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Ciro Najle
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El Archivo de lo que aun no Existe Ciro Najle
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Así como de un laberinto solo se puede salir efectivamente por arriba, las oposiciones, las contradicciones, y las paradojas (un archivo de lo que aun no existe) solo se pueden superar con ideas que diluyen, mediante su bella complejidad, las falsas opciones, las supuestas incompatibilidades, y los dilemas en un mar de integridad cuyo único truco yace en la aun desconocida pero indudable certidumbre de su despliegue en el futuro, y cuya verosimilitud se apoya en la convicción sobre lo que ha de venir. El rigor sostenido respecto de esa simple idea se constituye como fuerza impulsora, ímpetu irracional, y pasión irrefrenable, y es capaz de mover montañas propias y ajenas. Lo inexplicable se vuelve tangible sin espacio para la duda, las promesas se vuelven hechos antes de serlo, y las invenciones suceden, aunque solo luego se hacen evidentes, como si fueran naturales.
Así, el Archivo de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos, que no es en absoluto archivo de saberes acumulados y valores existentes, ni guardián receloso y resentido de un supuesto tesoro cuya legitimidad es directamente proporcional a su obsolescencia, ni territorio confinado para la perpetuación fetichista del más de lo mismo, ni expresión de formas autoritarias de poder de aquellos que nunca realmente han tenido ni tendrán el poder (en tanto potencia) que solo otorga el puro talento y la virulencia del hacer. El Archivo de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos ha sido, desde su origen mismo, desde la innecesaria imperiosidad de su iniciativa, un archivo cuasi paradojal (irrefrenablemente cándido) de lo que aun no existe. Cabe recordar que, en un principio (esto es, en tanto su principio), no había nada para archivar.
Así como el Archivo de Arquitectura se llama Archivo, entonces, también podría llamarse construcción, y probablemente sería oportuno. Pero justamente su apertura radical y su vocación impetuosa han precisado camuflarse bajo el velo de lo existente, con cierto tono de ironía, posiblemente, con velada comicidad, sin duda, y con complicidad, para quienes vislumbraban su sentido y su tono, pero sobre todo con la fuerza que solo otorga la certeza proveniente del abrazo a lo incierto cuando este se vuelve un proyecto por definición inacabado, proyecto imposible cuya consecución irremediablemente se escapa en la misma medida en que su condiciones de existencia y sus capacidades para lograrla crecen. Más aun, el Archivo de Arquitectura se llama Archivo porque apunta a volver noble lo gris, jovial lo burocrático, vívido lo erudito, y a transformar el desapego en voluntad.
Así, el Archivo de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos lleva adelante innumerables registros y rigurosas ediciones de lo que sucede en la Escuela mientras esta se despliega como construcción cultural, incrementando la influencia de los contenidos y configurando constantemente nuevas formas con ese objetivo. Retratos, audiencias, materiales, y espacios, por un lado, ideas, proposiciones, reflexiones, y presentaciones, por el otro, sus materiales no van atrás de los hechos, sino que los anticipan mediante la forma y los nutren de sentido mediante la reproducción: los vuelven hechos históricos a priori. El Archivo de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos no solo compila conocimiento y lo difunde, sino que transforma lo contingente en memorable, lo baña de vitalidad, lo vuelve una física de la arquitectura de hoy.
El Archivo de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos organiza, no en el sentido de ordenar o clasificar, sino de constituir, configurar, y hasta predecir. Es una máquina organizativa que se construye como plano de consistencia. Al hacerlo indica, y en cierto sentido determina (más precisamente, desea), el futuro inmediato o lejano de la disciplina. Este número 11 de Archivos de Arquitectura (doblemente uno), pone sobre la mesa algunos de los materiales post-producidos en los últimos diez años por el Archivo, en versión de extractos (agudos, intensos) de la cultura arquitectónica contemporánea que se ha formado en su proceso, y hace disponibles fichas de plataformas, agendas, proposiciones, participantes, cronologías, sistemas organizativos, y vínculos a los contenidos procesados en dicho período, mediados para su uso más o menos mediato.
Se entretejen aquí una serie divergente de aproximaciones, tendencias, y posicionamientos de la arquitectura contemporánea: 01 (Cherniavsky, Mauer) la proposición y el despliegue de la construcción deleuziana de la filosofía como disciplina creativa de conceptos, y con ello, la creación del concepto de concepto en tanto creación filosófica, la superación de la oposición entre método y creación, y presentación de la idea, igualitaria pero modalmente diferenciada, de que todas las disciplinas crean, solo que con distintos objetos y medios; 02 (Andersen) las lúdicas exploraciones, invenciones y especulaciones sobre las potenciales formas arquitectónicas del suburbio americano, abordado en clave post-digital pop; 03 (Díaz) las simultáneamente certeras y poéticas afirmaciones disciplinares de un arquitecto que postula y encarna, con irreductible simplicidad y extraña sensatez, al prototipo contemporáneo (curiosamente tan poco común hoy en día) del arquitecto que piensa; 04 (Ábalos) la presentación de un modelo contemporáneo de belleza que imbrica ligera y sabiamente la buena vida como sistema de valoración fenoménica de la arquitectura con la termodinámica como parámetro y método de evaluación espacial y generación organizativa; 05 (Steele) la presentación de un programa de organización institucional que entiende la enseñanza de la arquitectura como un territorio por definición incierto y por derecho abierto, reconociendo las consecuencias de una audiencia cada vez más dispersa e indeterminable, e impulsando formatos que no fundan su valor en el realismo de las soluciones sino en la invención de nuevos problemas; 06 (Ortega) las tribulaciones camufladas de manifiestos de un arquitecto cibernético operando como parte de un comisariado en una bienal de arquitectura recientemente signada por la puja entre las políticas mediáticas de la arquitectura del consumo y las políticas culturales de la arquitectura de la provocación; 07 (Spina) las tentativas divergentes pero mutuamente resonantes hacia la construcción de un paradigma formal contemporáneo que aborda (y potencia) la efectividad de los objetos de arquitectura paradójicamente conteniendo sus capacidades comunicativas dentro de una cámara de ambigüedades y contradicciones entre efectos que se neutralizan mutuamente; 08 (Salomon) la pregunta pueril pero existencial de por qué la simetría perpetuamente acompaña a la arquitectura, y en qué sentidos vincula a la disciplina con un vasto campo de inmanencia transdisciplinar del que es manifestación y protagonista; 09 (Simpson) la exploración rigurosa de fenómenos sociales que formulan tipologías anti-urbanas de gran escala, caracterizadas por la paradoja de la prescripción de nuevas formas de ocio; 10 (Poletto) la proposición de modelos biológicos de computación en tanto instrumentos para simular y repensar fenómenos urbanos complejos; 11 (Benjamin) la investigación de prototipos híbridos que piensan a los edificios como organismos vivos que respiran; 12 (Araya) las incursiones arquitectónicas en las nuevas y difíciles formas de productividad provenientes del abordaje microscópico a nivel molecular de los materiales vivos, anisótropos, y simbióticos; 13 (Leach) la formulación de las propiedades de los sistemas de múltiples agentes como medio operativo para el desarrollo de estrategias de diseño; 14 (Zaera Polo) la teorización de la envolvente en tanto medio técnico último de la arquitectura contemporánea, donde se concentra la mediación de ecologías políticas, ambientales, y sociales, y se redefinen los problemas tradicionales de la espacialidad
y del detalle, desafiando las aproximaciones fenomenológicas según un medio material, el ensamblaje, mediante el cual entender de manera no ortodoxa la historia reciente de la práctica y pensar estratégicamente su futuro próximo; 15 (Walker) la reivindicación contemporánea del arquitecto como intelectual y el llamado a la teoría del proyecto como forma íntegra de pensar la relación entre teoría y práctica, en línea con el rol disciplinar que han tenido figuras como Aldo Rossi, Robert Venturi, y Rem Koolhaas; 16 (Díaz Alonso) la proposición de nuevas formas de belleza basadas en la contaminación, la mutación, la extrañeza, y lo horrendo; 17 (Moe) el abordaje de la arquitectura como manejo intensivo de la energética, en tanto sistema no lineal operando en múltiples escalas; 18 (Reiser) la construcción de una forma de práctica arquitectónica contemporánea entendida como un conjunto complejo que integra un alto sentido de los tiempos, una gran capacidad de absorción de influencias culturales, una cierta sensibilidad atemporal y firmemente templada, una racionalidad abierta y curiosa, una personalidad fuerte pero no dogmática, y una técnica permanente enriquecida con recursos nuevos y capacidades sin precedentes; 19 (Somol) la presentación de una agenda disciplinar sensible pero polémica respecto de los tiempos que corren, al tiempo dinámica, anacrónica, imperturbable, y anticipatoria; 20 (Hight) la especulación sobre los diversos componentes de una teoría de la arquitectura contemporánea que, análogamente al abrazo a la tecnología de las máquinas nunca verdaderamente efectivizado por la arquitectura moderna (según cita a Reyner Banham), debe hoy asumir el desafío de abordar el medio ambiente y renegociar las delimitaciones disciplinares establecidas; 21 (Casalia) la presentación de una grilla de cuatro ejes de los que la arquitectura contemporánea difícilmente pueda exceder, y combine con a veces interesante y a veces confusa promiscuidad; 22 (Carpo) la invocación de una fase brutalista del rol de la computación en arquitectura, caracterizada por la forma discreto y por la fuerza bruta en el manejo de big data, y ya no por la lisura categórica, la fluidez espacial, la curvatura formal, o la continuidad topológica; 23 (Hensel) el enfoque multiescalar y multidominio de la arquitectura, en tanto práctica expansiva que asume, en su interior, las lógicas, los métodos, las técnicas, y los materiales del medio ambiente y la ecología; 24 (Ferrando) una conversación sobre un proyecto reciente, enmarcada bajo la idea de que el diseño involucra, en cada decisión, por diminuta y trivial que sea, un proyecto disciplinar y una teoría que le es implícita, desnaturalizando, problematizando, y con ello ennobleciendo la idea de gusto en arquitectura.
En su aparente heterogeneidad, este conjunto invoca un mismo despliegue colectivo de inteligencia disciplinar dirigido a repensar lo que significa investigar en arquitectura, en su doble relación con el proyecto y con el pensamiento, desbordando el abigarrado territorio de su praxis más allá de su atrincheramiento en los paradigmas dominantes (o los nuevos nichos estereotípicos) que definen los marcos temáticos, acosan las capacidades proyectuales, banalizan los métodos y en definitiva reducen la posibilidad de superación, extorsionan a la enseñanza con supuestos realismos, y definen a priori (y, con ello, encierran y esterilizan) la idea misma de lo que es y/o puede devenir la arquitectura. Esta empresa parece hoy urgente y, aunque no son pocos los que contribuyen a ella, son muchos los que la desoyen. Tal es la delicada urgencia de este número de Archivos.
Audiencia en el Aula Magna durante la conferencia de Jesse Reiser, Projects and their Consequences. Fotografía: Juan Ignacio Palma. Archivo EAEU.
