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Guatemala, viernes 6 de septiembre de 2019
Editorial Es legendaria la práctica de domesticar animales como auxiliares en las tareas que la sobrevivencia impone
Celso A. La
Pedro Urdemale
a los humanos en este planeta, y tiene como algunos de los ejemplos más emblemáticos a equinos, bovinos, felinos y cánidos, aparte de diversos especímenes de corral. De ahí que sean incontables los casos que ilustran la interdependencia de animales (otro tipo de humanos, según algunas tradiciones) y humanos (otro tipo de animales, según la ciencia), tanto en la paz como en la guerra; así en la salud, como en la enfermedad. En una nota que incluimos en este número se recoge evidencia historiográfica sobre la participación en las expediciones coloniales de conquista, de jaurías de acoso y exterminio, cuyo propósito era sembrar terror, incorporando así la crudeza de experiencias dejadas por previos eventos bélicos en Europa. En este punto cabe preguntarnos si lo que amamos en los perros es, quizás, su disposición a la servidumbre y, en tiempos de paz, su sorprendente capacidad para perdonar y su celo incondicional. Lealtad hasta la muerte. Fidelidad hasta la vida. Eso
stuto, ingenioso, adivino, burlón, mago, holgazán, sentencioso, creyente —aunque pecador— y capaz de hurtar, pero no ladrón, Pedro Urdemales ha renacido en Hispanoamérica para “desfacer entuertos”. Como sus predecesores peninsulares — El lazarillo de Tormes y Furón del Libro del buen amor— , es el pícaro que entraña esa suerte de conciencia colectiva, de alma popular, de pueblo mismo. De cuentero en cuentero y de poblado en poblado, el responsable de esta compilación ha recogido pacientemente las andanzas locales de Pedro Urdemales. Pero lo más importante de este trabajo es la exégesis: el estudio riguroso de lo que el personaje significa como expresión de cultura tradicional. Pedro Urdemales encarna las aspiraciones de los desposeídos. Es por ello legendario e irreductible, como la gente que se retrata en él. Sus andanzas, que son hazañas celebradas y compartidas por el pueblo, constituyen una expresión de conciencia social. Ajeno al pintoresquismo que empaña de cursilería y superficialidad los hechos folclóricos, este trabajo de Celso A. Lara Figueroa busca —y da— la explicación necesaria de un fenómeno que por social exige justamente la explicación racional y objetiva que es inherente a la ciencia. Roberto Díaz Castillo
ofrecen ellos. Y nosotros, ¿qué ofrecemos?
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DIRECTORIO Director General: Pavel Arellano Arellano
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Subdirector General Técnico: Rodrigo Carrillo Edición: Otoniel Martínez Diseño Gráfico: Héctor Estrada Digitalización: Freddy Pérez
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Irini Lelekou, más conocida como Irene Papas, nació el 3 de septiembre de 1926, es actriz de cine y teatro y cantante griega. Ha desempeñado más de 70 papeles a lo largo de más de medio siglo de carrera. Es considerada una de las grandes actrices trágicas helénicas del siglo XX, posterior a Katina Paxinou. Contemporánea de Melína Merkoúri, Irene Papas saltó a la fama internacional en exitosas películas como Los cañones de Navarone, Zorba, el griego y Z de Costa Gavras.
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