July 2015 spanish

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Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Vol. 11 No. 7

Nuestro encuentro con 10

Malaria:

Una amenaza constante

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El diseño en la

naturaleza

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Una imagen

perfecta


Vol. 11 No. 7

N O TA

D E

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TA P A

Nuestro encuentro con Dios

Gideon y Pam Petersen

La experiencia misionera implica no solo compartir sino también aprender.

8 Llamados a ser fieles P A N O R A M A

M U N D I A L

Ted N. C. Wilson

Para ser los testigos que Dios desea.

11 El conflicto de los siglos V I D A

A D V E N T I S T A

Mihai Goran

14 En casa, con el Cordero C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

Judith y Sven Fockner

Jesús prometió que iría a preparar un lugar para nosotros.

21 El diseño en la naturaleza F E

Y

C I E N C I A

Tim Standish

Estamos rodeados de evidencias.

22 La mensajera de Dios: Una iglesia D escu b rir el de P rofec í a

D on

en crecimiento y nuevos desafíos

Theodore N. Levterov

Un proceso natural: primero aprendemos, después compartimos.

A medida que crecía su influencia, también se incrementaron sus viajes.

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24 El rostro de Jesús

Efraín Velázquez II

De la seguridad a la experiencia de los refugiados.

Cuando menos lo esperamos, es posible contemplar su rostro.

S E R V I C I O

D E V O C I O N A L

Katrina

A D V E N T I S T A

Diana Dyer

D E PA R TA M E N T O S 3 I N F O R M E

M U N D I A L

3 Noticias breves 6 Informe de noticias 27 Historias de Glow

10 S A L U D Malaria: Una amenaza constante

R espuestas 26 pre g untas

a b í b licas

Una imagen perfecta

I N T E R C A M B I O 28

D E

I D E A S

spanish.adventistworld.org

www.adventistworld.org: Disponible en línea en diez idiomas

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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Adventist World | Julio 2015

F o t o

d e ta pa :

A d v e n t i s t

F r o n t i e r

M i s s i o n


INFORME MUNDIAL

Adventistas de Hungría

se reconcilian después de

cuarenta años Andrew

McChesney

TED

«Todo cristiano necesita dos conversiones: una del mundo a Cristo, y la otra, de regreso al mundo junto con Cristo». –John Stott Un sabio profesor universitario observó en cierta ocasión durante una clase de religión que la trayectoria de la misión adventista siempre se ha movido entre dos verbos fundamentales: «Venid» e «Id». Se necesita de ambos para entender el significado del discipulado. Si solo enfatizamos el «venir» a Jesús, inevitablemente nos movemos hacia una fe que se enfoca en nuestra propia experiencia de salvación –nuestra comodidad, esperanza, conducta y puntos de vista– con una menor preocupación por los que aún no lo conocen. Si destacamos solo el «ir» en nombre de Jesús, perdemos la esencial experiencia de gracia recibida que nos califica para testificar lo que Jesús ha hecho personalmente por nosotros. Terminamos así destacando con orgullo los indicadores de nuestro aparente éxito misionero: miles de bautismos, millones de personas asistidas, los edificios construidos, las verdades proclamadas. Al referirse a la historia a menudo ignorada de Lucas 10, donde se describe la misión de los setenta, el profesor nos recordó que la verdadera misión es un ciclo: venimos a Jesús, aprendemos de él, salimos en su nombre y nos maravillamos por su poder. Regresamos entonces con historias de liberación, para ser enviados nuevamente con una fe más grande y una mayor disposición de escuchar y aprender del objeto de la misión. Durante diez maravillosos años, esta revista ha estado contando la historia de la misión adventista en el mundo. Nuestro equipo internacional de escritores, editores, traductores, diseñadores y distribuidores ha trabajado con diligencia para comunicar tanto la tarea de «venir» como de «ir», fundamentales para la misión en nombre de Cristo. En estas páginas, hallará historias que edificarán su fe y acrecentarán su amor por Cristo y la verdad. Hallará también artículos honestos y útiles que recuerdan a la iglesia de Dios los desafíos y pruebas que a menudo acompañan la obra por el Señor. Más allá de eso, esperamos que usted también descubra un amor más grande por un mundo de personas agobiadas y desconcertadas con quienes compartir las buenas nuevas de salvación por medio de Cristo, y la esperanza de su pronto regreso.

Tamás Ócsai (derecha), presidente de la Unión Asociación Húngara, firma el documento con János Cserbik, líder de la KERAK.

■■ La Iglesia Adventista de Hungría y un grupo separatista de cientos de exadventistas acordaron dejar de lado sus agravios y esforzarse por borrar un cisma de cuarenta años. La iglesia de Hungría se dividió en 1975 en medio de una protesta de los pastores jóvenes y otros miembros, por la colaboración de los líderes locales con el Concilio de Iglesias Libres, una entidad formada para representar los intereses comunes de pequeñas denominaciones protestantes, que más tarde se convirtió en una herramienta del estado comunista. En una ceremonia, Tamás Ócsai, presidente de la Unión Asociación Húngara, firmó un documento titulado «Declaración conjunta para llegar a un acuerdo sobre el pasado y establecer un futuro conjunto», con János Cserbik, líder de la KERAK, como se conoce al otro grupo. «Me agrada mucho que este distanciamiento de cuarenta años llegue a su fin para la mayoría», dijo Benjamin Schoun, uno de los vicepresidentes generales de la Iglesia Adventista mundial, quien jugó un papel clave a la hora de buscar la reconciliación. «Es un testimonio del uso de los métodos bíblicos de reconciliación, y la disposición de cada parte de acercarse a la otra –dijo Schoun en una entrevista–. Aún hay muchos detalles que resolver, y deberíamos seguir orando por esta iniciativa». La Iglesia Adventista de Hungría tiene 4629 miembros que se reúnen

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INFORME MUNDIAL en 104 iglesias, mientras que la KERAK tiene entre 1500 y 1800 miembros. Se anticipa que unos seiscientos miembros regresarán en los próximos meses, mientras que unos cuatrocientos no quieren hacerlo, y el resto permanece abierto a la idea. El tan esperado documento de reconciliación es visto como el primer paso para reunir a ambas partes. En el acuerdo, la Iglesia Adventista reconoció que en 1975 expulsó al grupo disidente de 518 creyentes, sin mayores méritos. «Después de mucha agitación, que sacudió la iglesia en lo más íntimo, los integrantes del grupo fueron borrados de los registros sin una razón bíblica valedera», fue lo que se expresó en una declaración de la División Transeuropea de la Iglesia Adventista, que incluye a Hungría en su territorio. Los creyentes marginados se organizaron inicialmente como una iglesia clandestina en lo que entonces era un país del bloque soviético, pero el grupo surgió más tarde con la denominación oficial KERAK, o Comunidad Cristiana Adventista. Después del colapso del régimen comunista en 1989, líderes adventistas de todos los niveles de la iglesia buscaron sin éxito reunificar a la iglesia de Hungría. Las conversaciones en busca de la reunificación se interrumpieron alrededor del año 2000, pero en 2011, una nueva generación de líderes de la KERAK inició una serie de diálogos. El acuerdo del 23 de abril marca un punto de inflexión según el presidente de la División Transeuropea, Raafat Kamal: «En los últimos dos años, he sido testigo personal de auténticas expresiones de reconciliación de los miembros y los líderes. Cristo viene pronto, y él está uniendo a los creyentes adventistas de Hungría para que puedan enfocarse en la misión de ser la sal y la luz del mundo».

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Arriba: Paul Ratsara, presidente de la División de África Meridional y Océano Índico, habla en Lusaka (Zambia), durante la celebración por haber alcanzado un millón de miembros en el país. Derecha: Edgar Lungu, presidente de Zambia, fue uno de los invitados de honor. F o t o g r a f í a s :

U n i ó n

A s o c i a c i ó n

d e

Z a m b i a

Presidente de Zambia

celebra el millón

de adventistas en el país Andrew McChesney ■■ El presidente de Zambia se unió a otros miles de creyentes adventistas en un estadio para celebrar que la feligresía de la Iglesia Adventista alcanzó el millón en ese país africano. El presidente Edger Lungu presenció un desfile de Conquistadores en uniforme verde y blanco, y participó de un culto adventista en el Estadio Nacional de los Héroes, en Lusaka, la capital de Zambia, durante la celebración sabática. «El nombre de Dios y su iglesia fue

ensalzado. Fue un momento excelso para la Iglesia Adventista de Zambia y de otros países», dijo Paul Ratsara, presidente de la Iglesia Adventista en la División de África Meridional y Océano Índico, territorio que incluye a Zambia. «El presidente y los dignatarios del país decidieron asistir al culto –dijo Ratsara en una entrevista–. Tuve la pesada responsabilidad de impartir el pan de vida». Este hito hace que Zambia ahora


Puerto Rico recolecta

importantes fondos para

Nepal

Libna Stevens, División Interamericana

M e m o r i a l

el Hospital Scheer Memorial que está cerca de Katmandú, la capital de Nepal. La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales está recolectando donaciones para ayudar a la población general, y también la Iglesia Adventista de Nepal, cuyo presidente Umesh Pokharel ha pasado semanas viajando a aldeas remotas para distribuir alimentos y tiendas de campaña a los adventistas y sus vecinos. Aun así, nadie parece estar siquiera cerca del monto recolectado por los adventistas de Puerto Rico.

S c h e e r

■■ Las ondas sísmicas del poderoso terremoto de Nepal llegaron hasta la nación caribeña de Puerto Rico, cuya comunidad adventista tiene una conexión especial con ese país sudasiático. Pocos días después del sismo del 25 de abril, los líderes adventistas de Puerto Rico respondieron convocando a dos conferencias de prensa para recolectar fondos para el Hospital Adventista Scheer Memorial, cuyo principal médico y administrador, Fernando Cardona, es originario de Puerto Rico. La campaña logró recolectar muy pronto decenas de miles de dólares, y José Alberto Rodríguez, presidente de la Iglesia Adventista en Puerto Rico, dijo que esperaban llegar a doscientos mil dólares para junio. «Tenemos una iglesia generosa –dijo Rodríguez, que también cumple funciones como director de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales en Puerto Rico–. También tenemos muchos amigos de la iglesia que creen en nuestra obra y en ADRA, a quienes les gusta ayudar a los demás». Por donde se la mire, impresiona la cantidad de dinero que está recolectando la relativamente pequeña iglesia de Puerto Rico, que tiene una feligresía de casi treinta y cuatro mil miembros. Rodríguez también lideró una campaña de recolección por medio de la sede de ADRA Puerto Rico, que recolectó varios cientos de miles de dólares después del devastador terremoto de Haití en 2010. Otras entidades adventistas también han estado recolectando fondos para

H o s p i ta l

tenga más miembros que cualquier otro país del África, incorporándose a los otros tres países con más de un millón de adventistas: Brasil (1,5 millones), India (1,5 millones), y Estados Unidos (1,2 millones). Filipinas los sigue de cerca con 918.669 miembros hasta diciembre de 2014, y le siguen Kenia (824.185) y Zimbabue (803.521). La Iglesia Adventista tiene 18,5 millones de miembros en el mundo. Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, dijo que alababa a Dios por la bendición de la Iglesia Adventista en Zambia. «Dios está bendiciendo a su iglesia de manera extraordinaria. Ahora le rogamos que derrame la lluvia tardía del Espíritu Santo para llevar el mensaje del evangelio a cada rincón del planeta», expresó. En Zambia, el evangelismo no es un evento sino una forma de vida, según Ratsara. Contó asimismo que la Iglesia Adventista local, que tiene unas seis mil congregaciones en un país de 15,5 millones de habitantes, crece con rapidez porque los laicos y los pastores trabajan en estrecha colaboración y los recién bautizados son colocados en un programa denominado «Pescadores de hombres», que busca enseñarles a hacer discípulos. Muchos de los que asistieron al estadio de Lusaka eran jóvenes o miembros de la Sociedad de Dorcas de la iglesia de Zambia, dos grupos que, según los líderes, son responsables de impulsar el crecimiento de la iglesia. «Los jóvenes han sido el motor detrás del asombroso crecimiento. Las mujeres de la Sociedad de Dorcas son otro factor que contribuye al incremento de la feligresía en los últimos años –dijo G. T. Ng, secretario de la Iglesia Adventista mundial–. El entusiasmo y la euforia de los jóvenes y las mujeres en la vida y el ministerio de la iglesia es algo que la iglesia mundial podría imitar».

Los médicos llevan a cabo una cesárea al aire libre en el Hospital Scheer Memorial, cerca de Katmandú (Nepal).

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INFORME MUNDIAL La Iglesia Adventista de Puerto Rico abrió una cuenta en un banco local para recibir las donaciones para Nepal, antes de organizar las conferencias de prensa del pasado 28 y 29 de abril en las ciudades de San Juan y Mayagüez. Reporteros de los principales periódicos y canales de televisión se hicieron presentes. Cardona, un pediatra que hace siete años dejó su cargo en el Hospital Adventista Bella Vista, en Mayagüez, para ir a trabajar a Nepal, se comunicó por teléfono en la conferencia de prensa. «Dios ha sido bueno con nosotros, y nos ha protegido, y él sigue dándonos fuerza para que continuemos ayudando a la gente», expresó.

Otras maneras de ayudar a Nepal n Usted puede donar al Hospital Adventista

Scheer Memorial de Katmandú. La Asociación General ha creado un sitio para recolectar fondos en fundly.com (goo.gl/JqV84X). Asian Aid USA, afiliada con la ASI, también está recolectando fondos para el hospital en AsianAid.org. n Puede donar a la Iglesia Adventista de Nepal

enviando un cheque o giro bancario dirigido a «General Conference of Seventh-day Adventists», y escribiendo «Nepal Section relief funds» en la línea de memo. El sobre debe ser enviado a: n Donation Cashier

General Conference of Seventh-day Adventists 12501 Old Columbia Pike Silver Spring, MD 20904 United States El dinero es destinado a las necesidades de los feligreses adventistas. n Para donar a ADRA, visite ADRA.org y presio-

ne en la sección «Donate» al tope de la página principal. Los residentes de Canadá pueden donar en adra.ca/nepal. El dinero es destinado a esfuerzos asistenciales generales.

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Adventist World | Julio 2015

Conozca al autor de la

Guía de la Escuela Sabática Børge Schantz y una extraordinaria experiencia misionera que resultó en tres bautismos justo antes de su muerte

E

l autor principal de Misioneros bíblicos, la actual Guía de estudio de la Biblia para adultos, vio que su pasión por los musulmanes y la obra misionera convergieron inesperadamente en Dinamarca, al reunirse con un etíope a quien había ayudado a salvar de una muerte segura casi cuarenta años antes. Børge Schantz, uno de los principales teólogos de la Iglesia Adventista de Europa, bautizó entonces a la familia del hombre, en una historia extraordinaria que fue testimonio final de la influencia de un misionero adventista. Schantz falleció repentinamente a los 83 años el 12 de diciembre de 2014, en su hogar en Bjaeverskov (Dinamarca). Schantz es uno de los autores de Misioneros bíblicos, las lecciones de la Escuela Sabática que usan los adultos adventistas en todo el mundo este tercer trimestre de 2015. El libro, escrito junto con Steven Wayne Thompson, exrector del Colegio Terciario Newbold, examina la vida de misioneros tales como Abraham, Ester, Jonás y Pablo. La propia vida misionera de Schantz recibió una cobertura destacada en julio de 2014 en el periódico BT, el de mayor distribución en Dinamarca, cuando se reunió con Hassen Anbesse, quien de niño fue abandonado por sus

padres musulmanes después de que una hiena le arrancara parte de la cara. Al momento de su fallecimiento, Schantz estaba preparando un artículo para Adventist World sobre la historia. Todo comenzó en 1978, cuando Schantz fue invitado a dirigir una Semana de Oración en el Colegio Superior Adventista de Etiopía en Kuyera. El muy desfigurado Anbesse, que vivía en un orfanato adventista cercano, estaba sentado con otros niños en la primera fila. «Me dejó una profunda impresión – dijo Schantz en una serie de intercambios con Adventist World hacia fines de 2014–. ¿Qué clase de futuro podía tener?» Donde había estado la nariz del niño, ahora había solo un gran cráter. Le faltaban los párpados, y la boca colgaba, semiabierta. Cuando el muchachito escuchó que Schantz hablaba de Jesús y el cielo, surgió en él el deseo de tener un nuevo rostro. Sin él, sería siempre un paria, y moriría joven. Al terminar la reunión el muchachito se le acercó y le dijo: «Cuando Jesús regrese, él me va a dar un nuevo rostro». Esas palabras quedaron grabadas en la mente del predicador durante semanas. Anbesse, hijo de nómades que recorrían la zona fronteriza de Etiopía con Somalia, había sido atacado por una hiena a los cuatro años, mientras


C a p t u r a s

d e

pa n ta l l a

d e l

v i d e o

d e

Izquierda SEGUNDA GENERACIÓN: Schantz bautiza a Natinael, el hijo mayor de Anbesse, el 18 de octubre de 2014, menos de dos meses antes de su fallecimiento. Centro REUNIDOS: Schantz y Anbesse al filmar un video para el periódico BT sobre su encuentro. Derecha DE LOS ARCHIVOS: Schantz y Anbesse miran un ejemplar del periódico BT de 1978 con el titular: «Ayude a que Hassen tenga un nuevo rostro». C o r t e s í a

d e

B ø r g e

S c h a n t z

dormía. Un adulto había espantado al animal antes de que matara al chico, pero los médicos no habían logrado hacer mucho para reparar los daños. Cuando Schantz regresó a Dinamarca de vacaciones, convenció al periódico BT que pidiera a los lectores una ayuda para trasladar al niño a Dinamarca para que fuera operado. El periódico publicó la historia con el título «Ayude a que Hassen tenga un nuevo rostro» en la tapa de la edición del 26 de julio de 1978. La campaña logró juntar lo necesario. Anbesse fue intervenido varias veces en forma gratuita por un cirujano plástico. Después de vivir en Dinamarca por unos años, se trasladó a Noruega, regresó a Etiopía, y volvió a establecerse en Dinamarca. «Su vida con una cicatriz sumamente visible en el rostro no era fácil», dijo Schantz. En Copenhague, Anbesse conoció a Helen –también inmigrante etíope– se casaron y tuvieron tres hijos. Después de las intervenciones quirúrgicas, perdió contacto con Schantz, y también dejó de asistir a la iglesia. Mientras tanto, Schantz siguió adelante con lo que terminarían siendo cuarenta y siete años de servicio a la iglesia. Fue decano de teología en el Colegio Terciario Newbold (Inglaterra), y director fundador del Centro Global Adventista de Estudios Islámicos en esa institución. Durante diez años, enseñó ética médica a enfermeras

musulmanas en un proyecto especial de la Universidad Loma Linda en un país estrictamente musulmán. «Vivió una vida sumamente activa –dijo Arne Sandback, pastor y amigo que coordinó su funeral–. Por solo mencionar algunas cosas, ha estado predicando, dando charlas en instituciones educativas, y conferencias sobre el islamismo. Hasta estaba en el cronograma de predicación para el sábado posterior a su fallecimiento». Ray Holm, quien junto con su esposa Lynette brindaron alojamiento a Schantz en su hogar durante las reuniones de la Semana de Oración en el Colegio Terciario Adventista de Etiopía en 1978, dijo que Schantz había sido una inspiración. «Después de esa ocasión, toda vez que lo veíamos, sentíamos que era de la familia, siempre animándonos en nuestra labor y dándonos consejos», dijo Holm, que trabajó como gerente de la institución y ahora es gerente general de Healthcare Resources NW, un servicio de la Iglesia Adventista en Portland (Oregón, EE. UU.). Mientras Schantz se dedicaba a predicar y enseñar en la primavera de 2014, Helen, la esposa de Anbesse, comenzó a llevar a la familia a una iglesia adventista. Ella era una fiel cristiana copta y, como sabía del pasado adventista de su esposo, decidió analizar más de cerca la religión que él había descuidado. «Hace unos meses prediqué en la iglesia de Holbaek, y allí en la audiencia encontré

a Hassen y su familia –dijo Schantz–. ¡Qué gran encuentro fue ese!» Poco después, el periódico BT informó del encuentro en su popular edición dominical, que tiene una circulación de 269 mil ejemplares. El informe, que cubrió siete páginas, mencionó varias veces a la Iglesia Adventista. «Aunque tengo un rostro, aún no es igual al de otras personas –dijo Anbesse al periódico–. Pero estoy muy feliz con el resultado. Tengo un nuevo rostro, un nuevo país y una familia maravillosa». Anbesse trabajó durante años en una fábrica, y su esposa en tareas de limpieza. En el presente realizan trabajos ocasionales. En los meses que siguieron al sorpresivo encuentro, Schantz y su esposa Iris se reunieron periódicamente con los integrantes de la familia, a quienes dieron estudios bíblicos. A pedido de Helen y de Natinael y Meron, sus dos hijos mayores, Schantz bautizó a los tres el 18 de octubre, menos de dos meses antes de su fallecimiento. La membresía de Hassen fue transferida a Dinamarca desde una iglesia en Etiopía. «Fue para mí una experiencia muy especial bautizar a tres personas como resultado del servicio misionero realizado treinta y seis años antes –dijo Schantz en su última comunicación con Adventist World el 13 de noviembre–. Experimenté el gozo de Eclesiastés 11:1: “Echa tu pan sobre las aguas; después de muchos días lo hallarás”». n

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B T


P A N O R A M A M U N D I A L

Ted N. C. Wilson

fieles

Llamados a ser

Ahora es el tiempo

L

a fidelidad es un tema destacado en toda la Biblia. En los Salmos, se dice de la fidelidad de Dios: «Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme» (119:90, NVI); «¿Quién como tú, Señor, Dios Todopoderoso, rodeado de poder y de fidelidad?» (89:8, NVI). El profeta Isaías escribió: «Señor, tú eres mi Dios […]; desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros» (25:1, NVI). En el Nuevo Testamento, leemos: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9)1. En el Apocalipsis, Jesucristo es descrito como «fiel y verdadero» (3:14; 19:11). La importancia de la fidelidad queda reflejada en las palabras de Jesús, que dijo: «El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel» (Luc. 16:10), en su felicitación: «Bien, buen siervo y fiel» (Mat. 25:23), y en su promesa de Apocalipsis 2:10: «¡Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida!» La fidelidad es señalada como uno de los frutos del Espíritu (Gál. 5:22, NVI). La Biblia describe muchos de los seguidores fieles de Dios, y en la actualidad él todavía tiene sus fieles. Elena White nos recuerda: «Cristo está presente en cada asamblea y en cada entrevista privada. Ha hecho de su pueblo el depositario de sus extraordinarias bendiciones. Le ha dado gemas y tesoros más ricos que el oro; y cada colaborador fiel de Dios ha de trabajar para extraer la verdad y sus tesoros a la luz […]. En

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medio del desprecio de los hombres, sufriendo pérdida según el mundo, ellos han manifestado una integridad inalterable […]. Siguen siendo leales como la brújula al polo, obreros fieles, portaestandartes de Dios, tan firmes a los principios como una roca».2 Se cumple la profecía

Como adventistas con una clara perspectiva profética, vemos que la segunda venida de Cristo se acerca. Reconocemos sin dudar que Mateo 24 y Apocalipsis 13 se están cumpliendo. El mundo es una gran confusión. Nadie puede resolver los problemas insalvables que enfrentan los pueblos y las naciones. Nos rodean la agitación, las matanzas y las traiciones. No es difícil imaginar que «los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra» (Luc. 21:26). Las tendencias sociales continúan desafiando las verdades bíblicas y los principios celestiales. Para los observantes, las recientes tendencias ecuménicas resultan sorprendentes, lo que señala el cumplimiento de Apocalipsis 13:3. Un llamado a ser fieles

Dios está llamando a su pueblo remanente en todo lugar para que sea fiel mediante una conexión y comunión diarias con él. Es solo mediante la conexión a la Vid que podemos llevar fruto y ser fieles en esta era de infidelidad.

Somos llamados a ser fieles: a ser fieles a Cristo, a su Santa Palabra, a su iglesia y al movimiento profético, a su plan bíblico para la familia, al mensaje del Santuario, a la testificación personal y pública, a la creencia y uso del Espíritu de Profecía, a la proclamación de los mensajes de los tres ángeles, a la mayordomía cristiana, a la vida cristiana, al servicio cristiano humanitario, a compartir la promesa del pronto regreso de Cristo. Él es nuestro modelo y Salvador. Mediante su justicia y su gracia, podemos ser fieles, porque él es fiel. ¡Qué privilegio colocarnos en las manos del que no falla, sabiendo que no importa lo que pase, Dios es fiel y justo! No importa lo que enfrentemos, podemos confiar en que la fidelidad de Dios nos llevará finalmente a su hogar eterno al momento de su regreso. Nuestra fidelidad es esencial a la hora de proclamar a Dios al universo. Como resultado de su fidelidad, Dios tiene seguidores que son fieles. Salomón declara que «el mensajero fiel acarrea salud» (Prov. 13:17). Seamos embajadores de Cristo al brindar salud física, mental, social y espiritual a los que nos rodean. Compartamos la justicia de Cristo y su ministerio abarcador de salud, participando de sus planes para la misión a las ciudades, y en cada lugar de este mundo. Dios promete que «el hombre fiel recibirá muchas bendiciones» (Prov. 28:20). En 1 Corintios 4:2, Pablo nos recuerda que «lo que se


Nuestra fidelidad es esencial a la hora de proclamar a Dios al universo . requiere […] es que cada uno sea hallado fiel». El ejemplo de Nehemías

Uno de los ejemplos más conmovedores de fidelidad es el de Nehemías, un fiel hombre de Dios que cumplió funciones en el palacio del rey persa. Nehemías 1:4 registra que cuando él escuchó del muro derribado de Jerusalén, se sentó y lloró. Entonces llevó el ruego de su corazón al Señor. Oremos con fervor cuando enfrentemos desafíos. Roguemos al Señor que nos dé la lluvia tardía del Espíritu Santo, para que reparemos en forma figurada el muro de Dios mediante el poder del Espíritu Santo. Nehemías recibió permiso para regresar a Jerusalén y reconstruir el muro. Tres días después de llegar, Nehemías desafió a la nación judía: «Venid y reconstruyamos el muro de Jerusalén, para que ya no seamos objeto de deshonra» (2:17). La respuesta de ellos fue: «Levantémonos y edifiquemos» (vers. 18).

planes de atacar. Nehemías rogó al Señor en oración por ayuda y entonces posicionó a la gente diciendo: «Acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas» (4:14). Se dividió la tarea de la defensa y la construcción de manera que todos participaron. «Los que edificaban en el muro, los que acarreaban y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra y con la otra sostenían la espada» (4:17). Al ser fieles a Dios, tengamos una mano en la obra de Dios y la otra en la Palabra de Dios, que es nuestra arma de autoridad celestial. Al servir a Dios con fidelidad, apoyémonos completamente en el Señor diciendo, junto con los que trabajaron en el muro de Jerusalén: «Nuestro Dios peleará por nosotros» (4:20). Trabajemos con el mismo espíritu, con fidelidad decidida al llamado divino de proclamar los mensajes de los tres ángeles con el poder del Espíritu Santo.

Cuidado con los cínicos

Tengamos sin embargo cuidado con los cínicos, representados por Sanbalat, Tobías y Gesem, que se burlaron y menospreciaron a Nehemías. Armémonos del valor divino, y unámonos con Nehemías diciendo: «El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros, sus siervos, nos levantaremos y edificaremos» (2:20). La construcción progresó con rapidez porque «el pueblo tuvo ánimo para trabajar» (4:6). Cuando los enemigos de Dios se enteraron de los avances, hicieron

Una obra especial

«En un sentido muy especial, [a] los adventistas del séptimo día […] les ha sido confiada una obra de la mayor importancia: proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella».3 Sanbalat, Tobías y Gesem no se rindieron. Tengamos cuidado con los que procurarán disuadirnos o distraernos de la gran tarea que tenemos como

adventistas justo antes del regreso de Cristo. Pidamos a Dios que fortalezca nuestras manos y hagamos su gran obra con fidelidad. Dios recompensará su fidelidad como lo hizo con Nehemías. «Fue terminado, pues, el muro […]. Cuando lo oyeron todos nuestros enemigos […], reconocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra» (6:15, 16). Cuando Dios muestre su poderosa mano en la obra fiel que hacemos por él, démosle toda la gloria, y las personas verán que él trabaja por nuestro medio. «Como Nehemías, los hijos de Dios no deben temer ni despreciar a sus enemigos. Cifrando su confianza en Dios, deben ir adelante con firmeza, hacer su obra con abnegación y entregar a su providencia la causa que representan».4 Permanezcamos firmes de parte de la verdad divina y proclamemos su Palabra, así como lo hicieron Nehemías y muchos otros. Todos somos importantes y fundamentales para la última proclamación de los mensajes de los tres ángeles. Dios cuenta con cada uno de nosotros. n 1A

menos que se indique lo contrario, todos los versículos bíblicos han sido extraídos de la versión Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con autorización. Todos los derechos reservados. 2 Elena White, Review and Herald, 21 de enero de 1890. 3 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 17. 4 Elena White, Profetas y reyes, p. 476.

Ted N. C. Wilson es presidente de la Iglesia Adventista. Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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S alud

mundial

Peter N. Landless

: Malaria Una amenaza constante Se habla mucho del Ébola y del HIV/SIDA pero, ¿hay alguna nueva información sobre la malaria? ¿Sigue siendo tan peligrosa y amenazante como en el pasado?

L

a malaria sigue siendo una enfermedad que mata a muchas personas. El Informe del Programa de Control de la Malaria* revela estadísticas terribles sobre esta infección parasitaria. En 2012, unas 584 mil personas perdieron la vida por esta enfermedad. De esa cifra, el noventa por ciento se produjo en África, y el 78 por ciento fueron niños menores de cinco años. En cifras reales, la malaria sigue siendo responsable de la muerte de unos 430 mil niños africanos por año. Esto se agrava porque menos del cincuenta por ciento de la población del África subsahariana tiene acceso a mosquiteros tratados con insecticidas. En contraparte, el número de mosquiteros se ha incrementado en los últimos quince años y, gracias al Departamento de Ministerios de Salud, la Iglesia Adventista tuvo el privilegio de ser parte del grupo que trabajó para que las iglesias sean un componente clave en la distribución de mosquiteros tratados con permetrina. Hay mucho más por hacer en esta obra que busca mejorar la salud de todas las personas. A pesar de lo dicho, se están produciendo progresos alentadores. Entre 2000 y 2013, los mosquiteros y los insecticidas han ayudado a reducir la mortalidad, según las estimaciones, en un 47 por ciento. Otro avance prometedor es el desarrollo de una vacuna contra la malaria. Entre otros, laboratorios como GlaxoSmithKline están trabajando en ello, y puede ser que la vacuna esté disponible para octubre de 2015, una vez que se tengan resultados de pruebas que certifiquen su seguridad y beneficios. Los resultados hasta el presente mostraron

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que la vacuna fue efectiva en más de un tercio de los niños cuando fue aplicada entre los cinco y diecisiete meses de vida. La Fundación Bill y Melinda Gates ha financiado su desarrollo. La vacuna ha sido probada, a partir de 2009, en más de dieciséis mil niños de siete países del África subsahariana, y ha arrojado resultados muy prometedores. Su eficacia disminuye con el tiempo, por lo que se necesitarán dosis adicionales de refuerzo. Preocupa, sin embargo, el Plasmodium falciparum resistente a la artemisina, en especial en Camboya. La artemisina es el más nuevo y por lo general muy efectivo medicamento contra la malaria, y deriva de un arbusto autóctono de la China. Ha sido sumamente útil, aunque una de las formas más peligrosas del parásito de la malaria, el Plasmodium falciparum, se ha vuelto resistente a este medicamento en Camboya. Esa misma cepa de malaria ha desarrollado resistencia a la quinina en otras regiones del mundo, lo que incluye también parte de África. Preocupa mucho la resistencia a otra droga más, dado que esta forma de malaria suele resultar letal. Esto resalta dos puntos importantes: Se necesitan (1) esfuerzos persistentes e intencionales para eliminar el vector (portador): los mosquitos; y (2) es imprescindible un incremento en la distribución de mosquiteros tratados con insecticida en las zonas de riesgo. También es clave la educación. Lavar las cortinas y los mosquiteros con permetrina puede contribuir a una disminución de los casos de malaria. Cuando tienen la información correcta, las congregaciones pueden

ejercer una influencia muy positiva en sus comunidades, contribuyendo para que el sueño se haga realidad: «Cada iglesia un centro comunitario de salud, y cada miembro un médico misionero (promotor de la salud)». Es importante practicar la profilaxis contra la malaria (comprimidos, y acaso la vacuna para prevenirla) según lo indique su médico o clínica. Tenga presentes los potenciales efectos secundarios. Ya no se recomienda la mefloquina (Lariam), por sus efectos perjudiciales, pero otros agentes efectivos poseen menos consecuencias preocupantes. Siempre son útiles las precauciones universales. Utilice mosquiteros y repelentes en las zonas de riesgo. Use mangas largas y pantalones (que cubran las piernas) cuando esté al aire libre, en especial al amanecer y al atardecer. Erradique las fuentes de agua estancada donde suelen reproducirse las larvas de mosquito. Existen muchas oportunidades de hacer una diferencia en la comunidad. Una es la toma de conciencia y otra, el control del flagelo. Por ello, ojalá que al abrazar el ministerio abarcador de salud y compartir el ministerio de sanación de Cristo, «no nos cansemos de hacer el bien» (Gál. 6:9, NVI). n * www.who.int/malaria/media/world_malaria_report_2014/en/.

Peter N. Landless es

cardiólogo nuclear certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.


V ida

Mihai Goran

el

J

esús dijo a sus discípulos que la mies era mucha pero los obreros pocos; entonces, los invitó a orar pidiendo más obreros (Mat. 9:35-38). El siguiente relato es una ilustración de las muchas maneras en las que el Señor puede responder esa oración.

conflicto de los siglos Una semilla fructífera Un libro de regalo

Una joven ortodoxa llamada Cosmina estaba buscando a Dios. Una amiga le dio un ejemplar del libro El conflicto de los siglos, de Elena White. El libro la impresionó tanto que lo leyó dos veces; quería saber más de la verdad. Entonces sintió que el Espíritu Santo la impresionó para ir a visitar la biblioteca pública local, donde encontró más libros de Elena White. Los sacó en préstamo y los leyó a todos. No mucho después, Cosmina notó que en su pueblo se colocó un puesto para chequeos de salud, donde también había alguien que vendía libros. Con alegría, vio que estaban vendiendo algunos libros de Elena White, y decidió comprarlos. Pronto adquirió toda una colección.

VENDEDORA DE LIBROS: Cosmina disfruta mucho de compartir su amor por Cristo al vender libros de Elena White, en especial El conflicto de los siglos.

Hora de participar

Con el tiempo, Cosmina se hizo amiga del colportor y se ofreció para ayudarlo en el puesto. Allí tomaba la presión a los que pasaban y también les recomendaba que adquirieran y leyeran los libros de Elena White. Al ver el celo y el gozo que tenía en el Señor, el colportor la recomendó como participante del programa de colportaje f o t o g r a f í a :

C o r t e s í a

d e l

a u t o r

adventista

denominado Proyecto Estudiantil Valdense, planificado para ese verano. Así fue que Cosmina se unió a un equipo de jóvenes adventistas y trabajó durante tres semanas vendiendo libros en una importante ciudad cercana. Al final se informó a los estudiantes de un proyecto similar para todo el año, que requería que un grupo participara del ministerio médico y de la venta de libros en todo el país. Cosmina se ofreció para participar. Así fue como la joven trabajó con alegría junto a otros jóvenes colportores que vendían libros de casa en casa y en las instituciones públicas de muchos pueblos. El libro que más le gustaba ofrecer era El conflicto de los siglos, y se regocijaba cuando alguien decidía comprarlo. Al visitar cada sábado diversas iglesias adventistas, a menudo daba su testimonio, explicando que era una cristiana ortodoxa que participaba de la misión adventista. Pero era obvio que para Cosmina, la historia no terminaría allí. Su compromiso con Cristo

Al final del año misionero, mientras asistía a un encuentro de colportores, Cosmina fue bautizada junto con otra joven que también había participado del Proyecto Estudiantil Valdense. Su madre asistió a la ceremonia y, gracias a todos los cambios positivos que había observado en su hija durante el último año, comenzó a estudiar la Biblia y está haciendo planes de ser bautizada en un futuro cercano. Cosmina está muy entusiasmada por el interés de su madre en estudiar la Biblia, y agrega: «Quiero servir al Señor por el resto de mi vida». Por la gracia de Dios, cada ejemplar de El conflicto de los siglos que compartimos con otros, escribe una historia. Los que hoy reciben el libro, mañana bien pueden llegar a ser nuestros colegas en el ministerio. n

Mihai Goran es colportor en Rumania.

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D evocional

Efraín Velázquez II

Katrina Una historia de migrantes y la gracia de Dios

U

na década después de los trágicos eventos de Katrina, acaso sea el momento adecuado de reflexionar sobre una de las experiencias inéditas durante el peor desastre natural en la historia de los Estados Unidos. La historia ha sido fuente de esperanza y fortaleza para algunos, en especial si pensamos en el mundo en que vivimos, donde las tragedias y catástrofes a gran escala parecen golpearnos todos los días. Katrina fue un megahuracán que en 2005 sembró destrucción y sufrimiento. Ese año récord marcó la mayor cifra en daños que alguna vez se registró en una temporada de huracanes: ciento sesenta mil millones de dólares, más de mil ochocientas muertes producto de una sola tormenta, y la experiencia de más de un millón de personas desplazadas. Las historias más conocidas hablan de la pérdida de la vida o la propiedad, la anarquía que reinó en Nueva Orleans, y de héroes y villanos que surgieron en medio del dolor y la desesperación. Sin embargo, hay historias de personas que no tenían casas que perder, pero que por miedo no pidieron ayuda ni buscaron la atención nacional. Yo también experimenté la catástrofe entre ellos, y he cambiado sus nombres para compartir esta historia de esperanza y compañerismo en medio de la tragedia y la desesperanza.

La tormenta se aproxima

Llegamos a Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, como «migrantes de salud», en busca de un tratamiento médico. No fue un viaje dramático; un viaje en avión desde Puerto Rico hasta Nueva Orleans no es complicado. Íbamos muy esperanzados. Mi madre necesitaba un trasplante de hígado y se había planificado que recibiría ese órgano en un hospital de allí. No sabíamos nada sobre las tormentas que se aproximaban. En el hospital, la llevaron a la unidad de cuidados intensivos.

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Allí conocí a Andrés, un joven que no podía moverse después de que un accidente lo dejara paralizado. Durante diez años, había sido un extranjero indocumentado, en busca del «sueño americano». Tenía dos hijos, y enviaba fielmente dinero a su familia que vivía en el extranjero. Él trabajaba duro, como otros millones, en similares circunstancias. Pero una caída en la construcción donde trabajaba, lo había dejado confinado a una cama. Recién semanas después alguien logró avisarle a su esposa sobre su situación. Su esposa María no podía conseguir una visa para entrar legamente a los Estados Unidos. Por ello, contrató a un «coyote»1 para que la ayudara a cruzar el desierto y llegar así hasta Luisiana. María estaba embarcada en una misión de amor y esperanza. Hizo lo mejor que pudo para animar a Andrés, que quería que lo dejaran morir. Luché para leerle el Salmo 91, porque yo también tenía heridas frescas en el corazón, pero me sentí alentado por la amonestación de Pedro, que dijo: «Tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo» (1 Ped. 1:6, 7).2 En efecto, se avecinaban importantes pruebas: no por fuego, sino por agua. Llega la tormenta

En Puerto Rico, jamás habíamos experimentado un huracán colosal y mortífero. En efecto, la mayoría de la gente se mostraba escéptica sobre «la gran tormenta», una actitud que también tienen muchos al pensar en la segunda venida de Cristo. Pedro la describe así: «Dirán: “¿Qué pasó con la f o t o g r a f í a :

J e ff

S c hm a l t z / NASA


promesa de que Jesús iba a volver? Desde tiempos antes de nuestros antepasados, el mundo sigue igual que al principio de la creación”» (2 Ped. 3:4). Yo había sido entrenado para ayudar a otros en situaciones de catástrofe. Sin embargo, mi capacitación no me había preparado para una tormenta de vientos que alcanzaron los doscientos ochenta kilómetros por hora. Mi padre dudaba de la llegada del Katrina. Había crecido escuchando historias de huracanes que vendrían y causarían gran devastación, pero jamás había experimentado una catástrofe a la escala que anunciaban los medios. Concluyó que era una exageración publicitaria, similar a anuncios ya desacreditados sobre el fin del mundo. Sin embargo, cuando se nos dijo que seríamos evacuados al Estadio Superdome de Luisiana, y que cientos de miles huían de la ciudad, se dio cuenta de que esta vez era real. No había alternativa. Nos refugiamos en uno de los vestíbulos del hospital, compartiendo el espacio con otras personas del Caribe y América Central. Compartimos lo que habíamos comprado como si no hubiera un mañana. Una vez más resonaban en mis oídos las palabras de Pedro: «Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas» (1 Ped. 3:8). Dios habría de proveer. La tormenta bramó como un tren destinado a destruir el edificio. Los vientos nos azotaron sin misericordia durante horas. Entonces, el agua rompió los diques, y cubrió grandes secciones de la ciudad. Esta vez, las advertencias habían estado en lo cierto.

habían asegurado que ella llegaría en helicóptero unos días después, junto con Andrés y los demás enfermos que quedaron en el hospital. Lo que vimos fue una imagen de muerte y esperanza, un momento para valorar «la esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos» (1 Ped. 1:3, NRV95). Éramos el remanente, que teníamos que continuar por caminos apenas transitables, donde el mayor peligro eran los robos y saqueos. Comenzamos el viaje como extranjeros, pero lo terminamos como una familia, una «nación santa, pueblo adquirido por Dios» (1 Ped. 2:9, NRV95). Nos alojamos hacinados en dos habitaciones, porque era difícil hallar alojamiento. Aun así, nunca nos faltaron los alimentos; nuestra vida jamás corrió peligro y, gracias a la Providencia, no sufrimos ningún acto de violencia. El Señor dirigió nuestro éxodo como lo había hecho en el pasado. Cuando llegamos a Texas, el estado contiguo, unas familias adventistas se ocuparon de nosotros. Los pastores Murillo y Pagán nos brindaron su amor y atención, y nos dieron alojamiento. Sentimos como si hubiésemos llegado a la Tierra Prometida. Mi madre, Andrés y los demás enfermos llegaron un par de días después. Perdimos el rastro de algunos de nuestros acompañantes que fueron a parar a algún otro lugar. Sin embargo, en la mente y el corazón aún guardamos recuerdos muy claros, y esperamos verlos otra vez. Mi madre recibió un nuevo hígado y sigue siendo una fuente de inspiración. De esa poderosa experiencia aprendí esta lección: Aun cuando somos ciudadanos del mismo país, somos «extranjeros y peregrinos» en este mundo (1 Ped. 2:11, NRV95). En verdad, en este planeta lleno de pecado todos somos ilegales. Esta no es nuestra patria. Somos migrantes en busca de un sueño sagrado, en camino hacia la Nueva Jerusalén. n

Mi capacitación no me había preparado para enfrentar una tormenta de vientos que alcanzaron los doscientos ochenta kilómetros por hora .

En busca de las alturas

El hospital donde estábamos refugiados no se inundó. La electricidad solo andaba a medias y el edificio solo sufrió daños menores. A pesar de ello, después de unos días, la Guardia Nacional nos dijo que tendríamos que abandonar el lugar. En una furgoneta y un vehículo pequeño, logramos transportar a los refugiados que tanto tenían que contar. Algunos eran de Sudamérica, mientras que otros venían de países más cercanos a Estados Unidos. Tenían un colorido repertorio de relatos de cómo habían llegado al país. Una de ellas era María. Me emocioné mucho al ver cómo mi padre apretaba la mano de mi madre al momento de despedirnos, aunque nos

1 Nombre

que se da en América latina a los que transportan personas de manera ilegal. 2 A menos que se indique lo contrario, los textos de la Escritura pertenecen a La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

Efraín Velázquez II es vicerrector académico del Seminario Teológico Adventista Interamericano, en la División Interamericana. Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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C reencias

fundamentales

E

ntonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más […]. Y oí una gran voz del cielo, que decía: “El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron”. El que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Me dijo: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”» (Apoc. 21:1-5). Toda vez que leemos las dos últimas páginas del Apocalipsis, sentimos calma. Juan describe el brillo celestial de piedras preciosas, plantas y casas que son incomparables a cualquier cosa que conozcamos. Todo es deslumbrante y perfecto. Entonces, en dos versículos culminantes, alcanza el centro mismo del nuevo comienzo: «En ella no vi templo, porque el Señor Dios Todopoderoso es su templo, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera» (vers. 22, 23). En medio de toda la gloria y el esplendor, se destaca esta descripción. Nos llega más profundo que todos los ríos cristalinos y los palacios de color zafiro. Él estará allí: Jesús, el Cordero. Siempre estará allí, y jamás nos dejará. Él será todo lo que necesitamos.

«

NÚmerO 28

con el

Libres de nosotros mismos

¿Conoce usted el sentimiento de haberse perdido algo, o la preocupación de no haber alcanzado lo que quería? «Quiero eso; ningún otro debe tenerlo». Es posible observar esto a la entrada de grandes tiendas, cuando están por abrir y ofrecer descuentos especiales. La gente se amontona afuera y aguarda para asegurarse una oferta. Pueden parecer calmos por fuera, pero por dentro, han adoptado la actitud de un depredador. Se ubican estratégicamente y observan la puerta de entrada. Decimos que son egoístas, y nos dan risa las peleas que se arman por conseguir lo que quieren. Sin embargo, en último término, todos estamos interesados solamente en nosotros mismos. Hace poco quisimos comprar una casa. Después de ver diez diferentes, encontramos una que nos resultaba útil y asequible. De pronto nos invadió un sentimiento de pánico. ¿Y si alguien se la lleva antes que nosotros? Queríamos esa casa, para nosotros. No nos preguntamos si alguien la necesitaba más, o para quién era más apropiada. Los otros compradores no nos importaban. ¿Ha experimentado usted algo así? Esto dejará de ser porque, por supuesto, el Cordero se ocupará de todos, y a nadie le faltará nada. En segundo lugar, y esta es la razón realmente decisiva: porque el Cordero nos habrá librado de nosotros mismos (Rom. 7:24; Juan 8:36). Nos mostró con su ejemplo que la verdadera felicidad es producto de dar y no de recibir

En casa,

Cordero Judith y Sven Fockner

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Ya no tendremos que ridiculizar a los demás para sentirnos mejor . (Mar. 10:43-45; Hech. 20:35). Por último, podremos aliviarnos de tensión al aceptar que ya no tendremos que pelear por nuestra cuenta. ¡Qué maravilloso sentido de libertad será ese! ¡Cuánta fuerza estará a nuestra disposición! Disfrutaremos de la posibilidad de relacionarnos, interesarnos e interactuar con los demás ya sin restricciones. Libres de futilidad

¿Se ha sentido alguna vez así? Usted experimenta algo hermoso –el sol sobre la piel al comienzo de la primavera, una bebida deliciosa, una música emocionante y significativa– pero esto solo le recuerda mejores tiempos. Siente que ahora no lo hace feliz; por el contrario, lo pone triste, porque no puede sentir lo mismo que antes. A su alrededor, otros viven felices para siempre (al menos así parece), pero para usted todo carece de sentido. No fue siempre así. No recuerda cuando cambiaron las cosas, pero la vida no era así. Ha pasado por una gran desilusión. Alguien lo abandonó. Ha perdido a alguien. O algo fracasó. La oscuridad y la ansiedad parecen ser su constante compañía. Sabe que está sufriendo más que otros. No puede disfrutar de lo que es o hace. ¿Le suena familiar? He aquí las buenas nuevas: Jamás se volverá a sentir así, porque esto es un reflejo emocional para el sinsentido del sufrimiento, una reacción a nuestra separación de Dios. Sin embargo, en la Tierra Nueva, jamás estaremos separados de él, y jamás nos sentiremos desilusionados otra vez. Jamás perderemos a una persona, y nada nos faltará. Viviremos unidos y seguros (Juan 10:10). La vida tendrá significado. Sabremos cuál es nuestro lugar en el universo. Estaremos finalmente en casa. Libres de incertidumbre

¿Ha tomado usted alguna vez parte de una conversación en la que no tenía ni idea de qué se estaba hablando, y no se animó a preguntar? En el cerebro se producen procesos a la velocidad del relámpago: ¿Eh? ¿Qué? Mmm. ¿Debería decir algo ya? Mejor no; tal vez se trata de algo esencial. No quiero pasar vergüenza. Después lo busco en Google. ¿Por qué esa situación nos da tanta vergüenza? Porque queremos dejar una buena impresión en los demás; no queremos que se note que sabemos menos o que podemos hacer menos que los demás. No queremos revelarlo. Podríamos salir heridos. Nuestra autoestima podría sufrir; ya somos demasiado inseguros. Por ello, nos protegemos y disimulamos. En nuestra casa, si nos golpeamos la cabeza en el marco de la puerta, gritamos y nos tomamos la frente por el dolor. Pero en el negocio, si nos llevamos por delante una puerta de

La Tierra Nueva En la Tierra Nueva, donde morarán los justos, Dios proporcionará un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor y el gozo sin fin, y para aprender junto a su presencia. Dios mismo morará allí con su pueblo y el sufrimiento y la muerte terminarán para siempre. El gran conflicto habrá terminado y el pecado no existirá más. Todas las cosas, animadas e inanimadas, declararán que Dios es amor, y él reinará para siempre jamás. Amén. (2 Ped. 3:13; Isa. 35; 65:17-25; Mat. 5:5; Apoc. 21:1-7; 22:1-5; 11:15).

vidrio, sonreímos y seguimos como si nada hubiera pasado. ¿Ha experimentado esto? Algo así ya no existirá. Ya no tendremos que aparentar; no tendremos que esconder nada. No será necesario. Sabremos que somos aceptados y valiosos (Isa. 43:1-5). Lo sabremos cuando veamos al Cordero (Rom. 5:8). Podemos simplemente ser nosotros mismos, sin sentimientos de inferioridad. Ya no tendremos que ridiculizar a los demás para sentirnos mejor. ¡Podremos alcanzar la intimidad y apertura verdaderas! El nuevo mundo estará lleno de gente que se acepta, porque vivirán constantemente en la presencia del que los ama y murió por ellos. Tan solo piénselo: Ya no tendrá temor de la oscuridad; jamás le gritará a otro con enojo; jamás estará tentado a hacer algo inmoral; jamás se sentirá incómodo y solitario; y experimentará un renovado respeto hacia los demás. Para ello fuimos creados: para vivir para siempre. Y sí… en nuestro hogar, junto al Cordero. n

Judith y Sven Fockner viven y trabajan en Alemania, donde Sven es director del Instituto de Estudios Bíblicos Esperanza, ubicado en Centro de Medios de la División Intereuropea. Tienen dos hijos. Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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N O TA D E TA PA

Nuestr A

ventura. Vidas transformadas. Comunidades cambiadas. De eso se tratan los «verdaderos relatos misioneros». Para nosotros, esos relatos nos hablaban de vidas audaces y transformadas. Crecimos en Sudáfrica, donde al escuchar relatos misioneros se encendió el deseo de dar respuesta al llamado de colaborar con las misiones. Esta es la historia de nuestra travesía. Primeras lecciones

Nuestra primera experiencia misionera intercultural fue con un grupo de amigos universitarios en las montañas de Lesotho. Allí reparamos una escuela misionera, pintando y arreglando los edificios. También dirigimos un culto en la iglesia. La primera lección misionera: «¡Hay que adaptarse a la situación!» Solo mucho después comprendimos plenamente la importancia de esa lección. Tiempo después, decidimos regresar a Lesotho como estudiantes misioneros. Pam enseñó durante dos años en una escuela de la aldea. Gideon colaboró con estudios bíblicos y desarrollo comunitario, instalando fuentes de agua y participando de tareas de construcción. Allí en el Valle de Tsoinyane decidimos unir nuestras vidas para servir a otros. Regresamos a Ciudad del Cabo para terminar nuestros estudios universitarios. Durante esa época, tuvimos breves experiencias que mantuvieron viva la llama misionera y nos ayudaron a estar listos a aceptar el llamado divino de establecer una iglesia intercultural entre un grupo no alcanzado, los himbas, en el noroeste de Namibia. Fue un sueño hecho realidad. Estaríamos en el mismo frente de la obra misionera.

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EL MÉTODO CORRECTO: En un estudio portátil, se graban historias para ser usadas en evangelismo.


o encuentro con

Dios

Gideon y Pam Petersen

Aprender y desaprender

Izquierda APRENDIZAJE CULTURAL: En el comienzo de su experiencia, Gideon dio clases de alfabetización, pero al pasar más tiempo con los himbas, Gideon y Pam percibieron que necesitaban otras estrategias. Abajo EL EVANGELIO CANTADO: En la primera sesión de grabación, Karonda canta las palabras del evangelio.

LAS PALABRAS ADECUADAS: Kingboy, Tjipapi y Job entonan una historia de la Biblia, para que la audiencia himba pueda entenderla. Tjipapi y Job fueron los principales narradores.

En 1995, cargamos nuestra camioneta –incluso con nuestros dos gatos– y viajamos 2500 kilómetros hasta Opuwo (Namibia). Un experimentado misionero nos había dado el siguiente consejo: «Dediquen tiempo a estar con la gente». Con este y otros consejos nos aventuramos a una nueva vida, que se extendería por diecisiete años maravillosos. Llegamos a Namibia sabiendo que teníamos enormes tareas por delante. Al igual que otros misioneros que nos precedieron, estábamos convencidos de que los himbas estaban equivocados, y que nosotros necesitábamos corregirlos. Más tarde aprendimos que esa suposición era perjudicial para nuestra interacción con la gente. Implicaba que nosotros llevábamos las respuestas antes de detenernos a escuchar sus preguntas. Nuestras respuestas se basaban en nuestra comprensión del mundo. Se enfocaban en las creencias fundamentales de los adventistas en un contexto occidental, no en las preguntas que los himbas tienen sobre la vida. No teníamos idea qué significaba ser himba, pero aun así, nos atrevíamos a corregir sus conductas. En realidad, no habíamos entendido el consejo de «dedicar tiempo a estar con la gente». Significaba que teníamos que ser alumnos, no maestros. Como éramos misioneros, asumimos que nuestra función era enseñar, cuando en realidad era aprender. Nos encontramos con gente con maneras totalmente nuevas de hacer las cosas. Los himbas son ganaderos pero también son nómadas; se trasladan buscando pastos y agua para sus animales. (Gideon creció en la ciudad, y Pam en una comunidad rural). Elena White dice que Jesús dedicaba tiempo a estar con las personas para en-

tenderlas.1 Dedicar tiempo a aprender y comprender a la gente es un principio sumamente importante. Y esto no se logra leyendo libros. La mejor manera de aprender es viviendo en la comunidad. Tom y Betty Brewster dicen que esta comunidad es el salón de clases.2 Asumimos que porque eran analfabetos necesitaban educación. Había muchos desafíos que teníamos que enfrentar, pero también un principio misionero fundamental: nosotros debíamos aprender de la gente a quien servíamos. En efecto, es un principio básico para hablar en público: conocer a la audiencia. Demoramos bastante hasta aplicarlo a nuestro ministerio. La segunda suposición es que creíamos que una vez que aprendieran de Dios, cambiarían de conducta. Después de un año de predicar a diez familias y no bautizar a nadie, nos dimos cuenta que nos faltaba algo. O no sabíamos persuadirlos o ellos no estaban interesados. Un amigo misionero nos preguntó cómo nos iba. Después de escucharnos, nos dijo: «¿Aman ustedes a esa gente?» Esa pregunta cambió para siempre nuestro ministerio. Nuestro énfasis se basaba en brindarles informaciones («compartir la verdad»), pero Dios buscaba que nos relacionáramos con la gente. Por primera vez, comprendimos por qué el mayor deseo de Dios es habitar con su pueblo. Al fin habíamos entendido la importancia de la pregunta: «¿Aman ustedes a la gente?» Representábamos a un Dios que deseaba estar con su pueblo y relacionarse con él. Ese es el mensaje adventista: Dios se acerca a la humanidad mediante instrumentos bien dispuestos. Pasamos nuestras primeras vacaciones en la biblioteca. Allí estudiamos todo lo que pudimos sobre los himbas. Regresamos decididos a cambiar nuestra manera de practicar el ministerio, dedicando tiempo a las personas.

[ F o t o g r a f í a s : G i d e o n y Pa m P e t e r s e n

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N O TA D E TA PA

Necesitábamos usar géneros familiares que Gracias a esa decisión, el amor por la gente fluyó de manera natural. Comenzamos a entenderlos, porque ellos nos contaron de su vida y nos ayudaron a comprender su cultura. Nuevas habilidades de comunicación

En 1997, en medio de una clase de alfabetización, una mujer mayor nos dijo: «Ayúdenme a escribir mi nombre». Quería ver su nombre y leerlo. Luchó durante casi cinco minutos. Esa experiencia hizo que nos preguntáramos: «¿Esperamos realmente que esta gente lea la Biblia de tapa a tapa, si ni siquiera pueden escribir sus nombres?» La respuesta fue directa y rápida: «¡No!»

Tuvimos que aprender más sobre la cultura oral de esta gente. Por ello, nos embarcamos en una nueva aventura. En el libro Palabras de vida del Gran Maestro, Elena White dice que Jesús usaba lo conocido para hablar de lo desconocido.3 Descubrimos que al comunicar el evangelio es importante usar lenguaje e imágenes familiares para la audiencia. Suspendimos las clases de alfabetización, decididos a entender la comunicación de los himbas. Guardamos el franelógrafo y otras ayudas visuales, dado que para ellos eran extraños. Queríamos usar sus estilos de comunicación para compartir el evangelio. Para afirmar el valor de lo que estábamos aprendiendo, Dios nos guio

Izquierda OTRA MADRE: Pam con una amiga de Ovinjange, a quien llaman «Madre».

Derecha TODO EN FAMILIA: Gideon con su padre himba, Tate Job Katundu

a un sitio web que promocionaba una conferencia sobre oralidad. En 2003, asistimos a nuestra primera conferencia de la Red de Oralidad (ION). Allí vimos de qué manera otros misioneros estaban usando otros métodos de comunicación. Entendimos cómo se sintió Elías cuando escuchó que otros siete mil no habían doblado sus rodillas ante Baal. Dios estaba usando a otros misioneros de manera similar. Regresamos renovados y entusiasmados por lo que Dios haría en un próximo futuro, por los himbas. Durante los siguientes cinco años preparamos materiales orales de evangelización. El evangelismo oral se basa en historias. Pero no implica tan solo


permitieran que la gente llegara a comprender las lecciones eternas . relatar las historias de la Biblia. Es colocar la historia dentro de la cosmovisión de los himbas para que la interioricen. El evangelismo oral no implica hablar. Usa géneros familiares para la audiencia. En el caso de los himbas, es usar cánticos de alabanza (ombimbi, omuhiva), poesía (omiimbo), proverbios (omiano), dramatizaciones y danzas (ondjongo). Nuestros himnos y cánticos occidentales tenían poca relevancia. Necesitábamos usar géneros familiares que permitieran guiar el pensamiento de la gente para que comprendiera lecciones eternas. Nos llevó mucho tiempo preparar esas lecciones. Los tiempos de Dios, sin embargo, siempre son los mejores.

Si piensa ser misionero

Esté dispuesto a aprender: debe estar dispuesto a desaprender algunas cosas para aprender otras.

Muéstrese adaptable: su ministerio depende de su capacidad de adaptarse a diferentes maneras de hacer las cosas.

Sea flexible: eso permite que el Espíritu Santo cambie sus planes y rutinas, con resultados positivos.

Sea espontáneo: abrace las oportunidades que Dios le va presentando. Muéstrese accesible: permita que las personas perciban que son importantes, y por eso usted tiene tiempo para ellas.

Sea auténtico: la gente se da cuenta cuando alguien está fingiendo. Muéstrese humano: nadie es un superhombre; reconozca sus temores y fracasos. Demuestre valentía: enfrente sus temores y aléjese de lo familiar o conocido. Ríase de usted mismo: es normal que tarde o temprano, haga algo fuera de lugar. Cuente sus bendiciones: cada día, Dios nos colma de bendiciones que a menudo ignoramos.

Tres rasgos claves de los misioneros

Arriba PRIMEROS FRUTOS: Algunos de los candidatos de 2002 (de izquierda a derecha): Belinya, el pastor Sabyn Ndjamba (pastor actual en Opuwo), Wapahurwa Tjiposa (un himba de Okapawe), Daniel Ndjamba (hermano del pastor Sabyn), Gideon Petersen, y el pastor Mumbonenwa (presidente de la Asociación de Namibia). Abajo NUEVO COMIENZO: En julio de 2014, el cacique Tjihange fue el primer jefe himba en ser bautizado por el director de Misión Global de la Asociación de Namibia, el pastor Eben Greeff.

Como eje central de la misión hay una obra en nuestro corazón que lleva toda la vida. Nos llama a moldearnos diariamente para que seamos herramientas que Dios pueda usar para lograr sus propósitos donde él nos coloque. Necesitamos que Dios nos transforme para: Abrazar la humildad, removiendo los lazos de egocentrismo que nos atan a nuestro egoísmo, y remplazándolos con una doble cuerda de constancia a los principios, el propósito y la grandeza de la obra que tenemos por delante, y una auténtica apertura que nos permita valorar a los demás por lo que son: por sus ideas, perspectivas y potencial como hijos de Dios. Practicar la empatía, al compartir ideas transformadoras con otros y crear caos en la rutina y seguridad de sus mundos. Necesitamos «caminar en sus zapatos», mientras los guiamos con bondad y les ayudamos a enfrentar los desafíos que conlleva la conversión, y los orientamos hacia el centro mismo de lo que son y creen. Vivir con integridad, para que otros puedan ver que ponemos en práctica lo que predicamos. No apunte tan solo a ser una buena persona, sino alguien transformado desde adentro, alguien que vive de acuerdo con los valores y creencias cristianos que tanto estima y cuyo mayor deseo es reflejar el carácter divino en cada aspecto de la vida. F o t o g r a f í a s : G i d e o n y Pa m P e t e r s e n

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N O TA D E TA PA

G i d e o n y

Pa m

P e t e r s e n

ALOJAMIENTO ESPECIAL: Pam y Gideon construyeron estas chozas con la ayuda de sus amigos himbas, y se alojaron en ellas toda vez que fueron a visitar a familias de zonas remotas.

Tuvimos el desafío de saber cómo compartir los materiales orales de evangelización. Con la llegada de la tecnología (y después de asistir a otra conferencia de la ION), supimos de la existencia del reproductor de MP3 con cargador solar. Pero era muy costoso. Sin embargo, Dios tenía la respuesta antes de que formuláramos el pedido. Se nos eligió como proyecto de la ofrenda del decimotercer sábado. Ese trimestre, la iglesia mundial nos ayudó a adquirir y distribuir esos reproductores en los que cargamos la serie completa de evangelismo oral. (¡Gracias por sus ofrendas misioneras de agosto de 2012!) Aunque ya no estamos en la zona, Dios ha provisto otros obreros que continúan con la tarea. Establecimos

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una iglesia con un pastor que trabajó con nosotros desde el comienzo y que comprende el valor de usar los métodos orales. El interés de Dios en los misioneros

Estas experiencias transformaron nuestra comprensión de la misión. Para nosotros, la misión implicaba ir y requería dar. Nuestra travesía desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) a Opuwo (Namibia) fue transformadora. Entendimos que nuestra comprensión de Dios era demasiado parcial. Aprendimos que Dios es más grande que nuestro limitado espacio. Necesitábamos expandir nuestra visión de él. Entonces comprendimos el nombre

que Dios usó para identificarse ante Moisés: YO SOY. Él es verdaderamente el YO SOY. Él es el Dios de los himbas, como también de los moradores de las ciudades. Estamos asombrados ante un Dios tan maravilloso. Creímos que seríamos agentes de cambio. Pero el deseo de Dios era transformarnos a nosotros. Su propósito era que fuésemos instrumentos de su paz, y que aprendiéramos cómo experimentar su paz y su amor. Así aprendimos que, en efecto, la misión es una «calle de doble vía» (por citar a Jon Dybdahl),4 en la que el misionero entra en la presencia del Todopoderoso para que él lo envíe al mundo. La mayor lección que aprendimos tuvo que ver con nuestra propia transformación. Como misioneros debíamos servir al pueblo himba; tenían que conocer a Jesús. Cuanto más nos involucramos con ellos, mayor era el lazo de amor que sentíamos; cuanto más los amábamos, mayor aún la transformación que Dios iba haciendo en nosotros, sus hijos. La misión es transformadora porque nos rendimos diariamente ante el que nos envía. La misión comienza con adoración, y termina cuando invitamos a otros a participar de la adoración. Agradecemos a Dios por la experiencia de ser parte de su misión. Fue en verdad nuestra cita de encuentro con Dios. n 1 Elena

White, El ministerio de curación, p. 102. y Betty Brewster, Community Is My Language Classroom (Pasadena, California: Lingua House Ministries, 1986). 3 Elena White, Palabras de vida del Gran Maestro, p. 8. 4 Jon Dybdahl, Missions: A Two-way Street (Boise, Idaho: Pacific Press Pub. Assn., 1986). 2 Tom

Gideon y Pam Petersen dedicaron

veinte años de su vida a establecer iglesias. Ahora trabajan en la Universidad Adventista Zurcher, en Madagascar. En el pasado, capacitaron a misioneros y fueron consultores en África Occidental y Asia.


F e

El diseño en la La pregunta real es: ¿Quién es responsable de estos diseños maravillosos que vemos en toda la vida que nos rodea?

E

n cierta ocasión, me encontraba con un amigo junto a un montón de grava. Entre las rocas molidas vimos una inconfundible punta de flecha. Los detalles de la flecha no tenían punto de comparación con las rocas molidas al azar que la rodeaban. Por ello, ambos concluimos que había sido diseñada, y que no era tan solo producto de la casualidad o las leyes naturales.

El diseño y las leyes naturales

La experiencia nos dice que la casualidad es una explicación insuficiente para los objetos improbables que cumplen con ciertas especificaciones, como el caso de la punta de flecha. Pero si la casualidad es insuficiente, ¿por qué no invocar leyes naturales para explicar el origen de las cosas que usamos, como por ejemplo las puntas de flecha, las máquinas y los organismos vivos? Las máquinas, desde los motores moleculares dentro de las células hasta los automóviles, hacen uso de las leyes naturales. Los automóviles no funcionan gracias a milagros; son máquinas que convierten el petróleo o la electricidad en energía cinética para transportarnos. Al igual que otras máquinas, los automóviles usan las leyes naturales para alcanzar sus objetivos. La operación de acuerdo con las leyes naturales no es lo mismo que ser producto de esas leyes. f o t o g r a f í a : Th o m a s

G e i e r

y

ciencia

Tim Standish

naturaleza Cooperación

En los organismos vivos, al igual que en los automóviles, las partes fundamentales de los procesos que se llevan a cabo suelen emanar de proveedores diversos. Un ejemplo se encuentra en los nódulos radiculares de las leguminosas, plantas que producen frijoles ricos en proteínas. En el proceso cooperativo de extraer nitrógeno del aire para fabricar proteínas, la planta brinda energía y crea condiciones especiales de bajo oxígeno que se necesitan para que una bacteria «fije el nitrógeno». Para llenarse del oxígeno que impide que se fije el nitrógeno, se usa una «esponja de oxígeno» llamada leghemoglobina. Antes se creía que la parte de proteína de la leghemoglobina era fabricada por la planta, mientras que la bacteria aportaba la molécula de hemoglobina que mantiene el hierro que fija el oxígeno. Ahora parece ser que al menos en algunas ocasiones, la planta fabrica todo el complejo de leghemoglobina.* Este proceso ilustra maravillosamente la naturaleza cooperativa de la creación. Es similar a la manera en que los departamentos bien diseñados de una fábrica cooperan juntos para producir automóviles, pelotas de tenis, golosinas o dispositivos electrónicos. Si cada paso de la producción no encaja en un plan abarcador, es imposible fabricar algo. La necesidad de un plan se aplica a todos los organismos, porque estos no pueden sobrevivir por su cuenta. La cooperación no beneficia solo a los organismos que participan directamente; en el caso de la fijación de nitrógeno, beneficia a la vida en general. Las raras interrupciones en esta cooperación ilustran por qué es fundamental para la

vida; por ejemplo, los organismos foráneos introducidos en un nuevo ambiente pueden perturbar los ecosistemas. Aun las bacterias normalmente benignas o útiles, como los estafilococos o la Escherichia coli, pueden causar enfermedad y muerte. Pero son excepciones, no la regla. No deberíamos preguntarnos si la naturaleza parece haber sido diseñada. Desde los billones de células no humanas que viven en nuestro cuerpo y cooperan con nosotros de diversas formas para mantenernos con salud y felicidad, hasta las máquinas moleculares que permiten el funcionamiento de cada célula, y hasta la cooperación entre las plantas y los animales –alimentación y polinización– la pregunta real es: ¿Quién es responsable de estos diseños maravillosos que vemos en toda la vida que nos rodea? ¿A quién se le ocurrieron todos esos planes? La Biblia ofrece una respuesta convincente; el bello diseño que impregna la creación tiene algunas excepciones y la Biblia ofrece una respuesta convincente también a esas excepciones. El diseño de la naturaleza es por lejos más asombroso que una simple punta de flecha, y tiene implicaciones mucho más profundas. La Biblia nos libera para que veamos y alabemos al Diseñador. n * M. A. Santana, K. Pihakaski-Maunsbach, N. Sandal, K. A. Marcker y A. G. Smith, «Evidence That the Plant Host Synthesizes the Heme Moiety of Leghemoglobin in Root Nodules», Plant Physiology 116, no. 4 (1998): 1259-1269. En línea en www.plantphysiol.org/content/116/4/1259.

Tim Standish es científico principal del Instituto de Investigaciones en Geociencia, y vive en el sur de California (Estados Unidos). Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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LEGADO de LUZ

ELENA GOULD

WHITE

PARTE 4 : 1881–1891

La década de 1880

La mensajera de Dios: Una

Inspiración profética

En los primeros años de la década se produjeron nuevas olas de oposición al don profético de Elena White, lo que incluyó la acusación de «supresión» (ocultamiento intencional) de parte de sus escritos anteriores. La cuestión surgió después de la decisión de volver a publicar sus primeras visiones y experiencias en un nuevo libro llamado Primeros escritos (1882). El propósito que tenía el libro era silenciar la creciente crítica contra sus primeras revelaciones. En el caso de algunos miembros, se produjo el efecto contrario, al menos en un principio.3 Sin embargo ella usó la oportunidad para señalar que la inspiración bíblica era dinámica, no verbal o de dictado.

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Adventist World | Julio 2015

ıglesıa en crecımıento y nuevos desafíos Una mirada a la vida y el legado de Elena White (1881-1891)

W h i t e

Theodore N. Levterov

Pat r i m o n i o

D

espués de la muerte de su esposo en 1881, Elena White se trasladó a California. Sintiéndose sola y deprimida, y sin poder escribir mucho, se dedicó a asistir a los Congresos de la Asociación General. Habló en encuentros campestres, visitó iglesias y se ocupó de diversos asuntos eclesiásticos. Elena White participó de encuentros campestres en los estados de Vermont, Maine, Nueva York, Nebraska, Míchigan e Indiana y al regresar a California, ayudó a establecer el Colegio Secundario de Healdsburg.1 Ese lugar se convirtió en su residencia permanente. Compró una casa «con una hectárea de tierra y árboles frutales seleccionados», disfrutando mucho de trabajar en el jardín y envasar frutas. Para julio de 1882 terminó de escribir el Testimonio 31, donde se refirió a la educación adventista, la preparación de los padres y cuestiones relacionadas con la juventud, entre otros temas.2 Los compromisos constantes, parece ser, la ayudaron a hacer frente a la pena.

El primer encuentro europeo fue llevado a cabo en Moss (Noruega) en 1887. Allí se usaron tiendas para las reuniones y el alojamiento. Elena White aparece sentada a la derecha, de espaldas a la tienda. Un año después, apoyó la decisión de la Asociación General de revisar y reimprimir sus Testimonios en un nuevo y actualizado formato en cuatro tomos. «Donde el lenguaje usado no es el ideal –escribió– deseo mejorarlo de acuerdo con la gramática, como creo que debe hacerse en todos los casos donde pueda ser factible, sin cambiar el sentido».4 Unos pocos años después, señaló que no eran «las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados».5

En el extranjero

De 1885 a 1887, Elena, junto con su hijo Guillermo, su familia y su secretaria Sara McEnterfer, viajaron a Europa, en lo que fue su primer viaje misionero al extranjero. Se embarcaron en la travesía transatlántica el 13 de julio de 1885, y su primera parada fue en Inglaterra, donde visitó la sede de la misión en Grimsby y habló en numerosas congregaciones adventistas. Además, participó de varias conferencias públicas «de evangelización». Un domingo por la noche, habló


PARTE 5: 1891–1900

PARTE 6: 1900–1915

Los años en Australia

Los años de Elmshaven

ante unas mil personas en un salón alquilado de Southampton. Impresionados por su mensaje, le pidieron que lo escribiera para publicarlo, y ella accedió. Después de dos intensas semanas en Inglaterra salió rumbo a Suiza justo a tiempo para encontrarse con los líderes europeos de la iglesia en el Concilio Anual de septiembre de 1885. Se estableció en Basilea y, durante los siguientes dos años, viajó sin descanso desde Italia hasta Escandinavia, brindando orientación tanto a líderes como a miembros. Al mismo tiempo, se expuso a algunas cuestiones únicas para el contexto europeo, tales como el servicio militar y la observancia del sábado, la asistencia obligatoria de los niños a la escuela en día sábado, y otras cuestiones administrativas relacionadas con el establecimiento de Asociaciones para esparcir el mensaje adventista.6 El conflicto de los siglos, edición 1888

Elena White regresó a los Estados Unidos en 1887. Allí procuró terminar uno de sus manuscritos más significativos: la edición 1888 de El conflicto de los siglos.7 Ya había escrito en varias ocasiones sobre la visión que había tenido en 1858.8 Su decisión de publicar una versión más actualizada y completa, fue resultado de sus visitas en Europa a muchos de los lugares asociados con la Reforma y la historia del cristianismo. La edición mejorada llegaría a ser uno de sus volúmenes más renombrados. La introducción del libro también llegó a ser conocida como una de las mejores elaboraciones sobre la naturaleza de la inspiración bíblica. En parte, esta introducción fue su respuesta a una nueva controversia sobre su ministerio profético, producida por D. M. Canright. Él era un ministro adventista y amigo personal que dejó el adventismo en 1887 y se convirtió en uno de sus más ásperos críticos. Al igual que en el caso de las acusaciones de ocultamiento, las dudas de Canright respecto del don profético de Elena se basaban en una perspectiva «verbal» de la inspiración.

Pero tanto ella como los adventistas reiteraron que entendían que aunque Dios inspiraba los pensamientos de sus mensajeros, no dictaba cada palabra específica.9

adventistas. Comenzando en la iglesia de Battle Creek (Míchigan), viajaron por el país y hablaron en reuniones y diversos encuentros. El fin de la década

El Congreso de Mineápolis

En 1888, Elena White enfrentó otra cuestión teológica que alcanzó su punto culminante durante el Congreso de la Asociación General de Mineápolis. U. Smith y G. Butler, la guardia vieja del movimiento, se enfrentaron a A. Jones y E. Waggoner, jóvenes teólogos de California. Los puntos de contención eran cuestiones teológicas relacionadas con la profecía bíblica y las interpretaciones tradicionales. Aunque Elena White era consciente de las diferentes posturas teológicas, se sintió muy perturbada por los sentimientos virulentos que los dos grupos comenzaron a mostrar antes y durante el congreso. En último término dijo poco sobre su posición teológica (aunque apoyó el énfasis de Jones y Waggoner en la justificación por la fe), y se expresó en cambio sobre la importancia de la tolerancia, la comprensión y la manifestación de la actitud de Cristo aun en medio de los desacuerdos teológicos. «Durante la reunión –escribió– sentí la responsabilidad de presentar a Jesús y su amor ante mis hermanos, porque vi evidencias marcadas de que muchos no tenían el espíritu de Cristo».10 No es por lo tanto casualidad que después de Mineápolis escribió sus libros más cristocéntricos, tales como El camino a Cristo (1892), El discurso maestro de Jesucristo (1896), El Deseado de todas las gentes (1898) y Palabras de vida del Gran Maestro (1900). Elena White no vio la justificación por la fe como una «nueva luz», sino como una verdad «antigua» pero descuidada, que necesitaba ser traída otra vez al «centro» del mensaje del tercer ángel. Poco después de Mineápolis, ella, junto con Jones y Waggoner, comenzaron una campaña para expandir el mensaje de la justificación por la fe a los creyentes

La década de 1880 concluyó con la publicación de otros dos volúmenes significativos: Patriarcas y profetas (1890) y La temperancia cristiana (1890), una importante obra abarcadora sobre la salud, que fue precursora de El ministerio de curación (1905). Aunque fue una década de grandes desafíos, Elena White siguió trabajando incansablemente. Enfrentar el dolor personal de perder a su esposo, ocuparse de diversas cuestiones eclesiásticas e ir al extranjero como misionera fueron elementos que se añadieron a su ya rica experiencia. Al irse acercando la denominación al nuevo siglo, Elena White estaba lista para nuevos desafíos. Pero antes de ello, habría de emprender otra aventura misionera, esta vez en Australia. n 1 Véase Arthur White, Ellen White: Woman

of Vision (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Pub. Assn., 2000), p. 215. C. White, «Health of Sister White», Review and Herald, 26 de septiembre de 1882, p. 616. 3 Véase Theodore Levterov, The Development of the Seventh-day Adventist Understanding of Ellen G. White’s Prophetic Gift, 18441889 (Nueva York: Peter Lang Pub., 2015), pp. 143-146, 155. 4  Elena White, Mensajes selectos, t. 3, p. 108. 5 Ibíd., t. 1, p. 24. 6 Arthur White, pp. 225-244. 7 Elena White, The Great Controversy Between Christ and Satan During the Christian Dispensation (Oakland, California: Pacific Press Pub. Assn., 1888). 8 La edición de 1884 del libro, fue publicada tanto por la Review and Herald como por la Pacific Press y vendieron miles de ejemplares. Véase Elena White, The Spirit of Prophecy: The Great Controversy Between Christ and Satan From the Destruction of Jerusalem to the End of the Controversy (Oakland, California: Pacific Press Pub. Assn., and Battle Creek, Míchigan.: Review and Herald Pub. Assn., 1884). 9 Elena White, The Great Controversy (1888), véase la introducción de la autora. 10 Elena White, «Looking Back at Minneapolis», Manuscrito 24, 1888. En Elena White, Manuscript Releases (Silver Spring, Maryland: Ellen G. White Estate, 1981-1993), t. 12, p. 192. 2 Guillermo

Theodore Levterov es

director de la sede del Patrimonio White en la Universidad de Loma Linda, en California (Estados Unidos).

Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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S ervicio

A D V E N T I S T A

El

rostro de

Jesús

El amor de Cristo también se demuestra en situaciones inusuales

Señor, anhelo ver tu rostro, ver el amor que sientes por mí. Por favor, permite que te vea. ¿Cómo respondería Jesús esa oración? Una nota autoadhesiva «urgente» me notificó que Corky sería transferida a mi distrito en las siguientes veinticuatro horas. Necesitaba servicios intensivos de atención domiciliaria. Su breve nota de derivación abundaba en adjetivos tales como incumplidora, combativa, inadaptada, inmanejable y excesiva. La nueva dirección de Corky se encontraba en el estacionamiento de casas móviles en la colina, sobre abundantes pasturas que descendían hacia el Océano Pacífico. Mike respondió a la puerta. Quedé sorprendida; la nota de derivación no hablaba de un residente masculino. «¿Vive aquí Corky?» –Sí –dijo–. ¿La enfermera? Abrió la puerta y me hizo señas de que entrara. La sala carecía de muebles. La alfombra marrón estaba cubierta del polvo blanco desprendido de los paneles de yeso. «Perdón por el desorden –dijo–. Hice arreglar el lugar para que pudiera mudarse. He trabajado toda la noche. Llega mañana». Me alisté para completar los documentos necesarios, pero Mike siguió hablando: «Creo que le gustará esto –dijo–. Jamás vivió en el campo. Dijo que siempre quiso vivir junto al océano. Le daré esta habitación con ventana para que pueda verlo». Respondió unas pocas preguntas, y entonces siguió hablando de Corky: «No creo que viva por mucho tiempo. Es difícil de manejar; no recibió el tratamiento que necesitaba. Está sufriendo mucho, y creo que acaso tiene una infección. ¿Puede ayudarme?» Se hicieron arreglos para que fueran asistentes a limpiar y ordenar. Colaborarían con algunas tareas domésticas y ayudarían con la atención a Corky.

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Adventist World | Julio 2015

Diana Dyer

«Regresaré a la mañana para asegurarme de que todo esté en orden –dije–. Una vez que Corky esté aquí, podremos hacer ajustes a sus medicamentos para el dolor y determinar qué clase de atención necesita». Un caso difícil

Al regresar a la oficina, repasé la historia médica de Corky. Le habían diagnosticado cáncer de seno y programado el tratamiento. Pero no le gustó el plan y «despidió» a un médico tras otro cuando comenzó a sufrir los efectos secundarios del tratamiento. Diversos médicos la habían tratado con asombrosa tolerancia, soportando sus palabras abusivas y su incapacidad de cooperar, pero solo uno estuvo dispuesto a asumir la responsabilidad de atenderla brindándole atención a distancia, basando sus decisiones en los informes de la enfermera. Pero Corky tampoco apreciaba a las enfermeras. Llegué a mi primera visita con mucho temor. Mike me saludó en la puerta; la preocupación y el insomnio habían marcado aún más las líneas de su rostro. «Llegó tarde en la noche y casi no durmió –me confió–. El medicamento para el dolor no la ayuda. Tengo que luchar para que lo tome. Le prometí helado solo para que lo haga». Mike me llevó al dormitorio. Apenas pude evitar las arcadas al sentir un fuerte olor nauseabundo. Mike estaba tan preocupado que pareció no notarlo. «Despiértate, Corky –dijo con voz suave–. La enfermera ha venido a verte». Tiró entonces de la sábana. Lentamente, surgió una cabeza enmarañada, seguida de un cuerpo totalmente desnudo. Pensé que la encontraría más demacrada. Comencé a hacerle preguntas. Sus gruñidos eran ininteligibles. Su brazo derecho estaba hinchado y tenso. Parte de su torso, por delante y por detrás, tenía la piel hinchada y rígida.


Mike llevó la mayor parte de la carga .

–¿Dónde está la herida que necesita curación? –le pregunté a Mike. –Allí, bajo el brazo –me respondió señalando el lugar con el dedo. La piel estaba tan hinchada que Corky no podía levantar el brazo. Cuando procuré ayudarla, empezó a gritar groserías mientras se estremecía de dolor. Mike finalmente la convenció para que cooperara. Corky tenía un cráter negro y profundo del tamaño de un melón, que dejaba escapar un espeso fluido pegajoso de olor desagradable. Mike parecía calmo y despreocupado, confiando en que hallaríamos la manera de mejorar las cosas. Cuando terminé la tarea de desinfectar la herida y envolverla en gasa, regresé a mi oficina, exhausta e intranquila. Tenía que repetir ese tratamiento dos o tres veces al día. Realmente necesitamos ponerla en un asilo, donde la puedan atender mejor, pensé. «¡Ni pensarlo! –dijo Mike cuando le comenté la idea–. Yo la voy a cuidar aquí». Fiel hasta el fin

Programamos visitas de enfermería dos veces al día a la vez que los asistentes la bañaban y hacían las tareas básicas de la casa. Mike estaba siempre allí, dándole los medicamentos, consolándola con ternura, y animándola a comer y beber. Muchas veces, la promesa de una cucharada de helado la persuadía para que cooperara. Aunque con frecuencia ella hacía declaraciones sobre su relación especial, la única recompensa que Mike solía recibir a cambio de su ternura eran insultos y palabrotas. Aun así, Mike no quiso ni pensar en poner a Corky en un asilo. «No van a poder soportarla –dijo–. Ante el primer problema, ella los va a “mandar a pasear”, y creará tantos problemas que la mandarán otra vez a la calle. Yo la entiendo. Yo puedo cuidarla». Así fue que Corky permaneció en la casilla móvil con Mike. El resto de nosotros hicimos lo que pudimos para ayu-

darla, siguiendo el plan de atención y brindándole un respiro ocasional. Mike, sin embargo, llevaba la mayor parte de la carga. Cuando estaba allí, descubrí que el récord de tiempo sin que ella lo llamara era de solo diez minutos. Yo quedaba exhausta después de una hora o dos; Mike lo hacía todo el día, y día tras día. He visto muchas veces la muerte, y reconozco cuando se acerca. «¿Cuándo le parece que sucederá?», preguntó Mike. Lo fui acompañando en el proceso, describiéndole lo que suele suceder. «En los próximos días notarás largas pausas entre cada respiración, con cierto jadeo cuando vuelve a inspirar. Entonces, simplemente dejará de respirar; no sentirá ningún dolor». Hablamos un poco más antes de llevar mi maleta al automóvil. Mientras retrocedía para irme, Mike vino corriendo hasta la puerta. Gesticulando ampliamente, exclamó: «¡Ya está! ¡Está haciendo lo que usted me dijo!» Corky dio un último suspiro. La observé, ya completamente en paz. Su lucha había terminado. Miré a Mike. Las lágrimas corrían por sus mejillas y caían al piso mientras la seguía mirando. Su sufrimiento me afectó más que la muerte de Corky. Conteniendo el llanto, musité unas palabras de condolencias y terminé diciéndole que él había hecho más de lo que muchos maridos habrían hecho en esas circunstancias, y que ella seguramente había sentido la seguridad de su amor. «¿Marido?» Me miró seriamente. «No soy su marido. Apenas la conocía». Al ver mi cara de asombro, siguió diciendo: «Vivía en la calle; ahí es donde la encontré. Estaba absolutamente sola. Yo sabía que estaba muriendo, y compré este lugar para que tuviera donde ir. De no ser por mí, ¿quién la habría cuidado? No tenía a nadie más». Miré una vez más a Mike, pero en su lugar, vi el rostro de Jesús. n

Diana Dyer vive con su esposo Richard en Adams (Nebraska, Estados Unidos), y disfruta de hablar a otros de Jesús Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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R espuestas

a

pre g untas

b í b licas

Una

¿Qué quiere decir Pablo cuando afirma que Jesús es «la imagen de Dios»?

imagen

Esta no es necesariamente una pregunta difícil, si bien no se suele enfatizar cierto aspecto de ella. Aunque podría haber una conexión con Génesis 1:27, donde se nos dice que Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios, no hay dudas de que Jesús es la imagen de Dios de una manera mucho más abarcadora y singular. Cristo es llamado de esta manera en solo dos pasajes (2 Cor. 4:4 y Col. 1:15). Analizaremos también los pasajes en los cuales los cristianos son señalados como la imagen de Dios/Cristo. 1. Cristo: Imagen de Dios. En 2 Corintios 4:4, Pablo analiza por qué algunas personas rechazan su evangelio. Al responder, contrasta la obra del dios de este siglo y la obra del verdadero Dios. Por un lado, la gente rechaza el evangelio porque el dios de este siglo los ha cegado «para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (vers. 4, NVI). El pasaje indica que dado que Cristo es la imagen de Dios, es su propia gloria, algo que se revela en el evangelio. Por otro lado, Dios es el Dios que creó la luz de las tinieblas. Esa luz pone fin a la ceguera humana, haciendo que la luz brille «en nuestros corazones». Esa luz ilumina todo nuestro ser y nos capacita para ver la «iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz [o persona] de Jesucristo» (vers. 6). «La faz de Jesucristo» es otra manera de referirse a él como la imagen de Dios. En este caso, Cristo como la imagen de Dios revela la gloria de Dios, es decir, su carácter. En esos versículos, la designación de Cristo como la imagen de Dios señala tanto su naturaleza (es divino) como su función: revela la gloria de Dios en un mundo de pecado y en conflicto con el dios de este siglo. 2. Cristo: Imagen de Dios: Colosenses 1:15 pertenece a lo que se consideran dos partes de un himno cristiano (Col. 1:15-20). La primera tiene que ver con la significación cósmica de Cristo (vers. 15-17), y la otra con su obra redentora (vers. 18-20). Es una narrativa que describe armonía

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Adventist World | Julio 2015

perfecta

cósmica, y entonces se mueve casi imperceptiblemente a la rebelión y su resolución. Tiene que ver con el conflicto cósmico. A menudo se pasa por alto la referencia a Cristo como imagen de Dios, colocada en la sección cósmica del himno. En el contexto de la creación del cosmos, Cristo es presentado como «la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación» (vers. 15). El título «primogénito» indica su preeminencia sobre la creación e «imagen de Dios» señala claramente su función cósmica como mediador o revelador del «Dios invisible» a toda la creación. En otras palabras, cuando todo fue creado, el Hijo fue instituido como el único medio de revelar el carácter de Dios al cosmos. Aquí, el término imagen no significa «semejanza», sino que designa la naturaleza de Cristo como la manifestación exacta del Dios invisible. En él habita «toda la plenitud de la divinidad» (Col. 2:9, NVI), y él era «por naturaleza Dios» (Fil. 2:6, NVI). Solo Dios puede revelar a Dios. Es así que «todas las cosas [el cosmos] […] por medio de él forman un todo coherente» (Col 1:17, NVI). Es la imagen cósmica de Dios antes del pecado, y Cristo vino a este mundo de pecado como la imagen de Dios en forma humana. 3. Los creyentes reflejan la imagen de Dios: Por naturaleza, los humanos llevan la imagen de Adán (1 Cor. 15:45, 49). Al contemplar la gloria de Cristo, son «transformados a su semejanza» (2 Cor. 3:18, NVI). Nuestro nuevo yo «se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador» (Col. 3:10, NVI), lo que significa que la imagen de Dios que casi perdimos nos es restaurada por medio de Cristo. Es una experiencia presente, pero también una expectativa futura (1 Cor. 15:49). Al reflejar la imagen de Cristo en el presente, llegamos a ser sus hermanos y hermanas (Rom. 8:29), parte de la familia de Dios. n

Ángel Manuel Rodriguez está jubilado después de una carrera de pastor, profesor y teólogo.


4

sa; la «confianza vertical» en un Dios amante tiene un poder del todo especial.

LOS

DE LA

secretos

3

un descanso de varias semanas de la TV, Internet, DVD y otros medios visuales. Aunque le parezca imposible, a lo largo de la historia, el mundo ha sobrevivido y aun progresado sin esos medios.

¿Está listo para una aventura? Una de las cosas más apasionantes que podemos hacer como cristianos es compartir el maravilloso mensaje que Dios nos ha dado, y una de las maneras más simples de lograrlo es repartiendo folletos. Hace poco, un hombre adquirió varios folletos religiosos. Uno de ellos, que hablaba sobre lo que sucede después de la muerte, terminó en otro país. Allí el folleto fue pasando de mano en mano, hasta que llegó a un pastor bautista, que lo tradujo al francés y lo leyó ante ochenta personas que asistían a un funeral. Otra joven dejó uno de los folletos sobre una mesa. El capellán de una cárcel pasó por allí y lo leyó. Tiempo después, solicitó más de dos mil folletos para los novecientos presos de esa cárcel. Otra mujer entregó con timidez un folleto a la persona que viajaba junto a ella en el autobús. Para su sorpresa, el hombre le dijo: «Justo estaba orando para que Dios me diera una señal si él no quería que me suicidara. Creo que esta es la señal». «No sabemos cuáles pueden ser los resultados de entregar un solo folleto que contiene la verdad presente»* Por ello, una vez más le preguntamos, ¿está listo para una aventura? En la revista de este mes, hemos incluido un folleto de GLOW que usted puede cortar, doblar y entregar. Al hacerlo, pasará a formar parte de más de 1.500.000 adventistas de todo el mundo que harán lo mismo. Dedique tiempo a orar para que Dios lo guíe hacia un encuentro especial, o le dé una idea creativa. Entonces, entregue el folleto, o déjelo en un lugar donde alguien lo pueda recoger. Adventist World imprimirá periódicamente un folleto de GLOW a lo largo del año. Cada vez que usted comparta uno de esos folletos, envíe la historia de su experiencia a Adventist World. Puede hacerlo por correo electrónico a nelson@puconline.org. Sea tan creativo como pueda, y su historia podría aparecer en una edición futura de Adventist World.

SALUD MENTAL

* Elena White, El colportor evangélico, p. 5.

Tiempo de calidad con la familia El tiempo invertido con los medios electrónicos también puede debilitar el vínculo familiar. Es algo muy preocupante, porque las conexiones familiares sólidas son predictores poderosos de una mejor salud emocio­ nal.7 Necesitamos dar prioridad a actividades interacti­ vas con nuestra familia. Vaya a diversos lugares, y haga cosas entretenidas, interesantes y gratificantes.

GLOW: Iluminando el mundo

La confianza en Dios Por instinto, los seres humanos respondemos bien a la honestidad y confianza en otra persona, en especial cuando sentimos que esa persona se interesa sincera­ mente en nuestro bienestar. Es la consecuencia de pa­ sar tiempo juntos y atravesar experiencias compartidas. De manera similar, cultivamos la confianza en Dios al comprobar sus promesas en la Biblia y experimentar su fiel conducción en nuestra vida. El salmista capta la im­ portancia de tener una experiencia personal con Dios: «Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él!».10 Dios mismo nos invita di­ ciendo: «Venid a mí […]. Aprended de mí […] y hallaréis descanso para vuestras almas».11 ¿Por qué no hacernos de un tiempo durante el día para leer la Biblia, comenzando quizá con el Evangelio de Marcos? Acaso se sorprenda al hallar a un Dios que es más digno de confianza que muchos seres humanos. Aun puede sorprender a los que afirman seguirlo. Y junto con ese descubrimiento, acaso también descubra que sus emociones estarán mejor controladas.

1

Los textos bíblicos han sido extraídos de Reina-Valera 95® © Socieda­ des Bíblicas Unidas, 1995. Usada con autorización. Todos los derechos reservados. Por las fuentes citadas en el texto, véase glowonline.org/ mentalhealth.

Iluminando el mundo

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La confianza y la salud emocional Cuando tenemos relaciones de confianza con uno o más individuos, las «señales de confianza» eléctricas y químicas de los centros cerebrales superiores, en parti­ cular del lóbulo frontal, pueden cerrar y aun interrumpir el sistema de temor que recorre los centros cerebrales inferiores. Esa confianza ayuda a controlar la ansiedad y el estrés.8 Entre los mensajeros químicos de confian­ za se encuentra la hormona oxitocina.9 Asimismo, los mayores niveles de oxitocina mejoran un sinnúmero de dimensiones interpersonales, que también tienden a apuntalar nuestro estado emocional. Por ello, una estrategia para reforzar la salud emo­ cional es desarrollar más relaciones de confianza. La «confianza horizontal» en otros es altamente beneficio­

Historias de


En 1944, cuando tenía 16 años, Edith Eger fue sacada de su hogar en Hungría por los nazis, que la enviaron a Auschwitz, el infame campo de exterminio. Aunque se salvó de las cámaras de gas que se cobra­ ron la vida de sus padres, la ya delgada Edith se fue consumiendo mientras era transferida de un campo a otro. En mayo de 1945, ya cerca de la muerte, cayó en un estupor inconsciente. Los guardias asumieron que estaba muerta y la arrojaron en una fosa común en el bosque aledaño al Campamento Gunskirchen Lager. De manera milagrosa, un soldado estadounidense vio que la mano de Edith se movía en medio de los cadá­ veres, y rescató a la jovencita de tan solo 27 kilos de una muerte segura.1 Si había alguien con razones válidas para dejarse controlar por el ambiente, esa era Edith Eger. A pesar de sus horrendas experiencias, no sucumbió a la amargura, el odio o la desesperación. No solo sobrevivió, sino que prosperó. Se casó con un combatiente checo, crio tres hijos y obtuvo un doctorado en psicología. Si usted la hubiera escuchado, seguramente la habría catalogado como una de las personas más positivas e inspiradoras que alguna vez se cruzaron en su camino. El mensaje de

David DeRose, MD, MPH, y Bernell Baldwin, PhD, neurocientífico

Los secretos de la salud mental

Prácticas alimentarias Estudios con animales revelan que las prácticas ali­ mentarias dañinas afectan los circuitos emocionales del cerebro durante el desarrollo y también la madurez. ¿Al­ gunos ejemplos? Las deficiencias nutricionales, el con­ sumo excesivo de sal, y las dietas elevadas en grasas.4 La clave es la siguiente: Elija una dieta que dé prioridad a los

El nuevo énfasis de la psicología La vida de la doctora Edith Eger habla con elocuen­ cia de un consenso creciente entre los profesionales de salud mental: todos tenemos la capacidad de cultivar una actitud optimista aun en medio de los contratiem­ pos y las dificultades.3 En efecto, aunque muchos de nosotros creemos que nuestras emociones están deter­ minadas por las circunstancias, las evidencias indican lo contrario. Las emociones pueden ser controladas, más allá de cuáles sean las circunstancias. Sin embargo, las emociones se ven afectadas no solo por nuestros pensamientos. En especial, nuestras decisiones diarias de estilo de vida tienen un impacto profundo sobre el estado emocional. Analicemos varios factores que pueden ayudarnos a controlar lo que nos pasa en ese importante ámbito de la salud mental.

Edith: «Al contrario de lo se cree, en este mundo no hay víctimas, sino solo participantes dispuestos. No siempre se pueden controlar las circunstancias, pero se puede controlar cómo responder a ellas».2

El ejercicio Ningún programa para optimizar la salud emocio­ nal debería descuidar el ejercicio físico periódico. Reco­ mendamos que haga de la actividad física una parte de su rutina diaria. Las investigaciones vinculan el ejercicio con menores niveles de estrés y una mayor salud emo­

Evite las sustancias adictivas El alcohol posee un efecto a corto plazo que pro­ mueve el enojo, la ira y la violencia. Las células de con­ trol en la parte superior del cerebro quedan anuladas. En consecuencia, los circuitos de la violencia en la parte inferior del cerebro quedan liberados, como lo pueden atestiguar millones de familiares abusados. Los efectos del alcohol a largo plazo son aún más serios. Solo se­ senta mililitros diarios de alcohol destruyen las células de control, mientras que las células del cerebro inferior soportan mucho más. El resultado: un desequilibrio per­ manente en el cerebro que favorece los centros emocio­ nales inferiores. Otras drogas también pueden afectar los mecanis­ mos cerebrales de control. Aun la marihuana tiene la capacidad, bajo ciertas circunstancias, de desequilibrar el cerebro en forma permanente.

alimentos vegetales de bajo sodio y densos en nutrien­ tes (frutas, granos integrales, verduras, nueces y semillas), y limite o elimine los productos animales y las adiciones de grasas.

La televisión y la inestabilidad emocional Podemos ser influidos hacia las emociones de­ sequilibradas según lo que elijamos no solo para es­ cuchar sino también para ver (TV, Internet, etc.). Un principio de la conducta humana es: «Nos volvemos lo que observamos». En efecto, nuestras mentes son mol­ deadas por lo que solemos ver. Por ello, si estamos inte­ resados en la salud emocional óptima, ejerceremos un control estricto sobre lo que vemos. Si tiene problemas en ejercer ese control, analice la posibilidad de tomarse

La música que escucha La música ejerce un poderoso impacto sobre la región emocional del cerebro conocida como sistema límbico. Según el tipo de música, es posible estimular emociones positivas o negativas. Las mediciones direc­ tas de las estructuras límbicas revelan que por ejemplo la música de selecciones armoniosas de piano puede evocar emociones agradables, mientras que la música disonante puede disparar emociones negativas.6 Por ello, deberíamos ser precavidos a la hora de escoger música. Elija tan solo música que le ayude a fomentar el control y el equilibrio emocional.

cional (lo que incluye menor depresión y ansiedad).5 Los estudios también han mostrado que el ejercicio incrementa notablemente los niveles de una poderosa hormona emocional, beneficiosa para la salud, llamada oxitocina.

I N T ERCAM B I O DE IDEAS

agradecimientos

Pedidos y

Mi familia está pasando por difíciles momentos financieros. Oren por favor por nosotros. Rebecca, Kenia

Mi esposo ya no dirige el culto familiar; solía coordinar la oración y el culto. Ahora lo hago sola. Cada día agradezco a Dios por ayudarme a caminar por la senda cristiana. Oren por favor por mi esposo, mis hijos y por mí. Alison, Trinidad y Tobago

Oren por favor por un amigo que regresó a la India para un tratamiento médico, y por los adventistas de allí, para que puedan visitarlo. También he estado orando para conseguir libros en punyabí. Silton, Austria

Necesito sanidad espiritual y física, liberación y transformación. ¡Oren por mí por favor! Anequis, Brasil

Gracias por sus oraciones. Soy colportora, y necesitaba un automóvil con urgencia. Conseguimos uno de nuestra iglesia. ¡Está como nuevo! Pattie, Estados Unidos

Hace casi un año terminé la universidad y no tengo trabajo ni dinero para pagar mi alojamiento. Tuve una entrevista de trabajo; oren para que el resultado sea positivo. Milka, Kenia

Oren para que Dios me libre y para que no me echen del colegio. Malcolm, Granada

Oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a prayer@ adventistworld.org. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a Adventist World, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.


Cartas

Soy griego, y mi esposa es colombiana. Estamos planeando, con la bendición de Dios, abrir una iglesia en el norte de Colombia. Oren por favor por nosotros . –Dimitris Christopoulos, Colombia

Se inauguran iglesias al ritmo más rápido de la historia

Escribo en relación con el artículo de McChesney titulado «Se inauguran iglesias al ritmo más rápido de la historia» (Mayo 2015). Son buenas noticias; ¡que Dios bendiga a la Iglesia Adventista! Soy griego, y mi esposa es colombiana. Estamos planeando, con la bendición de Dios, abrir una iglesia en el norte de Colombia. Oren por favor por nosotros. Dimitris Christopoulos Colombia Se están inaugurando iglesias al ritmo más rápido de la historia; por ello, ¡gracias sean dadas a Dios! Por su gracia, espero pronto oír la misma noticia del país donde vivo. Arnold Nyepetsi Irlanda ¡Cuán maravilloso es que el pueblo de Dios pueda compartir el evangelio eterno y el mensaje del tercer ángel de esta manera! Dios ha bendecido a su pueblo. David Roque Usulután, El Salvador Líder dialoga de su muerte con su esposa

Gracias por publicar el artículo titulado «Líder dialoga de su muerte con su esposa» (Mayo 2015). Es asombroso: Acabo de perder a mi padre, después de 54 años de matrimonio con mi madre. Envié esta historia a mis otros hermanos y mi madre. Gracias por compartirla; es muy emocionante. ¡Un verdadero tesoro! Merril Dennis Trinidad y Tobago

No creo haber conocido un matrimonio más bondadoso y dedicado que el de Francis y Mary Sue Wernick. Aun en la tercera edad se mantuvieron fieles a Dios, su iglesia y su obra. Agradezco al Señor por el privilegio de haber compartido momentos con ambos. Aún puedo escuchar el tono amable, reposado y sereno de la voz del pastor Wernick. Ven pronto, señor Jesús. Christine Amadio-Long Estados Unidos

en la oración de Jesús en Juan 17: «para que sean uno, así como nosotros somos uno» (vers. 22). ¿Por qué nos hemos vuelto tan preocupados por etiquetarnos, aun dentro de la misma iglesia? ¿Qué hace falta para que nos veamos simplemente como hermanos creyentes? ¿Podría ser esta al menos parte de la razón de que Cristo aún no ha venido? Tina Metaxis C hicago, Illinois, Estados Unidos

Tratamiento para el cáncer de próstata

Siempre leo con interés los excelentes artículos de salud de P. Landless y A. Handysides. El artículo «La cirugía por cáncer de próstata» (Febrero 2015) brinda una visión general y menciona los efectos secundarios de la cirugía, como por ejemplo la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, dos cuestiones significativas para la vida. Los autores, sin embargo, deberían haber señalado que el Centro Médico de Loma Linda (una institución adventista de renombre mundial) fue pionero hace 25 años en la terapia de protones, y que más de 18.500 pacientes con diversos tipos de cáncer han sido tratados con este procedimiento no invasivo. Casi el setenta por ciento de ellos sufría de cáncer de próstata, y tuvo resultados exitosos, sin los efectos secundarios debilitantes de otras modalidades. J. Lynn Martell B anning, California, Estados Unidos La oración no contestada de Jesús

Aprecio profundamente la nota de tapa de Gerald Klingbeil titulada: «Jesús recupera el centro: Entre saduceos y fariseos» (Abril 2015). Acaso no debiera hacerlo, pero no puedo dejar de pensar

Hace 106 años en Sunan

La sección titulada «Hace 106 años» de Septiembre 2014 incluye una fotografía que siento que debo comentar, por más que es de un número de hace ya unos meses. La persona que está a la izquierda de Riley Russell (fila posterior, al centro) es mi abuelo C. L. Butterfield, quien fue misionero en Corea durante varios años. También tengo un libro titulado It Came in Handy, que es la historia del doctor Riley Russell, según la relata Stella Parker Peterson. El libro relata las experiencias de mi abuelo y de otros misioneros en Corea. Edwin Toews New York Mills, Minesota, Estados Unidos Pautas para las cartas: Envíelas por favor a letters@ adventistworld.org. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.

Vol. 11 No. 7 | Adventist World

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Hace

Izquierda: J. F. Huenergard Derecha: Los primeros creyentes de Yugoslavia.

100

años

E

l 12 de julio de 1905, se organizó una iglesia en Kumane (Yugoslavia) después del bautismo de ocho personas. El anciano de esaa nueva congregación era Lazar Emeric, un campesino serbio. Un ministro adventista llamado Petar Todor fue enviado a pastorear al grupo, cumpliendo así la estipulación del gobierno, que requería un mínimo de diez miembros para formar una iglesia. Unos meses antes en Kumane, a ciento veinte kilómetros al norte de Belgrado, un comerciante judío se sorprendió al leer en el periódico que un panadero cristiano de Alemania se había unido a una religión peculiar y, como resultado, había decidido cerrar su tienda los sábados. Cuando el comerciante judío le mostró la noticia a Emeric, este le dijo: «Ese alemán está en lo correcto. Según la Biblia, el sábado es el verdadero día de reposo». Emeric le pidió a su hijo que escribiera varias cartas a Alemania para tratar de hallar a los guardadores del sábado serbios. La Sociedad Bíblica Británica y Extranjera informó que vivían en Hamburgo. La siguiente carta fue dirigida a «Los guardadores del sábado de Hamburgo». Un joven pastor, J. F. Huenergardt, recibió la carta, visitó Kumane y se contactó con los guardadores del sábado del lugar. Como Huenergardt no podía comunicarse con la gente en su idioma, llamaron al peluquero del pueblo para que oficiara de intérprete. Él se interesó tanto en la Biblia que cerró su negocio el sábado, aunque era el día más ocupado de la semana, y comenzó a guardar ese día.

La

más

completa Aunque todas las legumbres son nutritivas, solo una incluye todos los aminoácidos necesarios para el crecimiento muscular: los garbanzos. Doscientos gramos de garbanzos tienen casi 18 gramos de proteína. Los que consumen garbanzos en forma periódica tienen colesterol más bajo, mejor digestión y mayor inmunidad que los que no lo hacen. Prepare su propio hummus (pasta de garbanzos): n

4 dientes de ajo

n 450 gramos de garbanzos escurridos (guarde dos cucharadas de líquido) n C ita

Para conseguir algo que nunca tuvo, tiene que hacer algo que jamás haya hecho .

1 cucharadita de sal

n 2 a 3 cucharadas de jugo de limón recién exprimido n 2 cucharadas de tahini (pasta de sésamo) n Muela el ajo en la procesadora, añada el resto de los ingredientes hasta que quede un puré suave. Añada sal a gusto.

–Beatrice Anebo, Uganda Fuente: Men’s Health

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Adventist World | Julio 2015


Perdonar

«He aquí, vengo pronto . . .» Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

para estar en forma

Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Editor ejecutivo Bill Knott Editor asociado Claude Richli Gerente editor internacional Pyung Duk Chun Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice-­ presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella S. Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal. Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, chair; Akeri Suzuki, Kenneth Osborn, Guimo Sung, Pyung Duk Chun, Suk Hee Han Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Kimberly Luste Maran, Andrew McChesney Editores de Seúl, Corea Pyung Duk Chun, Jae Man Park, Hyo Jun Kim Editor en línea Carlos Medley Directora de operaciones Merle Poirier

Todos conocen la frase del Padrenuestro que dice: «Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mat. 6:12). Nuevas investigaciones indican que el perdón tiene efectos no solo espirituales sino también físicos. Los investigadores hallaron que los que habían perdonado a otros tuvieron un mejor desempeño en pruebas de aptitud física, y percibieron los desniveles del terreno como menos empinados, en comparación con los que se rehusaron a perdonar. Fuente: The Rotarian/Social Psychological and Personality Science

Monarcas vivos Hace unos meses, la reina Isabel II, la monarca viva de más edad en todo el mundo, cumplió 89 años.

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A ella le sigue el rey Harald V, de Noruega (78 años). d o a r R i c

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Editores invitados Mark A. Finley, John M. Fowler Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Rachel J. Child Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Kenneth Osborn, Juan Prestol, Claude Richli, Akeri Suzuki, Exoficio: Robert Lemon, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Raafat Kamal, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan, Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638

Los dos monarcas más jóvenes son el rey Felipe VI de España (47 años), y el rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos (48 años).

E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos, Indonesia y México.

Vol. 11, No. 7

Fuente: Royalcentral.co.uk

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* Isaac Bediako es granjero en Nkoranza (Ghana). Bediako ha llevado a cientos de personas a Cristo durante sus más de cuarenta años en la iglesia, y desde 2006 ha distribuido más de ciento treinta mil revistas ADVENTIST WORLD en las aldeas cercanas.

Cada mes, Adventist World llega hasta estas manos dedicadas. Isaac Bediako* se mantiene conectado con la familia adventista de todo el mundo gracias a ADVENTIST WORLD. Usted también puede mantenerse en contacto con la familia de la iglesia. Solicite la revista al Departamento de Comunicaciones de su región, si su iglesia aún no distribuye ADVENTIST WORLD en forma periódica y gratuita. También puede leerla en Internet en once idiomas diferentes en www.adventistworld.org.

Una familia. Un mundo. Adventist World.


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