Adovea 51

Page 35

Refrescando la Memoria Traigo hasta estas líneas la memoria de dos hombres sencillos que mucho tuvieron que ver en la conservación de esta joya de nuestras tradiciones. Uno –Vicente Fernández Escribano, “tío Minuto”- mozo soltero, mateño, que se encargaba de la reparación de pucheros; el otro –Antonio de los Santos Ajero, “tío Pinta”- carrichano cuyo oficio era el de hojalatero. Dos hombres recordados en muchos de nuestros pueblos, siempre con sus instrumentos sonando para hacer más señalada la fiesta. Aún los recuerdan en Quismondo, en La Mata y en Torrijos, donde acudían cada año para amenizar sus fiestas, y donde encontramos algo muy curioso también relacionado con Carriches. El mismo toque de dulzaina y tambor servía para los cuatro pueblos, pasando de tener carácter religioso en Quismondo, La Mata y Carriches, pues se tocaba en las procesiones, a tener carácter profano en Torrijos donde servía como marcha que amenizaba el pasacalles de gigantes y cabezudos que cada año recorría las calles de la villa en la Feria de septiembre. En Carriches la dulzaina y el tambor protagonizaban una de las fiestas más antiguas y más querida por los carrichanos: la de la Cátedra de San Pedro en Antioquía. Cada 22 de febrero la imagen sedente del Apóstol que da nombre y patrocinio a la parroquia de Carriches, era sacada en procesión acompañada por el tradicional toque de gaita y tambor que la hacía especial. Según se puede observar en algunas fotografías antiguas, San Pedro llevaba puesta la tradicional muceta, una capa de ricas telas sobre sus hombros. Sería muy bonito recuperar este momento de la fiesta que antaño era el principal, y volver a escuchar por las calles de Carriches el precioso sonido de la dulzaina interpretando este toque tan carrichano. Pero no sólo se tocaba la referida canción en las fiestas de la Cátedra, sino que había otra que también era habitual en el repertorio de estos dulzaineros, como eran las seguidillas o la Jota del Tío Vicente. Intuyo que el “tío Minuto” tomaría esta última como pieza propia por llevar su nombre. Esta jota está muy extendida por otras partes de España, sobre todo por la provincia de León donde he podido comprobar que es un baile habitual. La letra de esta jota dice así:

En casa del Tío Vicente con tanta gente qué pasará son las mocitas del pueblo que con los mozos quieren bailar. Seguramente hubo muchos más toques y canciones que se interpretaban con la dulzaina, incluso hay algunos cantos que aún se conservan en Carriches y otros pueblos que bien podrían ser toques para este instrumento a los que se añadió letra y que son fáciles de reconocer. Cuando estos músicos fueron mayores y fallecieron, recogieron el testigo otros dulzaineros y tamborileros que continuaron con la tradición. Pero poco a poco en nuestros pueblos fue desapareciendo este instrumento tan especial para dar paso a las bandas de música y a otros instrumentos seguramente más al alcance de todos. De aquellos tiempos tan solo nos quedan los recuerdos, la nostalgia y soñar con el mañana. Un mañana en el que sería bonito volver a escuchar la gaita e introducirla de nuevo en nuestras fiestas y tradiciones, afianzándola así como seña de identidad de la comarca, y honrando con ello la memoria de aquellos músicos que tanto aportaron a la tradición. Agradecer también la labor de recopilación y difusión de “Mayo Mayero” de los diferentes toques de dulzaina y tambor de la Comarca de Torrijos, que a lo largo de los últimos años ha incluido en Foro Toletho a través de vídeos, partituras y otros materiales. Jesús del Castillo Martín

Humanista

http://objetivotradicion.blogspot.com.es/ https://es-es.facebook.com/objetivotradicion 35


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.