Fuller Jofre Alejandro Biografia

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Santiago de Chile 2014


La situación de Chile durante la segunda mitad del siglo 19 comenzó con la revolución de 1851 contra el Presidente Montt. Siguió con la llamada “Pacificación de la Araucanía” donde el gobierno, a través del ejército, comenzó un proceso armado, lento, progresivo y sistemático para incorporar al territorio nacional, las tierras al sur de la “Frontera” y cuyas consecuencias siguen vigentes después de 150 años. Continuó con la guerra contra España, los cinco años de conflicto contra el Perú y Bolivia en la “Guerra del Pacífico” (1879 – 1884), para concluir en 1891 durante el gobierno de Balmaceda, con la guerra interna más despiadada que ha sufrido el país durante su historia republicana. Cada uno de estos hitos marcaron las generaciones de los chilenos y Alejandro Seton Fuller Jofré no fue una excepción, siendo su vida intensa y alejada de la tranquilad que se puede pensar para una persona acomodada de esa época. En este hogar medio inglés y medio chileno, nació Alejandro en 1860. Su nombre se lo debe a su abuelo paterno, el Seton, nombre topográfico del norte de la isla británica, que significa “ciudad del Mar”, a su padre, quien lo introdujo en el apellido, pero que después de algunas generaciones desapareció. Fue uno de los 16 hijos del matrimonio “Fuller Jofré” y el menor de los hermanos varones que llegaron a ser adultos. Su infancia y juventud transcurrieron en la casa paterna de la calle “Aduanilla” del cerro Cordillera de su natal Valparaíso.

Figura 1: Alejandro S. Fuller Alejandro fue hijo de don Henry David Seton Fuller Anderson (1808 – 1892), un inmigrante y comerciante inglés avecindado en la ciudad de Valparaíso en 1840, y doña Rosa Jofré Cuadros (1826 – 1906). Ella era descendiente de Juan Jofré de Loayza, compañero de Pedro de Valdivia durante la conquista de Chile, primer alcalde de la ciudad de Santiago y fundador de la ciudad argentina de San Juan.

Siendo un niño de 6 años, presenció el bombardeo de la ciudad por los buques españoles en aquella guerra que Chile participó apoyando al Perú. Pero nada de esto hacía prever los cambios dramáticos que se avecinaban y que marcarían la vida de los jóvenes durante los últimos años del 1800. A principios de 1879 se da inicio a las acciones militares que terminarían en la guerra del pacífico, enfrentando a Chile con sus vecinos Perú y Bolivia. Alejandro, de tan solo 19 años, al igual que sus hermanos Pedro y Antonio, no dudó en alistarse en el ejército chileno.

En mayo de ese año viaja a la ciudad de Antofagasta, como subteniente de la Primera Compañía del Primer Batallón del Segundo de Línea (actual Regimiento de Infantería Nº2 Maipo), al mando del Teniente Coronel don Eleuterio Ramírez. En la siguiente fotografía, tomada en el año de 1879, por el fotógrafo estadounidense Eduardo Clifford Spencer antes de la batalla de Tarapacá, se puede observar a la oficialidad del Segundo de Línea en Antofagasta.

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Figura 1: Oficiales del Regimiento 2° de Línea

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En la fotografía anterior, aparecen: 1era fila: Subtenientes Carlos Arrieta, Pedro María Parraga (**), Abraham Valenzuela, José Tobías Morales (*), Alejandro Fuller; Capitán Bernardo Necochea (**), Subtenientes Clodomiro Bascuñán (*), Ramón Jarpa y Salustio Ortiz. 2da fila: Subtenientes Manuel Larraín (**), abanderado Telésforo Barahona (*), Capitán José Ignacio Silva (*), Cirujano Julio Gutiérrez, Capitán Diego Garfias (*), Comandante Eleuterio Ramírez (*), Sargento Mayor Miguel Arrate, Capitán Emilio Larraín (**), Sargento Mayor Liborio Echanez, Capitán Pablo Nemoroso Ramírez, Subtenientes Aníbal Carretón y Manuel Luis Olmedo (**). 3era fila: Cantinera (*), Sargento Mayor Daniel García; Subtenientes Belisario Zelaya, Caupolicán Santa Cruz, Teniente Joaquín Arce, Subteniente Carlos Gaete, Sargento Justo Urrutia, Subtenientes Telésforo Guajardo (*), Emilio Herrera (**), Emilio Vijil; Teniente N. Reyes, Subtenientes Francisco Lagos, Aarón Maluenda, Víctor Lira (**); Tenientes Pedro Nolasco Canto, Jorge Cotton (*); Subtenientes Belisario López (*), Enrique Tagle (**); Teniente Abel Garretón (**), Subteniente Ricardo Bascuñán (**), Teniente Roberto Concha. Falta el segundo comandante, Bartolomé Vivar (**). En ella se muestran Con (*) los muertos y (**) los heridos durante la batalla de Tarapacá: Las primeras acciones bélicas en donde participaría el subteniente Fuller, correspondieron al desembarco, asalto y toma de Pisagua el 2 de Noviembre de 1879, fase inicial de las (2) Operaciones por el control de Tarapacá.

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Figura 2: Desembarco de Pisagua

Después de la toma y control de Pisagua, el ejército chileno comenzó una serie de incursiones en el territorio de Tarapacá, con el objetivo de afianzar sus posiciones y controlar las vías de suministros. Durante estas incursiones, se registran dos enfrentamientos militares. El primero de ellos, en “Germania” el 6 de Noviembre y el segundo, el combate de “Dolores” o también llamado “San Francisco”, el 19 de noviembre de 1879. Sin embargo, la mayor acción en este desértico teatro de operaciones en la que participó el entonces subteniente Fuller, fue la batalla de Tarapacá del 27 de Noviembre de 1879 entre las fuerzas chilenas al mando de Luis Arteaga y las peruanas, comandadas por Juan Buendía. Este combate fue desastroso para el ejército chileno, y en especial para el 2º de línea, que literalmente fue masacrado en la quebrada de Tarapacá. Al finalizar la batalla, se contabilizaron 516 muertos y 179 heridos en el bando chileno. En el 2º de línea, el 40% de su contingente murió o quedó herido. En aquella quebrada dejaron su vida el Comandante, el teniente coronel don Eleuterio Ramírez, su segundo jefe, el teniente coronel don Bartolomé Vivar, los capitanes Diego Garfias Fierro, Ignacio Silva y José Antonio Garretón, el teniente Jorge Cotton Williams y los subtenientes Telésforo Guajardo, Belisario López, Clodomiro Bascuñán, Telésforo Barahona, José Tobías Morales y Francisco 2º Moreno. Además de las enormes pérdidas humanas, en esta batalla, el 2º de Línea perdió su estandarte. Después de la batalla de Tarapacá, el regimiento fue reorganizado y llenadas sus plazas vacantes. En marzo de 1880, en el paquete Maule, llegan a la ciudad de Valparaíso los restos de Eleuterio Ramírez, para ser conducidos hacia Santiago. En el trayecto, recibe homenajes en la ciudad de (3) Llay Llay, tal como se publicó en el "Boletín de la Guerra del Pacífico" , del cual se extrae la siguiente cita (sic): "A las nueve i media de la mañana del día siguiente, el señor Intendente Altamirano despedía en la estación del Barón de Valparaíso, el convoi portador de los nobles restos, que se ponían en marcha con dirección a Santiago. Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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El convoi se detuvo en Llai-Llai para recibir una corona que los vecinos de aquel pueblo dedicaban a los mártires i otra corona especial que a su antiguo jefe consagraba el subteniente del segundo de línea don Alejandro Fuller. " Terminadas las operaciones en Tarapacá y la zona estando bajo dominio chileno, comienza las acciones para el control de Tacna y Arica. En febrero de 1880, el 2º de línea es embarcado en Pisagua hacia el puerto de Ilo. Ahí es integrado a la división Baquedano, encargada de neutralizar a la 1° División del 2° Ejército del Sur Peruano. El 12 de marzo comienza la marcha de 87 Km por el desierto entre el puerto y la ciudad de Moquegua. Eran 4.000 soldados al mando del General Baquedano con el objetivo de enfrentar a los 1.400 efectivos del Coronel Gamarra, asentadas en Moquegua. Al llegar a Moquegua, Gamarra se había retirado días antes (17 de marzo) a la meseta del cerro de “Los Ángeles” distante unos 20 Km en dirección noreste de la ciudad. El 22 de marzo de 1880 se enfrentan ambos ejércitos en la llamada batalla de Los Ángeles. La misión del 2º de línea, en ese entonces al mando del comandante Estanislao de Canto, era cortar la retirada de las tropas peruanas, pero es sorprendida al amanecer en una quebrada angosta. Fueron cuatro horas de lucha para ganar posiciones y desalojar al enemigo. Esta victoria, permitió al ejército chileno el control del departamento de Moquegua e iniciar la próxima campaña sobre Tacna y Arica. Durante el siguiente mes, el 2º de línea permaneció en Moquegua, hasta que fue trasladada al sector del rio Sama, ubicado entre esa localidad y la (4) ciudad de Tacna . Estando en Sama, en el campamento Buenaventura, el subteniente Fuller escribió dos cartas a su madre, doña Rosa Jofré, las cuales reproducimos a continuación y que describen el ánimo (5) que existía en el ejército chileno. Ambas cartas fueron publicadas en el periódico el “Atacama” . Dos cartitas del campamento chileno publicamos en seguida. Pertenecen a un joven oficial, todavía un niño, que dio grandes muestras de valor en Tarapacá, mostrándose a la altura de su rejimiento, el 2° de línea. En sus cartas, cartas íntimas escritas a su mamá, se ve la confianza, el patriotismo, el entusiasmo ardiente del chileno que está dispuesto a sacrificarse por su patria. ¡Quiera Dios que haya tenido la suerte de librar como en Tarapacá, para que pueda volver al seno de su familia con vida i con los honores que tanto merece! Campamento de Buenavista, mayo 10 de 1880.Señora Rosa Jofré de Fuller.Querida mamá: Espero que ésta los encuentre a todos buenos. Nosotros estamos en capilla puesto que nos hayamos al frente del enemigo. Tal vez dentro de cinco días mas daremos el combate mas grande que ha visto Sud America. El enemigo nos espera dos leguas mas acá de Tacna, atrincherado en un cerro. Ya ve, pues, mamá, si no estaremos todos mui contentos, sobre todo sabiendo que en esta batalla se decidirá la suerte del miserable Perú. Nuestros soldados piden a gritos que los lleven a castigar a los enemigos. Todos están dispuestos a morir por su patria. Son mui nobles nuestros soldados: valientes hasta rayar en temeridad. En fin mamá, en pocos días mas el telégrafo le anunciará el mas hermoso triunfo. Somos quince mil hombres para castigar al enemigo. Memorias a todos, i usted querida mamá, reciba el amor de su hijo. Alejandro Fuller Campamento de Sama, mayo 12 de 1880 Señora Rosa J. de Fuller Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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Querida mamá: Espero que ésta los encuentre a todos sin novedad. Yo como siempre bueno de salud i próximo a rendir mi vida en el campo de batalla. Ya estamos aburridos de los doce días de estadía en este valle. Solo esperamos para marchar que lleguen de Ite la artillería i Zapadores. Mañana llegan estos cuerpos i la marcha sobre Tacna será luego. Ayer estuvo a la vista una avanzada enemiga de caballeria e infantería. En el acto se mandó tropa de caballeria nuestra, a perseguirla, mientras que nosotros nos poníamos sobre las armas. Asi lo pasamos toda la noche. Preciosisimo es nuestro campamento: se ha formado a la orilla del valle una población de mas de una legua de largo con hermosas calles i plazas. Las casas son formadas de ramadas embanderadas i dan un lindo golpe de vista. Ya tenemos todo el parque de artillería reunido; tenemos cuatro millones de tiros para nosotros. Ayer pasó revista el jeneral a todo el ejército i formamos una línea de tres leguas de largo i eso que faltaban cuatro mil hombres, que son los que estaban en Ite i llegan mañana. Tenemos viveres en abundancia; buena carne; nada nos falta; lo único que no hai son legumbres; el ejército calzado con botas cocidas i vestido con un uniforme flamante. Lindisimo traje; todo nuevo. Estamos equipados de lo mejor. El ejército bien disciplinado i valiente. ¿Qué le falta? Pelear no mas i el triunfo será seguro. Todo el ejército sabe mui bien en caso de un desastre no hai salvación, i por consiguiente todos han jurado que mientras quede uno vivo ese peleará hasta que sucumba. Memorias a todo i usted reciba el cariño de su hijo que se despide hasta después de Tacna. Alejandro Fuller

Desde Sama, las tropas marcharon en dirección de Tacna, ubicándose en Quebrada Honda el 25 de mayo de 1880. A las 07.30 hrs. ambos ejércitos se divisan. Baquedano organiza las tropas en 5 divisiones. Tres atacarían de frente y serían comandadas por los coroneles Barceló, Amunátegui y Barbosa. Las otras dos divisiones estarían comandadas por los coroneles Amengual y Muñoz en la reserva. El coronel Barceló comenzó el ataque por el centro con el 2° de Línea a la izquierda, el regimiento Santiago al centro y el batallón Atacama a la derecha. El 2º de Línea tenía al frente al batallón peruano Zepita (4º de Línea), con el cual se había enfrentado en Tarapacá. Los soldados marcharon de carrera al asalto. El Comandante ordena detenerse, los cornetas tocan alto, el Atacama y el Santiago se detienen, pero el 2º sigue su carrera contra el enemigo. Se toca alto por segunda vez, el 2º de línea continúa su marcha en busca de su estandarte. A través del fuego enemigo, los soldados llegan sin municiones a las trincheras contrarias. Continúa la lucha, casi cuerpo a cuerpo. Los soldados buscan pertrechos entre los heridos y los muertos para mantener las posiciones a la espera de refuerzos del Coquimbo. Amengual y Barceló se habían batido con casi todo el ejército Perú-Boliviano Lo anterior queda refrendado en las siguientes líneas que extractamos del relato de un testigo de dicha batalla. "Eran las 11 h. 29 m. A.M. El comandante Gorostiaga manda de frente, guía al centro i el cuerpo marcha al campo de la gloria sereno i tranquilo. La tropa iba vestida de brin i los oficiales de negro, como para indicar al enemigo que podían apuntar bien, pero que estaban dispuestos a disputar la victoria. A quinientos metros de la línea chilena, el n°1 de Coquimbo se desplegó en guerrilla i bajo un fuego mortífero empezó su marcha de avance, sin disparar un tiro. Caían oficiales i caían Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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soldados, pero no era posible hacer uso de los rifles, porque delante estaban el Santiago i el 2°, a los cuales se temía herir. En tanto, el enemigo avanzaba i avanzaba siempre: su tropa asesinaba a los heridos a nuestra vista, el subteniente Fuller del 2° recibía, herido como estaba, dos culatazos en la cabeza, que felizmente no fueron mortales. El Coquimbo marcha entonces al trote, i rebalsando la línea del 2° i Santiago se encuentra a doscientos cincuenta metros del enemigo, que viendo un nuevo cuerpo, detiene su avance. El comandante a su vez, toca alto la marcha i fuego." En el parte de la batalla, el comandante del 2º de Línea, don Estanislao del Canto, hace la siguiente relación de la batalla de Tacna. Muertos:

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Capitán, don Francisco Olivos. Subteniente Echeverría.

Heridos:

Sargento Mayor don Abel Garretón. Capitán don Roberto Concha, Tenientes, señores Manuel Luis Olmedo y Pedro María Párraga, Subtenientes señores Alejandro Fuller, Carlos Arrieta, Manuel Vinagre, Rodolfo D. Ramírez, José Sabino Aguilera, Tomás Valverde, Guillermo Vigil, Manuel J. Necochea y Alejandro Gacitúa.

Muertos de tropa……………….. 28 Heridos de tropa……………….. 185 El 2º de Línea se había presentado a la batalla con sólo 598 hombres, dado que la tropa había sido diezmada por una epidemia días antes. Al final de la acción se habían perdido 229 hombres, 30 muertos y 199 heridos. Al 27 de mayo de 1880, la unidad estaba reducida sólo a 369 hombres, sólo un tercio del personal que debía tener.

Figura 3: Batalla de Tacna. Entierro de combatientes

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Después de Tacna, la unidad volvió a reorganizarse y destinada a la I Brigada de la 1era. División. Meses más tarde, en septiembre de 1880, Alejandro Fuller es ascendido a Teniente del (6) 2º de Línea En Noviembre de 1880, el 2º volvió a la acción. Comenzaba la campaña de Lima. Fue desembarcado en el puerto de Pisco, distante a 242 km al sur de la capital del Perú. La marcha duró 13 días por un territorio desconocido y hostil, hasta llegar a Lurín, sector costero al sur de Lima. Estando en el poblado de Lurín, el 11 de enero de 1881, en solemne ceremonia, el General Baquedano hace entrega del estandarte, recuperado desde la Iglesia de San Ramón en la ciudad de Tacna por el capellán Ruperto Marchant Pereira. En la ceremonia participaron todos los sobrevivientes de Tarapacá, se ofició una misa, el presbítero Esteban Vivanco bendijo el estandarte y lo entregó al comandante Estanislao del Canto. La estrella bordada sobre una bandera roja, con diecinueve marcas de balas volvió al 2° de Línea y lo acompañó durante los cuatro años siguientes de la guerra. Había pasado un poco más de un año desde Tarapacá.

Figura 4: Estandarte 2º de Línea

Figura 5: 2º de Línea en Lurín - 1881

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En enero de 1881, parten desde Lurín, 916 hombres del 2º de Línea con destino a la villa de Chorrillos, hoy distrito costero de la capital peruana. El 13 de enero de 1881, los ejércitos de Chile y Perú se enfrentan en las afueras de Lima. Su objetivo, tomar el control o defender, dependiendo del caso, la ciudad capital. El 2º de Línea ataca el ala derecha de la línea de defensa peruana y sufre bajas de consideración. La victoria se inclina hacia el lado de Chile. Dos días después del combate de Chorrillos, los adversarios se enfrentan en las puertas de la capital, en el sector de Miraflores. El 2º de Línea, apoyando esta vez a la Tercera División, nuevamente sufre importantes bajas, llegando a casi el 50% de su contingente. Las tropas chilenas entran y ocupan Lima el 17 de enero de 1881. La campaña de Lima había concluido.

Figura 6: Tropas Chilenas ingresan a Lima

Figura 7: Palacio de Gobierno en Lima

En el periodo de poco más de un año y medio de participación en la guerra, este regimiento había perdido en combate 1.041 hombres (480 muertos y 561 heridos), dando una verdadera muestra de coraje y valentía. Ya estando en Lima, el Regimiento 2º de Línea cambia su nombre por “Batallón Tacna 2º de Línea” como un homenaje a los vencedores del “Alto de la Alianza”. Por sus méritos y participación en la Guerra del Pacifico, el entonces teniente, Alejandro Fuller, recibió las medallas a la “Campaña al Perú y Bolivia” y “Campaña de Lima”.

Figura 8: Medallas Campañas Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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Lima queda al mando del coronel Cornelio Saavedra, y a contar del mes de mayo de 1881, lo sustituye el contralmirante Patricio Lynch. Por otra parte, después de la caída de Lima, las fuerzas rebeldes peruanas fueron reagrupándose en Cajamarca al mando de Montero, en Chosica junto a Cáceres, y en Arequipa, con Latorre, amenazando toda posibilidad de diálogo y paz. Para el año nuevo de 1882, Patricio Lynch sale con 3.000 hombres en expedición a la Sierra con el objetivo de controlar a Cáceres. Este último, conociendo los movimientos chilenos, se retira a Tarma. Cuando los chilenos llegan a Chicla, Cáceres ya no está. Lynch vuelve con sus soldados a Lima, lo cual no fue comprendido por Santiago. Se manda a Gana nuevamente a la Sierra, con todas las dificultades que la altura, las lluvias y deshielos significaba. Llegan a Tarma el 25 de enero, habiendo pasado por Chicla, la Oroya y el valle de Junín. El 1 de febrero de 1882, asume el mando de la expedición el Coronel del 2º de Línea, Estanislao del Canto, y decide dividir la fuerza en dos grupos. La fuerza chilena estaba compuesta por:     

Batallón 2º de Línea "Tacna" Batallón 6º de Línea "Chacabuco" Batallón "Lautaro" 1er. Escuadrón de Carabineros del Yungay 1era. Brigada del Regimiento de Artillería Nº1

Las tropas chilenas avanzan hacia el sur, pasan el pueblo de “La Concepción” y se enfrentan con Cáceres el 5 de febrero en Pucará. Cáceres ordena la retirada hacia la “Garganta de Marcavalle” y queda fuera del alcance de los “Carabineros de Yungay”, sus perseguidores, al mando del Mayor Roberto Bell. Del Canto regresa a Huancayo, destina tropas en Junín y Oroya y envía destacamentos a custodiar el interior. Las tropas chilenas carecían de provisiones, las enfermedades como el tifus y viruela comienzan a aparecer y Cáceres cada vez más audaz. Comienzan las deserciones dentro de la tropa y del Canto viaja a Lima a pedir autorización a Lynch para evacuar el departamento. La situación era realmente crítica. Consciente de la situación de los chilenos, Cáceres planifica para el 9 de julio asaltos simultáneos en “La Oroya, Concepción y Marcavalle”. Después de la derrota en Marcavalle y la masacre de los 77 soldados en “La Concepción”, las tropas chilenas se concentran en Tarma. Las hostilidades continúan. Compañías del Lautaro y del 2º (Tacna) deben resistir asaltos peruanos los días 15 y 17 de julio de 1882. Después de 7 meses en la sierra peruana, las tropas chilenas completamente agotadas y diezmadas por los ataques y enfermedades regresan a Lima el 31 de Julio de 1882. La expedición de Estanislao del Canto a la Sierra peruana había concluido. Esto permitió a Cáceres tomar el control de la sierra y establecerse en Tarma 4 meses después de la expedición del Canto, el 26 de Octubre de 1882, Alejandro Fuller es (7) ascendido al grado de Capitán del 2º de Línea. Cáceres seguía concentrado en la sierra y era una amenaza permanente para la paz. El 25 de abril de 1883, del Canto, con 1200 hombres del 2º de Línea y el Coquimbo salen con destino a la sierra para reunirse con León García, quien había salido semanas antes de la capital peruana. Quedarían bajo las órdenes del Coronel Arriagada, con quien se juntan el 12 de junio en Aguamiro. La intención era cercar y enfrentar a Cáceres. Arriagada marcharía de sur a norte, y Gorostiaga, quien había salido desde la ciudad de Trujillo, marcharía en sentido contrario. Quizás por desconocimiento de la zona o engaño de los lugareños, Arriagada toma una decisión errada y marcha hacia el sur. Después de espantosas marchas, atravesar la cordillera de la Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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Oroya en invierno, el macizo de Pasco, cruzar la serranía de Guaramarca, durmiendo en los páramos, mal alimentados y mal vestidos, llegan a Lima el 5 de Agosto. Habían quedado fuera de la gloria de la última gran batalla de la Guerra del Pacífico. Después de 4 meses, sin enfrentar al enemigo, habían perdido 732 soldado de un total 3.334 plazas. Gorostiaga quedaría sólo para enfrentar a Cáceres en Huamachuco el 10 de julio. Vencida la resistencia de Avelino Cáceres en la batalla de Huamachuco, el único bastión que atentaba contra la paz en esta larga guerra, era contralmirante Lizardo Montero y sus fuerzas asentadas en la ciudad de Arequipa. El Presidente Santa María ordena a Lynch preparar la ofensiva final. Se encarga al Coronel José Velásquez preparar una expedición a la ciudad blanca. El parte desde Tacna en Septiembre de 1883, rumbo a Moquegua con un contingente de 2.200 hombres. En paralelo, Lynch ordena al Estanislao del Canto partir desde el Callao con 3.000 hombres rumbo a Pacocha, en las cercanías de Ilo. Reunidos ambos contingentes, los 5.200 hombres del ejército chileno parten rumbo a Arequipa para enfrentar a los 3.200 soldados de Montero. Después de algunas maniobras de ambos lados, las fuerzas chilenas entran a la ciudad el 29 de octubre de 1883 sin encontrar resistencia. Días antes se había firmado el tratado de Ancón que ponía fin a la Guerra del Pacífico. Con esto, comenzaba la desocupación del Perú. Las fuerzas chilenas en Arequipa permanecieron hasta agosto de 1884 en la ciudad, siendo estás, las últimas en abandonar el territorio peruano. Específicamente, el batallón 2º de Línea se embarca en el vapor Amazonas en el puerto de (8) Mollendo el 12 de agosto de 1884, desembarcando en Arica al día siguiente. Alejandro Fuller había comenzado con 19 años en el Segundo de Línea, combatiendo en Pisagua, Tarapacá, Ángeles, Tacna, Chorrillos y Miraflores. Participando en la expedición a Moquegua, la marcha hacia Lima, las expediciones “del Canto” y “Arriagada” en la sierra peruana y la expedición a Arequipa. En total, habían sido 5 años y medio de lucha combatiendo primero junto a “Eleuterio Ramírez” y posteriormente con “Estanislao de Canto”. Al terminar la guerra tenía recién 24 años. Evacuadas las fuerzas de ocupación del territorio peruano, Alejandro Fuller, junto al 2º de Línea, (9) fue destinado a la Araucanía . En 1889, el batallón Tacna se encuentra en la provincia de Malleco dedicado a la prevención del bandidaje, labores sanitarias, custodia de prisioneros, en (10) las ordenanzas y los destacamentos. En 1886 es elegido como presidente de la república, por amplia mayoría de los electores, el liberal José Manuel Balmaceda. A medida que transcurría su mandado, la situación política interna se fue polarizando. Salen del gobierno los nacionales y en 1890 el ambiente estaba muy complicado. La división entre el ejecutivo y el congreso era evidente. Ese año se sucedieron varios ministerios, y los militares comenzaron a ser parte de ellos. Tal es el caso de los Generales Velásquez y Gana (Ministerio Ibáñez, enero-mayo; Ministerio Sanfuentes, mayoagosto de 1890; Ministerio Vicuña, octubre 1890- marzo 1891; Ministerio Godoy, marzo-mayo y Ministerio Bañados, mayo-agosto de 1891). Los militares comienzan a participar en forma más activa en la política, a través de mítines, reuniones y concentraciones. El 15 de agosto de 1890, Alejandro Fuller participa en el banquete que ofrece los miembros del partido liberal en honor al Ministerio de Mayo en el salón filarmónico (11) . Los ataques en medios periodísticos de un bando hacia el otro se hicieron permanentes. El quiebre institucional se hizo evidente y era cosa de tiempo para que se produjera el conflicto definitivo. En enero de 1891 la escuadra se subleva contra el Presidente Balmaceda, dando origen a la Guerra Civil de 1891. Las fuerzas opositoras a Balmaceda se instalan en el norte de país. El Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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gobierno, tratando de controlar el avance del enemigo hacia el sur, refuerza la zona norte y trata de controlar a los insurrectos en Coquimbo. El gobierno de Balmaceda contrata al vapor “Luis (12) Cousiño” , y lo deja al mando del capitán Policarpo Toro. En él se embarca en el puerto de Lota una compañía del 2º de Línea y el batallón Angol al mando del Coronel Miguel Arrate Larraín con destino a Tarapacá. No pudiendo desembarcar en las cercanías de Iquique, se (13) continuó al norte, desembarcando en Sama el 10 de febrero de 1891 . Después de una marcha de 230 km y 10 días en dirección sur, se unen al comandante Eulogio Robles en la oficina Primitiva, al norte de Huara. El Estado mayor General del ejército de Balmaceda durante (14) la batalla de Pozo Almonte estaba constituido por :

Figura 9: Jefes y Oficiales Batalla Pozo Almonte Por otra parte, a finales de febrero de ese año, Estanislao del Canto, antiguo jefe de Miguel Arrate y Alejandro Fuller durante 5 años de la guerra del Pacífico, desembarca en Iquique con 1.400 soldados revolucionarios. Inevitablemente, antiguos camaradas de filas se enfrentarían, unos defendiendo al gobierno de Balmaceda, y el otro, a la junta de Gobierno presidida por Jorge Montt. Ambos ejércitos se enfrentan en Pozo Almonte. Fue una batalla sangrienta, sin dejar heridos de ninguno de los dos lados. Tras dura lucha, el coronel Robles, herido, entrega el mando al coronel Gana y ordena la difícil retirada hacia Tarapacá a través de la pampa del Tamarugal. Esta derrota significó la pérdida definitiva para el gobierno de las provincias de Tacna, Arica, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, y colocó a Balmaceda en una situación crítica para poder controlar la revolución. Tras la derrota, en los partes oficiales del comandante Arrate, destaca al entonces Sargento Mayor Fuller, tal como lo menciona el comandante Emilio Gana en su relato de La batalla de (14) Pozo Almonte y los sucesos posteriores y que una parte transcribimos a continuación

Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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Figura 10: Parte de Emilio Gana sobre la Batalla de Pozo Almonte y sucesos posteriores Tras una extenuante marcha, perseguidos por las tropas congresistas, cruzan el desierto, se internan en la cordillera y llegan a la ciudad de Arica el 20 de Marzo. Las tropas recorrieron a pie 350 km durante 13 días, con un clima inclemente de día y noche, con pocas provisiones y escasa agua. De los 1200 hombres del combate de Pozo Almonte, solamente llegan 500 al puerto del norte. En abril, Miguel Arrate queda como Intendente en Tacna, y comienza la reorganización para defender Arica. Contaban con 537 hombres. Los revolucionarios que iban a su encuentro sobrepasaban los 1.400. Con esa información, el comandante, de forma de evitar una matanza, ordena la retirada. En la madrugada del 6 de abril, las fuerzas leales salen de Arica con destino a Sama, a través de Tacna. El día 7 de abril cruzan la frontera, pasan por Mollendo y se dirigen hacia Arequipa. En esta ciudad, las tropas del comandante Arrate permanecerán hasta el fin de la guerra civil. Sin embargo el Sargento Mayor Alejandro Fuller no acompañó a sus compañeros de armas que salían desde Tacna hacia el Perú. Producto de un accidente sufrido con su caballo antes de la partida, debió permanecer en reposo en la ciudad norteña. Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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El teniente Vital Campos Mora , entrega mayores detalles del desafortunado accidente, cuando escapando de las derrotas sufridas durante la campaña del norte, y con el objeto de rearmarse, llega a Tacna y toma contacto con Alejandro Fuller. "Llegamos al cuartel siempre con el Teniente de Artillería, estando dentro del cuartel yo me hice para atrás diciéndole siga ya vuelvo y entonces me fui con un primero de policía, llegué a una esquina me desmonté y le entregue el caballo al primero y me fui donde la señora del Sargento Garrido del Granaderos, también gobiernista. Por esta señora supe todo lo que había pasado en la noche anterior, en la forma que se habían ido las fuerzas de gobierno y también supe de un accidente desgraciado que le había sucedido al Sargento Mayor del estado Mayor señor Fuller, este señor al tiempo de la partida se dio una vuelta de a caballo tan feroz según me dijeron que en el acto quedó arrojando sangre, por lo que se vio obligado a quedarse en un hotel de Tacna, yo en tanto supe esto me fui a saber de él y para ver que medidas podía tomar con respecto a mi situación. El me hizo varias observaciones sobre lo que pensaba hacer para no caer en poder enemigo, yo le dije que a toda costa me iba a Sama o me embarcaba para Valparaíso, el me dijo que en una hora más llegaban las fuerzas de la oposición y que Canto le colocaría en estricta incomunicación y que por lo tanto ya no sería fácil poder verlos más y me despedí de dicho jefe recibiendo de él 50 pesos en dinero, más instrucciones para que se me entregará una mula que le pertenecía a él y que estaba en el cuartel de artillería una montura y víveres que él tenía en el hotel. Es todo lo que pude conseguir porque en ese momento llegó el primer convoy conduciendo las primeras fuerzas de la oposición que ocupaban el territorio tacneño dejado por nuestras fuerzas …….. El relato continúa: ……… a un lado de la estación, estaba un oficial de policía montada en una mula y el capitán dijo llévenlo al cuartel, luego nos pusimos en marcha y una vez en el cuartel se me entregó a la guardia incomunicado, se me hizo entrar y se me colocó al final de un corredor sentado en un cajón con centinela de vista, yo pensaba que la cosa era tan seria, que cuando quise levantarme, ya que el dolor era insoportable, el centinela me indicó que no podía moverme, tuve que sentarme y permanecí inmóvil como 2 horas más, hasta que por fin una voz dijo que lo pasen a la mayoría y luego se presentó el cabo de guardia indico al centinela que me condujera a la mayoría, allí estaba el mismo capitán que me había mandado de la estación más un Teniente y un Alférez estos eran comandante de policía el primero y su ayudante, luego el comandante me dijo entregue ud la correspondencia de Fuller a lo que yo conteste, no se que es eso de Fuller, no sabes que es un Sargento Mayor y está enfermo en Tacna, yo conteste que no lo conocía, entonces éste me dijo no eres militar, yo comprendiendo que estaba todo perdido ……….." La narración cuenta como estando herido, fue tomado prisionero por las fuerzas dirigidas por su antiguo jefe de la guerra del Pacífico, “Estanislao del Canto”. Su cautiverio implicó pasar de buque en buque y de cárcel en cárcel durante la guerra civil, además de ser eliminado del escalafón del ejército. El diputado don Anselmo Blanlot Holley, quien fuera tomado prisionero en la batalla de Pozo Almonte, entrega un relato sobre su cautiverio y aporta nuevos antecedentes sobre la situación (16) del mayor Alejandro Fuller : "Materialmente no había espacio para que cupieran todos tendidos en el suelo, de manera que soportaban por turno el suplicio de mantenerse en pie. Varios centinelas los vigilaban con orden de hacer fuego al menor ruido o movimiento, así es que todos permanecían silenciosos, comunicándose por miradas sus tristísimas impresiones. Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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Sufrieron aquel martirio inquisitorial los siguientes jefes, cuyos nombres anoté en memoria de aquel acto de incalificable barbarie: «Riquelme, Jiménez, Valdivieso, Ramírez, Romo, Aguajeo, Tinsler, Valenzuela, Miranda, Villanis, Alveal, Robledo, Vivanco, Espinosa, Blanco. Se les notificó que serían pasados por las armas y contaban las horas y los momentos con el afán de una creciente agonía. Se les impidió que tuvieran más ropa que la insuficiente que llevaban puesta, y ésta era la misma con la que meses atrás se les había tomado prisioneros. Hubo escenas desgarradoras. El comandante don Marco Aurelio Valenzuela, cuyo único delito consistió en haber defendido ardorosamente la plaza de Pisagua, fue degradado en presencia de las tropas revolucionarias, arrancándole un soldado del 4º de Línea, el cuerpo del cual había sido jefe, las presillas de teniente coronel. El comandante don Antonio Cervantes, fue encerrado durante dos meses en una pieza empedrada, sin permitírsele el mas leve abrigo, a pesar de encontrarse herido y enfermo. El sarjento mayor don Alejandro Fuller, que después de batirse denodamente en Pozo Almonte, fuera tomado prisionero en Tacna, cuando yacía en su lecho de dolor exánime y casi moribundo, de resulta de una horrorosa homorrajia, fue sujeto al régimen de los reos comunes y alimentado únicamente con frejoles, como los demás presos políticos, cuando los médicos le habían preescrito que solo bebiera leche. En otra parte del texto, Blanlot Holley relata los acontecimientos ocurridos durante la noche del 23 al 24 de julio de 1881, cuando se encontraba prisionero a bordo del “Abtao”. A eso de las nueve de la noche se hallaban reunidos en la cámara del comandante, el capitán de corbeta don Víctor Donoso, que era aquel dia jefe de bahía, el teniente Bari, el guardia marina Abasólo y el contador Calvo. Dos botellas de coñac colocadas sobre la mesa aumentaban la animación de los nobles marinos. Pasadas las primeras espansiones (nombre que hoy se da á todo pensamiento bastardo ó á todo acto infame) se convino entre ellos en constituir un consejo de guerra y juzgar a los prisioneros. El momento no podía ser más oportuno: era el tercer aniversario mensual del hundimiento del «Blanco». Nosotros, entretanto, tendidos en la cama y comedor de guardias marinas, en número de más de cincuenta, sin ropa de cama y sin abrigo, procurábamos conciliar el sueño, ajenos á la trama miserable que en contra nuestra se estaba urdiendo. La ronca voz de Barí se hizo oir á eso de las nueve y media, más ó menos. Capitán Toro, suba á la cámara. El aludido era el capitán de fragata don Policarpo Toro, quien había sufrido largos meses de absoluta incomunicación, sin que el compañerismo profesional le hubiera servido de resguardo para ahorrarle rigores y humillaciones. Al cabo de algunos minutos volvió Toro, refiriéndonos la escena que tenía lugar en la cámara. Se le preguntó si insistía en sus ideas políticas y como respondiera afirmativamente, se le dijo que tendría que cargar con las consecuencias de su empecinamiento. Llamados después el comandante Cervantes y yo, fuimos conducidos por Bari y algunos marineros á los pañoles de popa, que están en el departamento donde duerme la tripulación. Cuando estuvimos encerrados oimos que Bari decía a los marineros: « estos son los autores Biografía – Alejandro S. Fuller Jofré

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del hundimiento del «Blanco» los asesinos de los marineros de la «Guale» Esta noche deben ser todos castigados.» Una gritería infernal fué la respuesta. Al cabo de un rato oimos nuevamente la voz de Bari que ordenaba atar al prisionero don Roberto Zamorano y en seguida decir á un cabo: Va usted á matar á ese miserable. Azótelo sin piedad. Durante largo rato solo se escuchó el terrible ruido del látigo y los gritos lastimeros del flajelado, interrumpidos por las imprecaciones de Bari, que no cesaba de incitar al cabo para que apretara más la mano. Cuánto tiempo trascurrió? No podría decirlo. Lo que puedo asegurar al Tribunal es que al dia siguiente he visto las profundas heridas producidas por los azotes y ellas causaban horror al ánimo más entero. Literalmente el infeliz tenía los huesos de las asentaderas casi al descubierto! Recibió ciento diezinueve azotes, con un cable torcido y mojado con agua de mar! La violencia del dolor le arrancaba jemidos atroces. Entonces Bari, para hacerlo callar: tomó una cabilla y, colocándosela en la boca en forma de mordaza, por su propia mano, mientras afirmaba una rodilla en la parte posterior del cuello, tiró con fuerza hacia atrás y lo ató con un cordel. Los tirones fueron tan recios que dos dientes se quebraron y otro cayo de raiz, mientras las encías y los labios se despedazaban y llenaban de sangre! En seguida fué arrojado á un pañol de cadenas, junto con el mayor don Alejandro Fuller y se les dejó caer encima una tetera con agua hirviendo. Allí permanecieron hasta la mañana del dia siguiente. La guerra civil de 1891 termina después de las batallas de Con Con y Placilla en el mes de agosto. El 4 de septiembre se decreta la “disolución del antiguo ejército de la dictadura” con las firmas del presidente de la Junta de Gobierno, el capitán de navío Jorge Montt y su Ministro de (17) Guerra y Marina, Joaquín Walker . En la misma línea del decreto anterior, la Junta decreta que el Comandante en Jefe del Ejercito Constitucional dicte las medidas para juzgar a la brevedad, de acuerdo a la ordenanza militar a los "capitanes, jefes y oficiales generales que, obedeciendo al Gobierno Dictatorial, (18) prestaron servicios en cualquiera fecha del presente año" . El 26 de diciembre de ese año se dicta una amnistía para todos los individuos que hayan cometidos crímenes políticos entre el 1 de enero y 29 de agosto de 1891, con excepción de Coroneles y Generales, además de Ministros, y otras autoridades que habían participado en el gobierno de Balmaceda. Posterior a la guerra civil, y habiendo sido amnistiado, Alejandro Fuller pasa a retiro con el grado (19) (20) de sargento mayor del ejército, fijando su residencia en la comuna de Quillota . Antes de la guerra civil, el 29 de julio de 1889, don Alejandro Fuller contrae matrimonio en la ciudad de Santiago, con doña Josefina Santos Tellechea. Ella era hija de Don Pedro Antonio (21) Santos y doña Elena Tellechea Vásquez . Días antes, el 27 de julio y ante el notario don Isaac Ortiz Vera, los novios habían celebrado sus capitulaciones matrimoniales. En ellas, doña Josefina aportaba al matrimonio una serie de propiedades en la calle Carmen en Santiago, terrenos (22) agrícolas en Quillota y dinero en efectivo .

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Figura 11: Registro de Matrimonio El matrimonio no tuvo descendencia y duró un poco más de 10 años. El 9 de febrero de 1900, el Sargento Mayor Alejandro Fuller fallece a la edad de 40 años producto de una enfermedad (23) cardiaca, tal como se indica en su inscripción de defunción . Sus restos descansan en el cementerio general de la ciudad de Santiago.

Figura 12: Registro de Defunción Años más tarde, en octubre de 1906, su viuda, doña Josefina Santos vuelve a contraer matrimonio con Alfonso Pérez Calderón, a quien también sobrevive. Ella fallece en su casa de la calle Carmen en la ciudad de Santiago en los años 30 del siglo XX.

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Antecedentes bibliográficos (1): Eduardo Clifford Spencer fue un fotógrafo norteamericano llegado a Chile 1870. Durante la guerra del Pacífico acudió al frente de batalla registrando las acciones durante el conflicto. El gobierno de chile lo condecoró por su labor durante la guerra. La fotografía de la oficialidad del 2º de línea fue tomada en Antofagasta antes del combate de Tarapacá. (2): Machuca, Francisco: Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico, Tomo I, 1926. (3) Boletín de la Guerra del Pacífico. 31 de Marzo de 1880, año I, Nº 30. (4) El rio Sama fue el límite político entre Chile y Perú entre 1883 y 1929 (5) Diario “ATACAMA” de la ciudad de Copiapó, Junio de 1880 (6) Memoria que el Ministro de Guerra presenta al Congreso, 1881 (7) Memorias de Guerra 1886, 1887, Escalafón del ejército. (8) Historia del Ejercito de Chile, Tomo VI, Campañas de Moquegua, Tacna y Arica, Lima, La Sierra, Arequipa y término de la guerra, 1982. (9) Memorias de guerra 1885, 1889. (10) Cuaderno de historia militar nº 3, página 133, 2007 (11) Gran banquete dado en honor al Ministerio de Mayo, Imprenta Cervantes, 1890 (12) Memorándum de la Revolución de 1891, 1892 (13) Núñez Pinto, Jorge. Crónica de la Guerra Civil 1891. 2003 (14) Rojas Arancibia, Carlos. Memorándum de la revolución de 1891, Santiago 1892, (15) Narración teniente Vital Campos Mora, Bulnes (16) Blanlot Holley, Anselmo. Mis convicciones, 1892 (17) Decreto Supremo de la Junta de Gobierno del 4 de septiembre de 1891 (18) Decreto Supremo del 14 de Septiembre de 1891, Montt, Silva, Barros Luco y Walker Martínez (19) Memoria de Guerra 1894, 1895, (20) Gaceta de tribunales 1894 Nº 4068-4118 (21) Registro Civil, Registro de Matrimonio, Moneda 225 – 1889 (22) Archivo Nacional, Expedientes Judiciales, Santiago Nº 62 1889 (23) Registro Civil, Registro de Defunciones, Moneda 541 – 1900

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