Esta edición AAA044 coincide con un panorama de vaticinios poco alentadores para la profesión del arquitecto en el mundo actual. Un breve recuento de hechos podría incluir comentarios sobre la destemplada crítica de Esperanza Aguirre, presidenta regional de Madrid, en la que declara que “a los arquitectos habría que matarlos”, inculpándonos erradamente de la enorme debacle financiera española paradójicamente generada por políticos, banqueros y economistas, y que ha contagiado a gran parte de las economías occidentales, sus disculpas no se hicieron esperar; o las graves críticas elevadas ante la calidad de la edición reciente de uno de los encuentros más importantes de la profesión, la Bienal de Venecia, organizada por el bien intencionado inglés David Chipperfield, dedicada a encontrar un Common Ground...