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Dominicanos de la Diáspora: El bien que va viene

Aprendiendo a querer”, doce libros de texto para todos los niveles que, según sus promotores ha contribuido a reducir el embarazo adolescente, la violencia, el acoso y la deserción escolar

En última instancia, la laicidad del estado. Aunque el concordato de 1954 establece que “La Religión Católica, Apostólica, Romana sigue siendo la de la Nación Dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden…” ha sido moJansel Hernández jandez@gmail.com

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En la onda del optimismo y las nuevas esperanzas que llegan a mi país luego de la toma de posesión de las nuevas autoridades, hago hincapié en las gracias que el presidente Abinader dio a la Diáspora dominicana. No es extraño que en los últimos meses se le haya puesto la piña agria a muchas familias en República Dominicana y parte del alivio han sido las remesas que muchos dominicanos de la Diáspora enviamos. De ahí mi reflexión de que el bien que va viene es decir, que muchos dominicanos que hemos hecho vida fuera de República Dominicana nos mantenemos en mente y corazón unidos con nuestras familias, pero en esta misma onda también cabe subdifi cado en varios de sus puntos, por ejemplo, el más confl ictivo, el articulo XV, el referente a los “plenos efectos civiles a cada matrimonio celebrado según las normas del Derecho Canónico”. Pero la practica consuetudinaria sigue concediendo a la Iglesia “derechos y prerrogativas”.

La constitución de 2010, menciona en su preámbulo el nombre de Dios, pero no defi ne laicidad del estado.

Estos temas y reclamos podrían crear una tensión entre el vencer y convencer que demandarían consecuencia entre vida y reclamos, fi delidad a valores permanentes y adecuación a las

DOMINICANOS DE LA DIÁSPORA El bien que va viene

nuevas formaciones sociales. rayar que el dominicano es creativo y hay muchas familias que no tienen un primo en New York y se las arreglan para paliar esta crisis. A esos dominicanos yo desde la Diáspora, les digo gracias, por mantener de pie nuestro país, gracias por no darte por vencido porque se que te esfuerzas desde allá como yo desde aquí para seguir adelante. No le baje ni un poquito porque como reza la jerga urbana la situación no es un #BOBO, tenemos que reinventarnos y seguir, no perder las esperanzas. A ti dominicano que eres tan fajador como el de la Diáspora continúa luchando, porque algo en común tenemos. Aunque estas fronteras son frías y distantes el sol sale para todos. Allá o aquí que la esperanza nos toque a todos.

Evento #ConstruYOpazRD 2020 “Vivir y Convivir En Paz”

blicas, privadas y organizaciones de la

tora de Iniciativas de

promueve la construcDesde el año 2017, en conmemoración del Día Internacional de la Paz, Cultura de Paz RD celebra un evento orientado a promover educación para la paz. En estos eventos han participado reconocidos expositores nacionales e internacionales, y más de 5,000 jóvenes y adultos de todo el territorio nacional:

Conferencia #ConstruYopazRD Vivir a Colores - 20 septiembre 2019 Seminario de Jóvenes #ConstruYOpazRD - 21 de septiembre de 2018

Primer Congreso Regional Juventud para una Cultura de Paz, Hacia la Resolución Alternativa

de Confl ictos - 1 de julio de 2017

La versión del evento #ConstruYOpazRD 2020 “Vivir y Convivir En Paz” será una experiencia virtual en formato de Peace Week. Durante cinco días, del 21 al 25 de septiembre, se presentarán diversos con

Nos complace presentar Cultura de Paz Repúexpositores internacionales a través de una potente blica Dominicana (RD), red de colaboraplataforma de videoconferencia con facilidad de coción que integra diferentes instituciones púnexión para miles de usuarios. sociedad civil, con el objetivo de contribuir a Esta actividad se hace posible gracias al aporte de insuna cultura de paz que fomente el desarrollo sostenitituciones y el servicio de personas voluntarias. La acble en la República Dominicana. La Agencia Promotividad es totalmente gratuita para los participantes.

Desarrollo (APID) tiene Cultura de Paz RD a su cargo la coordinaforma parte de Partción general. nership for Peace

En el marco de esta red Day www.peaceonede colaboración inteday.org y Globalgiving rinstitucional, se ha dewww.globalgiving.org/ sarrollado la iniciativa projects/culturade#ConstruYOpazRD que pazrd tenidos con la participación de infl uencers, artistas y

Coalition - Peace One

ción de paz en primera Sus actividades y repersona, a los fi nes de cursos de comunicagenerar un proceso de ción y educación se acciones que se reconozpublican a través de las can como buenas práctiInformación: principales redes socas para la construcción Tel. (809) 582-7020 • Cel. (809) 780-5770 | (809) 747-3608 ciales con el usuario: @ de una Cultura de Paz. culturadepazrd@gmail.com culturadepazrd.

Llamados por naturaleza

P. Osiris Núñez, msc osirismsc@hotmail.com

Cuando hablamos de vocación, lo primero que pensamos o asociamos a este término, es la vida sacerdotal o la vida religiosa masculina o femenina, reduciendo la vocación a un estado de vida consagrado de la vida eclesial. Es una noción errónea, pues la vocación es la invitación intrínseca con la que el ser humano es creado, para participar de la vida divina.

En los capítulos 1 y 2 del Génesis, vemos como Dios crea al ser humano en un estado de gracia que le hace ser partícipe de la plenitud divina, del estar junto a Dios; por eso la imagen del jardín del edén, que manifiesta un estado armónico de la creatura con el creador (GS 24). La característica principal de esta armonía creacional es la libertad en la que el ser humano ha sido creado, la cual es el signo eminente de la imagen divina en el ser creado (GS 17). Dios deja en nuestras manos la propia decisión para que le busquemos y nos adhiramos a él, alcanzando la plena y bienaventurada perfección.

Sin embargo, el ser humano desde el comienzo de la historia, abusó de esta libertad, inclinándose a planes y proyectos contrarios a los que Dios les había invitado (Gn 3). El alejarse de la invitación de Dios y practicar a su manera y conveniencia la libertad en la que fue creado, llevó al ser humano por caminos de autodestrucción, que son manifestados en el libro del Genesis en los episodios de la expulsión del jardín (Gn 3,23), el asesinato de Abel (Gn 4), el diluvio (Gn 6,5-7) y la destrucción de Sodoma y Gomorra (Gn 18, 16ss). Sin embargo, en estos episodios señalados, vemos que no todos se han alejado del camino de Dios; todavía hay algunos que son fieles al llamado realizado por el Creador a participar de la vida divina desde la libertad en la que han sido creados.

El llamado de Dios sigue siendo el mismo, no cambia; solo cambia la época y las circunstancias históricas en la que vive el ser humano. Dios llama hoy al ser humano a la vida, pero no cualquier vida, sino la vida que busca el encuentro pleno con el Creador. Este encuentro

Dios llama hoy al ser humano a la vida, pero no cualquier vida, sino la vida que busca el encuentro pleno con el Creador

pleno se realiza constantemente cuando se escucha la voz de Dios que impulsa a hacer el bien y evitar el mal (Gs 16).

En el secularismo del siglo XXI, esta invitación de Dios, esta vocación a la que estamos llamados por el hecho de ser creados por Dios, se diluye en el activismo agresivo de la vida humana manipulada por el mercado. La vocación con la que hemos sido creado pierde carácter y, por consiguiente, en la meta o en el alcance de plenitud del ser humano, el Ser de Dios ya no entra, ya no tiene cabida.

Pero la llamada de Dios siempre está ahí: “mira, que estoy a la puerta y llamo” (Ap 3,20). Es la invitación que tenemos por nuestra propia naturaleza, por nuestra condición de seres creados por Dios. Es la vocación que Dios nos da y que nos invita continuamente, para que desde nuestra libertad respondamos a su llamado. El responder a este llamado, es querer participar de la vida divina, pues hemos sido creados por Dios para estar junto a él y darle plenitud a la creación de la cual somos parte.

Valor de la Palabra

“Sólo tú tienes palabra de vida eterna” (Jn 6, 68)

P. Juan Tomás García, msc tomigapi@gmail.com

El Mes de la Biblia 2020, lo vivimos de manera muy especial. Casi seis meses después de iniciarse entre nosotros la epidemia del coronavirus, nos encontramos sumidos en una profunda crisis sanitaria y económica que desestabiliza todas las áreas de la vida, en algunos lugares agravadas, por el paso de fenómenos como tormentas y huracanes que aportan inundaciones de agua y destrozos con los vientos. Las personas se nos acercan buscando consuelo, haciéndonos preguntas, hurgando las causas de lo que está pasando en el mundo. La vida no va bien, las personas se nos están muriendo de manera inesperada y no podemos ni siquiera darle una digna sepultura en familia, ni en comunidad. Ante esta gigantesca crisis generalizada, ¿cuál nuestra reacción cristiana? ¿Seguimos creyendo, abandonamos nuestro seguimiento de Jesús, sucumbimos ante tantos problemas? ¿Dónde buscamos sostén para no derrumbarnos?

Ojalá nuestras vidas se vuelvan hacia la Palabra de Dios, hacia los evangelios. El “mes de la Biblia”, es una invitación a valorarla y promoverla, personal y comunitariamente. El evangelio de Juan ha conservado el recuerdo de una fuerte crisis entre los seguidores de Jesús. No tenemos apenas datos. Solo se nos dice que a los discípulos les resulta duro su modo de hablar. Probablemente les parece excesiva la adhesión que reclama de ellos. En un determinado momento, “muchos discípulos suyos se echaron atrás”. Ya no andaban con él.

Es entonces cuando Jesús pregunta a sus Apóstoles, en medio de su crisis, y a nosotros dentro de la nuestra. ¿También ustedes quieren abandonarme? (Juan 6, 67) “Las palabras que les he dicho son espíritu y son vida. Y con todo, algunos de ustedes no creen” (Jn 6, 63). Las palabras de Jesús parecen duras, pero transmiten vida, hacen vivir pues contienen Espíritu de Dios. Así que Pedro pronuncia su acertada confesión de fe: “Señor, ¿a quién iremos?, tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6, 68). Su actitud puede todavía hoy ayudar a quienes con fe vacilante se plantean prescindir de toda fe. No tiene sentido abandonar a Jesús de cualquier manera, sin haber encontrado un maestro mejor y más convincente: Si no seguimos a Jesús, si no escuchamos y obedecemos su Palabra, nos quedaríamos sin esa grandiosa experiencia. Pedro siente que las palabras de Jesús no son palabras vacías ni engañosas. Junto a él han descubierto, él y sus compañeros, la vida de otra manera. Su mensaje les ha abierto a la vida eterna. ¿Con qué podrían sustituir el Evangelio de Jesús? ¿Dónde podrán encontrar una Noticia mejor de Dios?

Encontrarse con Dios y Promover su Palabra

Por muy dolorosa que nos parezca, la crisis actual será positiva si los que nos formamos las comunidades cristianas, en la Iglesia, nos vamos convirtiendo en discípulos de Jesús, es decir, en hombres y mujeres que vivimos de sus palabras de vida. La palabra de Jesús es diferente. Nace de su propio ser, brota de su amor apasionado al Padre y a la humanidad. Es una palabra creíble, llena de vida y de verdad. Se entiende la reacción espontánea de Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna».

Muchos hombres y mujeres de hoy no han tenido nunca la suerte de escuchar con sencillez y de manera directa sus palabras. Su mensaje les ha llegado, muchas veces desfi gurado y distorsionado por demasiadas doctrinas, fórmulas ideológicas y discursos poco evangélicos. Uno de los mayores servicios que podemos

realizar en la Iglesia es poner la persona y el mensaje de Jesús al alcance de los hombres y mujeres de nuestros días. Ponerles en contacto con su persona. La gente no necesita escuchar nuestras palabras sino las suyas. Sólo ellas son «espíritu y vida». Es sorprendente ver que, cuando nos esforzamos por presentar a Jesús de manera viva, directa y auténtica, su mensaje resulta más actual que todos nuestros discursos.

Leer la Biblia, palabras de vida eterna

La Biblia puede ser leída desde perspectivas e intereses muy diferentes. El creyente, por su parte, busca en ella la Palabra de Dios, pues considera que, a través de sus páginas y de la historia que en ellas se recoge, el misterio de Dios se nos manifiesta de forma decisiva. Pero hay muchas maneras de leer la Biblia, y no siempre ayudan a escuchar la Palabra de Dios. Hay algunos que leen la Biblia desde una actitud fundamentalista y arcaizante. Piensan que el texto es claro y evidente. Basta, por tanto, interpretarlo al pie de la letra, sin tener en cuenta la distancia cultural que nos separa de los autores bíblicos y sin escuchar las aportaciones de la exégesis científica. Por este camino, es fácil llegar a interpretaciones que no tienen nada que ver con el sentido original del texto.

Otros consideran que la Biblia es una especie de depósito de verdades de donde se puede extraer en cada momento lo que más conviene para probar una doctrina u otra. Esta manera de leer los textos, aislándolos de su propio contexto vital, puede llevar a deformar gravemente el mensaje que en realidad encierran. Hay también quienes leen la Biblia partiendo de la realidad de hoy para encontrar en el texto bíblico una luz orientadora. Este procedimiento es legítimo, pero tiene el riesgo de caer en la subjetividad para buscar en la Biblia las recetas que interesan.

Como se puede ver, acercarse a la Biblia de forma correcta no es sencillo, pero, en cualquier caso, hay que tener en cuenta un principio que ha sido establecido de manera clara por el Concilio Vaticano II: «Dios habla en la Escritura por medio de seres humanos y en lenguaje humano; por tanto, el intérprete de la Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras.»

La Biblia puede ser leída desde perspectivas e intereses muy diferentes. El creyente, por su parte, busca en ella la Palabra de Dios...

No hemos de olvidar que Dios, habla siempre a través del lenguaje humano de Jeremías o Isaías, de san Marcos o san Lucas. Y, por tanto, lo primero que se ha de hacer es conocer bien lo que ellos han querido decir, acudiendo para ello a los procedimientos necesarios para entender su cultura, el contexto vital en que escribieron o los géneros literarios que emplean.

Solo entonces podremos escuchar, encarnada en ese lenguaje humano, la Palabra de Dios que hemos de actualizar hoy para iluminar nuestra vida, orientar nuestra conducta o reafirmar nuestra esperanza. Para escuchar a Dios no bastan, sin embargo, los métodos exegéticos. Es necesario, además, abrirse a su Palabra con corazón limpio, fe humilde y una docilidad grande. Esa actitud de Simón Pedro ante Jesús: «Señor ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.» El que se deja transformar por el evangelio, comprende enseguida que toda su vida debe convertirse en palabra y anuncio de Jesucristo.

Aprender con el Covid-19

C

P. Pablo Mella Febles, sj pablomellasj@yahoo.es

omienza un año escolar junto con un nuevo gobierno. Pero es la pandemia de la COVID-19 lo que marca todo a escala mundial. Por eso, se impone que nos preguntemos sobre los desafíos que plantea la pandemia en el inicio del año escolar.

La discusión ha girado básicamente en si se debe o no volver a las aulas. Los posicionamientos al respecto son encontrados, pero tienen un punto en común. Implícitamente se piensa que si no se pueden abrir las escuelas se pierde el año escolar y con ello la posibilidad de educar. Este planteamiento presupone que solo se puede educar si el estudiantado asiste presencialmente a los planteles. Pero, ¿hasta dónde es verdad esta presuposición?

El 16 de agosto pasado el sacerdote historiador y educador Antonio Lluberes planteó en el periódico Camino algo fundamental para nuestra reflexión. En esta peculiar coyuntura social, Lluberes nos invitaba a distinguir entre escuela y educación. Así de sencillo; pero también así de profundo. Leamos las palabras de Lluberes: «Me parece que lo primero a hacer es distinguir entre educación y escuela. Si entendemos por escuela la edificación física reconocemos que se hace complicada la solución. Pero si entendemos que el caso no es tanto la escuela como la educación se hace más manejable».

A mi parecer, esta es la principal enseñanza que debemos de aprender en la presente coyuntura. La escuela no lo es todo en educación; la educación no se agota en la escuela. Incluso se podría decir que se aprende más fuera que dentro de la escuela. Lo que pasa es que no estamos acostumbrados a pensar así ni actuar en consecuencia. Entendemos que educarse es exactamente lo mismo que «ir a la escuela», cuando en realidad esto es solo una parte del proceso educativo de un ser humano. Ciertamente, ir a la escuela es importantísimo; pero no agota lo que podemos hacer para aprender.

Una vez cambiemos la mentalidad y las prácticas que identifican de manera exclusiva escuela y educación se nos abrirán muchas posibilidades de acción educativa, planteándonos nuevas responsabilidades. La cosa no es sencilla ni sucederá de la noche a la mañana. Como un pequeño comienzo, propongo que reflexionemos en esta ocasión sobre lo que nos invita a aprender la COVID-19 en clave espiritual.

La enfermedad como encuentro pedagógico con Dios

Un dato exegético de los evangelios resulta llamativo. Según los biblistas, casi el 40% de las escenas en que Jesús actúa tiene que ver con situaciones de enfermedad. Desde una lectura creyente del texto bíblico, puede afirmarse que Dios se acerca de manera privilegiada a nosotros a través de la enfermedad. Por el contrario, nosotros vemos la enfermedad de manera exclusivamente negativa; de la enfermedad solo sale la muerte y la destrucción del propio ser. En tiempos de Jesús inclusive se pensaba que era un castigo de Dios por los pecados cometidos por la persona o por sus ancestros.

Como los coterráneos de Jesús, tampoco nosotros reflexionamos espiritualmente sobre la enfermedad. Sencillamente, la percibimos como enemiga de nuestros proyectos y como mensajera de la muerte definitiva. Y es comprensible que reaccionemos así, pues la enfermedad nos limita, nos hiere, nos duele, nos mortifica.

Sin embargo, una perspectiva de fe, fruto del encuentro con el Dios de la vida, nos cambia la perspectiva de análisis. Entonces, nace otra pregunta que apunta en una dirección distinta: ¿en qué sentido la enfermedad puede ser amiga de la vida?

Las exigencias sanitarias que nos ha planteado la COVID-19 ayudan a responder esta pregunta. Para exponer la respuesta, hagamos otra pregunta a tono con el inicio del año escolar, pero que en el fondo se cuestiona por lo mismo: ¿qué nos está enseñando la COVID-19?

Lo primero que nos está enseñando la COVID-19 es que toda sociedad propaga la enfermedad que de algún modo corresponde a sus incoherencias. La COVID-19 se ha propagado por el mundo por la rapidez de los contactos que permiten los nuevos medios de transporte acelerados por la globalización de la economía. Si en la Antigüedad los virus se movían a caballo, hoy se transportan en aviones. Más rápido se ha transportado el miedo patológico que produce la pandemia gracias a la velocidad de las comunicaciones electrónicas y a la mala calidad de las informaciones que circulan sin control. Junto a la pandemia de la COVID existe una «infodemia» quizá más dañina que la misma pandemia. Una primera tarea que la educación de la COVID nos deja es aprender a relacionarnos libre y críticamente con las redes sociales que mezclan indiscriminadamente falsedades con verdades, llegando en ocasiones a desinformar más que a informar.

En segundo lugar, esta enfermedad, propia de la sociedad global del siglo XXI, nos ha enseñado las consecuencias nefastas de un Estado debilitado por ponerse al servicio del gran capital o de la geopolítica. Muchas de las desgracias que se han ocasionado tienen que ver con la incapacidad de los sistemas de salud privatizados para responder a las necesidades de las personas. Igualmente, la presión de la economía ha acelerado el proceso de apertura de ciertos espacios públicos que debían permanecer cerrados. Ahora bien, las presiones al Estado no han sido solo de tipo económico. Los mismos intereses políticos han afectado ciertas decisiones, como la de autorizar campañas políticas con aglomeración de personas o acaparar la distribución de determinados implementos de salud.

En tercer lugar, la COVID nos ha sensibilizado para defender un medio ambiente más sano. No todo alimento es sano. Además, lanza la pregunta por el modelo de ciudad que prevalece hoy día, la cual es fruto a su vez de una transformación de la economía que ha hecho prácticamente inviable la vida en el campo. Sin espacios amplios para caminar, al aire libre, los cuerpos humanos se ven expuestos a cargas virales y ansiedades que no tienen condiciones de enfrentar.

En cuarto lugar, este maestro insigne que es la COVID-19 nos está alertando sobre el poder que tienen las multinacionales farmacéuticas. La especulación con la salud de las personas para ganar dinero muestra su rostro más cruel en momentos como este. En contrapartida, va quedando cada vez más claro la importancia que tienen los seguros de salud cooperativos para garantizar la sostenibilidad financiera de las investigaciones farmacológicas y para que en principio todo el mundo tenga acceso a sus descubrimientos.

En quinto lugar, la COVID nos ha enseñado la grandeza que se oculta en la mayoría de las cosas pequeñas que sirven de base a la vida. Ahora se valora como nunca un abrazo, el encuentro sencillo entre amigos, el trabajo de quien recoge la basura, los riesgos que corren quienes distribuyen bienes a domicilio, el trabajo silencioso de enfermeras y enfermeros, la limpieza que garantizan quienes barren nuestras calles.

Dios, amigo de la vida, se asoma a nuestras conciencias en este mundo amenazado por la enfermedad. Nos está enseñando que las cosas más importantes para la vida no brillan en las redes sociales; son las que tienen que ver con el trato cuidadoso de unos con otros. Educarse no es otra cosa que aprender lo fundamental para una vida verdaderamente humana y eso se puede lograr más allá de la escuela.

La naturaleza no ha ganado, ella ha llorado…

En estos días he escuchado mucho decir que si alguien ha ganado con esta pandemia ha sido la naturaleza y se citan unos cuantos elementos que han benefi - ciado el medioambiente, como es la disminución de la contaminación ambiental, la libertad de comportamiento de las aves, los ríos más limpios, en fi n, podemos señalar otros elementos que han benefi ciado el entorno. Partiendo de estos cambios podríamos afi rmar que, verdaderamente si ha habido alguien triunfante en esta pandemia, ha sido la madre naturaleza.

No quiero echarle “jabón al sancocho” como se dice popularmente, pero creo que la naturaleza no ha sido la triunfante, posiblemente ha sido la más afectada pues ha visto sufrir en carne propia una parte de su cuerpo y el mismo dolor de la humanidad que muere. Nosotros los seres humanos somos interdependientes, no separados de la naturaleza, que es nuestra casa común. Podríamos decir que somos sus hijos, como afi rma la sabiduría milenaria de los pueblos, y la vez hermanos de ella, sus hijos porque ella nos alimenta, nos sostiene y nos protege. ¿Qué seriamos nosotros sin ella? No habría vida fuera de nuestro ambiente natural. Lo más mínimo para sostener la vida ella nos lo proporciona. Por lo tanto, una madre no puede verse triunfante cuando ve morir a sus hijos/as y ella sin poder hacer nada. Si pudiéramos escuchar sus lamen

tos nos daríamos cuenta cómo la naturaleza llora de dolor, como una mujer cuando va a dar a luz”, como diría el autor sagrado en la carta a los Romanos 8, 22 -23: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora…”.

En la revelación bíblica nuestra madre naturaleza aparece como obra del mismo Creador de la humanidad, Dios padre, y vio “que era bueno”. Él creó con tanto esmero, que quiso primero crear la naturaleza y después de creada ésta quiso crear el género humano y lo hizo con la fi nalidad de que la naturaleza fuera nuestra madre, según aparece en uno de los relatos de la Creación. Si bien es nuestro hábitat natural, nuestro hogar, nosotros sus hijos no somos tan cariñosos con ella, porque en verdad hemos sido hijos malagradecidos, depredadores irracionales, pues mientras ella nos proporciona vida nosotros le proporcionamos destrucción y muerte. Este comportamiento va rompiendo su ritmo vital, envenenándola poco a poco, y mientras a ella le queda vida, ese poco de vida sostiene la humanidad.

Para concluir esta refl exión quiero decir que si esta pandemia viniera de la misma naturaleza, sería como la vida se defi ende a sí misma y se protege; y si dicha pandemia es causada por el comportamiento de los seres humanos, la misma naturaleza pasará factura al deterioro que experimenta por el modo irracional de relacionarnos entre nosotros y con ella.

Monseñor Jesús Castro, esperanza de los preferidos de Jesús

P. Miguel Ángel Gullón, op miguelgullon@dominicos.org

Monseñor Jesús Castro Marte tomó posesión canónica de la Diócesis Nuestra Señora de la Altagracia el día 28 de julio en una bella celebración a la que asistieron Mons. Francisco Ozoria, Mons. José Grullón, Mons. Santiago Rodríguez, Mons. Napoleón Romero, Mons. Mons. Ramón Benito Ángeles, Mons. Faustino Burgos y Mons. Amable Durán junto a sacerdotes, consagradas y laicos. Mons. Ghaleb Bader presidió la eucaristía agradeciendo a Mons. Gregorio Nicanor Peña su gran labor pastoral durante 16 años. El P. Jorge Hernández, canciller, leyó el decreto del Papa Francisco: “… visto que gozas de buena estima y que estás adornado de dotes espirituales y humanos, eres apto para ejercer plenamente este ofi cio…”.

En sus palabras de agradecimiento, Mons. Jesús, señaló los desafíos que debe enfrentar en la Diócesis integrada por 36 parroquias: “… desde hoy quiero asumir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y sufrimientos de este Pueblo de Dios y ser con ustedes higüeyano, romanense y seibano para promover y extender el Reino de Dios en estos pueblos bendecidos por Dios y la querida Virgen de la Altagracia”, superando “la indiferencia religiosa y una fe sin compromiso con la realidad social”.

También recordó a sus predecesores de quienes resaltó sus legados históricos. De Mons. Juan Félix Pepén, primer obispo, desde 1959 hasta el 1975, destacó su vida sencilla y austera, su celo apostólico y su voz profética que aún sigue retumbando y gritando justicia. Así es, Mons. Pepén en su Carta Pastoral “Sobre el problema agrario y sus posibles soluciones” refl exionó sobre la situación tan difícil de los campesinos frente a la violación de sus derechos: “… A la Iglesia le preocupa la suerte económica de nuestro campesino, porque quien carece de lo necesario para una vida digna de ordinario no está en condiciones de ser un buen cristiano”. Fue un pastor preocupado por los trabajadores de la tierra a quienes, habitualmente, se les despojaba de sus tierras llevándoles presos. De esta forma, la provincia de El Seybo está ocupada en un 70 % por el Central Romana que mantiene, según palabras de Mons. Pepén “… el monocultivo asfi xiante que ha trastornado totalmente la vida social y económica de esta región”. La caña de azúcar llega a la puerta de las casas impidiendo un crecimiento de las familias que desean construir una vivienda pues esta empresa acapara toda la tierra ilegalmente. Todavía hoy se sigue haciendo “mal uso de la tierra, usada extensivamente contra todos los principios de la técnica agrícola y de la comunidad social”. Es emocionante el llamado fi nal de la Carta: “Campesino dominicano no luches solo, así quedarás indefenso. Únete a tu hermano campesino en reuniones, sindicatos o ligas y entrégate a una acción que ha de liberarte de las trabas que se oponen a tu progreso”.

A destacar, en sus palabras de agradecimiento, la prioridad en su pastoreo de los preferidos de Jesús: “…Nuestra Iglesia quiere ser para todos casa y escuela de acogida y misericordia para todos, de manera muy especial para los pobres y desamparados, los migrantes, tanto los turistas como los trabajadores, los campesinos, y todos aquellos que luchan y sufren por una sociedad más justa y solidaria”.

Los “Peregrinos de El Seibo” recuerdan con agradecimiento cómo Mons. Jesús les visitó mientras estaban acogidos en la Casa de las Misioneras Dominicas del Rosario en Santo Domingo durante dos meses, tras las situaciones que protagonizaron en reclamos de terrenos, el pasado año. El gesto se produjo, luego de que los Peregrinos, caminaran por cinco días hasta el Palacio Nacional y haber sido desalojados bruscamente en la madrugada del séptimo día de acampada en el parquecito de enfrente. Además, también sufrieron las bombas molotov que les tiraron durante la caminata pacífi ca, organizada por diferentes Asociaciones, del Parque Enriquillo al Palacio que dejó varios heridos. Mons. Jesús les consoló, dándoles mucho ánimo y apoyo, confi ando que pronto tendrían la tierra para vivir en ella y trabajarla como lo venían haciendo desde hacía mucho tiempo. Oró junto a ellos dándoles la esperanza de recuperar esa tierra prometida por Dios que mana leche y miel. Los campesinos agradecieron mucho la visita, sus palabras de ánimo y, aunque había personas de otros cultos religiosos, le consideraron como su Pastor. La grata visita concluyó con una oración ecuménica.

Nuestra Señora de la Altagracia proteja, bendiga y guíe a nuestro Pastor Mons. Jesús Castro Marte, esperanza de los preferidos de Jesús de Nazaret.

Curso de Acompañamiento Espiritual

ligiosos y Religiosas, CONDOR, anunció las inscripciones para el Curso de Acompañamiento Espiritual, que se impartirá virtual y/o presencial a partir del mes de septiembre y que consta de 3 módulos a realizarse los martes durante 14 semanas consecutivas, para fi nalizar en abril de 2021. Introducción al Acompañamiento Espiritual: ¿Qué es el Acompañamiento Espiritual? El acompañante y el acompañado. Destrezas de Acompañamiento. La Práctica de acompañamiento espiritual informal Teorías de la personalidad. Relaciones humanas en el ambiente del acompañamiento espiritual: Duelo, Afectividad y Abuso. Formas de oración. Espiritualidades y misticismo. Acompañar la oración. Revisión de Vida Retiro con acompañamiento individual Conociéndome a través de los Sueños La inscripción para el primer módulo, que inicia el 1 de septiembre, es posible mediante llamada o envío de correo electrónico, a fi n de recibir la fi cha de inscripción. Este primer módulo será por la plataforma Zoom, los otros dependerán de

El Equipo de Espiritualidad de la Conferencia Dominicana de Re

Los tres módulos del Curso abarcan las temáticas de:

La Persona Humana:

Acompañamiento con relación a Dios:

El Curso comprende también retiro y talleres (en persona o en línea):

las facilidades en su momento.

Para más información sobre fechas, costo e inscripción,

dirigirse a:

Carol Ann Gross, OP,

carolannop144@yahoo.com, 809 688-0657 o 809 519-3889.

Altagracia Contreras

altabaja2010@gmail.com, al 809 607-8684.

Costo: $3,000 por módulo:

$1,500 para reservar cupo. $1,500 al comenzar el módulo

¿Qué es el Acompañamiento Espiritual?

El acompañamiento espiritual es el cuidado pastoral que pretende ayudar a otra persona para que esté más atenta a las comunicaciones que Dios establece con ella; para responder personalmente a Dios y para vivir en conciencia con esa relación.

El acompañamiento espiritual es un arte. La persona quien acompaña lo hace con amor y humildad. El curso de acompañamiento espiritual intenta presentar herramientas, destrezas y enseñanzas que ayudan al acompañante a practicar el arte de caminar junto a otra persona dejándose guiar por el Espíritu Santo.

La pandemia y los dilemas de la liturgia católica

“La crisis actual reinventará la forma en que celebramos la liturgia dominical, porque la gente quiere más comunidad, porque la perdió, o exige más misas transmitidas en vivo debido a la distancia social”, así escribía JP Grayland, sacerdote de Nueva Zelanda en la Diócesis de Palmerston North, en Nueva Zelanda, en un artículo publicado por La Croix International, en el mes de abril de este año.

En su artículo, Grayland plantea las muchas respuestas litúrgicas y los diferentes rituales que ha provocado la presencia del Covid-19, como una amenaza para la humanidad y que plantea dilemas para la liturgia católica.

Esta pandemia que nos tiene en vilo, reveló “el dilema de la liturgia moderna, a saber, el lugar de los bautizados en el culto. Mostró que el estándar para muchos miembros de la Iglesia (clérigos y laicos) es el ritual de decir la Misa, no tanto la experiencia de hacer la liturgia” sostiene el autor en su artículo traducido por Moisés Sbardelotto.

También señala los lugares de la vida eclesial católica que fueron identifi cados en este proceso, como son: la naturaleza de la oración en casa, la tarea de la Iglesia doméstica y el impacto del clericalismo en nuestra respuesta general a esta enorme crisis litúrgica.

El autor centra su refl exión en tres áreas: las oraciones en casa o en la burbuja, las misas en línea y la Iglesia doméstica del clero, y la ubicación litúrgica de los fi eles laicos bautizados en el culto público. Otros autores se preguntaban cómo sería el distanciamiento físico sin la posibilidad que ofrece el mundo virtual, con el uso de las redes sociales actualmente.

JP Grayland constata, como pastor de tres parroquias en una pequeña diócesis rural en un país pequeño y secular, su principal experiencia “ha sido darme cuenta de que la Iglesia es considerada un ´servicio no esencial´ en términos de nuestra economía, política y estructura social”.

Oraciones en casa o en la burbuja.

Nuestra situación actual nos presenta la oportunidad de desarrollar oraciones por las personas de tu hogar, en tus burbujas. Dondequiera que los feligreses estén reunidos en sus burbujas, Cristo está presente entre ellos. Estas oraciones se centran en la brevedad, otras son más largas y formales. En ambos casos se remontan a la tradición más antigua de oración familiar cristiana. El propósito es hacer que la Iglesia doméstica ore como parte de la Iglesia universal. Con el afán de brevedad, dice, “podemos estar subestimando la capacidad de la Iglesia doméstica. poner a orar de maneras nuevas e innovadoras”.

Misas en línea: La burbuja clerical

doméstica. “La iglesia doméstica no es solo la iglesia familiar alrededor de la mesa. También es el sacerdote solitario en su mesa y los grupos de sacerdotes en algunos presbiterios alrededor de su mesa. La misa en línea nos está dando una visión de la iglesia doméstica clerical. Las misas en línea están siendo utilizadas por una variedad de razones bien intencionadas, muchas de las cuales se basan en la necesidad de que el clero haga algo.

El lugar de los laicos. El recordatorio más llamativo del lugar mínimo otorgado a los laicos bautizados en la oración litúrgica debe ser el decreto que el Vaticano emitió el 19 de marzo: “En tiempos del Covid-19 “. En el contexto del Triduo Pascual, quizás sin saberlo ni siquiera pensarlo, las personas que redactaron el decreto redujeron la participación de los fi eles laicos bautizados en una frase: rezar en casa”.

Arresto de Pablo en el templo

Se aconseja leer con atención este texto del arresto de Pablo en su Biblia, en Hechos 21,26-22,1. Luego, el orante se fija en las palabras que llaman su atención.

P. Marcos Plante, msc marc_plante@hotmail.com

Paso 1

Interpretación

En el texto, llama mi atención, el rito de purificación que Pablo y los cuartos acompañantes realizan en el templo. Un voto que Pablo había ofrecido en sus viajes de evangelización. Estando por terminar su rito al séptimo día, se oye un griterío acusador en el templo. Empieza la pasión de Pablo que, como a Jesús, lo llevará a la muerte. Se acusa a Pablo de profanar el recinto del templo, pues está introduciendo griegos en el espacio del templo reservado a los únicos judíos. Un crimen que merece la muerte. Lo van a linchar cuando, suerte para Pablo, interviene el comandante del batallón romano, Claudio Lisias, acuartelado en la Fortaleza Antonia. Éste lo sujeta con cadenas para llevarlo a la Fortaleza, pero camino al cuartel, Pablo, hablando griego, convence al comandante de hablar a los que lo acusan. Al oírlo hablando en griego, el comandante Claudio se da cuenta de que no se trata de un vulgar sicario y permite a Pablo expresarse. Se impone el silencio y Pablo se expresa en hebreo, el idioma venerado de los maestros de la ley. Sorprendidos, los judíos escuchan la defensa de Pablo.

Paso 2

Meditación

Pablo, como Jesús, tiene que enfrentarse a un juicio, esta vez popular. Se le acusa de profanar el templo. Lo van a linchar, pero la autoridad romana lo protege en el momento. Pablo, entonces, aprovecha para defenderse. En circunstancias de nuestra vida, tenemos que enfrentar acusaciones o peligros, vale recordar como Pablo y Jesús supieron defenderse. Nuestra confianza puesta en la ayuda del Espíritu Santo, atento a la suerte de los inocentes, el creyente se libera de paso. Sin embargo, estamos expuestos a entregar la vida cuando urge la evangelización de la humanidad. Hace falta tener la valentía de no rehusarse al sacrificio como lo hizo Jesús, como lo hace Pablo en este caso.

Paso 3

Oración

La maldad habla al malvado, pero tu amor, Señor, llega hasta el cielo, tu fidelidad alcanza al cielo azul. Tu justicia es más grande que las montañas; tus decretos son como el mar inmenso. ¡Qué admirable es tu amor, oh Señor! ¡Bajo tus alas los justos buscan tu protección! Salmo 36,5-7. Estoy agradecido, Señor, de tu protección a lo largo de mi vida. Sé que mi suerte está en tus manos, mi Dios. Mientras esté cumpliendo tu voluntad, tu Espíritu me sostiene. ¡Gracias, Señor mío!

Paso 4

Contemplación

Yo estoy en el templo con Pablo, atento al rito de purificación, cuando oigo un griterío. Acusan a Pablo de profanar el templo con presencia de unos griegos. Me asusta esta amenaza, igual que a los acompañantes de Pablo, y tratamos de protegerlo. Pero la turba nos vence y se llevan a Pablo con intención de lincharlo. Por suerte, interviene le comandante de la Fortaleza Antonia que apresa a Pablo, salvándolo de la turba. Pablo se atreve a presentar desde la escalera del cuartel su defensa ante el pueblo. Me admira la pericia de Pablo hablando griego y hebreo, el idioma litúrgico en el momento; me admira también su presencia de espíritu al presentar su defensa.

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