INSTRUCIONES PARA LA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES 1. Cada persona responsable de las emociones (una por ciclo o etapa) deberá organizar una reunión de reflexión e interiorización de la misma con las y los docentes que representa. En ella se realizarán las siguientes tareas: o Entregar los documentos de la Competencia Autonomía e iniciativa personal y el Área de gestión de las emociones a cada docente. o Lectura comprensiva del documento de la Competencia Autonomía e iniciativa personal o Realizar un mapa conceptual identificando las ideas principales y secundarias con el texto. o Lectura Compresiva Área de gestión de las emociones y observar las tareas que ya se están poniendo en práctica y las que necesitan una mayor interiorización o Planificar el área de gestión de las emociones (formato “c”) o La presentación de los resultados en la reunión de coordinación 2. Con el alumnado, una persona representante de cada Grupo de Ayuda mutua (GAM) o Entregar el documento del Área de gestión de las emociones o Lectura comprensiva del documento. o Observar las tareas que ya se están poniendo en práctica y las que necesitan una mayor interiorización o Elaboración del calendario de reparto de días asignados para el control de la utilización del panel de los sentimientos, el espacio para “estar conmigo” y el reciclaje de actitudes negativas. o El registro y control o Presentación de los resultados al cierre de la competencia. 3. Una reunión al mes para el control y seguimiento con el profesorado formato “d” y con el alumnado con “seguimiento y evaluación de el panel de los sentimientos, el espacio para “estar conmigo” y el reciclaje de actitudes negativas”
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HERRAMIENTA AUTORREGULADORA: “ESPACIO PARA ESTAR CONMIGO” INSTRUCTIVO Las personas responsables de la implementación de esta herramienta son las personas tutoras. Se aconseja preparar bien la presentación y explicación de esta herramienta a estudiantes. Dedicarle una hora (o lo que se estime conveniente) para crear una dinámica adecuada para su buena comprensión y utilización. Es muy importante tener mucho cuidado en presentarlo como una herramienta para el cuidado de las personas y no como herramienta disciplinaría o de castigo. Tiene que quedar muy claro que hay estados de ánimo (heridas emocionales) que si no son atendidas oportunamente se convierten en un conflicto. Se sugiere hacer un paralelismo entre una herida en el cuerpo y una herida emocional, en la que la persona necesita ser atendida y cuidada. No recriminada ni rechazada. Cuando algo nos duele por fuera (físicamente) nos asisten a través de una enfermería, un botiquín, hasta que nos encontramos bien sin dar lugar a males mayores. De esta misma manera se deben asistir las heridas emocionales. Cuando finalmente ha estallado un conflicto se requiere un espacio apartado del grupo (espacio para estar conmigo) para hacerme cargo de lo que me hace sentir mal y reciclar el sentimiento negativo, convirtiéndolo en positivo. Cuando la persona se encuentra en este espacio (una vez calmada la alteración física) rellena un cuestionario donde reflexiona sobre lo sucedido y se compromete a hacer un cambio desde sus cualidades y valores. (Se adjunta dicho formulario con su correspondiente compromiso). Todos estos puntos señalados hasta aquí, formarán parte del taller preparatorio, que podríamos llamar taller de sensibilización y que tiene lugar en el salón el aula con todos los estudiantes. Ahí se les presenta el formulario y trabajan sobre el entrenamiento en reciclaje. Ubicar un espacio privado dentro de la clase Decorar el espacio: espejo, silla, cojín, caritas de alegre por un lado y por otro triste o enojo, carteles que inviten a reflexionar. De 3º a 6º la hoja de reciclaje y compromiso.