Competitividad/Jaque Mate Por: Sergio Sarmiento 27 de enero de 2006 “Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros, pero ya no producirá flores ni frutos”. Rabindranath Tagore Davos, Suiza.- Uno pensaría que medir la competitividad de un país sería cosa fácil. En un mundo abierto como el de hoy bastaría con registrar el superávit comercial de una economía y compararlo con el de sus competidores. Bajo esta simple medida China, con su gigantesco excedente comercial, sería el país más competitivo del mundo, en tanto que Estados Unidos, que registra el mayor déficit, ocuparía un lugar muy rezagado. No arrojan estos resultados, sin embargo, las mediciones de competitividad del Foro Económico Mundial de Davos, las cuales se llevan a cabo bajo la dirección del economista Augusto López-Claros. Para empezar, el país que se encuentra en primer lugar en sus listas de competitividad no es China o la India sino Finlandia. El segundo lugar lo ocupa Estados Unidos, a pesar de su enorme déficit comercial. Suecia y Dinamarca siguen en la lista. En el quinto lugar se encuentra una China, pero no la comunista que ahoga al mundo con sus exportaciones, sino la pequeña y aguerrida Taiwán. Atrás en la clasificación del Foro se encuentran China y la India en las posiciones 49 y 50. Más atrás todavía, y perdiendo terreno tras pasar del lugar 48 al 55, está México. La lista incluye a 117 países. ¿Por qué países como China y la India no ocupan los primeros lugares de productividad si son los que están ganando las guerras comerciales, en el caso del primero, o atrayendo la inversión de desarrollo de tecnología, en el segundo? Porque el hecho de que un país pueda exportar o atraer inversión sobre la base de que paga salarios muy bajos no significa que sea más competitivo. Por el contrario, una economía competitiva es la que puede hacer más con menos y puede, por lo tanto, pagar un sueldo más elevado a sus trabajadores. ¿Por qué ocupa Finlandia el primer lugar? Se trata, después de todo, de una economía pequeña, agobiada por un invierno brutal, aislada de Europa occidental y del mundo por el gigante ruso. Pero a pesar de sus desventajas naturales Finlandia ha sabido convertirse en un país próspero y en un gran innovador tecnológico. La competitividad de Finlandia se manifiesta, por ejemplo, en el uso racional de sus bosques.