AstronomĂa Alfonso Daniel FernĂĄndez Pousada
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lo largo de los aĂąos se ha difundido la equĂvoca consideraciĂłn de las pirĂĄmides como simples complejos funerarios pero, ciertamente, estas construcciones estaban habilitadas para la prĂĄctica de diversas funciones. Valga el ejemplo de las catedrales y monasterios que, ademĂĄs de su funciĂłn espiritual y dedicaciĂłn al culto sagrado, a la enseĂąanza, codiÂżFDFLyQ \ GLIXVLyQ GH OD UHOLJLyQ \ YHKtFXOR GH OD FXOtura, tambiĂŠn han servido como mausoleo y panteĂłn real, destacando casos tales como los del madrileĂąo monasterio de San Lorenzo del Escorial, destinado a lecho eterno de los monarcas espaĂąoles, o la abadĂa londinense de Westminster, en la que se coronan y yacen los soberanos del Reino Unido de Gran BretaĂąa e Irlanda del Norte. Al tiempo que estos recintos funerarios constituyen lugares de oraciĂłn y recogimiento, las pirĂĄmides egipcias estaban acompaĂąadas por templos funerarios (los templos del valle y los templos solares) donde se rendĂa tributo y veneraba el alma divina del faraĂłn difunto, a modo de culto a los ancestros. En su carĂĄcter altamente sagrado, las pirĂĄmides no servĂan simplemente como lugar de sepulcro, sino como autĂŠnticas “mĂĄquinas de resurrecciĂłnâ€? en las que, como hemos visto en el anterior nĂşmero de EgiptologĂa 2.0, parece que se celebraban los ritos de apertura de la boca para permitir al difunto la respiraciĂłn y la ingesta de alimentos en el mĂĄs allĂĄ. Y tambiĂŠn como mansiĂłn del Dios, sus inmediaciones eran concebidas como necrĂłpolis de los cortesanos y personajes relevantes, del mismo modo que los camposantos cristianos se erigen a la VRPEUD GH ODV LJOHVLDV HGLÂżFDFLRQHV TXH QR VRQ VLQR la representaciĂłn de la tumba del hijo de Dios: no en vano, los altares se orientan hacia el este (en la direcciĂłn de JerusalĂŠn, ciudad en la que fue enterrado JesĂşs de Nazaret) en la cabecera de una estructura con planta de cruz latina (instrumento de la pasiĂłn). Desde esta perspectiva, una pirĂĄmide, aparte de sepulcro, constituye tambiĂŠn un recinto sagrado en el cual se van a desarrollar otras funciones propias del sacerdocio. Y, en el caso del antiguo Egipto, entre estas funciones parece que se halla la observaciĂłn astronĂłmica.
En el antiguo Egipto, la observaciĂłn de las estrellas correspondĂa a los sacerdotes, como es el caso de Anen, tesorero y profeta de AmĂłn. | Museo delle AntichitĂ Egizie.
Para la idiosincrasia egipcia, las estrellas se desplazan en el cielo siguiendo un canon establecido por OD GLYLQLGDG TXH ORV VDFHUGRWHV GHEtDQ HVWXGLDU D ÂżQ EgiptologĂa 2.0 | 31