Dacian 01

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Pero él ya había bajado la cabeza. Cuando abrió la boca y la apretó contra su sexo, ella se quedó sin aliento. Con su primer lengüetazo hambriento de pasión, gimió, — ¡A mea! mea dulce—. ¡Mía! mi dulce. Se desplomó hacia atrás con un gemido de placer. —Sí, vampiro, sí... Su sabor era indescriptible, su esencia era como una corriente que rasgaba a través de él, apretando cada músculo de su cuerpo, dando vida a cada nervio danzante. Incluso mientras él lamia con abandono, de alguna manera mantuvo sus colmillos en control. Incluso cuando él abrió la boca para cubrirla, no rozo su carne tierna. He esperado tanto tiempo por esto. Miró hacia arriba para ver su reacción. Con los brazos extendidos sobre la cabeza, arqueó su espalda. Sus pechos se movieron sensualmente, sus pezones arrugados sobresalían llevándola hacia la cima de la locura. Ella está enamorándose con este beso entre nosotros, tanto como yo. Aún de rodillas, él frotó las manos sobre su torso, acariciando posesivamente sus pechos húmedos, fijándolos bajo sus palmas. Él la lamió con más fuerza, metiendo su lengua en su apertura para recoger la humedad, a continuación, lamiendo su clítoris con ella. Mi Novia, mi premio, mi banquete. Ella se pasó los dedos por el pelo y se sacudió en su lengua. —Fuerte, vampiro, — ella respiró, yéndose sin sentido de necesidad. —Profundo. — ¡Bett!— No podía darle lo que ella necesita, no podía penetrar su cuerpo de ninguna manera. No con sus dedos, sus colmillos, su polla. La frustración se apoderó de él -¡quiero estar tan profundo en ti, follarte tan duro! Sus caderas empujaron instintivamente, pero su eje no encontró suavidad para sumergirse. —Trehan, — se quejó ella-. —Por favor, N-necesito... Con un gruñido, él entregó su presión sobre sus pechos y la agarró de la parte posterior de los muslos, atrapando a sus rodillas ampliamente para profundizar con la lengua.

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