





























“La violación no es un acto aislado y breve, puede tener efectos que cambian la vida, efectos que no se eligen: un embarazo o una enfermedad transmitida sexualmente, un trauma enorme y un injusto sentimiento de vergüenza...
...Tanto en los conflictos como en escenarios de paz suele influir la decisión de las mujeres de dejar sus comunidades por temor a ataques o estigmatización. Si se me concediera un deseo, ese sería el fin para siempre de las violaciones”
Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres.







ONU Mujeres 25 Noviembre 2019
La violación, la violencia sexual y el maltrato son fenómenos que afectan a mujeres y niñas de manera generalizada; una de cada tres la ha sufrido en algún momento de su vida. En el día dedicado a promover la eliminación de ese flagelo, el Secretario General llama a los Gobiernos y a todos los sectores de la sociedad a rechazar la misoginia.
Ocurren todos los días en todo el mundo y en todas partes: desde las instala ciones universitarias hasta los conflictos armados, las agresio nes sexuales contra las mujeres y las niñas son tantas y tan cotidianas que no se pueden ignorar o silenciar.
Para alertar sobre ese flagelo y com batirlo, la Asamblea General aprobó en febrero de 2000 una resolución en la que declaró el 25 de noviembre de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Vio lencia contra la Mujer.
Desde entonces, cada año los Gobiernos, las organizaciones inter nacionales y las ONG coordinan ac tividades en esa jornada con el obje tivo de elevar la conciencia pública y buscar soluciones políticas al grave problema.
En su mensaje para la ocasión, el Secretario General António Gute rres reiteró el compromiso de la ONU con poner fin a todas las formas de violencia contra mujeres y niñas,
afirmando que esos abusos son una de las transgresiones más atroces, persistentes y generalizadas de los derechos humanos. Guterres dijo que esa violencia tiene sus raíces en siglos de dominación masculina.
“No olvidemos que las desigualdades de género que alimentan la cultura de la violación son esencialmente una cuestión de desequilibrio de poder. El estigma, los errores conceptuales, la falta de denuncia y la aplicación deficiente de las leyes no hacen sino perpetuar la impu nidad”, apuntó.
También recordó que la violación se usa como arma de guerra y llamó los Gobiernos y a todos los sectores de la sociedad a adoptar una postura firme de rechazo a la violencia se xual y la misoginia.
El Secretario General pidió acabar con el estigma, a mostrar mayor solidaridad con las víctimas y con quienes las defienden y a respetar las garantías de las mujeres.