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¿Una economía recalentada?

Notas Económicas

Comité Editorial Revista PyME

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La economía colombiana se mantiene en unos rangos de elevado riesgo por los déficits externos y las presiones inflacionarias generadas por la devaluación del tipo de cambio que se mantiene cerca de los $3.000. La decisión del Banco de la República de aumentar la tasa de interés no ha generado los efectos que esperaban, y por el contrario han empujado al país a una desaceleración en el crecimiento, un aumento en el desempleo y una caída en el crédito comercial, y por ende, en la inversión.

El Índice de Enfriamiento Económico de la Anif está compuesto por seis indicadores macroeconómicos: inflación, tasa de desempleo (relativa a su promedio de 10 años), brecha del Producto, expansión crediticia (relativa al crecimiento del PIB-nominal), tasa de interés real y la cuenta corriente externa. En el IEE cada variable recibe una calificación en el rango 0 (nulo recalentamiento) a 2 (máxima alarma de recalentamiento). Estos indicadores se sintetizan en un índice cuyo valor de 100 expresa el grado máximo de recalentamiento.

Para el 2016 el IEE se ubicó en la zona “tibia” en sus tres variantes (IEE con acciones y con acciones y vivienda). Allí se observaron efectos encontrados, donde por el lado del “enfriamiento” se destacan: i) la desaceleración económica (con crecimiento de 1.8% en 2016 vs 3.1% en 2015), con afectaciones en el mercado laboral, perfilándose la tasa de desempleo hacia valores promedio del 9.2% en 2016 (vs. 8.9% en 2015), y ii) la menor expansión crediticia (cercana al 2% real en 2016 vs. 8.5% en 2015), con preocupantes contracciones del -1% real en la cartera comercial, donde comienzan a vislumbrarse deterioros en la calidad de la cartera.

Por el contrario, los efectos de recalentamiento durante 2016 provinieron de: i) los persistentes desbalances externos (pese a la ligera corrección derivada del ajuste de las importaciones, contrarrestando el efecto de los menores precios del petróleo), donde la cuenta corriente habría cerrado con déficits del -4.5% del PIB en 2016 (vs. -6.4% del PIB en 2015); y ii) las altas presiones inflacionarias registradas durante buena parte de 2016 (llegando a picos del 9% en julio), por cuenta del fuerte Fenómeno de El Niño y el elevado passthrough cambiario (trasmisión de la devaluación a los precios), convergiendo solo al cierre del año hacia el 5.7%.

Fuente: cálculos Anif con base en Dane y Banco de la República.

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