Parte del cielo, a través de una ventana. Prefacio del autor: “No se deje engañar fácilmente. Busque el consuelo en su mente. De lo que hablare es de algo muy simple, cosa que usted ya conoce. De algo que perdurara, hasta que tenga que durar, o hasta que venga un talador y nos corte, nos quite la vida, desde la raíz”
NOTA: No deje de leer. Todo es parte de un momento histórico retrospectivo. De algo que ya se vivió anteriormente. “Siempre estas a mi lado, y yo te lo agradezco” -Jaime Sabines. Es entonces de eso de lo que te hablo. No hablo mas que de la idea de pronunciar lo que recíprocamente se extiende mediante el tiempo, como nosotros que nos desplazamos constantemente sobre ideas ontológicas y monótonas de olvidarnos y desaparecernos libremente como libre albedrio de nuestra decisión de si quedarnos o no juntos. Todo resultaría entonces a lo que se habla dentro y fuera de nuestra coraza superficial en la que dia a dia nos metemos, eso que es la imaginación errante de las cosas. No somos más que cosas que intentamos entendernos del todo bien o del todo mal, dependiendo del caso. Bueno, el punto es que alguien que te invite a salir se consagra idealmente sobre lo que uno espera del esperado o esperada (a la cita esperada) Es llevar la ensalada al clímax del pletórico dialogo de concubinos extraños, como la primera vez en la que no importa realmente si se habla de parientes lejanos o de partes eufemistas dentro de un bosquejo de un libro y una naranja chueca, mientras la ensalada se consume en tonadas tibias de un violín con su estrellita, estrellita donde estas, quiero verte si césar. Al rellenar entonces ya la vida con la vida de otro, claramente de a poco como gotero que vierte liquido en botellones de aceite o lo que sea, el placer casi perverso de comunicarte con el extraño se volvió tupido y grisáceo hasta que, llegado el momento, te dejas ir a la media noche en conversaciones amables y pestañeabas la noche, y bostezabas el sueño con los ojos y caías dormida pensando en las labores del siguiente dia, como siempre. Es entonces que de lo que te hablo, surgió rígidamente pero suave por la zenda del cabello suelto dentro de poemas y palabras sinónimas y antónimas y adjetivas y admirativas y todo lo que quieras, porque