Asegurando la libertad gerardo Valenzuela
gerardo.valenzuela@leon.uia.mx
@otinapa
Ha concluido el proceso electoral. A partir de este momento, los ahora Congresistas, Gobernadores, Presidentes Municipales y Presidente de la República habrán de enfrentar problemáticas enormes. La más urgente es la inseguridad y violencia, que se presenta en una forma por demás brutal, ligada a los cárteles de la droga, cobijados por la impunidad en ambos lados de la frontera y evolucionando en vastas redes criminales soportadas por personal policiaco y de las fuerzas armadas. Otro problema es la corrupción, asociada en no pocos casos con redes criminales y a altos niveles de gobierno, inclusive a los cuatro candidatos presidenciales se les ha vinculado en algún momento con presuntos casos de corrupción, ya sea por su relación con familiares o correligionarios corruptos. Otro elemento, es una economía que, aunque saludable en términos macroeconómicos, beneficia sólo a un bajo porcentaje de la población, con altas escalas de empleo informal y con salarios extremadamente bajos. En sus campañas, los candidatos se dedicaron a hacer promesas. Por sus discursos, pareciera que ellos creen que debemos pensar, creer y desear lo mismo que ellos, ver al México que ellos ven o que pretenden ver. No preguntaron lo que nosotros creemos, pensamos o vivimos como trabajadores, académicos, profesionistas o campesinos. Un amplio segmento de la población reconoce que el país necesita políticos con capacidad y valentía para realizar cambios estructurales que impacten a su vez en cambios culturales, que reviertan la espiral de violencia en la cual se ahoga nuestro país y se reconstruya el tejido social tan corrompido. El líder al que México aspira es uno inteligente, laborioso, educado, respetuoso y abierto al diálogo y la colaboración, que se comprometa y trabaje con los ciudadanos, que piense y construya con ellos, desde ellos y para ellos, que quiera lo que México quiere, que trabaje por lo que México trabaja, que inspire para que el cambio ocurra con la contribución de todos, un cambio para todos y desde todos, que camine lado a lado con la ciudadanía. En el océano de mentiras publicitarias, de descalificaciones burdas e irracionales, de compra de votos, de campañas políticas dirigidas a la vista y no a la inteligencia, es un orgullo que haya jóvenes que muestran su valía con coraje y actitudes libres y claras, de frente y no en espacios oscuros. Miles de jóvenes universitarios nos muestran que no podemos cerrar los ojos ante la realidad, han salido a las calles para manifestar su descontento y coraje ante la imposición, la monopolización de los medios y la manipulación de la información. Mostraron que no le temen a la verdad y buscan en ella su libertad. Como señala Juan Villoro, el movimiento juvenil surgió como tónico contra la inmovilidad, condenando los abusos de poder. El coraje de nuestros jóvenes nos debe sacar de nuestro letargo e impulsar al país para hacer lo que tiene que hacer, con conciencia y valor. En los jóvenes hay enormes capacidades y posibilidades, no sólo de construir su vida sino también la de su querido México, del país de sus padres, de sus abuelos y de sus amigos. Alguien debe darles la oportunidad de hacerse cargo de su propia vida, de construir un mundo distinto. Ellos son capaces de cargar con su realidad y comprometerse con ella, pero requieren oportunidades y espacios para construir y exponer sus propuestas. La educación lo cambia todo, las oportunidades las construyen ellos, pero nosotros hemos de construirlas con ellos. Todo lo anterior destaca la relevancia de impulsar el intercambio de las ideas como factor determinante para construir sociedades democráticas, pacíficas y libres. Un elemento fundamental de formación ciudadana es el debate entre candidatos a puestos de elección popular, entre estudiantes, entre académicos, en las asambleas vecinales, comunitarias o de barrios. Este ejercicio es un proceso de construcción de aprendizaje, de comprensión y conocimiento colectivo que habrá de impulsar la toma de decisiones informada, como resultante del contraste de argumentos en un diálogo colaborativo y progresivo; es construcción de una cultura de diálogo y discusión abierta y respetuosa de las ideas, contraria a la cerrazón de nuestras sociedades y la ausencia de intercambio inteligente de las ideas para lograr una conformación social más democrática. Con ese propósito la Ibero en alianza con International Debate Education Association (IDEA), organizó el IDEA Youth Forum 2012, que por primera vez se celebró fuera de Europa. Más de 250 jóvenes de 45 países, de manera inteligente y documentada, debatieron el tema: ASEGURANDO LA LIBERTAD (securing liberty), en el cual la relación entre seguridad y derechos humanos fue trasfondo. La Ibero seguirá impulsando una cultura de debate para la formación de nuestros jóvenes y ciudadanos.
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