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Guatemala, viernes 7 de junio de 2019
as tierras raras
Puñados de minerales raros, entre ellos neodimio, samario y lantano.
Hasta hace unas semanas, Molycorp le pedía ayuda al gobierno de Estados Unidos para cubrir el costo de la extracción de estos elementos, separarlos y moldearlos. Pero el precio ha aumentado tan rápidamente que los minerales raros parecen, de repente, un buen negocio. En 2011, las exportaciones chinas de de minerales raros a Japón fueron interrumpidas durante una sonada disputa política por las aguas territoriales que estremeció a todo el mundo. “Debería preocuparnos que un país domine por completo el suministro de cualquier materia prima”, dice Christine Parthemore, del Centro para la Nueva Seguridad Estadounidense en Washington DC. “No creo que China sea el único culpable en esta situación, pero están utilizando la influencia política derivada de monopolizar el mercado, como lo habría hecho cualquier país.
Estoy convencida de que Estados Unidos haría lo mismo”, añade.
El aumento de la demanda
La creación de imanes permanentes, un componente clave en las tecnologías verdes, es uno de los usos principales de los minerales raros. Estos hacen que la nueva generación de turbinas de viento sea más eficiente y segura. Sin embargo, hay tal variedad —cada vez mayor— de usos para estos elementos, que no hay suficientes materias primas para todos. La velocidad de crecimiento de China significa que el país está consumiendo más de sus propios minerales raros, lo que ha llevado a una caída en la cantidad disponible para la exportación. “Es una cuestión de seguridad estrictamente en el sentido de que estos minerales son utilizados en componentes militares esenciales por sus propiedades, y no hay sustitutos”, dice
Christine Parthemore. “Si suben los precios o hay una escasez real de la oferta, pueden elevar los precios a largo plazo en las adquisiciones militares, o puede significar que haya partes que no podamos volver a fabricar en los Estados Unidos”. Ello aumenta la necesidad de una industria para extraer el mineral y procesar los materiales. “Los elementos están todos mezclados en el material que extraemos”, dice Jim Sims. “Nosotros los convertimos en un líquido, y dejamos que estos elementos se asienten en óxidos que son como polvos”, añade. Dentro de un almacén en la mina hay docenas de enormes sacos blancos, cada uno con un peso de una tonelada y un valor de US $200 mil dólares. “Aquellos polvos se convierten en metales como imanes o son usados en sus formas de óxido para una variedad de aplicaciones en una variedad de sustancias diferentes”, explica Sims. A medida que se encuentran nuevos usos para materiales como los minerales raros, habrá más competición, y el acceso a ellos podría cambiar el molde de la política mundial. *BBC
Las tierras raras pueden ayudar a la industria de las turbinas eólicas.
El poder de la kryptonita Carlos Pina, profesor de Cristalografía de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), se quedó “descolocado” cuando en una de sus clases de prácticas un alumno le preguntó por la kryptonita de Superman. Al principio no sabía si le estaba tomando el pelo, pero llevaban dos meses de curso y pocas veces el aula había estado tan atenta. “Me preguntó si la kryptonita existía en el mundo real y le contesté con lo que sabía. Días después seguí dándole vueltas al asunto y llegué a la conclusión de que tal vez la cuestión no era tan absurda”, cuenta. De esa anécdota surgió la idea de adentrarse en el universo de la ciencia ficción para localizar otros minerales famosos e inventados. Pero para completar esa tarea necesitaba a un millenial
que conociera el género de cerca. Por eso llamó a Carlos Pimentel, investigador en la Universidad Politécnica de Madrid cuya tesis él mismo había dirigido, para que le echara una mano con la parte más friki del proyecto. Tras 4 años alternando el estudio científico con horas de cine, cómics y videojuegos, nació la Pequeña Guía de Minerales Inexistentes (Ediciones Complutense, 2019) para acercar la mineralogía a nuevos públicos. Así, a través de los sables de Star Wars se puede profundizar sobre qué cristales naturales (como el rubí) o sintéticos generan la radiación láser. La obra no solo se mueve en el terreno de lo imaginario, sino que se adentra en las profundidades de la Tierra y recorre los yacimientos del pla-
neta para buscar minerales equivalentes a los descritos e informar sobre sus propiedades. En el caso de la kryptonita, en 2006 se encontró en Serbia un mineral con prácticamente la misma composición que este famoso material, la jadarita. “El libro no está dirigido solo a la gente que le guste la ciencia ficción, sino a un público muy amplio, desde un niño de 8 años al que le llaman la atención los minerales, hasta la persona adulta que disfruta con la ciencia en todos los formatos”, asegura Pimentel. Escondidos en la Tierra hay miles de tesoros en forma de curiosas rocas, llamativas gemas y coloridos minerales que pueden ayudar a esclarecer la historia del planeta.“Los minerales son mensajeros de las profundidades”, concluye Pina. (Sinc)