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¿QUÉ SON LAS RAMPAS DE FRENADOS?

Una rampa de emergencia para frenado es una franja auxiliar instalada a un costado de la carretera, la cual sirve para detener los vehículos que por algún motivo han tenido una falla en el sistema de frenos. Funciona como una superficie de retención para disipar la energía de los vehículos, desacelerándolos de forma controlada y segura hasta su detención.

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Cuentan con un acceso, una cama con material granular y un camino de servicio auxiliar; sobre el pavimento le anteceden unas rayas en color rojo, primero discontinuas y después continuas las cuales indican la trayectoria que deben seguir los vehículos que requieran hacer uso de ellas. Según la normatividad de cada país, una rampa de emergencia para frenado, es una construcción que requiere un diseño específico de acuerdo a la topografía, el terreno en general, información detallada del proyecto geométrico, por lo cual es indispensable un estudio para contar con las mayores probabilidades de que un vehículo pesado tenga la oportunidad que a kilómetros de distancia, siguiendo la señalización prevista para el caso, haga uso de este espacio diseñado como una alternativa de seguridad.

La ubicación de las rampas está planeada para poder interceptar la mayoría de los vehículos pesados, a una distancia considerada entre 5 y 7 kilómetros de la pendiente descendente, en camino recto, todo lo cual hace factible interceptar los vehículos en riesgo. En otras palabras, se debe ubicar en un punto de la pendiente que permita interceptar la mayor cantidad de vehículos fuera de control y antes del lugar donde se registren accidentes o donde exista un sitio de alto riesgo por falla en el sistema de frenos.

Lograr tales características es un trabajo especializado para lo cual se requieren la selección adecuada de los materiales para su construcción y la definición de sus sistemas de drenaje, subdrenaje y señalamiento complementario. Cabe señalar que, debido a lo anterior, existen diferentes tipos de rampas, las cuales ajustan sus características en función de las condiciones del terreno:

Superficie de detención: esta zona de frenado está construida con una inclinación descendente situada siempre al lado derecho de la vía. En ella, se ha colocado gravilla con el objetivo de ofrecer una suficiente resistencia a la rodadura del vehículo y así lograr su detención. Es de las más habituales. El tiempo de frenado que necesita cada unidad es muy relativo, cada caso dependerá del tamaño y la velocidad en la que este llegue. Además, también juega un papel importante el grado de inclinación de la vía y el tipo de gravilla que se ha utilizado (cada una ofrece una resistencia diferente).

Zona de detención por gravedad: presenta grandes similitudes en cuanto a material con la superficie de detención (punto anterior). No obstante, la zona de detención por gravedad es una vía de mayor longitud y construida como una pendiente ascendente. Su pendiente justifica su longitud, ya que debe ser muy larga puesto que el conductor puede presentar dificultades al controlar el vehículo. ¿Por qué? Porque al detenerse y no funcionar los frenos, es posible que el vehículo descienda la rampa, así que cuanto mayor sea su longitud, mejor.

Zona de detención de arena apilada: Se trata de un sistema más simple pero no menos efectivo: se coloca una colina de arena suelta contra la que el vehículo frena. La secuencia es brusca, no nos engañaremos, además, las condiciones climatológicas pueden afectar a las propiedades de la arena. Eso sí, el vehículo se quedará clavado en ella.

Superficie mecánica de detención: sin lugar a dudas, es la rampa de frenado más sofisticada de todas. La superficie mecánica de detención consiste en un sistema de redes transversales hechas de acero inoxidable que se extienden sobre la rampa asfaltada.

Dicho sistema, se puede instalar en rampas ascendentes o descendentes. Asimismo, una de las zonas de frenado está calefactada para evitar que se generen placas de hielo.

El ancho de las rampas oscila entre los 10 a 12 m, mientras el ancho del camino auxiliar será de 3 a 5 m. La longitud es variable, mientras que los materiales para formar la cama de frenado serán friccionantes, de difícil compactación y estarán limpios de partículas contaminantes. En relación, el lecho de grava tiene una profundidad de un metro y medio (más o menos) en su parte más honda hacia el final. De ese modo la inercia con la que entra el vehículo en la rampa se va disipando progresivamente conforme va avanzando (suavizando la deceleración). En caso extremo o de última ratio, al final de la rampa, hay un montículo de arena a modo de amortiguador. En México, país donde son más usuales estas rampas, algunos conductores han reportado su reticencia a utilizarlas por tener un alto costo su utilización.