REVISTA JAPOMANIA Irene Alfonzo

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MASCARAS TRADICIONALES

Hyottoko: la máscara graciosa... (pag 34).

Tengu la máscara del yokai de la montaña...(pag 34)

Kappa la máscara del yokai del río... (pag 35)

Tempo la máscara del samurai...(pag 35)

MITOLOGIA JAPONESA

El nacimiento de Japón... (pag 6)

Yomi, el más haya japones... (pag 16)

Los dioses mayores... (pag 17)

El engaño de Susano... (pag 18)

La desaparición del sol... (pag 20)

HISTORIAS TRADICIONALES

IU-ROKU-ZAKURA...( pag 25)

El sueño de akinosuke... (28)

Omaru: el amuleto para todo... (pag 37)

Omikuji la suerte que se ata... (pag 37)

Maneki-neko el gato de la buena suerte...(pag 37)

Tablillas Ema para pedir deseos... (pag 38)

Daruma el amuleto de los propositos...( pag 38)

AMULETOS DE LA SUERTE ORIGAMI

Historia del origami... (pag 39)

Basicos y sistema...(pag 40)

Tipos de origami...(pag 41)

HISTORIA DE JAPON

Queridos lectores, es un agrado para nosotros traesles en nuestra doceaba edición de Japomania, dedicado a todos los amantes de los acontesimientos sobrenaturales, mitos, leyendas, amuletos de la suerte y de muchas riquezas que se vive en toda la tradición del Japón Antiguo.

Hemos traido a la palpa de sus manos contenidos investigados de forma cuidadosa para evitar todos los comentarios inciertos que se puedan trangibersar sobre la historia de Japón, estando en contra de la desinformación.

Toda la información encontrada a sido revisada por nuestro gran equipo de investigación, a la vez con nuestro de equipo de redacción a quien agradecemos también ya que sin ellos este proyecto no podría avanzar.

Así como la información el arte que nuestra revista a sido elaborada de forma minuciosa con el fin de respetar cada uno de los elementos decorativos y simbólicos que el arte japones tiene, agradecemos a nuestro equipo creativo y de arte que se dedico a elaborar cada foto e ilustración ilustrativa y descriptiva que se encuentra en la revista.

Sin más preambulo agradecemos a cada uno de los lectores que nos dedican un poco de su tiempo para poder leer cada una de nuestras ediciones lanzadas, esperemos que esta edición de Japomania, abra sus mentes y corazones viajeros para que puedan adentrarse y viajar a través de nuestra revista a un Japón Antiguo lleno de muchisima Cultura, espiritualidad, arquitectura y artes.

-Con amor y entrega Irehne heart. Fundadora y directora creativa de editorial Japomania.

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Historia de Japon

De la enorme figura de Oda Nobunaga, un daimyo que emprendió una serie de conquistas militares que le llevaron a unificar el país y que por esto mismo fue conocido como uno de los tres grandes unificadores de Japón. Le siguieron Toyotomi Hideyoshi, que continuó la tarea de unificación y fomentó el comercio y la industria, y Leayasutoku Gawa, quien estableció el tercer shogunato, conocido como el shogunato toku gawa. No se comió mucho la cabeza. Y con este shogunato entramos en el que quizás sea el periodo más interesante de la historia de Japón y el que configuró la personalidad japonesa. El periodo Edo, del 1603 al 1868. Este periodo comienza con el cambio de capital a Edo, la actual Tokio, una ciudad que en pocos años llegó a convertirse en una metropoliento de regla. Y es que lo que sucedió aquí es de locos. A partir del 1630 comenzó un aislamiento total del país, en el cual prácticamente nadie podía entrar y salir y las relaciones comerciales eran limitadas.

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Los cristianos fueron perseguidos y los extranjeros deportados o confinados en islas. Es en este periodo cuando nace la imagen que todos tenemos cuando pensamos en el Japón medieval, solo que realmente estamos en la edad moderna y no en el medievo. Aún con todo esto, fue un periodo de enorme prosperidad y estabilidad, sobre todo teniendo en cuenta el marrón del que venían los japoneses. Fue durante este tiempo cuando nació el teatro Kamukki, slas geisas o se hicieron famosos los torneos de sumo. nse? Este suceso conmocionó la política japonesa.

Así se firmó el Tratado de Kanagawa en 1854 y tras dos siglos el país comenzó su apertura comercial. No obstante, Japón reconoció de repente su debilidad y nuevos problemas comenzaron a realizar.

Los japoneses comenzaron a preguntarse ¿Deberíamos desarrollarnos? ¿Sigue teniendo sentido el shogunato? Con estas preguntas comienza un tenso periodo conocido como Bakumotsu, en el que se enfrentaron dos bandos muy diferenciados. Por un lado estaban los partidos de la apertura al exterior, liderados por Tokugawa Nariaki, un firme defensor del emperador y de la abolición del sistema feudal

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El nacimiento de Japon

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Todos ellos hacen referencia a lo revelado en el Kojiki, el primer documento escrito que se conoce en Japón. La historia que aquí se narra abarca desde la creación del Japón hasta el restablecimiento de la diosa sol Amaterasu, la más sagrada del panteón japonés y que se venera en el gran santuario de Ise, el más importante de Japón.

EL NACIMIENTO DEL JAPÓN

En el principio, tras la formación del cielo y de la tierra, tres dioses se crearon a sí mismos y se escondieron en el cielo. Entre este y la tierra apareció algo con aspecto de un brote de junco y de él nacieron dos dioses, que también se escondieron. Otros siete dioses nacieron de la misma manera y, de entre ellos, los dos últimos se llamaron Izanagi e Izanami.

Izanagi e Izanami fueron encargados por los demás dioses de formar las islas japonesas. Así que hundieron una jabalina adornada con piedras preciosas en el mar inferior y la agitaron. Al sacarla, las gotas que de ella resbalaban formaron la isla de Onokoro. Descendiendo de los cielos, Izanagi e Izanami decidieron construir allí su hogar por lo que clavaron la jabalina en el suelo para formar el Pilar Celestial.

Estos dioses descubrieron que sus cuerpos estaban formados de manera diferente. Así que, ante la curiosidad, Izanagi preguntó a su esposa Izanami si sería de su agrado concebir más tierra para que de ella nacieran más islas.

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Cuando ella accedió, ambos inventaron un matrimonio ritual. Cada uno tenía que rodear el Pilar Celestial andando en direcciones opuestas. Cuando se encontraron, Izanami exclamó: «¡Qué encantador! ¡He encontrado un hombre atractivo!», y a continuación hicieron el amor.

En lugar de parir una isla, Izanami dio a luz a un malforme niño-sanguijuela al que lanzaron al mar sobre un bote hecho de juncos. Después se dirigieron a los dioses para pedir consejo y estos les explicaron que el error estaba en el ritual del matrimonio. Al parecer, ella no debía de haber hablado primero al encontrarse alrededor del Pilar, pues no es propio de la mujer iniciar la conversación.

Como se puede ver, estas historias de la mitología japonesa ya mostraban un claro machismo. Ante esta explicación, ambos repitieron el ritual siendo Izanagi el primero en hablar. Entonces todo salió según sus deseos.

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Con el tiempo, Izanagi concibió todas las islas que forman el Japón. Además crearon también dioses para embellecer las islas y después hicieron dioses del viento, de los árboles, de los ríos y de las montañas, con lo que su obra quedó completa. Todos estos dioses o kami son los que actualmente pueblan el panteón sintoísta, con orígenes mitológicos.

El último dios nacido de Izanami fue el dios del fuego, cuyo alumbramiento produjo tan graves quemaduras en los genitales de la diosa que murió. Y todavía, mientras moría, nacieron más dioses a partir de su vómito, su orina y sus excrementos. Izanagi estaba tan furioso que le cortó la cabeza al dios del fuego, pero las gotas de sangre que cayeron a la Tierra dieron vida a nuevas deidades.

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YOMI El mas haya japones

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Tras la muerte de Izanami, Izanagi quiso seguirla en su viaje a Yomi, la región de los muertos, pero ya era demasiado tarde. Cuando llegó allí, Izanami ya había comido en Yomi, lo que hacía imposible su vuelta al mundo de los vivos.

La diosa pidió a su esposo que esperase pacientemente mientras ella discutía con los demás dioses si era o no posible su retorno al mundo. Pero la impaciencia le pudo a Izanagi. Así que rompió una punta de la peineta que llevaba, le prendió fuego para que le sirviese de antorcha y entró en la sala.

Lo que vio allí fue espantoso: los gusanos se retorcían ruidosamente en el cuerpo putrefacto de Izanami.

zanagi quedó aterrado al contemplar la visión del cuerpo de Izanami, por lo que dio media vuelta y salió huyendo. Encolerizada por la desobediencia de su marido, Izanami envió tras él a las brujas de Yomi y a los fantasmas del lugar, pero Izanagi los despistó usando sus trucos mágicos. Cuando por fin llegó a la frontera que separa el mundo de los muertos del de los vivos.

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Izanagi lanzó a sus perseguidores tres melocotones que allí encontró, retirándose las brujas y fantasmas a toda prisa.

Finalmente, fue la propia Izanami quien salió en persecución de Izanagi. Éste colocó una gigantesca roca en el paso que unía Yomi con el mundo de los vivos, de modo que Izanami y él se vieron uno a cada lado del enorme obstáculo.

Izanami dijo entonces: «Oh, mi amado marido, si así actúas haré que mueran cada día mil de los vasallos de tu reino».

A esta amenaza Izanagi contestó «Oh, mi amada esposa, si tales cosas haces yo daré nacimiento cada día a mil quinientos».

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Finalmente llegaron a un acuerdo, mediante el cual la cifra de nacimientos y fallecimientos se mantienen en la misma proporción. Ella le dijo que debía aceptar su muerte y él prometió no volver a visitarla. Entonces ambos declararon el fin de su matrimonio. Esta separación significó el comienzo de la muerte para todos los seres vivos, según la mitología japonesa.

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LOS DIOSES MAYORES

Izanagi se sometió entonces a un proceso de purificación. El objetivo era librarse de la suciedad que pudiera haber contaminado su cuerpo durante el descenso al mundo inferior. Llegó a la llanura junto a la desembocadura del río y se quitó sus ropas y todo cuanto llevaba encima.

Y allí donde dejaba caer una prenda o un objeto, del suelo salía una deidad. Y nuevos dioses se iban creando a medidadque Izanagi entraba en el agua para limpiar su cuerpo.

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Finalmente, cuando lavó su cara fueron creados los dioses más importantes del panteón japonés. Al secar su ojo izquierdo apareció Amaterasu, la diosa del sol. De su ojo izquierdo nació la diosa Luna, Tsuki-yomi y de su nariz surgió el dios de la tormenta, Susano.

Izanagi decidió entonces dividir el mundo entre sus hijos. Encargó a Amaterasu el gobierno del cielo, a Tsuki-yomi el de la noche y a Susano el cuidado de los mares. Pero este último dijo que prefería ir al mundo inferior con su madre, así que Izanagi lo desterró y se retiró del mundo para vivir en el alto cielo.

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Antes de ser desterrado a Yomi, Susano quiso despedirse de Amaterasu. Pero en realidad quería traicionarla ya que estaba celoso de la belleza e importancia de su hermana.

El engano de Susano

Amaterasu, recelosa de la actitud de su hermano, se armó con un arco y flechas antes de acudir a la cita. Pero Susano se mostró realmente encantador y acabó cautivando a la diosa con la sugerencia de engendrar hijos juntos como prueba de buena fe.

Amaterasu accedió, pero antes exigió que le entregase su espada, que inmediatamente quebró con su boca en tres pedazos, mientras de su aliento salían tres diosas. Susano pidió a Amaterasu cinco collares, los cuales masticó para engendrar otros tantos dioses.

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engano Susano

Al momento se entabló una discusión entre ambos por la custodia de los hijos, pues Amaterasu los reclamaba como suyos al haber sido formados de sus propias joyas. Su hermano, sin embargo, creyó haber engañado a la diosa y lo celebró rompiendo las paredes que contenían los campos de arroz, bloqueando los canales de irrigación y defecando en el templo donde había de celebrarse el festival de la cosecha.

Su desconcertante comportamiento es el germen de la enemistad que nació entre los dos dioses. Susano, a pesar de haber sido desterrado, se quedó merodeando por la Tierra y el cielo.

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La desaparicion del sol

Un día, mientras Amaterasu se encontraba tejiendo ropas para los dioses, Susano arrojó un caballo desollado que atravesó el tejado de la sala en la que la diosa y sus ayudantes trabajaban. Una de ellas se asustó de tal modo que se pinchó con la aguja y murió. Y tan atemorizada quedó la propia diosa que, tras aquello, se escondió en una cueva y bloqueó la entrada con una enorme piedra. Sin la diosa del sol, el mundo quedó sumido en la oscuridad y el caos.

Una asamblea de ochocientas deidades se reunió para hallar la manera de sacar a Amaterasu de la cueva. Decidieron que la única manera de lograrlo sería excitando su curiosidad, así que decoraron un árbol con ofrendas y joyas, encendieron fuego y danzaron al ritmo de los tambores y alabaron la belleza de otra diosa, para provocar sus celos.

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Colocaron un espejo mágico a la entrada de la cueva, llevaron gallos al lugar para que cantaran y persuadieron a la diosa de la aurora, Amo No Uzume, para que bailara. En un momento de abandono, la diosa empezó a quitarse la ropa, para solaz del resto de los dioses, que la llamaron «terrible hembra del cielo».

Como esperaban, Amaterasu se asomó a la entrada de la cueva para averiguar qué estaba sucediendo. Los dioses respondieron que estaban celebrando una fiesta porque habían encontrado a su sucesora y que era incluso mejor que ella. Sin pensarlo, la diosa salió de la cueva y vio su reflejo en el espejo mágico. En ese momento, el dios Tajikawa la agarró, obligándola a salir de su escondite y bloqueando la entrada para impedir que volviera a desaparecer.

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La vida volvió a la naturaleza y desde aquel momento el mundo ha conocido el ciclo normal del día y la noche. El espejo fue confiado al mítico primer emperador de Japón, descendiente directo de la diosa, como prueba de su divino poder. Por eso la casa imperial japonesa traza sus orígenes en la mitología, pues se dicen descendientes de la diosa Amaterasu.

flechas, están

en san-

de gran im-

y se usan cuando se entroniza un nuevo emperador. Esto ocurrió cuando subió al trono el nuevo emperador Naruhito en 2019. Eso sí, estas reliquias sagradas imperiales siempre van en cajas y se dice que nadie las ha visto desde tiempos inmemoriales.

Los ochocientos dioses que esperaban la salida de Amaterasu castigaron a Susano cortando su barba y bigote, arrancándole las uñas de las manos y los pies y arrojándole del cielo. Fue entonces cuando el dios comenzó su vida errante y vagabunda por la Tierra.

Como puedes ver, los mitos de la creación de Japón hacen referencia directa a un buen número de deidades y tienen su origen en antiguas religiones folclóricas de la región. Por muy importantes que sean, los dioses del Sol, la Luna y las estrellas no están solos en los cielos. A ellos se une un enorme número de espíritus menores de ancestrales raíces, los kami.

Y el espejo y otros objetos divinos, como la espada y las
repartidos
tuarios
portancia
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IU-ROKU-ZAKURA

En Wakégóri, un distrito de la provincia de lyo, hay un cerezo muy añejo y famoso llamado Jiu-rokusakura o «Cerezo del De-

El hombre en cuestión era un samurái de lyo, y el árbol crecía en su huerto. El cerezo solía brotar en la época prevista, es decir, hacia finales de marzo o principios de

¡Cuánto lloró el anciano la pérdida de su árbol Hasta el punto de que sus amables vecinos le buscaron un joven y hermoso cerezo y se lo plantaron en el huerto... Pero en verdad su corazón el dolor, pues había amado que nada lograba aliviar el

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Al cabo tuvo el hombre una feliz ocurencia, y, cuando corría el decimosexto día del primer mes, recordó una forma de salvar al moribundo cerezo. Acudió solo a su huerto y se inclinó junto al ajado árbol, y le habló con estas palabras:«Dígnate ahora a florecer de nuevo, pues seré yo quien muera en tu lugar». (Pues se cree que, dioses mediante, uno realmente puede entregar su vida a cambio de la de otra persona, criatura oincluso árbol; y así es que latransferencia de la propia vida se expresa con el término migawari ni tatsu, es decir, «actuar como sustituto»).

Luego,bajo el cerezo, extendió un manto blanco y varios cobertores, se sentó encima de ellos y se hizo el harakiri a a manera samurái. Su espíritu le fue transferido al árbol, y en ese preciso instante lo hizo germinar. Y de este modo, año tras

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EL SUENO DE AKINOSUKE

En el distrito conocido como Toïchi,en la prvincia de Yamato, vivía un göshi llamado Miyata Akinosuké.. [Aquí es preciso que aclare a los lectores que enla época feudal japonesa existía una clase privilegiada de granjeros soldados, pequeños terratenientes,equivalentes a los yeomen de Inglaterra, y estos eran los göshi].En el jardín de Akinosuké había un cedro muy grande y antiguo, bajo cuya sombra descansaba el hombre los días de bochorno. Unatarde de auténtico sofoco, estaba sentado al pie del árbol junto a dos amigos, también ellos göshi,charlando y bebiendo vino, cuando de pronto le entró sueño. Tanto fue así que pidió a sus compañeros que lo disculparan si se echaba una siestaen su presencia. Se recostó por tanto y se quedó dormido bajo el árbol, y este fue su sueño: Tumbado en el jardín, le pareció ver pasaruna procesión, como el cortejo de un gran daimyo, que descendía por una colina próxima, y notó que se levantaba para mirarla. Resultó ser una procesión con gran pompa, más imponente que cualquier otra que hubiera visto nunca, y avanzaba hacia su casa. Formaba la avanzadilla un numeroso grupo de hombres jóvenes ricamente ataviados, que arrastraba un palanquín palaciego lacado, o gosho-guruma, del que colgaba unbrillante paño de seda azul. Al llegar la procesióna escasos metros de la casa, se detuvo; y entonces un hombre de vistoso ropaje.

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obviamente de un cierto rango-- avanzó unos pasos y se aproximó a Akinosuké, le hizo una gran reverencia, y dijo:

_Honorable señor, tiene ante sí a un kérai (vasallo) del kokuò de Tokoyo. Mi señor, el rey, me ordena saludarle en su augusto nombre, así como que me ponga a su disposición. Además, me compele a informarle de que es su deseo contar con su presencia en palacio. Tenga pues la gentileza de montar en este honorable carruaje, que ha sido enviado aquí con objeto de transportar.

Tras oír aquellas palabras, Akinosuké quiso formular alguna clase de respuesta acorde, pero se había quedado demasiado atónito y aturdido para decir nada; en el ínterin, parecía que su voluntad fuera ajena a él, de modo que no estaba en su mano hacer otra cosa sino cumplir con lo solicitado por el kérai. Se subió al carruaje. El kérai tomó asiento a su lado e hizo una señal; los cocheros, tirando de las cuerdas de seda, pusieron en marcha el majestuoso vehículo en dirección sur, y así dio comienzo su viaje.

En muy poco tiempo, para asombro de Akinosuké, el carruaje se detuvo frente a un gran portalón de dos alturas (romon), confeccionado a la manera china, que nunca antes había tenido ocasión de ver. El kérai se apeó y le dijo:

-Me dispongo a anunciar su honorable llegada. Tras lo cual desapareció. Transcurridos unos instantes de espera, Akinosuké vio salir por el portalón a dos hombres con aspecto de nobles, vestidos con sedosos trajes de color púrpura y tocados con sombreros altos cuya forma revelaba su elevado rango. Estos, tras saludarlo con ademanes deferentes, lo ayudaron a descender del carruaje y lo conduje. ron a través de la gran puerta y por el vasto jardin hasta la entrada de un palacio cuya fachada parecia prolongarse, al este y al oeste, durante muchas millas.

Mostraron luego a Akinosuké un esplendoroso vestíbulo de descomunal tamaño. Sus guías lo llevaron hasta el lugar de honra y; en un gesto de respeto, procedieron a sentarse aparte; entretanto, una serie de sirvientas ataviadas de ceremonia los proveían de unos tentempiés.

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Después de que Akinosuké se sirviese, los dos anfitriones engalanados de púrpura le dedicaron sendas reverencias, y, tomando uno y otro la palabra como obliga el protocolo, le dijeron:

-_Es nuestro honorable deber informarle..del motivo por el que se le ha convocado aquí... El augusto deseo de nuestro señor, el rey, es que se convierta usted en su yerno..., y es su deseo y su orden que se case hoy mismo... con la augusta princesa, su hija y doncella... Pronto le conduciremos a la sala de audiencias... en donde su augusta majestad aguarda ya para recibirle... No obstante, antes será preciso acicalarse... con la indumentaria adecuada para la ceremonia”. Tras expresarse de ese modo, los informantes se irguieron a la vez y se encaminaron a una alcoba en donde había un gran cofre de oro lacado. Lo abrieron y extrajeron de su interior trajes y fajines confeccionados con las mejores telas, y un kamuri o tocado regio. Vistieron a Akinosuké de modo que luciera como un principesco novio; y lo guiaron hasta la sala de audiencias, en donde tuvo lugar su encuentro con el kokuò de Tokoyo, quien estaba sentado sobre una daiza’, llevaba puesto el alto sombrero negro que lo identificaba como símbolo del Estado e iba engalanado con un traje amarillo de seda. Frente a la daiza, a zquierda y a derecha, un sinfín de dignatarios se habían sentado de acuerdo con su rango, inmóviles

y espléndidos como imágenes de un templo; y Akinosukê, que avanzó entre ellos, saludó al monarca con las consabidas tres genuflexiones. El rey le correspondió con gráciles palabras: Ya le habrán informado de la razón por la que se ha requerido su presencia ante nosotros, Hemos decidido que será esposo de nuestra única hija, y en consecuencia nuestro yerno; la ceremonia nupcial se celebrará enseguida. Tan pronto como el rey terminó de hablar, empezó a sonar una alegre melodía y una larga hilera de hermosas cortesanas salió de detrás de la cortina a fin de llevar a Akinosuké hasta la estancia en que la novia lo esperaba. Era una cámara inmensa; y sin embargo a duras penas conseguía albergar a la enorme can- tidad de invitados congregados para presenciar el casamiento. Todos se inclinaron de manera reverencial ante Akinosuké cuando este ocupó su lugar frente a la hija del rey, hincando las rodillas sobre el cojín allí dispuesto para él. La novia se presentó con la apariencia de un ser celestial; su vestido era bello como un día de verano. Y la boda se celebró en medio de un gran júbilo. Una vez finalizados los festejos, la pareja fue conducida a una suite nupcial preparada para ellos en un ala distinta del palacio; y allí fue en donde recibieron las felicitaciones de muchas hincando las rodillas sobre el cojín allí dispuesto para él. La novia se presentó con la apariencia de un ser celestial; su vestido era bello como un día de verano. Y la boda se celebró en medio de un gran júbilo.

Una vez finalizados los festejos, la pareja fue conducida a una suite nupcial preparada para ellos en un ala distinta del palacio; y allí fue en donde recibieron las felicitaciones de muchas personas nobles e innumerables regalos de boda. Días más tarde, Akinosuké volvió a ser convocado a la sala del trono. En esta ocasión, lo recibieron incluso con más gentileza que la vez anterior. El rey le dijo:

-Al suroeste de nuestras tierras hay una isla llamada Raishü. Usted ha sido designado gobernador de dicha isla. Constató que sus gentes son leales y dóciles sin embargo, sus leyes todavía no han sido adaptadas al código legal de Tokoyo; como tampoco han sido debidamente reguladas sus costumbres. Le confiamos el deber de mejorar su condición social tanto como sea posible y deseamos que gobierne sobre sus gentes con magnanimidad y sabiduría. Ya se han dispuesto todos los preparativos necesarios para su viaje a Raishü. Así pues, Akinosuké y su esposa partieron del palacio de Tokoyo, escoltados hasta la costa por un gran cortejo de nobles y oficiales, y embarcaron a bordo de un navío de titularidad estatal que el monarca se había puesto a su disposición Con vientos favorables, navegaron seguros hasta Raishu, y allí se encontraron con los buenos isleños congregados en la playa para darles la bienvenida. Akinosuké se consagró nada más llegar a sus nuevas responsabilidades, que como tareas demostraron ser bastante asumibles. Durante los primeros tres años de gobierno,

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ocupó su tiempo sobre todo en redactar y promulgar leyes; de todos modos, tenía consejeros para echarle una mano, así es que el trabajo nunca le resultó un fastidio. Una vez concluida esa labor, sus quehaceres consistian en la asistencia a rituales y ceremonias de longeva tradición. El país gozaba de tan buena salud y era tan fértil que desconocían el significado de enfermedad o necesidad; y tan bondadosos eran sus pobladores que jamás se quebrantaba ninguna ley. En consecuencia, Akinosuké vivió y gobernó en Raishù por espacio de veinte años, y un total de veintitrés de estancia, durante los cuales ninguna sombra de dolor empañó su vida. Sin embargo, al vigésimo cuarto año, una terrible calamidad se cernió sobre él, pues su esposa, que le había dado siete hijos -cinco niños y dos niñas-, cayó enferma y pereció. Fue enterrada, con gran pompa, en la cima de una hermosa colina en el distrito de Hanryôkö, y sobresu tumba se erigió un monumento a todas luces esplendoroso. Tal fue el lamento de Akinosuké por su muerte que perdió de inmediato todas las ganas de vivir. Pues bien, una vez finalizado el período legal para el luto, se presentó en Raishù, procedente del palacio de Tokoyo, un shisha o heraldo real. El shisha le hizo entrega a Akinosuké de unmensaje de condolencia, y le dijo: -Son palabras que nuestro augusto señor, el rey de Tokoyo, me ordena repetir para usted: «Ahora le llevaremos de vuelta a su país y a sus conciudadanos. En cuanto a los siete niños, son los nietos y nietas del rey, por lo que recibirán todos los cuidados que necesiten. No permita, por tanto, que nada le inquiete a ese respecto». Al recibir esta orden, Akinosuké se preparó sumisamente para partir. Una vez encauzados todos los asuntos pendientes y concluida la ceremonia de despedida de sus consejeros y oficiales de confianza, fue escoltado con honores hasta el puerto. Allí subió a bordo de un barco dispuesto para él; y el navío zarpó y singló el mar azul bajo un cielo también azul; y la forma misma de la isla de Raishù se volvió azul, y luego gris, y más tarde desapareció para siempre... Y Akinosuké se despertó de pronto... ¡bajo el cedro de su propio jardín....Por un instante, se sintió estupefacto y desorientado, hasta que se percató de que sus dos amigos seguían sentados a su lado y que bebían y charlaban de forma distendida. Los observó con turbación, y dijo en voz alta: -¡Qué extraño!

-¡Al parecer Akinosuké estaba soñando! _ exclamo uno de ellos, con una risotada--.¿Qué has visto, Akinosuké, que te parece tan extraño?

Entonces Akinosuké les relató su sueño, el sueño de los veintitrés años de estancia en el reino de Tokoyo, en la isla de Raishü; y sus amigos se asombraron, pues aquel sueño no había durado más que escasos minutos. Un göshi dijo:

-Desde luego que has visto cosas extrañas. También nosotros hemos visto algo raro mientras te echabas la siesta. Una pequeña mariposa amarilla revolotea sobre tu rostro durante unos instantes, mientras nosotros la mirábamos. Luego se posó en el suelo, a tu lado, muy cerca de ti; y tras posarse, casi de inmediato, una hormiga grandísima salió de un agujero, se encaró con ella y la arrastró al interior de la tierra. Justo antes de que te despertaras, vimos a esa misma mariposa salir de nuevo del agujero y revolotear sobre tu cara como ya había hecho antes. Y luego, repentinamente, se esfumó: no sabemos adónde ha ido.

-Puede que fuera el alma de Akinosuké apuntó el otro gôshi-. Estoy seguro de haberla visto entrar en su boca.

Pero, incluso en el caso de que fuera el alma de Akinosuké, 31

Hyottoko: La mascara graciosa

Hyokotto es un personaje legendario del folclore japonés, un espíritu de la buena suerte. Se representa con una imagen bastante curiosa y divertida: con ojos asimétricos y la boca en forma de o, porque solía hacer fuego soplando a través de una caña de bambú. Termina su imagen un pañuelo, normalmente de topos azules, en la cabeza.

Suele aparecer en algunas obras de teatro tradicional, así como personaje cómico en varios festivales japoneses. Por ejemplo, nosotros lo vimos en el Awa Odori de Tokushima, haciendo el tonto. O también en el desfile de carrozas del Sansha Taisai de Hachinohe.

Es una de las máscaras más populares en los puestecillos de máscaras tradicionales. Y siempre suele aparecer al lado de Otafuku, su esposa.

Tengu: La mascara del yokai de la montana

Tengu es un yokai, una criatura sobrenatural típica del folclore japonés. Un espíritu protector de las montañas y los bosques, comúnmente asociado al Shugendo, una práctica asceta. Por eso puedes encontrar su imagen en senderos como el del monte Takao.

Se representa con facciones humanas, pero con alas y una larga nariz. Y justamente es esa larga nariz el elemento más característico y representativo de esta criatura. En el pasado, se solía representar con un gran pico (y de ahí evolucionó a larga nariz), razón por la cual todavía es común encontrarse máscaras de Tengu en las que tiene pico y no la tradicional larga nariz.

Normalmente, no obstante, su máscara más popular es de color rojo con una larga nariz. Suele aparecer en festivales y como elemento decorativo en templos y santuarios, restaurantes y todo tipo de negocios.t

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Kappa: La mascara del yokai del rio

Kappa es otro yokai o criatura típica del folclore japonés. En este caso, es un demonio que habita en ríos o lagos y según las leyendas ataca a los nadadores. Aunque para el sintoísmo es una de las deidades del agua.

Los Kappa suelen representarse como pequeños humanoides con forma de rana y de tortuga, con su caparazón y piel verde. En máscaras, lo reconocerás por una especie de flequillo verde (o marrón) que tiene sobre la frente.

Menpo: La mascara samurai

Los samuráis usaban distintas máscaras durante sus batallas, que cubrían total o parcialmente su rostro y aseguraban el casco en su sitio.

Las más populares eran las menpo, que cubrían la parte inferior de la cara, de la nariz a la barbilla. Estaban hechas de hierro o piel y a menudo estaban lacadas y decoradas. Solían tener grandes narices, colmillos o bigotes, todo elementos que creaban una imagen aterradora.

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AMULETOS

Omamori, el amuleto para todo

El omamori es un popular amuleto japonés que seguro que comprarás en alguna de tus visitas a Japón. Es una especie de colgante de tela que se vende, sobre todo, en templos y santuarios

Se cree que evita los accidentes, mejora la salud, ayuda en el amor, ayuda a aprobar los exámenes, etc. Es decir, es un amuleto para todo, del que tienes más detalles en el post que te hemos enlazado.

Los hay de muchos tipos, colores y diseños. Y en cada santuario tiene una imagen específica que sólo encontrarás allí. Es decir, además de buena suerte, fomentan el coleccionismo que tango gusta en Japón.

Omikuji, la suerte que se ata

Los omikuji son pequeños papeles que predicen tu fortuna y adivinan tu futuro. También puedes comprarlos en la gran mayoría de templos y santuarios japoneses.

La creencia popular dice que si te toca un omikuji de mala suerte tienes que atarlo en alguno de los árboles del templo o santuario. De esta forma, los dioses se llevarán la mala suerte consigo y ya no te perseguirá.

En el artículo enlazado te damos más detalles y hasta explicamos qué tipos de omikuji encontrarás y su significado.

Maneki-neko, el gato de la buena suerte

El maneki-neko es posiblemente uno de los amuletos japoneses más conocidos fuera de Japón. Literalmente significa «gato que invita a entrar» y es un divertido gato blanco con una de sus patas, normalmente la izquierda, levantada a la altura de la oreja y la palma hacia delante.

En la otra mano tiene agarrada una moneda llamada koban, que representa la fortuna. Del cuello le cuelga un pequeño cascabel que ahuyenta a los malos espíritus.

En el post enlazado te contamos en profundidad sobre este popular amuleto. Amuleto que en muchos casos la gente cree que es de origen chino. Además, en Tokio tienes el templo Gotokuji, que está dedicado en exclusiva a este gato de la buena suerte.

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Tablillas ema para pedir deseos

Las ema son pequeñas tablillas de madera donde puedes escribir tus deseos para que las deidades te escuchen y los hagan realidad.

Para conseguir su favor, tienes que escribir tu deseo en uno de los lados de la tablilla y colgarla en el santuario. Allí los sacerdotes o monjes la acabarán quemando para que el deseo llegue claramente a los dioses. No tienes además que preocuparte si no sabes japonés porque puedes escribir en el idioma que prefieras.

En el post enlazado te contamos los orígenes, diseños y cómo escribir en las ema. Y además, te mostramos algunas de formas y dibujos curiosos.

Daruma, el amuleto de los propositos

El muñeco daruma es otro de los amuletos japoneses más conocidos. Es un muñeco rojo, sin brazos ni pies, con una cara masculina que tampoco tiene ojos, solo dos círculos blancos. Gracias a su forma redondeada se balancea pero nunca se cae, de manera que representa la perseverancia y el esfuerzo.

Normalmente los japoneses regalan muñecos daruma para darle a alguien la oportunidad de cumplir un propósito, por ejemplo en su cumpleaños, en Año Nuevo o ante un nuevo proyecto. Es decir, no se usa para pedir un deseo sin más, sino para conseguir ayuda con un propósito cuyo éxito dependa de tu esfuerzo.

Cada año, en los primeros días del año se celebran varias ferias en muchos lugares de Japón dedicadas al muñeco daruma. Una de las más conocidas es la que se celebra en el templo Shorinzan de Takasaki (prefectura de Gunma), los días 6 y 7 de enero de cada año.

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-ORIGAMI EL ARTE DE LA PAPIROFLEXIA

La palabra japonesa origami z se ha vuelto popular en todo el mundo. No es otra cosa que papiroflexia japonesa, el arte de crear pequeñas e intrincadas formas con una hoja de papel.

El término origami está compuesto por el verbo «doblar» y el sustantivo «papel», por lo que la etimología del término es clara: origami es el arte de doblar papel, es decir, de transformar una hoja cuadrada en una pequeña escultura de papel.

Aunque hay varios tipos de papiroflexia en Japón que ahora veremos, el origami suele tener unas reglas estrictas. Estas reglas descartan cortes con tijeras o uso de pegamentos, de forma que todo el arte en papel es origami.

Breve historia del origami

Se cree que esta técnica se originó en algún momento del siglo VI, cuando los monjes budistas comenzaron a usar técnicas de papiroflexia para decorar ceremonias religiosas.

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Dado que en aquella época el papel era un bien muy preciado, esta técnica no se popularizó hasta el periodo Edo (16001868). De hecho, una de las primeras referencias escritas del origami la encontramos en un poema de Ihara Saikaku publicado en 1680. Pero hubo que esperar hasta 1797 para ver publicado en Japón el primer libro (conocido) dedicado al origami.

Durante la década de 1950 y 1960, las técnicas japonesas del arte de doblar papel se popularizaron por todo el mundo. Hasta el punto de que se llegaron a crear todo tipo de sociedades y grupos dedicados a este arte en Occidente.

Básicos del origami

A continuación te contamos qué debes tener en cuenta para adentrarte en el mundo de la papiroflexia japonesa:

Diagramas: Los pliegues básicos se muestran en forma de diagrama, para que sean fáciles de comprender paso a paso.

Papel: En Japón venden paquetes de papel cuadrados específicos para practicar este arte. Los hay de distintos tamaños y diseños, con estampados tradicionales o modernos, de colores, etc. Los de tamaño básico te sorprenderán porque son más pequeños de lo que esperas, Espacio de trabajo: Normalmente necesitarás una mesa o una superficie plana para trabajar, aunque muchos japoneses son capaces de hacer distintas formas al aire, sin ningún tipo de apoyo.

El sistema Yoshizawa-Randlett

El sistema Yoshizawa-Randlett es un sistema de diagramas que se usa para describir los pasos a seguir, es decir, las dobleces que hay que hacer en los distintos diseños de origami.

A partir de ahí, los distintos diseños se pueden clasificar en diseños que requieren habilidades bajas, intermedias o altas, dependiendo de la complejidad de las técnicas necesarias.

Según parece, el concepto de diagramas apareció por primera vez en 1797 en el primer libro específico sobre el arte del origami. Posteriormente, el sistema fue mejorándose para mostrar de una manera más precisa cuál era el movimiento necesario para cada pliegue.

Y finalmente, en la década de 1960, Akira Yoshizawa propuso un sistema de diagramas específico, que fue mejorado por Samuel Randlett. De ahí el llamado «sistema Yoshizawa-Randlett», adoptado ya de forma generalizada por toda la comunidad internacional.

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Tipos de origami

El arte de origami no es estático, sino que evoluciona con el tiempo e interactúa, de alguna manera, con los cambios que se van sucediendo en la sociedad.

Es por ello que existen muchos tipos de diseños. A continuación, destacamos los más populares, aunque hay muchos más.

Tradicional

El primer tipo de estilo que destacamos es el tradicional, que consiste básicamente en doblar un papel hasta conseguir la figura deseada.

En un principio, el estilo tradicional mira con malos ojos a las tijeras, pegamentos, grapas y cualquier otra herramienta que permita cambiar la forma del papel de una forma no natural. Este estilo considera que el único origami válido es el resultado de pliegues con mayor o menor habilidad, sin ningún artificio adicional.

La famosa grulla de papel, así como otros muchos animales, flores y hasta estrellas son formas típicas del origami tradicional.

Modular

El origami modular permite usar más de una hoja de papel para conseguir crear diseños complejos. Como contraposición al origami tradicional, en el que se usa una única hoja de papel, sea cual sea el diseño que se vaya a hacer.

Eso sí, el origami modular sigue viendo con malos ojos todo tipo de tijeras, pegamentos y demás. Así que puedes trabajar con más de una hoja de papel, pero las uniones tienen que ser naturales, no artificiales.

Según parece, el primer origami modular del que se tiene constancia es de 1734 (aparece en el libro Ranma Zushiki de Hayato Ohoka). No obstante, fue en la década de 1970 cuando se popularizó en Japón.

Pirámides, esferas y cubos son diseños de origami modular que requieren concentración y destreza. Eso sí, si se usa algún adhesivo o hilo para unir las diferentes piezas, entonces el origami recibe el nombre de kusudama.

De acción

El origami de acción es un tipo de origami que consigue cierto movimiento al tocarlo. Por ejemplo, uno de los tipos más famosos de origami de acción es una figura de un pájaro al que se le pueden mover las alas.

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O también una rana que salte al tocarla con el dedo.

Plegado en húmedo

El plegado en húmedo es una técnica de origami a través de la cual el papel se humedece antes de comenzar el proceso de doblado.

Al hacerlo así resulta más fácil trabajar el papel y darle formas más curvas y suaves.

La grulla de papel

Quizás la imagen más característica del origami es la de la grulla de papel, llamada orizuru . De un trozo cuadrado de papel, simplemente doblando una y otra vez se consigue la bella forma de una grulla, todo un símbolo de la buena suerte en Japón.

De ahí surge la leyenda de las mil grullas de papel o senbazuru cualquiera que doble mil grullas de papel conseguirá hacer realidad su deseo. Hoy, la grulla de papel es un símbolo de paz y por eso la encontrarás en el Museo de la bomba atómica de Hiroshima o en el Museo de la bomba atómica de Nagasaki, por ejemplo.

La razón es porque la pequeña Sadako Sasaki, superviviente de la bomba atómica en Hiroshima, fue diagnosticada de leucemia en 1955 y decidió que doblaría mil grullas para poder

Desafortunadamente, la pequeña no sobrevivió, pero su mensaje de paz quedó grabado en el corazón de todos. Sus amigos y familiares continuaron doblando grullas en su honor y hoy miles de personas decoran su estatua en el Parque de la Paz de Hiroshima con decenas de

Coco Sato es una artista o artesana del origami, una auténtica takumi que dedica su vida al arte, y a la precisión y creatividad que requiere la papiroflexia japonesa. La conocimos gracias a Lexus Creates, una iniciativa sobre diseño y artesanía de Lexus, dos elementos distinti-

Afincada en Reino Unido, Sato se inspira en la vida cotidiana japonesa, pero buscando fomentar el encuentro entre culturas y explorando la relación entre la interacción humana, la

Destaca por su gran capacidad de combinar la tradición japonesa con la modernidad de los tiempos actuales. Así, a base de papel, tela, alimentos o componentes electrónicos sencillos es capaz de crear obras de arte e instalaciones públicas de origami. Y, a través de sus redes sociales, anima y motiva a sus seguidores a crear figuras de papel, a “pensar con sus manos”.

Empezando con un gato, luego una hoja y después una mariposa, algo más compleja, la serie Lexus Creates te permite acceder a las habilidades y enseñanzas de Coco Sato. En los enlaces

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(2023). Japonismo.com. https://japonismo.com/cursos-japon

Espíritus y criaturas de Japón (2020).

grullas origami - Búsqueda de Google. (2013). Google.com. https://www.google.com/search?q=grullas%20origami&tbm=isch&hl=es-419&tbs=ic:trans&rlz=1C5CHFA_enSV988SV988&sa=X&ved=0CAMQpwVqFwoTCKD4nZGz5P8CFQAAAAAdAAAAABAC&biw=1440&bih=741#imgrc=iUgvktcJGP9oLM

Menpo: La máscara samurái - Búsqueda de Google. (2013). Google.com. https://www.google.com/ search?q=Menpo%3A+La+m%C3%A1scara+samur%C3%A1i&tbm=isch&ved=2ahUKEwitzbC4peT_ AhWEbjABHSFIB4AQ2-cCegQIABAA&oq=Menpo%3A+La+m%C3%A1scara+samur%C3%A1i&gs_ lcp=CgNpbWcQA1DKC1jAD2CTEmgAcAB4AIABigGIAYsCkgEDMC4ymAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWewAQDAAQE&sclient=img&ei=7UabZO2iOYTdwbkPoZCdgAg&bih=741&biw=1440&hl=es-419#imgrc=zZfccg432InGWM

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REVISTA JAPOMANIA Irene Alfonzo by Irene María Alfonzo Barahona - Issuu