechar su potencial arquitectónico y/o turístico. De esta manera se han creado pequeños distritos de comercio que han cambiado por completo las dinámicas sociales del lugar en donde se ubican. Esto puede significar la revitalización de la ciudad o, en el peor de los casos; el inicio de un proceso de gentrificación. Según Luz de Lourdes y Luis Alberto Salinas “Una de las transformaciones urbanas que se aprecian en las últimas décadas son los procesos de sustitución de un sector de la población por otro de mayores ingresos, reconfigurando su espacio mediante inversión de capital y transformando las prácticas de consumo”.
Y es que muchas personas se han visto obligadas a dejar sus viviendas por la presión inmobiliaria, por la incompatibilidad en los usos del suelo o por el incremento en los costos de vida desde que diversas actividades comerciales los han comenzado a rodear.
Las renovaciones comerciales son la causa principal del cambio en la naturaleza y usos de una zona, por lo que las presiones que afectan la vida del vecindario son causadas por su transformación en un espacio de entretenimiento y consumo dirigido a usuarios pudientes (Cócola, 2015, p.9).
El sector Provenza del barrio El Poblado ha experimentado transformaciones arquitectónicas significativas en los últimos años. Para comprender mejor este fenómeno, es importante revisar otras investigaciones que estudian las transformaciones arquitectónicas impulsadas por factores sociales y comerciales en contextos similares. Según David Navarrete;
Una de las principales transformaciones urbanas que han conducido a la elitización de una parte importante del patrimonio histórico construido en el centro de Guanajuato ha sido la modificación del uso de suelo, otrora habitacional, al uso de servicios, de comercio y de hospedaje de lujo. Actualmente la totalidad de los inmuebles patrimoniales de la hotelería de lujo tienen uso mixto comercial y el residencial se ha extinguido. Ello no solo en el inmueble en cuestión sino en los del contexto inmediato.
Algo muy similar ocurre en el sector Provenza del barrio el Poblado. Decenas de viviendas han sido demolidas para construir ostentosos hoteles que buscan suplir la demanda de hospedaje para la gran cantidad de turistas.
01. DESARROLLO DE NUEVAS INFRAESTRUCTURAS
En la década del 2000, Colombia experimentó un notable descenso en los niveles de violencia, lo que propició una gran oportunidad para el desarrollo económico y turístico. Como consecuencia, se evidenció un crecimiento exponencial de establecimientos comerciales en algunas zonas de la ciudad. Uno de los sectores más afectados en Medellín fue Provenza.
Esta expansión comercial se manifestó en una diversificación en el tipo y en la forma de los establecimientos comerciales. Este fenómeno generó la necesidad de desarrollar nuevas infraestructuras para dar cabida a la demanda, dando lugar a la construcción de proyectos significativos como hoteles, restaurantes y discotecas. La construcción de los mismos se desarrolló sobre las viviendas originales del sector, dando lugar a una pérdida significativa del patrimonio arquitectónico y visual de la zona. Este proceso de desarrollo, ha traído consigo un crecimiento económico pero también implicó el desplazamiento de los habitantes y en la mayoría de casos la demolición de viviendas preexistentes.
Para comprender un poco más estos cambios se decidió consultar con antiguos residentes del sector y docentes de arquitectura que se han relacionado con él.
Las siguientes entrevistas tuvieron como objetivo explorar y analizar la transformación arquitectónica del sector Provenza.