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Guatemala, martes 24 de diciembre de 2013
No he hecho más que estudiar, leer, publicar e impartir clases, motivado por el interés de dar a conocer lo que ocurre en el país”.
Perfiles
Diario de Centro América
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Edelberto Torres Rivas
“Jamás hay que darse por satisfecho” José Pelicó jose.pelico@dca.gob.gt fotos Josué Decavele
E
s un respetado sociólogo, reconocido en el ámbito latinoamericano por sus investigaciones en temas de su dominio, y fue el primer guatemalteco en ocupar un puesto clave en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Es sencillo, humilde y amable, tal y como me lo comentaron los colegas que lo habían tratado. En su rostro se reflejan los años de recorrido en países de Latinoamérica y Europa, donde conoció de cerca los problemas socioeconómicos que posteriormente plasmó en sus publicaciones. Se trata del doctor Edelberto Torres Rivas, nuestro entrevistado, quien me recibió en su oficina, ubicada en la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde es consultor. Para llegar a ser un prominente intelectual, como Torres, se requiere de dos actitudes: la primera, un objetivo o meta y la otra, disciplina para lograrlo. “En mi caso, no he hecho más que estudiar, leer, publicar e impartir clases, animado por el interés de dar a conocer lo que ocurre en Guatemala y Centroamérica”, explica. “Lo importante es saber si lo que se hace sirve para algo, preguntarse qué falta y no darse por satisfecho”, expresa, sin hacer alarde de los reconocimientos obtenidos, como el del año pasado, cuando recibió el Kalman Silvert Award, de la Latin American Studies Association.
Su carrera
El momento político que vivía Guatemala en la década de los 50, cuando había una gran efervescencia social y grandes inquietudes, motivó a nuestro personaje a especializarse. Estudió en Chile, donde se graduó e hizo carrera. Luego radicó en Argentina, España, Inglaterra, México y Costa Rica. Menciona que esas experiencias le sirvieron como referencia. “Son historias que tienen su propia especificidad y particularidad”, indica. Torres Rivas señala que todas las circunstancias le han ayudado a salir adelante, pero destaca dos momentos: “Cuando gané la beca que me llevó a Chile, ¡No lo
Torres Rivas es un prominente sociólogo que ha obtenido reconocimientos por sus investigaciones.
Con sangre nicaragüense El sociólogo Edelberto Torres Rivas es de padre nicaragüense y madre guatemalteca, específicamente de Chiquimula. Nació el 22 de noviembre de 1932. Tiene estudios en Ciencias Jurídicas por la Universidad de San Carlos de Guatemala, y fue el primer graduado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Posee una Maestría en Sociología.
creía!, y haberme incorporado al equipo de la Cepal”, añade. El especialista describe el país como una pequeña nación con herencia española, con una fuerte presencia indígena y muchos momentos políticos. “Los errores cometidos por los gobernantes, por las malas administraciones, hicieron retroceder al país”, dice.
A pesar de ello, el sociólogo es optimista, al mencionar que en un futuro habrá prosperidad y desarrollo. “Creo que sí, hay condiciones”, opina. Nuestro personaje estuvo presente en momentos que marcaron la historia de Guatemala, como el derrocamiento de Jacobo Arbenz en 1954, hecho del cual devino una
serie de acontecimientos, hasta llegar al conflicto armado interno. A la pregunta de que si la guerra valió la pena, contesta: “No, no la valió. Ante la respuesta de represión que se recibía cuando se demandaba democracia y elecciones libres, no quedó más que la violencia, y nos equivocamos”, reconoce. Edelberto Torres pasó aprietos fuera de su terruño, como cuando vivió en Costa Rica, donde publicó el libro La Historia de Centroamérica, con 30 mil copias vendidas. “Tuve una crisis económica, lo cual me obligó acudir al editor del texto para preguntarle si tenía derecho a un porcentaje de las ventas, y me dijo que no; no me dieron ni un centavo. Me acuerdo de eso y me da risa, porque si un sociólogo pretende vivir de sus libros se muere de hambre”, ironiza. Torres Rivas señala que trabaja por entusiasmo, y no para enriquecerse. “El dinero nunca me interesó, pero en circunstancias como en las que le narré, uno se ve obligado a buscar apoyo; en esa oportunidad no lo encontré”, concluye.