Análisis final de temporada
C
uando comenzó la temporada pasada, Ground Floor fue una de esas series que en principio pasó relativamente desapercibida. Y por razones que son más que comprensibles. Se emitía en TBS, cadena a la que no siempre le hacemos demasiado caso, y además tenía un argumento que, aun teniendo la posibilidad de darnos una serie bastante simpática, tampoco reinventaba la rueda. Aun así, se ganó unos pocos fans, que poco a poco fueron hablando de ella y así es como unos cuantos acabamos decidiendo darle una oportunidad. Y la mayor parte acabamos gratamente sorprendidos.
Es cierto que Ground Floor no dejaba de seguir una forma y una base relativamente clásicos. Al fin y al cabo, el elemento central de la serie era esa relación entre Brody, un gerente financiero, y Jenny, una chica con pocas ambiciones que trabaja en el sótano del edificio. A partir de ahí construía una curiosa colección de personajes (tanto de la planta alta como del sótano) a cada cual más excéntrico. Algo que, de nuevo, no resulta especialmente novedoso por sí mismo, pero que sí que resulta muy interesante cuando está bien hecho. 62
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Ground Floor Por: Cristina Garde
Y Ground Floor justamente lo hacía muy bien. En el sótano esas excentricidades venían de la mano de Harvard y su odio a Brody. En la planta alta teníamos a Mansfield, el intenso jefe y mentor de Brody, y con él a todos sus excesos y los chistes que venían con ellos. El cuadro lo completaban Threepeat y Derrick, que si bien no eran la fuente de momentos tan inspirados como los otros dos, cuando sabían utilizarlos bien, también eran capaces de brillar.
“Ground Floor ha sido una serie con muchísimo corazón”