El mundo de los OLORES SOFÍA y




Cuento "Sofía y el mundo de los olores” ActividadElegida
¿Porqué elegimos esta herramienta para crear
La combinación del sentido del olfato con el arte literario en un proceso educativo es una estrategia enriquecedora Esta unión estimula la memoria, la creatividad y la comprensión profunda, ya que al involucrar el olfato, se crea una experiencia multisensorial única que va más allá de la lectura tradicional Los olores pueden evocar emociones y recuerdos, estableciendo conexiones emocionales significativas con la literatura Esta aproximación promueve la expresión creativa, invitando a los niños a explorar nuevas formas de comunicar sensaciones Los olores Tema Educativo.
Dulce María Farfán España 2222723
Yeimy Victoria Pirique Lobo 2427323
Meylin Paola Ixtós Tahay. 1595223
Nayeli Anabela Pérez Pérez 1651323
Sofía tiene una nariz curiosa. Le encanta descubrir olores, porque cada aroma esconde un secreto.
¿Te
gustaría acompañarla en un viaje especial por el mundo de los olores?
Sofía tenía una nariz muy curiosa. Le encantaba oler todo a su alrededor, como si cada aroma escondiera un secreto. Un día, mientras jugaba en el jardín, decidió hacer un viaje especial: ¡un viaje por el mundo de los olores!
Primero, Sofía cerró los ojos y aspiró profundamente.
Un olor dulce y suave llegó hasta su nariz.
—¡Huele a flores! —dijo emocionada.
Se acercó a un rosal y descubrió unas rosas rojas con un perfume delicioso.
—Las flores huelen como un abrazo de mamá —susurró con una sonrisa.
Siguió caminando y, de repente, su nariz sintió algo caliente y delicioso.
—¡Huele a pan recién hecho! — exclamó.
Entró corriendo a la cocina y vio a su abuela sacando un pan doradito del horno.
—El pan huele a amor y a casa — dijo Sofía mientras le daban un pedacito para probar.
Después, salió al patio y un olor fresco y verde la sorprendió.
—¡Huele a césped mojado! —Se agachó y tocó el pasto húmedo con las manos.
lluvia y en saltar en los charcos —rió divertida.
Pero no todos los olores eran tan
Cerca del bote de basura, Sofía arrugó la nariz.
—¡Puaj! ¡Esto huele feo! —dijo
tapándose la nariz—. Creo que es hora de sacar la basura.
Corrió a buscar a su papá, quien le explicó que algunos olores nos avisan que algo está sucio o viejo.
Para terminar su aventura olfativa, Sofía fue a la cocina y tomó una naranja. La peló y un olor fresco y cítrico inundó el aire.
—¡Las naranjas huelen a sol y alegría! —exclamó
mientras daba un mordisco.
Esa noche, Sofía se acurrucó en su cama y cerró los ojos. Pensó en todos los olores del día y sonrió.
—El mundo está lleno de aromas mágicos
—susurró antes de quedarse dormida.
Y así, Sofía aprendió que los olores son como pequeños recuerdos que nos hacen viajar sin movernos del lugar.