Ágora nº 6

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LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL  LITERATURA JUVENIL

NARRATIVA DE 12 a 15 AÑOS OTROS RELATOS

Dos aviones como dos dragones Eduardo Arilla 15 años 4º eso IES «Reyes Católicos» —Ejea de los Caballeros—

E

n un lugar de Aragón Don Quijote se situaba con su fiel amigo, Sancho Panza, intentando atravesar la llanura de la parte baja de Zaragoza. Estos dos hombres se encuentran a mediodía, en medio de la espesura de los campos, intentando cazar para poder alimentarse, cuando, de repente, suena un tremendo ruido ensordecedor, que les llama mucho la atención. Don Quijote mira al cielo y ve a un gigantesco dragón que esta escupiendo fuego. En esto que mira Sancho al cielo le comenta: —Observe, ese es uno de los nuevos instrumentos que usa la gente moderna para moverse de ciudad en ciudad, es muy pequeño el aparato ¿no? —Pero qué me estás contando, Sancho. ¿No ves que es un dragón que ha sobrevivido al exterminio? Y además es muy pequeño por lo que parece, no tendré problemas para intentar matarlo, será fácil. —No piense mal, don Quijote, tiene la mirada sucia, es un pequeño aparato, no es un dragón como dice. Lo único raro que encuentro es como la gente puede introducirse en ese pequeño aparato, debe ser diminuta, como las del circo que vimos el otro día, que le confundió con pequeños monos colgados de las cuerdas —No es verdad, debo ir ahí y exterminar esta especie de una vez por todas, y, además, esos aparatos, que tú dices, no escupen fuego, por lo que es un dragón, te habla un experto como yo. —Pues mire, ¿nos acercamos a averiguarlo? Yo a que es un aparato moderno para la gente y vos decís que es un dragón, a ver quién tiene razón, ¿qué se apuesta? —Yo me apuesto que si es un dragón, me invitas otra vez a ver esos monos colgando de las cuerdas y si es un aparato para la gente te dejo ir en mi corcel una semana entera. —Acepto la apuesta pero no vale picarse como hizo el otro día con los monos, que le tiro la lanza a ver si le daba, eso no se hace, consiguió que nos echaran a patadas del circo, cuide sus modales.

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Al día siguiente de suceder esto, Don Quijote y Sancho caminan todo el tiempo en busca de dicho aparato o dragón. A mitad de la tarde encuentran una explanada asfaltada en las que se situaban muchos de estos seres desconocidos. —¡Aaaaaaaaah, es una epidemia que alguien nos salve de este trágico momento! Dios mío, esto no puede estar ocurriendo, necesitamos por lo menos a todo el reino francés para que nos ayude en esta situación de pánico- dijo don Quijote —Jajá jajá, no se alarme mi señor, que son aparatos como yo decía anteriormente, por lo que he ganado la apuesta, y me parece que he ganado una semana entera en tu fiel corcel. —No se me ría, infeliz, pobre esclavo desgraciado, no ve que tengo que luchar para deshacerme de ellos, ¡al ataque! —¡No, mi señor! Que no son dragones, no le haga ningún rasguño que lo tendremos que pagar, ¡por Dios! Durante la pelea entre el avión y Don Quijote, Sancho ve que se acerca un grupo de sospechosos que llevan una especie de arma negra entre las manos. —Alto, estás detenido por entrar en una zona restringida, y por dañar un aparato propiedad del gobierno por lo que suelte la lanza y baje de ese caballo majareta-gritó la policía. —Pero vos qué decís, bufón, ayúdame antes de que sea tarde, saca tu espada y dale en la cabeza para dejarlo inconsciente, ¡corre! —Por favor, mi señor, haga caso a este hombre, que tiene razón, bájate de ahí y te ayudo en lo que sea mi señor. Finalmente don Quijote es detenido y pasado por orden judicial al distrito 14 (psiquiátrico), y Sancho es trasladado de nuevo a Castillo, por estipulación de un juez.


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