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Actualidad: Juegos y juguetes: gratuitos, divertidos y saludables
Queremos juegos y juguetes saludables que estén al alcance de la mayoría de la niñez dominicana; no más juegos que estimulan la adicción, los problemas académicos, el sedentarismo, la obesidad y la no integración a la familia y a la sociedad, recuperemos los juegos que nos han dejado nuestros antepasados, los llamados juegos populares.
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A diferencia de los video juegos, “Los juegos populares son aquellos que van pasando de padres a hijos y que son parte de la cultura de los pueblos, en donde se suelen refl ejar las necesidades y experiencias e inclusive ayudan a educar a las nuevas generaciones. Normalmente son juegos espontáneos, creativos y motivadores” (juegos populares, en www.conceptodefi nición.de.
Por ejemplo, jugar Chata
La chata es una piedra plana, fácilmente la encontramos en cualquier sitio de esta media isla, además de las siguientes ventajas: con este juego el niño hace ejercicio físico lo que conduce a: seguir reglas y a crear hábitos; mejora sus habilidades para relacionarse, aumenta sus habilidades motoras, favorece su desarrollo físico, ayuda al crecimiento de sus huesos y músculos y hace que duerman mejor entre otras ventajas.
Cuando lo niños practican juegos que implican ejercicio físico como es el caso, se tiende a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía del niño, la memoria, rapidez de ideas, promueve sensaciones de optimismo, así como mejoría de la autoestima de los niños.
Cuando los niños lanzan la chata buscando topar la otra chata del contrincante, interviene la puntería, por lo que los niños mejorarán la coordinación viso motora y la motricidad. Además, les ayudará a controlar la fuerza y la velocidad.
¿Cuánto cuesta hacer un barquito de papel y un Fufú?
Son 2 juguetes populares que, aparte de divertidos, desarrollan destrezas manuales, imaginación y ayudan a la creatividad y salud mental de la niñez.
Desarrollo de Destrezas Manuales
Fufú: se hace con 2 tapitas de refresco a las que, con un clavo se les hace un agujero por el medio, por donde pasa media yarda de cáñamo que, al estirarse, da vueltas sonando como una especie de viento “Fuuuu Fuuuu” de ahí su nombre.
Desarrollo de la Imaginación y creatividad poética
Barquito de Papel: Es un origami en forma de barquito hecho con un pedazo de papel periódico o papel reciclable. Se coloca por la
cuneta un día de lluvia o en un balde de agua.
¿Cuántos de nosotros en nuestra niñez jugamos con el viento empujando nuestro barquito de papel poniendo a volar nuestra imaginación?
“Cuando el canal era un río, / Cuando el estanque era el mar / Y navegar / Era jugar con el viento, / Era una sonrisa a tiempo / Fugándos feliz / De país en país”…
Esta estrofa de Barquito de papel, la Canción de Joan Manuel Serrat que habla por sí sola, refi riéndose a su infancia y lo que él vivía cuando navegaba en su barquito de papel, que podía ser también el mío o el de cualquier niño o niña de ayer u hoy…
Así de fructíferos son los juegos y juguetes populares, por lo que es una gran oportunidad ofrecerles a las nuevas generaciones, comenzando por los más pequeños, estas alternativas de juegos y juguetes populares.
Invito a que desde la casa, la iglesia, la escuela; desde la calle, los centros y clubes comunitarios, retomemos los juegos y juguetes populares, contribuyamos a que la niñez dominicana tenga salud mental, diversión y educación popular. No más juegos que los desestimulen, volvamos a nuestras raíces ancestrales en cuanto a los juegos populares se refi ere.
La palabra de Dios en tiempo de pandemia
P. William Arias wilarias4@hotmail.com
Cuando era niño con mis amigos jugábamos un juego, usualmente entrando la noche que le llamábamos “jugar a la peste”; el juego consistía en que uno de nosotros tenía la peste y comenzaba a perseguirnos a todos o a uno para contagiarlo, si tocaba a uno con la mano entonces se liberaba y ése era el que tenía “la peste” y debía buscar contagiar a otra para quitársela, y así en ese correr para acá y para allá transcurría el juego; ahora bien, tomando en cuenta la Biblia a lo que jugábamos en término de hoy sería “a la pandemia”.
Pues la Biblia (tomando como referencia la Biblia de Jerusalén), a lo que hoy denominamos pandemia o epidemia, se le llama peste. Aunque entre nosotros peste es en sí una enfermedad infecciosa que la transmite una bacteria y ha tenido y tiene a lo largo de la historia muchas variantes, así es como la Biblia llama a lo que nosotros estamos viviendo hoy.
La Biblia atribuye la peste en la mayoría de los casos a una intervención divina, se ve como un medio para Dios exterminar a un pueblo (Ex 9,15; Núm 14,12) o una situación de mal en medio de su pueblo (Ex 9,3; 2Sam 24,13; Hab 3,5). Hay una trilogía de males que son la guerra, el hambre y la peste. Jeremías y el profeta Ezequiel lo ven así (Jer 14,12; Ez 5,12), muchos le llaman el triple azote de Dios. En el Nuevo Testamento la peste se sigue asociando a esos males anteriores, pero también a los terremotos y como parte de los precursores del fi nal (Mt 24,7; Lc 21, 11 y Ap 6,8).
Pero también nos presenta la Biblia a Dios como protector ante la peste (Sal 91,3), liberador de ella (Os 13,14), y ese es el lado que debemos ver y explorar, pues sabemos que la Biblia es un libro situado en el tiempo y en el espacio a nivel de su escritura, obedece a los criterios literarios y percepciones propias de la

época en que fue escrita, y así veían aquellos hombres a Dios en cierto momento como el hacedor del bien y del mal, y claro, la peste, la pandemia, las enfermedades obedecían también a su poder; más adelante esto se va clarifi cando, y entonces ya se ve en algunos textos por donde va en sí lo de Dios, pero es con la venida de Cristo que se hace ver la bondad de Dios, y su no intervención en esta cosas que contradecirían su ser, aunque lo permita, pero a fi n de cuentas haciendo presente el bien y la misericordia en medio de la situación, como no indiferente ante lo que sucede.
En esta pandemia la Biblia se ha convertido en una gran mediación de Dios, a través de su lectura, su estudio, y sobre todo del orar con ella, ya sea en familia, en pequeños grupos comunitarios, sea de manera presencial y virtual. Ha sido cause de fortaleza para mucha gente a quien la pandemia le ha golpeado fuertemente, ya sea en carne propia o a través de algún familiar, amigo o conocido. Ha sido la fuerza y consuelo de muchos que han perdido a seres querido, ánimo para los que trabajan en las áreas de la salud para atender a los afectados, motor impulsor de la solidaridad para con los más vulnerables de la sociedad que han sentido el peso de las consecuencias económicas y de vida que la pandemia nos ha acarreado.