Evaluación de un río Talamanqueño con el Índice de Integridad Biótica Visual

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Evaluación de un río Talamanqueño con el Índice de Integridad Biótica Visual

Talamanca, Costa Rica, 2008

William O. McLarney Director Maribel Mafla Herrera Codirectora Ana María Arias Coordinadora de Investigación

Programa Biomonitoreo de Ríos, Asociación ANAI

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Contenido Introducción CAPÍTULO I: METODOLOGÍA PARA LA EVALUACIÓN DE UN RÍO TALAMANQUEÑO CON EL ÍNDICE DE INTEGRIDAD BIÓTICA VISUAL (IBI­VI) Etapa 1. Revisión del sitio Etapa 2. Observación desde las orillas Etapa 3. Diligenciamiento de la hoja de campo Etapa 4. Planificación del monitoreo Etapa 5. Observaciones con máscara Etapa 6. Hábitat y especies que faltan Etapa 7. Calculo del puntaje y asignación de la Clase Biótica Enfermedades CAPÍTULO II: EXPLICACIÓN DE LOS PARÁMETROS EVALUADOS EN ÍNDICE DE INTEGRIDAD BIÓTICA VISUAL (IBI­VI) CAPITULO III: IDENTIFICACIÓN DE PECES BAJO EL AGUA Sardinas y machaca, Familia Characidae Sardina plateada, Familia Atherinidae Olominas, Familia Poeciliidae Rivulus o saltón, Familia Rivulidae Anguila de mar, Familia Anguillidae Anguila de suampo, Familia Synbranchidae Peces cuchillo, Familias Gymnotidae y Rhamphicthyidae Barbudos, Familia Heptapteridae Roncador o ronco, Familia Haemulidae Mojarras, chogorras, guapotes y tilapia, Familia Cichlidae Lisas, Familia Mugilidae Gobios, Familia Gobiidae Guavinas y dormilones, Familia Eleotridae Bibliografía

3 4 5 5 6 7 7 8 9 11 13 17 19 20 20 22 22 23 23 24 24 24 26 27 27 29

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INTRODUCCIÓN La calidad biológica de los sistemas acuáticos está siendo afectada en forma creciente a causa de las presiones generadas por las actividades humanas. Entre las acciones de origen antropogénico que afectan los cuerpos de agua, principalmente los lóticos, se encuentran las grandes obras de ingeniería, la transformación del paisaje, los cambios en el uso de la tierra, la introducción de especies exóticas, la sobreexplotación de sus recursos, la contaminación, la ocupación de las planicies de inundación, los cambios de cursos y la derivación de canales para usos agropecuarios (Karr 1991). El creciente interés por conocer y proteger los ecosistemas fluviales y estudiar sus cambios en el tiempo, ha estimulado en las últimas décadas el desarrollo de criterios biológicos que permitan estimar el efecto de las intervenciones humanas en ellos (Norris y Hawkins 2000). El monitoreo de aguas desde el punto de vista biológico se fundamenta en la capacidad natural que tiene la biota de responder a las perturbaciones que se presentan en su ambiente (Segnini 2003). Por su carácter indicador, los peces constituyen uno de los grupos de organismos más idóneos para evaluar dichos procesos ecológicos. El monitoreo de los ensamblajes de las comunidades ícticas es un componente integral de muchos programas de manejo y valoración en la calidad de aguas corrientes, y su importancia radica en que son parte representativa de la dinámica energética de estos ecosistemas (Barbour et al. 1999). El primer sistema multimétrico para conocer la calidad del agua fue desarrollado para aplicarse en peces por Karr (1981) y se denominó Índice de Integridad Biótica (IBI). A partir de éste se han desarrollado numerosos protocolos de investigación basados en éste enfoque, llegando a utilizar en algunos casos macroinvertebrados bentónicos. El uso de este tipo de índices tiene amplia aceptación en entidades gubernamentales en varios países; sin embargo, el modelo del IBI aún es incipiente en el neotrópico, debido al moderado conocimiento de su ictiofauna, principalmente en cuanto a su taxonomía y comportamiento frente a las variaciones naturales o antrópicas en el medio. A nivel de Costa Rica la única institución que trabaja con índices bióticos integrados es el programa Biomonitoreo de Ríos de la Asociación ANAI, el cual ha evaluado desde el año 2001 el estado ecológico de los cuerpos de agua corriente de Talamanca y el Valle de la Estrella. En un principio la evaluación de los ríos y quebradas con base en peces se efectuó por medio de un Índice de Integridad Biótica ajustado para la región, cuya metodología implicaba del uso de costosos equipos, como por ejemplo unidades de electropesca tipo mochila. Sin embargo, a raíz del creciente interés de las comunidades Talamanqueñas por la conservación de la biodiversidad y el ambiente, y por las iniciativas de establecimiento de grupos comunitarios de biomonitoreo continuo, el Programa estableció el Índice de Integridad Biótica Visual (IBI‐VI), una metodología económicamente accesible a los pobladores de la región, ya que se reemplaza el uso de la electropesca por censos subacuáticos. 3


Capítulo I

METODOLOGÍA PARA LA EVALUACIÓN DE UN RÍO TALAMANQUEÑO CON EL ÍNDICE DE INTEGRIDAD BIÓTICA VISUAL (IBI­VI)

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METODOLOGÍA PARA LA EVALUACIÓN DE UN RÍO TALAMANQUEÑO CON EL ÍNDICE DE INTEGRIDAD BIÓTICA VISUAL (IBI­VI)

Para evaluar la salud ecológica de un río utilizando las comunidades de peces es necesario recopilar información cuantitativa que permita determinar las proporciones de algunas especies o grupos de especies. Debido a que la realización de conteos visuales permite una aproximación a la abundancia relativa de la mayoría de especies sin necesidad de emplear artes de pesca tales como atarrayas, trasmallos y redes de arrastre que en muchos casos resultan incómodas y poco portátiles, ó la electropesca que no es económicamente accesible al público en general, el programa Biomonitoreo de Ríos de la Asociación ANAI desarrolló un Índice de Integridad Biótica Visual (IBI‐VI) basado en observaciones con máscara. Esta metodología además de ser económica, confiable y fácilmente aplicable en sitos alejados, es la menos invasiva y perturbadora para los peces. La metodología mostrada a continuación es una guía de las actividades a desarrollar para determinar la integridad biótica de un sitio por medio de las comunidades ícticas. Al culminar este proceso además de la clase biótica se obtiene una lista casi completa de las especies que habitan el sitio, con especificaciones de la abundancia relativa y de la condición física de los individuos, principalmente en lo relacionado a enfermedades. que en estos se pueden encontrar especies Etapa 1. Revisión del sitio diferentes propias de estos ambientes. De Cuando es la primera vez que se visita un igual forma, es necesario revisar si existen lugar ó se tiene conocimiento ó sospecha áreas con sombra o sin sombra para la de que el sitio ha cambiado recientemente, realización de observaciones en ambas es necesario efectuar una revisión del condiciones. Una vez se efectuado todo el sector del río a evaluar antes de empezar. recorrido se procede a seleccionar el Se deben recorrer como mínimo 500 m del trecho del río más típico y representativo cauce para seleccionar los sitios más del sitio para el desarrollo del trabajo. óptimos en los cuales realizar las observaciones, evitando así el desarrollo Etapa 2. Observaciones desde las orillas del trabajo en un trecho atípico del río. Consiste en caminar por las orillas durante Durante la realización del recorrido se por lo menos 30 minutos determinando desde afuera del agua el mayor número de registran los diferentes tipos de hábitat presentes: pozas, rápidos, remansos, pozas especies posibles, tomando registro de su aisladas, socavados, raíces, rocas grandes, abundancia. Se recomienda en lo posible cuevas, troncos, vegetación en el agua, etc, no caminar dentro del río para no oscurecer el agua ni asustar a los peces para que en el momento de seleccionar los (Figura 1). En esta etapa las observaciones sitos en donde realizar las observaciones están dirigidas principalmente a Awaous no sólo se tengan en cuenta los hábitats banana y Poecilia gillii. principales (rápido, remanso y poza), sino también los denominados como raros, ya 5


Figura 1. Observación de peces desde la orilla

orillas menos profundas y las pozas aisladas, que constituyen los hábitat preferenciales de esta especie. Es importante tener en cuenta la talla de los individuos y los lugares donde se registraron, ya que como se muestra en la Tabla 2 estos factores son claves para determinar su abundancia. Tabla 2. Niveles de abundancia de P. gillii

Abundante

Abundancia de A. banana Se observan con facilidad varios organismos de todos los tamaños. Se pueden encontrar individuos en hábitat atípicos tales como los rápidos y la zona central de las pozas grandes.

Común

Solo se pueden encontrar individuos aislados, siendo en su mayoría de tamaño reducido.

Raro

Cuando en determinado tiempo de búsqueda no se encuentra ningún individuo o se observan muy pocos.

Poecilia gillii (Panzona, pipón o chompipe). Es una de las especies más fáciles de observar en las orillas. En lo posible la búsqueda se debe concentrar en áreas donde el sol penetre en forma directa. Si en los primeros minutos del recorrido no se puede observar esta especie, es un indicio de que no es abundante. Sin embargo, para tener una mayor seguridad, se camina por áreas secas como las colas de las pozas, las

Común

Tabla 1. Niveles de abundancia de A. banana

Raro

Awaous banana (Chuparena). Las observaciones se deben focalizar en los sectores donde el sustrato está representado principalmente por arena. Según el nivel de abundancia se asigna una de las categorías mostradas en la Tabla 1.

Abundante

Abundancia de P. gillii Cuando se registran organismos de todos los tamaños en los diferentes hábitat del río. Se observan grandes cantidades de individuos pequeños por las orillas y los grupos familiares tienden a ser imposibles de contar, encontrándose muchas veces hasta en la mitad de un rápido fuerte. Son fáciles de localizar. Están presentes en grupos, principalmente en pozas y remansos, con un poco de esfuerzo se pueden contar. Los grupos familiares pueden estar constituidos por un poco mas de 10 individuos. En determinado tiempo de búsqueda no se observan individuos muy a menudo; hay pocos grupos familiares.

Etapa 3. Diligenciamiento de la hoja de campo Consiste en diligenciar la hoja de campo, completando los espacios de: río, cuenca, hora de inicio, visibilidad bajo el agua, responsables del muestreo, etc. En este momento se debe tomar la temperatura del agua y apuntarla. En las columnas de orillas se registran las especies observadas especificando, en caso de ser posible, su abundancia. Se realiza un cálculo de la distancia aproximada recorrida durante las observaciones por las orillas. En esta etapa como máximo se deben invertir 10 minutos. 6


Etapa 4. Planificación del monitoreo En este momento se seleccionan los mejores hábitat para realizar las observaciones con máscara. Por lo general se deben incluir como mínimo dos pozas (una grande y una pequeña), un rápido y un remanso, pero esto puede variar según las características del sitio. En caso de que alguno de estos ambientes no esté presente se debe intensificar el trabajo en los restantes. Etapa 5. Observaciones con máscara Se requiere como mínimo la participación de dos personas, siendo un requisito esencial que posean destrezas en la determinación de especies de peces bajo el agua, ya que además de la identificación es necesario registrar el número de individuos observados y mantener un conteo del número de estos con síntomas visibles de enfermedades, parásitos y anomalías (Ver página 11). Se debe ser cuidadoso para evitar contar el mismo individuo dos veces. Puede ser de utilidad hacer un listado de las posibles especies a encontrar antes de ingresar al agua. Esta etapa se divide de la siguiente forma: A. Observaciones en pozas y remansos

Una vez tendido el lazo las personas se ubican fuera del agua y la dejan reposar por 5 minutos con el fin de que el agua se aclare y que los peces se tranquilicen por la perturbación causada. Pasado este tiempo, se toma la cuerda del extremo inferior, es decir, de la parte localizada aguas abajo, y se avanza hasta la primera marca (si la poza es de más de 20 m se debe avanzar cada 4 m y si es de menos cada 2 m). En cada marca se realiza el conteo durante unos minutos procurando realizar el menor número de movimientos posibles (Figura 3). Se registran las especies encontradas y el número de individuos que se van viendo en cada punto, apuntando esto en las libretas de mano. Figura 2. Proceso de sujetar los lazos

Tiempo mínimo: 90 minutos en pozas y 40 minutos en remansos

La primera actividad a realizar es calcular el ancho tanto de la poza como del remanso. En caso de que este sea mayor a 10 m, se deben colocar dos lazos longitudinales (si es menor o si se puede observar desde el medio del río las dos orillas, colocar solo un lazo) que estén marcados cada dos metros, sujetándolos desde ambos extremos con el fin de que la corriente no modifique la dirección de los mismos. Para sujetar los lazos se pueden emplear rocas, troncos u otros materiales (Figura 2).

Figura 3. Realización de conteos en pozas

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Hay ciertas especies que en ocasiones pueden ser demasiado abundantes para contar los individuos uno por uno, siendo suficiente en estos casos reportar que son abundantes. Ejemplo de ello lo constituyen algunos tipos de sardinas, las panzonas, los tepemechines y los chupapiedras. Debido a que a las mojarras reales (género Astatheros) son la base para el cálculo de un métrico del IBI‐VI, es indispensable realizar en cada estación un conteo de los individuos de más de 50 mm de longitud, concentrando la búsqueda en el fondo y en las orillas de las pozas. Otro punto que se debe observar es la abundancia relativa de Astyanax aeneus respecto a las demás sardinas (Astyanax orthodus y/o Bryconamericus scleroparius). En este punto hay que ser muy cuidadoso con los conteos, ya que los individuos de A. aeneus son hiperactivos y se acercan mucho a las personas, tendiendo a exagerar su abundancia. Al finalizar los conteos se deben pasar los datos a la hoja de campo, anotando además el largo y ancho aproximado de las pozas y remansos evaluados. B. Observaciones en rápidos

Tiempo: 15 a 30 minutos

Consiste en ubicarse boca abajo y desplazarse río arriba por los rápidos en búsqueda de las especies propias de este ambiente (Sicydium spp, Agonostomus monticola y Joturus pichardi). En las partes más profundas y fuertes se debe prestar atención a Joturus pichardi, debido a que puede ser difícil de observar a pesar de su presencia. En este ambiente no es necesario ir en línea recta, en caso de que no se hayan registrado todas las especies se puede buscar otro rápido y hacer el recorrido en forma de zigzag.

Otra forma de determinar la presencia de J. pichardi es por medio de las huellas que deja sobre las rocas al alimentarse. Estas se observan en los rápidos, a veces sobre del nivel del agua y generalmente en grupos, como manchas blancas más o menos rectangulares de aproximadamente 25 x 50 mm, pero variando según el tamaño del individuo. Estas manchas se observan debid que los individuos al raspar las algas de la rocas las dejan sectores limpios. Al finalizar la etapa se calcula el largo y ancho del rápido evaluado y se apunta en la hoja de campo junto con las observaciones de las especies. Etapa 6. Hábitat y especies que faltan Después de haber culminado las etapas anteriores, es necesario revisar la lista de especies para ver si hay alguna especie esperada en ese sitio que no se registró. Si no hay ninguna, el muestreo se puede dar por finalizado, mientras que si existe alguna duda se debe realizar una última etapa. Existen algunos peces que difícilmente se pueden observar en el día sin utilizar diferentes artes de pesca, entre estos se encuentran: las dos anguilas, Anguilla rostrata (Anguila de mar) y Synbranchus marmoratus (Anguila de suampo); las especies del género Rhamdia (Barbudos); la guavina negra (Eleotris spp) y los peces cuchillo, Gymnotus y Brachyhypopomus. En muchas oportunidades los registros de estas especies se logran por la revisión de posibles escondites (bajo piedras grandes, entre raíces, cerca de troncos), ya que la inspección de estos lugares aumenta la posibilidad de ver las especies cripticas. Si en alguna oportunidad se corre con la fortuna de encontrar alguna de estas especies se debe registrar, pero no se exige 8


la búsqueda de las mismas por la dificultad que esto representa. De ser posible se entrevista a vecinos y otros conocedores del sitio para obtener reportes de las especies normalmente vistas allí, sí el listado incluye especies no observadas por las personas que estén realizando el muestreo se debe aclarar que es una comunicación personal. En caso de que una especie relativamente fácil de observar y esperada en el sitio no se registre durante el trabajo ya realizado, se examina el hábitat preferencial de la especie y se busca por un periodo máximo de 15 minutos. Por ejemplo, si en un río con buenos rápidos no aparece el bobo (Joturus pichardi), se debe buscar en los rápidos más profundos y fuertes; en caso de faltar una especie pequeña como Phallichthys amates (viuda alegre), se revisan las pozas aisladas u otros ambientes con sustrato suave, y sí falta Priapichthys annectens la búsqueda se dirige a sitios con aguas poco profundas por las orillas o en cauces secundarios con cobertura boscosa. Siempre es una buena práctica revisar al final los hábitats especiales, es decir, pozas aisladas sin corriente, cauces secundarios poco profundos y sitios con vegetación creciendo dentro el agua (Figura 4). Aunque la idea de esta metodología es la identificación visual, en estos casos se permite el uso de redes de mano para capturar peces pequeños en aguas poco profundas (Figura 5). Etapa 7. Calculo del puntaje y asignación de la Clase Biótica Luego de haber concluido la fase de trabajo de campo y con base en los datos e información registrada se procede a asignar el puntaje a los métricos

propuestos en el IBI‐VI. La determinación de cuál de los índices utilizar, ríos grandes (Tabla 3) ó ríos pequeños y quebradas (Tabla 4), depende del área de cuenca. Si esta es mayor o igual a 10 km² se utiliza el de ríos grandes y si es menor el de ríos pequeños y quebradas. Al obtener los valores de cada uno de los métricos se procede a realizar la sumatoria y con el valor final, independientemente del índice utilizado, se determina la clase biótica del río o quebrada según lo propuesto en la Tabla 5.

Figura 4. Revisión de hábitat especiales (raíces grandes)

Figura 5. Revisión de hábitat especiales con redes de mano

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Tabla 2. Métricos del Índice de Integridad Biótica Visual (IBI‐VI) para la valoración ríos grandes (Área de cuenca mayor o igua a 10 km²). IBI­VI EXPERIMENTAL PARA RÍOS GRANDES (Área de cuenca ≥ 10 km²) Métrico 1. Abundancia de Poecilia gillii 2. N° de especies dependientes del bosque

6,7

4,0

1,3

Rara u ausente

Común 2 o más especies presentes, 1 o más comúnes

Abundante Ninguna o 1‐3 todas raras en cantidad Abundante, varios tamaños 0‐3 especies ninguna común

2 o más especies presentes, 1 o más abundantes

3. Abundancia de Awaous banana

Rara o ausente

Común

4. N° de especies características de rápidos

3 especies, por lo menos 2 abundantes, Joturus adultos

5. Abundancia de Astatheros adultos

Abundantes (adultos constantemente visibles en pozas y remansos)

2 o 3 especies, por lo menos una común Comúnes (adultos a menudo visibles)

6. Proporción de Astyanax aeneus respecto a las otras sardinas 7. N° de especies intolerantes 8. N° de especies nativas restringidas a agua dulce 9. N° de individuos con enfermedades, parásitos u otras anomalías.

Raros (se ven ocasionalmente) ó ausentes

< 30%

30 – 98 %

> 98%

2 o más especies (varios individuos), Joturus adultos.

1 especie, varios individuos

0 ó 1 especie con pocos individuos

7 o más

4 ‐ 6

0 ‐ 3

0 – 7

8 ‐ 19

≥ 20

Tabla 3. Métricos del Índice de Integridad Biótica Visual (IBI‐VI) para la valoración ríos pequeños y quebradas (Área de cuenca menor a 10 km²).

IBI­VI EXPERIMENTAL PARA RÍOS PEQUEÑOS (Área de cuenca < 10 km²) Métrico 1. Abundancia de Poecilia gillii 2. N° de especies dependientes del bosque 3. N° de especies características de rápidos 4. Abundancia de Astatheros adultos 5. Proporción de Astyanax aeneus respecto a las otras sardinas 6. N° de especies intolerantes 7. N° de especies nativas restringidas a agua dulce 8. N° de individuos con enfermedades, parásitos u otras anomalías.

7,5 Rara u ausente 2 o más especies presentes, 1 o más abundantes

4,5 Común 2 o más especies presentes, 1 o más comúnes

1,3 Abundante Ninguna o 1‐3 todas raras en cantidad

3

2

0‐1

Abundantes (adultos constantemente visibles en pozas y remansos)

Comunes (adultos a menudo visibles)

Raros (se ven ocasionalmente) ó ausentes

< 30%

30 – 98 %

2 o más especies (varios individuos)

1 especie, varios individuos

> 98%

0 ó 1 especie con pocos individuos

9 o más

5 ‐ 8

≤ 4

0 – 7

8 ‐ 19

≥ 20

Especies dependientes del bosque: Astyanax orthodus, Bryconamericus scleroparius, Alfaro cultratus y Priapichthys annectens. Especies de rápidos: Joturos pichardi, Agonostomus monticola, Sicydium spp. Especies intolerantes: Astyanax orthodus, Priapichthys annectens, Astatheros rhytisma, Joturus pichardi. Especies nativas restringidas a agua dulce: Astyanax aeneus, Astyanax orthodus, Bryconamericus scleroparius, Brycon guatemalensis, Rivulus isthmensis, Alfaro cultratus, Phallichthys amates, Poecilia gillii, Priapichthys annectes, Synbranchus marmoratus, Brachyhypopomus occidentalis, Rhamdia guatemalensis, Rhamdia rogersi, Archocentrus myrnae, Archocentrus nigrofasciatus, Astatheros bussingi, Astatheros rhytisma, Parachromis loisellei y Atherinella chagresi.

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Tabla 5. Clases de calidad biológica según el puntaje del IBI‐VI

Puntaje 58 ‐ 60 48 ‐ 52 39 ‐ 44 28 ‐ 35 12 ‐ 23

Clase Excelente Bueno Regular Pobre Muy pobre

Nota: En caso de que el valor obtenido corresponda a los intermedios de los rangos mencionados en la tabla, las personas que están realizando en trabajo deben determinar según sus criterios y las condiciones observadas en el rio, cual es la

clase biológica a la que se ajusta más el lugar. Sin embargo, si el valor es notoriamente más cercano a uno de los dos rangos entre los que se ubica, se asigna la calidad biológica correspondiente a éste. ENFERMEDADES Durante todo muestreo se debe realizar un conteo de los individuos con síntomas visibles de enfermedades, parásitos o anomalías. Se debe tomar registro de la cantidad de individuos enfermos por especie en cada uno de los ambientes evaluados. Las condiciones patológicas más comúnmente observadas se muestran en la Tabla 6.

Tabla 6. Patologías externas comúnmente observadas en los peces de la región de Talamanca

ENFERMEDAD Ectoparásitos Emaciación Erosión del opérculo

Se observan como pequeñas manchas negras redondas en el cuerpo y las aletas. Se presentan con mayor frecuencia en Sicydium spp, Poecilia gillii y Archocentrus myrnae (Figura 6). El individuo se ve muy delgado a consecuencia de no comer o no poder digerir la comida. Desaparece parte del opérculo (la estructura que tapa las agallas), pudiéndose observar la agalla a simple vista.

Escoliosis y lordosis

Curvatura visible de la columna vertebral.

Exopthalmus

Alguno de los ojos inflamado, de gran tamaño.

Pérdida de fragmentos de las aletas, se perciben como mordisqueadas. Es más común y fácil de observar en la aleta caudal (cola), pero puede presentarse en las demás aletas (Figura 7). Estructuras blancas, muchas veces filamentosas (motosas), que crecen sobre el cuerpo y las aletas.

Finrot

Hongos

CARACTERÍSTICAS

Si durante el desarrollo del trabajo se puede obtener información acerca de los siguientes aspectos, es importante incluirla en el informe final, ya que en un futuro puede permitir la realización de ajustes al IBI‐VI para su mejoramiento: 9 Distribución de tamaños de los individuos de una especie. 9 Comportamientos reproductivos. 9 Alimentación. 9 Patrones de coloración inusual.

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Figura 6. Individuo de Poecilia gilli con ectoparásitos

Figura 7. Individuo de Priapichthys annectens con finrot en las aletas dorsal y caudal.

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Capítulo II EXPLICACIÓN DE LOS PARÁMETROS EVALUADOS EN ÍNDICE DE INTEGRIDAD BIÓTICA VISUAL (IBI­VI)

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EXPLICACIÓN DE LOS PARÁMETROS EVALUADOS EN ÍNDICE DE INTEGRIDAD BIÓTICA VISUAL (IBI­VI)

Abundancia de Poecilia gillii

La panzona común, Poecilia gillii, es una especie de distribución general en Talamanca, encontrándose en mayor abundancia en ambientes intervenidos o muy intervenidos. Observaciones realizadas en la región han permitido determinar que la abundancia de esta especie en ríos y quebradas aumenta a medida que lo hace la cantidad de materia orgánica y el espejo de agua con radiación solar directa. En estas condiciones, la panzona por ser una especie detritívora alcanza su pico de abundancia máximo, debido a que un enriquecimiento de origen orgánico, sumado a buena radiación solar promueve el crecimiento de algas filamentosas. Una abundancia exagerada de esta especie es reflejo de una baja cobertura boscosa y de enriquecimiento de las aguas en materia orgánica proveniente de estiércol de ganado o desechos humanos.

Número de especies dependientes del bosque La proporción de cobertura boscosa a nivel de cuencas es un factor determinante sobre la calidad del agua. Sin embargo, también se han observado efectos fuertes en la composición de las comunidades de peces por la presencia o ausencia de árboles y arbustos en las orillas de los ríos, independientemente de la condición de la cuenca. Debido a esto se creó la categoría “peces dependientes del bosque”, que incluye algunas especies exclusivas de riachuelos en bosques no muy intervenidos y otras que persisten hasta en ríos grandes. En todos los casos la abundancia de estas especies está

relacionada con la presencia de árboles y arbustos en las orillas, ya que dependen de estos como fuente de alimento, protección y sombra.

Abundancia de Awaous banana

Al ser una especie insectívora, que se alimenta filtrando la arena, Awaous banana es la única especie de los ríos de Talamanca y el Valle La Estrella (con la posible excepción de Citharichthys spilopterus, de distribución limitada), que responde de manera positiva al incremento de origen antropogénico en la proporción de arena en el sustrato. A pesar de que los ríos y quebradas de la región de Talamanca presenten en forma natural sustratos arenosos, en sitios donde la arena excede los niveles normales, como es el caso de la mayoría de canales bananeros, A. banana llega a ser una de las especies más abundantes.

Número de especies características de rápidos En cualquier río o quebrada los rápidos constituyen una de las zonas más productivas en términos de biomasa de peces e invertebrados. Sin embargo, pocas especies de peces están adaptadas para vivir permanentemente en estos ambientes. Utilizar el número de especies de peces adaptados para vivir en los rápidos resulta en un buen indicador de la calidad del ambiente en estos biotopos.

Abundancia de Astatheros adultos En la mayoría de casos las aguas adyacentes a las orillas de un río o quebrada representan una de las partes 14


más productivas en peces. En la región las mojarras reales, Astatheros spp., son los peces más íntimamente relacionados con las orillas, razón por la cual se utiliza la proporción de estas en el IBI‐VI para evaluar la condición de este hábitat.

Proporción de Astyanax aeneus respecto a otras sardinas Se ha encontrado que en aguas poco impactadas por el hombre la combinación de disponibilidad de hábitat, alta calidad del agua, y buena producción autóctona y alóctona de invertebrados, resulta en que la mayoría de las sardinas sean A. orthodus y/o B. scleroparius, estando en algunos casos ausente A. aeneus. Conforme avanza la deforestación, sedimentación, canalización y/o contaminación, la proporción de A. aeneus aumenta, aparentemente por su movilidad, agresividad y voluntad para arriesgarse en sitios que no ofrecen protección de depredadores. Mientras que las otras sardinas prefieren cazar su comida en la sombra de las raíces, por orillas profundas o en las cabezas de las pozas, que ofrecen comida y protección en el mismo sitio, A. aeneus es más capaz de alimentarse de forma oportunista, respondiendo con rapidez a cualquier objeto que cae en el agua. En casos extremos, y especialmente en quebradas contaminadas y/o totalmente expuestas al sol no es extraño encontrar que A. aeneus es la única sardina presente.

Número de especies Intolerantes En biomonitoreo es tradicional identificar algunas especies como “tolerantes” o “intolerantes”, y usar la proporción de individuos o número de especies en cada grupo como un indicador. Debido a la dificultad de realizar conteos exactos por medio de la metodología de censos

subacuáticos, en el IBI‐VI se tiene en cuenta el número de especies intolerantes registradas en el muestreo. “Tolerante” es un término que remite a la pregunta ¿tolerante a qué? y la contestación “tolerante al estrés” no es totalmente adecuada. Los conceptos de tolerancia e intolerancia utilizados se basan en los siguientes criterios: 9 Relación con oxigeno disuelto: en el trópico hay algunos ambientes acuáticos en los cuales la concentración de oxígeno disuelto se acerca a cero con regularidad. Cuando una especie es encontrada a menudo en tales sitios, la interpretación es que resiste el estrés severo, es decir es una especie tolerante. De igual forma, si una especie se encuentra solamente en aguas bien oxigenadas, se puede considerar como intolerante. 9 Ocurrencia en sitios fuertemente impactados: ejemplo de este aspecto lo constituyen las especies encontradas con regularidad y en abundancia en los canales bananeros, las cuales se consideran necesariamente como tolerantes. 9 Opiniones de expertos y comunicaciones personales. 9 Referencias literarias.

Número de especies restringidas a agua dulce

nativas

Un componente de casi cualquier IBI es un métrico basado en el número de especies nativas. En Talamanca todos los peces, menos las tilapias, pertenecientes al género Oreochromis, y el guapote tigre, Parachromis managuensis, son nativos. Se ha encontrado que este métrico da mejores resultados en Talamanca si se cuentan sólo las especies nativas restringidas a agua dulce, ya que por su condición están expuestas al estrés y demás condiciones 15


del río durante las diferentes temporadas del año y a lo largo de su vida. En algunas ocasiones la presencia de muchas especies que necesitan de diferentes ambientes para completar su ciclo de vida en lugares notoriamente intervenidos, como por ejemplo canales bananeros, se debe principalmente a la realización de movimientos migratorios, invalidando en uso de estas como indicadoras de la diversidad natural.

Número de individuos con enfermedades, parásitos u otras anomalías Es normal que en una comunidad se presenten individuos enfermos, con parásitos u otras anomalías, sin embargo, cuando la proporción de estos es muy alta es un indicador de qué las condiciones del ambiente no son óptimas para el correcto desarrollo de los individuos.

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Capítulo III IDENTIFICACIÓN DE PECES BAJO EL AGUA

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IDENTIFICACIÓN DE PECES BAJO EL AGUA

En este capítulo se muestran las principales características físicas, ecológicas y etológicas de los peces más comunes de la región de Talamanca y el Valle La Estrella, haciendo énfasis especial en rasgos fáciles de observar al estar dentro del agua, que en algunos casos son diferentes a los reportados en libros, artículos y revistas. Con la finalidad de facilitar el proceso de identificación de las especies en la Figura 8 se muestran las siluetas de las familias comúnmente encontradas en las aguas dulces de la región. Figura 8. Siluetas de las familias de peces comúnmente encontradas en la región. Familia Characidae (Pág.

19)

Familia Atherinidae (Pág. 20 )

Familia Poeciliidae (Pág.

Familia Rivulidae (Pág.

22)

20)

Familia Synbranchidae (Pág.

Familia Anguillidae (Pág.

22)

23) Familia Rhamphichthyidae (Pág. 23)

Familia Gymnotidae (Pág.

23)

Familia Haemulidae (Pág.

Familia Heptapteridae (Pág.

24)

24)

Familia Cichlidae (Pág. 24)

Familia Gobiidae (Pág.

27) Fuente: Bussing (1998).

Familia Mugilidae (Pág. 26)

Familia Eleotridae (Pág.

27)

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SARDINAS Y MACHACA, FAMILIA CHARACIDAE

Sardina común, Astyanax aeneus Vista de arriba la sardina común es de coloración muy plateada y cuerpo angosto. Llega a medir 12 cm. Las aletas anal, caudal y dorsal pueden tener coloración rojiza. Presenta una mancha humeral, ubicada detrás del opérculo, de color negro alargada verticalmente. La mancha negra de la base de la aleta caudal se extiende a lo largo de la cola manteniendo una coloración muy fuerte (Figura 9). Es un pez hiperactivo que está en constante movimiento, aproximándose a cualquier objeto que cae dentro del agua. Se acerca a las personas cuando ingresan a su ambiente. Es una especie generalmente abundante que se puede encontrar en cualquier hábitat. Figura 9. Astyanax aeneus

Sardina blanca (Astyanax orthodus) Presenta coloración menos plateada que las demás sardinas, por lo cual es llamada comúnmente sardina blanca. Alcanza a medir 10 cm. En general todas sus aletas son incoloras, observándose en pocas ocasiones organismos con tonos rojizos. A diferencia de las demás sardinas es de cuerpo robusto y se mueve de forma lenta. La mancha humeral negra es redondeada o se extiende horizontalmente. La mancha negra de la cola no se extiende a lo largo de la misma, y si se extiende es con una coloración muy débil. En ambos costados

del cuerpo en la zona de la línea lateral presenta a veces manchas en forma de “X” (Figura 10). Habita principalmente pozas y remansos, donde se refugia entre raíces, cuevas y socavados. Figura 10. Astyanax orthodus

Machaca (Brycon guatemalensis) Aunque en estado juvenil es similar a las demás sardinas, esta es la que alcanza mayor tamaño, midiendo hasta 50 cm. Las machacas adultas tienen como característica principal que la mandíbula superior está proyectada más que la inferior, dejando ver de sus filas de dientes. Los juveniles se caracterizan por ser de cuerpo alargado y tener ojos grandes respecto al tamaño de la cabeza (Figura 11); nadan en cardumes, son muy rápidos. En la región se distribuye solamente en la cuenca Estrella y en Tuba Creek, encontrándose en aguas de todas las velocidades. Figura 11. Brycon guatemalensis

Sardina de quebrada (Bryconamericus scleroparius) A primera vista es muy similar a A. aeneus bajo el agua, pero se puede diferenciar por la presencia de una mancha rosada o 19


púrpura en la parte posterior del opérculo (Figura 12). Llega a medir 11 cm. Es de cuerpo grueso y las aletas son de color rojizo tenue. En temporada de celo la superficie ventral del cuerpo adquiere coloración rosado/rojiza. La mancha humeral es poco visible. Habita preferentemente en aguas rápidas y en cabezas de pozas. Figura 12. Bryconamericus scleroparius

Sardinita (Hyphessobrycon panamensis) Las características más distintivas son la ausencia de la mancha negra en la base de la aleta caudal y la gran altura de la aleta dorsal respecto al cuerpo (Figura 13). Es mucho más pequeña que las demás sardinas llegando a medir 5 cm como máximo. La mayoría de veces la aleta anal presenta coloración rojiza. Habita sitios con muy poca corriente, ubicándose generalmente cerca a las orillas. Figura 13. Hyphessobrycon panamensis

SARDINA PLATEADA, FAMILIA ATHERINIDAE La sardina plateada, Atherinella chagresi, es la única representante de la familia Atherinidae encontrada en agua dulce en la región. Es de cuerpo alargado y delgado; alcanza 9 cm de longitud. Por los costados presenta una banda plateada muy visible (Figura 14). Vista desde arriba es de color verde traslucido. Es más activa en la noche. Comúnmente se observa en pozas, pero se puede encontrar también en remansos, casi siempre donde la superficie no es quebrada y en el caso de ríos grandes en medio cauce donde generalmente se observan grupos de individuos en la superficie. Figura 14. Atherinella chagresi

OLOMINAS, FAMILIA POECILIIDAE

Alfaro (Alfaro cultratus) Entre la aleta anal y la caudal tiene dos filas de escamas que sobresalen del cuerpo formando una quilla que en ocasiones es difícil de ver bajo el agua, pero que al capturar los individuos es muy notoria (Figura 15). Se han observado individuos de hasta 7 cm. El cuerpo es muy claro, siendo en la mayoría de ocasiones translúcido. La superficie dorsal del cuerpo es muy plana. En organismos grandes la cola es amarilla. Se desplaza principalmente por la superficie del agua en sitios con sombra.

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Figura 15. Alfaro cultratus

Olomina de aleta negra (Brachyrhaphis parismina/cascajalensis) Las olominas de aleta negra son de cuerpo grisáceo y muy delgado. En la parte superior de la aleta anal resalta una mancha negra conspicua a la cual debe su nombre común (Figura 16). Alcanzan a medir solo 4 cm, siendo la especie de menor tamaño entre el grupo de las olominas. Se encuentra principalmente por la superficie. Figura 16. Brachyrhaphis spp.

longitud. Tiene el pedúnculo caudal alto respecto a la base de la aleta dorsal. Presenta puntos y manchas negras en las aletas, principalmente en la base de la aleta dorsal, y filas de puntos amarillos en el cuerpo (Figura 18). En ocasiones con manchas negras grandes en aleta dorsal y el pedúnculo caudal. En algunos de los machos más grandes las aletas dorsal y caudal son de color anaranjado intenso. Por lo general permanecen en grupos, siendo fácil observarlas mientras se alimentan al picar el sustrato. Es una especie de comportamiento sexual constante, observándose a los machos maduros con las aletas extendidas persiguiendo a las hembras. Normalmente se encuentran en áreas expuestas al sol. Se encuentra en toda clase de hábitat y muchas veces nada muy cerca a la superficie.

Figura 17. Phallichthys amates

Viuda alegre (Phallichthys amates) Los individuos de P. amates presentan cuerpo romboidal de color azulado, a veces con barras verticales angostas, y llegan a medir 7 cm. El borde exterior de la aleta dorsal es de color negro. En los machos el gonopodio es exageradamente largo; las hembras normalmente presentan una mancha negra arriba de la aleta anal que se visualiza debido a la presencia de embriones (Figura 17). Habita sitios de poca corriente con fondos fangosos; puede ser muy abundante en pozas aisladas. Panzona, pipón, chompipe (Poecilia gillii) Es la única especie del grupo de las olominas que alcanza más de 8 cm

Hembra

Macho

Figura 18. Poecilia gillii

Hembra

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Macho

Olomina de aleta anaranjada (Priapichthys annectens) La forma del cuerpo es muy similar a la de P. gillii, pero se diferencia de esta por la coloración anaranjado brillante de las aletas dorsal y anal (Figura 19). Llega a medir 6 cm. Las escamas de los costados presentan un borde negro, formando lo que parece una malla. El gonopodio de los machos es largo, pero de menor tamaño que el de P. amates. Habita principalmente en remansos casi secos ubicados bajo sombra.

longitud máxima de 8 cm. s desde arriba tienen una forma muy llamativa, con la cabeza ancha y los ojos a los costados (Figura 20). Los machos tienen una mancha negra redonda en el pedúnculo caudal. Algunos individuos presentan puntos rojos en el cuerpo. Se encuentra bajo troncos y piedras en suelos húmedos cuando los charcos se secan. Es común encontrarlos en ambientes aislados donde no tienen que competir con otros peces. Pasa mucho tiempo sin moverse. Al igual que Priapichthys annectens descansa formando una "J" al poner la cola sobre el suelo y su cuerpo en posición vertical. Figura 20. Rivulus isthmensis

Figura 19. Priapichthys annectens

ANGUILA DE MAR, FAMILIA ANGUILLIDAE Hembra

Macho

RIVULUS O SALTÓN, FAMILIA RIVULIDAE

En la región la familia Rivulidae solo cuenta con un representante, Rivulus isthmensis, el cual se conoce comúnmente como saltón o rivulus. Los organismos de esta especie son pequeños, alcanzado una

Anguila de mar (Anguilla rostrata) Las anguilas de mar son peces de forma alargada que recuerdan a las serpientes terrestres. Las hembras alcanzan hasta 150 cm de largo, mientras que los machos no pasan de 45 cm. El cuerpo es de coloración amarillenta u olivácea. Las aletas dorsal y anal corren a lo largo del organismo juntándose en el extremo posterior del mismo. Presenta aletas pectorales pequeñas y una abertura branquial en cada costado. La cabeza es pequeña y alargada (Figura 21). Habita ríos y quebradas con velocidades entre moderadas y muy rápidas.

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Figura 21. Anguilla rostrata

ANGUILA DE SUAMPO, FAMILIA SYNBRANCHIDAE Anguila de suampo (Synbranchus marmoratus) La forma del cuerpo es similar a la de la anguila de mar, pero se diferencia de esta por la ausencia de aletas pectorales y por la coloración pardo grisácea del cuerpo, que a menudo presenta un moteado oscuro (Figura 22). Alcanza a medir 1,5 m. Las aberturas branquiales son apenas visibles. El rostro es puntiagudo. Se encuentra con mayor frecuencia en ríos de poca corriente que presenten grandes extensiones de terreno pantanoso.

Brachyhypopomus occidentalis de la familia Rhamphicthyidae. Pez cuchillo redondo (Gymnotus cylindricus) Puede alcanzar un mayor tamaño que B. occidentalis, llegando a medir por lo menos 26 cm. La coloración general del cuerpo es pardo oscura en el dorso, tornándose más clara en los costados y el vientre. En muchas ocasiones con puntos oscuros a lo largo del cuerpo. Se diferencia del otro pez cuchillo por su aleta anal muy larga que alcanza el ápice posterior del cuerpo y por tener la mandíbula inferior más pronunciada hacia adelante que la superior (Figura 23). Por lo general se encuentra oculto bajo la hojarasca. Figura 23. Gymnotus cylindricus

Figura 22. Synbranchus marmoratus

PECES CUCHILLO, FAMILIAS GYMNOTIDAE Y RHAMPHICTHYIDAE

A primera vista los peces cuchillo se pueden parecer a las anguilas, sin embargo, se diferencian de estas por la ausencia de la aleta caudal y la forma del cuerpo más ahusado. En la región se encuentran dos especies, Gymnotus cylindricus de la familia Gymnotidae y

Pez cuchillo aplanado (Brachyhypopomus occidentalis) Es más pequeño que las anguilas, llegando a medir máximo 20 cm. La coloración general es pardo oscura en la parte superior del cuerpo tornándose más clara en la parte inferior. Carece de las aletas pélvicas y la dorsal (Figura 24). La aleta anal es bastante larga y al desplazarse la mueve con ondulaciones. Puede nadar hacia delante y hacia atrás. Los ojos y la boca son muy pequeños, por lo que no se pueden diferenciar con facilidad. Habita principalmente en sitios con raíces, orillas socavadas y/o hojarasca.

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Figura 24. Brachyhypopomus occidentalis

sobrepasan las aletas pectorales. Aleta adiposa corta, la distancia entre esta y la aleta dorsal amplia (Figura 26). Habita en aguas con corrientes de moderadas a rápidas, debajo de piedras y cerca de la orilla.

Figura 26. Rhamdia rogersi

BARBUDOS, FAMILIA HEPTAPTERIDAE Los barbudos se caracterizan por carecer de escamas, poseer una aleta dorsal adiposa muy pronunciada y presentar dos pares de barbas pequeñas en la mandíbula inferior y un par mucho más largo en la superior. Las tres especies presentes en Talamanca y el Valle La Estrella son de coloración pardo grisácea en la parte superior del cuerpo y blanquecina en la zona ventral. Barbudo de barbas largas (Rhamdia guatemalensis) Estos barbudos llegan a medir 27 cm. Las barbillas maxilares son muy largas, alcanzando a sobrepasar el final de la aleta dorsal. Aleta adiposa larga, distancia entre esta y al aleta dorsal corta (Figura 25). A menudo se encuentran en pozas profundas con sustratos suaves.

RONCADOR O RONCO, FAMILIA HAEMULIDAE El roncador o ronco, Pomadasys crocro, es uno de los peces más conocidos en la región debido a su importancia en la pesca, ya que llega a medir por lo menos 36 cm. Aunque tiene forma de mojarra se diferencia de estas en que la superficie ventral de su cuerpo es plana. Es de color gris plateado con algunas rayas negras en los costados. Las aletas pélvicas a menudo presentan coloración amarilla (Figura 27). Vive por lo general en las partes más profundas de las pozas. Figura 27. Pomadasys crocro

Figura 25. Rhamdia guatemalensis

Barbudo de barbas cortas (Rhamdia rogersi) Los individuos de R. rogersi alcanzan una menor longitud que los R. guatemalensis, llegando a medir solo 23 cm. Presentan barbas maxilares cortas que no

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MOJARRAS, CHOGORRAS, GUAPOTES Y TILAPIA, FAMILIA CICHLIDAE

Figura 29. Archocentrus nigrofasciatus

Chogorra y sargento ó congo (Archocentrus myrnae y Archocentrus nigrofasciatus, respectivamente) Los Archocentrus tienen la cabeza redondeada y la boca mucho más pequeña que los individuos del género Astatheros. Mientras que muchos cíclidos presentan una mancha negra y redonda en el centro del cuerpo cuando están en estado juvenil, en A. myrnae esta mancha persiste durante toda su vida. Los adultos de A. myrnae presentan ojos azules, siendo esta una característica muy visible bajo el agua (Figura 28). A menudo el cuerpo es de color amarillo. Las hembras tienen una mancha conspicua en el centro de la aleta dorsal. Generalmente habita en orillas, donde se alimenta de la misma manera que P. gillii. Aunque A. nigrofasciatus puede presentar variaciones en coloración, casi siempre tiene barras verticales bien definidas. La barra más anterior tiene forma "Y". Visto desde arriba muestra colores azules (Figura 29). Generalmente habita aguas con poca corriente, encontrándose principalmente en orillas con vegetación. Los organismos de esta especie presentan comportamientos agresivos frente a otros peces. Figura 28. Archocentrus myrnae

Mojarras reales (Astatheros bussingi y Astatheros rhytisma) Tienen boca alargada y retráctil que se extiende para alimentarse. En la cabeza presentan pequeñas líneas y puntos dispersos de color azul celeste. Vistas desde arriba las dos primeras barras laterales se unen formando un aro que rodea la parte anterior de la aleta dorsal. Muchas veces con una mancha lateral negra. Las hembras se diferencian de los machos por la presencia de una mancha oscura en la parte media de la aleta dorsal. Los adultos se encuentran principalmente en las orillas, donde se pueden observar alimentándose entre la hojarasca. Las dos especies de mojarras reales se pueden diferenciar por que tanto los machos como las hembras de A. rhytisma presentan puntos celestes en todo cuerpo (Figura 30), mientras que en A. bussingi los machos tienen puntos negros en el cuerpo y en las aletas y las hembras no presentan puntos (Figura 31). A. bussingi alcanza hasta 15 cm de longitud total y A. rhytisma 20 cm.

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Figura 30. Astatheros rhytisma

Cíclidos y solo presenta tres espinas (Figura 32). De vez en cuando se pueden observar machos cuidando de los huevos y alevines en su boca. Habita aguas con corrientes desde moderadas a estancadas. Figura 32. Oreochromis niloticus

Hembra

Macho

Figura 31. Astatheros bussingi

Hembra

Guapotillo (Parachromis loisellei) El cuerpo es más alargado que el de los demás Cíclidos; llega a medir 19 cm. Es de coloración parda en juveniles y amarilla brillante en adultos, presentando en ambos casos una banda muchas veces quebrada negra fuerte en la zona de la línea lateral (Figura 33). En adultos se pueden observar dientes caninos muy grandes. Habita aguas de poca corriente refugiándose entre vegetación y ramas. Es de baja movilidad. Figura 33. Parachromis loisellei

Macho

Tilapia (Oreochromis niloticus) Esta especie exótica que fue introducida al país para acuicultura es la especie de Cíclido de la región que alcanza mayor tamaño, llegando a medir 55 cm. El cuerpo presenta barras verticales y en muchas ocasiones tonalidades azules. En individuos adultos se pueden observar bordes rojos en las aletas. La aleta anal es mucho más corta que la de los demás

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LISAS, FAMILIA MUGILIDAE

GOBIOS, FAMILIA GOBIIDAE

Tepemechín, lisa o sartén (Agonostomus monticola) Es de cuerpo alargado y un poco cilíndrico; llega a medir 30 cm. Presenta una franja amarilla por los costados en cercanía a la línea lateral que es muy visible en el agua. Escamas del cuerpo con borde negro. Aletas pectorales ubicadas muy alto en los costados (Figura 34). Es de gran movilidad, habita principalmente en rápidos.

Chuparena (Awaous banana) El color del cuerpo es similar al de la arena. Tiene marcaciones negras a lo largo de su cuerpo en forma de “W”. Alcanza hasta los 18 cm de largo. La boca se encuentra ubicada en la parte ventral de la cabeza (Figura 36). Suele ser visible cuando se mueve, ya que va removiendo arena. Esta fuertemente relacionado con sustratos de arenosos. Se observa que muchas veces descansa en posición perpendicular a la orilla, mientras que la guavina descansa paralelo a la orilla o a algún tronco o piedra; esta característica es importante, ya que se puede confundir en el agua con la guavina.

Figura 34. Agonostomus montícola

Bobo o bocachica (Joturus pichardi) Presenta manchas negras grandes en las aletas dorsal y caudal (Figura 35). En organismos adultos se observa un hocico carnoso y protuberante. Crece más que A. monticola, alcanzando una longitud de 70 cm. Vive en aguas con corrientes fuertes, entre mas fuertes son los rápidos mayor el tamaño de los organismos que allí habitan. Se puede determinar su presencia por medio de las huellas que deja al raspar las piedras de los rápidos en busca de algas. Figura 35. Joturus pichardi

Figura 36. Awaous banana

Chupapiedras (Sicydium spp.) A pesar de que en la región se distribuyen dos especies de Sicydium (S. adelum y S. altum) es imposible distinguirlas en campo. Se encuentran individuos de hasta 14 cm. Normalmente presenta anillos oscuros a lo largo del cuerpo. Al observarlos desde arriba el rostro se ve muy redondeado. Los adultos grandes tienen coloración azul metalizado en la aleta dorsal (Figura 37). Raras veces se observan individuos de colores rojo o amarillo. Viven principalmente en rápidos sobre fondos pedregosos. Debido a la modificación de las aletas pélvicas, que se encuentran fusionadas formando una ventosa, pueden adherirse fuertemente a las rocas y soportar las corrientes más fuertes.

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Figura 37. Sicydium spp.

GUAVINAS Y DORMILONES, FAMILIA ELEOTRIDAE Guavina negra (Eleotris spp.) En la región de Talamanca y el Valle La Estrella se encuentran dos especies de Eleotris (E. pisonis y E. amblyopsis), pero hasta el momento no se dispone de características fácilmente observables que permitan diferenciarlas en campo. La guavina negra tiene la misma forma del cuerpo de la guavina pero es mucho más pequeña, alcanzando máximo 12 cm de largo. Es de color pardo y presenta una banda ancha, negra o chocolate, por los costados cuando el organismo esta estresado (Figura 38). Casi siempre se encuentra en cercanía de ramas, raíces o pedazos de madera. Es muy difícil de ver en el agua, pero es fácil de capturar con redes. Figura 38. Eleotris spp.

Guavina o bocón (Gobiomorus dormitor) Es más oscura que A. banana y alcanza una mayor longitud, llegando a medir 35 cm. Se puede observar una banda lateral negra en los estados juveniles. La boca se encuentra en posición terminal; la mandíbula inferior sobresale más que la superior (Figura 39). Se puede observar en toda clase de sustrato, pero normalmente descansa paralelo a la corriente o a la par de un tronco o piedra. Cuando es perturbada se mueve rápido en línea recta. Figura 39. Gobiomorus dormitor

Juvenil

Adulto

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