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LA TRADICIÓN CHINA DE LOS «PIES DE LOTO»
from ZANDYREPORTAJES 6
by Zandy Benet
HAY MUCHAS TRADICIONES A LO LARGO DEL MUNDO, PERO ESTA ES UNA DE LAS QUE MÁS ME HA LLAMADO LA ATENCIÓN. ¿QUÉ SIGNIFICA «PIES DE LOTO»? ¿LO SABES? VAYAMOS A INSPECCIONAR UN POCO QUÉ SIGNIFICADO TIENEN ESTAS PALABRAS PARA LOS CHINOS.
No está clara la razón por la que apareció esta cruel y dolorosa tradición durante el periodo de dominio de la Dinastía Song (siglo X-XIII) en China, pero de alguna forma se instaló entre las clases más altas de la sociedad y se convirtió en un símbolo de estatus para las mujeres y las familias de las mujeres con los pies vendados. Los hombres lo consideraban de lo más atractivo, por lo que unos pies vendados contribuían a conseguir un matrimonio mejor. El proceso consistía en doblar los dedos de los pies hacia la planta y vendarlos con presión muy fuerte hasta lograr romperlos. En consecuencia el arco del pie también se rompía, consiguiendo que éste continuara la línea recta que formaba la pierna. El resultado era un pie completamente deformado que impedía a las mujeres caminar con normalidad y les provocaba graves problemas de movilidad que empeoraban con la edad. Afortunadamente, esta práctica se prohibió a mitad del siglo XX.
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UNA ANTIGUA TRADICIÓN CHINA Existe una gran diversidad cultural en nuestro planeta, y muchas veces las tradiciones que para algunos resultan normales, les parecen a otros algo espantoso, horrible. Desde las peleas romanas de gladiadores hasta las gue-

rras rituales mesoamericanas -con sus sacrificios, claro-, pasando por el comportamiento y la vestimenta exigida a las mujeres en muchas regiones de la Tierra, estas tradiciones han creado un mundo -por así decirlo- más bello, pero también cruel.
LOS PIES DE LOTO Es el caso de los Pies de Loto: una tradición de la milenaria cultura china que estaba destinada a volver a las mujeres más deseables y valiosas. Se trataba de convertir sus pies en pequeñas medias lunas, en la mínima expresión de un pie humano, pues se consideraba que tener pies pequeños era algo femenino y deseable. De acuerdo con la leyenda, la tradición surgió durante el gobierno del Emperador Li Yu, de la dinastía Tang -quien gobernó entre los años 961 y 976-, cuando, a una de sus cortesanas particularmente agraciada y talentosa en el arte del baile le fue solicitado por parte del emperador que vendara sus pies para que adoptaran la forma de la media luna y pudiera bailar apoyando las puntas, en una flor de loto de seis puntas que él mismo había construido. El baile fue tan grácil y bello que las demás mujeres de la corte decidieron imitarla.
Otras versiones apuntan a un surgimiento más temprano, durante el reinado del emperador Xiao Baojuan, hacia el año 500 d. C., e incluso de provenir del segundo milenio a. C. Sin embargo, la mayor parte de los historiadores chinos hablan del gobierno de Li Yu como el momento en el que la práctica aparece, extendiéndose a los comienzos de la dinastía Song, apenas unas décadas después, como el momento en el que se populariza. Con el tiempo, todas las mujeres de las clases altas comenzaron a practicar este arte y a apretar los pies de sus hijas para que sólo crecieran una mínima parte de lo normal. Lo que comenzó como una moda, en las décadas posteriores se fue convirtiendo en una necesidad, en algo que una mujer requería para ser deseada y, en una sociedad donde las mujeres tenían un papel secundario, al menos en las clases altas, es lógico pensar que su estatus dependiese de su belleza.
EL HORRENDO PROCESO El proceso para que una niña desarrollara los llamados «pies de loto» era largo y extremadamente doloroso. Comenzaba a los 4 o 5 años, cuando los huesos del pie aún están blandos, y se amarraban con una venda que buscaba evitar su crecimiento, y presionaba los dedos contra el talón. Con el tiempo, el pie se iba deformando, los dedos se volvían inútiles y el pulgar, que se desplazaba hacia abajo, era el único que tenía algún funcionamiento, permitiendo el equilibrio de las personas. Los demás dedos del pie se iban forzando a quedar debajo de la planta mediante un tejido de algodón blanco y, cuando la niña alcanzaba una edad algo mayor, botines con punta que evitaban el crecimiento del pie. Desde el comienzo del proceso, la niña debía desayunar arroz glutinoso y fríjoles rojos, una mezcla que supuestamente ablandaba los huesos para que los pies se moldearan a la forma deseada. Las mujeres que tenían pies de loto no podían caminar grandes distancias. En los casos más extremos, a duras penas sí podían moverse a saltitos, como un bailarín de ballet, pero en general el proceso no era tan dramático y les permitía, incluso, trabajar en los campos de arroz, aunque a costa de un dolor y un daño considerable en sus piernas.
AUGE Y CAÍDA DE LA EXTRAÑA TRADICIÓN Lo verdaderamente interesante del asunto, es cómo la moda comenzó a extenderse más y más, alcanzando incluso las clases bajas. Se convirtió en un símbolo de status y en una condición para ser considerada bella: los pies de loto se volvieron parte fundamental de la sexualidad de las mujeres, pues se consideraban la parte más erótica del cuerpo. Se dice incluso que un hombre podría tocar involuntariamente los senos de una mujer sin que hubiera mayor problema, pero tocar sus pies se consideraba una gran ofensa. El fetiche llegaba hasta el punto que se decía que una mujer con los pies vendados, por su manera de caminar, tendría una vagina más apretada, brindando mayor placer a su pareja.
La tradición de los pies comenzó a ser rechazada por la dinastía Qin, desde
el siglo XVII, pero al parecer, en este momento ya estaba demasiado arraigada en la mayor parte de la población china. No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando una combinación entre reformadores chinos, misiones cristianas y algunos sectores de la sociedad que nunca se habían vendado, comenzaron una serie de campañas educativas para convencer a la población de que el vendaje era una práctica inhumana. Los pies de loto no caerían tan fácilmente. Cuando se iniciaron las campañas, prácticamente el 50% de las mujeres en el país tenían los pies modificados, y en la etnia dominante, la Han, esta figura ascendía casi al a la totalidad. Al final, hicieron falta varias décadas de campañas educativas y la prohibición definitiva del Partido Comunista Chino para que la práctica cesara definitivamente. En la actualidad, las últimas representantes de esta costumbre ya tienen una edad avanzada. Al final, los Pies de Loto no pudieron con la modernidad.

