GRABADOS DE JUAN PABLOS

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tipográfica en la Nueva España han causado diversas polémicas. Mucho se ha discutido acerca de quién fue el primer impresor americano, su inaugural publicación y fecha. Se habla de Esteban Martín “enprimydor”, cuyo nombre se lee en un a£a de cabildo cuando obtuvo el título de vecino de la ciudad de México, fechada el 5 de septiembre de 1539.1 Como entonces se exigían cinco años de residen- 1. Véase el documento 8 del apéndice. cia para obtener este epíteto de vecindad, algunos especialistas consideran que debió haber llegado a México en 1534 o incluso antes. Fray Agustín Dávila Padilla (O. P.) dice que: “…el primer libro que en este Nuevo Mundo se escribió, y la primera cosa que ejercitó la emprenta en esta tierra, fue…un libro de S. Juan Clímaco…, llamado Escalera Spiritual, traducido del latín al castellano por fray Juan Estrada…”, y agrega que “fue su libro el primero que se imprimió por Juan Pablos, 2. Fray Agustín Dávila Padilla (O. P.), Historia de la fundación y primer impresor que a esta tierra vino”.2 de la Provincia de Santiago de México, de la orden de los Fray Alonso Fernández (O. P.) seguramente retomó del discurso predicadores, por las vidas de varones insignes y casos notables de autor anterior el mismo dato, sólo que suprimió el nom- Nueva España.Madrid, Pedro Madrigal, 1596, fol. 6. bre del impresor y añadió la fecha de 1535.3 Por su parte, Gil González 3. Alonso Fernández, Historia eclesiástica de Dávila, inspirado en los libros citados, dice: “en el año de mil y qui- nuestros tiempos. Toledo, 1611, p. 122. Cfr. Joaquín García Icazbalceta, Bibliografía nientos y treinta y dos el Virrey Antonio de Mendoza llevó la impren- mexicana del siglo XVI. Nueva edición de ta a México…y el primer libro que se impreimio [sic]…fue el que Agustín Millares Carlo. México, FCE, 1954 y 1981, p. 28. escribió San Juan Clímaco con título de Escala spiritual para llegar al Cielo, traducido del latín al castellano por el V. P. Fr. Juan de la Magdalena…”.4 Pese a estas referencias, nadie ha tenido en sus manos 4. Gil González Dávila (O. P.), Teatro de la primitiva Iglesia de las Indias dicho libro; nadie lo conoce. Demetrio S. García concluye: “En resu- eclesiástico occidentales. Madrid, Diego Díaz de la men de cuentas, todo ha quedado reducido a leyendas, a cuentos más Carrera, 1649, t. I, p. 23. o menos divertidos…”.5 5. Para los interesados en el tema de la existencia de una imprenta novohispana anterior a la de Juan No hay pruebas claras que Pablos, si la Escalera Spritual de san Juan Clímaco fue el primer libro editado en el Nuevo Mundo o si Esteban Martín fue el precursor de este oficio en América, véase Demetrio S. García, “La imprenta en confirmen la existencia de América”, en IV centenario de la imprenta en México. México, Asociación de Libreros de México, 1939, una prensa tipográfica ante- pp. 57-66; José Toribio Medina, La imprenta en México, desde sus orígenes, 1539-1821. Santiago de Chile, en casa del autor, 1907-1912 y edición facsimilar: México, UNAM , t. 1, 1989, pp. XLVII-LVI; Joaquín rior a 1539, año del convenio García Icazbalceta, op. cit., pp. 32-34 y 45; Emilio Valton, Impresos mexicanos del siglo XVI. México, formal entre Juan Pablos y Imprenta Universitaria, 1935, pp. 9-11; Román Zulaica y Gárate, “Contribución franciscana al establecimiento de la imprenta en México y por medio de ellas la difusión de la cultura durante los cincuenta Juan Cromberger, impresor primeros años de su funcionamiento (1539-1589)”, en IV Centenario, op. cit., pp. 15-35; Alexander B. radicado en Sevilla, para es- Carver, “Esteban Martín, the First Printer in the Western Hemisphere, An Examination of Documents and Opinion”, en Library Quarterly. Chicago, vol. 39, núm. 4. 1969, pp. 344-352. tablecer un taller tipográfico en América.6 Gracias a este documento notarial, puede afirmarse, 6. Véase el documento 5 del apéndice. con bastante confianza, que Juan Pablos fue el primer impresor que llegó a la Nueva España y además existen obras impresas en su taller. 7. Agustín Millares Carlo y Julián Calvo, Juan Pablos, primer impresor que a esta 7 Giovanni Paoli, castellanizado Juan Pablos, era un italiano de Brescia. tierra vino. México, Librería de Manuel Clive Gri¢n argumenta que había vivido en Sevilla, seguramente como Porrúa, 1953.


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2 8. Acerca de la imprenta de la familia Cromberger, véase Clive GriYn, The Crombergers of Seville. The History of a Printing and Merchant Dynasty. Oxford, Clarendon Press, 1988. 9. APS , Oficio IV, Libro 1 de 1532. Cfr. GriYn, op. cit., p. 120.

10. Ibidem, p. 120, nota 58.

11. Se le convenció al ofrecerle permiso oficial para invertir en la minería de Taxco.

12. El documento 5 del apéndice fue localizado por José Gestoso y Pérez y publicado en Documentos para la historia de la primitiva tipografía mexicana. Carta dirigida al Sr. D. José Toribio Medina. Sevilla, Tipográfica de la Andalucía Moderna, 1908.

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ayudante de un maestro impresor, ya que no hay constancia de que hubiera tenido su propio taller tipográfico. 8 El 16 de junio de 1532 fue testigo, en ausencia de Juan Cromberger, de la venta de unos libros a un librero portugués. En esta ocasión aparece como “ympresor de libros de molde”.9 Sin embargo, Gri¢n niega que Juan Pablos fuese una persona instruida, debido a que en ese mismo año no sabía escribir ni su propio nombre:10 era un artesano rudo, un empleado. Pablos vivió en la casa de los Cromberger y se convirtió en un técnico fiel y apreciado. Más adelante aprendió a firmar; los documentos que rubricó en Sevilla en vísperas de zarpar hacia México demuestran un trazo suelto y seguro. Cuando Juan Cromberger, alentado por el obispo fray Juan de Zumárraga y el virrey don Antonio de Mendoza, decidió establecer un taller de imprenta en la ciudad de México,11 escogió a Juan Pablos para que éste se hiciera cargo de la empresa y de paso cuidara otros intereses de la familia en la Nueva España. Juan Cromberger y Juan Pablos firmaron un convenio en Sevilla el 12 de junio de 1539,12 en él consta que el primero debía facilitar a su fa£or todo el material necesario para poner en marcha la imprenta: prensa, papel, tinta, letras y “...otros los aparejos que para la dicha arte fueren menester...”, entre los cuales estaban algunas planchas de madera con grabados decorativos, a los que el convenio se refiere como “figuras”. Una vez gastados los tipos, Juan Pablos, que no dominaba el arte de la fundición de letras, debía fundir y vender el metal empleado. También se le prohibió “...vender ninguna dellas ni figuras [grabados] ni otra cosa alguna de la dicha arte…”, evidentemente con el propósito de preservar el monopolio editorial en las Indias que disfrutaban los Cromberger e impedir la aparición de molestos competidores. Juan Pablos, además, se obligó a “...conponer letras…, e de hazer la tarea que es uso e costumbre de se fazer en esta çibdad de Sevilla, segun que la hacen los conponedores en la casa que vos el dicho Joan Cronverguer teneys en esta dicha çibdad de Sevilla...”. Esta declaración corrobora el hecho de que Pablos había trabajado en el taller sevillano y además, se entiende que su oficio era el de armar los textos en letra de plomo y dar forma a las páginas: ser lo que ahora llamaríamos el diseñador; es decir, era un cajista, pues reitera: “...yten, …que todo lo que conpusyere sea obligado a lo corregir bien e fielmente de manera que vaya muy bueno e bien corregido…”.


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En el convenio, Pablos se compromete a “...tener cuydado de administrar la prensa e que todavia aviendo que hazer trabaje y no pare… y buscare a la gente… para que me ayude…”. En casa de Pablos debía trabajar un hombre, “...qual vos el dicho Joan Coronverger me señalardes todo el tiempo de los dichos diez años…e que vos podays quitar este honbre e poner otro…”. Juan Pablos conocía la organización y el funcionamiento de la imprenta sevillana, e incluso la utilizaría como modelo para instalar el taller en el Nuevo Mundo; él mismo dice: “…y poner en ello [en la imprenta] toda la diligencia y trabajo que fuere menester para que la dicha prensa no pare y syenpre ande en su orden e conçierto como anda en Sevilla en la casa de vos el dicho Joan Cronverguer…”. Incluso, se comprometió a tirar “...tres mil pliegos cada dia como se faze en la dicha vuestra casa...”. Al respe£o, GriYn explica que esto se refiere a 3,000 impresiones, es decir, 1,500 pliegos impresos en ambas caras, es decir, la cuota diaria normal de una prensa de la época,13 aunque Juan Pascoe duda que Pablos haya podido cumplir su promesa.14 Durante la presente investigación, en atención a las cara£erísticas de los impresos y los grabados de Juan Pablos, hemos identificado cuatro etapas en el primer taller tipográfico en América.

13. GrYn, op. cit., p. 121. 14. Juan Pascoe, “Dos notas en torno a Juan Pablos”, en Casa del Tiempo, vol. IX , núm. 90, o£ubre de 1989.

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uan Pablos llegó a la capital de la Nueva España hacia septiembre de 1539,15 acompañado de su esposa, Jerónima Gutiérrez, de un prensista, Gil Barbero, y de un esclavo negro llamado Pedro, propiedad de Juan Cromberger. El taller se instaló en un solar llamado “casa de las campanas”, nombre descriptivo (no necesariamente un título formal) que el obispo fray Juan de Zumárraga daba a un sitio, propiedad suya, cercano a la catedral donde se habrían fundido sus campanas: “...e agora el dicho D. Fr. Juan de Zumárraga, nos hizo relación, diciendo que él compró una casa en la dicha ciudad de México, en que ha vivido y morado, que es junto a la iglesia mayor de la dicha ciudad, con otras dos casillas más, que una de ellas sirve de cárcel, y en la otra se han hecho e hacen campanas...” 16 En una carta al Emperador, fechada en abril de 1540, fray Juan de Zumárraga comenta su intención de donar sus propiedades al Hospital del Amor de Dios, y de paso menciona a la imprenta: “Yo quisiera a este que he edificado [el hospital] y suplico se me conceda poder aplicarla la casa de las campanas, que agora es de la imprenta y de la cárcel que

15. Agustín Millares Carlo y Julián Calvo conjeturan esta fecha por el tiempo transcurrido de que Juan Pablos firmó el contrato en junio de 1539 hasta su llegada al Nuevo Mundo e instalación del taller, op. cit., p. 23.

16. Véase el documento 1 del apéndice.


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4 17. Véase el documento 9 del apéndice.

18. García Icazbalceta, Fray Juan de Zumárraga, 1881, doc. 29, p. 141.

19. Francisco Cervantes de Salazar, México en 1554. Tres diálogos latinos. Traducción de Joaquín García Icazbalceta. Notas preliminares de Julio Jiménez Rueda. México, UNAM , 1939, p. 152.

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agora estoy edificando, porque primero era cárcel la que agora es hospital...” 17 Es probable que la imprenta se instalase en este sitio desde el momento en que llegara a la ciudad, pues sabemos que estuvo ahí en abril de 1540, seis meses después, y no se debe ignorar que las imprentas se componen de miles de piezas cuyo orden es preciso conservar, y además, las prensas son muy pesadas, con requerimientos técnicos en cuanto a su consolidación —puntales ajustables entre el sombrero de la prensa y la viguería del techo—, detalle que haría difícil su frecuente cambio. El 31 de mayo de 1541, fray Juan de Zumárraga logra hacer efe£iva su entrega de los solares. Dice: “Le hacemos donación de unos cuatro pares de casas que son y están en esta dicha ciudad…las cuales alindan con casas de Juan María, vecino de esta ciudad, por la una parte, y por la otra con casas de Martín de Zavala, y por delante la calle Real que va a salir junto a la esquina de dicho Hospital.” 18 Es posible que para entonces la imprenta tendría que haber encontrado otro sitio: ni el nombre de “casa de las campanas”, ni las indicaciones sobre la ubicación de la imprenta vuelven a aparecer en los documentos de la ciudad. Sobre la tipografía del libro de Francisco Cervantes de Salazar, Tres diálogos latinos, impreso por Juan Pablos en 1554, su admirador y discípulo Alfonso Gómez Alfaro (una máscara cómoda para el mismo autor) comenta que no se debe culpar al autor, “el profesor distinguido,” por no haber mejorado la calidad de la letra usada, porque otra letra “mejor” (se refiere, en su innecesaria vergüenza, a la primera letra redondilla tallada y fundida fuera de Europa) no existía y se hizo lo que se pudo, y además: “calcographicam o¢cinam nunque fuisse ingressum”, o sea: “que Cervantes Salazar jamás entró a la imprenta”.19 Esta revelación es lamentable, porque Cervantes Salazar, hombre culto y sensible, hizo descripciones valiosas sobre la arquite£ura y el ambiente del centro de la ciudad en el siglo XVI y ojalá hubiera considerado que la imprenta y los impresores fueran dignos de mencionar, así como lo hizo con los carpinteros, herreros, cerrajeros, zapateros, tejedores, barberos, panaderos, pintores, cinceladores, sastres, borceguineros, armeros, veleros, ballesteros, espaderos, biscocheros, pulperos y torneros. Incluso, Cervantes de Salazar describe las calles reales donde estuvo antiguamente la “casa de las campanas” y no menciona nada de la imprenta. En el siglo XIX , Joaquín García Icazbalceta interpretó los documentos que tenía a su alcance y decidió, sin prueba contundente, que la “casa de las campanas” estuvo en la a£ual esquina de Moneda y Licenciado Verdad, donde hoy se halla una placa que recoge la supo-


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sición, frente al costado norte del Palacio Nacional.20 La consulta de diversas fuentes llevó a Ramón Sánchez Flórez a poner en duda la afirmación de García Icazbalceta e incluso fijó con bastante precisión —no obstante un argumento no del todo claro— el lugar donde sí estuvo la citada “casa de las campanas”, en el número seis de la a£ual calle de Argentina, frente a las ruinas del Templo Mayor, en el predio contiguo al que hasta hace poco ocupó la Casa de las Ajaracas.21 Humberto Musacchio afirma que “alguna vez incluso se puso una placa que precisaba el primer domicilio de la imprenta mexicana; pero la placa y el edificio desaparecieron cuando ambas construcciones, seriamente afe£adas por los sismos de 1985, fueron demolidas por razones de seguridad”.22

Juan Pascoe ha propuesto la excavación del predio —esto aún es posible, al ir el presente volumen a la imprenta—, con el fin de resolver, de una vez por todas, las especulaciones sobre el primer sitio del primer taller tipográfico en México. Pascoe nos recuerda que las cajas de las imprentas guardan miles de piezas menudas de plomo fundido, entre cara£eres y espacios, y que los impresores suelen trabajar con apuro, olvidándose fácilmente de letras individuales o espacios caídos al piso; piezas que, con el trajinar diario, quedan perdidas entre las rendijas de los pisos. Y que si la imprenta de Juan Pablos realmente se

20. Sobre la historia de este predio, véase el artículo anónimo “La casa número diez de la calle Licenciado de Verdad”, en Casa del Tiempo, vol. IX, núm. 90. México, UAM, o£ubre de 1989, p. 30.

21. Ramón Sánchez Flórez, “Arqueología industrial en la ciudad de México en el siglo XVI ”, en Revista de la Asociación de la Ciencia y la Tecnología, núm. 1. México, 1988, pp. 19-35.

22. Humberto Musacchio, “Murió el historiador Ramón Sánchez Flórez”, en Reforma. México, Seccion 3C, “Cultura”, 2 de agosto de 2004.


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23. Juan Pascoe, “Typographicae”, en La Jornada. México, núm. 3706, 3 de enero de 1995, p. 37; y “Rescate de la Casa de las Campanas”, en La Jornada, México, sección “El Correo Ilustrado”, núm. 7682, 14 de enero de 2006, p. 2.

24. Anónimo, “Salen a la luz vestigios ocultos por 500 años”, en Reforma, México, sección 3C, “Cultura”, 24 de abril de 2006. Nota reproducida por Noticias. Oaxaca, Sección 4C, “Cultura”, 25 de abril de 2006. 25. José Álvaro Barrera Rivera, et al., “Hallazgo de lápida monumental con la representación de Tlaltecuhtli”, en Arqueología Mexicana, México, vol. XIV , núm. 83, enero-febrero de 2007.

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encontraba en el predio número 6 de la calle de Argentina, en alguno de sus pisos novohispanos, antes de llegar a las ruinas prehispánicas, podrían encontrarse, quizás, algunos espacios o cara£eres de imprenta. La oportunidad para resolver la incógnita, subraya Pascoe, es única, por ser poco probable que en nuestros tiempos vuelva a quedar sin construcción este predio.23 Precisamente, en marzo de 2006, el Fideicomiso del Centro Histórico y el Instituto Nacional de Antropología e Historia hicieron un descubrimiento arqueológico en el predio de Argentina 8, durante los trabajos de rescate de la Casa de las Ajaracas (los predios ahora pertenecen al Instituto Nacional de Antropología e Historia), donde se hallaron dos cabezas de serpientes empotradas en una plataforma del Templo Mayor 24 y una piedra inmensa, ofrenda a Tlaltecuhtli, diosa de la Tierra. Esperemos que se lleven a cabo también los trabajos arqueológicos del terreno colindante, el número 6 de la calle de Argentina, y pueda evidenciarse físicamente, quizás, el sitio donde estuvo ubicada la primera imprenta del Nuevo Mundo.25 A£ualmente, el predio de la antigua casa de las campanas luce como terreno baldío y podemos comparar cómo era con un detalle de un plano de la ciudad de México en el siglo XVI.


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VENEZUELA

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M O N T E D E P I E DA D

5 DE FEBRERO 20 DE NOVIEMBRE

Casa de las campanas A RG E N T I NA H O S P I TA L D E J E S Ú S

P I N O S UÁ R E Z

Casa de Juan Pablos E. CASTELLANOS

EL CARMEN

C O R R E O M AY O R

ACADEMIA L A S C RU C E S LORETO

L E O NA V I CA R I O T O PA C I O - S A N T Í S I M A

SAN ILDEFONSO

JUSTO SIERRA

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CORREGIDORA

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Sigvald Linné, El Valle y la Ciudad de México en 1550. Relación histórica fundada sobre un mapa geográfico, que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Uppsala, Suecia, Estocolmo, Museo Etnográfico de Suecia, nueva serie, núm. 9, 1948, p. 76, 77 y 83. [El plano muestra un solo edificio entre Seminario y Guatemala, cosa incierta: pero ahí en el segundo predio se situaba la casa de las Campanas. El solar permanente de Juan Pablos se encontraba en la esquina de Pino Suárez e Izazaga “en el barrio de San Pablo”, o sea, en la acera sur de la calle.] Esta imagen está retocada del original para ubicar las casas de Juan Pablos.


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Para identificar las casas de Juan Pablos, se retocó el plano original y se agregaron glosas.

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L Á M I NA 1 1 ‰ Manuel Romero de Terreros, La ciudad de México en 1749. Reproducción de un plano de la época. México, Editores Arte Mexicano, 1949.


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Metro Pino Suárez

Casa de Juan Pablos

Detalle de la esquina de “las calles rreales” (Pino Suárez) y la que “va a San Pablo” (Izazaga) en el año de 1749; en 1543 se le concesionó a Juan Pablos “vn solar para fazer casa” en esta esquina. Documento 13, en la página 183.

El edificio que se encuentra en la esquina sureste de las calles Pino Suárez e Izazaga. Foto del 15 de agosto de 2007.


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Existe el registro de que Juan Pablos recibió un solar en 1543 para hacer su casa en el barrio que se llamaba San Pablo, “en la calle que va de hazia el dicho San Pablo [en blanco] [tachado] al esquina linde con solar [en blanco] e con las calles reales...”.26 El Sr. Ramírez comenta: “Este solar se refiere al de arriba [mencionado en el documento], dado a Juan de Escobedo; y en éste se ponen por linderos en la traza de la ciudad a la parte de S. Pablo, en la calle que va de hacia el dicho S. Pablo a las espaldas del hospital del Trinidad”. Posiblemente es una confusión y se refiere al Hospital de Jesús. Una vez que el obispo Zumárraga donara la casa de las campanas, es probable que Juan Pablos tuviera que trasladar el taller, y sería lógico que lo instalara en su propio hogar, tal como se hacía en las casas de los impresores europeos donde era común que hubiera lugar para la imprenta. Jerónima Gutiérrez, una vez viuda, arrendó la prensa, letras, imágenes y cuatro ramas, tres de las cuales “están en casa de la otorgante”, es decir que la imprenta estaba en el mismo espacio que el hogar. Esta construcción sería una clásica casa urbana española: un zaguán que daba al patio principal (la imprenta y la librería ocuparían este patio), y un pasillo que daba a un patio secundario, la residencia de la familia de Pablos: su mujer y, con el paso del tiempo, los seis hijos: María de Figueroa, Alonso Gutiérrez, Juan Pablos, Elena, Hipólito e Isabel;27 el tercer patio sería donde vivirían los oficiales; al final quedaría el corral. Sobre estas casas de Juan Pablos existe un documento que precisa mejor la ubicación del solar dentro de la traza urbana de la ciudad de México. Se trata de una obligación de pago que hace Pedro Ocharte, el yerno de Pablos, en 1563, cuando este último había fallecido. El documento indica que estas casas estaban “en la calle que ba del rastro para la calçada de San Pablo, que tienen por linderos, de la una, casas de mí el dicho Françisco Arlite, y por la otra, casas y corrales de Diego de Silbera”.28 En 1565, Pedro Ocharte y su mujer, María de Figueroa, hija de Juan Pablos, vendieron “unas casas que nos avemos e tenemos en esta çibdad de México, en la calle que va del rastro [la a£ual calle de Pino Suárez] en esquina, que por otra parte tienen calle rreal que va a la yglesia de Sant Pablo a la calçada de Chapultepeque [la a£ual calle de Izazaga; la que más adelante desemboca en Arcos de Belén]...las quales casas fueron de Juan Pablos, ynpresor, padre de mí la dicha María de Figueroa”.29 Estos datos confirman que las prensas de Juan Pablos sí estuvieron en dicho predio, pues la viuda las rentó a Ocharte en ese mismo sitio.

26. Véase el documento 13 del apéndice.

27. Véase el documento 44 del apéndice.

28. Véase el documento 46 del apéndice.

29. Véase el documento 48 del apéndice.


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30. El 9 de septiembre agonizaba, así que debió haber muerto después de aquella fecha, pero no sabemos exa£amente cuándo.

31. Véase el documento 5 del apéndice.

2a. Letra capitular de encabezamiento. G. Manual de Adultos, 1540. II . 1G, f. 37 (?).

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Volvamos a la a£ividad del taller en el siglo XVI. En la casa debía haber una caja con dos llaves, una la tendría Juan Pablos y la otra, una persona nombrada por Cromberger. En ella se guardaba el dinero obtenido de las ganancias de la imprenta y, una vez juntados “cien castellanos”, Pablos debía enviarlos a los reinos de Castilla “en la primera nao que oviere en el puerto de la Nueva España”, junto con una relación de los impresos salidos de las prensas novohispanas con su precio de venta, así como un libro de cuentas de las ganancias y gastos. De 1539 hasta la primera mitad de 1546, los libros del taller tienen la indicación de haber sido impresos en la “casa de Juan Cromberger”, a pesar de que éste, su patrón, había muerto alrededor de septiembre de 1540,30 es decir, cuando Juan Pablos no llevaba siquiera un año de estancia en México. Seguramente, ello se debió a que entonces seguía en pie “la razón social de la casa de Juan Cromberger”, y eso era lo estipulado en el convenio: “...que en fin de cada libro se ponga fue ynpreso en la çibdad de Mexico en casa de Joan Coronberguer y que no ponga su nombre ni de otra persona alguna”.31 Juan Pascoe observa que Juan Cromberger entregó a Pablos: dos fuentes de letra gótica bien usada, que corresponderían a 12 y 14 puntos de ahora, y dos fuentes de letra gótica relativamente nueva, de 18 y 40 puntos; dos signos y un ornamento fundido y unas xilografías ya gastadas.

1a. Letra gótica, más o menos 12 puntos modernos. Dotrina breue muy prouechosa, 1543.

1b. Letra gótica, más o menos 14 puntos modernos. Colofón de Manual de Adultos, 1540.

1c. Letra gótica, más o menos 18 puntos modernos. Manual de Adultos, 1540.

1d. Letra gótica, más o menos 40 puntos modernos. Tripartito del christianissimo y consolatorio del do£or Juan Gerson, 1544.

2b. Letra capitular de encabezamiento. R. 2b. Regla Christiana, 1547. XII . 1R, f. 1.

3b. 3c. 3a. Dos signos (cruz y calderón) y un ornamento. Dotrina breue muy prouechosa, 1543.


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manual de adultos

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El impresor sevillano no colmó a Pablos de opciones, quería sacar beneficio de su inversión y sabía que tendría poco control sobre Pablos una vez instalado en el Nuevo Mundo. De acuerdo con Clive Gri¢n, Juan Cromberger nunca debió considerar que la introducción de la imprenta en México fuera un acontecimiento trascendental, y es poco probable que su ambición fuera llevar al Nuevo Mundo “los beneficios de la cultura impresa”;32 sin embargo, el proye£o le fue tan atra£ivo —debido a los beneficios “laterales”— como para invertir el dinero suficiente para inaugurar la sucursal mexicana. I

EL primer libro impreso por Juan Pablos es la Breve y mas compendiosa do£rina christiana en lengua mexicana y castellana, que contiene las cosas mas necesarias de nuestra san£a fe catholica, para el aprovechamiento destos indios naturales y salvacion de sus animas, con fecha de 1539. Este ejemplar se conoce únicamente por referencia.33

32. GriYn, op. cit., pp. 126 y 128. 33. El presente título está copiado por Joaquín García Izcabaleta de Cartas de Indias, p. 787. La referencia la hace en Bibliografía mexicana del siglo XVI, op. cit., p. 1; Medina, La imprenta, Enrique Wagner, Nueva bibliografía mexicana del siglo XVI . Suplemento a las bibliografías de don Joaquín García Icazbalceta, don José Toribio Medina y don Nicolás León. México, Polis, 1946, núm. 1, p. 61; Román Zulaica y Gárate, Los franciscanos y la imprenta en México en el siglo XVI. México, Pedro Robredo, 1939, pp. 30-31.

II

D E L primer impreso novohispano de existencia comprobada, Manual de adultos, impreso en 1540, sólo se han localizado dos hojas que se conservan en la Biblioteca Nacional de España: la primera tiene un poema en latín y el verso en blanco, y la segunda tiene una fe de erratas en español con un breve prefacio en latín y un colofón corto. No llevan grabados ilustrativos.

juan pascoe: EL poema comienza con una mayúscula de encabezamiento, una G, que la hace de C, tallada en madera. Esto pudiera señalar descuido, o bien, limitación material. El poema constituye un afortunado comienzo para la imprenta mexicana, demuestra una composición compa£a, sencilla y vistosa, con detalles sutiles a dos colores. Así, la primera página impresa novohispana (el poema describe el libro a leerse) supera una producción netamente comercial y es también un ejercicio de la imaginación tipográfica. En cambio, la fe de erratas es una vergüenza. Es una fuente de información sobre el tipógrafo y su edición, y por esa razón se lee con interés y atención, pero frente al mundo culto europeo, frente a la suprema capacidad artesanal del pueblo mexica que “el mundo europeo” estaba en proceso de destruir, frente a la posición de Juan Pablos como “el primer impresor en esta grande, insigne y muy leal ciudad de mexico” [así lo consigna el colofón de Consituciones del arzobispado y provincia de la


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muy insigne y muy leal ciudad de Tenuxtitlan Mexico de la nueva España. México, Juan Pablos, 1556.], hubiera sido mejor que no existiera esta constancia de trabajo mal hecho. La persona que vio el texto impreso y reda£ó las correcciones —no sabemos quién fue— prologa sus apuntes con una apología en latín, “Errata quæ parum attento obrepsere Typographo: tam ea quæ do£um le£orem oƒendere poterant: quam etiam quæ ineruditum atque morosum. Adeo sunt illa quidem minutula”, que en español quiere decir: “Errores que introdujo el poco cuidadoso tipógrafo; tanto así que los le£ores eruditos pudieran molestarse, como también los pocos educados o morosos. De tal manera son las cosas de verdad menores”. Las correcciones están escritas en español, y entendemos así que el texto mismo fue escrito en español y en la Nueva España: “y en la I faz de la 2 hoja en el renglon 19 dice desta nueua España: ha de dezir desta nueua españa deste nueuo mundo”. La mayor parte de las correcciones son minucias: “donde dize Enesse lee eneste”, “donde dize de la Resurre£ion: lee de resurreccion”, “donde dize En el dilatar: lee en lo dilatar”. También se observan adiciones: “donde dize Paulo tertio añadase luego adelante inmediate y diga”. García Icazbalceta dice que “los versos latinos declaran que el Sr. D. Vasco de Quiroga ordenó este libro”, y nos preguntamos si fue él quien hizo la fe de erratas o fue el presbítero Pedro de Logroño, quien escribió una curiosa carta que dirigió al rey desde las Minas de Zacatecas, a 10 de febrero de 1567: “Hize, yo el primero y no otro, el Manual de los adultos para bautizar, por orden y nota del obispo de Mechuacan”. [Véase Cartas de Indias. p. 251. Cfr. García Icazbalceta, Bibliografía mexicana, op. cit., p. 60.]


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t e r r e m o t o e n g uat e m a l a

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[3] [A D J U D I C A C I Ó N D U D O S A ] [RELACIÓN del espantable terremoto que agora nuevamente ha acontecido en la cibdad de Guatimala: es cosa de grande admiracion y de grande exemplo para que todos nos enmendemos de nuestros pecados y estemos aprescibidos para quando Dios fuere servido de nos llamar] aparece en la bibliografía de García Icazbalceta como el tercer impreso mexicano, atribuido al año 1541. Este autor no conoció el folleto que consta de cuatro hojas en tamaño cuarto, sino que registró la noticia de este impreso por la comunicación que le envió don Francisco González Vera desde Madrid y citó el supuesto colofón: “Fue impressa en la gran çibdad de Mexico en casa de

Cruz, cuerpo de 24 puntos.

Calderón, cuerpo de 24 puntos.

Portada.


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34. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., p. 62.

35. Wagner, op. cit., p. 66. 36. Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1944, vol. I.

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Ioan Cromberger año de mill y quinientos y quarenta y vno”. Además, García Icazbalceta informó que la misma Relación se imprimió en España, sin conocer el lugar de edición ni la fecha y que había sido reproducida en fotolitografía por José Sancho Rayón en Madrid, quien le había regalado un ejemplar.34 Por su parte, Enrique Wagner trató de consultar la impresión mexicana en la Biblioteca Nacional de España en 1922, pero no logró verla; a pesar de ello, en su obra incluyó una reproducción de la portada.35 La edición facsimilar fue reproducida en la Colección de incunables americanos.36

pascoe: Al revisar una copia del impreso observo que ninguno de los grabados que forman la orla de este frontispicio vuelve a verse en los impresos de Juan Pablos, tampoco la letra ornamental con la que comienza el texto se utiliza en Nueva España; además, la colocación de la palabra “guatimala”, al comienzo, y el nombre del autor, al final, son toques de gracia tipográfica, conciencia del efe£o dramático del espacio, que no se observa en los primeros trabajos de Juan Pablos, y además la circunstancia misteriosa del paradero de este folleto novohispano permite sospechar que el colofón es apócrifo. Esta opinión se complementa con la afirmación de Agustín Millares Carlo de que todas las reproducciones facsimilares que se han hecho de este texto pertenecen a la edición española y, efe£ivamente, la descripción que hace del título hispano corresponde a la que consigna Wagner y difiere de la transcrita por García Icazbalceta. De esta manera, las pocas páginas conocidas del Manual de adultos constituyen la única muestra conocida del trabajo de Gil Barbero, el prensista que hizo un contrato por tres años y cumpliría con los términos establecidos en 1542. Ni la cantidad de impresos existentes producidos después de su regreso a España, ni la calidad de la producción indican que trabajaran en el taller más personas que Pablos mismo y Pedro, el esclavo negro, y con una sola prensa. A partir de este momento, se puede distinguir una segunda etapa en el taller de Juan Pablos.


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s e gu n da eta pa : 15 4 2 -155 0 . j ua n pa bl o s y e l e s c l avo p e d ro, su ay u da nt e

J

ua n Pa bl o s tuvo por costumbre enmarcar sus primeros frontispicios con orlas o tiras de grabados llenas de fantasía, cuyos motivos variaban: hojarascas, floreros, columnas, jarrones, roleos, animales fantásticos, cabezas de personajes, máscaras, entre otros elementos. Las orlas provenían de España y solían estar compuestas por piezas heterogéneas, que se colocaban de manera indistinta y desigual. Clive Gri¢n asegura que estas piezas, en muchos casos, originariamente formaban parte de marcos cuadrangulares que los primeros impresores sevillanos cortaron en secciones para facilitar su uso variado.37 Las orlas utilizadas por Pablos habían pertenecido a varias imprentas sevillanas: así, en la época incunabular, a los Cuatro Compañeros Alemanes, al taller de Meinardo Ungut y Estanislao Polono y, en los albores del siglo XVI, a Jacobo Cromberger y su hijo Juan. Los primeros impresos de Pablos muestran una similitud en la decoración a los de Cromberger, se aprecia la influencia del taller sevillano donde trabajó antes de su llegada a México, tal y como lo corrobora un documento de 1532 38 en el que Pablos declara vivir en casa de los Cromberger en la colación de San Isidoro y autoriza a un funcionario cobrar su sueldo. III

E N 1543, Juan Pablos imprimó la primera obra de fray Juan de Zumárraga (O. F. M.): Dotrina breve muy provechosa de las cosas que pertenecen a la fe catholica y a nuestra cristiandad en estilo llano para comun inteligencia, cuyo colofón indica: “Imprimiose en esta gran ciudad de Tenuchtitlan Mexico desta nueva España: en casa de Juan Cromberger por mandado del mismo señor obispo Don fray Juan Zumarraga y a su costa...”. La portada se compone por varias orlas y el primer grabado ilustrativo que aparece en México, el timbre exterior de un escudo de armas episcopal, llamado capelo con borlas, con el espacio recortado que habría ocupado el escudo original, espacio que más tarde serviría para colocar imágenes varias (fig. 1). La parte superior del grabado presenta unos arcos

37. Gri¢n, Los Cromberger, op. cit., pp. 258-259.

38. APS , Oficio IV, Libro 1 de 1532. Sin foliar. Citado por Gri¢n, Los Cromberger, op. cit., p. 12.


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39. Gri¢n, The Crombergers, op. cit., OM 303 y 305.

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festonados a la manera flamígera, utilizados comúnmente en la arquite£ura gótica. Dicho arco está sostenido por una ménsula decorada con varias molduras. Debajo de este enmarque se presenta un capelo con diez borlas de cada lado, lo que alude al rango de arzobispo. Esta plancha del sombrerete había sido utilizada en Sevilla por Juan Cromberger en 1529 en un misal y un breviario.39 En conjunto, la composición de este frontispicio novohispano es armónica y equilibrada, se aprecia un deseo de simetría, a pesar de que los trozos de las orlas no son iguales ni simétricos de un lado y otro. A detalle notamos que la orla del lado izquierdo (orla III.5), que representa floreros con guirnaldas, no concuerda con el grueso ni el tamaño que las dos elegidas en el extremo derecho (orlas III.6 y III.7); es más, de este lado, un pedazo de orla está colocado sobre otra del mismo grueso, pero con diferente diseño para lograr el mismo efe£o

I I I .2.

Fig. 1. Capelo con borlas. I I I . 1.

I I I . 4.

I I I . 7.

I I I . 3.

I I I . 6.

I I I . 5.


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tripartito

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de tamaño que la orla izquierda. La orla III.7 formaba parte de un marco cuadrangular, pues sus extremos están recortados, lo que supone que se colocaba del lado izquierdo, aunque en el caso de la portada novohispana se ubicó en el derecho. En realidad, todas las orlas utilizadas por Juan Pablos eran trozos de placas más completas, pues en sus extremos se notan los cortes. Cabe destacar que la plancha del friso superior de este frontispicio corresponde a una composición vertical (orla III.1) y se colocó horizontalmente aunque, estéticamente, la orla se acomoda a la estru£ura armónica de la portada. Se aprecia un individuo arrodillado y de la tierra sale un tallo con hojas, sobre las que se monta un personaje con un florero en la cabeza, en cuyas flores posa un ave. Una franja de hojarascas está colocada debajo de la anterior y es interesante que Pablos utilizara catorce adornos tipográficos que coinciden unos con otros para formar una rama ondulante. Bajo esta franja está dispuesta simétricamente otra orla de una sola pieza con hojas de acanto (orla III.2). Para remarcar la parte inferior del grabado central, se colocaron adornos en forma de cruz en grupos de seis que armonizan la composición y alargan visualmente la orla central de la parte inferior que representa un querubín entre hojas de acanto (orla III.3). Para cerrar la composición, Pablos utilizó un fragmento de una orla de una rama ondulada con frutos que originalmente debió formar parte de mismo marco de la plancha que está colocada en la calle derecha (orla III.4).

IV

O T R O de los frontispicios novohispanos que ostenta trozos de orlas es el Tripartito del christianissimo y consolatorio do£or Juan Gerson de do£rina christiana... Traduzido de latin en lengua castellana para el bien de muchos necessario, impreso por Juan Pablos en 1544. En la parte superior, se colocaron dos placas distintas, pero del mismo grosor para ofrecer una apariencia semejante (orlas IV.1 y IV.2). Debajo de estas orlas horizontales, volvieron a ponerse los adornos tipográficos que forman la rama


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I V.2.

I V.1.

IV.3.

IV .5.

IV .6.

40. James Hall, Diccionario de temas simbólicos y artísticos. Madrid, Alianza, 1987, p. 168.

Fig. 2. San Ildefonso.

I V.4.

ondulante, aunque interrumpidas al centro por tres pequeñas cruces. El mismo diseño de la rama ondulante se repite en la parte inferior de la composición. Verticalmente, del lado izquierdo, se aprecia un ornamento vegetal en el que se enreda un personaje humano en la parte inferior y, en la superior, destaca un querubín con tres pares de alas (orla IV.5). En el lado opuesto, se colocó una orla más delgada que la anterior con hojas de acanto (orla IV.6). Dos planchas del mismo tamaño integran el registro inferior de la composición y, visualmente, semejan ser una sola. La placa del lado derecho es un trozo recortado con hojarascas (orla IV.3) y la otra contiene acantos de los que salen dos monos y al centro una corona con las letras IHS sostenida por dos ángeles (orla IV.4). A la vuelta de la portada se aprecia un grabado de la aparición de la madre de Dios a san Ildefonso (fig. 2). La leyenda narra que éste vio a la Virgen acompañada de ángeles.40 Al acercarse hacia ella, María le colocó una casulla de origen celeste. La imagen usada por Juan Pablos es una composición sencilla de rasgos primitivos, los personajes remiten a una influencia de los grabados medievales, principalmente por los pliegues de las vestiduras y la ondulación de los cabellos de las mujeres. La Virgen viste un atuendo de reina, un hábito largo con capa y una corona, rematada en una cruz. San Ildefonso, hincado con las manos unidas, está postrado frente a la madre de Dios. Cuatro personajes femeninos se aprecian en segundo plano, uno de ellos lleva una palma del martirio y las otras mujeres portan elementos de la indumentaria litúrgica del obispo: una mitra, la casulla, un báculo y un libro. Esta imagen, dice García Icazbalceta, “es el grabado más antiguo (composición de figuras) que se encuentra en los libros impresos en México”, y agrega que la edición mexicana fue una copia exa£a de la impresión de Toledo,


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en casa de Ramón Petras, en 1526, pues “las dos ediciones se corresponden página por página, y casi línea a línea”, aunque no concuerdan las imágenes. Manuel Romero de Terreros reproduce el grabado y la opinión de Justino Fernández: “por su magnífica fa£ura es de calidad europea”,41 pero no indica dónde fue impreso el grabado antes de la edición de Pablos.

41. Romero de Terreros, Grabados y grabadores, op. cit., p. 25.

V / VI

E N 1544, Pablos imprimió dos ediciones de Este es un compendio breve que tra£a de la manera de como se han de hazer las processiones, compuesto por Dionisio Richel, cartujano. Ninguna de las dos contienen grabados, ni lucen portadas decorativas; los prólogos comienzan inmediatamente después del título y nombre del autor, enfatizados por aparecer en un tamaño de letra mayor que el del texto.

V/VI. 1A; V/VI. g1E; V/VI. g1S.

PASCOE : Se trata de un folleto de 12 páginas,

sin portada y el título al principio de la primera hoja. El texto comienza en seguida, encabezado por esta S gótica. Véase portada en la p. 174.

VII

E N el mismo año, Juan Pablos sacó a la luz la Dotrina christiana para instrucion & informacion de los indios: por manera de hystoria, de fray Pedro de Córdoba, cuya portada está adornada con orlas,42 cuatro cara£eres con dos ornamentos y sin grabados ilustrativos.

42. Véase portada en la p. 175. Orlas: IV.1, IV.2, IV.3, IV.4, IV.5, IV.6.

VIII

E X I S T E N indicios de que antes de 1545 se imprimió una do£rina cristiana en lengua mixteca.43 En un escrito del 18 de julio de 1545, don Domingo de Guzmán, cacique de Yanhuitlán, aseguró que: “sé muy bien la do£rina christiana, el Pater Noster, y el Ave María y el Credo y la Salve Regina y los artículos de la fe, de la forma y manera que está impreso en la lengua mixteca”.44 Agustín Dávila Padilla informa que “Diego de Santa María, que fue Provincial, imprimió en lengua Mixteca la Do£rina cristiana, y las Epístolas y Evangelios, que fue la luz que han tenido los predicadores de aquella nación”.45 Un documento de 1569 del Archivo General de Indias reafirma lo anterior:46 “El año de 1547 se tuvo Capitulo Provincial aqui en Mexico, y fue ele£o en el por Prouincial el sobredicho padre fray Diego de Santa Maria, hijo desta prouincia. Este religioso fue la primera lengua que hubo en nacion misteca”. Por su parte, fray Francisco de Burgoa (O. P.) indica que fray Domingo de Santa María* (O. P.): “aprendió la lengua Mizteca, y compuso en ella la Do£rina Christiana, con admirables rudimentos, y advertencias, para enseñarles a estos pobres, que estaba en ayunas por

43. Agradezco a Sebastian van Doesburg los datos sobre esta Do£rina cristiana en lengua mixteca de la que no se conocen ejemplares.

44. Proceso por idolatría al cacique, gobernadores y sacerdotes de Yanhuitlán, 1544-1546. Estudio y paleografía de María Teresa Sepúlveda y Herrera. México, INAH , 1999, p. 239. 45. Dávila Padilla, op. cit., fol. 653. 46. Colección de documentos inéditos del Real Archivo de Indias. Compilación de Joaquín F. Pacheco, Francisco de Cárdenas y Luis Torres de Mendoza. Madrid, Imprenta de Manuel B. de Quirós, 1886, vol. V, pp. 462, 465 y 447-448. *Michael Swanton observa que Diego de Santa María y Domingo de Santa María son la misma persona, pues el segundo fue provincial dos veces y no se conoce ningún provincial de nombre Diego.


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22 47. Francisco de Burgoa (O. P.), Geográfica descripción de la parte Septentrional del Polo Artico de la América, y Nueva Iglesia de las Indias Occidentales, y sitio astronómico desta Provincia de Predicadores de Antequera Valle de Oaxaca. México, Imprenta de Juan Ruiz, 1674. Edición facsimilar, México, Miguel Ángel Porrúa, 1997, t. I, p. 133. 48. AGI , Patronato, 184.

49. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., p. 40.

50. Ibidem, p. 70. 51. Véase p. 176, orlas: IV .5 y IV .6.

Fig. 3. El obispo imparte la bendición.

Fig. 4. La bendición de un fraile. 52. Véase la edición facsimilar Retórica Cristiana. México, FCE , 1989, pp. 465, 488 y 489.

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no haber quién les desmenuzase el pan de su enseñanza… y dióse luego a la imprenta…”.47 Asimismo, Juan López de Zárate, consagrado primer obispo de Oaxaca en 1537, escribió en una carta dirigida al rey: “…aunque ellos [los dominicos] hazen lo que pueden en la conversion y do£rina y deprenden las lenguas y an hecho dos cartillas una en zapoteca y otra de la lengua mixteca y con ellos y su do£rina an aprouechado mucho”.48 Cabe destacar que García Icazbalceta se sorprendió de que muchas ediciones mexicanas del siglo XVI hubieran desaparecido y dice con nostalgia que de algunas han quedado noticias más o menos vagas de su existencia y precisamente menciona que fray Domingo de Santa María dio a la imprenta un Arte de la lengua mixteca, citando la fuente del padre Burgoa.49 IX

H A C I A 1545 y 1546 [el libro va sin fecha de impresión], Juan Pablos imprimió otra obra de Zumárraga, Do£rina cristiana: en que en suma se contiene todo lo principal y necessario que el cristiano deve saber y obrar...,50 la cual tiene una portada decorada con orlas51 y se incluyen dos grabados, el capelo antes citado (fig. 1) y otro que representa la bendición de un obispo a un grupo de indígenas (fig. 3) que, al parecer, es una de las primeras imágenes realizadas en la Nueva España. Desde fechas tempranas, los primeros libros novohispanos presentan imágenes para facilitar la evangelización de los indígenas; éstos, al verse representados en los grabados, sentirían que además de formar parte de la labor do£rinal, estaban integrados a la nueva religión. La temática de este tipo de planchas debía adecuarse a una necesidad local, especialmente para obras de catequesis, lo que nos sugiere que debieron realizarse en la Nueva España, pues reflejan la labor misionera de los frailes y la conversión de los indígenas. La figura 3 representa a un obispo revestido con mitra y báculo bendiciendo a un grupo de fieles que, por su vestimenta, parecen ser indígenas arrodillados. Cabe destacar que el franciscano Diego Valadés representa a los naturales con una vestimenta muy parecida en la Rhetorica christiana (lám. III).52 Los folios 28r y 63v de la Do£rina cristiana: en que en suma se contiene..., incluyen otro pequeño grabado que representa la bendición de un fraile a un fiel postrado ante él (fig. 4). Al igual que la figura 3, estas dos imágenes son de fa£ura tosca y sencilla, de tamaño similar, enmarcadas con un doble marco y parecen haber sido concebidas por la mano del mismo autor.


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r h e t or i c a c h r i s t i a n a

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Fr. Diego Valadés, Rhetorica christiana. Perugia (Italia), 1579.

L Á M I NA I I I ‰


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j ua n pa b l o s X

53. Fray Jerónimo de Mendieta ( O.F.M. ), Historia eclesiástica indiana. México, Porrúa, Libro IV, cap. 44, 1980; García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., núm. 10 (10), pp. 71-73, en ellas describe su ejemplar manuscrito del Códice franciscano, publicado en 1899, pp. 34-61; Medina, op. cit, t. I, núm. 11, pp. 30-33; Zulaica, Los franciscanos, op. cit., pp. 15-350. Wagner atribuye a este libro cuatro hojas existentes en la Biblioteca de la Hispanic Society of America (Nueva York), véase Wagner, op. cit., núm. 10, pp. 85-88. Desgraciadamente no pude consultarlas ya que el bibliotecario no las encontró.

Fig. 1 b.

54. Véase la portada de este libro en la p. 177.

55. Traducción que hicieron los señores Gayangos y Vedia de la Historia de la literatura española de Ticknor, t. III, p. 519. Cfr. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., p. 77.

F R AY Jerónimo de Mendieta da noticia de una Do£rina christiana breue traduzida en lengua mexicana, realizada por el franciscano Alonso de Molina, impresa en México en 1546, pero no se ha encontrado ningún ejemplar.53 XI

D E S D E fechas tempranas observamos que en el taller de Pablos también se retocaron grabados. Esto se observa, por ejemplo, en las transformaciones que sufrió el capelo que apareció por primera ocasión en 1543. Cuando éste vuelve a usarse, en la Do£rina cristiana: en que en suma se contiene… (1545-1546), anteriormente mencionada y en otra Do£rina cristiana: mas cierta y verdadera para gente sin erudicion y letras: en que se contiene el catecismo o informacion para indios con todo lo principal y necessario que el christiano deve saber y obrar (1546), se encuentra que el marco cóncavo que rodeaba el escudo original ya no está completo, sino que la curva que unía las dos líneas casi paralelas, ha desaparecido para permitir la introducción no solamente de un grabado (fig. 3), sino de letra también.54 12 [12] H AY noticias de una obra impresa de un autor nombrado “el padre Las Cassas”, en el mismo año de 1546: Cancionero spiritual: en que se contienen obras muy provechosas e edificantes: en particular unas coplas muy devotas en loor de nuestro señor Iesu Christo y de la sacratissima virgen Maria su madre: con una farsa intitulada el judicio final. Joaquín García Icazbalceta registra este título a pesar de no haber visto el ejemplar original que encontró citado de manera abreviada en una Historia de la literatura española.55 Más tarde recibió de Madrid una copia fotolitográfica con una papeleta manuscrita de don Francisco González de Vera, a quien don Joaquín admiraba por “la veracidad y conocida inteligencia del escritor”, en la que consta el título y el colofón: “Fue impressa la presente obra por Juan pablos Lombardo pri-


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nuevo vergel

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mero impresor en esta insigne y leal ciudad de Mexico de la nueua España…”, lo que resultaba suficiente prueba para incluir este impreso en su Bibiografía, aunque manifestó las “graves dudas” que tenía, principalmente porque el señor Vera no indicó en dónde había visto ese libro. Henry Harrisse, según Wagner, dudó de su autenticidad y afirmó que se trataba de un engaño.56

56. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., núm. 12(12), pp. 76-78; Medina, op. cit., t. I, núm. 9, p. 26; Wagner, op. cit., núm. 12, pp. 93-94.

12 [13] [E D I C I Ó N N O A D J U D I C A B L E A J UA N PA B L O S ] E x i st e un opúsculo de Diego Bernal de las Indias: Nuevo vergel de olorosas flores sembradas por la muerte dolorida y cogidas por la trabajosa vida, que indica haber sido impreso por Juan Pablos en 1546. Agustín Millares Carlo considera que “las cara£erísticas formales de este impreso, su asunto y la carencia de noticias de su autor parecen abonar la idea de que se trata de una mistificación hecha no se sabe por quién ni con qué motivos”,57 ade- 57. Véase Matilde López Serrano y Francisco Tolsada, Exposición histórica del libro. Un más considera que “las dos primeras milenio del libro español. Guía del visitante. Madrid, 1952, núm. 816, p. 141. Cfr. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., pp. 510-511; Agustín Millares Carlo, “Dos datos nuevos partes son otras tantas composicio- para la historia de la imprenta en México en el siglo XVI”, en Revista de Filología nes poéticas de calidad menos que Hispánica, VII , núms. 3-4, 1953, p. 706. mediocre, escritas en décimas”. 58 58. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., pp. 510-511. Al parecer, existen dos ejemplares de este libro, uno pertenece a la familia Porrúa Turanzas y otro está en la Biblioteca Nacional de España.59 59. Ibidem, p. 510. Este último ha sido consultado para esta investigación y su rareza sorprende porque está impreso sobre papel hecho a mano con rusticidad, de alguna fibra natural, distinto al algodón o lino común en los papeles europeos; al parecer, es el segundo de este tipo que ha sido identificado. En un principio nos preguntamos: ¿sería que la falta de papel en la Nueva España llevó a Pablos a utilizar un soporte de fibras elaborado artesanalmente…? Recordemos el incidente de 1953, cuando don Francisco Vindel, conocido por sus interesantes trabajos sobre investigación bibliográfica, pronunció una conferencia en la que dio a conocer un pequeño libro en 32º, de 16 hojas, ilustrado con 15 xilografías, titulado: La manera que se ha de tener en rezar los quince misterios del rosario; era, según él, el primer impreso en América y lo atribuyó a las prensas de un naipero que pasó a las Indias en 1531, acompañando a Pedro Varela, hijo del impresor sevillano Juan Varela de Salamanca. En el mismo año, Vindel publicó: El primer libro impreso en América fue para el rezo del santo rosario (México, 1532-1535). Madrid, 1953. La Academia Mexicana de la Historia y Juan B. Iguíniz, don Alberto María Carreño y don Federico Gómez de Orozco emitieron un informe con sus opiniones en contra de


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26 60. Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, vol. XIII , núm. 1, eneromarzo, 1954, pp. 5-43. Cfr. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., p. 510.

61. Ibidem.

62. Francisco Vindel, En papel de fabricación azteca fue impreso el primer libro en América. (Apuntes que comprueban la falta de veracidad en un di£amen de la Academia Mexicana de la Historia). Madrid, Talleres Tipográficos de Góngora, 1956, p. 11 y sigs. Agradezco a Liborio Villagómez haberme enviado copia del ejemplar que se conserva en la BNM . Véase también en Francisco Vindel, Mis memorias bibliográficas (1922-1960). Madrid, Asociación Bibliográfica Hispánica, 1993.

63. Bodil Christensen y Samuel Martí, Brujerías y papel precolombino. México, Ediciones Euroamericanas, 1988, p. 53.

64. Véase el documento 2 del apéndice.

65. María Cristina Sánchez Bueno de Bonfil, El papel del papel en la Nueva España. México, INAH , 1993, pp. 18-22.

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Vindel.60 Agustín Millares Carlo, después de leer el prólogo que acompaña a la citada edición facsimilar, observa: “no hemos conseguido descubrir ninguna prueba fehaciente sobre los cuatro puntos fundamentales objeto de discusión —lugar de impresión, tipógrafo, año de publicación y autor”. 61 Sin embargo, es interesante que en 1956, Vindel publicó los resultados de un análisis clínico del soporte del impreso que consideraba “el primero en América” y concluyó que fue “fabricado con la corteza de los árboles de la familia de las Moráceas”,62 una fibra usada por los aztecas, precisamente, para hacer papel. Durante la época prehispánica, el papel era un produ£o apreciado. Algunos códices muestran que se empleaba en ciertas ceremonias como objeto de ofrenda, se utilizaba para revestir las estatuas de los dioses y formaba parte del atuendo de los sacerdotes o servía para decorar a las ví£imas del sacrificio. También se utilizó para la elaboración de libros y durante el reinado de Mo£ezuma II sirvió como un importante tributo. El Códice mendocino, uno de los libros en que se anotaron las contribuciones que recibían los aztecas de otros pueblos, identifica cuarenta y dos centros de fabricación de papel y anota que sólo dos poblaciones pagaban un tributo anual de casi medio millón de hojas de papel.63 Desde 1533, el primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga, presentó un memorial al Consejo de Indias en el que manifestaba: “...parece seria cosa muy util y convenyente aver alla enprenta y molino de papel...”. 64 El taller tipográfico y la producción del papel eran necesarios para la evangelización en el Nuevo Mundo. El taller se estableció con la llegada de Juan Pablos. La gran producción editorial de impresos a lo largo del Virreinato se realizó en papel importado de Europa que, además de caro, era muy escaso. El uso del papel indígena disminuyó y, poco a poco, se sustituyó por el fabricado “de hilo”, delgado y de textura más fina, que era principalmente fabricado en Italia o en España y se vendía empaquetado por “resmas”, es decir, un conjunto de veinte manos de papel, o sea, cinco cuadernillos. El papel que llegaba a la Nueva España era de diferentes clases y calidades. En varios documentos de la época colonial se mencionan: el “común”; el “superior de Cataluña”, que seguramente venía del Valle de Capellades; el “florete”; el de “Valencia” que, al parecer, “era de pésima calidad, mal batido y expansivo”; el “azul”, especial contra la polilla; el papel de “marca o marquilla”, y el papel delgado y flexible, útil para cigarrillos.65


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No sabemos de la existencia de algún molino de papel en México alrededor de 1546, supuesta fecha en que Juan Pablos imprimió el Nuevo vergel. Es hasta el 20 de junio de 1575 que se conoce una real cédula de la cual se desprende que Hernán Sánchez de Muñón y Juan Cornejo aseguraron haber sido los primeros descubridores e inventores “de cierto material de que hacer papel en abundancia”.66 Obtuvieron en exclusiva por veinte años la fabricación de su papel y su comercio comprendió las vastas posesiones hispánicas en ultramar. Sin embargo, no se sabe cuál sería ese “cierto material” que descubrieron, pues el documento no informa el detalle. En la Relación geográfica de Culhuacán de 1580 se asienta que “...ay en el dicho pueblo un molino y batan en que se haze papel” 67 y es la fuente más antigua que cita un establecimiento en que se elaboró papel en el continente americano. Sin embargo, desde años anteriores, la manufa£ura de papel en la Nueva España debió hacerse también en una pila en forma manual. En un principio pensamos que quizá, en 1546, hubiera carestía de papel europeo en la Nueva España y Juan Pablos, deseoso de imprimir el Nuevo vergel, se valió de un papel de alguna fibra fabricado ahí mismo. Desafortunadamente no hemos analizado químicamente la composición ni la antigüedad de dicho soporte. Dicho análisis sería de amplio valor. En la portada del opúsculo se colocaron seis planchas distintas. La superior (a) presenta, al centro, a la Virgen inmaculada custodiada por dos torres que, al parecer, aluden a la Giralda, el alminar o torre de la antigua mezquita almohade de Sevilla. Un arco corona la escena y lleva la siguiente inscripción: zancta et inmaculata virginitas qvibuz te lavdibuz, que responde a una parte del responsorio las lecciones de las maitinas y dice: “Santa e inmaculada virginidad, no sé como alabarte”. Dos escudos flanquean la imagen, uno eclesiástico del papa Clemente VII (1523-1534), que lleva la tiara y las llaves de San Pedro, y cabe destacar que el papa murió antes de la fecha de esta supuesta impresión. El otro escudo es el

66. AGN, Boletín, t. VII , núm. 3, 1936. Cfr. Hans Lenz, Historia del papel en México y cosas relacionadas: 1525-1950. México, Miguel Ángel Porrúa, 2001, p. 73.

67. Ibidem, p. 81. La Relación se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Texas. “Relación de Culhuacán”, edición de René Acuña, en Relaciones geográficas del siglo XVI, vol 7, México (tomo segundo). México, IIA, UNAM, 1986.


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[a]

[b]

68. Proberbios de Íñigo López de Mendoza, de los que publicó ocho ediciones entre 1509 y 1548. Véanse las ilustraciones en la edición inglesa de GriYn, op. cit., p. 1610. El grabado original también se aprecia en La vida y excelentes dichos de los mas sabios filosofos que se vio en este mundo de Fernando Díaz. Véase en las ilustraciones de GriYn, op. cit., p. 1626. 69. En 1558, el Cabildo de la Catedral de Sevilla acordó remodelar el remate de la torre con un campanario y encomendó la obra al arquite£o Hernán Ruiz II . Dato tomado de internet: www.hispalis.net/turismo_y_cultura/ monumentos/catedral/la_giralda.phtml.

del rey de España. En la parte inferior, se aprecia una plancha (lám. [b ]) que es una copia burda de la que había sido utilizada por Juan Cromberger,68 se trata de una orla en la que dos seres fantásticos con cuerpo de serpiente y rostro de un animal marino sostienen una cartela que se enrolla sobre sí misma. Los grabados laterales son fragmentos de pilares colocados para dar la impresión de una ligera perspe£iva; llevan colgados dos blasones, el del lado izquierdo es el escudo heráldico de la familia Pérez de Guzmán, duques de Medina Sidonia (lám. [c ]) y, del lado derecho, la Giralda con el remate de una espadaña (lám. [d ]).69 El grabado central, (lám. [e ]), que representa la comunión de los santos, fue utilizado por Pedro Ocharte, en una versión nuevamente tallada, treinta y dos años después de la fecha en que está datado el opúsculo, en el folio 27v de la Do£rina christiana en lengua mexicana de fray Alonso de Molina, impresa en 1578. En el folio 4v del Nuevo vergel se aprecia una plancha muy desgastada de la Asunción de la Virgen María rodeada por cuatro ángeles (lám. [f]), similar a otra que utilizó el impresor sevillano Bartolomé Pérez en 1534 en el frontispicio de la Verdadera relacion de la conquista del Peru de Francisco de [c]

[d]


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[e] La comunión de los santos.

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Grabado utilizado por Pedro Ocharte en 1578.

Xerez.70 El mismo Pérez utilizó adornos tipográficos similares, o iguales a los que se aprecian en el Nuevo vergel y que, colocados en forma consecutiva, formaron las líneas para dividir el registro superior de las calles centrales, es decir, las pequeñas orlas que se colocaron sobre las pilastras. Cabe destacar que el ejemplar supuestamente atribuido a Pablos está decorado con otras orlas que, hasta donde hemos sabido, no volvieron a utilizarse después y tampoco hemos podido localizar su procedencia (orlas [g-m ]). Al respe£o de este “tan extraño opúsculo”, Millares Carlo dice que “lo más sorprendente del caso es que mucho antes de su aparente data fue publicada por lo menos una edición idéntica del mismo: ‘…en Sevilla: en casa de Bartholomé pérez. en el mes de junio. Año M.D.XXX .iiij’ ”.71 Sin duda, es sorprendente.

70. Julie Greer Johnson, The Book in the Americas. The Role of Books & Printing in the Development of Culture & Society in Colonial Latin America. Catalogue of an Exhibition. Providence, Rhode Island, The John Carter Brown Library, 1988, pp. viii y 52. Curiosamente, en esta portada se repite el diseño, pero con otra plancha distinta, de los escudos superiores del Nuevo vergel, es decir, el papal y el real de España. 71. Este ejemplar se conseva en la Biblioteca Nacional del España, R. 3973; desafortunadamente no hemos consultado el libro para compararlo. Este dato está tomado de las “Adiciones y correcciones” de Millares Carlo a la obra de García Icazbalceta, op. cit., p. 511.

[g]

[h]

[i]

[f] Vírgen con cuatro ángeles.


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L Á M I NA I V ‰ Francisco de Xerez, Verdadera relacion de la conquista del Peru. Sevilla, Bartolomé Pérez, 1534.


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El colofón del Nuevo vergel indica: “Fue impressa en Mexico en casa de Juan pablos | acabose a xxviij dias del mes | de Abril. Año de nuestro señor | MDxlvj”. Recordemos que, salvo en este posible caso, antes de 1548, los libros salidos de las prensas de Pablos revelan haber sido impresos en la casa de Juan Cromberger y no en la de Juan Pablos.72

Si imaginamos el costo y el esfuerzo que llevaron, al supuesto falsificador del siglo XX, para realizar este Nuevo vergel, resulta complejo. Nos preguntamos: ¿qué hubiera pretendido?…, ¿incrementar la lista de impresos del México del quinientos?…, ¿estafar a los coleccionistas?… Creemos que le hubiera sido más fácil conseguir papel de hilo, realizado en un molino europeo, como se hicieron la mayoría de los impresos mexicanos, en vez de elaborar papel a mano; quizá, el engaño pasaría más desapercibido. También, surge la pregunta: ¿por qué tuvo la osadía y el cuidado de copiar el grabado que habría sido utilizado por el impresor Pedro Ocharte y luego desgastarlo? Durante nuestra investigación, no hemos localizado planchas originales usadas por los impresores novohispanos del siglo XVI . Resulta raro que un falsificador tuviera la paciencia de copiar también el grabado sevillano de la Asunción y algunos adornos tipográficos, utilizados en Sevilla por Bartolomé Pérez hacia 1534. Hubiera sido más fácil pensar que Juan Pablos adquiriera estos materiales antes de su partida a la Nueva España en 1539, pero, al parecer, esto no sucedió. Asimismo, resulta asombroso que el impostor hubiera estudiado a fondo la tipografía de Juan Pablos para hacer matrices similares: y para rematar, Pascoe dice que “el colofón es un guiso hecho con tijeras y pegamento”. Por ello, con base en los razonamientos expuestos, este impreso no puede adjudicarse a las prensas de Juan Pablos.

72. Cabe destacar que García Icazbalceta se asombró del colofón del supuesto Cancionero spiritual de 1546, en el que por primera vez se anota el nombre de Juan Pablos Lombardo, y además se agrega: “primer impressor en esta ynsigne y leal ciudad de Mexico”.

pascoe: El colofón presenta irregularidades en su composición: inicia con una F mayúscula gótica débil, quizás perteneciente a otra fuente, y luego muestra un excéntrico espaciado entre las palabras (extraño suceso para una imprenta que ya había mostrado una buena dotación de espacios fundidos), así como el detalle de escribir “acabose” sin la s larga donde debiera ir (Pablos no era prensista pero sí dominaba el arte de la composición). También se puede preguntar por qué se ponen los números romanos en un carácter dos puntos más grande que la supuesta letra del texto y se alinean sobre la base de esta última, sin indicio de interlíneas recortadas para hacer posible ese injerto de tamaños.

[j] [k] [l] [m]

Ornamentos fundidos.


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E N 1547, Pablos imprimió la Regla christiana breve: para ordenar la vida y tiempo del christiano que se quiere salvar y tener su alma dispuesta: para que Jesuchristo more en ella, por mandato de fray Juan de Zumárraga. Su portada ostenta el capelo con borlas mencionado anteriormente (fig. 1) y en su interior se aprecia la fig. 3 que representa un obispo impartiendo la bendición a los indígenas, o bien, el sacramento de la confirmación. El grabado debió haber sido realizado en México y es importante tener en cuenta que las tres ediciones que presentan dicha imagen fueron costeadas por el obispo fray Juan de Zumárraga, quien probablemente sea el personaje representado en la imagen. En los folios 11v y 52v de la Regla christiana breve se aprecia un grabado que representa el oficio de la misa (fig. 5) y parece ser también de fa£ura novohispana, incluso del mismo autor que los grabados 3 y 4. La imagen representa a varios indígenas arrodillados, el personaje del primer plano está revestido con su casulla, y un cordón, llamado cíngulo, que es la indumentaria sacerdotal para celebrar la liturgia. En el folio 28 de este mismo libro, Pablos volvió a utilizar la plancha del indígena arrodillado recibiendo la bendición (fig. 4). En la portada se aprecian las orlas IV.4 y XII.1; esta última aparece por primera vez.

Fig. 5. Oficio de la misa.

Orla X I I . 1.


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Pa r a este trabajo no pudimos consultar la Do£rina christiana en lengua mexicana, que indica haberse impreso en México por Juan Cromberger, es decir, por Juan Pablos, alrededor de 1547 y atribuida a fray Pedro de Gante.73 En la reproducción de la portada que figura en la obra de García Icazbalceta se aprecia el grabado del capelo (fig. 1), aunque sin el marco cóncavo del escudo original que, como vimos, había sido retocado en su parte inferior, pero en este caso no hay huella de su existencia. Es posible que Pablos no lo entintara porque si lo hubiera eliminado con un buril esta parte no aparecería en 1553. Al centro de la composición se colocó la fig. 6, que muestra a un fraile franciscano impartiendo la do£rina cristiana a un grupo de personas de varias edades. El sacerdote predica en tarasco: Ichuca Dioseuri bandaqua, “Ésta es palabra de Dios”. El grabado alude a la evangelización en lengua indígena para que los receptores de la do£rina pudieran entender con mayor facilidad el mensaje. Joaquín García

73. Wagner dice que él mismo compró este libro incompleto al Sr. Agreda, y hoy se encuentra en la Biblioteca Huntington. Véase Wagner, op. cit., núm. 14, p. 98.


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74. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., pp. 80-81.

75. En 1538 se dio autorización para imprimir una Cartilla y Doctrina Christiana en lengua tarasca a Juan Cromberger [véase el núm. 4 del apéndice documental]. Ésta sería la primera obra impresa en una lengua indígena del Nuevo Mundo. Michael Swanton agrega que posiblemente el grabado se hizo en Sevilla para dicha edición, según las indicaciones enviadas desde la Nueva España. Si eso fuera cierto, esta imagen sería el único testimonio de la primera obra, hoy desconocida, impresa en lengua indígena en España.

76. Bruno Fabbiani, “I prototipografi d’America: Giovanni Paoli e Gilberto Barbero”. En Graphicus. Turín, año LXX, núm. 857, diciembre de 1989, pp. 56-57.

Fig. 7. Alegoría del Espíritu Santo.

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Icazbalceta, al referirse a esta imagen, asegura que “el escudito fue grabado aquí, y no traído de España...”, seguramente para ilustrar una obra en idioma tarasco, que no conocemos.74 No tenemos noticias de que la familia Cromberger, ni ninguna otra imprenta europea hubieran utilizado las imágenes con representaciones de indígenas antes que Pablos.75 En cambio, Fig. 6. La evangelización. resulta legítimo pensar que fueran realizadas en México por encargo del impresor o, quizá, por él mismo. Por su parte, García Icazbalceta explica que en este libro: “A la vuelta del fol. 63… hay un escudo del Espíritu Santo, sostenido por dos ángeles, con la leyenda Sancti Spiritus assit nobis gratia y a los lados del escudo hay unos adornos tipográficos...”. Es probable que se trate de la imagen de la figura 7, tomada de la Do£rina christiana de fray Pedro de Gante, impresa en 1553, y no parece de fa£ura novohispana, sino de una composición medieval. Bruno Fabbiani argumenta que la imprenta de Juan Pablos carecía de suficientes tipos metálicos, pues sus primeros impresos muestran el uso de algunas letras xilográficas para reemplazar las que faltaban en su caja.76 La teoría viene a corroborar nuestra hipótesis acerca de la presencia de algún grabador en su taller. Sin duda, la vieja letrería que Juan Cromberger había proporcionado a Pablos en Sevilla no era suficiente, además de que sufría el desgaste natural por su continuo uso. La falta de letras también resalta el poco interés que manifestaba Sevilla, sin Juan Cromberger, en ayudar a que la imprenta novohispana prosperara, pues el convenio del 12 de junio de 1539 declara: “Yten…que vos el dicho Juan Cromverguer seays obligado a me enviar papel y tinta y letras y todos los otros aparejos que para la dicha ynpresyon fueren menester, cada e quando yo los enbiare pedir, conforme a las memorias que yo os enbiare”. Una vez muerto el patrón en Sevilla, nadie se interesó en mandarle a Pablos los materiales que necesitaba. En esta segunda época de la primera imprenta novohispana, los diseños y la ejecución de los grabados son composiciones sencillas y sin un gran dominio de la técnica ni la perspe£iva. Es posible que Pablos, necesitado de ellos, contratara algún aprendiz del arte del grabado que, sin ser un gran conocedor, se decidiera a crear estas planchas sin un manejo plástico ni ejecución fina. Quizá este grabador fuera algún alumno de la escuela franciscana de San José de los Naturales, donde


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se enseñaban las artes y los oficios mecánicos y, entre las habilidades que los indígenas aprendieron, destacó el trabajo en madera. Las fuentes indican que se pra£icó el arte del grabado: Motolinía afirma que los indígenas sacaban “imágenes de planchas de bien perfe£as figuras” 77 y fray Jerónimo de Mendieta, por su parte, dice: “Y lo que más es de notar es, que sacaban imágenes de planchas de bien perfe£as figuras, que cuantos las veían se espantaban, porque de la primera vez las hacían ni más ni menos que la plancha”.78 Esto indica que los indígenas eran copistas de grabados impresos, de los cuales sacaban sus propios bosquejos. A pesar de que sabemos que los indígenas realizaron grabados, incluso los vemos representados en ellos, no hemos encontrado evidencia de que éstos trabajaran en la imprenta de Juan Pablos, sino que seguramente se les encargaba la plancha con algún diseño que luego sería utilizada en las prensas novohispanas. Recordemos que hasta ese momento, la imprenta era aún propiedad de la Casa de Cromberger. Juan Pablos trabajó aparentemente solo, con su tirador Pedro, el esclavo negro: no había subvenciones ibéricas generosas y ésta fue la verdadera obra de Juan Pablos sin el beneficio de un artista impresor. En 1547 Pablos atravesó por una mala situación económica; informó al virrey Mendoza que “el arte de la ynpresion, ... da muy poco prouecho” y agregó que es pobre y que “no tiene que hazer en el dicho o¢çio”.79 Alexandre A. M. Stols indica que las obras publicadas en ese año no indican el nombre del impresor y que Juan Pablos tramitaba posiblemente la compra del taller novohispano,80 pero ¿cómo?, ¿con qué dinero?…, si él mismo decía que era pobre. Por su parte, Clive GriYn supone que Brígida Maldonado, la viuda de Juan Cromberger, vendiera a Pablos la sucursal mexicana, ya que el testamento de ésta “incluye una tentadora referencia” relacionada con dicha venta.81 La hipótesis supone que Mateo Carón salió para la Nueva España en 1545 y su hermana Brígida lo autorizó para tratar con Juan Pablos sobre “la enprenta e libros e privillegio para enprimir y vender libros”.82 El asiento 49 del inventario de los bienes de Brígida Maldonado menciona la existencia de “un testimonio” de 1546 con ciertas cuentas tomadas a Juan Rodríguez de Morales, amigo y agente de la familia Cromberger en México. GriYn alude a la probabilidad de que entre aquellas cuentas figurara la noticia de la venta de la imprenta mexicana a Pablos. Lo cierto es que a partir de 1548 los impresos novohispanos indican haberse realizado “en casa de Juan Pablos”, poniendo de manifiesto

77. Motolinía (Toribio de Benavente), O.F.M ., Historia de los indios de la Nueva España. México, Porrúa. Libro II , cap. 13, 1979, p. 216. 78. Mendieta, op. cit., p. 411.

79. Véase el documento 16 del apéndice.

80. Alexandre A. M. Stols, Antonio de Espinosa, el segundo impresor mexicano. México, UNAM , 1962, p. 6; reimpreso por la BNM y el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM , 1989.

81. Clive GriYn, “Brígida Maldonado, ‘ynprimidora’ sevillana, viuda de Juan Cromberger”, en Archivo Hispalense. Sevilla, t. LXXVI , núm. 233, 1993, pp. 83-117. 82. APS , oficio 17, libro 1 de 1545, fols. 420r-421v. Citado por GriYn, “Brígida Maldonado”, op. cit., p. 111.


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83. Véase el documento 29 del apéndice.

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su independencia. En 1549 vencía el plazo estipulado en el convenio con Juan Cromberger, según el cual le obligaba a “estar y residyr en la dicha çibdad de Mexico tiempo y espaçio de diez años”. En 1548, el virrey Antonio de Mendoza otorgó a Pablos el privilegio de mantener su imprenta en exclusiva por seis años más y posteriormente, en 1554, el virrey Luis de Velasco le renovó la merced por otros cuatro años más.83 Cabe destacar que la concesión de los privilegios otorgados a Pablos es una cuestión enredada y difícil de resolver, porque las fechas no concuerdan con precisión. Agustín Millares Carlo argumenta que los escribanos que copiaban las mercedes de los libros eran descuidados, pues saltaban palabras y aun frases enteras. Comúnmente, dice el autor, la concesión de los privilegios era por la mitad del tiempo solicitado. XIV

Fig. 8. La Virgen con el Niño.

J UA N P A B L O S imprimió una Dotrina christiana en lengua española y mexicana: hecha por los religiosos de la orden de san£o Domingo, a la que Enrique Wagner atribuye el año de 1548 84 y presenta varias imágenes: una Virgen con el Niño de fa£ura tosca (fig. 8) en los folios 30v y 37v; la Creación (fig. 9) en el folio 31v; Moisés que recibe las tablas de la ley (fig. 10) en el folio 12v; en el folio 10 se aprecia el grabado que representa la bendición de un fraile (fig. 4) que había sido utilizado en 1545 y 1547; en el folio 25, una imagen que representa a un individuo arrodillado frente a una cruz atrial (fig. 11) y en el reverso del folio 27, la oración del Padre Nuestro (fig. 12). Las imágenes de este libro parecen haber sido concebidas para ilustrarlo, son de trazo burdo, sin manejo de volumen, ni planos ni perspe£iva, simplemente destacan la escena sin detenerse en los detalles descriptivos o facciones de rostros. Seguramente, estas imágenes fueron realizadas en la Nueva España, encargadas por el taller de Pablos a algún aprendiz y la mayoría realizadas con el fin de acompañar el texto de la Dotrina christiana.

Fig. 9. La Creación.

Fig. 10. Moisés.

84. Wagner, op. cit., pp. 99.

Fig. 11. La cruz atrial.

Fig. 12. La oración del Padre Nuestro.


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E N 1548 salió la Dotrina christiana en lengua española y mexicana: hecha por los religiosos de la orden de san£o Domingo, cuyo colofón indica: “Fue impressa en esta muy leal ciudad de mexico en casa de juan pablos por mandado del reverendissimo señor don fray Juan çumarraga primer Obispo de Mexico”. La portada de este libro ostenta un escudo de la orden dominica (fig. 13), representado con cuatro flores de lis que se dirigen hacia los puntos cardinales y forman una cruz, como símbolo de la conjunción y realización espiritual. Desde la antigüedad egipcia, la flor de lis simbolizaba la resurrección y la vida y era el atributo de Horus.85 Durante la Edad Media, este emblema se usó como signo de iluminación y de atributo del Señor. La composición está dividida simétricamente y las figuras se dividen proporcionalmente en blanco y negro: la mitad está en negativo (relieve) y el otro medio, en positivo (bajorrelieve). En conjunto se aprecia la forma de una

85. José Luis Morales y Marín, Diccionario de iconología y simbología. Madrid, Taurus, 1986, p. 205. Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos. Barcelona, Editorial Labor, 1982, p. 179.

Fig. 13. Escudo dominico. Portada de la Dotrina christiana en lengua española y mexicana: hecha por los religiosos de la orden de san£o Domingo. Fotografía del ejemplar custodiado por The Huntington Library, San Marino, California, tomada de la reproducción de García Icazbalceta.

Fig. 13a. Grabado secundario (según el parecer de Juan Pascoe). Las cinco llagas de Cristo, en una plancha por separado, ofrecen la posibilidad de entintarlas en otro color, en una segunda tirada. Clive Gri¢n considera posible que la impresión a dos colores se efe£uaba con toda la forma puesta en la prensa y que se utilizaban dos frasquetas: una para el negro, otra para el rojo.


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86. GriYn, The Crombergers, op. cit., WC 334.

87. Clive GriYn, en nuestra correspondencia personal, informa sobre los grabados que fueron utilizados en Sevilla antes de ser usados por Juan Pablos en la Nueva España y expresa que: “cuando estaba examinando la producción de la imprenta cromberguiana no siempre tomé nota de todos los grabados que vi en sus ediciones... Es, pues, posible que un grabado pueda haber aparecido antes y, desde luego después, de las ediciones que registro aquí.” Tomando en consideración lo expuesto por este investigador inglés, me permito dar a conocer sus datos: WC 338 = WC 620, es decir, la figura 15 del presente trabajo: —Posiblemente en Gamaliel (Sevilla, Juan Cromberger, 1534) [GriYn, núm. 368]. —Laredo, Subida del Monte Sión (Sevilla, Juan Cromberger, 1535) [GriYn, núm. 377]. —Laredo, Subida del Monte Sión (Sevilla, Juan Cromberger, 1538) [GriYn, núm. 414]. —Talavera, Libro que trata [...] misa (Sevilla, Juan Cromberger, 1538) [Gri¢n, núm. 423].

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estrella que alude a la orden dominica pues, según una leyenda de la época, una estrella que simboliza la luz descendió sobre la frente de santo Domingo el día de su bautismo. En el grabado novohispano, entre las flores de lis, se colocaron las cinco llagas de Cristo. En el folio 10, Juan Pablos utilizó una plancha de la Anunciación (fig. 14) que había sido utilizada en la Subida del Monte Sion de fray Bernardino de Laredo, impresa por Juan Cromberger en 1538.86 En ese mismo folio, Pablos utilizó la imagen de la bendición a un indígena (fig. 4) que había usado anteriormente en dos ocasiones y se aprecia otro grabado de la presentación del Niño Jesús en el templo (fig. 15) que había sido también del material antiguo de los Cromberger, usado en 1534, 1535 y varias veces en 1538.87

Fig. 14. La Anunciación.

Fig. 15. Presentación en el templo.

XVI

E N 1548, Juan Pablos imprimió las Ordenanças y copilacion de leyes del virrey don Antonio de Mendoza. La portada de este libro ostenta una decoración hecha a base de tres líneas de adornos tipográficos colocados consecutivamente en la parte superior y los dos laterales. En estos lados, como marco, se aprecian dos fragmentos de orlas, curiosamente cortados en su parte inferior del lado izquierdo, que habían sido propiedad de la familia Cromberger en Sevilla y que representan niños y garzas que se trepan y enrollan en una rama de hojarasca que 88 88. GriYn observa al leer esta frase: “Son casi idénticas, lo que remata en un florero. La parte inferior lleva otra nos hace pensar que un análisis basado en la descripción de tal orla con decoración de florones realizada para llevar material no será, siempre, fidedigno (porque el mismo diseño puede existir al mismo tiempo en dos estados distintos, una le£ura vertical, pero Pablos la colocó de manera complicando, así, la datación de las ediciones que lo emplean).” horizontal. Esta última orla se aprecia en la portada


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Orla X V I .1.


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40 89. José Luis Portillo Muñoz, La ilustración gráfica de los incunables sevillanos (1470-1500). Sevilla, Publicaciones de la Excma. Diputación de Sevilla, 1980, fig. 20. 90. GriYn, The Crombergers, op. cit, OM 74.

91. Juan Álvarez Villar, Arte y heráldica. Salamanca, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, 1985, p. 8.

92. Juan Cromberger también utilizó el escudo imperial de Carlos V, aunque no con la misma imagen que estamparía Juan Pablos. Véase en Antonio de Guevara, Obispo de Modoñedo, Marco Aurelio con el Relox de Príncipes. Sevilla, Juan Cromberger, 1532?. Reproducida en Complutense Treasures: VII Centennial 1293-1993. Bibliográfica Complutense. Madrid, The Houghton Library-Harvard University y la Universidad Complutense de Madrid, 1993, p. 77.

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del Vocabularium ecclesiasticum de Fernández de Santaella, publicado en Sevilla por los Tres Compañeros Alemanes en 1499,89 en la que todavía se nota más completa, y también podemos observarla en algunas impresiones de la familia Cromberger.90 Al centro de la portada novohispana y en la última hoja de este libro, Juan Pablos estampó un grabado con las armas imperiales (fig. 16), imagen de hermosa hechura que merecía la ocasión para ostentar el frontispicio de la primera recopilación de leyes americanas. El escudo de Carlos V está cobijado por un águila bicéfala que extiende sus alas. Esta ave era el símbolo de poder y vi£oria. De su cuello cuelga un anillo que detiene los cuarteles que simbolizan: Castilla, León, Aragón, Sicilia, Granada, Austria, las dos Borgoñas, Brabante, Flandes, Tirol, Navarra y Nápoles.91 En la parte central superior del grabado está impresa una corona y un listón con el lema: CAROLVS V IMPERATOR HISPANIE REX. En la parte inferior de la composición Orla X V I .2 y 3. se representan las columnas de Hércules, símbolo del límite del mundo. Éstas detienen el escudo mediante un listón que se enreda en ellas con el lema PLUS ULTR A , que significa los dominios del rey incluyendo las tierras del Nuevo Mundo. Debajo del escudo cuelOrnamento X V I a. ga el Toisón de Oro, orden de caballería presidida por el emperador. No hemos podido identificar si esta plancha fue del material de los Cromberger92 o que hubiera llegado de Europa. La fig. 16 denota un cuidado especial en su elaboración que hasta este momento en los grabados de los libros de Pablos no se aprecia. La composición es más elaborada en relación con otras imágenes usadas por este impresor, las líneas del contorno del escudo de Carlos V están bien definidas, el águila bicéfala muestra manejo del volumen y una fuerza nunca antes vista en los grabados novohispanos que se denota en las alas abiertas que tiran plumas que caen entre las garras y las columnas de Hércules. Cabe destacar que Medina y Wagner, al referirse a esta obra, reproducen, sin explicación alguna, otro “grabado” distinto al de la portada que reproduce García Icazbalceta; visto con una lupa, éste resulta ser un dibujo a pluma y no un grabado en madera. Los dos agregan la


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armas imperiales

Fig. 16. Escudo imprerial de Carlos V.

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Fig. 16a. Armas imperiales. Wagner.

siguiente nota: “Gran escudo de armas de la Casa de Austria en la portada de esta obra y en el frente de la página 46 de la misma”. Esta imagen es una copia fiel de la que ostenta la portada de la obra de Hernán Cortés: La quarta relacion que Fernando Cortes [...] embio al muy alto y muy potentissimo invi£issimo señor don Carlos emperador semper augusto y rey de España. Toledo, Gaspar de Ávila, 1525.93 Es importante anotar que esta plancha, usada, al parecer, por Juan Pablos y reproducida por Medina y Wagner, fue reutilizada por el impresor Antonio Ricardo en el Tratado que contiene tres pareceres graves en derecho… de fray Miguel Agia (O. F. M.) y que imprimió en Lima en 1604.94 XVII

F R AY J UA N D E L A C RU Z en 1571, en su Do£rina cristiana en la lengua guasteca con la lengua castellana, indica que fray Juan de Guevara, agustino, había impreso una do£rina en idioma huasteco en 1548. Desafortunadamente, sólo queda la mención de este libro.95 XVIII

En febrero de 1549, Juan Pablos imprimió la Copilacion breve de un tratado de sant Buenaventura que se llama: Mistica theologia…, “tan admirable para los religiosos que se quisieren exercitar en la vida spiritual”. La portada de este libro, realizado “por industria de los religiosos de la orden de los predicadores desta nueua españa…”, está enmarcada por una orla de hojas, compuesta a base de la repetición de un adorno tipo-

93. Portada reproducida en Jesusa Vega González, La imprenta en Toledo. Estampas del Renacimiento. Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1983, p. 170, fig. 44. 94. Véase Francisco Vindel, Manual gráficodescriptivo del bibliófilo hispano-americano (1475-1850). Madrid, Imprenta Góngora, vol. I: A-B, 1930, p. 29.

95. García Icazbalceta, Bibliografía, op. cit., núm. 17 (17), pp. 85 y 249.


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gráfico, 3c, que era propiedad de los Cromberger. En la parte superior se aprecia una pequeña imagen de santo Domingo de Guzmán enmarcada por un círculo (fig. 17). El grabado es una composición sencilla, la figura principal está al centro, de pie sobre un piso de cuadros colocados con un intento de perspe£iva espacial. Es la primera vez que observamos esta imagen en la Nueva España. En la última hoja de este libro, después del colofón, está colocada la fig. 14, una escena de la Anunciación, utilizada por Pablos un año antes y que había sido también usada en Sevilla por Juan Cromberger. XIX

Fig. 17. Santo Domingo de Guzmán.

Signo XVIII .a.

Adorno tipográfico 3c.

E L 12 de febrero de 1550, Pablos terminó de imprimir una segunda edición de Do£rina christiana en lengua española y mexicana: hecha por los religiosos de la orden de san£o Domingo. Agora nuevamente corregida y enmendada. La portada ostenta el grabado del escudo dominico con las llagas sangrantes utilizado en la misma obra de la edición de 1548 (fig. 13). El folio A4 lleva grabada la imagen de la cruz atrial, utilizada anteriormente por Juan Pablos en 1547 (fig. 11). En el reverso del folio 4, Pablos colocó el grabado de la Trinidad (fig. 18): Dios Padre, como un anciano con barba larga, está sentado sobre una banca; lleva entre sus manos el crucifijo, y la paloma, suspendida entre ambos, representa al Espíritu Santo. Las líneas que configuran el diseño de ambas imágenes son toscas y la composición es sencilla. En el mismo folio se aprecia el pequeño grabado de santo Domingo de Guzmán (fig. 17), utilizado anteriormente por Pablos en 1549. El folio 5 de esta Do£rina christiana presenta nuevamente el grabado de la Virgen con el Niño que Pablos había utilizado en 1547 (fig. 8). En el mismo folio está impresa una pequeña imagen de la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen María (fig. 19). En el folio 6, también se repite la imagen del tema de la

Fig. 18. La Trinidad.

Fig. 19. La Anunciación.

Fig. 20. La Anunciación.


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Creación, estampado en 1547 (fig. 9). El reverso del folio 6 presenta otro grabado distinto de la Anunciación (fig. 20). En el folio 7 se aprecia la fig. 10, que representa a Moisés, usada asimismo en 1547. El folio 8 presenta una imagen pequeña sobre el bautismo (fig. 21). El reverso de esta página ostenta la fig. 22, que representa las obras de misericordia espirituales, en la que figura un hombre semirrecostado en el suelo, cubierto con una manta; un personaje le acerca una prenda de ropa, y otro lleva una bandeja en la mano. La composición sugiere la ayuda que dos individuos prestan a un desvalido y responde a las tres obras de misericordia: dar de comer, vestir y visitar al enfermo. En el folio 9, se aprecia una imagen que representa la lucha entre el arcángel san Miguel y el dragón o Satanás, es decir, entre el bien y el mal (fig. 23). El folio 10 repite el grabado de la Anunciación (fig. 14) y el de la presentación del Niño Jesús en el templo (fig. 15), ambos eran propiedad de los Cromberger en Sevilla y habían sido utilizados en otras ocasiones por Pablos en la Nueva España, el primero en 1548 y 1549 y el segundo en 1548. Como vemos, fue la primera ocasión que Juan Pablos utilizó varios grabados en un libro tan pequeño y no sólo imprimió imágenes antiguas, que le había dado Juan Cromberger con su material sevillano, sino que observamos nuevos grabados nunca antes impresos, lo que nos corrobora la hipótesis de que el taller de Pablos encargaba imágenes a un grabador desde 1545 o 1546. Además, sugerimos que las pequeñas imágenes de trazo burdo de este libro (figs. 18, 9, 11, 12, 23 y 17) fueron elaboradas por el mismo autor: son composiciones sencillas, enmarcadas en su mayoría por un doble cuadro, las figuras están delineadas rústicamente, sin deseos de destacar detalles más finos y con poco dominio de la perspe£iva. Si bien el autor de estas imágenes no era diestro en el arte del grabado, logró representar los temas deseados, que ésa, más que nada, era su intención.

Fig. 21. El bautismo.

Fig. 22. Obras de misericordia espirituales.

Fig. 23. La lucha entre el bien y el mal.


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96. Ibidem, núm. 19 (18), pp. 86-89; Wagner, op. cit., p. 114.

97. La portada del ejemplar de la colección Nettie Lee Benson, Universidad de Texas, sin las llagas, aparece en la p. 181. [50 DC2]

G A R C Í A I C A Z B A L C E TA , al respe£o de la Do£rina christiana en lengua española y mexicana de 1548, opina: “mucha aceptación debió tener el libro para que se hiciera esta segunda edición a los dos años de la primera...”, es decir, la última que acabamos de describir; pero lo más extraño es que exista una tercera edición, fechada también el 12 febrero del mismo año de 1550: la Do£rina christiana en lengua española y mexicana: hecha por los religiosos de la orden de san£o Domingo. Agora nuevamente corregida y enmendada.96 Se conocen siete ejemplares de esta edición; al parecer, sólo uno, el de The Lilly Library (que se muestra en la ilustración) tiene las cinco llagas de Cristo del escudo dominico en color rojo.97 De hecho, en las dos subsecuentes ediciones conocidas en las cuales Pablos utilizó este escudo dominico no vuelven a verse las llagas. Juan Pascoe supone que por una u otra razón la plancha secundaria se arruinó (por ejemplo, una rama llena de letra requería mucha presión para lograr clara uniformidad, y una rama semivacía, como tendría que estar para imprimir pocas palabras y un grabado secundario, requeriría menos presión: un descuido podría arruinar, sin remedio, las letras y el grabado).

XX .1Q.

pascoe: Esta Q y otra similar se aprecian en la segunda de tres ilustraciones de la edición de febrero de esta Do£rina, publicadas por Wagner, 1946, p. 111. En el reverso de la tercera ilustración, p. 112, se pueden ver apenas cuatro capitulares adornadas: estas seis letras constituyen el primer uso de las “novedades” tipográficas europeas en la imprenta de Juan Pablos.

Portada del ejemplar de The Lilly Library, Universidad de Indiana. Con orla IV.6 y XX.I


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