Revista viernes del Diario de Centro América del 17 de agosto de 2018

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Guatemala, viernes 17 de agosto de 2018

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Una investigación policíaca

Sin embargo, no solo por sus dientes se supo que se trataba de una mujer de alto rango. La arqueóloga Fanny López Jiménez fue quien encontró la bóveda funeraria de “La reina roja”. En sus investigaciones, leyó una y otra vez los informes de los arqueólogos Alberto Ruz y Jorge Acosta, que habían hecho grandes hallazgos en el templo en las décadas de los años 50 y 70. “No me explicaba cómo era posible que me hubieran dejado tal regalo, lo cual no me desagradó en lo más mínimo”, escribió López en la revista Arqueología Mexicana. Por el solo hecho de que su tumba fuera encontrada a un costado del Templo de las Inscripciones, cerca del río Usumacinta (fronterizo con Guatemala), en Chiapas, su alto rango ya era algo casi comprobado. Ese templo fue construido para guardar los restos de Pakal el Grande, un hombre que vivió entre 603 y 683 d. C, fue rey desde los 12 años, inició una campaña militar que le dio gran renombre a Palenque e hizo que se registrara la historia de su pueblo en glifos Sus restos fueron encontrados en 1949. Gracias a esas escrituras, Fanny pudo hacer una lista de quiénes eran las mujeres más importantes en la vida de Pakal: Yohl Ik Nal, su abuela, reina de Palenque; Sak Kuk, su madre, y Tzakbu Ajaw, su esposa. Un análisis de ADN que hizo durante dos años el arqueólogo molecular Carney Matheson, de la Universidad de Lakehead, en Ontario, encontró que no había consanguinidad entre Pakal y “La reina roja”. Así, fue posible descartar que alguno de los cadáveres fuera de la abuela o la madre de Pakal, señalando de manera directa a Tzakbu Ajaw, la esposa, como la Reina roja, quien fue madre de los dos hijos del rey: K’inich Kan Bahlam II, quien sucedió a su papá en el reinado, y K’inich K’an Joy Chitam II, rey de Palenque por 9 años. Vera Tiesler, profesora de arqueología de la Universidad Autónoma de Yucatán, dijo en el documental La reina roja: un misterio maya, del Discovery Channel, que si la ciencia encuentra en el futuro la tumba de alguno de ellos, se podrá arrojar más luz sobre la verdadera identidad de la reina.

El niño degollado y la mujer descorazonada

Los cadáveres encontrados a lado y lado del sarcófago de “La reina roja” también hablan de su identidad. Según el libro La reina roja: el secreto de los mayas en Palenque, de la periodista Adriana Malvido, los huesos de la mujer y el niño fueron analizados en Miami, en EE.UU., donde se concluyó que fueron sacrificados entre 620 y 680 d. C., años que corresponden al tiempo en que la esposa de Pakal estaba viva. Pero, ¿qué hacían estos cuerpos allí? Siempre se ha creído que los mayas de alto rango eran enterrados con sirvientes para acompañarlos en el más allá. Sin embargo, el arqueólogo mexicano Arnoldo González le contó a Discovery Channel que estos cuerpos habían sido sacrificados para “una aportación de sangre nueva, fresca, para el personaje y su renovación”. Esta conclusión se desprende de lo sangrientas que fueron las circunstancias de sus muertes. En el libro Janaab’ Pakal de Palenque, de Vera Tiesler y Andrea Cucina, se describe que el cadáver

Las tumbas de “La reina roja” y de Pakal son las más grandes y elaboradas de Palenque. Ambos personajes fueron acompañados en su viaje al inframundo por individuos sacrificados para el efecto.

de la mujer y el niño estaban tendidos en el piso a lado y lado del sarcófago de la tumba de “La reina roja”, pero “ninguno de los cuerpos fue depositado cuidadosamente”, destacan las autoras. La mujer, de entre 20 y 30 años, sufrió varias puñaladas en dos costillas, estaba tumbada boca abajo, con los brazos cruzados sobre la espalda: “sus cuerpos fueron desechados (…) Las múltiples marcas profundas y multidireccionales indican un complejo patrón de violencia”. Incluso, se cree que el cuerpo de la mujer sufrió “una separación del cuerpo en dos mitades o simplemente de una carnicería que formó parte de una mutilación ritual del cuerpo luego de la extracción del corazón”. El niño, por su parte, fue decapitado, como indica su tercera vértebra cervical, que tenía una marca continua de corte horizontal, la cual “únicamente puede haberse logrado con un violento impacto sobre la nuca con un implemento filoso”. Este violento hallazgo habla no solo de las creencias que los mayas tenían sobre la vida más allá de la muerte, sino de la existencia de una fuerte jerarquía social, donde personas de bajo rango eran sacrificados con fines rituales. Por ejemplo, en la tumba de “La reina roja” solo se encontraron dos cadáveres, mientras que en la de Pakal se registraron restos de seis personas. *British Broadcasting Company

El ajuar funerario de la Reina Roja consta de siete piezas: máscara, diadema, collar, pectoral, tocado, concha y figurilla.

El complejo arqueológico de Palenque fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987.


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