La chica despeinada Amateurs / 52
Tripas y mariposas En Madrid me subí a una montaña rusa en la que los pies iban colgando y yo estaba tan segura de que no habían medido de forma correcta la distancia y de que un árbol iba a descuartizarme las piernas que me pasé todo el viaje gritando como nunca grité y abriendo y cerrando los ojos cada segundo porque no sabía si me aterraba más lo que veía o lo que imaginaba. Empecé a temblar cuando bajaron la barra de seguridad y no dejé de hacerlo ni cuando me fui del parque. Es un poco lo que me pasa contigo. Tiemblo tanto que creo que sería capaz de crear yo sola una especie de Big Bang con una expansión infinita de tripas y mariposas que se empezarían a devorar unas a otras y que ni yo, ni tú, ni nadie podría adivinar quién sobrevive hasta el final.