El de Villegas

Page 7

gallardísima, reciedumbre caballeresca, mano leal y generosa, de piel trigueña quemada por el sol tropical, nariz perfilada, cabellos y barbas negros, como sus ojos castellanos melancólicamente esperanzados de tanto mirar horizontes, de emprender caminos; por su corazón pleno de ardor bizarro y la solariega hidalguía de su origen, de súbito en sus labios encendida, la voz atiplada de su carismático mando, en aquel barbigotudo Segoviano que a ímpetus de su mocedad, colgóse, como lo hiciera su padre, el resuelto y valiente chaval Juan López de Villegas, soldado de las huestes del capitán Gonzalo de Córdoba, una tizona al cinto y atravesara en calurosa aventura el tenebroso atlántico con la armada alemana, cuando emprendiera viaje hacia la Tierra de Gracia. Estos hombres Europeos herederos de la cultura Greco-Romana, mezclada con la cultura de los pueblos bárbaros en el medioevo, identificada

como

civilización

Cristiana-Occidental

con

su

específicamente, elementos Judeo-Cristianos, con sus cosas, costumbres y con ese espíritu personalista, de rebeldía, temeridad y aventura, especie de mezcla de Sancho y Quijote con el Cid Campeador, mejor dicho, de rufián y caballero, con un profundo sentimiento igualitario, irracional e ignorante, orgullosos que se creían con derecho a todo. Son los hombres que van a volcar España con generosidad de madre sobre aquella inmensidad de tierras desconocidas. Esta es la signología de quienes a partir del descubrimiento del nuevo mundo el año 1492, se vienen y se encuentran en él. Mundo de incertidumbres, pero luego convertido en una realidad hacia la patria nueva. “El de Villegas”, o Don Juan Ruiz de


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.