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EL TURISMO DA VIDA A LOS TERRITORIOS Y LLENA DE PASIÓN A NUESTROS ESTUDIANTES

Wilmar Mauricio Sepúlveda

Decano y profesor de la Facultad de Administración

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Luego de 20 años conviviendo con el turismo, de los cuales cinco los disfruté en mi rol como estudiante, momentos en los cuales conocí una disciplina de estudio que difícilmente entienden quienes solo lo disfrutan en el uso de su tiempo libre, puedo decir que cada año que he vivido como profesional estoy más convencido de su importancia en los territorios y de ello su importancia para estudiarlo.

Y es que el turismo al margen de todas las historias complejas que leemos, vemos y escuchamos (muy reales por cierto), de sus implicaciones negativas en aspectos ambientales, económicos, sociales y culturales, estoy convencido que el turismo da vida a los territorios.

Por eso soy un convencido que son más los adjetivos positivos que permiten caracterizarlo al indicar que el turismo es un agente catalizador, divergente y disruptivo que tiene una capacidad resiliente ya probada y comprobada por una pandemia, esto último evidente en las importantes cifras de recuperación que proyectan los organismos oficiales en el ámbito nacional e internacional. Y a pesar de su esencia masiva en algunos contextos con la alta y a veces insoportable presencia de turistas y excursionistas, no se puede desconocer que el turismo reivindica los territorios, colocándolos de nuevo en el mapa y el conocimiento de las personas y generando dinámicas interesantes desde un punto de vista productivo con empresarios, comunidades e instituciones. Por obvias razones, no es una industria sin chimeneas, pero si es posible validar que genera alegría y felicidad (especialmente en quienes lo practican), siendo románticos pero también racionales, no conozco al primero que utilice una palabra diferente y antónima al disfrute, tal vez el gran reto es que esas sensaciones se transfieran también a los territorios.

Es así, como en términos muy prácticos el turismo se percibe como un fenómeno social, una actividad económica y un potenciador de la cultura y los territorios y quienes deciden aceptar e inmiscuirse en este fenómeno, saben que es un reto disponer de capacidades locales para convertirlas en importantes fuentes de entretenimiento sin que estas pierdan su esencia, sus raíces y su naturaleza.

Con todo lo anterior y sabemos que nos quedamos cortos hablando de este, la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, en sus más de 50 años de historia formando para el turismo, es consciente de los grandes retos formativos con este fenómeno altamente dinámico y en su incansable y misional compromiso de formar e investigar, se ha proyectado a la gran comunidad del turismo; acompañando el arduo trabajo de los empresarios y los gremios en su importante rol de configurar un tejido empresarial sólido, rentable y responsable en todo sentido con los territorios donde ejecutan su labor; así mismo, vinculándonos a comunidades y orientándolas en la concepción sostenible y comunitaria que debe tener el turismo, permitiendo gestar iniciativas productivas y sociales que contrarresten muchas prácticas nocivas que el mismo turismo genera; y por supuesto, acompañando a las instituciones públicas y privadas en la planeación e implementación de la política pública, misma que siempre ha buscado la sostenibilidad y competitividad del turismo en nuestro país.

Esto implica hoy un legado, que ha pasado de generación en generación y que a las nuevas generaciones de estudiantes y profesores (en la cual me incluyo) exige un compromiso por mantenerlo y por supuesto engrandecerlo, por tanto, siempre quedará abierta la invitación, especialmente a los estudiantes, a ser lo más apasionados, lo más gomosos y los más tesos cuando de turismo estemos hablando.

El turismo reivindica los territorios, colocándolos de nuevo en el mapa y en el conocimiento de las personas, generando dinámicas interesantes desde un punto de vista productivo”

Cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional Soy Licenciada en Pedagogía desde el año 2004, especialista en Gerencia Social de Proyectos y realicé una Maestría en Educación, con énfasis en procesos de enseñanza y aprendizaje en 2014.

¿Cuánto tiempo llevas ejerciendo tu profesión?

Llevo alrededor de 19 años de trayectoria profesional académica, inicié trabajando en la formación de las comunidades terapéuticas y de rehabilitación y finalmente en la docencia universitaria.

¿Qué te motivó a convertirte en docente?

Una de mis mayores motivaciones para convertirme en docente fue mi familia, mi padre siempre nos inculcó disciplina, carácter, responsabilidad y solidaridad, siempre fue muy exigente con nosotros con el aprendizaje y los nuevos conocimientos, entonces creo que esa fue mi mayor movación, él fue uno de mis grandes motores.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu profesión?

Poder poner mi conocimiento al servicio de mis estudiantes y de la comunidad, para mí esa es la mayor motivación todos los días. Para ser maestro es importante tener vocación, y la vocación es algo con lo que uno nace, y se va alimentando y construyendo con el tiempo y la experiencia. Por otra parte, disfruto la posibilidad de estar en un campus universitario rodeada de las personas que buscan crecer día a día y mejorar su calidad de vida.

¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado como docente y cómo lo superaste? Yo creo que uno de los grandes desafíos que tengo y que tenemos los docentes en la actualidad, es enfrentarnos a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, hoy atravesamos una era digital muy compleja, lo que genera que los maestros tengamos que estar todo el tiempo actualizándonos para poder estar al día y a la vanguardia con las nuevas necesidades de la educación.

Comparte con nosotros una historia o una enseñanza que te han dejado tus estudiantes

Una de las mejores satisfacciones que me ha dejado el mundo de la educación, es ver el proceso de evolución de los estudiantes, cuando ellos llegan en primer semestre acabados de egresar del colegio, son muy pocos los recursos que tienen desde lo emocional, y es allí donde logramos iniciar un proceso de formación y cualificación como profesionales.

Por ejemplo, en la institución tuve la oportunidad de acompañar un grupo de estudiantes desde el primer semestre hasta su graduación, ver ese proceso de evolución tan de cerca, fue muy significativo para mí, esa fue una de las experiencias que más ha reconfortado mi espíritu y mi alma.

¿Qué consejo le darías a una persona que está pensando en dedicar su vida a la docencia?

Esta es una vocación para toda la vida, ser maestro se adquiere desde que uno toma la decisión de formarse en una licenciatura, y es ahí cuando te enamoras de este ejercicio donde entregas tu conocimiento a otros.

La invitación, es que si les gusta y les apasiona la docencia, lo hagan con la mejor dedicación, responsabilidad y compromiso que este ejercicio exige.

“La docencia es mi verdadera vocación y el motor que impulsa mi vida, no podría imaginar dedicarme a otra cosa, pues encontrar mi propósito en las aulas es mi mayor satisfacción”

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