Cómo funcionan los carros que tienen turbo El turbo es un sistema de sobrealimentación de los propulsores que nació en la década de los cuarenta en instalaciones marinas, ferroviarias y en la aviación, hasta que finalmente llegó a los automóviles y especialmente a los que funcionan con diésel, aunque cada vez hay más motores de gasolina que lo llevan. Para poder funcionar los motores necesitan combustible y aire, a mayor volumen de oxigeno introducido para mezclar con más carburante, más fuerza desarrolla la máquina y más aumenta la potencia. Para que le entre mucho aire al motor se puede aumentar el volumen interno para que quepa la mayor cantidad posible, o comprimirlo para que sea capaz de entrar mucho en una cilindrada pequeña, a esto se le llama sobrealimentación y una de los dispositivos más usados para sobrealimentar el motor es el turbo. Cómo funciona el turbo Son dos turbinas unidas por un eje solidario que giran a la misma velocidad, esa velocidad va marcada por el ritmo al que los gases del escape salen desde el colector hacia el tubo de salida y que entran en contacto con las aspas de la turbina y comienzan a moverla, produciendo un movimiento igual en la que está en contacto con el aire que llega por la admisión. De esta manera se aprovecha la energía que generan los gases de escape al salir para aumentar la cantidad de aire fresco que entra en los cilindros, aumentando el rendimiento, reduciendo las emisiones contaminantes y ajustando el consumo de combustible. Dentro del sistema hay un elemento llamado intercooler, que sirve para enfriar esos gases que salen calientes del motor, primero para evitar que el sistema se caliente y segundo porque el aire caliente ocupa más espacio, así que al enviar aire frío al motor ocupa menos espacio y entra más cantidad. Cómo manejar un carro con turbo - La primera recomendación es arrancar el vehículo de forma apropiada para que el turbo se lubrique bien, esto significa que debemos mantenerlo al ralentí por un par de minutos. - No subir demasiado las revoluciones cuando el motor está frío (menos de 90ºC), hasta que el motor no supere esa temperatura no lo debemos forzar, porque las averías del turbo comenzarán a salir en pocos años. - Al estacionar el carro también debemos dejar el motor al ralentí un par de minutos, así el turbo tiene tiempo de enfriarse y lubricarse, además la turbina bajará sus revoluciones y así mantendremos el turbo en buen estado durante más tiempo. Esto es especialmente importante cuando hemos manejado de forma agresiva, porque el turbo se ha mantenido a altas revoluciones y puede calentarse en exceso, así que al apagar el motor de golpe, la turbina va a seguir girando por la inercia pero sin ningún tipo de lubricación, sufriendo rozamientos que acabarán por dañarlo ya que funciona con el aceite de motor. - Como funciona con el aceite del motor, es fundamental que se siga el mantenimiento exactamente como lo marque el fabricante para la sustitución de este lubricante. Por: Adriana Gutiérrez