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Situación actual de la micro, pequeña y mediana hotelería bogotana
Actualidad Gremial
Por: Alexander Alvarado Presidente de la Asociación de propietarios de la Industria Hotelera de Colombia -Inhotelcol.
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La incertidumbre e inestabilidad del gremio hotelero viene aumentando. La inseguridad jurídica, el constante cambio de la normatividad y la falta de medidas gubernamentales que beneficien las empresas de alojamiento, hacen que la competitividad del sector se vea gravemente afectada. Por ejemplo, la alta carga tributaria, la adopción de Normas Internacionales de Información Financiara (NIIF), la expedición de restricciones en el nuevo Código de Policía y el abuso por parte de las autoridades, ha generado un desbordado cierre de nuestros establecimientos.
Para oscurecer más el panorama, las medidas implantadas en la reforma tributaria, que empezaron a regir a partir del 2017, y la crisis económica que está afrontando el país, hacen que los empresarios e inversionistas del sector de alojamiento en Bogotá deban estudiar muy bien las condiciones actuales de oferta y demanda antes de ejecutar sus nuevos proyectos. Este panorama desolador ha generado sobreoferta hotelera, guerra de precios para los empresarios y desempleo para los colaboradores. La incertidumbre sobre el uso del suelo es un tema que el Gobierno Distrital deberá resolver en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, POT. Se deben controlar y limitar las Unidades de Planeamiento Zonal –UPZ-, fomentar una mejor planificación de la ciudad y legalizar los establecimientos que llevan más de 20 o 30 años ubicados en ciertas zonas que en el POT del 2004 no se han tenido en cuenta.
Según cifras entregadas al gremio, en lo corrido del 2017 los indicadores han sido negativos. En algunas zonas de Bogotá como el Restrepo, Venecia, Kennedy y Bosa, los establecimientos de alojamiento tuvieron un descenso de ocupación de 30% para el primer semestre. Chapinero y Teusaquillo sufrieron una disminución del 25%, y en sectores como el Centro, el 7 de Agosto y La Sevillana la reducción fue del 50%. En Teusaquillo, Corferias y Chapinero se presentó una variación decreciente que oscila entre el 20% y el 25% respecto al 2016. Estos datos para Inhotelcol son alarmantes y poco halagadores para atraer nuevas inversiones.
Por otra parte, prolifera la hotelería informal, representada en aplicaciones como Airbnb y otras, que generan prácticas de competencia desleal que lastiman gravemente al sector de hotelería formal.
En la actualidad, la sobreoferta generada por la problemática expuesta ha conllevado a que las inversiones realizadas en nuestras edificaciones no se compensen con los ingresos percibidos, a dificultar el mantenimiento de nuestros establecimientos, a que los ingresos se destinen solo a remodelaciones o adecuaciones futuras, y a que se aumenten los costos de la óptima operación de nuestra actividad, representados en gastos de personal, pago de servicios, pago de impuestos, contabilidad, compra de muebles, enseres, etc..

Parte de la delegación de Acopi Bogotá - Cundinamarca acompañada de Rosmery Quintero, Presidenta Nacional de Acopi.
El otro gran flagelo que padece el gremio es el de la inseguridad, reflejada en el aumento de hurtos a nuestros huéspedes o visitantes y al personal. Después del levantamiento de la famosa calle del Bronx, sectores como Chapinero, Teusaquillo, Centro, Restrepo y Las Ferias se han perjudicado con la proliferación de habitantes de calle. Hay falta de articulación entre la Policía, la Alcaldía Mayor de Bogotá y las Alcaldías locales para el cuidado y mejoramiento de las zonas. Mientras el pequeño comercio se ve inmerso en falta de andenes, exceso de vendedores informales, vías deterioradas, cámaras de seguridad inoperantes y falta de alumbrado público, los almacenes de cadena sí gozan de privilegios en materia de seguridad.
Asociado al tema de inseguridad está el “pregoneo” o mal llamado “jaloneo de actividad”. Esta práctica es castigada por el nuevo Código de Policía y Convivencia, Ley 1801 de 2016, que prohíbe “utilizar, permitir, patrocinar, tolerar o practicar el pregoneo o actos similares en actividades de alto impacto que impidan la libre movilidad y escogencia del consumidor, en poblaciones superiores a cien mil (100.000) habitantes”. Los negocios de alojamiento han realizado innumerables esfuerzos por mejorar la presentación personal de porteros y recepcionistas, quienes, además de ser la imagen del establecimiento, garantizan la seguridad de los clientes. Sin embargo, estos esfuerzos han sido insuficientes para dar por terminada la problemática del pregoneo.
No siendo suficiente la alta carga tributaria, los abusos de poder con el nuevo Código de Policía, la inseguridad y la nueva normatividad, también se pretende cobrar una tarifa por retransmitir los productos audiovisuales en los establecimientos de alojamiento que tienen varios televisores. El cobro abusivo y desproporcionado que plantea EGEDA, Entidad de Gestión Colectiva de Derechos de los Productores Audiovisuales de Colombia, representaría entre $2.000.000 o $3.000.000 para establecimientos pequeños de 20 o 30 habitaciones. En este momento hay más de 300 demandadas que incluyen cobro retroactivo a establecimientos hoteleros en Bogotá con miras a controlar las tarifas de EGE- DA, emitidas de manera unilateral y sin supervisión de ninguna autoridad.
De esta manera, el panorama crea la necesidad de fortalecer y unir a los empresarios del sector en torno a problemáticas comunes.